Logo Studenta

Politica Petrolera

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN FINAL SEMINARIO POLÍTICA PETROLERA
Definición. 
Es un compuesto químico complejo en el que coexisten partes solidas, liquidas y gaseosas. Lo forman, por una parte, unos compuestos denominados hidrocarburos, formados por átomos de carbono e hidrógeno y por otra, pequeñas proporciones de nitrógeno, azufre, oxígeno y algunos metales. Se presenta de forma natural en depósitos de roca sedimentaria y solo en lugares en los que hubo mar.
Historia del petróleo.
Es indispensable para la presente investigación señalar que la presencia del petróleo en Venezuela, data de la época prehispánica. Según relata Rodríguez (2004, p.61) “nuestros indígenas le daban toda una imagen mística”. Igualmente señala el mismo autor que “en la etapa colonial, fue utilizada como: impermeabilizador en las embarcaciones, medicina y otros fines. En los años setenta del siglo XIX tenemos en “La Petrolia del Táchira” de Manuel Antonio Pulido el primer antecedente de la industria petrolera nacional”.
Por otro lado, señala Cortes (2015, p.56) que “desde 1556 cuando un científico Alemán acuña la palabra “petróleo” (en latín aceite de roca), la evolución de lo que se conoce como “oro negro” ha sido imparable”, convirtiéndose en el principal recurso para la “buena salud de la economía global” (Klare, citado por el mismo autor). Recalcando además lo indicado por Temel que “es uno de los sustentos de la economía capitalista del siglo XX”.
Igualmente el autor antes mencionado señala una cronología del petróleo a nivel mundial:
1. 1775 uno de los primeros mapas de América del Norte identifica posibles focos de petróleo en la zona de Pennsylvania. 
2. 1859 Edwin Drake explota el primer yacimiento en Titusville (Pennsylvania).
3. 1863 se fabrica el primer vehículo movido con petróleo.
4. 1870 John D. Rockefeller funda la Standard Oil.
5. 1873 primer yacimiento en Bakú (Azerbaiyán). 
6. 1901 William K. d’Arcy obtiene los derechos para prospecciones en Persia.
7. 1914 primeras explotaciones de petróleo en Venezuela por parte de Shell.
8. 1931 boom del petróleo en Texas. 
9. 1933 Standard Oíl monopolio de explotación en Arabia Saudí. 
10. 1944 el presidente de EEUU Frank Delano Roosevelt y el rey de Arabia Saudí AbdulAziz concluyen un acuerdo bajo el cual Washington acepta proteger a la familia real a cambio de un acceso privilegiado al petróleo Saudí.
11. 1951 Mohammad Mosaddegh nacionaliza el petróleo en Irán. 
12. 1960 creación de la OPEP.
13. 1969 primeros pozos en el Mar del Norte.
14. 1973 primera crisis del petróleo. 
15. 1974 propuesta del Secretario de Estado de EEUU Henry Kissinger se crea la AIE.
16. 1980 segunda crisis del petróleo. 
Las primeras empresas petroleras fueron creadas posterior al descubrimiento de los primeros pozos de petróleo en Pennsylvania y el boom en la región de Texas a finales del siglo XIX, las cuales estuvieron encabezadas por la Standard Oíl, sin embargo a partir de que la marina británica decide utilizar al petróleo como fuente de energía en detrimento del carbón, es cuando el llamado “oro negro” comienza a ocupar una posición estratégica en los países desarrollados. Países como EEUU y Reino Unido, empiezan a asegurarse el suministro de petróleo a precios razonables. Igualmente al finalizar la Segunda Guerra Mundial el petróleo cobra mayor importancia con el desarrollo del sector automovilístico y el crecimiento económico postguerra. 
Por otro lado, volviendo a nuestra historia (Venezuela) previo al petróleo, nuestro país estaba sumido en la pobreza, escasez de activos productivos, la inexistencia de un mercado interno y por consiguiente baja productividad. El siglo que sigue a la fundación de la República en 1830, entre los grandes rasgos de la Venezuela agrícola destaca la monoproducción (primero el cacao hasta finales del siglo XVIII y luego el café desde comienzos del siglo XIX hasta principios del XX) con los problemas típicos de dependencia de los volátiles mercados internacionales y de la baja capacidad para generar encadenamientos productivos, dado que estos productos son intensivos en mano de obra e incorporan poca tecnología.
Durante el siglo XIX Venezuela era un país desintegrado en lo político y económico, por lo tanto carecía de un Estado centralizado que impusiera el orden y recolectara impuestos. Las rentas de aduana, ganado, tabaco y café no eran suficientes para impulsar crecimiento sostenido, igualmente la deuda externa pesó desde el principio comprometiendo la viabilidad de las finanzas públicas. Las vías de comunicación eran inexistentes y la inestabilidad política fue la norma producto de la guerra permanente entre caudillos y facciones políticas. Por otro lado, las casas comerciales transferían al exterior las ganancias de las exportaciones agrícolas y dejaban la economía interna sin capital para la inversión. Al llegar el siglo XX Venezuela debido a la debilidad generalizada perdió gigantescas porciones de su territorio.
El petróleo empujó a Venezuela hacia adelante. Llega cuando los andinos en el poder habían iniciado un esfuerzo por pacificar y centralizar al país a partir de un Estado moderno. En 1917 comenzó la explotación comercial del petróleo y en 1926 este se convirtió en el principal rubro de exportación. La Gran Depresión del capitalismo de finales de la década de 1920 desplaza a la economía agraria. En los años inmediatamente anteriores la producción de café cayó, al tiempo que la producción petrolera aumentó, cuyo resultado fue una considerable apreciación del bolívar. Terminó así la Venezuela agraria y comenzó la petrolera.
El fin del gomecismo abrió el camino para construir la institucionalidad política. El ingreso fiscal petrolero se convirtió en el instrumento de la transformación que en lo sucesivo será la característica fundamental del país el “Programa de Febrero”, anunciado por el gobierno de López Contreras en 1936, puede ser considerado el arranque de ese proceso. El Estado surgió como el actor hegemónico del cambio socioeconómico ante una sociedad civil donde apenas existía, o comenzaban a surgir, cuerpos intermedios como partidos, asociaciones estudiantiles, empresariales o sindicales. 
