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Articulo el apego

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS
La teoría del apego es una teoría sólida sobre el desarrollo socioemocinal, que se ha ido modificando en base a las investigaciones que se han ido realizando. El psicoanálisis considera que el estrecho vínculo que se establece entre el bebe y su madre es un amor interesado que surge a raíz de las experiencias de la alimentación. Bowlby el apego como una conducta instintiva con un valor adaptativo. El autor dice que esta conducta adaptativa no se reproduce en forma fija (no se reproduce siempre d la misma forma) ante una misma estimulación sino que se modifica y adapta a las condiciones ambientales.
El modelo de Bowlby
Se basa en 4 sistemas de conductas relacionadas entre sí: sistema conductas de apego, sistema de exploración, sistema de miedo a los extraños y el sistema afiliativo. 
Las conductas de apego (sonrisa, llanto, contacto) buscan el mantenimiento de la proximidad y contacto con las figuras de apego; estas conductas se activan (aumentan) en situaciones de distanciamiento y percepción de amenaza. 
El sistema de exploración está muy relacionado con las conductas de apego de forma que cuando se activan las de apego disminuye la exploración del entorno.
El sistema de miedo a los extraños: su aparición disminuye la exploración y aumenta el apego.
El sistema afiliativo plantea el interés de los individuos(no sólo de la especie humana) por mantener proximidad e interactuar con otros, incluso con quienes no se tiene vínculo.
Es decir ante un determinado estimulo no aparece una conducta instintiva siempre de la misma manera sino que el apego lleva a una serie de conductas que se activan o desactivan dependiendo de los factores del entorno y del propio individuo.
TIPOS DE APEGO
Schaffer y Emerson realizaron estudios con bebés de hasta 2 años. Este estudio puso de manifiesto que el tipo de vínculo que los niños establecían con sus padres dependía fundamentalmente de la sensibilidad y capacidad de respuesta del adulto con respecto a las necesidades del bebé. Ainsworth encontró 3 patrones principales de apego: niños de apego seguro que lloraban poco y se mostraban contento cuando exploraban en presencia de la madre; niños de apego inseguro, que lloraban frecuentemente, incluso cuando estaban en brazos de sus madres; y niños que parecían no mostrar apegos ni conductas diferenciales hacia sus madres.
Ainworth crea “la situación del extraño” para conocer el apego y exploración bajo condiciones de alto estrés. Dura 20 minutos con 8 episodios. En la sala se encuentra la madre y el niño y luego es introducida una desconocida. Mientras la desconocida juega con el niño la madre sale de la habitación dejando al niño con la persona extraña. La madre regresa y vuelve a salir, esta vez con la desconocida, dejando al niño completamente solo. Finalmente regresan la madre y la extraña. Como esperaba Ainsworth encontró que los niños exploraban y jugaban más, en presencia de su madre, y que esta conducta disminuía cuando entraba la desconocida y, sobre todo, cuando salía la madre. A partir de estos datos, quedaba claro que el niño utiliza a la madre como una base segura para la exploración y que la percepción de cualquier amenaza activaba las conductas de apego y hacía desaparecer las conductas de exploración.
Ainsworth encontró claras diferencias individuales en el comportamiento de los niños en esta situación. Estas diferencias le permitieron describir tres patrones conductuales que eran representativos del tipo de apego establecido.
1. Niños de apego seguro (B) Con la madre presente exploran, al salir la madre la conducta de exploración baja y se ven claramente afectados. Al regresar la madre se acercan a ella buscando el contacto físico durante unos instantes y luego vuelven a explorar. Se ve que la madre es muy sensible y responsiva a las necesidades del bebé. El patrón con el extraño es saludable, porque exploran junto a esa persona, por la confianza que les da su madre.
2. Niños de apego inseguro – evitativo (A) Exploran sin incorporar al extraño, pero tampoco utilizan a la madre como base de exploración (la ignoran), no les afecta la situación de abandono. Al regresar la madre rechazan su acercamiento. Son niños con dificultades emocionales y su conducta es parecida a los niños que viven una separación dolorosa. La madre es insensible y rechazante a las peticiones del infante. El niño no cuenta con su madre ante el extraño, y actúan de forma defensiva a través de la indiferencia. Niegan a su madre para evitar frustraciones.
