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I Asma bronquial Aspectos básicos para un tratamiento integral La Habana, 2012 2da. Edición Asma bronquial Aspectos básicos para un tratamiento integral José A. Negrin Villavicencio IV Edición: Lic. Maura Díaz Antúnez y Ing. Virgilia Salcines Diseño, realización, composición: Ac. Luciano Ortelio Sánchez Núñez 1ra. edición,2004 © Dr. José A. Negrin Villavicencio, 2012 © Sobre la presente edición: Editorial Ciencias Médicas, 2012 ISBN 978-959-212-785-2 Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas Editorial Ciencias Médicas Calle 23 No. 654 entre D y E, El Vedado, La Habana, CP: 10400, Cuba Teléfono: 836 1893 833 0314 E-mail: ecimed@infomed.sld.cu www.ecimed.sld.cu Catalogación Editorial Ciencias Médicas Negrín Villavicencio, José A. Asma bronquial. Aspectos básicos para un tratamiento integral. 2da. Ed. / José A. Negrín Villavicencio et al.——La Habana: Ecimed, 2012. 382 p.; tab.— (Clínico). - - Asma, Antiasmáticos, Estado Asmático, Sistema Respiratorio/ anatomía & histología, Fenómenos Fisiológicos Respiratorios, Agonistas Adrenérgicos, Administración por Inhalación WF 553 V A Fidel, con la firme disposición de desarrollar en este “ejército de guardianes de la salud” el paradigma biopsicosocial de la medicina, para ponerlo al servicio de nuestro pueblo y de toda la humanidad. VI “… El médico será algo más que alguien que atiende a uno que se enferma y va al hospital, sino que tendrá un papel especial en la medicina preventiva,…, en fin será un “Guardián de la Salud” (1983). “…, se hizo todo un programa, se creó un nuevo concepto, convertimos la generalidad en una especialidad: la medicina general integral, un con- cepto asociado a la idea del médico de familia” (1997). “…Hace falta que cada uno de nuestros profesionales de la salud posea un texto clásico de su especialidad, y si desempeña o practica dos, tres o más misiones en el hospital o policlínico, debe disponer de un ejemplar clásico de cada una”. “¿Qué hace un médico sin el texto actualizado que se considere ideal sobre esos conocimientos? ¿Qué hace si es cirujano sin texto adicio- nal sobre Cirugía? ¿Qué hace si su trabajo es como clínico de un hos- pital general donde además asiste a numerosos pacientes ancianos? Tres libros clásicos personales: como médico general integral, como clínico y como geriatra deben estar en sus manos” (2008). Fidel Castro Ruz VII Autor Dr. José A. Negrin Villavicencio Internista. Intensivista (convalidado). Profesor Auxiliar. Profesor Consultante Secretario de la Comisión para Protocolización de la Asistencia Médica del HHA Miembro de la Comisión Nacional de Asma Bronquial de Cuba Miembro de Honor de la Sociedad Cubana de Medicina Intensiva y Emergencia Coautores Dr. C. Juan Carlos Rodríguez Vázquez Neumólogo. Doctor en Ciencias Médicas. Profesor Titular de Neumología. Servicio de Neumología del Hospital C.Q “ Hermanos Ameijeiras” Presidente de la Comisión Nacional de Asma Bronquial de Cuba Dr. Gonzalo C. Estévez Torres Epidemiólogo. Profesor Auxiliar. Especialista de Higiene General Jefe del Departamento de Epidemiología del Hospital C.Q “ Hermanos Ameijeiras” Dra. Ilonka M. Estruch Fajardo Alergóloga. Profesora Auxiliar. Profesora Consultante Servicio de Alergología del Hospital C.Q “ Hermanos Ameijeiras” Dra. Odalys Marrero Martínez Intensivista. Especialista de II Grado en Medicina Intensiva y Emergencia Servicio de Cuidados Intensivos UCI-5 del Hospital C.Q “ Hermanos Ameijeiras” IX Al autor le ha resultado imposible desvincularse de una actividad a la que se siente unido, no ya por un sentimiento histórico o por afinidad con sus características clíni- cas, o porque los nuevos conocimientos en el campo de la fisiopatogenia del asma o los nuevos tratamientos atraen fuertemente, sino por el convencimiento de que el asma bronquial es una enfermedad controlable, y lo será en los próximos 30 años en más de 95 % de los pacientes que la sufren, aunque para entonces sean casi 500 millones los asmáticos en el mundo no desarrollado aún, ante la carencia de políticas preventivas, y en los desarrollados ante la lamentable política de agresión al medio y el inevitable cambio climático. Esta II Edición tiene como principal objetivo mostrar, en el límite de nuestras posibi- lidades, los avances ocurridos en el breve espacio de una década que media desde la primera edición y que adelantan, en buena medida, los recursos y métodos, que harán posible la previsión hecha para las próximas 3 décadas. Ha sido un trabajo profundo e intenso el actualizar la obra en su totalidad y en sus mínimos detalles. Nada fue dejado de analizar a la luz de una exhaustiva revisión de la literatura internacional y de adecuar la información y evidencias obtenidas a las características de nuestro país y de su Sistema Nacional de Salud. En esta ocasión me acompaña un reducido pero selecto núcleo de expertos en las materias respectivas con el objetivo de hacer énfasis en el aspecto encomendado. Sus conocimientos y experiencias acumuladas aportan mayor credibilidad a la obra científica elaborada y el prestigio profesional que los acompaña crea las condiciones para una mayor adherencia de los lectores al texto. Se mantuvo el original capítulo de anatomía y fisiología respiratoria para responder a cualquier duda que pudiera surgir. La breve historia recopilada sobre el asma nos provocó numerosos recuerdos, se destaca la atención mundial prestada a partir de los finales del 1950 y principios de los 1960´del Siglo pasado a esta entidad en términos de conocimientos y recursos porque, evidentemente, había dejado de ser una peculiar enfermedad para convertirse en un problema de salud. La nueva clasificación, basada en el control de los síntomas, pareciera buscar una simplificación capaz de provocar mejores resultados a la hora de la entrevista médicopaciente asmático-familia del paciente asmático. Sin embargo, la vemos co- herente con el esfuerzo que se viene realizando sobre la identificación de los dife- rentes fenotipos, expresión pública de los diferentes genotipos, que facilita la interpretación de las diferentes y variables respuestas de los pacientes asmáticos a un mismo tratamiento e incluso, del mismo paciente, interpretado en la variable tiempo y contribuye a la política de personalizar la atencion. El amplio análisis de la incidencia del asma en diferentes continentes, países y ciu- dades, favorecen la apreciación de que el número de asmáticos aumenta cada día más en relación con la influencia del medio sobre el factor genético asmático, con Prefacio X independencia de que el desarrollo de la atención médica, los recursos y arsenal terapéutico permita considerar, con un alto grado de conformidad, que la tasa de mortalidad continúa descendiendo. El capítulo que aborda la fisiopatogenia del asma permite apreciar los saltos dados en el área de lo inflamatorio que, sin llegar aún al punto final, ha avanzado de tal manera que hace pensar en un futuro no lejano donde las areas oscuras se iluminarán. No es tan impactante el capítulo de medicamentos nuevos pero sí los estudios que han logrado obtener de ellos los mejores resultados e identificaron los riesgos de su empleo o recomendaron las más eficientes combinaciones, de manera que podemos afirmar que hoy no solamente es más eficiente el tratamiento antiasmático sino también, mucho más seguro. La disponibilidad de medicamentos capaces de neutralizar la IgE, deprimir al máxi- mo los eosinófilos y sus consecuencias conocidas, sienta un hito en la historia de la atención al paciente asmático de difícil manejo. La búsqueda insesante parece ha- ber encontrado con certeza los diferentes lugares donde los antagonistas de los receptores de los leucotrienos son más eficientes. Numerosos archiconocidos medi- camentos anti -asmáticos han sido postergados o limitados ante las evidencias de las complicaciones potenciales derivadas de su empleo. Sin embargo, al repasar los pasos dados para actualizar esta obra,quedó nuevamen- te en evidencia que, no por todos estos avances tecnológicos han quedado excluidas las medidas preventivas; todo lo contrario, en los próximos años los logros serán fundamentalmente en esta esfera, con lo que el protagonismo de los futuros medica- mentos, posiblemente del nivel terapéutico ultraselectivo, será infinitamente menor que la prevención de los factores medioambientales que se ceban en la heterogenei- dad genética de esta enfermedade y en ocasiones se apoyan en ciertos eventos en la vida cuyo resultado final es el asma. En igual sentido, para entonces la cultura del paciente que sufre asma continuará mejorando significativamente porque, de lo contrario, los logros avisorados no po- drán ser alcanzados y la educación al paciente asmático, brindada en el Nivel I de atención, será la acción esencial, con más y mejores recursos didácticos y a la vez más firme y convincente la mano que guía la relación médico-enfermera-paciente- familiares. Ello provocó la decisión de incluir las recomendaciones de la Comisión Nacinal de Asma en el campo de la educación del asmático para fortalecer este objetivo. Esta Edición concuerda con el reforzamiento cuantitativo y cualitativo sufrido re- cientemente por la Comisión Nacional de Asma del Ministerio de Salud Pública de Cuba, que se ha impuesto objetivos que comparto totalmente, en particular objetivar la función respiratoria para potenciar las medidas asistenciales que correspondan, apoyar la prevención y elevar la disponibilidad de fármacos controladores. En igual sentido, siempre habrá que contar con «el apoyo de los médicos que se dedican a atender a los pacientes asmáticos, con toda la paciencia, capacidad profe- sional (requisito sine qua non) y la alta motivación de que el control del asma bron- XI quial siempre es posible sobre la base de un tratamiento integral, que conjugue la guía acertada del médico y la cooperación concientizada del paciente» (…del prólogo de la I Edición). Ellos, y en particular