A partir de 1936 los gobiernos se esforzaron en diversificar la economía siempre bajo su tutela. El sector privado se desarrolló a la sombra del Estado y de su gasto fiscal, porque no existía un mercado con suficiente demanda autónoma que sirviera de incentivo a los inversionistas. El gasto fiscal petrolero constituyó la variable independiente del crecimiento económico. En las décadas siguientes, los gobiernos implementaron políticas de tipo keynesianas (aumento de la demanda agregada entre 1936 y 1948), desarrollistas (big push al desarrollo sobre la base de sectores estratégicos y empresas básicas entre 1952 y 1958 o durante la Gran Venezuela del primer gobierno de Carlos Andrés Pérez), o de industrialización por sustitución de importaciones durante la década de 1960. Los intentos por crear una economía de mercado fueron escasos y mal implementados: en 1980-1981 con la liberación de precios durante el gobierno de Luis Herrera Campins y en 1989 con el Gran Viraje del segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez. 
Desde 1936 hasta finales del siglo XX, la tendencia global de la economía mostró expansión y luego un deterioro constante. Entre 1920 y 1980 el país experimentó una de las tasas de crecimiento más altas del mundo con niveles que superaron el promedio de América Latina en 75% y al del mundo desarrollado en 45%. Durante ese período la transformación fue impresionante, sobre todo en materia de educación, salud o infraestructura, gracias al gasto de la renta petrolera.
Como el gas y el petróleo se convierten en fuerza energética. 
Ruiz (2001, p.13), expresa que a principios del siglo XX “Europa Occidental y Estados Unidos abastecían sus necesidades energéticas con recursos propios como el carbón, el gas natural y el petróleo existente en Estados Unidos”, es decir, la participación del petróleo en la producción y consumo de energía no ha sido siempreigual y ha sufrido transformaciones en su evolución.
De acuerdo con Rodríguez (2004, p.59), “a partir del siglo XX el petróleo por tener mejor condición de combustible y facilidad de transporte, desplaza al carbón como principal energético del mundo”. Por otro lado, cabe resaltar que el petróleo se encuentra mayoritariamente en los países subdesarrollados, lo cual les otorga a esos países un poder invalorable al controlar la producción de materia prima a nivel mundial; conviertendolos en petroleros, por la demanda fundamentalmente de las grandes potencias, que a su vez dominaban colonialmente los más importantes yacimientos de Asia y África.
Siguiendo lo antes expresado sobre el desplazamiento del carbón por el petróleo como fuente de energía, nace la siguiente incertidumbre ¿Por qué es el crudo de petróleo un mercado mundial integrado?
La razón es que los costes de transportar petróleo son bajos, los crudos de orígenes geo-gráficos diferentes (y sus subproductos) son en gran medida intercambiables, y además pueden mezclarse. Todo ello significa que el petróleo es fungible: una insuficiencia en una región puede compensarse enviando un petróleo igual o similar desde otra parte del mundo. (Conthe, 2019, p.37).
Por otro lado, la existencia de petróleo en países del Tercer Mundo era prácticamente desconocida, es a partir de 1910 que se empieza a producir este recurso energético en esas regiones. Las compañías norteamericanas, en su búsqueda por yacimientos con mayores índices de productividad, incursionaron en el Medio Oriente, encontrándose con la presencia de compañías petroleras inglesas, las cuales crearon en 1928 un cártel internacional de petróleo, conformado por las siete mayores compañías petroleras internacionales, conocidas como las Siete Hermanas: Standard Oil of New Jersey (denominada Exxon desde 1973); Socony Mobil Oil; Standard Oil of California (SOCAL); Gulf Oil; Texaco; Royal Dutch Shell y British Petroleum. Las cinco primeras, de capitales norteamericanos, la sexta anglo-holandesa, y la última de capitales británicos.
Estos hechos dieron lugar a que los países importadores de petróleo reemplazaran su producción de recursos energéticos locales por petróleo importado a menor precio, lo cual a su vez determinó el cierre de un conjunto de minas de carbón que dieron lugar a altas tasas de desempleo en los sectores productores de energía. A pesar de ello, el bajo precio del petróleo proveniente de los yacimientos del Golfo Pérsico no eliminó por completo del mercado a las otras fuentes energéticas (el crudo estadounidense, el carbón del mismo origen y el carbón europeo) de costos más altos, precisamente porque el mercado de energéticos, no era un mercado libre. 
En efecto, no sólo existía una estructura oligopólica de las empresas petroleras, sino que los países industrializados importadores de petróleo establecieron cuotas de importación, especialmente Estados Unidos durante los años cincuenta. Posteriormente, se fijaron impuestos para el petróleo importado y se establecieron subsidios de protección a la producción energética local tanto en Estados Unidos como Europa. A pesar de estas medidas, el creciente consumo petróleo facilitó las tareas de reconstrucción y posterior crecimiento de las economías de Europa y Japón durante los veinticinco años posteriores al fin de la segunda guerra mundial. Éste se adecuaba de forma más eficiente a la industria en general, especialmente a la del transporte.
Por otro lado, además de las ganancias de las compañías petroleras multinacionales, los gobiernos de los países industrializados descubrieron que las crecientes importaciones de petróleo les permitía proteger sus propias reservas de combustible de origen fósil y recaudar montos significativos de recursos derivados de los impuestos que se cobraban al consumidor en los países importadores. Esto incremento la producción de petróleo en los países productores subdesarrollados de Medio Oriente, Sudamérica y África del Norte de 74 millones de toneladas en 1945 a 1500 millones de toneladas hasta el momento de la crisis energética en 1974. La creciente demanda mundial y el continuo deterioro en la relación de términos de intercambio crearon las condiciones para que las autoridades de los Países del Golfo Pérsico asumieran un papel más activo en la explotación directa del petróleo, en la conformación de los precios, y en la superación de las relaciones comerciales discriminatorias de la renta petrolera.
Es necesario resaltar que el tema energético cobra importancia central hacia finales de la década de los noventa del siglo XX, convirtiéndose en un nuevo punto de encuentro estructural para el fomento de la integración regional dentro de un marco de expectativas más amplias que las inicialmente derivadas del intercambio comercial, sin embargo, anterior a esta fecha se realizaron desarrollos energéticos fácticos de alto impacto como el gasoducto Bolivia-Argentina (el cual proporcionó gas a este país entre 1972 y 1999), o la Central Hidroeléctrica Binacional de Itaupú, así como la enorme cantidad de convenios y organismos multilaterales que dan cuenta del interés integracionista en la región.