3. Niños de apego inseguro – ambivalente (C) Exploran poco sin la madre. Al ingresar la madre nuevamente a la habitación tienen ambivalencia y se ve porque vacilan entre la irritación, la resistencia al contacto , el acercamiento y las conductas de contacto. La madre en casa se caracteriza por tener con el bebé un trato cálido en ocasiones y frío e insensible otras veces, por eso el niño es inseguro de la disponibilidad de su madre cuando la necesiten. La madre es poco sensible en la interacción, pero si está de buen humor y poco estresadas es todo lo contrario. La madre tiende a intervenir cuando el niño explora aumentando la dependencia y falta de autonomía en el menor.
Muchos autores consideran el comportamiento de estas madres como fruto de una estrategia, no necesariamente consciente, dirigida a aumentar la dependencia del niño, asegurando su cercanía y utilizándole como figura de apego. Así la responsividad materna, puede verse como una estrategia para aumentar la petición de atención del niño. Al igual que la inmadurez del niño aumenta la conducta de cuidados de la madre, la incompetencia de la progenitora aumenta la atención del niño a la madre, en una reversibilidad de roles. Esta estrategia del niño de acentuar la inmadurez y dependencia para conseguir su atencion puede resultar adaptativa a nivel biológico, y que sirve para mantener la proximidad de la figura de apego. No obstante a nivel psicológico no resulta tan adaptativa, ya que impide al niño desarrollar sus tareas evolutivas.
A estos tres tipos de apego, se ha propuesto la existencia de un cuarto tipo denominado 4. inseguro desorganizado – desorientado (D) que recoge muchas características de los 2 grupos de apego inseguro ya descritos, y que inicialmente eran considerados como inclasificables. Se trata de los niños que muestran la mayor inseguridad. Cuando se reúnen con su madre tras la separación, estos niños muestran una variedad de conductas confusas y contradictorias. Ejemplo: pueden mirar hacia otro lado mientras son sostenidos por la madre o se aproximan a ella con una expresión monótona y triste. Pueden llorar de forma inesperada tras mostrarse tranquilos o adaptar posturas rígidas y extrañas o movimientos estereotipados.
EL MODELO REPRESENTACIONAL DE LA RELACIÓN DE APEGO
Para Bowlby el modelo interno activo o modelo representacional es una representación mental de sí mismo y de las relaciones con los otros. Este modelo se va construye a partir de las relaciones con las figuras de apego y va a servir al sujeto para percibir e interpretar las acciones e intenciones de los demás y para dirigir su conducta. Es la noción de quienes son las figuras de apego, donde han de encontrarse y que se espera de ellas. También incluye información sobre uno mismo; por ejemplo si se es una persona valorada y capaz de ser querida por las figuras de apego. En este sentido constituye la base de la propia identidad y de la autoestima.
Los autores ven como vital la reacción que tienen los cuidadores con respecto a los intentos del niño de buscar su proximidad. Las respuestas del cuidador pueden clasificarse en 3 tipos: mostrarse sensible a las llamadas del niño y permitir su acceso (llevaría al modelo seguro) mostrarse insensible e impedir el acceso (inseguro evitativo) atender al niño en forma imprevisible sólo en algunas ocasiones, de forma imprevisible (inseguro ambivalente). Los modelos representaciones pueden construirse también en ausencia de interacción con la figura de apego, por ejemplo: si el niñollora y pide la proximidad del adulto y éste no está presente. Aquí lo importante será la falta de respuesta del cuidador.
Un niño con un modelo seguro, cuando adulto tendrá confianza en las personas con las que establezca relaciones y si fuera un modelo de tipo Inseguro evitativo o ambivalente, esperará de los otros rechazo y falta de empatía. El apego influye en la vida adulta en la relación amorosa, se explica porque con la figura de apego se aprende a tocar y ser tocados, mira y ser mirados, es decir, a comunicar de forma íntima y lúdica. En resumen, la importancia es que el apego nos enseña como comunicarnos con el otro.
George, Kaplan y Main diseñan un cuestionario que evalúa el recuerdo en personas adulta de experiencias de apego con sus padres. En base a lo anterior se advierten 3 modelos.
A) Padres seguros y autónomos que muestran coherencia y equilibrio en su valoración de las experiencias infantiles tanto si son positivas, como si son negativas. Ni idealizan a sus padres ni recuerdan el pasado con ira. Estos padres suelen mostrarse sensibles y afectuosos en sus relaciones con sus hijos, que suelen ser clasificados como seguros en la situación con el extraño.
