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Encefalitis

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DEFINICIÓN 
La encefalitis es un proceso inflama-
torio del sistema nervioso central, asocia-
do a una evidencia clínica de una disfun-
ción neurológica, debido a múltiples agen-
tes etiológicos, fundamentalmente virus.
La contigüidad de las estructuras del SNC,
hace que se presenten cuadros mixtos(1,2),
de modo que la infección suele afectar al
cerebro y a estructuras próximas al mis-
mo como meninges (meningoencefalitis),
pudiendo en otros casos afectar exclusiva-
mente al cerebro (encefalitis) o a la médu-
la espinal (mielitis o encefalomielitis).
EPIDEMIOLOGÍA
La incidencia de encefalitis en la
población general es de 0,3-0,5/100.000.
En la infancia la incidencia es más alta,
unos 5-10 casos/100.000 niños, alcanzan-
do en el primer año de vida hasta 17 casos
100.000 niños(1-3). 
Actualmente la incidencia ha dismi-
nuido debido a la vacunación infantil sis-
temática frente a sarampión, rubéola, paro-
tiditis y polio, así como frente a otras
infecciones como la producida por el virus
varicela zoster (VVZ) y el de la gripe. El
mejor control sanitario y medioambiental
de los vectores transmisores de organis-
mos etiológicos implicados en esta enfer-
medad y el de otras infecciones como la
producida por el virus de la inmunodefi-
ciencia humana (VIH), también ha hecho
disminuir su incidencia. Desde el punto
de vista epidemiológico hay que tener en
cuenta que muchas encefalitis son esta-
cionales, como las producidas por ente-
rovirus, más frecuentes a finales de vera-
no y otoño, y con una incidencia mayor
en menores de 15 años. Otros casos están
causados por agentes infecciosos cuya
incidencia depende de la localización geo-
gráfica (arbovirus en América, Rickettsia
en EE.UU. y centro Europa, etc.) y por el
ciclo biológico de los vectores transmiso-
res (garrapatas, insectos o mosquitos).
Recientemente se han descrito en nuestro
medio, en época estival, meningoencefa-
litis secundarias al virus de la Toscana,
arbovirus transmitido por la picadura de
un Phlebotomus(4,5).
Debe conocerse la existencia de ence-
falitis endémicas regionales, como la
rabia, entre otras, teniéndose en cuenta
ante viajeros procedentes de estas
zonas(2,6). Algunas de estas meningoence-
falitis han sido descritas en España debi-
Encefalitis
M.L. Navarro Gómez, F. González, M. Santos Sebastián,
J. Saavedra Lozano, T. Hernández Sampelayo Matos
Sección de Enfermedades Infecciosas Pediátricas. Hospital General
Universitario Gregorio Marañón. Madrid
3
do a la introducción de la infección por
animales (aves selváticas) como es el caso
de la meningoencefalitis por el virus del
Nilo Occidental(7,8).
La encefalomielitis post infecciosa
o encefalomielitis aguda diseminada
(EMAD) es otra forma de encefalitis que
se caracteriza por un proceso desmielini-
zante agudo, que se produce después de
infecciones por diversos virus (gripe, vari-
cela, virus exantemáticos) y Mycoplas-
ma. La edad de mayor afectación es los
5-6 años, y excepcionalmente puede ori-
ginarse tras vacunación, habiendo sido
documentada con casi todas las vacunas,
pero siendo más frecuente después de la
triple vírica, y pudiéndose desarrollar has-
ta 3 meses después de la inmunización,
la incidencia en estos casos es de 1-2/
1.000.000(2,9-13). 
ETIOLOGÍA
Se identifica un agente infeccioso entre
el 15 y el 69% de los casos de encefali-
tis infantiles(2,14-18), pudiéndose orientar la
etiología según la edad del paciente. En
el periodo neonatal las causas se especi-
fican el la tabla I. Después del periodo
neonatal la etiología más frecuente es la
infección por enterovirus como echovi-
rus(7,9,11,30), y coxackie B5(19). Estas ence-
falitis son de evolución benigna, si bien,
en algunos casos pueden tener mayor mor-
bimortalidad, como ocurre con el seroti-
po 71(20-22). Recientemente se ha descrito
como causa frecuente de encefalitis en
época estival al virus de la Toscana(4,5).
