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Adolescentes rebeldes

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Adolescentes Rebeldes
	
			
	
I. Rebeldía
La rebeldía es una de las características más sobresalientes de la adolescencia, y seguramente la que más complica las relaciones entre padres e hijos. Se pone de manifiesto en sus actitudes, protestando constantemente, oponiéndose a las normas, a lo establecido, desobedeciendo a todo sistema de orden y enfrentándose con frecuencia a los padres, tutores o profesores. 
II. ¿Por qué sucede?
El comportamiento rebelde de los adolescentes:
*Es la consecuencia de la búsqueda de independencia.
*Necesitan distanciarse de la relación de dependencia y protección que han tenido con sus padres.
*Están formando encontrar su identidad.
*Mala relación con los padres.
*Ausencia de límites en etapas anteriores o de carencia de los mismos en la actualidad.
*Influencia de amigos, medios masivos de comunicación.
*Expresión de necesidad de control.
III. Tipos de rebeldía
La rebeldía silenciosa que nace del miedo actuar y se traduce en una conducta de reclusión en sí mismo, en la cual el adolescente adopta una postura de protesta muda y pasiva contra todo.
Rebeldía  agresiva, violenta que a diferencia de la anterior se expresa de manera fuerte ya sea verbal, gestual, golpes, rechaza las normas y suele perder el control de sus emociones.
Rebeldía en contra las normas de la sociedad, se da  por egoísmo o utilidad propia, o por el simple placer de no observarlas.
IV. Reacción de los adolescentes
Al hablar de rebeldía podemos esperar dos reacciones del adolescente:
*El adolescente que  sufre cambios, expresa no estar de-acuerdo, amenaza con no respetar normas, etc. Sin embargo conserva relaciones armoniosas con su familia, respeta y controla sus reacciones.
*El adolescente que intenta casi desesperadamente, cortar sus lazos afectivos con padres, hermanos, profesores. Su conducta es contraria a todo lo que le dicen, no respeta.
V. ¿Qué hacer?
El adolescente tratará de poner a prueba su paciencia, pues conoce sus límites y sabe qué es lo que lo provoca, pero pase lo que pase manténgase bajo control.
1. Recrear todo un nuevo sistema de reglas y valores, que además sean supervisadas en forma mucho más severa.
2. Conservar la paciencia y alimentar la esperanza.
3. Suprimir la distancia y fortalecer la proximidad.
4. Cambiar la culpa por la responsabilidad en el caso de los padres y madres.
5. Buscar una permisividad balanceada.
6. Cuidar nuestro lenguaje, el cómo nos sentimos como padres y madres frente al adolescente.
7. Retírese de las discusiones, pero mantenga firmes sus decisiones.
8. Escuchar, demuéstrele a su hijo que usted comprende su punto de vista.
9. Identificar juntos padre-hijo la causa de la conducta rebelde.
10. Alentar, expresar aprecio por las acciones positivas.
11. Formar alianzas.
12. Negociar, intercambiar comportamientos positivos , por  permisos.
13. Establecer normas, las cuales deben  ser transmitidas en  forma firme y clara, para que sean entendidas.
14. El cumplimiento o no de una norma debe ser constantemente supervisado.
15. El no cumplimiento de una norma o expresión de una conducta, considerada como no aceptable, sean una traba  para futuros beneficios.
16. En cuanto a las consecuencias que  sean lo suficientemente firmes, como para que el adolescente piensa dos veces volver  a cometerla.
17. No lo rechace cuando él trate de rechazarlo a usted.
18. Ser críticos sólo en lo esencial. 
19. Intentar mantener una buena comunicación.
	Los adolescentes y la responsabilidad personal
	
			
	Timothy L. Sanford
Traducido por Félix Abreu para Enfoque a la Familia
¿Qué padre no quiere que su hijo adolescente exhiba  responsabilidad personal? Pero, ¿qué padre no se ha dado cuenta de que esta cualidad del carácter no se desarrolla de manera  natural en  los adolescentes? Tiene que ser aprendida a través de la experiencia, no simplemente con decirle que lo sea. 
Entonces, ¿cómo podemos ayudar a nuestros adolescentes a aprender la responsabilidad personal? Como padres, tenemos dos valiosas herramientas a nuestra disposición: el dinero y las consecuencias.
Dinero
Cuando cada una de nuestras hijas llegaron a los 13 años, mi esposa y yo las pusimos  en un presupuesto. Calculamos  cuánto "nos costaban" cada mes. Incluimos artículos como ropa, regalos para los amigos, las entradas para las películas, artículos de tocador y almuerzos escolares - todo menos comida y alojamiento. También  calculamos los gastos de la temporada, como Navidad, regalos de cumpleaños y viajes de verano en el parque de agua local. Dividimos la cantidad total a pagar entre 26 y nuestras hijas recibían un pago en efectivo  cada dos semanas.
Utilizando el sistema de sobres, ayudamos  a las niñas a marcar las categorías por nombres y cantidades  en varios sobres. Las categorías incluían  "diezmo", "ahorro", "ropa", "artículos de tocador", "emergencia", "regalos" y "misceláneos". Cuando las niñas recibían  su dinero, ponían  la cantidad predeterminada en cada sobre. El sobre de diezmo iba a la iglesia el próximo domingo, y la cantidad de ahorro se depositaba en su cuenta bancaria. Cuando íbamos de compras, las chicas se compraban  su propio maquillaje y champú, su propia ropa y todo lo que necesitaban  o querían.
Nuestras hijas ya no tenían que pedir dinero. Ella eran libres, y nosotros también éramos  libres! De ahí  en adelante, si ellan querían comprar algo, nosotros simplemente las dirigíamos  a su propio dinero. Y no había ningún gasto adicional para nosotros. Gastábamos la misma cantidad de dinero en nuestras hijas como antes - pero pagábamos en la fecha prevista cada dos semanas en lugar de darles una  pequeña porción cada día.
Todavía manteníamos nuestras reglas en el hogar para la música y la ropa. Así que si la compra no cumplía con nuestros estándares, el artículo era descartado y el dueño se quedaba sin el dinero. De repente, los hábitos de consumo de nuestras adolescentes fueron auto controlados y  auto administrados n vez de ser controlados y administrados por sus padres.
También  encontramos  que imponer  cargos o multas por la irresponsabilidad puede  servir como recordatorios personales para los adolescentes. Imagine que es tarea regular de su hijo el sacar la basura antes de irse para la escuela o el colegio los jueves. Un jueves se olvida, y usted mismo saca la basura. Lo que su hijo acaba de hacer es pagarle a usted para hacer su trabajo. Cuando venga el  viernes, le dará a su hijo su dinero, menos el dinero que le cobró usted por sacar la basura, y le dice: "Gracias", y pone el dinero en su bolsillo. Si el cargo para cubrir su falta de memoria es lo suficientemente alto, probablemente recordará la basura el próximo jueves.
Consecuencias
Al permitir que el proceso de causa y efecto de la vida siga su curso, su hijo aprende tanto de sus errores como de sus éxitos. Puede ser su responsabilidad el  protegerle  de los desastres, pero no es útil el protegerle de los inconvenientes de decisiones insensatas o irreflexivas. Si su hijo posterga el  completar el papeleo para la licencia,  entonces  no consigue su licencia de conducir en su cumpleaños. Si no hace su tarea a tiempo ,reprueba la clase. Por difícil que sea, deja que su hijo asuma la responsabilidad personal y experimente  las consecuencias de sus decisiones.
 
Recuerde que si usted todavía está tratando de controlar todos los aspectos de la vida de su adolescente, él o ella no podrá aprender la responsabilidad personal. El controlarte a usted mismo y sus pertenencias es una buena cosa, pero tratar de controlar a su hijo no lo es. Todavía tiene el privilegio de influenciar, orientar, apoyar, corregir, reorientar, orando y modelando responsabilidad. El criar a su hijo o hija   adolescente se trata acerca de ellos, no se puede tratar de controlar sus decisiones para vernos  bien como padres.
 Una última reflexión: Los adolescentes, naturalmente, se alejan de sus padres para convertirse en adultos sanos. Deje que esto suceda e  incluso anímele  . Mientras lo hace, su trabajo será más fácil, y a su debido  tiempo, su hijorealmente  mostrará la  responsabilidad personal.
	Preadolescentes de Voluntad Firme
	
			
	Mariellyn Hilgeman
Traducido por Diego Martins para Enfoque a la Familia
Mi hija de 9 años de edad estaba convencida que ella siempre tenia la razón. Razonar con ella no tenía ningún sentido y nuestras discusiones casi siempre terminaban cuando le ordenaba que obedeciera.   
Finalmente me di cuenta que mi hija en ocasiones necesitaba un poco más de libertad para probar las cosas a su manera sin importar el resultado. Un día, mientras trabajábamos en una de sus nuevas manobrias de gimnasia, le di tiempo para que intentara la maniobra a su manera. Después de un tiempo, ella se dio cuenta que yo, como su entrenadora, podría tener un método efectivo. 
En otra ocasión, accedí a que mi hija, aquella pequeña con gran actitud, usara uno de mis vestidos para ir al colegio. De alguna manera logramos que se viera adecuado para usarlo todo el día, pero de todas formas empaqué una muda de ropa para ella, solo por si fuera necesario. Ella fue a la escuela satisfecha y sin utilizar esa extra muda de ropa. Ella nunca pidió usar el vestido nuevamente.
El reconocer la madurez en el desarrollo de mi hija se ha convertido en un logro para nosotros. A pesar de que aun tenemos nuestros desencuentros ocasionales, hemos empezado a alcanzar una relación basada en receptividad y respeto que va mucho más allá de una mera batalla de voluntades. 
	Inclusión de chicos con necesidades especiales
	
			
	Margot Starbuck
Traducido por Stephanie Campos
Los preadolescentes y adolescentes con necesidades especiales pueden ser marginados en ocasiones , inclusive en nuestras iglesias locales. Si bien ellos  pudieron haber sido incluidos en juegos o  fiestas cuando eran pequeños, las invitaciones tienden a disminuir cuando crecen. Los padres pueden facultar a  sus hijos de la misma edad a mantener sus corazones abiertos para estos chicos y chicas. A continuación algunos consejos: 
Centros comerciales y películas. Los eventos sociales son formas fáciles de incluir a nuevos amigos, pueden ser grupos de tres o más. Si un niño tiene necesidades físicas especiales, considere invitar a un hermano o hermana para que le brinde ayuda extra.
Tiempos de fiesta. Al hacer las invitaciones para una fiesta de cumpleaños, anime a su hijo a pensar en sus conocidos de la iglesia, la escuela y en el vecindario, que a menudo son excluidos de las fiestas. Dependiendo de las necesidades de los niños, su hijo preadolescente o adolescente puede ofrecer señales de amabilidad durante el evento.
Planee con anticipación. Cualquiera que sea la actividad o la localidad , discuta con su hijo cual será el papel que jugará a la hora de extender la hospitalidad a las personas con necesidades especiales. Hable de las necesidades de alguien con desafíos únicos, esto puede ayudarles a pensar sobre sus acciones con antelación. 
	¿Qué hacer si su hijo adolescente está involucrado en un embarazo?
	