En este sentido, Los esfuerzos más notorios han estado impulsados por la Comunidad Andina de Naciones (CAN). En el año 1998, el Consejo Presidencial Andino (CPA) dio a la Secretaría General el mandato para la elaboración de bases para un programa de perfeccionamiento y profundización de la integración andina y para el desarrollo de propuestas con el objetivo de conformar el mercado común. Por lo tanto, la Secretaría realizó estudios pertinentes y el 23 de marzo de 1999 publicó el documento “Bases para el Perfeccionamiento y Profundización del Proceso de Integración Sub-regional” (CAN, 1999). El objetivo del documento era identificar las grandes líneas de acción que orientarían el proceso de integración andino en la formación de un mercado único y eficiente. A ese respecto Zanconetti (en González, 2008, p.13), destaca que: 
Uno de los grandes ejes identificados para el proceso de liberación de la circulación de bienes, servicios y factores productivos será el sector energético debido a que se encuentra directamente relacionado con las grandes inversiones y el crecimiento económico de los países de la CAN.
La disposición a convertir la cooperación energética en un factor clave tanto en sí mismo como en calidad de dinamizador de un mercado común fue reafirmada por la Reunión Presidencial de 1999 en Cartagena de Indias, donde se acordó la constitución del Mercado Común Andino para el año 2005. 
La energía volvió a ser un tema de política en Latinoamérica y en el mundo por varios factores: el alza del precio del petróleo, el fuerte crecimiento del consumo de energía en China, los problemas con el gas natural, y las cuestiones ambientales, en particular el efecto invernadero y el cambio climático. Por otra parte, después de la salida del Estado nacional con las privatizaciones de los años noventa, tenemos la vuelta de los gobiernos al problema de energía a partir del año 2000. (Pinguelli, 2004, p.141).
En el año 2001 fue firmado por el Consejo de Ministros el “Acuerdo para la Interconexión Regional de los Sistemas Eléctricos y el Intercambio Internacional de Energía Eléctrica” (CAN, 2001). Solamente Bolivia no suscribió el acuerdo. Ese mismo año, el CPA dio a la Secretaría General el mandato de elaborar un programa de trabajo conducente al efectivo y pleno funcionamiento de la Unión Aduanera, a través de un Arancel Externo Común. 
En el año 2002, en un esfuerzo por dar continuidad a la voluntad política para la cooperación en torno a la energía, fue suscrita por los Presidentes el Acta de Santa Cruz de la Sierra, donde, se destaca la importancia estratégica que los países andinos dan al tema energético. Al respecto se puede leer: 
Conscientes de la creciente importancia estratégica de la temática energética en el Hemisferio y de su interés para vigorizar la integración sub-regional andina, latinoamericana y hemisférica, losPresidentes acordaron solicitar a la Corporación Andina de Fomento, la Organización Latinoamericana de Energía, el Banco Interamericano de Desarrollo y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, la preparación de un examen integrado del potencial energético de la sub-región como factor estratégico para la seguridad energética regional y hemisférica. En ese sentido, los Mandatarios solicitaron que un primer informe sea presentado en ocasión de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de América del Sur, a realizarse en Guayaquil, Ecuador, el 26 de julio de 2002” (CAN/CPA, 2002).
A partir del 2003 se creó el Consejo de Ministros de Energía, Electricidad, Hidrocarburos y Minas de los países miembros de la CAN. Aparte de la novedad que representaba la creación de una suerte de consejo energético, se aprobó un Plan de Acción que incorporó la interconexión del gas natural como un nuevo componente de la política andina de integración energética. Por otro lado, se determinó la adopción de acciones que armonizarán los procesos de contratación de proyectos en los sectores: eléctrico, hidrocarburífero y minero. El Plan de Acción está fundado en tres pilares fundamentales: 
1. Construcción de mercados integrados de energía (electricidad y gas) a través de redes físicas y marcos regulatorios armonizados. 
2. La inserción en los mercados internacionales de hidrocarburos. 
3. La promoción del desarrollo empresarial privado en los países andinos y servicios de energía de alto valor agregado.
Las grandes líneas políticas fueron divididas de acuerdo a tipos de mercado y en la búsqueda de la participación privada: 
a) En el sector eléctrico-gasífero la meta es la construcción de mercados integrados. La estrategia planteada es el desarrollo de nuevas interconexiones eléctricas así como la consolidación de las existentes (Colombia-Ecuador; Ecuador-Perú; Colombia-Venezuela; Perú-Bolivia), y desarrollar el marco jurídico comunitario para la armonización de los aspectos legales y los marcos regulatorios en los países miembros.
b) En el sector hidrocarburos (entiéndase petróleo), la meta es la inserción en los mercados internacionales. 
c) Promoción del desarrollo empresarial privado en los países andinos y servicios de energía de alto valor agregado. 
Cabe destacar que los esfuerzos de la CAN por trascender la integración andina en beneficio de un mercado más amplio y de mayores oportunidades de intercambio (orientada hacia el desarrollo económico y social de los pueblos) están reflejados en el Acta del Diálogo Presidencial sobre el Futuro del Proceso de Integración y su Proyección en Sudamérica (CAN, 2004), la cual toma también en consideración el tema energético en términos extra-regionales. Esta propuesta se extendió a la relación con otros actores regionales importantes, como Brasil, y a otros bloques sub-regionales como el Mercado Común del Sur (MERCOSUR). 
Por otro lado, es necesario señalar que existen en Latinoamérica muchas negociaciones de exportación de energía pero sin duda destacan el petróleo de México y Venezuela, el gas natural de Bolivia, Argentina y Trinidad y Tobago y la energía eléctrica de Paraguay. La principal hidroeléctrica que usa Brasil es la usina brasileña/paraguaya con 12 GW de potencia, ahora ampliada a unos 14 GW. 
Para el año 2017 el petróleo sigue siendo la primera fuente de energía primaria, seguida del carbón y del gas natural; y a mucha distancia, la energía hidroeléctrica, la nuclear y el conjunto de energías renovables (eólica, fotovoltaica, termosolar, entre otras) El mercado internacional del petróleo constituye, una “bañera” global en la que entra la producción procedente de los distintos “grifos” repartidos por el mundo y sale el consumido por los refinadores, comercializadores y usuarios repartidos por el mundo. Aunque el carbón es todavía la fuente dominante de energía primaria en Asia, donde representa casi el 50% del total.