Otras etiologías son la infección por el
grupo de los herpes virus, sobre todo los
alfa virus virus herpes simple (VHS)
y virus varicela zóster (VVZ), y en
menor frecuencia, otros herpes virus
como VHH6, VHH8, y virus de Epstein-
Bar(15,23). Microorganismos implicados con
menos frecuencia en la etiología son otros
virus como el de la parotiditis epidémica,
rubéola, VRS, parainfluenza, influenza,
adenovirus, hepatitis A y B, VIH y rabia.
Debido a la falta de erradicación de la
infección por el virus del sarampión, éste
sigue siendo la causa más importante en
todo el mundo de encefalitis postinfeccio-
sa y afecta a 1/1.000 casos de sarampión. 
La encefalitis puede producirse tam-
bién por bacterias como Bartonella o
Mycoplasma(14). Otros microorganismos
que pueden producir encefalitis son tre-
ponemas, Leptospira, Brucella, tubercu-
losis, Listeria, Rickettsia. Ocasionalmen-
te la encefalitis puede ser una forma de
presentación de infecciones como crypto-
cocosis, histoplasmosis, blastomicosis o
coccidiodomicosis (Tabla I). En los niños
procedentes del trópico deberían tenerse
también en cuenta Plasmodium, Tripano-
soma, etc.
CLÍNICA
La clínica que es la base del diagnós-
tico, consiste en una alteración de la fun-
ción cerebral, manifestándose como alte-
raciones del comportamiento u otros sín-
tomas neurológicos como déficits moto-
res (ataxia y otras alteraciones del movi-
miento), alteración de pares craneales,
parestesias, convulsiones, así como alte-
ración del nivel de conciencia, siendo éste
el síntoma capital, con somnolencia o
letargia que, en casos graves, progresa a
coma y muerte(1,2,15).
En la encefalitis infecciosa la fiebre
es un síntoma que permite diferenciarla
14 Protocolos diagnóstico-terapéuticos de la AEP: Infectología pediátrica
de otras causas que producen encefalopa-
tía que pueden cursar de forma similar. 
Actualmente se están considerando
formas de presentación subagudas cuyas
manifestaciones clínicas son atípicas o
incompletas, con ausencia de fiebre en
los primeros días, o manifestándose con
síndrome meníngeo, letargia o alteración
leve del comportamiento como únicos
signos de presentación inicial. Es impor-
tante reconocer estas formas a tiempo
para instaurar un tratamiento precoz y,
15Encefalitis
TABLA I. Causas de encefalitis en recién nacidos y niños.
Causas de encefalitis o Frecuencia Causas de encefalitis Frecuencia
encefalopatía en RN en niños > 1 mes
Infecciones agudas Infecciones virus
VHS ++ Enterovirus +++
Enterovirus +++ Virus transmitidos +
Adenovirus + por artrópodos
Streptococcus grupo B + VHS ++
Listeria monocytogenes + Virus Epstein-Barr +
Citrobacter spp + Adenovirus +
VIH +
Infecciones congénitas Infecciones por bacterias
Virus de la coriomeningitis ++ Mycoplama pneumoniae +
linfocitaria Borrelia burrgdorferi +
Cytomegalovirus ++ Bartonella henselae +
Rubéola + Rickettsia rickettsii +
Toxoplasma ++
Sífilis +
Enfermedades metabólicas +
Acidemia propiónica
Acidemia metilmalónica
Enf. orina del jarabe de arce
Alteraciones ciclo de la urea
Alteraciones SNC primarias
Estatus epiléptico no convulsivo +
Isquemia +
Hemorragia +
Encefalopatía neonatal ++
Modificada de: Long SS, Pickerig LK, Prober, eds. In: Principles and Practice of
Pediatric Infectius Diseases. Philadelphia: Churchill Livingston; 2008.
con ello, mejorar el pronóstico de la enfer-
medad(24). 
La encefalitis postinfecciosa se carac-
teriza porque una semana después de un
cuadro febril con infección respiratoria,
una enfermedad exantemática en remi-
sión, o una vacunación reciente, se pre-
senta la afectación neurológica de forma
aguda. La sintomatología es de instaura-
ción más brusca que en la encefalitis agu-
da. Lo más característico y persistente en
estas formas son las convulsiones(10,13,16,17).