			
	Si su hijo está involucrado en un embarazo no planeado, tendrán que responder a estas preguntas difíciles juntos.
Del sitio web de Focus on the Family
Traducido por Félix Abreu para Enfoque a la Familia
Si su hijo ha tenido una relación sexual,  la cual ha dado como resultado un embarazo, recuerde que probablemente él esté experimentando  muchas de las mismas emociones que su novia, como el miedo, la culpa y la ambivalencia. Además, puede estar sintiendo una cantidad considerable de conflicto y confusión sobre el papel que debe jugar.
Usualmente, la relación con la madre del bebé -hasta este momento-no involucraba planes a largo plazo. Ahora, él debe tomar una decisión acerca del nivel de compromiso que tiene la intención de asumir, y los aspectos que involucra esta decisión son importantes. ¿Qué es lo que le debe  a esta joven? ¿Puede salirse de esta situación? ¿Debería hacer un compromiso de por vida con ella a causa de un embarazo no deseado?
Por supuesto que él no experimenta la carga de las consecuencias biológicas,  y la madre del bebé tiene, (en algunos países) el derecho legal de aplicarse un aborto o llevar el embarazo a término con o sin su consentimiento. Esto puede dejarlo con la impresión de que no tiene control sobre el embarazo no deseado y por lo tanto no tiene que hacerse responsable por ello.  Como sus padres, ustedes están un paso más lejos de la situación y puede que tengan preguntas similares sobre el papel que deben jugar.
Por encima de todo, su hijo necesitará  ánimo y orientación para asumir el nivel adecuado de responsabilidad con respecto a su rol en el embarazo. No se le debe permitir abandonar a su novia y seguir con su vida como si nada hubiera pasado.  "Es problema de ella ahora", "Se debió  haber protegido a sí misma" o incluso "Ella sólo debe hacerse un aborto" son respuestas superficiales y una falta de respeto a una grave situación. Por otro lado, presionar para un matrimonio rápido puede parecer honorable, pero es probable que no sea muy sabio.
Los matrimonios adolescentes llevan consigo probabilidades muy bajas de éxito a largo plazo. La combinación de inmadurez, falta de recursos, así como intensas demandas de un bebé recién nacido por lo general llevan la relación adolescente a una gran tensión, al punto de romperse. 
En el mejor de los casos, las familias de los participantes cooperan para encontrar un equilibrio productivo entre varias tareas: enfrentar  las consecuencias de la relación sexual, el rendimiento de cuentas de los adolescentes a los adultos de ambas familias, la planeación a corto y largo plazo, y la toma de decisiones de una forma madura.
Su hijo necesitará estímulo para reconocer su responsabilidad para con la familia de la chica, asó como aceptar con humildad su respuesta, ya sea mesurada o de enojo. Todos ustedes deben estar preparados a la  posibilidad de que la familia de la madre elija tratar con el embarazo por su cuenta, incluso si usted está dispuesto a participar en el proceso. Si esa decisión incluye prohibir a su hijo a tener más contacto con ella, a pesar de que se  preocupe profundamente, tendrá que encontrar la fuerza para cumplir con los deseos de la familia. Si se le permite continuar con la relación y apoyar a la chica  cuando las cosas se ponen difíciles, se deben poner en claro las reglas del juego (incluyendo la abstinencia de relaciones sexuales) estas reglas tienen que ser reconocidas y respetadas.
Tener una novia embarazada es difícil y doloroso. Pero también puede ser una oportunidad de madurar para su hijo y así darse cuenta de qué  está hecho. A la larga, la adolescente embarazada no es la única que tiene que tomar decisiones importantes.
	¿Como desarrollar relaciones de confianza con su hijo (a) adolescente?
	
			
	Patricia Odio
Psicóloga
Al construir una relación basada en la confianza con su hijo e hija adolescente, se deben contemplar algunos aspectos muy valiosos, entre ellos, lacomunicación amorosa que busque incrementar la autoestima de su hijo o hija.
Esta comunicación entre padres e hijos, consiste en el intercambio de palabras, sonidos y gestos; que  trasmiten un mensaje de contenido afectivo y/o intelectual.
La forma como se expresa el mensaje, las palabras que se emplean y el tono de voz que se usa, determinará la forma en la que el hijo e hija percibe el mensaje.
Cuando usted se comunica a través de un beso, un abrazo o una sonrisa, le está trasmitiendo a su hijo/a,  que es valioso/a para usted,   abriéndole la posibilidad para decir lo que piensa y siente en un ambiente de confianza y respeto. Las palabras son semillas que se siembran, con el tiempo crecen y se multiplican , el significado de las palabras, el tono y la actitud con la que nos dirigimos a nuestros hijos , definen el valor que usted les otorga como personas y les da la seguridad y la confianza que necesitan de usted.
Para una sana comunicación tome en cuenta los siguientes aspectos:
-Tome conciencia de los cambios que experimenta su hijo/a al entrar en la adolescencia,y entienda que es  paso a paso como se construye un nuevo tipo de relación que sustituirá paulatinamente la dinámica que se tenía anteriormente, recuerde que su hijo sufrirá una serie de cambios, que su ánimo variará constantemente, sin embargo esto no significa que sus reacciones de enojo signifiquen que usted debe de alejarse de él o ella.
-Promueva con sabiduría un grado de independencia, no caiga en los extremos; no es bueno sobreproteger a los hijos ni tampoco abandonarlos.
-La comunicación debe cultivarse, procure conocer el  mundo de su adolescente, sus gustos, su música, sus amigos, pero hágalo sin imponerse. Aún cuando haya temor, trate temas relevantes de la vida moderna con la finalidad de conocer sus puntos de vista, tome en cuenta sus ideas y respételas aun cuando no las comparta.
-Cuando no comparta sus ideas, hágale saber lo que usted opina sin ofenderle ni humillarle, dialogue y busque propiciar una negociación en la que ambas partes estén de acuerdo, recuerde que no se trata de una competencia para saber quien gana.
-Valórele como ser humano por la importancia que él o ella tiene para Dios, por lo que es y puede aportar.
-Respete sus silencios sin ignorarlos, este dispuestos a hablar y a escuchar.
-Conozca  sus amigos, permita que visiten su casa y trátelos con amabilidad, no se exprese ofensivamente de ellos, pues al hacerlo está ofendiendo directamente la estima a su hijo e hija.
-Establezca límites que le den  sentido de seguridad y  pertenencia.
-La confianza debe de ser cultivada con esmero, es decir con un interés autentico por conocer y comprender al hijo/a  y lo que él o ella tiene que decir, aun cuando usted no este de acuerdo con lo que dice.
Una relación que se basa en el honor y el respeto es una relación que da la posibilidad de crear una vínculo de amistad con su hijo que les permitirá acercarse el uno al otro con confianza,  sin temor a herirse o maltratarse.
Adolescentes Rebeldes
Es bien sabido que la adolescencia es una etapa de cambios, con continuos conflictos que el adolescente debe superar tomando decisiones que no siempre sabe en qué van a desembocar; sintiendo la necesidad de experimentar todo aquello que le suscita interés.
Es un intento de búsqueda de identidad, una necesidad de formarse como seres únicos buscando una autonomía que les haga sentir fuertes ante la incertidumbre del crecer.
Por ello, no es de extrañar que en ocasiones la adolescencia sea dura tanto para el joven que la vive como para sus padres.
Es habitual que los adolescentes no se comporten siempre como sus padres o la sociedad espera, pero no por ello deben ser estigmatizados como seres antisociales. Adolescencia y rebeldía son términos directamente relacionados; está en su naturaleza de adolescente ser rebelde. Son los llamados adolescentes rebeldes.
No obstante, que la rebeldía sea habitual en la adolescencia no quita importancia al hecho de que ésta, en grandes dosis llega a ser preocupante para los padres.
¿Cuándo deben preocuparse los padres de la rebeldía de sus hijos? 
Principalmente tomando en cuenta tres caracterísitcas: 
·  Duración de la conducta inadecuada. 
·  Intensidad de la conducta inadecuada
·  Número de veces que se da la conducta inadecuada
Estas tres caracterísitas tienen una relacion directamente proporcional con lo problemático, es decir, a mayor intensidad, duración o número de veces que se da la conducta, mayor preocupación deben tener los padres por el comportamiento de su hijo. Por otro lado, es cierto que lo "adecuado" o "inadecuado" en un adolescente es muy relativo, pero es consenso general que hay ciertos rasgos conductuales en un adolescente que se toman como preocupantes, categorizándolos como conductas disruptivas. 
¿Qué son las conductas disruptivas? 
Se denominan conductas disruptivas al constructo que determina un estilo de comportamiento disfuncional de orden biopsicosociocognitivo, caracterizado por agresividad, impulsividad e hiperactividad. Estas conductas implican interrupción o desajuste en el desarrollo evolutivo del adolescente, imposibilitando el establecimiento de relaciones sociales ajustadas a la realidad compartida, tanto con adultos como con sus pares (Risueño, 2004). 
Es habitual que el adolescente... 
·  Grite cuando se enfada
·  Se comporte de manera impulsiva
·  Se encierre en la habitación cuando se enfada
·  Pegue algun portazo
·  Se muestre irascible
·  Desfíe a la autoridad en casa y en el instituto
·  Se comporte de una manera que antes no había hecho
·  Experimente con cosas con las que antes no había experimentado
·  Tenga cambios de humor extremos 
Todo ello en un marco donde el número de veces que se da la conducta,la intensidad y la duración de ésta son "normales" para la etapa vital que está viviendo, la adolescencia
¿Cómo saben los padres cuando una conducta deja de ser "normal"? 
· Cuando ésta comienza a interruptir el desarrollo evolutivo del adolescente.
· Cuando comienza a crear malestar signiticativo para el adolescente a nivel personal, familiar y/o social.
· Cuando comienza a crear malestar significativo para el entorno del adolescente a nivel personal, familiar y/ social
En definitiva, los adolescentes pueden ser rebeldes, pero no es positivo para nadie que se les juzgue por ello. Es papel de la familia y la sociedad transmitir valores y principios dignos que formen a personas plenas, por ello es nuestra responsabilidad de hoy lo que ocurra en un mañana.
Un último consejo...
Tu hijo, aunque verbalmente no diga nada, te está hablando con su comportamiento, ¡escúchale!. La comunicación es la clave de la paternidad.
En palabras del profesor de Psicología Larry D. Rosen, la proporción de escucha parental frente al de charla debe ser al menos de 5 contra 1: hablar un minuto y escuchar cinco.
No tengas miedo, aprenderás y descubrirás de tu hijo cosas que nunca imaginarías. Son seres llenos de ilusión y curiosidad, sólo buscan un guía que les acompañe en su duro camino, ¿por qué no serlo tú? No digo que sea ni mucho menos fácil, digo que merecerá la pena.
	El dilema del embarazo adolescente
	