Acontecimientos que ocurren una vez que aparece el petróleo. 
Desde 1928 hasta finales de los años cincuenta Venezuela fue el principal exportador petrolero del mundo, pero debido al crecimiento violento de la demanda de posguerra que hizo crecer la producción del Medio Oriente, en cuanto a calidad y menores costos fue desplazada. 
En 1947, el gobierno cívico-militar encabezado por AD toma la iniciativa de un primer contacto con representantes de la zona, en este caso concreto con el Embajador de Irán (a la fecha el primer exportador de la zona) en Washington, Hussein Alá (quien sustituiría en 1954 a Mossadegh como primer ministro), a través de la figura de Manuel Pérez Guerrero, representante de Venezuela en la naciente Naciones Unidas y quien por su alta experiencia diplomática era quizás el único o uno de los pocos venezolanos que conocía la realidad de El Medio Oriente. Este primer contacto no trascendió lo informal y en virtud de la agudización del desplazamiento de nuestro petróleo, se hizo obligatoria una visita oficial a la zona en septiembre de 1949 (año precisamente en la que la producción de El Medio Oriente sobrepasó la de Venezuela).
En septiembre de 1951, se realiza la Primera Convención Nacional del Petróleo, y aunque su carácter era técnico, se le dio importancia al contexto político y económico. El problema Palestino, la Nacionalización Iraní, la revolución nasserista, y en general los movimientos independentistas y nacionalistas en El Medio Oriente los llevaría por un lado a centrar sus intereses en asuntos distintos al petróleo, favoreciendo esta situación a Venezuela como “proveedor seguro y estable” y disminuyendo el interés de un acercamiento con esa región, más cuando en el período de la dictadura militar (1948-58), se entregaron nuevas concesiones, no se aumentaron impuestos, ni rentas satisfaciendo las peticiones de las compañías.
Por estos motivos hasta 1959 no se volvería a producir nuevos contactos entre ambas regiones. Por lo menos hasta la creación de la OPEP (1960), “nuestra” política petrolera internacional estaba dirigida por los intereses de las grandes compañías, por lo que difícilmente podamos hablar entonces de una política petrolera internacional propia. La otra gran característica de nuestra política exterior es su cuadratura con los intereses de la política exterior norteamericana. 
Las relaciones de Venezuela con EEUU su principal mercado exterior, estarían enmarcadas en el Tratado de Reciprocidad Comercial, firmado en 1939 y prorrogado en 1952 hasta que fue denunciado en 1972. En este tratado a Venezuela se le garantiza condiciones para la entrada del petróleo a los EEUU, este último tenía la oportunidad de exportar hacia nuestro país todos los productos que quisiera. En el marco de esta sincronización de política exterior venezolana-norteamericana, en 1950 se rompe relaciones con URSS y Checoslovaquia. Igualmente en los primeros años de democracia se impuso la “Doctrina Betancourt”, caracterizándose por rompimiento de relaciones con países cuyo origen de gobierno sea un golpe de Estado de izquierda o derecha. Para finales del gobierno del Presidente Leoni, se habían roto relaciones con Cuba, República Dominicana, Brasil, Argentina, Bolivia, Ecuador, Guatemala y Panamá.
El 14 de septiembre de 1960 fue fundada La OPEP, en el marco de una Conferencia en Bagdad por cinco países exportadores: Irán, Irak, Kuwait, Arabia Saudita y Venezuela, dando lugar a la creación de la primera asociación de países exportadores de materias primas. Su fundación fue producto de una tensa correlación de fuerzas entre las compañías petroleras multinacionales y los países productores. El objetivo inicial fue hacerle frente a las políticas de reducción de los precios de referencia del petróleo que llevaban a cabo las compañías petroleras, las cuales tenían la motivación y objetivo adicional de evitar el ingreso de nuevas compañías, así como reducir la competitividad del petróleo de otras regiones, especialmente del petróleo soviético de exportación. A partir de 1963 acordaron establecer la creación de un Centrode Intercambio de Información en materia petrolera, compilar un código uniforme de leyes petroleras, e iniciar estudios para el establecimiento de una Corte al interior de la OPEP que resolviera disputas relacionadas al ámbito legal, los cuales no pudieron ser satisfechos en toda su magnitud.
En 1968, se crean las bases fundamentales sobre la política petrolera en los países miembros que regiría la política activa de intervención de esta organización en los años setenta, período en el que se produjeron los dos mayores incrementos de precios en la historia del petróleo. Sin embargo, el poder de la OPEP durante esta etapa estuvo limitado, y si bien la organización logró que los precios de referencia del petróleo no disminuyeran, no consiguió que éstos se incrementaran.
En el sector petrolero es muy importante el incremento del precio y la previsión del declive de la producción mundial, este es un combustible fósil, la naturaleza emplea mucho tiempo en producirlo. Claro que existe petróleo no convencional, pero aún es limitado. Brasil explora intensamente el petróleo del fondo del mar. 
La participación del petróleo en la economía mundial es hoy la mitad de lo que era en la década de los setenta, cuando ocurrieron los dos shocks petroleros. Entonces el impacto de ese alto precio del petróleo no era idéntico. Está claro aquí que el precio actual del barril es menor de lo que fue en 1979, haciendo la corrección del dólar con un índice cualquiera de deflación. 
La demanda mundial de petróleo ha venido creciendo de forma sostenida a lo largo de los años, con solo ligeras y transitorias caídas durante las fases recesivas graves, como la vivida en 2009. Su nivel absoluto se está acercando a los 100 millones de barriles al día y su evolución futura estará en función, como señala el último informe de la Agencia Internacional de la Energía, de los tres grandes escenarios posibles: que los países mantengan sus actuales políticas («políticas actuales»); que adopten las nuevas medidas de lucha contra el cambio climático que ya han anunciado («nuevas medidas»); o que adopten las medidas muchos más radicales precisas para que se cumplan los objetivos fijados en diciembre de 2015 en el Acuerdo de París contra el cambio climático. Cuál sea el escenario que prevalezca influirá lógicamente sobre el precio futuro del petróleo.