Existen variantes hemorrágicas que cur-
san de una forma mucho más grave que
la habitual. En estos casos debe hacerse
el diagnóstico diferencial con esclerosis
múltiple, neuritis óptica, mielitis trasver-
sa y neuromielitis óptica o enfermedad de
Devic. 
En el paciente inmunodeprimido la
encefalitis puede dar un curso más sub-
agudo o crónico, dando lugar a desmieli-nización, con atrofia y pérdida neuronal.
Estos pacientes pueden tener unos agen-
tes etiológicos diferentes (Tabla III).
DIAGNÓSTICO 
Se debe tener un alto índice de sospe-
cha, siendo la clínica la base para hacer el
diagnóstico para reconocer precozmente
y tratar aquellos casos que lo precisen.
Los neonatos tienen una respuesta ines-
16 Protocolos diagnóstico-terapéuticos de la AEP: Infectología pediátrica
TABLA II. Situaciones clínicas que pueden simular una encefalitis.
Encefalopatía tóxica
• Shigella
• Tos ferina
• Campylobacter spp
• Salmonella spp
• Bartonella henselae
• Encefalopatía aguda necrotizante
asociada a influenza
• Síndrome de Reye
• Intoxicación aguda
• Intoxicación por plomo
• Shock por hiperpirexia
Errores congénitos del metabolismo
• Déficit de ornitintranscarbamilasa en
la forma heteriozigota
• Acidemia glutárica tipo 1
• Déficit de MCDA (acetil coenzima A
deshidrogenasa de cadena media)
• Síndrome MELAS (encefalopatía
mitocondrial con acidosis láctica y
accidentes vasculares cerebrales)
• Neuropatía óptica de Leber
• Porfiria aguda intermitente
• Adrenoleucodistrofia
Vasculitis del SNC
• Panarteritis nodosa
• Lupus eritematoso diseminado
• Angeítis linfogranulomatosa
Otras alteraciones del SNC
• Tumor (glioma)
• Hemorragia intracraneal
• Pseudotumor cerebral
• Trombosis intracraneal
• Migraña
Modificada de: Long SS, Pickerig LK, Prober, eds. En: Principles and Practice of
Pediatric Infectious Diseases. Philadelphia: Churchill Livingston; 2008.
pecífica y limitada a las diferentes agre-
siones, por eso debe considerarse la posi-
bilidad de encefalitis en cualquier niño
con fiebre, rechazo del alimento, irritabi-
lidad, convulsiones, letargo o sepsis. Se
deben valorar los antecedentes maternos
como son la fiebre intraparto o perina-
tal, lesiones herpéticas genitales o infec-
ciones durante el embarazo(6,16). Se reali-
zará punción lumbar para cultivo de
virus, bacterias y PCR de virus, funda-
mentalmente. Se debe instaurar tratamien-
to empírico de forma precoz con aciclo-
vir IV si hay alteración hepática con sos-
pecha de afectación multisistémica. Se
pueden realizar otras pruebas para apoyar
el diagnóstico [electroencefalograma
(EEG) y resonancia magnética (RM)]. 
Fuera del periodo neonatal, en niños
mayores la sintomatología suele ser más
específica de la enfermedad. En la histo-
ria clínica debe recogerse la presencia de
fiebre y la forma de instauración y pro-
gresión del cuadro clínico, así como ante-
cedentes de vacunación reciente, enfer-
medades exantemáticas en los días pre-
vios, infección respiratoria aguda, etc.
Deben buscarse antecedentes epidemio-
lógicos, época del año, picaduras de insec-
tos o garrapatas, procedencia o viajes
recientes a zonas endémicas de encefali-
tis. En la exploración física se buscarán
signos de inflamación parotídea, lesiones
cutáneas (eritema crónico migrans, pete-
quias) lesiones de picaduras, hepatoesple-
nomegalia, faringitis, poliadenopatías, sin-
tomatología respiratoria, etc. La explora-
ción neurológica debe ser exhaustiva,
valorando estado de conciencia (escala de
Glasgow) alteraciones motoras o sensi-
17Encefalitis
TABLA III. Encefalitis en inmunodeprimidos.