			
	Cuando las jóvenes enfrentan un embarazo no deseado, también lidian con  confusión, emociones cambiantes y presión de diferentes medios.
Tomado de: Focus on the Family
Traducido por Carolina Chacón para Enfoque a la Familia
Antes de considerar, cómo reaccionaría ante la noticia de que su adolescente soltera está embarazada, haga una breve travesía a través del torbellino de emociones y pensamientos que pueden estar pasando por la mente y corazón de ella.
En casi todas las adolecentes embarazadas la emoción primordial es el miedo.
İNo le puedo decir a mis padres, me matarían!
¿Cómo voy a finalizar mis estudios, estando embarazada?
İMi novio me dejaría, si no  aborto!
Es muy posible que una adolescente que sufra una crisis de embarazo no vea nada más que pérdida en el horizonte.  Pérdida de  amor, tiempo, educación y salud física. El temor a una o más de una de estas pérdidas propicia muchas de sus reacciones. Recordemos que el promedio de diferencia en la edad entre el padre del bebé y la madre adolescente es 6.4 años.
La negación es común, especialmente durante las primeras semanas de gestación, cuando el único indicador sería la falta de uno o más periodos menstruales, un poco de fatiga, posiblemente nauseas o inclusive alguna prueba de embarazo positiva. El anhelo de que las cosas sean de la manera que deberían ser, pueden retrasar ya sea por semanas o aun meses, el admitir el problema y buscar la ayuda necesaria.
La incertidumbre  de  si se está embaraza o no podría causar emociones cambiantes. Un día puede parecer que la única solución sería abortar, mientras que otro día la posibilidad de un adorable bebé  podría parecer atractivo. Aún el pasar tiempo escuchando el llanto de un recién nacido  de alguno de sus amigos podría acelerar sus emociones en otra dirección. La indecisión, como la aparente falta de dirección es común con  esta situación tan abrumadora.
Culpabilidad: cuando el embarazoresulta de la violación de los valores morales adquiridos desde la niñez, usualmente la adolescente se sentirá avergonzada y despreciada. El crecimiento de su abdomen se vuelve un constante recordatorio de su error. Este es el momento cuando usted puede acercarse a su hija y construir una relación duradera con ella.
Presión para provocarse el aborto: esta presión puede provenir de diferentes direcciones. Una adolescente puede estar considerando   lo que pareciera un futuro deprimente, de privaciones y remordimiento, contra  un  procedimiento relativamente rápido y poco costoso. ’’ Nadie tiene que saberlo, y yo podría seguir adelante con mi vida. ’’
Un  novio (que posiblemente esté lidiando con su propio temor y culpa, así como la preocupación  en cuanto  a  la futura responsabilidad financiera) posiblemente ejerza una presión considerable a realizar el aborto, aun ofreciendo pagar por la factura. Puede que incluso él  amenace con abandonar  la relación si el embarazo continúa. Algunos padres, preocupados por el futuro de su hija o quizás su propia reputación ante la comunidad (aun la posibilidad de ser responsables de la crianza del niño(a), puede que vean el aborto  como una buena opción.
Mentalidad de muñeco adorable: algunas adolescentes solteras pueden percibir su embarazo de manera poco realista, tomándolo  como una forma de escapar de una situación difícil y poco placentera en su hogar. Ellas podrían imaginar a su bebé como una compañía agradable que va a requerir casi el mismo cariño que un cachorrito, sin darse cuenta de la cantidad de energía que un recién nacido tomará sin obtener mucho a cambio (especialmente durante las primeras semanas).Las jóvenes con esta mentalidad necesitan ajustar sus expectativas acerca de la crianza de su niño (a), sin que esto  las dirija al aborto, sino como ayuda a tener mejores planes. Si la adopción no está dentro de las opciones, se debería optar por alguna preparación prudente para así evitar serias desilusiones e inclusive que la madre abuse del bebé
	Elecciones Virtuales... Consecuencias en el Mundo Real
	
			
	Kurt y Olivia Bruner
Traducido por Cristhiam Álvarez Rosales para Enfoque a la Familia 2011®
Tomamos fuerzas para presentarnos ante una audiencia difícil. Cuando se nos pidió que habláramos ante un grupo de estudiantes sobre las potenciales consecuencias dañinas de los videojuegos y los medios de comunicación social interactiva, anticipábamos que virarían los ojos –o quizás incluso lanzarían tomates. Pero los y las estudiantes parecían estar realmente interesados cuando describimos los efectos fisiológicos de sus pasatiempos favoritos. Para nuestra sorpresa, sin embargo, varios chicos confesaron: «Ya sabíamos que estas cosas eran adictivas. ¡Solo que no queremos que nuestros padres se den cuenta de ello!».
Los chicos pueden estar conscientes de que se les hace difícil dejar de lado el controlador de la consola de videojuego o salir de su página web social favorita pero la mayoría no entiende cómo una adicción puede dañar su salud, sus relaciones y su bienestar emocional. Los padres y las madres necesitan ayudar a sus hijos e hijas a entender la conexión existente entre las elecciones que ellos y ellas hacen y las consecuencias con las que tienen que vivir. 
Aunque las Escrituras están llenas de mandamientos específicos sobre lo que es correcto y lo que es incorrecto, muchas cuestiones escapan de una prohibición clara. Puesto que los videojuegos y los medios de comunicación social interactiva no son inmorales, acompañar a los chicos en estas actividades puede ser un poco complicado. Debemos cambiar el enfoque de «decir» a «vender». Parte del proceso de guiar a nuestros hijos e hijas hacia la madurez es ayudándoles a aprender sobre el discernimiento y la sabiduría cuando se enfrenten con una decisión que podría no tener un mandato moral específico.
 
Conforme nuestros chicos crecieron, buscamos ayuda del apóstol Pablo quien escribió: «“Todo me está permitido”, pero no todo es para mi bien» (1 Corintios 6: 12). Nos dimos cuenta que nuestro rol era ayudar a nuestros chicos a desarrollar disciplinas positivas. Pablo continúa escribiendo: «“Todo me está permitido”, pero no dejaré que nada me domine». En otras palabras, los videojuegos en línea y las salas de chat de los medios de comunicación social interactivos puede que no destruyan la fe de una persona adolescente, pero pueden atrofiar su potencial.
Hemos recibidos docenas de correos electrónicos de padres y madres que están tratando de ayudar a sus hijos o hijas con una adicción a los videojuegos. Una preocupada madre escribió sobre su hijo de 17 años quien había ganado becas académicas importantes para ingresar a la universidad pero se encontró con que su hábito con los videojuegos le estaba arrebatando lo que sería una vida exitosa. Ella explicó que su hijo se había convertido en un chico adicto, deprimido y apático.
A pesar que las chicas están menos inclinadas hacia la adicción a los videojuegos que los chicos, ellas están más inclinadas a ser consumidas por las páginas web de redes sociales en línea que les permiten compartir detalles íntimos sobre ellas mismas a amigos «virtuales» y profesionales. En los sitios de redes sociales, los y las adolescentes pueden exponerse al acoso u hostigamiento entre pares así como al abuso emocional, lo que atrofia su potencial para relacionarse en el mundo real.
Los y las adolescentes que están madurando en un mundo virtual se enfrentan con decisiones diarias que formarán sus caracteres e influenciarán su capacidad para la vida. El cristianismo afirma que somos personas creadas para luchar en un mundo de «carne y sangre» pero la mayor parte de los juegos en línea y las tecnologías de los medios de comunicación social interactivos crean una existencia artificial. Cuanto más invirtamos el tiempo en un mundo virtual, más nos adentramos en una existencia que es menos que completamente humana.
Entonces, ¿cómo les ayudamos a nuestros y nuestras adolescentes a tomar decisiones sabias en una cultura dominada por los juegos en línea y los medios de comunicación social interactivos? Sugerimos compartir tres principios con sus hijos e hijas adolescentes:
-La comunicación social virtual no es inmoral: Deberíamos evitar el contenido ofensivo y cuestionable en las relaciones en línea pero no existen mandamientos bíblicos sobre la comunicación social en sí misma.
-La comunicación social virtual puede ser adictiva: Un cuerpo creciente de evidencias muestra que los videojuegos y los medios de comunicación social interactivos se vuelven adictivos debido a efectos fisiológicos en el cerebro. Investigar sobre estos hallazgos junto con sus hijos e hijas puede ayudarles a tomar decisiones inteligentes.
-La comunicación social puede sustituir la vida real: Establecer límites que prevengan el hecho de que la comunicación social virtual puede reemplazar las actividades y relaciones reales de «carne y sangre».
Los y las adolescentes pueden estar contentos por vivir en un mundo en línea pero la paternidad intencional requiere que les ayudemos a permanecer conectados con el mundo real. Cuando hablemos con los y las adolescentes sobre la comunicación social virtual, también podemos ayudarles a poner los puntos sobre las íes en relación con las elecciones y sus consecuencias.
	
