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_Amorim Neto

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Amorim Neto, ‘‘Cálculo presidencial: diseño ejecutivo de políticas y designación de gabinetes en 
las américas’’ 
Gran parte de la literatura académica sobre el presidencialismo se basó en si puede sobrevivir o 
no como sistema democrático. Pero en un contexto donde la posibilidad de una ruptura de 
régimen es menor, conviene analizar otras áreas del desempeño democrático en el 
presidencialismo. 
Las designaciones de ministros en el gabinete presidencial son de gran importancia para las 
relaciones ejecutivo-legislativo, aún cuando los ministros solo rindan cuentas al presidente, ya 
que pueden jugar un papel clave como mediadores o comunicadores entre las dos ramas del 
gobierno. El poder de remover y elegir ministros (prevaleciente en los regímenes presidenciales) 
hace que, en el presidencialismo, el gabinete sea una decisión privada del presidente, y muestran 
de cierta manera los objetivos que se plantea. 
Supongamos que un presidente quiere alcanzar una determinada meta política G. El presidente 
puede alcanzar esta política mediante ley en el congreso (S) o mediante decreto u orden ejecutiva 
(X). Calcularemos cuando le conviene a un presidente hacer S o X: 
Recordemos que hay tres resultados entonces: el presidente lleva a cabo G por vía legislativa, 
por vía ejecutiva, o no lleva a cabo G. Cada uno de los tres resultados produce una ganancia 
diferente de utilidad del presidente (EU). Para mayor claridad, vamos a suponer que en el caso 
de conservar el statu quo, EU=0. Las siguientes ecuaciones representan la utilidad del presidente 
cuando decide entre X y S: 
EU(S)= PsUs – Cs 
Dónde Ps es la probabilidad de que el presidente logre implementar G mediante S, Us el 
incremento de utilidad que recibe por implementar G mediante S, y Cs el costo que implica 
implementar G mediante S. 
EU(X)= PxUx – Cx 
Que es el mismo tipo de cálculo solo que para X. 
Por lo tanto un presidente va a mandar G al congreso cuando EU(S)>EU(X) y va a utilizar su 
poder de decreto cuando EU(X)>EU(S). Si EU(S) = EU(X) entonces el presidente es indiferente 
ante X y S. 
El valor de las leyes y las prerrogativas ejecutivas: U 
Si Us y Ux estuvieran ligadas solamente con las utilidades directas en términos de políticas y, 
teniendo en cuenta que se trata al fin y al cabo de la misma política G, Us y Ux serían definidas 
por la expectativa de vida de la política (ya que normalmente se prefiere que las políticas sean 
duraderas). Cuando son leyes (S) se espera que estén vigentes por largo tiempo, mientras que 
cuando son decretos (X), pueden ser más fáciles de anular (por lo tanto, Us>Ux). Pero en el caso 
de una crisis que necesite de acción inmediata Ux aumenta ya que los decretos pueden afectar 
de inmediato el statu quo mientras que las leyes deben pasar por un lento proceso legislativo. 
Los costos de las leyes y las prerrogativas ejecutivas: C 
Las leyes suelen ser procesos políticos complicados, en los cuales se debe persuadir a 
legisladores mediante pagos laterales (side payments), los cuales se convierten en costos que 
el presidente debe asumir (Cs). Ahora, si bien los decretos presidenciales son completamente 
aceptables en ciertas situaciones, hay otras en las cuales se puede sospechar que el presidente 
se está excediendo en su poder y en algunos casos hasta puede resultar que la legislatura o el 
poder judicial anulen ese decreto. Dependiendo en esa aceptabilidad se pueden calcular los 
costos de implementar G mediante decreto (Cx). 
La probabilidad de implementar G mediante leyes y prerrogativas ejecutivas: 
Tiene sentido pensar que Px>Ps ya que los decretos no dependen en la aprobación de la 
asamblea. También se considera que X implica menos tiempo de espera para aprobar G. 
En resumen: se buscará S si: 
a. El valor de la implementación legislativa de G aumenta (↑Us). 
b. La probabilidad de éxito del intento de implementar G por ley crece (↑Ps). 
c. El costo de lograr una ley se reduce (↓Cs). 
d. El valor de la implementación mediante decreto de G disminuye (↓Ux). 
e. La probabilidad de la implementación mediante decreto disminuye (↓Px). 
f. El costo de utilizar las prerrogativas ejecutivas crece (↑Cx). 
Así volvemos a los factores que determinan Us, Ux, Ps, Px, Cs y Cx: 
Cuanto más extenso el poder de vote de un presidente, mayor Ux, ya que puede vetar leyes que 
busquen anular su decreto. También aumenta Px. 