En el 2019, los mercados internacionales de petróleo y gas han experimentado una verdadera “revolución”, desde que en la primera década de este siglo se desarrolló en Estados Unidos una nueva técnica de extracción de gas y petróleo, basada en la perforación horizontal y posterior fractura hidráulica (fracking) mediante inyección a presión de líquidos y disolventes en yacimientos de rocas de esquisto (shale), arcillas bituminosas (sandstone) y carbonatos impregnadas de hidrocarburos. El petróleo producido de esta forma, que es ligero, se conoce habitualmente como tight oil (es decir, petróleo procedente de formaciones compactas). 
La producción a gran escala se inició en los Estados de Texas, en la Permian Basin del oeste del Estado y la Eagle Ford del sur, y Dakota del Norte, en el Bakken Shale, y produjo a partir de 2008 un significativo crecimiento de la producción en Estados Unidos de petróleo, que compensó la caída de producción que los acontecimientos políticos produjeron durante el periodo 2011-2014 en países productores como Irán, Libia, Sudán o Siria y facilitó la estabilización del precio del petróleo en esos años. Como consecuencia de la revolución señalada, según las previsiones de la Agencia Internacional de la Energía Estados Unidos proveerá más de la mitad del crecimiento de la producción mundial de petróleo y de gas que tendrá lugar desde ahora hasta 2025, fecha en la que ya será el mayor productor de ambos hidrocarburos, con una cuota de mercado del 20% en petróleo y del 25% en gas16. 
La producción del petróleo no convencional se caracteriza por dos rasgos: 
a) Abaratamiento progresivo de costes. Aunque en sus inicios la producción de esa modalidad de petróleo solo resultaba rentable a partir de los 50 dólares por barril, en la actualidad lo es con precios mucho más bajos.
b) Coste de inversión moderado. Mientras que la exploración y explotación de nuevos yacimientos de petróleo convencional es muy costosa, los de más fácil acceso ya se descubrieron y empezaron a explotar hace años, la explotación y perforación de nuevos pozos es rápida y barata, y cuesta muy pocos millones de dólares. 
El petróleo de esquisto americano es un genuino rival de Arabia Saudita como productor marginal del mundo. 
Leyes que han regulado históricamente el petróleo hasta el día de hoy en Venezuela. 
Con la instauración del poder político español en América, las primeras legislaciones en materia de recursos minerales, fueron las Ordenanzas de San Lorenzo, firmadas el 22 de agosto de 1584 por el rey Felipe II, las cuales estuvieron vigentes hasta las Ordenanzas de Minería de Nueva España, dictadas el 22 de mayo de 1783 por el rey Carlos III. Este orden jurídico, se mantiene hasta que se produce el paso definitivo a la época de la República, cuando Simón Bolívar, entiende la importancia de traspasar lo que era propiedad del Rey a propiedad de la nación, presentando el Decreto del 24 de Octubre de 1829 en donde, transfiere la propiedad del Rey sobre las Minas a la República de Colombia y, manteniendo el principio regalista, establece que ninguna Mina puede ser explotada, aprovechada o utilizada de ninguna manera sin un permiso especial del Estado, además del pago de Regalía. Comienza nuestro dominio efectivo sobre el recurso natural. 
A finales del siglo XIX cuando el Petróleo comienza a tener importancia en la economía mundial, se comienza a ver la necesidad de actualizar nuestro ordenamiento jurídico frente a las nuevas realidades económicas. La estructura geológica del subsuelo venezolano, situación económica, social y política imperante en la primera década del siglo XX, facilitan la inversión de capital financiero monopolista en el recurso natural hidrocarburos y, en consecuencia, el fortalecimiento de la penetración de capital extranjero, cuyos antecedentes, en el caso de nuestro país, se remontan hasta los últimos años del siglo XIX, aunque solamente se manifiesta considerablemente, a partir de 1990. 
Durante el Gobierno de Cipriano Castro, se establece el código de minas de 1904, en donde el Petróleo caía bajo el concepto de sustancias semejantes, equiparándolo con los demás minerales, “La sencilla reglamentación era que por cada tonelada de dichas sustancias que se exportara debía pagarse Bs 4 como derecho de exportación”. Este código de 1904 se transformó en la Ley de Minas de 1905, lo cual representó un paso importante por parte del Estado al asumir la potestad para hacer frente a la avaricia de las empresas extrajeras sobre nuestro recurso. En esta Ley, que mantiene el principio regalista, se declara como Mina, toda sustancia bituminosa y fósil, ordenándose la extensión de las concesiones dadas, así como su tiempo y el pago correspondiente, pero todavía se entendía al Petróleo como un elemento más de las minas.
Desde 1915 hasta 1918, bajo el mandato de Juan Vicente Gómez, la injerencia de las empresas extrajeras en los se establecen dos Leyes de Minas, las cuales favorecían a las empresas extranjeras en cuanto a profundizar su dominio interno. Entre 1918 y 1936, se aprobaron en el país diez leyes de hidrocarburos. En la Ley de Minas de 1918 se regulan los combustibles fósiles, entre los cuales el petróleo sigue catalogándose en el mismo ámbito de los demás minerales. Se hacen más específicos los contratos de arrendamiento al tener que señalar taxativamente la extensión del terreno, que no podía ser mayor a 15.000 hectáreas, el lapso para empezar las exploraciones, las garantías ofrecidas por los contratistas y el pago de Bs. 0.05 a Bs. 0.10 por hectáreas y la Ley de Hidrocarburos de 1920, que es la primera Ley eminentemente establecida para lo concerniente al Petróleo como un recurso especialy constituyó un hito histórico-jurídico en la Venezuela petrolera, ya que se empezó a organizar los distintos tipos de concesiones y contratos que existían. Fue el embrión de la futura reforma petrolera de 1943. 
Disponía que una concesión de explotación no podía exceder de 10.000 hectáreas y que una persona o sociedad no debía adquirir más de 80.000. Sólo se permitía explotar la mitad de la concesión, la cual se dividía en forma de tablero de ajedrez con cuadros imaginarios blancos y negros de 200 Has. cada uno. El explotador escogía los cuadros de un sólo color y de ellos podía extraer petróleo, pero los otros pasaban al Estado bajo el término de reservas nacionales. Con ello, se introdujo la regalía por primera vez, es decir, una parte del petróleo extraído por el concesionario debía ser entregado al Estado, esa parte oscilaba entre el 10% y el 15%. 