Mi hijo(a) adolescente va a tener un bebé
	
			
	Claire de Mezerville
Una situación para la que los padres y madres definitivamente no están preparados es el embarazo de una hija adolescente.  Así mismo, la noticia de que el hijo adolescente será padre puede ser devastadora en esta época en que se ha empezado a superar la cultura patriarcal que no solo permitía sino que también avalaba la paternidad sin responsabilidad.  En medio de la tormenta de pensamientos en cuanto a las consecuencias “sociales”, implicaciones económicas y repercusiones para el futuro del hijo o hija adolescente, de la situación, es difícil discernir cual es la mejor forma de comunicarnos eficaz y asertivamente con élo ella en el justo momento que más necesitan de nuestra orientación, apoyo y amor incondicional.   Muchos padres piensan “¿cómo tratar a un niño que ahora tendrá que criar a otro niño?” ¿Cómo afrontar los propios sentimientos de culpa, dolor, enojo, frustración? ¿Cómo mantener nuestra relación de padres para con nuestros hijos, al sentir que la vida, irremediablemente, tendrá que cambiar?
 
Es importante que los padres tomen en consideración que es común experimentar sentimientos intensos de duelo, tristeza, e inclusive culpa o enojo. No obstante, es necesario tomar en cuenta que, ética y psicológicamente, su hijo y el bebé que viene en camino, necesitan su apoyo.
Se debe reconocer sin embargo, que es difícil y  complicado poder manejar “controladamente” nuestras emociones, pensamientos y preocupaciones ante una circunstancia en la cual todos los miembros de la familia se verán afectados de una y otra manera y así también la dinámica  familiar. No obstante, es necesario hacer un esfuerzo titánico y tomar rienda de la situación, de los pensamientos, sentimientos y emociones; y actuar y reaccionar de la forma más beneficiosa para todos.  Sin lugar a duda, en este momento la premisa es el adolescente y la criatura por nacer y el norte a seguir en cuanto la forma de interactuar con él o ella debe estar marcado por el apoyo, la empatía y el amor incondicional.  Son en estos momentos de gran dificultad y turbulencia,  en que una actitud generosa y llena de amor, genera el ambiente propicio y las formas de interacción correctas en procura del bienestar de de todos los miembros de la familia.
El ser humano integral
Tanto el embarazo no deseado, como las enfermedades de transmisión sexual en nuestros hijos adolescentes son síntomas de un problema más grave y profundo: un manejo descuidado de la sexualidad en etapas de la vida en las que los jóvenes aún no están preparados para un compromiso. La sexualidad sana, idealmente, es aquella en la que el respeto, el compromiso y el amor preceden a una relación de pareja estable y madura. Esto es así porque entendemos el ser humano como aquel que se ha formado en un contexto histórico y social, quien, integralmente, comprende dimensiones fisiológicas, espirituales y psicológicas. No podemos limitarnos a pensar en nuestros hijos como víctimas de sus hormonas, o como simples irresponsables en el manejo de sus responsabilidades. La realidad es más compleja.
Un embarazo, necesariamente, abre el escenario para conversar acerca de sexualidad. El hecho de descubrir que nuestros hijos sean sexualmente activos no quiere decir que tengan la información correcta, o que tengan una comprensión clara de su lugar como personas y de su dignidad.
Este es el momento de hablar sobre respeto, amor y cuidado personal. Del mismo modo, como adultos responsables, es fundamental guiar a nuestros hijos respecto a la necesidad de los cuidados prenatales necesarios. Médicamente, es fundamental la asesoría y consejo para fomentar el desarrollo sano del bebé. Aún en medio de un panorama confuso y tenso, esta criatura necesita un entorno favorable para crecer y para prepararse para vivir.
Preparándonos para una nueva etapa
Ante la noticia del embarazo de su hija o la paternidad prematura de su hijo, es muy importante reflexionar acerca de la forma en la que se ha hablado -o no hablado- de sexualidad dentro del seno de la familia. Resulta contraproducente permanecer en el reproche respecto a la actividad sexual prematura. Es necesario fijar los ojos en lo que está por delante.
Comentarios como los siguientes no ayudan a mejorar la situación, más bien hieren profundamente y deterioran la relación familiar (la cual, ya de por sí, está atravesando una crisis):
 -“Usted perdió la más valioso”.
-“Ya nadie la va a respetar”
-“Usted verá que hace porque nadie la/lo va a ayudar a ver por esa criatura”
-“Ahora todo el mundo la va a ver diferente”.
-“Su vida se estropeó”.
-“Usted es una cualquiera (o cualquier adjetivo semejante)”.
Esto no quiere decir que haya que reprimir los sentimientos y la dificultad de este tiempo. Sí es muy válido expresar las propias emociones. Es recomendable y saludable que los padres busquen algún tipo de consejería y apoyo, así como elaborar los procesos que les permitan “perdonar” a sus hijos, por no responder a sus expectativas, acerca de la vida que deseaban para ellos. Algunas cosas que sí es necesario expresar son las siguientes:
 -“Te amo, pero estoy molesto (a)”.
-“La vida va a cambiar”.
-“Usted tiene que asumir con valentía las nuevas responsabilidades”.
Este es el momento para preparar a sus hijos para ser papás. Es prematuro: es cierto. Es inesperado e implica sacrificios, pero la vida continúa. Es necesario que, en el hogar, se pueda crear un ambiente para asumir una nueva etapa.
 
¿Cómo hablar de sexualidad si mis hijos adolescentes ya son papás?
La sexualidad más segura y satisfactoria es la que se vive dentro de un compromiso de por vida. Un adolescente aún no tiene la madurez ni las condiciones para establecer compromisos permanentes. Aún si los hijos ya han manifestado que son sexualmente activos, es necesario hablar abiertamente acerca de las repercusiones que tiene, sobre el desarrollo del proyecto de vida, el tomar decisiones conscientes respecto al manejo de la propia sexualidad.
Independientemente de los eventos presentes; cuales serán las decisiones que se tomarán para la vida que está por delante (respecto a la relación con el otro progenitor del bebé, respecto al uso del espacio dentro de la casa, respecto a los roles en la crianza del bebé).
Del mismo modo, es importante que la casa de los padres sea un espacio en el que se respeten los valores que el hogar mismo ha estipulado. Como padres, no pueden evitar que sus hijos tengan una sexualidad activa, pero sí pueden hablar sobre cómo, en su rol de papás, aún procuran hacer valer sus principios en la casa y cuidar a sus hijos.
Aún cuando es delicado, es importante guiar a los hijos para que ellos asuman su rol de padres y no de “hermanos mayores” de sus propios niños. Como papá y como mamá, usted tiene autoridad sobre su hijo, pero, de igual forma, él (o ella) es quien deberá tener autoridad guiada sobre el bebé. 
Finalmente…
Nunca retire el afecto, como modo de castigo o de “venganza” ante un embarazo no deseado. Es válido expresar dolor, es válido molestarse e incluso tomar una breve distancia que le permita pensar y recobrar la calma. No obstante, en este momento sus hijos lo necesitan más que nunca. Papá, este es el momento de ser papá. Mamá, este es el momento de ser mamá. Es tiempo de perdonar. Es tiempo de guiar y de prepararse para nuevos comienzos. Es tiempo de perseverar y de amar.
	
	Adolescentes y cosmovisión cristiana
	
			
	Lynn Cowell
 
A medida que su independencia crece, los adolescentes rápidamente se encuentran con situaciones que entran en conflicto con su cosmovisión bíblica.
 
Esto es a menudo evidente en ambientes sociales, tales como la escuela o los deportes, en donde la verdad no es vista como absoluta, las tentaciones anulan la moralidad y Dios se define por medio de preferencia personal. Las perspectivas de su adolescente sobre las relaciones sexuales antes del matrimonio, la santidad de la vida, la espiritualidad y más, caerán bajo vigilancia.
 
