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Depresión y autoestima 
 
El estudio llevado a cabo por Chae, Kang y Ra (2017) reveló varias 
conclusiones importantes sobre la relación entre la autoestima, la actividad física y 
la depresión en estudiantes de secundaria coreanos. Se encontró que las niñas 
tenían un nivel significativamente más alto de síntomas depresivos en 
comparación con los niños. Por otro lado, los niños mostraron niveles 
significativamente más altos de actividad física y estima corporal que las niñas. 
 
Una de las observaciones relevantes fue que las niñas presentaban un bajo 
nivel de actividad física, lo que llevaba a una mayor preocupación por su 
apariencia y peso en comparación con los niños. Esto a su vez se relacionaba con 
niveles más altos de depresión en las niñas. En resumen, se puede concluir que la 
actividad física está inversamente relacionada con los síntomas depresivos 
asociados a la autoestima positiva. Es decir, la práctica regular de actividad 
física puede aumentar la autoestima y reducir los síntomas depresivos. 
 
Estos hallazgos respaldan la afirmación del estudio realizado por Mak, 
Cerin, McManus, Lai, Day y Ho (2016), quienes investigaron a estudiantes chinos 
de Hong-Kong. En su investigación, encontraron que las chicas tenían una estima 
corporal negativa más frecuente que los chicos, lo que las llevaba a un mayor 
riesgo de depresión. Además, se estableció una relación directa entre la 
frecuencia de actividad física y la estima corporal, lo que sugiere que implementar 
un programa de actividad física para estas chicas podría mejorar su salud mental. 
 
Ambos estudios resaltan la importancia de la actividad física en relación con 
la autoestima y la depresión en adolescentes. La práctica regular de ejercicio 
físico puede ser una estrategia efectiva para aumentar la autoestima y 
reducir los síntomas depresivos, especialmente en las chicas que presentan 
una estima corporal negativa y un menor nivel de actividad física. Estos 
resultados respaldan la necesidad de promover programas de actividad física y 
fomentar una imagen corporal positiva en el contexto educativo y comunitario para 
mejorar la salud mental de los adolescentes.