• Inmunodeficiencia humoral:
meningoencefalitis crónica por
enterovirus
• Inmunodeficiencia celular (incluída la
secundaria al trasplante):
– Leucoencefalopatía multifocal
progresiva por virus JC
– Encefalitis subaguda por herpes
– Encefalitis subaguda por
sarampión
– Panencefalitis progresiva por
rubéola
– CMV
– VVZ
– Toxoplasma
• Reacción a la infusión de anti CD3
(OKT3) 
• Etanercept, Infliximab
• Síndrome de inmunodeficiencia
adquirida:
– Toxoplasma
– CMV
– Cryptococo neoformans
– VIH
– Leucoencefalopatía multifocal
progresiva por virus JC
Modificada de: Long SS, Pickerig LK, Prober, eds. En: Principles and Practice of
Pediatric Infectious Diseases. Philadelphia: Churchill Livingston; 2008.
tivas y de los pares craneales, movimien-
tos anormales, debiéndose realizar reeva-
luaciones periódicas. 
En las exploraciones complementarias
se hará estudio del LCR, cuyo grado de
alteración no se correlaciona con la gra-
vedad del cuadro. Suele existir leucocito-
sis en cifras bajas de predominio linfocí-
tico (< 200 células/ml), la glucorraquia
suele ser normal y la proteinorraquia nor-
mal o discretamente elevada. Las técni-
cas de PCR en LCR son las técnicas de
elección para realizar el diagnóstico
etiológico de la encefalitis, teniendo una
alta sensibilidad (> 95%) y especificidad
(100%)(25,26), pudiéndose amplificar el
genoma de enterovirus, virus del grupo
herpes (HSV1, HSV2, CMV, HHV6,
HHV7, EBV) y algunos arbovirus, así
como otros microorganismos como Bar-
tonella, Mycoplasma, VIH. La PCR asi-
mismo se puede utilizar como control
seriado para monitorizar el tratamiento.
El cultivo de virus puede ser de utilidad,
aunque tiene poca sensibilidad en el caso
de encefalitis por herpes simplex en niños
mayores de 6 meses y en adultos(27). La
RM es la prueba de imagen de elección
para el estudio de infecciones del SNC.
Detecta antes que la tomografía axial com-
putarizada (TC), los cambios en el parén-
quima cerebral y define con mayor exac-
titud la extensión. Puede detectar precoz-
mente lesiones desmielinizantes, lo que
permite diferenciar una lesión aguda de
una encefalitis postinfecciosa(28,29). El TC
es útil para realizar diagnóstico diferen-
cial con otros procesos intracraneales (abs-
cesos, tumores intracraneales). El EEG
suele manifestar alteraciones con descar-
gas localizadas o difusas sobre un ritmo
de base lento, que suelen preceder a las
lesiones que aparecen en RM y el TC. Tie-
ne una sensiblidad del 65-100%(24). El
estudio serológico en la fase aguda de la
enfermedad y en la de convalecencia no
ayudan en el diagnóstico agudo, pero es
útil para el diagnóstico retrospectivo y
estudios epidemiológicos(30,31). Se puede
detectar producción intratecal de anticuer-
pos, analizando el índice de albúmina/glo-
bulinas en LCR, muy útil en la panence-
falitis por el virus del sarampión. Se pue-
de también cuantificar la aparición de ban-
das oligoclonales, lo cual nos orienta a
una EMAD, si bien también puede encon-
trarse en esclerosis múltiple y otros pro-
cesos desmielinzantes del sistema nervio-
so central(12). La biopsia se podría utilizar;
es una técnica muy invasiva que está en
desuso, pero cuya indicación sería en
pacientes muy graves, con mala evolución
clínica a pesar del tratamiento con aciclo-
vir i.v., ya que nos podría orientar al diag-
nóstico etiológico.
El diagnóstico diferencial con otras
encefalopatías se resume en la tabla II.
PROFILAXIS 
Las medidas preventivas pueden ser-
vir para evitar el desarrollo de esta enfer-
medad. La inmunización sistemática ha
disminuido los casos secundarios a enfer-
medades vacunales. Se plantea el desarro-
llo de nuevas vacunas para prevenir las
encefalitis por virus como el enterovirus
71. También el control y erradicación de
vectores transmisores muestran eficacia
en la prevención de encefalitis en zonas
endémicas: insecticidas, repelentes poten-
tes, mosquiteras impregnadas en repelen-
tes. La profilaxis postexposición está indi-
18 Protocolos diagnóstico-terapéuticos de la AEP: Infectología pediátrica
cada para evitar la encefalitis por rabia, y
el uso adecuado de los productos deriva-
dos de la carne para evitar la encefalo-
patía espongiforme (enfermedad de Jacob
Creutfeld).