Su adolescente tal vez se sienta que está en un aprieto o a la defensiva, y lo más probable es que él o ella se sienta presionado a ajustarse. Ayúdelo(a) a ocuparse de estos sentimientos desde una nueva perspectiva — una perspectiva que se enfoca en la compasión para aquellos que no conocen a Dios. Debido a que la tolerancia bíblica no es lo mismo que aceptación, él o ella puede adoptar una postura firme en su conocimiento de la verdad, mientras que, respetuosamente, está junto a aquellos que no pueden ver la verdad.
Haga que su adolescente enumere las varias mentalidades y estilos de vida de las que es testigo cada día. Ahora, pídale que investigue, y comparta con usted, qué tiene que decir la Biblia sobre estos asuntos.Tal vez le tranquilice saber que, si bien estos asuntos y las presiones que los acompañan son algo nuevo para ella, a Dios no lo sorprenden. Muéstrele a su adolescente, por medio de la Escritura, por qué usted cree lo que cree, enseñándole tolerancia bíblica basada en el amor. Hable con él o ella sobre el poder del amor expresado en lenguaje corporal y el tono de voz, al compartir la verdad con otras personas. Ayúdele a su adolescente a explorar maneras en las que él o ella puedan mostrar el amor de Dios a alguien que se opone a la verdad.
Mantenga en mente que el ejemplo vale más que mil palabras. Modele tolerancia frente a su adolescente por medio de su conocimiento en lo que cree, mientras que extiende delicadeza y respeto a aquellos que no tienen una relación personal con Jesucristo.
 
Lynn Cowell es una oradora y escritora en el ministerio Proverbs 31 Ministries, y la autora del libro His Revolutionary Love: Jesus' Radical Pursuit of You.
Derechos de Autor © 2011 escrito por Lyn
 
Actividad para jovencitos de 9 a 12 años
Organice una noche en la que cada quien prepare su propio helado para ayudarle a sus jovencitos a comprender la importancia de la tolerancia bíblica. Necesitará su nieve favorita con los ingredientes de costumbre que pondrán sobre la preparación, así como algunos otros ingredientes que su familia nunca soñaría en poner sobre su helado. Cebolla picada, salsa de soya, mostaza — ¡sea creativo(a)!
 
Llame a su familia para que vengan a comer postre. Ponga la nieve y todos los ingredientes sobre la mesa como si nada fuera inusual. Luego, invite a los niños a que se sirvan. Mientras sus hijos preparan su helado, “anímelos”, dramáticamente, a que agreguen los nuevos ingredientes. Ofrézcales una cuchara llena de aceitunas negras para su helado o una pizca de ketchup. Cuando se hayan rehusado, prepare su propio postre pequeño con uno o dos de los ingredientes “equivocados”. ¿Podría comerse una cucharada de esto sin hacer caras ni gestos?
 
Cuando la sorpresa del momento haya pasado, dígale a sus jovencitos que usted estuvo usando esa noche de helado como una manera de recordar el principio de la tolerancia bíblica. Dígales, que si bien a Dios, probablemente, no le preocupa demasiado qué va en nuestro helado, Él sí tiene un diseño para nuestra vida. Algunas decisiones son correctas. Algunas son equivocadas. Pregúntele a sus hijos:
 
¿Cómo reaccionaste cuando te amenacé con “arruinar” tu helado tratando de agregar ingredientes extraños? ¿Fue tu reacción suave o áspera?
¿Podrías describir una situación en la que hayas tenido una respuesta similar sobre las acciones o creencias equivocadas de alguien?
Dígale a sus hijos que nuestra cultura nos presiona para que creamos que todas las opinions y estilos de vida son válidos — que es intolerante creer que algunas cosas son correctas o equivocadas. Explíqueles que la Biblia nos llama a tener una cosmovisión diferente. Lo correcto y lo equivocado son conceptos reales. Pero no debemos tratar a aquellos que están perdidos, con juicio y represalias, sino con compasión y amor. Sí compartimos la verdad, pero con gentileza.
Lea Romanos 12:9-21. Pregunte:
 
¿Cómo desea Dios que tratemos a aquellos que claramente no comparten nuestros valores bíblicos?
 
¿Qué significa "vence el mal con el bien"? ¿Sienten que esto es posible?
 
¿Cuáles son algunas maneras específicas en las que podrían responder en situaciones en las que la gente no comparte sus valores y estilo de vida?
	Mi hijo (a) adolescente va a tener un bebé
	
			
	 
Claire de Mezerville
 
Una situación para la que los padres y madres definitivamente no están preparados es el embarazo de una hija adolescente.  Así mismo, la noticia de que el hijo adolescente será padre puede ser devastadora en esta época en que se ha empezado a superar la cultura patriarcal que no solo permitía sino que también avalaba la paternidad sin responsabilidad.  En medio de la tormenta de pensamientos en cuanto a las consecuencias “sociales”, implicaciones económicas y repercusiones para el futuro del hijo o hija adolescente, de la situación, es difícil discernir cual es la mejor forma de comunicarnos eficaz y asertivamente con él o ella en el justo momento que más necesitan de nuestra orientación, apoyo y amor incondicional.   Muchos padres piensan “¿cómo tratar a un niño que ahora tendrá que criar a otro niño?” ¿Cómo afrontar los propios sentimientos de culpa, dolor, enojo, frustración? ¿Cómo mantener nuestra relación de padres para con nuestros hijos, al sentir que la vida, irremediablemente, tendrá que cambiar?
 
Es importante que los padres tomen en consideración que es común experimentar sentimientos intensos de duelo, tristeza, e inclusive culpa o enojo. No obstante, es necesario tomar en cuenta que, ética y psicológicamente, su hijo y el bebé que viene en camino, necesitan su apoyo.
 
Se debe reconocer sin embargo, que es difícil y  complicado poder manejar “controladamente” nuestras emociones, pensamientos y preocupaciones ante una circunstancia en la cual todos los miembros de la familia se verán afectados de una y otra manera y así también la dinámica  familiar. No obstante, es necesario hacer un esfuerzo titánico y tomar rienda de la situación, de los pensamientos, sentimientos y emociones; y actuar y reaccionar de la forma más beneficiosa para todos.  Sin lugar a duda, en este momento la premisa es el adolescente y la criatura por nacer y el norte a seguir en cuanto la forma de interactuar con él o ella debe estar marcado por el apoyo, la empatía y el amor incondicional.  Son en estos momentos de gran dificultad y turbulencia,  en que una actitud generosa y llena de amor, genera el ambiente propicio y las formas de interacción correctas en procura del bienestar de de todos los miembros de la familia.
 
El ser humano integral
 
Tanto el embarazo no deseado, como las enfermedades de transmisión sexual en nuestros hijos adolescentes son síntomas de un problema más grave y profundo: un manejo descuidado de la sexualidad en etapas de la vida en las que los jóvenes aún no están preparados para un compromiso. La sexualidad sana, idealmente, es aquella en la que el respeto, el compromiso y el amor preceden a una relación de pareja estable y madura. Esto es así porque entendemos el ser humano como aquel que se ha formado en un contexto histórico y social, quien, integralmente, comprende dimensiones fisiológicas, espirituales y psicológicas. No podemos limitarnos a pensar en nuestros hijos como víctimas de sus hormonas, o como simples irresponsables en el manejo de sus responsabilidades. La realidad es más compleja.
 
Un embarazo, necesariamente, abre el escenario para conversar acerca de sexualidad. El hecho de descubrir que nuestros hijos sean sexualmente activos no quiere decir que tengan la información correcta, o que tengan una comprensión clara de su lugar como personas y de su dignidad.
 
Este es el momento de hablar sobre respeto, amor y cuidado personal. Del mismo modo, como adultos responsables, es fundamental guiar a nuestros hijos respecto a la necesidad de los cuidados prenatales necesarios. Médicamente, es fundamental la asesoría y consejo para fomentar el desarrollo sano del bebé. Aún en medio de un panorama confuso y tenso, esta criatura necesita un entorno favorable para crecer y para prepararse para vivir.
 
Preparándonos para una nueva etapa
 
Ante la noticia del embarazo de su hija o la paternidad prematura de su hijo, es muy importante reflexionar acerca de la forma en la que se ha hablado -o no hablado- de sexualidad dentro del seno de la familia. Resulta contraproducente permanecer en el reproche respecto a la actividad sexual prematura. Es necesario fijar los ojos en lo que está por delante.
 
Comentarios como los siguientes no ayudan a mejorar la situación, más bien hieren profundamente y deterioran la relación familiar (la cual, ya de por sí, está atravesando una crisis):
 
· “Usted perdió la más valioso”.
· “Ya nadie la va a respetar”
· “Usted verá que hace porque nadie la/lo vaa ayudar a ver por esa criatura”
· “Ahora todo el mundo la va a ver diferente”.
· “Su vida se estropeó”.
· “Usted es una cualquiera (o cualquier adjetivo semejante)”.
 
Esto no quiere decir que haya que reprimir los sentimientos y la dificultad de este tiempo. Sí es muy válido expresar las propias emociones. Es recomendable y saludable que los padres busquen algún tipo de consejería y apoyo, así como elaborar los procesos que les permitan “perdonar” a sus hijos, por no responder a sus expectativas, acerca de la vida que deseaban para ellos. Algunas cosas que sí es necesario expresar son las siguientes:
 
· “Te amo, pero estoy molesto (a)”.
· “La vida va a cambiar”.
· “Usted tiene que asumir con valentía las nuevas responsabilidades”.
 
Este es el momento para preparar a sus hijos para ser papás. Es prematuro: es cierto. Es inesperado e implica sacrificios, pero la vida continúa. Es necesario que, en el hogar, se pueda crear un ambiente para asumir una nueva etapa.
 
¿Cómo hablar de sexualidad si mis hijos adolescentes ya son papás?
 
La sexualidad más segura y satisfactoria es la que se vive dentro de un compromiso de por vida. Un adolescente aún no tiene la madurez ni las condiciones para establecer compromisos permanentes. Aún si los hijos ya han manifestado que son sexualmente activos, es necesario hablar abiertamente acerca de las repercusiones que tiene, sobre el desarrollo del proyecto de vida, el tomar decisiones conscientes respecto al manejo de la propia sexualidad.
 
Independientemente de los eventos presentes; cuales serán las decisiones que se tomarán para la vida que está por delante (respecto a la relación con el otro progenitor del bebé, respecto al uso del espacio dentro de la casa, respecto a los roles en la crianza del bebé).
 
