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SINTAXIS - FICHA 17

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SINTAXIS
FICHA 17 → Construcciones adjuntivas.
17.1 - Construcciones adjuntivas: características
Construcciones adjuntivas:
· Sus constituyentes inmediatos se denominan adjuntos.
1 Entre ellos no existe interdependencia sintáctica como sucede entre sujeto y predicado o entre las construcciones paralelas A / B o las directivas subordinante y término.
○	Tampoco se da la relación de determinación o subordinación, como sucede con las construcciones endocéntricas.
· Las adjuntivas son dos o más construcciones que aparecen solidarias en una determinada oración o en una cláusula y que impiden acceder al primero o segundo grado de análisis: sujeto y predicado o núcleo verbal y modificadores del verbo.
1 Por eso es necesario despejarlas como adjuntos para proceder al análisis de cada adjunto por separado.
· Se trata de dos o más constituyentes que aparecen juntos separados por juntura interior obligatoria.
· Con un acento fuerte en cada uno y cada uno con un tono medio de altura inferior al otro.
· El orden de los constituyentes es libre.
· En cuanto al contenido, los adjuntos son vocativos o interjecciones o cualquier expresión parentética que carezca de relación sintáctica de interdependencia, coordinación o subordinación con el constituyente primario (el cual se convierte en adjunto frente a los componentes antes mencionados).
17.2 - Clases de adjuntos según las funciones del lenguaje
Discursivamente las construcciones adjuntivas se caracterizan porque sus constituyentes manifiestan una función del lenguaje diferente, clasificables (según las funciones establecidas por Roman Jacobson) a partir de los elementos constitutivos de la situación comunicativa.
Se distinguen 6 clases de funciones:
· Referencial: El hablante opta por hablar de lo que ocurre en el mundo y privilegiar la capacidad de “hacer referencia” organizando la experiencia cotidiana. 
· Expresiva: Cuando los hablantes expresan su interioridad, sus sentimientos, sus emociones, y se centran en la manifestación del emisor.
· Poética: Está presente en todos los actos de comunicación lingüística, pero es predominante en los textos literarios (donde importa el cómo se dice lo que se dice. Se prioriza el uso de recursos y procedimientos para lograr un efecto determinado de la mejor forma.
· Apelativa: Cuando el destinador busca convencer, persuadir, aconsejar o mandar. Es la capacidad que tiene el lenguaje de centrarse en el destinatario, para modificar su conducta o pensamiento.
· Fática: El destinador intenta asegurarse de que el canal esté abierto para comunicarse. Es la capacidad del lenguaje de establecer, mantener o interrumpir la comunicación. Por ejemplo, los saludos, los comentarios sobre el tiempo, la temperatura y el enunciado bueno, sea al comenzar o estar concluyendo un diálogo, manifiesta la función fática de apertura o cierre del contacto.
· Metalingüística: Cuando la intención es referirse al código lingüístico. Ejemplos de función metalingüística son los diccionarios, las gramáticas, las clases de gramática y expresiones como No se dice así / ¿Qué quiere decir? / Está mal dicho. Según Jacobson, la lógica moderna ha establecido una distinción entre dos niveles del lenguaje:
■	El lenguaje-objeto: habla de las cosas (desde las de la vida cotidiana hasta las científicas).
	■	El metalenguaje: habla del lenguaje mismo.
Según las funciones del lenguaje explicadas, los sintagmas adjuntivos pueden clasificarse en:
· Adjuntos referenciales:
1 Sirven a la función referencial del lenguaje.
	○	Ocupan normalmente la parte más extensa del mensaje.
○	Si se prescinde de los demás adjuntos, el referencial mantiene su contenido sin modificarlo:
	■	‘Ella -me lo dijo Juan- trabaja y estudia’.
· Adjuntos correferenciales:
1 Son expresiones parentéticas referenciales que se intercalan en la oración sin cumplir en ella ninguna función nuclear.
	○	El tema lo constituye el resto del enunciado o una parte del mismo.
	○	Es una secuencia que hace referencia al adjunto referencial mismo:
■ ‘Ella -me lo dijo Juan- trabaja y estudia’ ➢ Adjuntos metalingüísticos:
	○	Son construcciones que se refieren a la lengua misma:
■ ‘¡Uf, hay muchas construcciones impersonales en este texto!’ ➢ Adjuntos expresivos:
○	Pertenecen a la clase de palabra interjección o se trata de una expresión equivalente.
	○	Cualquier enunciado con interjección forma sintagma adjuntivo:
■	‘¡Uy, se me escapó!’ 
➢ Adjuntos impresivos o exhortativos:
○	Muchas veces se manifiestan como vocativos → son sustantivos que nombran a la segunda persona gramatical con la intención de llamarla.
○	Pueden aparecer también adjuntos interrogativos o exhortativos cuya función es dirigir la conducta del interlocutor a una respuesta:
■ ‘Oíd, mortales, el grito sagrado / Chicos, ¿dónde están las llaves?’ 