los médicos y enfermeras de la familia, los Lic. En Cultura Física, los Psicólogos y los Lic. En Ciencias de la Salud han estado presentes constantemente al momento de redactar el contenido que se muestra. Considero que la propagación de los protocolos asistenciales o Guías de Prácticas Clínicas en el campo de la atención al asmático es otro importante eslabón en la cadena de calificar los potenciales resultados. La preparación continua y ascenden- te del personal de atención a estos pacientes asmáticos es una necesidad incuestio- nable e imprescindible. Agradecemos profundamente la invitación hecha por la Editorial Ciencias Médicas para ejecutar esta II Edición, y el soporte brindado para ello. En igual sentido, des- tacamos la calificación aportada por la mano correctora de la Lic. Maura E. Díaz Antúnez, amiga y maestra en lo que a exigencia de calidad se trate y el apoyo multifacético de la Lic. Nidia Machado Castillo en el cotejo y confección de la documentación elaborada. Esta 2da.Edición coincide con la celebración el 3 de diciembre de 2012, del 30 Aniversario de la inauguración del Hospital Clinicoquirúrgico «Hermanos Ameijeiras». Declaro que esta obra es fruto del estilo de trabajo que nos inculcó esta querida institución desde su fundación. Por eso, agradecido una vez más, dedico esta obra a tan feliz logro de la Revolución Cubana. El Autor XIII Contenido Capítulo I ASMA. RECUENTO HISTÓRICO. DEFINICIÓNES. CLASIFICACIONES/1 Recuento histórico/ 1 Definiciones/ 2 Precursores de la definición vigente/ 2 Broncospasmo/ 3 Hiperreactividad bronquial/ 3 Reversibilidad del broncospasmo/ 3 Inflamación de la mucosa/ 3 Remodelado de las vías aéreas/ 4 Estado actual de las definiciones/ 4 Lo común en las definiciones/ 4 Aspectos controversiales o lo incierto de lo cierto/ 5 La gran controversia: El asma: ¿síndrome o enfermedad?/ 5 Conveniencias de no definir el asma bronquial/ 6 Clasificaciones/ 7 Clasificación según el fenotipo “ asma”/ 7 Establecimiento del fenotipo/ 7 Fenotípica cualitativa/ 7 Clasificación patogénica/ 8 Diferencias entre asma extrínseca y asma intrínseca/ 10 Clasificación según la evolución temporal/ 11 Clasificación según la intensidad de los episodios agudos/ 12 Clasificación según el tiempo de instalación de la crisis asmática/ 13 Clasificación según la frecuencia de presentación de las CAA-IS/ 13 Clasificación según el grado de control/ 14 Bibliografía/ 14 Capítulo II RECUENTO ANATÓMICO Y FISIOLÓGICO DEL APARATO RESPIRATORIO/ 16 Recuento anatómico/ 16 Vías aéreas/ 16 Fosas nasales/ 16 Faringe/ 17 Laringe/ 17 Tráquea, bronquios y bronquiolos/ 17 Alveolos/ 18 Epitelio pulmonar/ 18 Membrana alveolocapilar/ 18 Compartimento alveolar/ 18 Compartimento intersticial/ 19 Compartimento linfaticopulmonar/ 19 Compartimento vascular/ 19 XIV Músculo liso bronquial/ 20 Sistema mucociliar/ 20 Membrana ciliar/ 21 Transporte mucociliar/ 21 Mucus bronquial/ 22 Inervación pulmonar/ 24 Vía colinérgica o vagal/ 24 Vía adrenérgica/ 26 Vía no adrenérgica no colinérgica/ 26 Recuento fisiológico/ 26 Función respiratoria/ 26 Estudio de la diferencia de oxigenación alveolo-capilar/ 36 Coeficiente respiratorio/ 38 Estudio de la relación PaO2 /FiO2/ 39 Estudio del espacio muerto fisiológico (VD/VT)/ 40 Determinación de los cortocircuitos pulmonares/ 41 Difusión/ 43 Transportación/ 44 Liberación del oxígeno por la hemoglobina en los tejidos/ 46 Regulación/ 46 Bibliografia/ 47 Capítulo III EPIDEMIOLOGIA DEL ASMA. PATOGENIA/ 49 Epidemiología/ 49 Prevalencia/ 49 Gravedad/ 51 Mortalidad/ 51 Factores que pudieran estar influyendo en la mortalidad del asma reportada/ 52 ¿Hay riesgo de muerte?/ 53 ¿Por qué mueren de asma?/ 54 Carga económica/ 57 Epidemiología del asma en Cuba/ 57 Factores ambientales/ 59 Dieta/ 59 Obesidad/ 60 Exposición temprana a los alergenos/ 60 Contaminación del ambiente laboral/ 62 Contaminación ambiental no laboral/ 63 Fumador activo/ 63 Fumador pasivo/ 64 Medicamentos/ 65 Infecciones/ 65 Bibliografia/ 69 Capítulo IV FISIOPATOGENIA DEL ASMA/ 71 Fisiopatogenia / 71 Células inmunes/ 72 XV Reacción alérgica/ 72 Reacción dual/ 78 Células metacromáticas /81 Neutrófilos/ 88 Plaquetas/ 89 Células estructurales/ 89 Células epiteliales/ 89 Células endoteliales/ 90 Aumento de la permeabilidad vascular/90 Mediadores químicos/91 Los eicosanoides/91 Liberación de metabolitos del ácido araquidónico/ 92 Mediadores químicos en la respuesta inflamatoria en la fisiopatogenia del asma/92 Citocinas/ 94 Otras citocinas y funciones/ 96 Leucotrienos/ 96 Prostaglandinas/ 97 Histamina/ 97 Factor activador plaquetario/ 100 Bradicininas y cininógenos / 101 Taquicinas o neuropéptidos/ 101 Tromboxanos/ 101 Mediadores inflamatorios del eosinófilo/ 102 Ácido monohidroxieicosatetraenoico/ 102 Acetilcolina/ 102 Adenosina/103 Endotelina-I/ 103 Receptores de los mediadores/ 103 Hiperreactividad bronquial/ 104 Hiperreactividad bronquial y asma bronquial/ 106 Remodelado de las vías aéreas/ 107 Cambios en los componentes de la matriz extracelular/112 Clínica del remodelamiento/112 Función de los alveolos en el asma bronquial/ 112 Control neurohumoral del calibre de las vías aéreas/ 112 Sistema nervioso parasimpático/ 113 Sistema nervioso simpático/ 114 Hipótesis neurógena/ 114 Nervios no adrenérgicos no colinérgicos/115 Obstrucción bronquial/ 115 Anatomía patológica/ 116 Examen microscópico/ 117 Hiperplasia del músculo liso bronquial/ 118 Correlación con la clínica/ 119 Bibliografía/ 119 Capítulo V MEDICAMENTOS EN EL ASMA. MEDICAMENTOS CONTROLADORES/ 121 Introducción / 121 Clasificación de los medicamentos empleados en el asma/ 121 XVI Clasificación de los medicamentos según su papel en el manejo del asma/ 121 Medicamentos controladores del asma/ 122 Cromonas (o cromoglicatos)/ 122 Cromoglicato de sodio/ 123 Nedocromil sódico/ 126 Control de la eficiencia terapéutica de las cromonas/ 127 Glucocorticoides/ 127 Glucocorticoides inhalables/ 128 Características generales de los glucocorticoides inhalables y suempleo/ 130 Educación al paciente y sus familiares sobre el empleo de los GCI/ 132 La fluticasona o fluticonasol/ 139 Budesonida/ 140 Beclometasona/ 141 Mometasona furoato/ 142 Ciclesonida/ 142 Resumen terapéutico de los GCI/ 143 Glucocorticoides por vía oral/ 143 Diferentes preparados por vía oral/ 146 6-metilprednisolona/ 146 Prednisolona/ 147 Prednisona/ 147 Betametasona/ 147 Pacientes asmáticos esteroides dependientes/ 147 Pacientes asmáticos esteroiderresistentes/ 148 Glucocorticoides por vía intravenosa/ 149 Corticoides de acción intermedia/ 149 Hidrocortisona/ 149 Prednisolona/ 150 Corticoides de acción prolongada/ 150 Equivalencia de las dosis de los glucocorticoides inhalables/ 150 Antihistamínicos/ 151 Antihistamínicos de segunda generación/ 153 Ketotifeno/ 153 Loratadina/ 153 Azelastina/ 154 Cetirizina/ 154 Furosemida inhalada/ 155 Fundamentación de su empleo/ 155 Inhibidores de la 5-lipooxigenasa/ 156 Bloqueadores de los receptores de los leucotrienos/ 157 Zafirlukast/ 157 Pranlukast/ 157 Montelukast/ 158 Medicamentos ahorradores de esteroides/ 158 Hidroxicloroquina/ 159 Metotrexate/ 159 Ciclosporina A/ 159 Colchicina/ 160 Azatioprina/ 160 Sales de oro/ 160 XVII Troleandromicina/ 161 Bibliografia/ 162 Capítulo VI MEDICAMENTOS ANTIASMÁTICOS DE ALIVIO RÁPIDO/ 164 Introducción/ 164 Agonistas adrenérgicos/ 164 Principales agonistas adrenérgicos empleados en el asma/ 165 Empleo de los agonistas adrenérgicos de alivio rápido o acción corta/ 165 Adrenalina (epinefrina)/ 165 Isoprenalina (isoproterenol)/ 165 Agonista β-adrenérgico/ 166 Receptores de los β2-agonistas/ 166 Acciones favorables de los agonistas β2-adrenérgicos/ 167 Efectos adversos de los agonistas β2-adrenérgicos/ 169 Por su acción farmacológica/ 169 Otros efectos farmacológicos/ 171 Por uso prolongado/ 171 Tolerancia a los β2-adrenérgicos/ 171 Pérdida de protección contra los estímulos broncoconstrictivos/ 172 Hiperrespuesta bronquial/ 172 Detectados por la clínica/ 172 Broncoconstricción paradójica/ 172 Incremento de la mortalidad y cuadros de suma gravedad/ 172 Agonista β2-adrenérgicos/ 173 Criterios de empleo de los β2-agonistas/ 173 Empleo de los β2-agonistas “según necesidad o demanda”/ 174 Empleo de los β2-agonistas mediante pauta “regular o reglada”/ 174 Derivados de los resorcinoles/ 175 Metaproterenol/ 175 Terbutalina/ 175 Fenoterol/ 176 Derivados de las saligeninas/ 176 Salbutamol/ 177 Pirbuterol/ 178 Bitolterol/ 178 Empleo de β-adrenérgicos de acción prolongada/ 179 Indicaciones asociadas al empleo de GCI/ 180 Salmeterol/ 180 Dosis (presentación como parte de una combinación con GCI)/ 181 Formoterol/ 181 Empleo de β2-adrenérgicos por vía oral/ 181 Empleo de β2-adrenérgicos por vía parenteral/ 182 Combinaciones de antiinflamatorios y broncodilatadores/ 182 Metilxantinas y sus derivados/ 184 Aminofilina. Farmacocinética/ 185 Cafeína/ 198 Enprofilina/ 199 Bamifilina/ 199 Anticolinérgicos/ 199 XVIII Bromuro de ipratropium/ 200 Bromuro de oxitropium/ 202 Tiotropium/ 202 Medicamentos con “diana” muy específica/ 202 Monoclonal anti IgE (omalizumab)/ 202 Bibliografía/ 203 Capítulo VII RUTAS DE EMPLEO DE LOS MEDICAMENTOS/ 205 Introducción/ 205 Administración de fármacos por vía respiratoria en pacientes asmáticos/ 206 Aerosolterapia/ 206 Diferentes tipos de aerosoles/ 206 Aerosoles mediante el inhalador dosis-metrada (IDM)/ 207 Técnica de empleo de los IDM/ 208 Reglas para el empleo correcto de los IDM/209 Enseñanza del empleo de los IDM/ 209 Errores más frecuentes al aplicar la técnica de los IDM/ 210 Principales desventajas del empleo de la técnica de IDM/ 211 Empleo del inhalador IDM con autodisparo/ 211 Técnica de empleo del autohalerÒ/ 211 Ventajas de los IDM tipo autohalero/ 211 Empleo del sistema activador operado por la respiración/ 212 Inconvenientes del IDM con autodisparo/ 212 Determinación de la cantidad de puff empleados mediante IDM/ 213 Espaciadores/ 214 Espaciador sin válvula/ 214 Técnica para cámara sin mascarilla/ 214 Espaciador con válvula unidireccional/ 214 