TRATAMIENTO 
El tratamiento debe ser multidiscipli-
nar, con la participación de especialistas
de neurología, enfermedades infecciosas,
neurocirugía y rehabilitación, entre otros. 
En la fase aguda puede requerirse de
cuidados intensivos, precisando ocasio-
nalmente tratamiento anticonvulsivante y
tratamiento de la hipertensión craneal(19). 
El tratamiento será a su vez específi-
co del agente etiológico e individualiza-
do según la situación clínica del pacien-
te. Aciclovir IV es el único fármaco que
ha demostrado eficacia para mejorar el
pronóstico en encefalitis de virus del gru-
po herpes(VHS), y con frecuencia, se ini-
cia de forma empírica en este tipo de cua-
dros(27). También la encefalitis por varice-
la debe tratarse, siendo aciclovir el fárma-
co de elección y, como alternativa, Gan-
ciclovir IV. No obstante, con respecto a
la encefalitis originada por este virus, la
mayoría de los cuadros son postvaricela,
sucediendo por inflamación de carácter
autoinmune(32,33). El aciclovir presenta eli-
minación renal, por lo que es importante
la hidratación abundante para evitar la
cristalización, evitando otros medicamen-
tos nefrotóxicos al mismo tiempo(18). Gan-
ciclovir y foscarnet IV se utilizan para el
tratamiento de encefalitis por CMV(1,2).
Corticoides e inmunomoduladores: han
sido utilizados en la EMAD. Los corticoi-
des a dosis elevadas e inmunoglobulina
hiperinmune muestran resultados diver-
sos en el tratamiento de la encefalitis agu-
da. La plasmaféresis estaría indicada en
casos refractarios.
En las encefalitis por enterovirus no
existen recomendaciones de tratamiento
con inmunoglobulina i.v., si bien, recien-
temente se ha comprobado que este trata-
miento puede resultar útil en los casos
complicados diagnosticados mediante
PCR. Esto se debe a que la barrera humo-
ral es la fundamental en la defensa frente
a estos virus. Su beneficio va a ser mayor
por tanto en pacientes con inmunodefi-
ciencia humoral y en neonatos, que no han
formado todavía anticuerpos específicos.
No se encuentra recomendado todavía en
las guías de tratamiento de encefalitis por
enterovirus(12,21,34,35).
En la encefalitis por VIH está indi-
cado comenzar con tratamiento antirre-
troviral de gran actividad (TARGA).
Quizás comentar la buena evolución
y, por tanto, dudosa eficacia del tratamien-
to de las encefalitis por Mycoplasma, Bar-
tonella y VEB.
El tratamiento empírico de la menin-
gitis bacteriana podría iniciarse si clíni-
camente está indicado.
SECUELAS 
Las secuelas más frecuentes son desa-
rrollo de focos epilépticos, déficit motor
(espasticidad y ataxia), déficits cogniti-
vos y en la memoria, y cambios mentales
y también alteraciones en el comporta-
miento(3,13). La posibilidad de que exista
retraso del desarrollo intelectual y dismi-
nución de la función cognitiva nos obli-
ga en estos niños a mantener un segui-
miento cercano de su desarrollo psicomo-
tor(20).
19Encefalitis
ENCEFALITIS POR VIRUS
HERPES SIMPLE 
La encefalitis herpética (HSE), es una
enfermedad poco frecuente, secundaria a
la infección del sistema nervioso central
por virus herpes simplex (VHS), y va a dar
lugar a una encefalitis necrotizante agu-
da(36,37). Existen casos de pacientes que tras
un ciclo de aciclovir presentan recaídas,
con aumento de la replicación viral, y tam-
bién existen casos de asociación familiar
de encefalitis. Recientemente se ha descri-
to que son necesarios una serie de recepto-
res que se expresan en sistema nervioso
central, los Toll-like receptors (TLRs), como
el TLR-3, para evitar la diseminación de
VHS-1, así como de otros patógenos(38).