B) Padres preocupados. Muestran mucha emoción al recordar sus experiencias infantiles, expresando frecuentemente ira hacia sus padres, mostrando muchas incoherencias y siendo incapaces de mostrar una imagen consistente y sin contradicciones. Estos padres se muestran preocupados por su competencia social. En su interacción con sus hijos las relaciones son confusas y caóticas, son poco responsivos e interfieren frecuentemente con la conducta exploratoria del niño. No es extraño que sus hijos suelan ser considerados como inseguros ambivalentes.
C) Padres rechazados. Estos padres quitan importancia a sus relaciones infantiles de apego y tienden a idealizar a sus padres, sin ser capaces de recordar experiencias concretas. Lo poco que recuerdan lo hacen de una forma muy fría e intelectual, con poca emoción. El comportamiento de estos padres con sus hijos, que son generalmente considerados como inseguros evitativos suele ser frío y a veces rechazante. 
Algunos estudios ven una cuarta categoría: D) Padres no resueltos que serían el equivalente al apego inseguro desorganizado desorientado. Se trata de sujetos que presentan características de los 3 grupos anteriores y que muestran lapsus significativos y desorientación y confusión en sus procesos de razonamiento a la hora de interpretar distintas experiencias de pérdidas y traumas.
LA TRANSMISIÓN INTERGENERACIONAL DE LA SEGURIDAD EN EL APEGO.
Los padres traspasan sus formas de apego a los hijos, por tanto existe una capacidad predictiva. Bretherton plantea que lo importante no es la relación en la infancia con la figura de apego, sino como el niño la elaboró e interpretó esa relación. Aquí puede haber contraidentificación: el sujeto rechaza el modelo interiorizado de la figura paterna. 
La transmisión puede llegar a verse a lo largo de 3 generaciones y se da más claramente en las madres que en los padres probablemente porque los padres pasan menos tiempo interactuando con los hijos y no suelen ser la figura principal del apego. La transmisión es frecuente, pero no inevitable y puede cambiar con el establecimiento de una relación de pareja satisfactoria o la experiencia de la maternidad. Este cambio se ha visto por ejemplo en el maltrato infantil en madres que fueron maltratadas cuando eran pequeñas.
DISTINTAS FIGURAS DE APEGO: APEGO MÚLTIPLE
Bowlby acepta que el niño hace vínculo con varias figuras, donde hay una principal y otras secundarias. Esta monotropía le llevo a considerar que lo más favorable para el niño era establecer el vínculo principal con la madre y que la atención de varias personas hacia el menor no era conveniente. En su postura de monotropía influye su postura psicoanalítica, en que se le da una importancia muy especial a la madre y que las observaciones de los etólogos parecían confirmar. Por esta postura fue criticado y luego dijo ser mal interpretado. 
Kotelchuck realiza un experimento en muy similar a la situación del extraño pero en la que 2 adultos participan con el niño, y confirma las observaciones de Bowlby, pero agrega que en las culturas en que el padre se involucra más, no existe mayor diferencia con la figura de la madre en la preferencia del niño. La investigación muestra que el padre puede responder igual que la madre a llamados del bebé. También se ha visto que el tiempo que la madre y el padre pasan con sus hijos suelen dedicarlo a tareas diferentes. La madre ocupa su tiempo con el bebe en actividades de cuidado y cariño, y el papá en actividades de tipo lúdico, e incluso juegan con el niño de forma diferente. Por ejemplo: la madre le pasa los juguetes y les habla, en cambio el padre realiza juegos físicos de más actividad. Actualmente el rol ha cambiado con la incorporación de la mujer al trabajo, lo que provoca que el hombre se incorpore más en los cuidados del menor.
Existen pocos estudios de apego entre los hermanos, pero se ha descubierto que los hermanos mayores entregan cuidados muy similares a la madre en ambientes desconocidos, o que en momentos de aflicción se utilicen los hermanos unos a otros como base de seguridad o consuelo. El vínculo entre ellos se forma porque viven juntos, comparten experiencias emocionales y son educados para quererse. Los niños hacen apego con quien es sensible y cariñoso. Ante eso se plantea que tener muchas figuras de apego es bueno para el menor, porque facilita la elaboración de los aprendizajes por imitación, además de prestar ayuda en caso de muerte o alejamiento de una figura de apego.