Del mismo modo, es importante que la casa de los padres sea un espacio en el que se respeten los valores que el hogar mismo ha estipulado. Como padres, no pueden evitar que sus hijos tengan una sexualidad activa, pero sí pueden hablar sobre cómo, en su rol de papás, aún procuran hacer valer sus principios en la casa y cuidar a sus hijos.
 
Aún cuando es delicado, es importante guiar a los hijos para que ellos asuman su rol de padres y no de “hermanos mayores” de sus propios niños. Como papá y como mamá, usted tiene autoridad sobre su hijo, pero, de igual forma, él (o ella) es quien deberá tener autoridad guiada sobre el bebé.
 
Finalmente…
 
Nunca retire el afecto, como modo de castigo o de “venganza” ante un embarazo no deseado. Es válido expresar dolor, es válido molestarse e incluso tomar una breve distancia que le permita pensar y recobrar la calma. No obstante, en este momento sus hijos lo necesitan más que nunca. Papá, este es el momento de ser papá. Mamá, este es el momento de ser mamá. Es tiempo de perdonar. Es tiempo de guiar y de prepararse para nuevos comienzos. Es tiempo de perseverar y de amar.
	Los amigos de mis hijos
	
			
	Jesús Rosales
No siempre los hijos y las hijas seleccionan amigos que satisfacen las preferencias y los deseos de sus padres.  En algunas ocasiones pueden establecer, incluso, relaciones de amistad con vecinos y compañeros, a partir de identificaciones  y coincidencias muy  transitorias.
 
Sin embargo, en la adolescencia se incrementan las posibilidades de que los hijos se acerquen a compañeros o amigos muy diferentes a ellos mismos en cuanto a intereses y actitudes, lo cual provoca que los padres establezcan criterios divergentes en relación a estas amistades, que los pueden confrontar directamente con sus hijos.
 
La frase “no me gustan los amigos que tienen mis hijos” se escucha con mucha frecuencia  y, a partir de esta posición, se inician confrontaciones que llevan muchas veces a distanciar la relación entre padres e hijos.
 
El problema mayor se presenta cuando los padres y madres esperan que su opinión acerca de los amigos de sus hijos, sea la que debe prevalecer, ya que, generalmente, los hijos, a partir de sus propios criterios, no están dispuestos a dejar dichas amistades.
 
 Estas dos posturas pueden generar mucho malestar en el seno de la familia, porque ambas parten de lo que, a su juicio,  consideran debe privar en cuanto a la escogencia de los amigos.
 
Un primer aspecto que se debe considerar radica en que, si bien es cierto los padres y las madres deben dar a conocer a sus hijos sus posiciones en relación con sus amigos, no se considera conveniente que traten de imponer su criterio, argumentando que no les gusta esas amistades.  Lo más conveniente es expresar su opinión procurando convencer y no imponer, aunque los hijos suelen ser poco objetivos en relación con sus propios amigos.  En este sentido, los padres estarán en mejor posición cuando han desarrollado durante mucho tiempo una relación cercana y saludable con sus hijos, ya que así éstos estarán más anuentes a escuchar y seguir las recomendaciones de sus padres.
 
El segundo aspecto a tomar en cuenta es que los padres y las madres deben realizar un esfuerzo por conocer más de cerca a los amigos de sus hijos, antes de asumir un criterio.  Los padres deben ver más allá de las apariencias y el lenguaje que a veces utilizan.  El acercarse a los amigos de los hijos permite conocer de qué hogares provienen, cuáles son sus intereses y en qué ocupan su tiempo.  De esta manera se puede establecer con ellos vínculos suficientes que les permitan a los padres acompañar a sus hijos  en esa relación de amistad.
Finalmente, el tercer aspecto a considerar  es que los padres deben tener claro que no siempre les van a gustar todos los amigos de sus hijos. Lo importante es conocer las razones por las que sus hijos hicieron esa escogencia y que, a su vez, los padres les comenten sus puntos de vista acerca de esas relaciones. Al fin y al cabo la tarea de los padres es enseñar  a los hijos a tomar decisiones correctas en todos los aspectos importantes de la vida, incluyendo las amistades.  Cuando los hijos están pequeños es más probable influenciar la selección de sus amigos, pero cuando los hijos son adolescentes, esa influencia debe ser establecida en un marco de tolerancia y respeto. 
Obviamente, cuando existan razones suficientes que lleven a los padres a concluir que un amigo o amiga pueda significar un riesgo para el bienestar de su hijo o hija, es recomendable una actitud determinante y firme, seguida de una argumentación razonada de los motivos por los cuales consideran peligrosa dicha amistad.  De esta manera, aunque al principio los hijos pueden no entender la posición de sus padres, con el tiempo, entenderán que sus padres actuaron correctamente.
	Cuando tenemos en casa a un adolescente “RESPONDÓN”
	
			
	Por Alexandra Gómez
Psicóloga
Nada es más agotador y estresante que tener en casa un adolescente “respondón”. Ahora bien, como primer paso aclararemos a qué nos referimos con ser “respondón”. Por lo general, es un joven que ha aprendido que puede hacer lo que quiere sin preocuparse por las consecuencias de sus actos porque piensa que el placer “de hacer lo que le place” es superior. Este/a joven ha logrado encontrar cuáles son los puntos débiles de sus padres, sabe cómo sacarlos de sus casillas y de esta manera terminar manipulando a los padres y madres para conseguir aquellos que ellos y ellas desean.
Tipos de conductas que hacen que los padres y madres pierden el control
(Conducta respondona)
1. Verbal
· Consiste en decir palabras o frases que humillan, descalifican o desvalorizan a otras personas.
· El contenido del mensaje que se transmite, por lo general está cargado de resentimiento de tal forma que hace sentir mal a otras personas.
· Los apodos, insultos, mentiras o palabrotas junto con las bromas pesadas, son un ejemplo común de este tipo de coductas que desesperadamente busca llamar la atención.
2. Física
· Consiste en manifestar a través de la fuerza física su descontento, desacuerdo o intención de imponer sus deseos.
3. Gestual
· Esta consiste en manifestar con gestos desagradables e irrespetuosos rechazo hacia lo queotra persona dice, hace o siente, para imponerse su voluntad.
· El dar la espalda, mirar por encima del hombro, sacar la lengua, hacer gestos con los dedos o el no contestar y mirar en forma desafiante pueden ser manifestaciones de conductas agresivas que se pueden detectar.
El Rol del Padre y la Madre:
Muchos padres se la pasan gritando, humillando y presionando al adolescente, lo que trae por consecuencia que su palabra, su voz y su ley terminen siendo desvalorizados a los oídos del joven, y es en ese momento en el que la o el joven decide que ya no le importa lo que sus progenitores piensan. Por esto es que los padres deben tener en cuenta que la Autoridad no debe usarse como sinónimo de manipulación, sino como un proceso a través del cual se enseña a los seres humanos a respetar, a entender las consecuencias de sus actos y, por supuesto, a adaptarse a un mundo que necesita reglas para una coexistencia sana y ordenada.
Tener autoridad ante los hijos se trata, en primer lugar, de crear el ambiente propicio y buscar el momento adecuado. No es fácil estipular un momento al día para hablar con los hijos e hijas, porque quizá ellas y ellos quieran dialogar algo complejo en el momento menos oportuno. En estos casos se debería dejar todo y atenderle, porque, aunque en ese preciso instante haya cosas muy urgente por un momento aquellos que se está haciendo y de esta manera hacerles saber que no hay nada más importante para nosotros que su bienestar. Si se deja pasar la ocasión, porque “se está ocupado/a” o para que “después lo cuente, porque se tiene mucho trabajo”, esa oportunidad única para crear cercanía habrá desaparecido.
Por eso, es decisivo hacerles saber que cuentan siempre con sus padres, que se está ahí cuando lo necesitan, y que lo estemos realmente.
¿Qué hacer?
1.Estar dispuesto a crecer como padres y madres
Los adultos a cargo de adolescentes deben desarrollar cualidades personales como la capacidad dediálogo y de negociación asertiva.
2. La serenidad la tenemos que poner los adultos
Los hijos probablemente tendrán salidas de tono, levantarán la voz o discutirán apasionadamente. Pretender una conversación afable con un hijo o una hija adolescente es no entender su registro. Ante una mala contestación, acompañada del consabido portazo; al observar por enésima vez que su ropa en la habitación esté amontonada sin orden alguno; es posible que nos dejemos llevar por los nervios y les intentemos corregir a gritos.
Con nuestros gritos, los adolescentes podrían interpretar que todavía les tratamos como si fueran niños, que no los consideramos como los adultos que pretenden ser, aumentan las emociones encontradas y el malestar general y, no nos engañemos, la corrección deviene inútilmente y les hacemos pensar a ellos y ellas que tienen el control.
Por el contrario, si ante estas dificultades reaccionamos con calma, mostrándonos cordiales y amables, pero firmes así como adecuadamente molestos, les estamos ofreciendo la afectividad madura y los límites que necesitan. Al mismo tiempo, les damos un buen ejemplo de serenidad, como aquella virtud imprescindible para el amor, que nos hace mantener un estado de ánimo apacible y sosegado aún en las circunstancias más adversas, encontrando soluciones a través de una reflexión detenida y cuidadosa, sin engrandecer o minimizar los problemas.
3. No olvidar que son seres humanos
Uno de los errores más frecuentes que cometemos al enfrentar a un hijo/a imponente es olvidar que son seres humanos, personas reales con debilidades, virtudes, sentimientos y limitaciones personales y que como tales debemos enfrentar el reto de educarlos. Es, entonces, un buen comienzo el reconocer su “malacrianza” como un comportamiento que merece ser revisado al ser parte de la conducta humana, nunca para tomar medidas punitivas, sino buscar el crecimiento del muchacho o la muchacha.
4. Es importante aprender a reconocer los mensajes no verbales
Es importante aprender a reconocer los mensajes no verbales que respaldan el comportamiento “respondón” de nuestros hijos e hijas, cada una de sus acciones tiene una razón de ser, y el aprender a interpretar nos puede ayudar a comprender determinadas acciones que a simple vista desconcertarán al más devoto de los progenitores, pero que en el fondo lleva un mensaje de búsqueda, de ayuda y de atención.
5. Reconocer las CONDUCTAS AGRESIVAS
Estas se manifiestan de un estado interior, por tanto, la manera como las enfrentemos afectará notablemente su reincidencia o la suspensión de las mismas.
6. Asumir el control por las propias emociones
Mantenerse tranquilo quizás sea uno de las conductas más difíciles de aprender, nuestro ejemplo juega un papel relevante al enseñarle al joven que a pesar de que es más fácil perder el control, tomar decisiones en momentos de ira nos pueden llevar a lastimar al otro irremediablemente.
7. Reflexionar
Detenerse a pensar antes de decir o hacer algo, ante la respuesta “malcriada” de nuestro hijo/a.
8. Los Padres debemos procurar acuerdos
Hay que saber ceder en lo superficial, para “ganar” en lo esencial. Cuando se llega a un acuerdo se produce un compromiso y el compromiso une.
9. Optimismo
“Propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable”. Probablemente como consecuencia de su actitud de rebeldía, hemos de admitir que muchas veces con nuestros hijos/as adolescentes observamos la actitud exactamente opuesta, es decir, tendemos a ver y juzgar sus cosas y gustos, en su aspecto más desfavorable.
Toda persona, y en la etapa de la adolescencia con mucha más razón, necesitan del reconocimiento de los demás para sentirse valorada, y en definitiva, para sentirse querida. ¿Cuántas veces nos sorprendemos destacando a nuestros hijos las cosas que hacen mal? Si bien, no debemos olvidarnos de las cosas que deben mejorar. No obstante, también es imprescindible destacar sus éxitos, sus logros, valorar con elogios oportunos las cosas que hacen bien, que seguro que son muchas.
10. No al GRITO
El grito no debe ser un instrumento de comunicación en ninguno de los miembros de la familia. Los padres pueden ser firmes sin gritar, lo hijos puede solicitar, o expresar desacuerdo, sin gritar. El grito debe tomarse como una falta de respeto.  
11. Enseñe a sus hijos e hijas a ser responsables
Tanto por lo que sienten como por lo que hacen, una de los medios para cumplir con este punto, es el definir consecuencias para cuando “respondan” irrespetuosamente.
Tome en cuenta  lo siguiente:
- Consecuencias (castigos) previstas. Es cuando el joven ha sido advertido de lo que le sucederá si hace una determinada acción. Son las consecuencias desagradables que aguardan como respuesta a una conducta inaceptable.
- Consecuencias (castigos) imprevistas. Son las reglas o actitudes que se aplican sin previo aviso. Son consecuencias desagradables que se otorgan ante conductas indeseables que ha cometido tu hijo. Este tipo de consecuencia trata de evitar que se repita la conducta.
- Consecuencias (castigos) con oportunidades. Se ofrece una consecuencia ante determinada conducta, pero se concede la oportunidad de rectificar en dos ocasiones antes de recibirlo.
- La consecuencia debe ser proporcionado a la conducta nunca humillar ni maltratar al joven.
	