Esto nos lleva a pensar que existe un con-
dicionamiento genético que puede favore-
cer la aparición de una encefalitis herpéti-
ca, y en cuyos casos podría plantearse un
tratamiento preventivo de la enfermedad(24).
EPIDEMIOLOGÍA
La encefalitisis por herpes simplex es
poco frecuente en la población general,
con una incidencia de 1 a 4 casos/
100.000/año(39,40). Su distribución es bimo-
dal, sucediendo un tercio de los casos por
debajo de los 20 años y un 50% por enci-
ma de 50 años. Esta distribución se debe
a una primera etapa en que los casos suce-
den como consecuencia de la primoinfec-
ción y en la segunda etapa donde son debi-
dos a reactivación, sucediendo el pico
máximo en torno a los 60-65 años. Dada
la mayor morbilidad y mortalidad de este
cuadro y la disponibilidad de un tratamien-
to etiológico que mejora el pronóstico,
ante una encefalitis aguda en el niño
mayor de 6 meses y en el adulto debe des-
cartarse esta etiología(41).
CLÍNICA
Caracterizada por sintomatología neu-
rológica con alteración del nivel de con-
ciencia, cambios significativos de perso-
nalidad, disfunción cognitiva o síntomas
neurológicos focales. Los síntomas más
frecuentes son la fiebre o febrícula en el
75%, seguido de convulsiones en sólo dos
tercios de los pacientes con encefalitis
confirmada(15,36).
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico es fundamentalmente
clínico, confirmándose mediante la ampli-
ficación en el líquido cefalorraquídeo del
genoma viral (PCR). Esta técnica tiene
una sensibilidad del 98% y una especifici-
dad del 94%, con un valor predictivo posi-
tivo del 95% y un valor predictivo nega-
tivo del 98%. La sensibilidad de esta prue-
ba depende del momento de su realización,
siendo ésta mayor entre el 6º y el 10º día
del inicio de la sintomatología, y perdien-
do sensibilidad, (sólo un 75%), si ésta se
realiza demasiado precozmente (<72 horas
del inicio de la clínica) debido a la escasa
inflamación del LCR. En estos casos debe
realizarse una segunda PCR pero en los
cuadros sugestivos se debe iniciar aciclo-
vir antes de los resultados de la segunda
PCR(24). También la PCR pierde sensibili-
dad si se realiza muy tardía, así como si se
realiza después de haber empezado trata-
miento específico con antivirales (aciclo-
vir)(41,42). La PCR cuantitativa sirve como
marcador pronóstico de la infección. Si
el paciente tiene > 100 HVS-1 copias/mm3
(un elevado número de copias), la duración
20 Protocolos diagnóstico-terapéuticos de la AEP: Infectología pediátrica
de la sintomatología, así como la alteración
del nivel de conciencia y la posibilidad de
alteración en las pruebas de imagen será
mayor que si las copias son bajas. 
Otras técnicas útiles para apoyar el
diagnóstico son la neuroimagen mediante
RM, el EEG y las características del LCR. 
El LCR en la encefalitis herpética sue-
le presentar pleocitosis entre 10-500
cells/mm3 en un 85%, con predominio
mononuclear, si bien la ausencia de celu-
laridad no excluye el diagnóstico. También
suele encontrarse hiperproteinorraquia (60-
700 mg/dl) en el 80% de los pacientes. La
glucorraquia puede estar moderadamente
disminuida (30-40 mg/ dl). El HSV no sue-
le crecer en cultivos del LCR. Aproxima-
damente el 50% de las encefalitis tienen
aumento de los hematíes en el LCR. 
En la RM son típicas las imágenes de
hiperseñal en T2 en la zona inferior y
medial del lóbulo temporal extendiéndo-
se hacia la ínsula(2). Con respecto a las
alteraciones encontradas en el EEG, pode-
mos encontrar un enlentecimiento de la
actividad de forma generalizada, seguido
posteriormente de ondas paroxísticas o
procesos trifásicos de predominio tempo-
ral. En algunas circunstancias aparecen
descargas epileptiformes periódicas con
una intensidad de 2-3 hercios originadas
en el lóbulo temporal. La ausencia de alte-
ración en el EEG no excluye la posibili-
dad de una encefalitis por VHS, así como
la resolución de las anomalías tampoco se
correlaciona con la recuperación clínica. 