Se estableció también de forma inequívoca la propiedad estatal de los yacimientos, quedando los propietarios particulares de la tierra, excluidos de cualquier participación de las regalías. Sin embargo, el gobierno de Juan Vicente Gómez, modificó esta Ley en los años sucesivos, no para beneficio del país, sino bajo las presiones de las empresas extranjeras. Se elevó la superficie máxima de la concesión hasta 120.000 Has. Los derechos de explotación fueron reducidos de Bs. 10 por Hectárea a Bs. 7. Los permisos de exploración se ampliaron a tres años. El límite de la concesión se extendió a cuarenta años y se pagaban impuestos miserables: diez céntimos de Bolívar por hectárea explorada, dos Bolívares por impuesto inicial de explotación y un impuesto de superficie entre dos y cinco Bolívares.
En 1928 el petróleo ocupó el primer lugar en la composición del Producto Interno Bruto nacional, los rubros agrícolas perdieron, definitivamente y para siempre, el rol de primer producto de exportación y mayor fuente de ingresos. En términos económicos dejamos de ser agrícolas para entrar a ser petroleros.
La Ley de Hidrocarburos de 1943 promulgada durante el gobierno de Isaías Medina Angarita, terminó con el caos de los años anteriores. En el marco de la Segunda Guerra Mundial, el Estado venezolano tuvo que asumir una mayor intervención en la economía para estimular la producción interna, debido a la merma en el comercio internacional de los rubros agrícolas y fundamentalmente del petróleo. Se elevó el desarrollo de la industria minera (hierro, cobre, caucho), asociada a los elementos de la guerra, además de la transformación de las relaciones pre-capitalistas en las áreas rurales del país, impulsado por la Reforma Agraria de 1945. De tal manera que, la nueva guerra fue un momento de nuestra historia que contribuyó a darle un mayor dinamismo a las decisiones políticas para incitar el desarrollo capitalista.
En este contexto, el Estado logró que las empresas petroleras extranjeras reconocieran su soberanía impositiva al obligarles a pagar la nueva Ley del Impuesto Sobre La Renta, promulgada en 1942. Adicionalmente, se aumentó de manera drástica la regalía hasta el 16,66 %, que en realidad, era todavía poca pero significaba un gran avance para la época, se eliminaron todas las leyes anteriores y se prorrogaron todas las concesiones por cuarenta años hasta 1983. También el Estado podía establecer, sin consultar a las empresas, los impuestos correspondientes. 
A partir de la Constitución de 1961, la relación Estado-petróleo, como recurso natural, sufrió un cambio cualitativo derivado directamente de la Ley de Nacionalización de 1976. Uno de los rasgos primordiales de la Ley de Hidrocarburos de 1943, fue el vencimiento de todas las concesiones en un lapso de cuarenta años, lo que quiere decir que para 1983 automáticamente el Estado pasaría a ser dueño de toda la infraestructura de las compañías petroleras. 
En términos jurídicos, el vocablo nacionalización, se comenzó a usar el 31 de julio de 1971 con la Ley de Bienes, afectos a la conversión, en donde el Estado venezolano se propuso desarrollar las disposiciones de la Ley de 1943 en cuanto a las transferencias de bienes, instalaciones y equipos. En marzo de 1974, el presidente Carlos Andrés Pérez, dictó el decreto No. 10 en donde creaba una comisión presidencial para adelantar y garantizar las disposiciones legales de 1943. Dicha comisión presentó su informe en diciembre de 1974, con lo cual se elaboró el proyecto de Ley, que fue promulgada en agosto de 1975 con vigencia desde el 1 de enero de 1976: nacía la Ley Orgánica que Reserva al Estado, la Industria y el Comercio de los Hidrocarburos. En agosto de 1976, fue creada por decreto, Petróleos de Venezuela S.A.
El Estado venezolano tuvo que indemnizar a las compañías concesionarias por más de Bs. 4.300 millones, por adelantar el período de terminación de las concesiones y cada concesionaria fue convertida en una filial de PDVSA, con la terminación “VEN”: la Creole pasó a llamarse Lagoven, la Shell, Maraven y la Mobil, Llanoven. 
A partir de la Constitución de 1999, se funda un nuevo orden jurídico que encarna una concepción en cuanto a la relación Estado-Petróleo, expresada en una política petrolera que busca un mayor y mejor aprovechamiento de los ingresos provenientes de la industria. En el artículo 11, establece el ejercicio del principio de soberanía por parte de la República, la cual se ejercerá…en los espacios continental e insular, lacustre y fluvial, el mar territorial, áreas marítimas inferiores, históricas y vitales y las comprendidas dentro de las líneas de base recta que ha adoptado o adopte la República. Dejando taxativamente planteado en qué área se aplica la soberanía nacional, por la necesidad de crear escenarios para futuros descubrimientos de yacimientos petrolíferos. Adicionalmente en su artículo 150, se consagra que todos los contratos y convenios en materia económica deben ser aprobados por el poder Legislativo, profundizándose el principio de soberanía en el artículo 151, cuando aclara que en todos esos contratos, aunque no se diga expresamente se incluirá: 
…Una cláusula según la cual las dudas y controversias que puedan suscitarse sobre dichos contratos y que no llegaren a ser resueltas amigablemente por las partes contratantes, serán decididas por los tribunales competentes de la República, de conformidad con sus leyes, sin que por ningún motivo ni causa puedan dar origen a reclamaciones extranjeras.
En materia estrictamente petrolera, la Constitución, en su artículo 156, numeral 16 y artículos 301, 302 y 303, reserva al Estado la administración de la actividad minera por razones de soberanía y conveniencia nacional. Negando la posibilidad de regímenes más beneficiosos para las empresas extranjeras que para las nacionales. Se conservará el dominio sobre la actividad petrolera y cualesquiera otras, así como la totalidad accionaria de PDVSA o del ente creado para el manejo de la industria petrolera salvo en los casos en que el desarrollo natural de PDVSA lleve como consecuencia al establecimiento de empresas conjuntas. 
