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Psicologia del desarrollo II Resumen final 4 1

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4.1 la escuela secundaria: entre el grito y el silencio MAria ines abriles de wollmer
Juventud (es) en plural, pliegues y despliegues entre culturas, Silvina Carmona
	
Ana maría vilscano
Si la educacion se constituye como unos de los emncanismos sociales por excelencia que posibilitan la transmision de la herencia cultural y el fortalecimiento de los procesos filiatorios que identifican a un sujeto como semejante “que formas adoptariaestos procesos en el caso de los jovenes que no se incoporan a la escuela secundara o dejen antes de concluirla”. La prensencia de un rechazo a la propuesta, por parte de algunos jovenes, se instala al menos con esta parte de la oferta filiatoria que significaria la educacion secundaria, ya que en la mayoria de kis casos han concluido con los estuidos primarios y recibidos como contraparte de el elgado social.
4.2 Pineau Pablo Política socioeducativa y formación docente
Históricamente en las sociedades occidentales, la infancia y la juventud fueron etapas signadas por una moratoria social que permitía a esos sujetos retrasar su participación en la totalidad de las experiencias de la vida social -el trabajo, la obtención de recursos, la reproducción, el cuidado de otros- para dedicar ese periodo a su preparación y formación para la vida adulta. Niños y jóvenes debían educarse para volverse hombres y mujeres en el futuro, la adultez era el resultado de un proceso educativo que los habilita para el ingreso pleno a la vida social.
Los alumnos como sujetos de derechos
Poner el foco en comprender la educación como derecho implica tener como punto de partida la comprensión del otro como sujeto de derechos. El otro-alumno no es un sujeto incompleto, un futuro peligro social o un portador de intereses, sino alguien que posee ciertos derechos y cuenta con derechos para ejercerlos, ampliarlos y sumar nuevos. Entendemos entonces que la función de la educación es brindar herramientas, experiencias, saberes estrategias, etc para llevar este plan a cabo.
Recuperar los derechos de los sujetos nos lleva a revisar algunas posiciones pedagógicas vigentes que ponen el centro en los intereses de los sujetos como garantes de la construcción de mejores sociedades.
Creemos que pasar de una educacion basada en los intereses del alumno a otra basada en los derechos del alumno amplia el tamaño de la operación pedagogica en la construccion de sociedades mas justas. Por eso, la pregunta principal para ubicar a los sujetos en el centro de la propuesta no es “que le interesa aprender” sino “que tiene derecho a aprender”. Enseñarles solo lo que la les interesa es dejarlos en un estado de dependencia. El interes debe ser, en el mejor de los casos, el punto de llegado y no el punto de partida de nuestra tarea, la idea no es hallar sino generar intereses. 
4.4 El vinculo educativo – violeta nuñez
El triangulo herbartiano de trabajo educativo servirá a propósitos de dar cuenta de como el vinculo educativa se compone, como funciona y cuales son los roles funcionales que allí participan.
El primer elemento a considerar es el sujeto de la educación, el cual debe disponerse al arduo trabajo civilizatorio. Esto es, debe consentir o admitir una cierta violencia o coacción pedagógica: ha de separarse de lo instintual, limitar las apetencias, para canalizarlos en dirección y maneras que cada cultura establece.
El segundo elemento corresponde al agente de la educación. Representante del mundo, de las generaciones adultas, su responsabilidad consiste en transmitir elementos de los patrimonios culturales a las nuevas generaciones, a cada uno de los sujetos con los que trabaja. Es a quien corresponder sostener el acto pedagógico, para que algo del orden de la educación pueda darse.
El tercer elemento lo constituyen los bienes culturales que son seleccionadas para su transmisión, según las premisas de la época. Se trata entonces de los contenidos de la educación, cuya transmisión garantiza el acceso de los recién llegados a la cultura en un sentido que es posible articular a los dos elementos anteriores. En efecto, este tercer elemento es lo que media entre sujeto y agente, une, precisamente en la medida que separa.

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