Saco plástico colapsable/ 215 Dispensadores (inhaladores) de polvo seco / 217 Diferentes DPI/ 219 Inhalador de polvo seco monodosis/ 219 Rothahaler/ 219 Turbohaler/ 220 Diskus o Accuhaler®/ 222 Nebulización a chorro (jet)/ 223 Aerosoles a presión positiva intermitente/ 228 Bibliografía/ 228 Capítulo VIII DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DEL PACIENTE ASMÁTICO/ 230 Objetivos/ 230 Diagnóstico del asma/ 231 Evaluación clínica/ 232 Historia clínica/ 232 Interrogatorio/ 232 Características clínicas que aumentan las probabilidades/ 233 Examen físico/ 233 “Anillos” que agrupan los datos positivos de la historia clínica/ 233 XIX Evaluaciones no clínicas/ 233 Diagnóstico de alteraciones de la función respiratoria/ 233 Presencia de obstrucción bronquial/ 233 Pruebas funcionales respiratorias/ 234 Criterios de obstrucción bronquial/ 234 Criterio de hiperreactividad bronquial/ 238 Presencia de inflamación en vías aéreas/ 242 Otras investigaciones/ 243 Estudios inmunoalérgicos/ 244 Estudios radiográficos/ 245 Estudios endoscópicos/ 245 Estudios de laboratorio clínico/ 245 Pruebas de citología y microbiología/ 246 Otras pruebas e interconsultas/ 246 Diagnóstico diferencial/ 248 Tratamiento del asma/ 249 Tratamiento del asmático controlado/ 250 Criterios de control total de asma/ 250 Comportamiento de los síntomas y signos/ 250 Tratamiento no farmacológico/ 251 Medidas preventivas del asma/ 250 Posibilidades de prevención primaria del asma/ 251 Posibilidades de prevención secundaria/ 251 Medicina alternativa/ 251 Prevención primaria del asma/ 251 Exposición a agentes biológicos/ 252 Formaldehído/ 252 Compuestos orgánicos volátiles/ 252 Control del medio ambiente del hogar/ 253 Alimentos/ 254 Aditivos de alimentos y medicamentos/ 255 Posibilidades de prevención secundaria/ 256 Control del medio extradomiciliario/ 256 Medicina alternativa y complementaria/ 259 Otros factores previsibles/ 259 Factores predisponentes/ 260 Solución a los procesos asociados/ 263 Tratamiento farmacológico del paciente asmático controlado/ 263 Tratamiento del asmático parcialmente controlado/ 264 Si no evoluciona hacia el control: valorar pasar al paso 3/ 264 Características asociadas con mayor riesgo de eventos adversos en el futuro/ 267 Causas comunes para una pobre respuesta al tratamiento/ 267 Inmunoterapia/ 268 Mecanismo de acción de la inmunoterapia/ 269 Consideraciones previas al inicio de la inmunoterapia/ 269 Principales indicaciones de la inmunoterapia/ 270 Tiempo de aplicación de la inmunoterapia/ 271 Complicaciones con el empleo de la inmunoterapia/ 271 Precauciones a la hora de emplear inmunoterapia/ 271 Papel del médico y la enfermera de la familia en la atención al asmático/ 272 XX Calidad de vida/ 277 Papel del psicoterapeuta/ 278 Definición/ 279 Objetivos generales/ 280 Objetivos específicos/ 280 Implementación/ 280 Aspecto informativo/ 280 Asma y rehabilitación/ 283 Concepto/ 284 Objetivos/ 284 Criterios de inclusión/ 284 Criterios de exclusión/ 284 Criterios de exclusión relativos/ 284 Componentes del equipo de rehabilitación/ 284 Evaluación preposrehabilitación/ 284 Tratamiento rehabilitador/ 285 Educación/ 285 Programa de ejercicio para lograr una mayor adaptación cardiopulmonar y conseguir un aumento de la resistencia de los músculos en general y los respiratorios en particular/ 286 Estiramiento/ 286 Bibliografía/ 287 Capítulo IX CRISIS AGUDA DE ASMA/ 289 Introducción/ 289 Definición/ 289 Fisiopatogenia de las crisis agudas de asma/ 289 Formas clínicas de presentación/ 290 Diagnóstico de la crisis aguda de asma/292 Diagnóstico diferencial/ 293 Clasificación emergente de las crisis agudas de asma según la severidad/ 293 Flujometría en las crisis agudas de asma/ 295 Escenarios de las crisis agudas de asma/ 295 Criterios generales para la atención intrahospitalaria / 295 Tratamiento en el cuerpo de guardia/ 295 Medicamentos antiinflamatorios esteroideos/ 299 Empleo de corticoides sistémicos/ 299 Dosis óptimade corticoides sistémicos/ 299 Antagonistas de los leucotrienos/ 300 Empleo de corticoides inhalados al alta/ 300 Medicamentos no recomendados a emplear en el Cuerpo de Guardia/ 300 Evaluación clínica de forma periódica/ 300 Conducta a seguir según la evolución de la crisis asmática/ 301 Complicaciones potenciales durante la crisis aguda de asma/ 302 Procesos asociados/ 304 Incremento de las secreciones bronquiales/ 304 Aumento de la producción y secreción de mucus/ 305 Aclaramiento mucociliar anormal/ 305 Otras causas/ 305 Tratamiento de las secreciones/ 306 XXI Atención de la causa de base/ 306 Mucolíticos/ 306 Expectorante/ 307 Antibióticos/ 307 Tratamiento extrahospitalario de la crisis aguda de asma/ 307 Plan de Acción/ 307 Acciones diagnósticas/ 307 Acciones de automanejo guiado/ 308 Durante traslado al policlínico u hospital/ 310 Bibliografía consultada/ 312 Capítulo X AGUDIZACIÓN GRAVE DEL ASMA/ 314 Introducción/ 314 Definición/ 314 Otros autores implican en la definición/ 314 Patogenia de la agudización grave del asma/ 314 Factores precipitantes de la agudización grave del asma/ 315 Cuadro clínico/ 316 Historia clínica/ 316 Estudio de la función respiratoria/ 318 Pruebas complementarias/ 318 Clasificación de la gravedad de la crisis/ 319 Factores de riesgo de muerte/ 320 Diagnóstico de la agudización grave del asma/ 321 Criterio de ingreso en cuidados intensivos/ 321 Tratamiento de la agudización grave del asma/ 321 Oxigenoterapia/ 322 Corticosteroides/ 322 Broncodilatadores/ 324 Metilxantinas/ 325 Drogas anticolinérgicas/ 326 Indicaciones en la AGA/ 326 Anticolinérgicos/ 326 Otros medicamentos utilizados en el tratamiento de la agudización grave del asma/ 327 Sulfato de magnesio/ 327 Furosemida/ 327 Formoterol/ 327 Reemplazo de líquidos/ 328 ¿Cuándo ventilar?/ 328 Ventilación artificial/ 328 Ventilación no invasiva/ 328 Ventilación invasiva/ 329 Solución de los procesos asociados/ 329 Solución de las secreciones/ 329 Broncoscopia/ 330 Corrección de las alteraciones del factor metabólico/ 330 Solución del barotrauma/ 331 Fin de la ventilación artificial mecánica/ 333 XXII Consideraciones al alta de la unidad de cuidados intensivos/ 333 Bibliografía / 333 Capítulo XI ATENCIÓN ESPECIALIZADA EN EL ASMA/ 334 Asma nocturna/334 Fisiopatogenia del asma bronquial nocturna/ 334 Tratamiento del asma nocturna/ 336 Bibliografía/ 336 Asma inducida por ejercicio/ 337 Definición/ 337 Fisiopatogenia del asma bronquial inducida por el ejercicio/ 337 Diagnóstico del asma inducida por el ejercicio/ 339 Tratamiento del asma inducida por ejercicio/ 339 Tratamiento medicamentoso/ 339 Aumento de la dosis de control a largo plazo/ 340 Ejercicios respiratorios/ 340 Ejercicios generales/ 341 Bibliografía/ 343 Asma bronquial ocupacional/ 343 Ocupaciones con más incidencia/ 343 Definición/ 344 Importancia de su estudio/ 344 Fisiopatogenia del asma ocupacional/ 344 Mecanismos inmunológicos/ 344 Mecanismos no inmunológicos/ 346 Clasificación clínica del asma ocupacional/ 348 Diagnóstico positivo del asma ocupacional/ 349 Radiología/ 350 Anatomia Patológica/ 350 Diagnóstico diferencial del asma ocupacional/ 350 Tratamiento del asma ocupacional/ 350 Prevención/ 351 Prevención primaria/ 351 Prevención secundaria/ 351 Prevención terciaria / 351 Bibliografia/ 351 Asma aspirina-sensible/ 352 Definición/ 352 fisiopatogenia/ 352 Características clínicas/ 353 Prevención/ 354 Tratamiento/ 354 Bibliografia/ 355 Asma y embarazo/ 356 La madre, el feto y el asma/ 356 Hipoxia/ 356 Medicamentos/ 356 Drogas simpaticomiméticas/ 357 Glucocorticoides inhalables / 357 XXIII Aminofilina/ 357 Esteroides con efectos sistémicos/ 357 Cromonas/ 358 Anticolinérgicos/ 358 Antileucotrienos/ 358 Otros medicamentos/ 358 Antibióticos/ 358 Inmunoterapia/ 359 Tratamiento/ 359 Bibliografia/ 361 Asma en el adulto mayor/ 362 Definición/ 362 Bibliografía/ 363 Rinitis alérgica/ 363 Definición/ 363 Clasificación/ 364 Asociación entre asma y rinitis/ 365 Medidas preventivas/ 366 Antihistamínicos/ 366 Descongestionantes/ 366 Antiinflamatorios/367 Bibliografía/ 367 Capítulo XII ASMA DE CONTROL DIFÍCIL/368 Introducción/ 368 Definición/ 368 Criterios mayores/ 368 Criterios menores/ 368 Sociedad Española de Neumología y Cirugía de Tórax (SEPAR)/ 369 Asma resistente a glucocorticoides o asma corticodependiente / 369 Asma lábil, inestable o brittle asma/ 369 Epidemiología/ 369 Factores de riesgos/ 369 Heredoconstitucionales. Genéticos/ 369 Atopia/ 370 Sexo/ 370 Raza/ 370 Ambientales/ 370 Infecciones/ 370 Medicamentos/ 370 Psicológicos/ 370 Socioeconómicos/ 370 Patogenia y fisiopatología/ 370 Inflamación inducida por Th2/ 370 Anomalías en la Unidad Trófica Epitelio-Mesénquima (UTEM)/ 371 Fenotipo (expresión del genotipo modulado por el ambiente)/ 371 Fenotipos asmáticos/ 371 Categorización fenotípica/ 372 Atención del asma de control difícil/ 373 XXIV Objetivos/ 373 Diagnóstico/ 373 Pruebas específicas/ 374 Pruebas basales/ 374 Pruebas adicionales/ 374 Diagnóstico diferencial/ 375 Procesos que asemejan asma/ 375 Cofactores/ 375 Principios terapéuticos/ 375 Fármacosconvencionales, adicionales o alternativos/ 375 Anticolinérgicos de acción sostenida/ 376 Corticoides orales/ 376 Tratamiento de los pacientes asmáticos corticorresistentes/ 376 Terapia no convencional inmunomoduladorapreventiva/ 376 Persistencia de los síntomas a pesar de altas dosis de terapia combinada/ 377 Adherencia y satisfacción del paciente y familiares/ 377 Prevención de factores causales y agravantes ambientales/ 377 Monitoreo del paciente por visitas al facultativo cada 4 u 8 semanas / 379 Educación/ 379 Terapia complementaria/ 379 Terapia de las comorbilidades/ 380 Reducción de la medicación/ 380 Evaluación de resultados del diagnóstico, tratamiento inicial y seguimiento/ 380 Factores que complican el tratamiento/ 380 Bibliografía/ 381 Capítulo I Recuento histórico Mucho antes de nuestra era grandes maestros de la medicina señalaron la importancia del aire para la vida y enunciaron los rudimentos de la fisiología