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Coloquio Final Psicologia de la educacion

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Universidad Nacional de Salta - Facultad de Humanidades
PSICOLOGÍA EN EDUCACIÓN - 2020
Estudiante: Flores Alberto Exequiel – L.U: 718492/718504
PROPUESTA DE COLOQUIO
Llegando a la instancia final de Psicología en Educación 2020 se propone un coloquio integrador de contenidos que expliquen el objeto de estudio de la asignatura: el aprendizaje EN situaciones educativas.
Fecha: 14/12/20
Tiempo: 15 minutos. La organización se publicará en el aula virtual la próxima semana. 
Modalidad: individual – oral. 
Consigna: 
1) Seleccionar uno (1) de los trabajos integradores elaborados durante el cursado de la asignatura (parcial 1: mapa o red conceptual O parcial 2: análisis de caso) y establecer relaciones con un (1) tema de cada uno de los otros núcleos temáticos que no se encuentren incluidos en el trabajo seleccionado.
Esto NO debe subir, solo es para la instancia de conexión sincrónica del día 14.
2) Elaborar una reflexión fundamentada sobre uno (1) de los siguientes interrogantes (entre 200 y 500 palabras). La reflexión puede enviarla por plataforma antes o al finalizar el coloquio.Para Usted:
La problemática del aprendizaje, ¿es un tema relevante en la formación docente? ¿Por qué?
¿Qué desafíos y/o preocupaciones y/o interrogantes considera interpelan hoy al aprendizaje y a las instituciones educativas?
¿Qué reflexiones realizó sobre su propio proceso de aprendizaje?
Nota: Tenga en cuenta las sugerencias realizadas en el proceso de cursado –revisiones, ampliaciones- pueden ser orientadoras para su presentación.
Criterios de evaluación.
Se valorará 
1. El posicionamiento crítico y reflexivo construido para explicar el objeto de estudio de la asignatura.
2. La mirada integradora sobre los temas centrales de la materia.
3. Dominio de toda la bibliografía de los núcleos temáticos.
4. Claridad conceptual y organización para exponer la producción final integradora. 
Desarrollo
2º Este año fue, sin lugar a duda, un año bastante raro. Raro con respecto a la cursada, a la vida en contexto de emergencia sanitaria, y raro en como tuve que gestionar tiempos para seguir al día en la asignatura. Y ahora al final del año he de preguntarme ¿Qué he sacado de todo esto con respecto a mi aprendizaje?
Primero, creo que la situación de emergencia sanitaria me mostro que la motivación, las expectativas y el esfuerzo dependen enteramente de uno mismo en cuanto estés convencido de que es posible llegar al objetivo que uno se propone que es terminar de buena manera el año académico. Pero aquí, no solamente importa lo que el estudiante piense sobre si y lo que quiere. Tiene que existir también, un posicionamiento desde las cátedras en como hacer posible el trayecto formativo en la virtualidad sin que esta se presente como una carga de trabajo pesada, emocionalmente fluctuante para el estudiante y poco significativa. Cuando Coll habla de aprendizajes significativos, en la medida de que se pueda atribuirle un significado al contenido educativo considerando su significatividad lógica y psicología del contenido de aprendizaje también hace falta algo más, y eso es que exista una “actitud favorable”, que exista cierta intencionalidad por parte del estudiante para relacionar ese contenido educativo con la red de significados que ya tiene; para integrarlo, apropiarse de ello y reconstruirlos desde la propia experiencia. Pues hablo por mí, pero que a su vez ha sido una cuestión generalizada en mis compañeros, de que esta actitud o intencionalidad estuvo ausente. Lo que quiero decir es que, quizás, en el trayecto de este año, la motivación y la intencionalidad de hacer propio los saberes paso a ser una cuestión muy secundaria. No digo que haya pasado a segundo plano totalmente, pero hubo una suerte de “desencantamiento”. Creo que esto tiene que ver en como algunas asignaturas abordaron el trabajo a distancia; muchas de ellas lanzaron una multitud de pdf pero sin siquiera hacer una explicación sobre ello u otras que extrapolaron la presencialidad a la virtualidad en un afán de ofrecer la misma experiencia educativa ignorando la multitud de fenómenos sociales, culturales, económicos intervinientes que terminaron coartando el trayecto formativo de muchos. 
Podría decir que el mío se vio truncado por esto pero he llegado hasta aquí, hasta el final pero no fue por el esfuerzo, ni mucho menos por la motivación. Fue algo mecánico, algo automático, algo inorgánico. La educación en contexto de pandemia me trajo de lleno hacia la causa principal de este desgano, y era que me había olvidado momentámente de mis objetivos, metas y propósitos. Mi sueño había sido despojado de su razón, de su porque para convertirse en una masa oscura que solo me pregonaba que aprobara en cuanto pueda todo porque oportunidades como esta no habría jamás.
La pandemia se llevo por delante los métodos evaluativos y eso fue uno de los tantos incentivos para solamente aprobar por aprobar. Todo estaba sencillo o menos dificultoso, que hasta rendir un final con libros a manos era una tarea tediosa. Pero era de sencilla resolución y esto seria una cuestión menos que “aliviara” la continuidad de la carrera.
Entre tantas cosas acaecidas este año, algo bueno pude encontrar. Pues pude encontrarme con asignaturas que tomaron el desafío de la virtualidad y se reinventaron. Las clases movilizaban estudiantes, intereses y deseos, los trabajos prácticos respondían a una buena curva de aprendizaje y había interacción con los docentes. Y recobre las ganas, recobre el interés y la curiosidad, hasta me anime a preguntar o a conversar sobre temas vinculados a lo visto en las clases de estas asignaturas “despertadas”. Al final, encontré nuevos gustos, intereses y un par de libros que captaron toda mi atención. Había recuperado aquello que se me había despojado. Había encontrado nuevamente la razones por las que me movilice durante toda la cursada. 
Este año valió la pena, a pesar de todo.

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