➢ Adjuntos fáticos:
○	Son expresiones mediante las cuales el hablante intenta establecer, mantener o restablecer el normal funcionamiento del contacto establecido entre el oyente y el hablante:
■	‘Bueno, me lo cuentas luego / Hola, ¿está Lucy?’. 17.3.1 - Las interjecciones y las locuciones interjectivas
Interjección:
· Una de las clases de palabras tradicionales reconocida por los gramáticos latinos como la octava clase.
· Proviene del latín interiectio derivado de inter «entre» y iacere «echar» → alude al fenómeno de que las interjecciones se insertan en la oración generalmente, sin subordinación y en relación sintáctica de adjunción.
· Son palabras o locuciones lingüísticas que desde un punto de vista semántico expresan impresiones súbitas y sentimientos.
◆ Sirven para apelar al interlocutor o como fórmula de saludo, despedida o conformidad:
· ¡Alto! (orden enérgica)
· ¡Bueno, hasta mañana! (comienzo o finalización de comunicación, fórmula de despedida)
· ¡Hola! (fórmula de saludo informal)
◆ Son gestos lingüísticos que brotan naturalmente frente a un fenómeno:
· (17.2) ¡Ay, me pinché! (dolor)
· ¡Pucha..., se fue! (desaliento)
· -¡Ah!... ¡Oh! ... ¡Bah! ¡Bah! (Rubén Darío, Azul) (ah, sorpresa; oh, admiración, y bah, indiferencia, desdén o menosprecio)
· ¡Minga que se lo va a dar! (oposición rotunda)
· ¡Otro que cayó en el vicio! ¡En fin! (resignación forzosa tras la exposición de algo)
· ¡Eh! (llamado, desprecio, reprensión o advertencia)
◆ No pueden ser consideradas voces naturales → presentan diferencias notables de una lengua a otra o, incluso, dentro de una misma lengua.
◆ Por sí solas, desempeñan una función expresiva, apelativa o fática y habitualmente constituyen actos de habla expresivos o directivos que muchas veces acompañan a verbos en modo imperativo:
· ¡Epa, tengan cuidado! (función expresiva y apelativa, acto directivo)
· ¡Sh, cállense! (función expresiva y apelativa, acto directivo)
· ¡Hola!, ¿está Juan? (función fática y apelativa, acto directivo)
· ¡Eh, oiga! (función fática y apelativa, acto apelativo-expresivo)
· ¡Uf, qué macana! (función expresiva, acto expresivo)
◆ Aparecen en oraciones exclamativas sean enunciativas, apelativas, expresivas, fáticas, metalingüísticas o poéticas.
· ¡Eh, en esta casa, no hay un sacacorchos! (enunciativa exclamativa)
· ¡Ojo, las puertas se van a golpear con este viento! (apelativa exclamativa)
· ¡Ole, que está resfriado! (expresiva exclamativa)
· Bueno, ¡aleluya! (fática, expresiva exclamativa)
· ¡Mm, la interjección parece no pertenecer a las grandes clases de palabras! (metalingüística exclamativa)
· ¡Hurra, la soledad ha preguntado a cada instante por nosotros!
(poética exclamativa)
◆ Aparecen seguidas de expresiones que desarrollan el mismo valor semántico que se le atribuye a la interjección:
· (17.5) ¡Uy, qué despiste!
· ¡Bah, qué pavada!
· ¡Uf, qué calor!
◆ Se usan interjecciones concatenadas sin mantener el mismo valor semántico:
· (17.7) ¡Ah, la pucha! (sorpresa y cuidado o contrariedad)
· ¡Puaj, claro! (repulsión y aceptación)
◆ Se emplean también duplicadas o iteradas para adquirir valores significativos especiales.
◆ Es frecuente, también, encontrar la combinación de una interjección y de un vocativo → nombres, pronombres o grupos nominales que seusan para llamar a las personas o los animales:
· (17.6) ¡Caramba, Juan, me has defraudado!
· ¡Ay, mijita!
· ¡Eh, usted!
· ¡Oh, hermanito!
◆ Se caracterizan por pautas tonales y acentuales que pueden modificar su significado:
¡Ah! puede significar pena, admiración, aceptación o sorpresa según sea su entonación.
◆ Las onomatopeyas no son consideradas interjecciones, porque imitan sonidos en forma verbal (¡crac!, ¡zas!, mu, miau, bee, blablablá, tictac, bang, ja...ja...ja, din don), pero no expresan emociones, impresiones o sensaciones como las interjecciones.
17.3.2 - Funciones sintácticas de las interjecciones
Sintácticamente, las interjecciones pueden formar por sí mismas una oración o funcionar como un constituyente suboracional a modo de adjunto expresivo.