pulmonar. La palabra asma proviene del griego aazeim que sig- nifica “ respirar con la boca abierta o respiración rápi- da y corta”. Inicialmente apareció en el libro La Ilíada, de Homero con el significado de “ respiración corta” aunque se le atribuye a Hipócrates (460-370 a.n.e) su empleo en sentido médico por primera vez. Celso (30 a.n.e.), dio tal nombre a la “ falta de aire moderada” que presentaban los soldados al realizar ejercicios. Galeno (129-200 d.n.e) y Areteo de Capadocia (¿120- 200? d.n.e) la señalaron. En la Edad Media Maimónides (1135-1204) reconoció, en su libro Tratado sobre Asma, que los síntomas con frecuencia se relacionaban con un resfriado y alertaba sobre la prevención de entornos ambientales contaminados. Desde entonces el asma ha ocupado ininterrumpidamente la atención médica. En el siglo XVII es introducida en Gran Bretaña, desde la India, según la literatura Aiurvedic, la hierba Datura strammonium, que contiene el anticolinérgico atropa, por entonces reconocida como beneficiosa en el tratamiento de problemas respiratorios. A comien- zos del siglo XIX el empleo del humo del estramonio y los polvos de belladona, y tabacos y cigarros hechos con sus hojas, se convirtieron en sustancias amplia- mente utilizadas en los asmáticos. Para esa época se consideraba que existían muchas “ asmas” porque ese era el término empleado para cualquier episodio de falta de aire. Los médicos necesitaban estar seguros de que la causa primaria no fuera tuberculosis o enfermedad cardíaca, por ejemplo estenosis mitral, porque ambas entidades eran muy comunes en ese tiempo. ASMA. RECUENTO HISTÓRICO. DEFINICIONES. CLASIFICACIONES José A. Negrín Villavicencio Tan pronto se establecía el diagnóstico (tal como lo conocemos actualmente) el número de tratamientos efectivos era notablemente limitado; además de la in- halación de humo de la combustión de la Datura stramonium, posiblemente el mejor, ya señalado,pre- cursor del empleo actual de los agentes antimuscarínicos, como el ipratropium y el tiotropium había otros tratamientos, por ejemplo la inhalación del humo del ácido hidrociánico o la insuflación de los pul- mones luego de gritos, bramidos, rugidos. Otros no producían beneficios y sí probablemente causaban daño. Ya a mediados del sigo XIX el término comenzó a utilizarse más restringido a enfermedades con obstruc- ción variable de las vías aéreas, luego de las cuidado- sas observaciones clínicas y fisiológicas realizadas por el Dr. Henry Salter en 50 pacientes y publicado en Londres en 1860, que le permitió describirla como dis- nea paroxística de un carácter peculiar caracteriza- da por intervalos con respiración saludable entre los ataques…..también señaló que esos episodios eran causados por la contracción de los músculos lisos y destacó la presencia, poco común, de elementos celu- lares en el esputo de dichos pacientes (estas obser- vaciones fueron hechas 30 años antes de que Ehrlich descubriera las coloraciones histoquímicas de las lá- minas). A principios del siglo XX se inicia el empleo de broncodilatadores: en 1903 se publica un estudio so- bre la eficacia de un spray de adrenalina en algunos tipos de asma; en diciembre de 1921 May fue el pri- mero en utilizar la aminofilina en el Cheyne-Stokes y otros la utilizan como diurético porque aún su valor en el tratamiento del asma no había sido descubierto, de manera que su uso clínico no fue hasta 15 años más tarde. 2 Asma Bronquial En 1928-1929 se utiliza la adrenalina inhalada en el asma bronquial en el Guy Hospital de Londres y ya en 1936 y 1937 se publican los primeros casos de asma epinefrinorresistente, tratados con aminofilina o efedrina aunque se aclaraba que no eran sustitutos de la inyección de adrenalina en casos extremos. La efedrina, un agente activo simpaticomimético, había sido descubierta en China y empleada en el tratamiento del asma. La teofilina estaba disponible, pero era utilizada como diurético. En los años de la década de 1940 una formulación inhalada de epinefrina fue lanzada al mer- cado para el tratamiento del asma. El primer espirómetro, aunque había sido inventado en la década de 1840, fue refinado al agregarle tiempo al volumen espirado y a finales de los años de 1940 y principios de 1950 la medición del aire espirado forzadamente fue utilizado en el diagnóstico y tratamiento del asma. A casi un siglo de los trabajos de Salter, al inicio de la década de 1950 los glucocorticoides comenzaron a ser utilizados sistemáticamente en el tratamiento del asma, al principio en la forma sistémica. En 1956, apa- recen en los EE.UU. los primeros dispositivos para inhalación dosis metrada (IDM). No obstante estos avances, a principios de la déca- da de los 1960 el asma aún era considerada como una enfermedad de broncospasmos episódicos tratada con broncodilatadores inhalados y xantinas por vía sistémica y raramente los glucocorticoides de acción sistémica. En esta fecha se describe la inflamación que sufren las vías aéreas como un aspecto más de los hallazgos anatómicos que se han ido acumulando sobre esta entidad y se dispone del nebulizador ultrasónico, méto- do disponible a partir de la década de 1960 para sumi- nistrar no solo medicamentos, sino también para humidificar las vías aéreas. Diez años después, al iniciarse los años 70 del siglo pasado, las opciones terapéuticas mejoraron con la in- troducción del cromoglicato de sodio y a mediados de esa década se dispuso de los corticosteroides inhalados (GCI) representados inicialmente por la Beclome- tasona, en una presentación de 42 μg/puff. En 1975 Pepys describe la respuesta de alergia en dos fases, la temprana o inmediata, y la tardía. Se introduce el papel de los mastocitos y alguno de sus mediadores quími- cos, y de la sustancia de reacción lenta de la anafilaxia (SRS-A) y poco después la de los “ leucocitos inflamatorios” en especial los eosinófilos, con una se- gunda ola de liberación de mediadores, papel ratifica- do a principio de los 80 al considerárseles la principal célula proinflamatoria del asma y otros trastornos alérgicos, con liberación de proteínas básicas. A mediados de los 80 se investiga la relación entre linfocitos T activados y su papel en el reclutamiento de eosinófilos mediante factores como el factor quemotáctico del eosinófilo de la anafilaxia y el factor activador del eosinófilo. Posteriormente fueron identi- ficados otros factores inflamatorios asociados con la respuesta alérgica tardía (RAT) como el factor activador de las plaquetas (PAF), el factor quemotáctico del neutrófilo, el factor inhibitorio de linfocitos (LIF) y muchos más progresivamente. Desde 1989 se dispuso de dispositivos presurizados con autodisparo. Un gran descubrimiento, dado a conocer a principio de los 90 del siglo pasado por Mosmann y colaborado- res, resultó el hallazgo y descripción de las citocinas, una extensa familia de pequeñas proteínas y péptidos que otorgan las bases estructurales a los numerosos factores leucocitarios. Teniendo en cuenta ello, se des- criben dos tipos de Linfocitos T basado en su reperto- rio de citocinas y su relación funcional a diferentes respuestas inmunes: el Th1 (interferón gamma (IFN-γ) y la interleucina 2 (IL-2) y el Th2 (IL-3, IL-4, -5, -9, y - 13). Esta hermosa cascada fue descrita completa a inicios de los 2000 lo que ha permitido el empleo de nuevas drogas que tienen bien definido el punto diana donde irán a ejercer su acción. En los últimos 10 años se han descrito otras citocinas adicionales como la familia de la IL-17, la IL-33 y la IL-35 y la linfopoyetina del estroma tímico (TSLP) entre otras nuevas contribuciones que han permitido orquestar la respuesta a los Th2 y Th17 a partir de 2008. Hasta mayo de 2009 las dosis de los GCI utilizaban como propelente al carbonofluoroclorado. Desde en- tonces, por razones de cuidar el medio, se emplea como propelente el hidrofluoroalkano. Hoy los estimados sugieren que por lo menos 300 millones de persones padecen asma en todo el mundo y se espera que aumenten a 400 millones para el 2025. Estos avances pudieran anular estas predicciones. Definiciones Precursores de la definición vigente El asma mantiene el mayor interés en todo el mun- do, a pesar de que la ausencia de una definición preci- sa de la enfermedad es uno de los problemas mayores en el estudio y atención a los pacientes que la sufren. Tal dificultad se eleva a la máxima categoría cuando Asma. Recuento histórico. Definiciónes. Clasificaciones 3 se sabe que el primer agente causal sigue siendo des- conocido, la anatomía patológica es de difícil obtención y las manifestaciones clínicas son variables y no pocas veces atípicas, lo que precisamente sucede en el asma. Tales condiciones fueron resumidas magistralmente al señalarse que “ el asma bronquial es una enfermedad, en general, fácil de reconocer pero difícil de definir” de manera que la definición de asma ha sido y seguirá siendo controversial mientras que la “ causa” no sea conocida (con independencia de que pudiera existir más de una). No obstante, la acumulación de conocimientos ha sido progresiva e ininterrumpida. Con un cierto orden cronológico nos referiremos a varios que por su impor- tancia han logrado un espacio en la definición del asma y han aplazado con ello una potencial definición “ defi- nitiva”: Broncospasmo Ya fue mencionado que desde 1860 el asma era considerada como resultado del estrechamiento pa- roxístico de los bronquiolos por contractura de los mús- culos lisos de estas estructuras, concepto que perduró hasta que, en 1959 la Ciba Foundation Guest Symposium consideró que: “ el asma refiere la condi- ción de un sujeto con estrechamiento generalizado de la vía aérea, que cambia la severidad de su intensidad en cortos períodos, ya sea espontáneamente o por ac- ción del tratamiento, y no se debe a enfermedad cardiovascular. Las características clínicas consisten en disnea paroxística o persistente y presencia de sibilancias que,en la mayoría de los casos, mejoran al administrar