	¿Por qué es bueno esperar?
	
			
	Por Katherine Hogg
Psicóloga
“¿Por qué crearía Dios toda esta energía sexual en mí, si no me permite desahogarme cuando yo quiero?”
Esta es la argumentación más frecuente que escuchamos por parte de los adolescentes, cuando les hablamos de esperar hasta casarse para iniciar una vida sexual.
En realidad, esta es una pregunta muy válida, ya que el deseo sexual no es abstracto, sino más bien una presión latente en cada ser humano, y es por esta razón que es importante orientar a los adolescente y jóvenes adultos en este tema.  Una de las principales razones por las cuales los seres humanos no deben obedecer ciegamente a sus impulsos sexuales, es que por naturaleza el ser humano es un ser integral y como tal debe tomar en cuenta, de formaresponsable, los aspectos biológicos, emocionales y sociales de su sexualidad. El acto sexual no es, en ningún caso, un acto aislado sin consecuencias emocionales y sociales como lo es el comer un emparedado.
La sexualidad es un mecanismo muy complejo que fue creado por Dios para satisfacer una serie de necesidades inherentes al ser humano en tiempos determinados de su vida y bajo circunstancias específicas, a fin de lograr un equilibrio individual y social.  El adolescente, instruido de forma responsable por sus progenitores o encargados, será capaz de elegir su bienestar integral presente y futuro ante la posibilidad de un momento de placer físico.
A pesar del análisis anterior, generalmente las personas se hacen preguntas tales como: ¿Por qué es tan atractivo el sexo? ¿Por qué la gente piensa tanto en él y por qué se dejan llevar por el deseo sexual?  ¿Por qué parece que el deseo sexual es mucho más poderoso que la fuerza de voluntad? Para dar respuesta a algunas de estas interrogantes podríamos recordar la analogía que hace el autor Tim Stafford en uno de sus libros dirigido a jóvenes: “cuando construimos una casa, podemos observar cómo primeramente se instalan las bases, luego se levanta el armazón y posteriormente viene un electricista y entreteje una red de alambres por todo el esqueleto de la casa, finalmente se terminan las paredes y son debidamente pintadas, ahora los alambres ya no se observan.  Una vez que la casa estuvo lista la compañía de electricidad conectó esa red de alambres a la corriente.  De pronto todos esos cables cobraron un significado enorme.  Y aunque no se podía ver ningún cambio, pues los alambres seguían escondidos, la casa sirvió para algo más que simplemente cubrirnos de la lluvia.”
La sexualidad es algo parecido, biológicamente nuestro potencial fue entretejido al nacer. Tenemos los órganos apropiados, y tanto hombres como mujeres tienen las hormonas necesarias. Sin embargo, para la mayoría de las personas, la sexualidad no significa mucho hasta que se llega a la pubertad.  Es entonces, cuando esa red de cables se conecta a la corriente.  De pronto, el sexo se convierte en un poder activo. De ahí, que algunos no pueden esperar, porque se imaginan que sería un desastre perderse la experiencia sexual.  No obstante, en general, todo ser humano en su intimidad emocional, desea algo más que la mera relación física del acto sexual, más allá de este acto añora una pareja que satisfaga su necesidad emocional de amar y ser amado, con quien eventualmente compartirá su vida.
Por lo tanto, el acto sexual en sí conlleva una serie de repercusiones emocionales y sociales que exigen compromiso. El acto sexual sin compromiso puede resultar en transmisión de enfermedades, embarazos no deseados, y personas emocionalmente lastimadas.  El acto sexual saludable es aquel que se circunscribe al matrimonio fundamentado en el respeto y la entrega mutua,  ya que este es el único vínculo que conlleva el grado de compromiso necesario para que las relaciones íntimas se desarrollen de forma positiva para el individuo y la sociedad.
Hoy día, la presión que reciben nuestros adolescentes, desde diferentes grupos,  es muy agresiva.  Desde temprana edad los individuos se encuentran inmersos en un bombardeo constante de información que explota la sexualidad humana, fomentando el hedonismo, el consumismo, y el libertinaje como pautas sociales no solo aceptadas, sino también deseadas. Es por esto que es de vital importancia que los padres tomen un rol activo en la educación sexual de los hijos, fomentando en ellos  verdaderos valores y una actitud responsable en cuanto a su sexualidad, enfatizando las posibles consecuencias que puede tener el llevar una vida sexualmente activa fuera del compromiso del matrimonio, y advirtiéndoles que aún cuando en la adolescencia se alcanza la madurez física o de reproducción; la madurez emocional, social, intelectual y ética, necesaria para canalizar positivamente nuestra sexualidad,  se alcanza en etapas posteriores de la vida, ya que requiere de gran esfuerzo, responsabilidad, buen juicio y autocontrol.
Actualmente, el término “relaciones sexuales responsables o sin riesgo” es ampliamente usado, bajo el supuesto de que basta con usar métodos anticonceptivos o de protección como el condón, para tener relaciones íntimas responsables; sin embargo, esta posición no advierte enfáticamente que la protección que ofrecen estos métodos contra embarazos no deseados y enfermedades tales como el SIDA, no es totalmente confiable, tal como lo revelan numerosos estudios. Así también es simplista en cuanto excluye el aspecto emocional y el aspecto social del encuentro íntimo.
Recuerde que el comportamiento sexual responsable tiene como base la fidelidad, el compromiso y la madurez,  y por lo tanto debe darse dentro del contexto del matrimonio. Aún cuando requiere de gran autocontrol, responsabilidad y disciplina, el comportamiento sexual tal como lo hemos definido, es una de las principales fuentes de satisfacción emocional, y sienta las bases para una relación de pareja saludable y duradera. ¡Vale la pena esperar!
	Cómo enseñar a los adolescentes a administrar el dinero
	
			
	Por Lynne M. Thompson
Traducido y adaptado por Guiselle Jiménez
Cuando uno de mis hijos adolescentes quiere comprar algo en la tienda, no le digo, "¡No, no lo podemos comprar!" En su lugar le pregunto, "¿Tienes dinero en tu cuenta para comprarlo?
 
Antes de que mis niños llegaran a la adolescencia, decidí enseñarles acerca de la responsabilidad financiera. Así, les di sus propios libros de cuentas bancarias, lo que les permitía llevar el control de los ingresos en la columna de los depósitos, mientras que las compras las anotaban en la columna de retiros. Todos los viernes, hacían los cálculos para corroborar que sus cuentas estuvieran equilibradas.
 