La interjección funciona como núcleo de una oración unimembre que realiza un acto de habla compromisivo de advertencia.
Se trata de una oración compleja, porque no se puede iniciar la segmentación en sujeto y predicado por presentar una interjección que expresa disculpas frente a una acción de agresión involuntaria.
En este contexto la interjección funciona como adjunto 1 expresivo respecto del otro segmento que funciona como adjunto 2 apelativo.
Puede suceder que una interjección o locución interjectiva sea complemento del verbo.
En la figura anterior la interjección funciona como sustantivo, por lo que puede aparecer con determinantes, adjetivos y otros modificadores nominales:
· Me contestó un shhh malhumorado.
· Se trata de un boom económico.
· Se produjo un crac financiero insospechado.
· El guau que ni siquiera pudo balbucir se ahogó en las penumbras.
Pueden aparecer en estructuras internas recursivas a modo de estilo directo → forman proposiciones o cláusulas unimembres o cláusulas subordinadas constituidas por adjuntos:
		
		
17.3.3 - Clasificación
Se clasifican según dos criterios: la constitución morfológica y su significado.
Estructura morfológica: se clasifican en dos grupos:
· Simples o propias:
◆ Se componen de una única palabra comprendida entre signos de admiración o de interrogación.
◆ Son interjecciones simples o propias epa, ah, eh, oh, olé, uy…
· ¡Ah! sirve para expresar asombro, comprensión de lo oído, sorpresa, placer.
· ¡Ay! se usa para expresar dolor.
· ¡Bah! sirve para manifestar desprecio, desinterés.
· ¡Guay! se usa para expresar advertencia, amenaza o fascinación-admiración.
· ¡Eh! sirve para expresar rechazo, desaprobación de lo excesivo, sorpresa.
· ¿Eh? es una forma interrogativa que expresa duda de haber comprendido lo oído o una solicitud de que se repita algo que no fue atentamente escuchado y también se emplea en el contexto de un discurso, como una suerte de consulta acerca de si se ha comprendido lo expresado o si se está de acuerdo con ello.
· ¡Ey! expresa llamado de atención o saludo.
· ¡Hola! sirve para expresar bienvenida, saludo, satisfacción por el encuentro con la persona a quien es dirigido.
· ¡Uy! sirve para expresar asombro, sorpresa por algo insólito.
· ¡Oh! sirve para expresar asombro, admiración.
· ¡Puaj! se usa para expresar asco, fuerte desagrado.
· ¡Shhhh! o ¡Chito!, para pedir silencio.
· Complejas, derivadas o impropias:
◆ Se forman a partir de formas nominales (cuidado, gracias, cielos, lástima, ojo), verbales (vaya, viva), adverbiales (fuera) o adjetivales (bravo).
◆ Se llaman impropias porque no son interjecciones idiomáticamente originarias, sino sustantivos, verbos o adverbios, que ocasionalmente, gramaticalizados, son empleados como interjecciones, por su significación usual:
· ¡Socorro! / ¡Diablos! / ¡Rayos y centellas!
◆ También se consideran complejas las locuciones interjectivas: Son expresiones formadas por varias palabras pero que equivalen a una interjección y que, por lo tanto, constituyen una sola pieza léxica o lexía.
· 17.11) ¡Dios mío! (sorpresa, horror, impotencia
· ¡Qué le vamos a hacer! (aceptación)
· ¡En fin! (aceptación)
· ¡Por fin! (alegría o satisfacción ante lo que sucede cuando ha tardado en llegar)
· ¡Por estas! (juramento)
· ¡Cualquier día! (nunca jamás).
Desde el punto de vista semántico se pueden clasificar en dos grandes clases:
· Apelativas, directivas u orientadas al oyente: Se dirigen a algún destinatario con la intención de moverlo a la acción o de despertar en él sentimientos o actitudes diversas.
	■ ¡Hombre! / ¡Adiós! / ¡Eh! / ¡Ps! / ¡Ch!
· Expresivas, sintomáticas u orientadas al hablante: 
■ ¡Mm! (proceso de pensar) 
■ ¡Ah, ya sé!
■	¡Ah, ah, ahora entiendo! (caer en la cuenta de algo)
	■	¡Ah, bueno! (aceptación)
	■	¡Ah, qué lástima! (contrariedad)
	■	¡Uy! ¡Cuidado! (temor)
	■	¡Listo el pollo! (dar por terminado)
	■	¡Chau pinela! (listo, final expeditivo)
El límite entre las interjecciones y las onomatopeyas resulta impreciso cuando las onomatopeyas designan sonidos humanos → no existe contradicción en que una voz designe un sonido o movimiento y exprese, a la vez, una reacción afectiva o una respuesta emocional:
· Se echó a reír. ¿Locos de amor? ¡Ja ja! ¡Je je! ¡Ji!
· Viviana hizo tch tch tch con su boca fruncida en falsa congoja y diversión real.

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