broncodilatadores”… Hiperreactividad bronquial La American Thoracic Society introduce en 1962 el concepto de “ respuesta incrementada de la tráquea y los bronquios a varios estímulos” y los motiva a defi- nir el asma como: “ enfermedad caracterizada por au- mento de la respuesta de la tráquea y bronquios a varios estímulos, manifestada por estrechamiento difuso de las vías aéreas que cambia en severidad espontánea- mente, o como resultado del tratamiento”… En 1975 el concepto elaborado entre la Sociedad Americana de Tórax y el Colegio Americano de Neumólogos mantu- vo el énfasis sobre la aumentada respuesta de las vías aéreas y se menciona el retardo de la expiración for- zada como una consecuencia de ello. Reversibilidad del broncospasmo En los inicios de la década de 1980 Scadding propu- so que una de las características fundamentales del asma, la obstrucción reversible, debía ser parte de su definición, la conceptuó como aplicable a “ pacientes con falta de aire aguda, provocada por una disfunción ventilatoria obstructiva reversible, con amplias varia- ciones de la resistencia al flujo aéreo de las vías intrapulmonares en cortos períodos, presentes en for- ma de crisis, habitualmente reversibles de manera es- pontánea o por acciones farmacodinámicas apropiadas”… Inflamación de la mucosa En 1987 se habló por primera vez del aspecto infla- matorio de las vías aéreas como parte de la enferme- dad y no como causa, al estimar que se trata de un “ síndrome que ocurre a consecuencia de inflamación o edema de la mucosa bronquial, hipermotricidad de los bronquios y bronquiolos, manifestada por una obstruc- ción reversible de las vías aéreas y alteraciones en el mucus y deterioro de la mucosa (particularmente del aparato ciliar) causados por fenómenos específicos (alergenos) o inespecíficos (irritógenos), en los cuales la hiperreactividad bronquial (HRB) o los fenómenos de hipersensibilidad de base genética, o ambos, tienen un significante determinismo, y en los que, histológicamente, se aprecia edema de la mucosa o submucosa, infiltrados de células inflamatorias (en es- pecial eosinófilos), descamación de la superficie de las células epiteliales, engrosamiento de la membrana basal e hiperplasia de las células en copa”. Esto permitió en su momento considerar que en el asma, la obstrucción de carácter reversible del flujo aéreo, la hiperreactividad bronquial y la inflamación de la mucosa de las vías aéreas era el mecanismo prima- rio que encabeza su desarrollo. Igualmente se ha pos- tulado que las células inflamatorias (como los mastocitos, eosinófilos y linfocitos) poseen un papel determinante en el proceso que conduce a la hiperreactividad bronquial y al asma sintomática. Es posible que esta inflamación, al denudar el epitelio bron- quial deje al descubierto terminaciones nerviosas fácil- mente estimulables, que han desencadenado respuestas de broncoconstricción por mecanismos reflejos. En 2007 se perfila que la inflamación de las vías aéreas abarca edema de la mucosa, la submucosa y la adventicia, es debida a infiltración celular, particularmente 4 Asma Bronquial por eosinófilos (en algunos casos neutrófilos) y linfocitos auxiliadores Th (helper) así como mastocitos que, a diferencia de su comportamiento en otras enfermeda- des eosinofílicas de las vías aéreas, infiltran las ramas del músculo liso, provocan incremento de las secreciones, incluyen mucus, células descamadas y presencia intraluminal de eosinófilos; hay engrosamien- to capilar, hiperplasia del músculo liso y depósitos de exceso de colágeno, particularmente de inmediato por debajo de la membrana basal del epitelio. Desde entonces la inflamación bronquial se ha con- vertido en el componente clave en la definición de asma y sobre esa base, tanto en la práctica clínica como en las investigaciones, se está produciendo un incremento en el énfasis de la importancia de la inflamación como criterio de diagnóstico y aspecto clave para una co- rrecta farmacoterapia, que no quiere decir que haya que reducir el tratamiento del asma al manejo de la inflamación bronquial únicamente. Remodelado de las vías aéreas Desde la década de 1990 se viene perfeccionando el concepto de “ remodelado de las vías aéreas” en el paciente asmático, que ha tenido un impacto como el que, desde la década de 1980, lo tuvo y sigue teniendo el concepto inflamatorio. Como ya se ha señalado, el asma alérgica es considerada una enfermedad inflamatoria crónica con recaídas agudas intercurrentes; inflamación que se caracteriza por la pérdida de la su- perficie epitelial yaciente y descamación del epitelio, engrosamiento de la lámina basal reticular subyacente del epitelio, hasta la fibrosis subepitelial e hipersecreción de mucus, cambios en la microvasculatura e infiltra- ción densa de células inflamatorias. Estos daños epiteliales y su descamación son causados, fundamen- talmente, por la infiltración eosinofílica, que permite que la proteína catiónica eosinofílica (PCE), combine con los productos metabólicos del oxígeno. A partir de 1995, la destrucción y reparación hística derivada de ella, favoreció la afirmación de que, en la práctica diaria, la severidad de los síntomas de asma está relacionada con el grado de infiltración eosinofílica y no con el grado de sensibilización alérgica, basado esto en el hecho de haber demostrado que un número elevado de células están relacionadas con los recepto- res de la inmunoglobulina E de alta afinidad en las biopsias bronquiales de asmáticos, con independencia de su estado atópico, y en la cual el remodelado de las vías aéreas parece ser más severo y rápido en la res- puesta alérgica tardía. Hoy día se considera imprescindible destacar en la definición de asma los aspectos más relevantes de la inflamación de la mucosa bronquial: la descamación del epitelio, el aumento del colágeno reticular a nivel de la membrana basal con fibrosis subepitelial e infil- tración de la mucosa por eosinófilos y linfocitos (ex- presión de una intensa actividad generada por diversos elementos celulares: neutrófilos, células metacro- máticas, plaquetas, fibroblastos, macrófagos, células epiteliales, etc.) con capacidad para producir y liberar promediadores y mediadores inflamatorios. Estado actual de las definiciones Según GEMA (2009) el asma es un síndrome que incluye diversos fenotipos que comparten manifesta- ciones clínicas similares pero de causas probablemen- te diferentes. Desde un punto de vista pragmático se podría definir como una enfermedad inflamatoria cró- nica de las vías respiratorias, en cuya patogenia inter- vienen diversas células y mediadores de la inflamación, condicionada en parte por factores genéticos y que cursa con hiperrespuesta bronquial y una obstrucción variable al flujo aéreo, total o parcialmente reversible, ya sea por la acción medicamentosa o espontánea- mente. Puede emplearse una definición precisa, meramen- te descriptivas de sus características clínicas y fisiopatológicas. Tal es el caso de la última revisión de la Global Initiative for Asthma (GINA) en el 2010 que define el asma como un trastorno crónico inflamatorio de las vías aéreas en el que muchas células y elemen- tos celulares tienen un papel significativo. La inflama- ción crónica está asociada con hiperreactividad de las vías aéreas que conduce a episodios recurrentes de sibilancia, falta de aire, opresión torácica, y tos, parti- cularmente en las noches y temprano en las mañanas. Estos episodios están frecuentemente asociados a una difusa pero variable obstrucción del flujo aéreo dentro del pulmón, que, en la mayoría de los casos, es reversi- ble tanto espontáneamente o con tratamiento. Lo común en las definiciones Se destaca en lo ampliamente expuesto que la infla- mación del tracto respiratorio determina los episodios recurrentes de disnea, sibilancia, jadeo, dificultad respiratoria, opresión del pecho y tos, particularmente nocturna y en las primeras horas de la mañana. Asma. Recuentohistórico. Definiciónes. Clasificaciones 5 También se destaca la hiperreactividad bronquial presente ante variados estímulos o precipitantes, como alérgenos, irritantes, aire frío, virus y otros, lo que de- termina obstrucción de las vías aéreas (incrementada por la presencia de inflamación bronquial). En los aspectos comunes de las definiciones están presente la obstrucción de las vías aéreas, difusa y variable, causada por gran variedad de cambios en estas, incluyendo la broncoconstricción, edema, for- mación crónica de tapones mucosos y remodelado de las vías aéreas y el criterio de reversibilidad de dicha obstrucción de forma espontánea (variaciones de la resistencia al flujo de la vía aérea intrapulmonar por cortos períodos) o como consecuencia del tratamiento medicamentoso, que determinan el carácter episódico y alternan con períodos libres de síntomas, del perfil clínico. En los pacientes con una evolución de varios años es también común la aceptación del remodelado de las vías aéreas (caracterizado por la pérdida de la superfi- cie epitelial yaciente y descamación del epitelio, en- grosamiento de la lámina basal reticular subyacente del epitelio, hasta la fibrosis subepitelial, engrosamien- to capilar, hiperplasia del músculo liso y depósitos de exceso de colágeno, particularmente de inmediato por debajo de la membrana basal del epitelio) que determi- na los cambios en las condiciones del asma en los pa- cientes que dependen del medio ambiente, de la actividad, el tratamiento y otros factores, lo que obliga a vigilar su evolución y terapéutica, aunque se encuen- tre bajo control. Aspectos controversiales o lo incierto de lo cierto No obstante la casi universal aceptación de “ lo in- flamatorio”, es bueno recordar que existen serias du- das acerca de que el asma sea solo una enfermedad inflamatoria, como también existen serias dudas sobre la forma en que ocurre la sucesión de los cambios es- tructurales, la manera en que se resuelve o evoluciona esta inflamación y si existe una o diversas formas de inflamación