Apego hacia el padre- apego hacia la madre
Fox, Kimmerly y Schaffer realizaron un metaanálisis analizando el tipo de apego mostrado por el niño hacia el padre y hacia la madre mediante la situacion del extraño y concluyeron que hay concordancia entre el tipo de apego que el niño establece con ambos progenitores (contradiciendo a Brethentor) Ejemplo: apego seguro con mamá será un apego seguro con papá, y lo mismo ocurre con el apego inseguro.
Hay diferentes hipótesis para explicar esta concordancia:
1. una explicación puede ser que el niño elabora un modelo interno activo a partir de la relación con su madre o con la figura principal del apego. Aunque se podría esperar que se diese concordancia también con el tipo de apego establecido con otras figuras además del padre se ha visto que no ocurre. El apego a la madre no se generaliza a otras figuras ajenas a la familia como profesores o cuidadoras. 
2. Otra explicación: cabe esperar muchas semejanzas en los estilos interactivos de papá y mamá en cuanto a la responsividad y sensibilidad. Ambos padres tratan de responder igual y por eso el apego del niño es similar. Estilos similares de interacción llevan a tipos similiares de apego
3. Una tercera hipótesis señala como podría influir el temperamento del niño en el apego.
TEMPERAMENTO Y APEGO.
Influye en el apego: el bajo peso, ser un bebé prematuro, ciertas enfermedades, porque todo esto implica más cuidados de parte de la madre. Se ha pensado que existe relación entre el temperamento del niño y el tipo de apego que pueda llegar a establecerse. Este tema ha creado un fuerte debate sin que se haya llegado a un acuerdo absoluto.
La mejor hipótesis entre temperamento y apego la plantea el modelo de bondad de ajuste: el factor clave es la interacción entre las características temperamentales del niño y de los padres. Es decir, ciertos rasgos del niño pueden influir en el tipo de interacción adulto-niño y, por tanto en la seguridad del apego, pero en función de la personalidad y circunstancias del adulto. Se puede evidenciar el apego inseguro de un niño frente a su madre debido a que esta tenia un temperamento difícil, aunque el temperamento difícil del niño no lleva directamente a la formación un vínculo afectivo inseguro, sí limita las posibilidades de que desarrolle unapego seguro. 
APEGO Y CUIDADOS ALTERNATIVOS (DAY – CARE)
Hay muchas investigaciones con datos contradictorios en torno al asunto de los cuidados alternativos a los bebes en su primera infancia y la relación de apego. Los datos disponibles hacen difícil la generalización acerca de las influencias de los cuidados alternativos sobre el vinculo que el niño establece con sus padres. No puede decirse con certeza que estos cuidados necesariamente implican mayor probabilidad de inseguridad en este vínculo. El elemento esencial parece ser la calidad de los cuidados que se ofrecen al niño como alternativa a los cuidados de los padres. Esto será lo que determine la seguridad del apego. Si los cuidados son adecuados y permiten que el niño disponga de tiempo para interactuar con los padres que viven esta situación sin ansiedad, no se espera que aparezcan problemas emocionales.
LA VALIDEZ TRANSCULTURAL DE LA TEORÍA DEL APEGO.
La teoría del apego formulada por Bowlby y Ainsworth tenía una supuesta validez universal como consecuencia de sus raíces biológicas: las conductas de apego manifestadas por el bebé, y las correspondientes conductas maternas de cuidados tienen la función de garantizar la supervivencia del bebé. Sin embargo, esta supuesta validez universal de la teoría estaba fundamentada en un modelo teórico más que en resultados de investigaciones.
La idea de que distintas culturas que representan distintos ambientes de adaptación, tendrán diferentes practicas de crianza consideradas como las mas adecuadas. Esto traerá como consecuencia que variaran los comportamientos y reacciones de los padres ante las llamadas y señales de sus hijos. Las practicas establecidas con los niños, que se consideran adecuadas en la cultura de pertenencia, no tiene porqué ser compatibles con los principios de adaptación filogenética individual.
Estas diferencias culturales apreciadas en el comportamiento de los niños en la situación del extraño cuestionan claramente la validez de este procedimiento. Se trataría de estudiar si los niños clasificados como de apego seguro muestran una mejor adaptación socio-emocional independientemente de la cultura de procedencia.

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