La cuantificación de la producción
intratecal de anticuerpos puede servir para
diagnóstico, pudiendo encontrar IgM en
LCR si se trata de una primoinfección, o
bien un aumento cuadriplicando los títulos
de IgG en LCR en 3 semanas si se trata de
una reactivación de una infección previa.
La producción intratecal de Ac no es sen-
sible en fases precoces de la enfermedad(36).
TRATAMIENTO
Aciclovir intravenoso: actualmente en
niños menores de 12 años la Academia
Americana de Pediatría (AAP) recomien-
da dosis de 20 mg/kg/8 horas durante 14-
21 días(43), estas dosis también deben emple-
arse en infección diseminada por herpes
simplex en recién nacidos, durante 21 días.
Se ha demostrado que estas dosis mejo-
ran el pronóstico, disminuyen las compli-
caciones y las recidivas. Debe monitorizar-
se la toxicidad del fármaco realizándose
controles de leucocitos en sangre periféri-
ca y en caso de leucopenia valorar la admi-
nistración de factores estimulantes de cre-
cimiento de colonias de granulocitos(19,44). 
La replicación del virus a nivel cere-
bral en muchos pacientescon encefalitis
persiste después de haber acabado el tra-
tamiento con aciclovir, lo que sugiere que
es necesario replantearse tanto el tiempo
como la dosis necesaria(24). El tratamien-
to se debe iniciar lo antes posible, en cuan-
to se tenga la sospecha diagnóstica, sien-
do éste uno de los factores que más influ-
ye en el pronóstico de la enfermedad(33). 
No existe consenso en cuanto a la
necesidad de obtener LCR de control al
final del tratamiento (14 días) para moni-
torizar la positividad de la PCR; suele ser
negativa y ello no excluye la posibilidad
de una recaída posterior. Las recaídas son
más frecuentes en los niños (26%) que en
los adultos (12%), y consisten en deterio-
ro clínico. Se barajan dos mecanismos
patogénicos: persistencia del virus en el
21Encefalitis
sistema nervioso central o bien un meca-
nismo de tipo inflamatorio mediado inmu-
nológicamente. No se conoce la causa por
la que puede suceder, pero no parece estar
relacionado con una resistencia al trata-
miento, ya que los virus aislados de nue-
vo son sensibles a aciclovir. En caso de
recaídas se han empleado dosis de aciclo-
vir de 20 mg/kg/8 horas durante 21 días(45).
Actualmente están en estudio mediante
ensayos clínicos promovidos por el Gru-
po Colaborativo de Terapia Antiviral
(CASG 204) la utilidad de ampliar el tra-
tamiento antiviral hasta 90 días de for-
ma oral con valaciclovir(15). 
La terapia antiviral puesta de forma
empírica puede ser suspendida si la PCR
para VHS en LCR es negativa después de
las primeras 72 horas del inicio de los sín-
tomas en un paciente con baja probabili-
dad de presentar una encefalitis (normal
nivel de conciencia, con prueba de neuroi-
magen normal y menos de 5 leucocitos en
LCR)(27). El uso de corticoides asociados a
aciclovir IV, disminuye la inflamación cere-
bral y puede mejorar el pronóstico(24). En
encefalitis por VHH6 aciclovir es menos
eficaz que ganciclovir, y en caso de VHH7
el antiviral de elección sería foscarnet(13).
PRONÓSTICO
Es fundamental conocer que en ausen-
cia de tratamiento la encefalitis presenta
una mortalidad que asciende al 70%, con
una minoría de pacientes que vuelvan a
su función neurológica normal(27). El tra-
tamiento con aciclovir produce una dis-
minución de la mortalidad hasta un 0-
10%(24). Los factores que influyen en el
pronóstico una vez que se realiza trata-
miento con aciclovir son los siguientes(15): 
• Edad: mejor pronóstico a edades más
tempranas. 
• Nivel de conciencia en el momento de
la presentación clínica: si éste es
menor de 6 según la escala de Glas-
gow el pronóstico es peor. 
• Duración de la encefalitis en el momen-
to en que se inicia el tratamiento anti-
viral: es peor si se inicia después de 4
días del comienzo de los síntomas. 
• Carga viral: peor si la PCR cuantitati-
va en LCR es mayor. 
• Alteraciones en el EEG o en la RM
empeoran el pronóstico.
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