según el tipo de asma. Tampoco la hiperreactividad queda totalmente “ bien parada” en la aspiración de estar en la definición del asma. Es bueno recordar que puede estar presente en procesos como la bronquitis crónica, fibrosis quística, rinitis alérgica, sarcoidosis, estenosis mitral, insuficien- cia ventricular izquierda, etc. y en individuos sanos se evidencia tras determinadas infecciones virales del tracto respiratorio o exposición a contaminaciones at- mosféricas; y en un pequeño grupo de individuos asintomáticos y sin ninguna otra afección aparente, mediante pruebas respiratorias es posible precisar la presencia de hiperreactividad bronquial. Esto quiere decir que su ausencia no excluye el diagnóstico de asma y que su detección no es, per se, ni necesaria, ni sufi- ciente para calificar a un individuo como asmático. El criterio de reversibilidad sufre de la sombra de la duda, ya que se ha podido observar a pacientes con limitación crónica al flujo aéreo que experimentan me- jorías y variaciones significativas en el grado de obs- trucción bronquial con la medicación broncodilatadora; situación opuesta al hecho de que pacientes con asma “ típica” desarrollan obstrucción grave y persistente al cabo de muchos años de evolución de su enfermedad. La sintomatología tan conocida, la sibilancia, es muy poco específica en niños con “ ruidos en el pecho” o en adultos con historia de tos y expectoración crónica, que suman sibilancias más o menos persistentes. De hecho, 50 % de los niños en el pre- escolar presentan sibilancia, y de ellos solo 10 a 15 % tienen diagnóstico de asma al alcanzar la edad escolar (grupo que pre- senta sibilancia persistente). La gran controversia: El asma: ¿síndrome o enfermedad? Algunos autores consideran que esta condición pa- tológica puede ser vista “ como un síndrome común a varias enfermedades y otros la aprecian como una sola enfermedad”. Muchos han insistido en que el asma es un síndro- me multifactorial (por lo cual la palabra asma resulta válida); los estudios sobre asma ocupacional (AO), han demostrado ampliamente que no es una enfermedad única, sino un síndrome causado por múltiples estímu- los. Esta apreciación, liderada por Holgate y Finnerty, señala que el asma “ no es una entidad sino, únicamen- te, una forma de presentación clínica de diversas alte- raciones de los bronquios, en la que pueden ocurrir cambios importantes en el calibre de la vía aérea du- rante cortos períodos, caracterizados por síntomas a causa de obstrucción variable, hiperreactividad bron- quial e inflamación de las vías aéreas, con múltiples causas, entre las que se destacan las desencadenadas por mecanismos inmunológicos, como la hipersensibilidad 6 Asma Bronquial inmediata mediada por la IgE, aspirina, exposición ocu- pacional a productos químicos en forma aerosolizada, y otros orígenes no inmunológicos, como por ejemplo el broncospasmo relacionado con la infección de las vías aéreas”. Este concepto de síndrome clínico fue aceptado a partir de 1986, se admitió que engloba mu- chos patrones de respuesta a variedades de estímulos, que tienen como forma de expresión común la obs- trucción variable del flujo de aire a su paso por las vías aéreas. Todos estos aspectos han afianzado la idea del asma como un síndrome donde tienen cabida va- rias enfermedades asmáticas, no como una enferme- dad unívoca y común a todos los pacientes Otros consideran el asma como una enfermedad, por lo que el entendimiento de las condiciones sugiere hablar de “ asmas”, para cuestionar entonces si es una enfermedad simple o se debe hacer referencia a “ asmas bronquiales”. La profesora Woolcock señala que el asma es una “ enfermedad de las vías aéreas, en las que ocurre un estrechamiento fácil y excesivo en rela- ción con el estímulo, lo que no sucede o lo hace en muy pequeña proporción en un sujeto normal; enfermedad que en los pacientes con cuadros persistentes se acom- paña de hiperreactividad en respuesta a agentes provocadores no específicos, como la histamina y la metacolina, así como parece tener un número indeter- minado de causas, salvo en el caso de algunos agentes ocupacionales sensibilizantes”… Unos pocos la suponen una enfermedad local del pulmón, teniendo en cuenta que, en casos de trasplan- te pulmonar, los pacientes receptores no asmáticos al recibir pulmones de donantes asmáticos, han desarro- llado asma posteriormente, y que pacientes asmáticos, luego de recibir pulmones de donantes sanos, no pre- sentaron síntomas de asma 3 años después de la ope- ración. Otros autores consideran que existen evidencias de compromiso inflamatorio extrapulmonar (mucosas y tejidos no respiratorios) en el asma apoyados en inves- tigaciones realizadas con animales que han permitido comprobar que las células inmunes (especialmente linfocitos T activados) de diferentes mucosas (intesti- nal, respiratoria) migraban de una hacia otra con cierta regularidad, lo que ha permitido sostener el concepto de un sistema inmune común de las mucosas. Con estos antecedentes otros estudios han confirmado que en los asmáticos la inflamación se extiende a mucosas no-respiratorias; por ejemplo, se cita la inflamación duodenal subclínica en asma dado que los asmáticos presentaban casi 3 veces más linfocitos, casi 4 veces más mastocitos y casi 25 veces más eosinófilos en la lámina propia del intestino que los normales y los pa- cientes con EPOC1. En igual sentido se señala infla- mación subclínica de las glándulas salivares menores con cambios muy parecidos a los hallados en la muco- sa intestinal. Pero en estas glándulas la presencia de eosinófilos fue menos relevante. Se han señalado in- crementos significativos de los niveles de marcados inespecíficos de inflamación, como Proteína C Reactiva, amiloide sérico (SAA) y fibrinógeno plasmático en re- lación con los normales e independiente del hábito de fumar de los pacientes. Todos estos hallazgos han per- mitido dar consistencia al conceptodel asma como una enfermedad sistémica, cuyas manifestaciones se extienden más allá de los confines del aparato respira- torio, hecho que posee indudables implicancias clínicas y terapéuticas, recientemente enfatizadas por el Con- senso ARIA. Conveniencias de no definir el asma bronquial Ante tal cúmulo de dificultades para poder definir el asma, algunos autores consideran que la conducta más racional sería convenir que no existe como entidad nosológica diferente y diferenciada de otra. Ya desde 1971 se viene insinuando que la información disponible es inadecuada para definirla, y se sugiere “ abandonar la tarea de definir el asma y proporcionar la informa- ción más detallada posible acerca de los signos y sínto- mas clínicos, el funcionalismo pulmonar, los factores precipitantes, las alteraciones inmunológicas, la hiperreactividad bronquial y, si es factible, de los cam- bios anatómicos, y no preocuparse por el logro de una definición. Clasificar una enfermedad que no tiene una defini- ción aceptada parecería, a simple vista, un ejercicio sin porvenir. Pero son muy numerosas las clasificaciones del asma propuestas. Resultaría idónea la clasifica- ción, sobre la base de una agrupación clínico- alergológica-inmunológica, que tenga en cuenta los hechos experimentales, patogénicos, clínicos, evoluti- vos y pronósticos, y que al final permita ubicar al pa- ciente en el nivel terapéutico adecuado y con una integralidad que se haga sentir sobre la evolución, así como el pronóstico de ella. Esto no se ha logrado satisfactoriamente dado que numerosas clasificaciones realizadas tienen en cuenta factores objetivos y subjetivos, y emplean, a su vez, terminologías confusas por su sinonimia o establecen Asma. Recuento histórico. Definiciónes. Clasificaciones 7 equivalencias que en realidad no son tales. Estos fac- tores no han facilitado la consecución de los objetivos antes mencionados. Clasificaciones Los elementos más propicios para una clasificación de asma con utilidad práctica en términos terapéuti- cos, iniciales y evolutivos, pronósticos y preventivos, son aquellos que tienen en cuenta los aspectos siguien- tes: 1. Fenotipo “ asma” 2. Patogenia 3. Evolución temporal 4. Patrón clínico de presentación 5. Severidad de la obstrucción al flujo de aire 6. Grado de control posterior al tratamiento recibido Clasificación según el fenotipo “ asma” La interacción entre la heterogeneidad genética y los factores ambientales regula la expresión de sus manifestaciones físicas, químicas y fisiológicas, es de- cir, su fenotipo, que es influenciado por eventos pre- coces en la vida, tales como la intensidad y duración de la exposición a alergenos (especialmente el dermatophagoides), la dieta, las infecciones respira- torias y a lo mejor, la presencia o ausencia de factores protectores que estimulan las poblaciones linfocitarias Th1 más que las Th2. Las diferentes combinaciones posibles (asma, atopia, infecciones, TH2 y otros) han permitido identificar va- rios fenotipos de asma. De hecho, aumenta el recono- cimiento de que el asma es una enfermedad heterogénea, basada en aspectos clínicos, incluidos la edad del paciente al momento del diagnóstico, espec- tro sintomático y la respuesta al tratamiento, los facto- res desencadenantes o el nivel y tipo de inflamación. Los intentos de analizar la importancia de estas carac- terísticas de la presentación clínica del asma han guia- do la apreciación de numerosos fenotipos asmáticos y que las dificultades para estudiar el asma como un fenotipo clínico parten de la existencia, claramente iden- tificadas, de subgrupos de asmas; por ejemplo, la ex- trínseca, la intrínseca y el asma ocupacional. Sin embargo, hasta que un marcador biológico es- pecífico no sea identificado para cualquiera de estos fenotipos propuestos, la naturaleza definitiva de cual- quier de ellos se mantendrá de forma especulativa. Establecimiento del fenotipo Desde el punto de vista de la biología molecular, el asma es considerada como una “ enfermedad inflamatoria caracterizada por