En el marco de este nuevo ordenamiento jurídico, en el año 2001 se crea la actual Ley de Hidrocarburos, donde se reafirma, en su artículo 3, que todos los yacimientos en el subsuelo, son propiedad irrenunciable e inalienables del Estado (…) incluidos aquellos que se encuentren bajo el lecho del mar territorial, en la plataforma continental y en la zona económica exclusiva y en las fronteras nacionales. En concordancia con lo establecido en el artículo 156, numeral 16 de la Constitución, el Estado se arroga el principio de administrador de las minas e hidrocarburos, lo cual se materializa en el artículo 8 de la L.O.H.
Con esta disposición legal se garantiza la transparencia de la relación entre el propietario del recurso, o quien ejerce su administración y los que invierten para obtener un provecho de su explotación, sin importar si es un ente público o privado. En este aspecto la situación existente antes de la nacionalización ha sido restaurada, siendo además ésta la situación usual en cualquier país desarrollado donde existauna empresa pública de petróleo (por ejemplo Noruega). 
Otro aspecto a considerar en la L.O.H. es lo relativo a las regalías. En el artículo 44 de la Ley vigente, se determinaba un máximo de 30%, flexibilizándose el pago hasta un 16,66% en el caso de los crudos de la Faja del Orinoco. Aquí se restituye el parámetro señalado en la Ley de 1943 y se supera lo establecido en la apertura petrolera, donde en algunos casos, la regalía se disminuyó hasta un 1 %. Esto representa un avance en la capacidad de recepción de ingresos.
En torno a las condiciones para la formación y desarrollo de capital dentro del país, el articulado del 59 al 65 la L.O.H. expone regulaciones y características para fomentar el comercio interno de los productos derivados de la actividad petrolera, al catalogarlos como servicio público y por lo tanto, estimar sus precios. Lo cual, es diametralmente opuesto a lo estipulado en la Ley de 1943, donde lo importante era estimular la refinación.
Industria petrolera nacional. 
Nace en agosto de 1976. En los años siguientes a la nacionalización, PDVSA se concentró en aprovechar los inminentes recursos económicos que llegaban como consecuencia de la crisis energética en el Medio Oriente. Además, se buscaba frenar el deterioro de la infraestructura dentro del país. Con la entrada de la década de los años ochenta, el potencial productivo se había consolidado y se avanzaba en la modernización del parque refinador de PDVSA: se abrían las puertas para la próxima internacionalización de la industria estatal. 
El proceso conocido como internacionalización de la industria, fue planteado y ejecutado con el objetivo de buscar nuevos mercados y aumentar la capacidad de refinación. En 1983, PDVSA compra pequeñas porciones accionarias en la refinería alemana de VEBA OEL. En 1986, compra la mitad de la empresa sueca NYMAS PETROLEUM, y en 1987 adquiere la mitad de la empresa CITGO, que en 1990 conquista en su totalidad. Este proceso significó la transferencia de recursos petroleros venezolanos hacia el exterior y tuvo como característica que las inversiones no podían ser auditadas por los organismos venezolanos, debido a trabas contables y jurídicas en los países receptores de la inversión.
Este proceso tuvo su máximo auge en la llamada apertura petrolera, que comenzó jurídicamente, en 1992 cuando PDVSA celebra contratos de explotación petrolera con algunas empresas privadas para la reactivación de campos inactivos. Estos primeros contratos se denominaron convenios operativos (figura contemplada en el artículo 5 de la Ley Orgánica de Nacionalización), se crearon para explotar campos marginales, los cuales fueron adjudicados mediante tres rondas (I en 1992, II en 1993 y III en 1997). En definitiva, se firmaron 32 convenios que abarcaban 22 operadoras nacionales e internacionales. Dentro de las empresas foráneas se encontraban: BP, Chevron-Texaco, Shell, Petrobras, Repsol, Total.21 
En estos convenios, las empresas privadas actuaban como contratistas de PDVSA, suministrando los recursos financieros, materiales y humanos necesarios para reactivar el campo y PDVSA les pagaba dinero por barril producido, incluyendo costos y una ganancia establecida contractualmente. Además, las contratistas no podían negociar con terceros el petróleo producido, el cual debía ser entregado a la filial de PDVSA con la que se firmara el convenio. No obstante, si así lo decidía PDVSA, las empresas, podían recibir su pago en especies e indudablemente, estaban obligadas a pagar todos los impuestos correspondientes. 
Por otro lado, cada convenio tenía una duración de veinte años. Otras de las modalidades de la apertura petrolera, fueron las llamadas asociaciones estratégicas, que comenzaron a ejecutarse en septiembre de 1993, constituyéndose en tres contratos: dos que se firmaron entre Maraven, Conoco, Total, Itochu, Maru, Beni, a fin de explotar 200 mil barriles diarios de petróleo extrapesado en la Faja Petrolífera del Orinoco y la última entre Lagoven, Exxon, Shell, para ejecutar el proyecto Cristóbal Colón relacionado con la evaluación de campos de gas costa afuera. 
De esta manera, se equipara a los Hidrocarburos con cualquier otro bien o mercancía, al igualar la tasa impositiva aplicable a estas actividades con la que paga cualquier otro contribuyente normal, el 34%. Igualmente, el control del Estado no podía superar el 51 % de las acciones de las empresas mixtas que se establecían en las asociaciones.
La última modalidad de la apertura petrolera, fue las ganancias compartidas, que eran contratos para la exploración y producción de 10 áreas geográficas con un total aproximado de 18.000 Kilómetros cuadrados. Las características del contrato eran las siguientes: Se creaba una sociedad entre la Corporación Venezolana de Petróleo y los inversionistas privados, con distribución accionaria del 35% y 65 % respectivamente. La participación de la C.V.P. nunca podría ser mayor del 35 % ni mejor al 1 %. Las ganancias obtenidas de la producción y ventas de hidrocarburos se compartirían entre los miembros en atención a su participación accionaria, luego de deducir gastos costos e impuestos. Si se descubrían nuevos yacimientos los inversionistas podían solicitar nuevos acuerdos. Los contratos terminaban, salvo estipulación expresa, a los 39 años de haberse suscrito. Además se reducía la regalía hasta el 1%, significando un retroceso en la normativa legal señalada en la Ley de 1943.
Apreciación personal.