Cuanto más cerca del inicio de su mandato, más Us ya que el presidente tiene tiempo para aplicar 
sus políticas. Cuando se acerca el fin de su mandato, Ux aumenta ya que el presidente puede 
implementar decretos más rápidamente. 
Cuanto más grande el bloque legislativo afín al presidente, mayor Ps, ya que es más posible que 
sus partidarios voten en favor de su ley. 
Cuanta mayor indisciplina partidaria, mayor Px, ya que una asamblea indisciplinada tiene 
mayores problemas para la acción colectiva y por lo tanto se dificulta anular los decretos 
presidenciales. 
Cuanto más radical el presidente (sea hacia la izquierda o la derecha), menos Ps. Esto es gracias 
a que las preferencias del presidente son diferentes a las de la legislatura. 
Cuanta más elevada la fragmentación legislativa, mayor será Cs (ya que al haber más partidos 
el presidente debe hacer más pagos laterales). También implica que el partido del presidente es 
más pequeño por lo tanto menor Ps. 
Cuando el país atraviesa una crisis (léase: coronavirus), Cx disminuye ya que el uso de decretos 
se vuelve más aceptable. 
Ahora, una vez que el presidente ya eligió entre S y X, ¿cuál es la mejor manera de implementar 
su política tácticamente? Ahí entran las designaciones del gabinete. Las designaciones deben 
verse como un modo de maximizar la facultad de implementación de políticas del presidente. Si 
el presidente va a optar por utilizar S, entonces su gabinete va a estar conformado por cuadros 
partidarios que respondan a los intereses de la legislatura; pero si el presidente planea utilizar X, 
entonces su gabinete incluirá a más tecnócratas, amigos y otras personas que pueden brindar 
expertise o incluso relacionarse con grupos de interés (extraparlamentarios). 
Como los presidentes no dependen de la confianza de la asamblea (al contrario de los Primer 
Ministros), no es necesario que la conformación de su gabinete sea proporcional a la asamblea. 
Se puede considerar entonces a un gabinete proporcional a la asamblea como una indicación de 
que el presidente implementará sus políticas mediante leyes, lo contrario como una indicación 
de que lo hará mediante decretos. 
[Ahora viene un análisis econométrico que básicamente confirma lo que planteó más arriba. No 
lo incluyo porque honestamente no lo entendí después de leerlo varias veces y porque no creo 
que es lo que Negri quiere que extraigamos del texto]. 
Si aumenta la posibilidad de aprobar leyes, los partidos presidenciales alientan al presidente a 
designar gabinetes de mayoría (parlamentaria). Por otro lado, los presidentes con posiciones 
extremas ven disminuir la posibilidad de aprobar leyes, por lo que es más común que designen 
gabinetes minoritarios. Las crisis por su parte favorecen los gobiernos de minoría ya que hacen 
más aceptable el uso de las prerrogativas presidenciales en lugar de leyes. 
Las facultades legislativas amplias no debilitan la voluntad del presidente por la sanción de leyes 
y de asegurarse mayorías nominales en el congreso, sino que tienta a jefes de gobierno, 
particularmente a aquellos con posiciones extremas a ‘‘despartidarizar’’ sus gabinetes o asignar 
sus carteras de forma menos proporcional. Esto tiene consecuencias sobre la gobernabilidad, ya 
que un presidente con un gabinete más partidario (parlamentario) contribuye a la estabilidad del 
gobierno, incluso aunque disminuya la capacidad estatal. 
Entonces si un presidente tiene preferencias políticas de centro y una importante cantidad de 
bancas legislativas, se puede esperar queelija implementar sus políticas mediante leyes y tenga 
por lo tanto un gabinete partidario. 
Pero si el presidente tiene la alternativa constitucional de emitir decretos y tienen poder de veto, 
se ven tentados a designar en su gabinete a tecnócratas y amigos. Y si bien tal designación 
ministerial puede ser beneficiosa a corto plazo para el gobierno, en el largo plazo ese patrón de 
elección ministerial puede alienar peligrosamente a los partidos y a la legislatura, lo cual es un 
riesgo para la estabilidad política. 
Entonces los regímenes en los cuales el presidente está dotado de prerrogativas ejecutivas 
limitadas, y en los cuales el sistema de partidos es compacto, generan incentivos más fuertes 
para la cooperación entre el legislativo y el ejecutivo. 
Por último, comparando a los regímenes presidenciales con los parlamentarios, se puede decir 
que los sistemas parlamentarios tienden muchísimo más hacia la representación de los partidos 
en el gabinete.

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