incremento de la activi- dad de una subclase específica de células T coopera- doras (TH2 en las vías respiratorias, impulsando respuestas como las observadas en las enfermedades atópicas (asociadas con concentraciones elevadas de citocinas tipo interleucinas IL-3, IL-4, -5, -8 e -9) y con las respuestas mediadas por IgE. La presencia de IL-13 que comparte un receptor con IL-4 es vital para la expresión del fenotipo TH2, conocido como altera- ción inflamatoria tipo TH2 y que con frecuencia está asociada con atopias y comorbilidades alérgicas y cen- tra los esfuerzos para encontrar tratamientos que ac- túen selectivamente en esta vía patológica. Este fenotipo, definido como una IgE con nivel mayor de 100 ng por mL y más de 0,14 x 109 eosinófilos por L en sangre periférica, ha sido asociado con el aumento de la periostina circulante, una proteína matricelular indu- cida por la IL-13 y expresada por las células estructu- rales de las vías aéreas. Fenotípica cualitativa • Fenotipos clínicos o fisiológicos. − Definidos por la severidad (no útil para el curso, control ni respuesta al tratamiento sino al princi- pio, aun sin tratamiento inicial). • Intermitente o ligera. • Persistente: ligera, moderada, severa − Por la propensión a exacerbaciones asmáticas. • Depresión • Ansiedad • Reconocimiento tardio de los sintomas • Alta Eosimofilia en el esputo − Definidos por la restricción crónica. • Disminución función pulmonar relacionada con polimorfismo genético ADAM33, IL-4, IL-4R y TGBβ1. • Asma fatal polimorfismo genético gen IL-4. − Resistencia al tratamiento. • Anomalías en la desacetilación de histona. • Receptor de glucocorticoides no funcional. • Alteraciones en los receptores de glucocorticoides. 8 Asma Bronquial • Ausencia de eosinófilos como marcador de la inflamación. • Presencia de altos recuentos de eosinófilos. • Asociación de neutrofilia y hábito de fumar. − Edad de comienzo. • Fenotipos relacionados con desencadenantes. − Alergenos. − Alergenos ocupacionales. − Inducido por AINEs. − Menstrual. − Ejercicio. • Fenotipos inflamatorios. − Eosinofílica: bien definido, que orienta al tratamiento y pronóstico del asma. − Neutrofílica: su asociación con un fenotipo clínico de asma es menos clara, puede ser un epifenómeno en la resistente a corticoides; se ha asociado con tabaco, irritantes y virus. Es más común con enfer- medad severa. − Con poca presencia de granulocitos. Los investigadores han tenido a su disposición el estudio de candidatos a nucleótidos con polimorfismo sencillo (SNP) dentro de cientos de miles de SNPs genotipados. Entre sus primeros resultados está el ha- ber detectado una variante en el gen transcriptor 1 glucocorticoide-inducido (GLCCI1), asociado con una disminución del volumen espiratorio forzado en 1 se- gundo en respuesta al tratamiento con glucocorticoides inhalados, hallazgo que muestra el futuro que tendrá el asma bajo el prisma de la biología molecular. Más fácil ha sido identificar en niños diferentes fenotipos clínicos: 1.Sibilancias tempranas transitorias o sibilancias precoces transitorias que no están asociadas a atopia, que se inician en el primer año de vida y desaparecen antes de los 3-5 años de vida. En ellas las infecciones víricas juegan un papel relevante. Los valores de IgE y las pruebas cutáneas, o una de ellas, son negativas, sin rasgos ni antecedentes atópicos. Tienen función pulmonar disminuida al na- cimiento, con valores bajos aun los 16 años. Los estudios de hiperrespuesta bronquial y variabilidad del flujo espiratorio máximo (PEF) son negativos a los 11 años. Se consideran factores de riesgo: el ta- baquismo materno durante la gestación, sexo mas- culino, prematuridad, convivencia con hermanos mayores, asistencia al círculo o guardería, o uno de ellos. 2.Sibilancias-asma persistente no atópica o sibilancias persistentes no atópicas, de características similares a las anteriores, es decir, comienzan gene- ralmente antes delprimer año y persisten a los 6 años, en toda la edad pediátrica, desaparecen en la mayor parte de las ocasiones en la preadolescencia. Afectan por igual a ambos sexos. Los valores de IgE y las pruebas cutáneas son negativos, sin ras- gos ni antecedentes atópicos. Función pulmonar normal al nacimiento y disminuida a los 6 y a los 11 años. Hiperreactividad bronquial que disminuye con la edad. Suelen desaparecer en la adolescencia. 3.Sibilancias-asma persistente atópica o sibilancias asociadas a atopia, o sibilancias atópicas, también llamado fenotipo asma atópico o IgE asociado, con presencia de inflamación eosinófila bronquial y bue- na respuesta a los antiinflamatorios. Se puede ini- ciar en cualquier momento de la edad pediátrica y es el asma que persistirá en la edad adulta, es decir, el primer episodio aparece después del año y predo- minan en varones, IgE elevada y las pruebas cutá- neas, o una de ellas, positivas, rasgos y anteceden- tes familiares atópicos. Función pulmonar normal al nacer con descenso hasta los 6 años y posterior es- tabilización por debajo de la normalidad. Existe hiperrespuesta bronquial y suelen persistir en la ado- lescencia. Clasificación patogénica Gómez Echevarría (1979) presentó una clasifica- ción muy interesante con el propósito de organizar la interpretación clínica y alergológica de los pacientes con asma. Esta clasificación, típicamente patogénica, se basa en el estado inmunológico del paciente, sepa- rado genéricamente en 2 grandes grupos: atópicos y no atópicos, y en la sospecha o demostración de que diversos alergenos inhalantes provocan o no los sínto- mas respiratorios. La clasificación, con algunas varia- ciones del original es la siguiente: 1. Asma de origen demostrable (extrínseca): a) Por técnicas inmunoalérgicas: − Atópica extrínseca (reaginas IgE o IgG). − No atópica extrínseca (precipitinas). − Asma ocupacional. − Combinada o mixta (reaginas más precipitinas). b) Clínicamente demostrable: − Neurógena (emotiva o refleja). − Por agentes físicos (cambios climáticos). − Asma endocrinometabólica. − Asma inducida por ejercicios (AIE). Asma. Recuento histórico. Definiciónes. Clasificaciones 9 2. Asma sin origen demostrable (intrínseca): a) Subclínica. Asma extrínseca Este primer grupo comprende los cuadros clínicos de asma extrínseca (AE), cuyas causas son demostrables por medios diagnósticos: 1. Demostrable por inmunoalergia: a) Asma extrínseca atópica o “ alérgica”: lla- mada también asma tipo I según la clasifica- ción de Gell y Coombs. Es demostrable por téc- nicas inmunoalérgicas al vincularse de manera patogénica un alergeno inhalado con la clásica reagina (IgE). Por tanto, el asma extrínseca es definible como la causada por la interacción de los alergenos con los anticuerpos IgE unidos a un receptor de alta afinidad en los mastocitos de las vías aéreas (reacción antígeno-anticuer- po mediada por IgE); es una entidad bien defi- nida, que puede ser diagnosticada por la pre- sencia de anticuerpos IgE específicos y una his- toria compatible. Esta forma es rara entre los adultos viejos. Una variante de esta se relacio- na con la presencia de un anticuerpo termoestable sensibilizante de piel, de corta du- ración, que parece corresponder a una subclase de IgG, posiblemente la IgG-4. b) Asma extrínseca no atópica: también cono- cida como asma tipo III según la clasificación de Gell y Coombs. Parece ser provocada por la intervención de precipitinas, por tanto, es un asma secundaria a una reacción antígeno-anti- cuerpo no mediada por IgE, por lo que las can- tidades de IgE sérica están en límites norma- les. Como asma extrínseca no atópica se inclu- yen, además, varios tipos de asma profesional. c) Asma ocupacional: al igual que otras enfer- medades pulmonares de origen inmunológico, el asma ocupacional se debe a sustancias natu- rales o artificiales. Puede ser el resultado de factores irritantes alérgicos o farmacológicos y los alergenos pueden tener un origen vegetal, animal o pueden ser sustancias inorgánicas o sintéticas. d) Asma de origen mixto: existen formas de asma en las que el paciente tiene una historia típica de eczema, crup, jadeo e infecciones res- piratorias durante la infancia y en la juventud ha presentado enfermedades atópicas; poste- riormente, ya en la pubertad o mayoría de edad, los síntomas alérgicos van disminuyendo, logra, a mediados de la vida, un estado asintomático pero, inexplicablemente, regresan con frecuen- cia coincidiendo con el uso del cigarro e infec- ciones respiratorias. Desde el punto de vista inmunológico está representada por el asma atópica extrínseca (alergia a hongos, polvo de casa, polen, etc.), que en un momento de su evolución desarrolla precipitinas, o por un asma bronquial extrínseca no atópica en la que se puede demostrar la participación reagínica. Este tipo de asma es la más frecuente en pacientes adultos viejos y conlleva un reto, porque casi todos terminan siendo corticoidedependientes, y requieren amplias dosis para controlar los sín- tomas. 2. Asma demostrable clínicamente: existe un subgrupo de casos de asma bronquial de causa ex- trínseca en el que los medios actuales de diagnósti- cos inmunoalérgicos no permiten establecer su ori- gen; pero sobre la base del análisis y valoración de los hechos clínicos, aún con sus limitaciones inhe- rentes, se puede plantear tal relación de causalidad, es decir se puede hablar de una demostración clíni- ca. Ejemplos de esta condición son: a) Asma neurógena: este mecanismo, aunque controversial, se aprecia como agente causal único o como factor patogénico coadyuvante; ejemplo de ello serían las situaciones reflejas y emotivas. b) Asma de causa endocrinometabólica: se ha planteado una relación endocrinometabólica en ciertas formas de AB al existir una armonía clí- nica aparente entre esta y los factores del tipo útero-ovárico (puberal, ritmo catamenial, em- barazo, paramenopáusico), las afecciones del tiroides y la diabetes, donde tales factores pu- dieran no ser únicos, pero su relación no puede ser silenciada. c) Asma inducida por el ejercicio: esta puede ser individualizada desde el punto de vista clíni- co, ya que si bien su fisiopatogenia aún es dis- cutida, es a su vez una realidad que, entre 70 y 80 % de los asmáticos sufren de broncocons- tricción cuando realizan ejercicios con suficiente intensidad o en condiciones tales como aire frío y seco; por ello puede ser definida, desde el punto de vista clínico, como un episodio limita- do, agudo y reversible de obstrucción de las vías aéreas ocurrido durante o después de una acti- vidad física, aunque no se conozca a ciencia cierta su fisiopatogenia. 