A través de la historia hemos podido apreciar como Venezuela pasó, de ser un país agrícola y pecuario a un país monoproductor, cuyo único ingreso depende del petróleo. Igualmente la trayectoria que tuvo el petróleo desde sus inicios hasta nuestros días. Es importante resaltar que si en los primeros años se fueran creado leyes que garantizaran el goce y disfrute de la renta petrolera, la historia del país fuera diferente, igualmente en cuanto a las concesiones extranjeras que al principio beneficiaban a estas más que al país. 
Por otro lado el abandono del campo, o mejor dicho de la producción agrícola y pecuaria constituye actualmente un grave error, debido a que la mayoría de los productos que consumimos son importados, por lo tanto esto trae como consecuencia el alto costo en los alimentos sobre todo en los productos de primera necesidad. 
Ahora bien, la renta petrolera no es exclusivamente un regalo de la geología, el petróleo tiene dos caras: es un bien producido por la naturaleza, pero también el generador de un ingreso resultado de un proceso que es capital intensivo, tecnológicamente complejo, que requiere trabajadores calificados, grandes inversiones y que genera encadenamientos productivos cuyo potencial para la diversificación productiva es ilimitado. La actividad petrolera incorpora trabajo, coordinación de factores de producción, costosa infraestructura, complicada logística y marco regulatorio. La renta petrolera por sí sola no es la que genera cambios en un sentido o en otro; es lo que se decide hacer con ella: las capacidades, las visiones, los valores, los conflictos de los hombres y mujeres que la reciben y emplean de un modo determinado.
Por lo tanto es hora de realizar un nuevo diseño de economía, el cual no dependa exclusivamente del petróleo y tenga como objetivo atraer la inversión extranjera para estabilizar al país. En materia de petróleo lograr estabilizar la producción la cual ha venido en descenso en los últimos años, igualmente inversión extranjera en la empresa petrolera, pero antes modificar las leyes que regulan este rubro.
Otro aspecto a considerar es el crudo pesado de la faja del Orinoco, el cual no puede ser procesado debido a la cantidad de refinerías que en la actualidad están inoperativas por falta de mantenimiento, inclusive el personal que actualmente labora pareciera no estar capacitado para el cumplimiento de las labores que conlleva el procesamiento de este. 
En vista del que el petróleo es un recurso natural no renovable, se debería impulsar la investigación y desarrollo en áreas de energías alternativas,que eventualmente puedan sustituir el consumo de petróleo y sus derivados, como por ejemplo el uso del gas natural para vehículos (para sustituir el consumo de combustibles) y de orimulsión (para la explotación de crudos pesados y extrapesados) para el mercado interno. La orimulsión se podría emplear para abastecer las plantas termoeléctricas de generación de energía.
La privatización de las empresas sería otro factor a considerar, debido a que el manejo por parte del Estado de empresas que eran privadas, ha traído como consecuencia el abandono, falta de mantenimiento y el deterioro en cuanto al servicio que prestan, un ejemplo de ello son las empresas como CANTV, CADAFE, que al pasar a manos del Estado han desmejorado la prestación de sus servicios, lo cual ha generado que haya un consumo excesivo y descontrolado por parte de la población, que en algunos de los casos utiliza estos servicios sin pagar por los mismos.
En cuanto a la PDVSA, debería volver a ser una empresa privada, su personal enviarlo a capacitarse para que la empresa pueda surgir, aunque debido a la falta de mantenimiento y los diferentes accidentes que han ocurrido por el mal manejo de los equipos, pueden tardar en estabilizarse, por lo tanto es necesario la inversión de empresas extranjeras, pero como dije anteriormente reguladas por leyes que garanticen el crecimiento de la economía venezolana. Igualmente es necesario revisar las concesiones que se realizan a los diferentes países, debido a que no generan un ingreso al país, sino más bien un gasto, lo cual contribuye al deterioro de la economía nacional. Las regalías de petróleo a países como Cuba, China entre otros, lejos de beneficiar a Venezuela, incrementan aun más la pobreza y disminuyen la calidad de vida. Siendo necesario revisar y ajustar los convenios internacionales, a fin de evaluar su rentabilidad y beneficios económico-financieros para la Nación 
Considero que el manejo de PDVSA y sus empresas filiales debería estar en manos de personas calificadas, que desarrollen Políticas Petrolera sobre la base del interés nacional, de manera independiente de los Gobiernos de turno y además que esta política sea establecida a corto, mediano y largo plazo e igualmente sea cumplida por la Directiva. Por ende, PDVSA debe enfocarse en su negocio medular: extracción del petróleo en el territorio venezolano, y las actividades que giran alrededor de ella, como lo es fortalecer la tecnología e infraestructura para la refinación y procesamiento del crudo pesado y extrapesado, el cual no es muy solicitado por el mercado internacional, debido a sus características.
Es sumamente importante que se haga una revisión y sinceración de la nómina de PDVSA, tomando en cuenta la competencia, educación y experiencia de las personas, y su idoneidad para ocupar el cargo correspondiente y los cargos establecidos en la Industria actualmente. Debería hacerse un ajuste en el precio de la gasolina y la eliminación de subsidios.
La separación del cargo de Presidente de PDVSA del cargo de Ministro del área, a fin de fortalecer la función contralora y fiscalizadora de éste en las actividades llevadas a cabo por las empresas operativas, específicamente en el área de la producción, comercialización y distribución del petróleo. 
Por lo antes expuesto considero necesario tomar conciencia sobre el consumo de la electricidad e igualmente incentivar a la población en la reducción del consumo energético, utilizar menos ropa sintética, caminar más o usar bicicleta como medio de transporte en distancias cortas, con esto no solo ayudamos a consumir menos petróleo o energía, sino que también ayudaríamos al medio ambiente. 
Por último en cuanto a la producción agrícola y pecuaria, incentivar a los agricultores y ganaderos del país, pagando el costo del producto a lo que verdaderamente equivale, debido a que por regulación presidencial son obligados a bajar los precios, lo que trae como consecuencia que muchos de estos decidan vender su producto a otros países como Colombia, Brasil, Aruba, entre otros, lo cual ha generado en ocasiones escases y sobreprecio. Con ello lograríamos la diversificación de la economía y producción nacional. Reactivar el sector industrial y turístico, entre otros. El objetivo sería no depender mayormente de los ingresos derivados del petróleo y sus actividades conexas.

Otros materiales