Espero que esta práctica ayude a impedir que ellos formen parte de las estadísticas publicadas recientemente por Sallie Mae, las cuales dicen lo siguiente: 
De 13.000 estudiantes universitarios, más de la mitad había acumulado $5.000 o más en deudas de tarjetas de crédito mientras estaban en la escuela, y una tercera parte debía más de $10.000 en deudas de tarjetas de crédito. A la luz de esta información, decidí  empezar a entrenar a mis hijos en este tema.
Como adultos, nos hemos acostumbrado a administrar nuestro propio dinero al punto que a menudo nos olvidamos de enseñar a nuestros hijos conceptos básicos en el tema, por ejemplo: ¿Cómo se gana el dinero y cómo éste es depositado? ¿Cuál es la función de un cajero automático? ¿Qué significa balancear un talonario de cheques?
Estas preguntas nos parecen simples porque implícitamente las hemos estado manejando por años;  no obstante, para sus hijos estos conceptos son extraños. Asumimos que ellos saben más de lo que se supone que sepan, pero no debemos permitir que esta asunción nos engañe. Por ejemplo, en una reciente encuesta realizada en los Estados Unidos por la coalición para la Educación Personal Financiera - JumpStart- ; de 5.775 estudiantes de secundaria de 37 estados diferentes, sólo el 40,3% de los estudiantes sabían que podían perder su seguro médico si sus padres perdieran su empleo.
Así las cosas, decidí que una de las mejores maneras de explicarle a mis hijos  cómo funcionan las finanzas, era permitirles hacer los cheques para pagar los recibos mensuales de la casa. De esta manera, ellos pueden ver la rapidez con la que los cheques de pago de mamá y papá son devorados por una hipoteca, pagos de servicios públicos y teléfono. También les proporciona un vistazo de lo que se requiere para llegar a fin de mes.
 
Ahora bien, además de la ayuda con la elaboración de los cheques, decidimos llevar a cabo reuniones regulares en familia para hablar sobre nuestras metas financieras y revisar las decisiones de presupuesto actuales.
 
Por supuesto, este proceso educativo no estaría completo sin la incorporación de principios financieros divinos. En nuestro mundo materialista, los adolescentesson bombardeados a través de los medios de comunicación y sus compañeros diciéndoles que necesitan para tener más cosas, por lo tanto, si no tratan con cautela estos mensajes erróneos, pueden llegar a ser víctimas de la falsa creencia de que "el dinero lo resuelve todo".
Tener reuniones regulares en familia para tratar aspectos sobre finanzas es una gran oportunidad para introducir muchos versículos de la Biblia que enseñan verdades eternas acerca del dinero, tal y como dice en Mateo 6:21: "Porque donde esté vuestro tesoro, allí también estará tu corazón."
 
Lucas 16:13  Eclesiastés 5:10 son buenos ejemplos también: "Ningún siervo puede servir a dos señores. Porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas "y" Quien ama el dinero, nunca tiene suficiente dinero, y el que ama la riqueza nunca está satisfecho con sus ingresos."
 
Estos versos puede servir de trampolín para discutir cómo ver mejor el dinero en la economía de Dios. 
Puede que usted esté listo para ir más allá de convencer a sus hijos sobre la importancia de la responsabilidad fiscal, pero ¿está listo para ayudarles a desarrollar buenos hábitos financieros? A continuación, algunos consejos prácticos que usted como padre o madre puede poner en el bolsillo trasero del pantalón de sus hijos:
 
• Vaya al banco con ellos para crearles una cuenta personal de ahorros a largo plazo.
• Deposite dinero en una cuenta aparte para ropa, dinero y artículos de tocador para que él o ella la administre. 
• Ayude a su hijo adolescente a hacer un presupuesto mensual basado en ingresos y gastos. 
• Ayude a su hijo contemplar gastos inesperados, como reparaciones de una bicicleta dañada u objetos perdidos. Anímelos a apartar un fondo de emergencia para eventos imprevistos. 
• Explíqueles cómo funcionan el interés y las inversiones. Algunos bancos y cooperativas de crédito ofrecen talleres sobre estos temas incluso de forma gratuita. 
• Asegúrese que su hijo sepa que usted está dispuesto a responder cualquier pregunta, incluyendo aquellas cuestiones financieras.
Encomendarle a los adolescentes oportunidades de gastar y ahorrar dinero les permite aprender, a la vez que están bajo la dirección y protección de los padres. Los errores financieros que puedan cometer hoy en día se vuelven oportunidades de enseñanza para desarrollar mejores hábitos de gastos así como una mejor y responsable administración del dinero.
	
	Sexualidad y adolescencia
	
			
	Por Depto. de Formación y Capacitación
Enfoque a la Familia
La adolescencia es una época de cambios, es el momento en el que percibimos con mayor claridad quiénes somos, qué queremos y hacia dónde vamos.  Siendo esta una realidad, es imperativo que sea, precisamente en esta etapa de la vida,  en la que se provea a los y las adolescentes, información correcta sobre su sexualidad.
La sexualidad, sigue siendo un tema tabú, por lo que, se ofrece poca o ninguna información sobre el tema. De esta manera, la sociedad continúa perpetuando que los jóvenes recurran a canales erróneos para informarse, tales como: conversaciones entre amigos, revistas, “enlatados” televisivos, entre otros.
Conforme pasan los años, las estadísticas nos confirman que los espacios con los que hasta ahora han contado los adolescentes, no son los más adecuados, pues no les proveen  información clara y real sobre los cambios propios de su edad y cómo manejar el despertar que enfrentan.
Sin embargo,  la formación de los niños, niñas y adolescentes, en este tema, no depende únicamente de los centros educativos, pues es más bien, en primera instancia una responsabilidad de padres y madres de familia.
Enséñeles a conocer su propia sexualidad
Actualmente, los y las adolescentes se enfrentan a un mundo en el que abundan los estímulos que los invitan a prácticas sexuales cada vez más tempranas.  Estos estímulos, les llevan a establecer relaciones fundamentadas en el contacto físico,  haciéndoles pensar que controlar los impulsos no es necesario, pues lo que importa es el placer momentáneo sin medir las consecuencias físicas y emocionales.
Conocer  sobre sexualidad no consiste únicamente en saber cómo funcionan los órganos  reproductivos; es decir, no se limita al ámbito propiamente físico o biológico. Por lo tanto, las relaciones sexuales tampoco se circunscriben, exclusivamente, a estos aspectos.
Para la Organización  Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de Salud, la sexualidad: “tiene un significado muy extenso y no sólo se limita a la relación sexual.  La sexualidad envuelve la conducta, el pensamiento y los sentimientos de la persona, refleja nuestra relación con el mundo y  como otros nos perciben y se relacionan con nosotros; incluye el desarrollo físico que durante la adolescencia se acelera promoviendo nuestra identidad sexual y reproductiva.  Finalmente, la sexualidad también se encuentra determinada por las expectativas que la sociedad pone sobre cada género, moldeando las actividades y valores que regulen relaciones con el sexo opuesto”.
  
Es de suma importancia transmitir a los y las adolescentes este concepto integral de la sexualidad a fin de que consideren las implicaciones físicas, emocionales y espirituales. Es seguro, que proveyendo un panorama completo, los y las adolescentes tendrán las herramientas necesarias para desarrollar la capacidad de tomar decisiones y hacer escogencias que promuevan su bienestar.
Una enseñanza saludable sobre este tema debe transmitir al  adolescente que puede disfrutar de su sexualidad, de acuerdo a la etapa de vida en la que se encuentra.  Es importante que como padres hablemos del tema de forma natural y relajada. Un acercamiento a este tema que señale todo lo relacionado a la sexualidad como prohibido y maligno, propicia que hijos e hijas pierdan la confianza de  hablar con nosotros sobre sus experiencias y dudas, y busquen en terceros respuestas que probablemente no serán las más adecuadas para su sano desarrollo.
No podemos hablar sobre sexualidad dejando fuera del tema la presión de grupo y el proyecto de vida, son dos aspectos de suma importancia a la hora de que los y las adolescentes tomen sus decisiones.
Presión de grupo
“Cuando estoy en grupo, hago lo que todos hacen”
Particularmente, los adolescentes tienen deseo de aceptación y valía, aspectos que buscan en sus grupos de pares; es parte del desarrollo y de forjar su propia identidad.
En esta etapa, los amigos ejercen mayor influencia que los mismos padres o figuras adultas significativas Por esta razón, es necesario que la estima, principios y convicciones se formen desde edades más tempranas, de tal forma que en medio de la presión, puedan tomar decisiones propias y no se dejen llevar por la corriente.
A continuación algunos puntos que podrían ayudar a los jóvenes a enfrentarán de mejor forma la presión de grupo:
Conocer los propios puntos débiles y trabajar en ellos.
Ser concientes de que se puede romper con relaciones de influencia negativa.
Pedir ayuda.
No hacer cosas que atenten contra los valores.
Enseñar el principio de asertividad.
Amar su vida.
Proyecto de vida
Según el Psicólogo Luis Diego Guillén en su artículo Proyecto de Vida “…los jóvenes experimentan su primera decisión vocacional entre los 15 y 16 años, cuando las habilidades, aptitudes, intereses y realidad económica, junto a la orientación vocacional, tienen un papel importante dentro de un proyecto de vida apegado a la realidad”
Es necesario que en esta edad se conciba y se inicie el desarrollo de un  proyecto de vida,  esto es fundamental  en la realización de todo individuo ya que permite tener un rumbo que genera alta motivación para vivir, facilita una canalización correcta de la energía y esfuerzo, estimulando el crecimiento  como persona.  
Al ser este, otro aspecto determinante en la adolescencia, se debe ejercer una influencia positiva en los jóvenes. Con conocimiento de sus habilidades y aptitudes podrán ir perfilando su futuro.
Algunas pautas para construir un

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