10 Asma Bronquial Asma intrínseca En otras formas de asma no es posible determinar su origen, por lo que se les denomina idiopática, esen- cial, de origen no demostrable o asma intrínseca (AI), o criptogenética de la clasificación de Rackeman de 1918. En la actualidad este término es aplicable a los casos donde las reacciones en las vías aéreas IgE- mediadas a alergenos comunes no pueden ser detec- tadas. Cuenta con una morbilidad no muy común (entre 8 y 11 % de los pacientes con asma), pero tiene una caracterización clínica bastante bien defini- da, puesto que: 1. Aparece tardíamente en la vida del paciente (hasta la mediana edad), cuando factores que complican, como las infecciones respiratorias o la bronquitis crónica la ponen al descubierto. 2. No es posible demostrar por medios auxiliares de diagnóstico (incluyendo los inmunoalérgicos y los clínicos) una relación causal con factores extrínse- cos. 3. Aparentemente no se relaciona con la IgE (posee valores normales), ni con los eosinófilos. 4. Puede asociarse con rinosinusitis, poliposis nasal, intolerancia al ácido acetilsalicílico y otros analgésicos antiinflamatorios. 5. Hay mala respuesta a tratamientos habituales. 6. Tiene, en general, un mal pronóstico, se convierte, per se o por las complicaciones que surgen durante su evolución, en una amenaza para la vida de estospacientes. 7. Otros: el fumar es frecuentemente un factor agra- vante. Es perenne. Tiene test cutáneos negativos. Este tipo de asma es objeto de variadas interpreta- ciones; por ejemplo, se señala que es posible que la alergia a sustancias de alto peso molecular se asemeje al asma extrínseca y la alergia a sustancias de bajo peso molecular al asma intrínseca. Para diferenciarla de la bronquitis estenosante difusa en etapa de escasa o ninguna reversibilidad o de la alveolitis extrínseca por hipersensibilidad se hace necesario realizar estu- dios radiográficos, broncográficos, broncoscópicos y otros con cierta frecuencia para demostrar las altera- ciones características de estas enfermedades en al árbol bronquial, ya que clínicamente tienen una notable similitud con este tipo de asma. Más recientemente se ha planteado la existencia de una proteína, aún no identificada, seguramente no inhalada y quizá producida en el interior del organismo; en este sentido se han señalado como posibles fuentes para el antígeno “ intrínseco” una infección viral crónica, bacte- rias en las cavidades perinasales, dermatofitos y otros hongos o levaduras. También se valora algún componen- te alimenticio y por este camino podría estar involucrado como factor etiológico el reflujo gastroesofágico. Un ejem- plo de estas posibilidades está en el hecho de que los pacientes con asma inducida por dermatofitos responden favorablemente al tratamiento con antifúngicos y hacen su asma más fácil de controlar. Clínicamente esta forma posee una variante, el asma intrínseca subclínica. Asma intrínseca subclínica El diagnóstico se establece cuando se presenta el paciente con una afección alérgica distinta al asma (habitualmente rinopatía), sin manifestaciones subjeti- vas al examen físico, que permitan sospechar la exis- tencia de afección bronquial, pero al realizarle espirometría se puede demostrar la presencia de una disfunción ventilatoria obstructiva. Diferencias entre asma extrínseca y asma intrínseca Históricamente se han señalado diferencias entre estas 2 formas de asma, considerando, por ejemplo, que el asma intrínseca (AI) es una forma no alérgica de la enfermedad precipitada por factores como la contaminación aérea, virus y drogas antiinflamatorias no esteroideas, sin embargo, el asma extrínseca (AE) puede ser disparada por estos factores. La edad y la severidad de la enfermedad son facto- res importantes que cuestionan la presencia de AE y AI como entidades distintas; sin embargo la historia familiar presumidamente presente en el AE, con fre- cuencia no es consistente. En los últimos años los estudios inmunológicos han incrementado estas diferencias y a la vez las antidiferencias; basta señalar que en sangre periférica se reporta que los linfocitos T liberan espontáneamen- te cantidades similares de interleucinas IL-3 e IL-5 y factor de crecimiento de las colonias de granulocitos/ macrófagos, tanto en el AI como en el AE; sin embar- go, los linfocitos de pacientes con AI tienen tendencia a liberar mayor cantidad de interferón-α (INF-α) y las células CD-4, expresión del receptor de la IL-2, están aumentadas en el AE mientras que en el AI son las células CD-8 las que aparecen activadas. En la actualidad hay evidencias crecientes que en el AI existe un aumento en la producción de citocinas, Asma. Recuento histórico. Definiciónes. Clasificaciones 11 con un perfil similar al asma extrínseca, aunque con algunas diferencias. Por ejemplo, ambas formas tie- nen IL-5 elevada y parecen tener una mal regulación en la expresión de IL-4 e INF-α. Sin embargo, mientras las formas extrínsecas tienen evidencias de una activa- ción aguda de células T, las formas intrínsecas tienen de una activación crónica de linfocitos CD-4 que expresan IL-2R. El mensaje es que todas las formas de asma tienen evidencias de una activación aguda de células T y mastocitos, que a su vez, liberan citocinas, que activan los eosinófilos. Si se hace una comparación entre los síntomas de los pacientes con AE y AI se encuentran los resultados siguientes (cuadro 1.1). Cuadro 1.1. Características del asma extrínseca e intrínseca Aspecto Extrínseca Intrínseca Inicio En la juventud En la adultez Síntomas Alergia-inducida Infección viral Alergias Numerosas Ninguna IgE sérica IgE específica No IgE específica Historia familiar Sí No Test cutáneo Positivo Negativo Lavado bronquial IL-2, IL-5, IL-6 e IFN-γ IL-4 e IL-5 Producción células T IL-3, IL-5 y FEC-G/M IL-3, IL-5 y FEC-G/M Marcadores Actividad crónica: Aumento de CD-4+ y CD-8+ CD-4+ e IL-2R+ Clasificación según la evolución temporal Esta clasificación tiene en cuenta la relación de los períodos asintomáticos de la enfermedad con aquellos en que se manifiestan los síntomas de agudización, lla- mada por otros autores como “ frecuencia de los epi- sodios asmáticos”, y se complementa con los diferentes horarios en que se presenta y el impacto que determi- nan en la función pulmonar. Esta clasificación interna- cional clinicofuncional del AB logra armonizar el tiempo, la intensidad y el tratamiento, de ahí su aceptación ge- neralizada (cuadro 1.2). Está clasificación es evidente que facilita tomar de- cisiones en relación con el tratamiento, se adecua al grado de severidad previamente establecido. Es muy importante tener presente que cualquiera que sea el grado en que se haya clasificado el asma de un pa- ciente, este puede presentar exacerbaciones agudas graves; además, durante la evolución en el tiempo se pueden observar variaciones en los parámetros eva- luados, por lo que la clasificación de cada paciente no es estática, sino que puede variar. Es importante recordar que esta clasificación clási- ca se reserva para la clasificación inicial del adulto y el niño con asma que no ha recibido aún tratamiento. Según la evolución temporal, los pacientes asmáticos pueden ser agrupados en los que tienen asma intermi- tente y los que tienen asma persistente o crónica. Asma intermitente u ocasional En este tipo de asma, llamada también ligera intermi- tente, se combinan episodios de disnea sibilante, que desde el punto de la gravedad se consideran leves por ser de poca duración e intensidad, con intervalos asintomáticos habitualmente prolongados. El paciente manifiesta lige- ros síntomas diurnos de asma 1 a 2 veces por semana y nocturnos menos de 2 veces al mes; el resto del tiempo está asintomático, con una vida normal, haciendo ejerci- cios. Esta expresión del asma caracteriza el período intercrisis de asma (PICA) con un volumen espiratorio forzado en el primer segundo (VEF1) ≥80 % del teóri- co, una variabilidad menor que 20 %, la función pulmonar basal regresa a lo normal después del tratamiento, que habitualmente consiste en emplear un medicamento su- presor, por lo general un agonista b2-adrenérgico de corta acción, administrado a demanda. Asma persistente o crónica En esta los síntomas del paciente y las exacerbaciones asmáticas son más frecuentes; según la intensidad y compromiso puede ser agrupada en 3 niveles: 1. Asma persistente ligera: en esta forma de asma crónica los síntomas están presentes más de 2 ve- ces por semana (entre 3 y 6 veces como promedio), pero menos de 1 vez por día y los síntomas noctur- nos tienen una frecuencia mayor que 2 veces por mes (entre 3 y 4 veces como promedio). Las exacerbaciones pueden alterar la actividad física y el sueño. El VEF1 es ≥80 % del teórico y con una variabilidad del flujo espiratorio máximo (FEM) en- tre 20 y 30 %; la función pulmonar es normal des- pués del tratamiento broncodilatador supresor, que es a demanda, empleando agonistas β2-adrenérgicos de corta acción casi a diario; en estas condiciones, el perfil terapéutico exige agregar de manera conti- nua glucocorticoides inhalados (GCI) en dosis ba- jas, casi siempre sin necesidad de acompañarse del empleo de broncodilatadores de acción prolongada (LABAs) tipo salmeterol o formoterol. Más recien- temente se recomiendan los antagonistas del recep- tor de los antileucotrienos por sus acciones
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