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Infraestructura escolar en México: brechas traslapadas, esfuerzos y límites de la política pública La implementación de una infraestructura óptima está garantizada por la constitución, la cual determina que el estado debe proveer materiales, infraestructura y organización educativa que cubra las necesidades de los alumnos, con el fin de garantizar el cumplimiento del artículo no. 3ro de la Constitución Mexicana. Además la Ley General de Educación en sus artículos tercero y décimo establece que la infraestructura es parte del sistema educativo y por lo tanto se deben incluir condiciones adecuadas que ayuden a ofrecer una educación de calidad. Finalmente el artículo 57 de la Ley General de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes específica que los recursos destinados a la infraestructura deben ser suficientes y adecuados, a su vez las autoridades locales deben de garantizar el cumplimiento de esta ley. Una infraestructura adecuada impacta varios aspectos de los estudiantes e incluso puede llegar a beneficiarlos a nivel psicológico esto debido a que se genera una sensación de bienestar que cambia sus actitudes de positivamente frente al aprendizaje. Una infraestructura mal desarrollada o inadecuada se puede dividir en dos aspectos: básica o sin valor curricular y curricular. La infraestructura básica incluye salones, sillas, pizarrones, etc. Por otro lado, la infraestructura curricular abarca objetos necesarios para el desarrollo de habilidades y la enseñanza de las tecnologías de la información: computadoras, proyectores, bibliotecas etc. Al implementar ambos tipos de infraestructuras se garantiza que alumnos y docentes obtengan un factor motivacional que influye en el aprendizaje y la participación de ambas partes (docentes y alumnos). A pesar de todo lo indicado las brechas existentes nos hablan de un gobierno sordo que ignora las necesidades y carencias de los estudiantes indígenas. Por enumerar algunas: -El porcentaje de escuelas en comunidades indígenas con sanitarios ronda de 31 a 56 por ciento, en contraste un 93% las escuelas de zonas urbanas cuenta con sanitarios. -La disponibilidad de agua cuenta con 24.8 puntos de diferencia porcentual entre escuelas comunitarias y privadas, en cuanto a el servicio de electricidad hay una diferencia de 41.1%. -Solo el 54% de escuelas indígenas multigrado cuenta con el mínimo de muebles necesarios para que los alumnos puedan escribir y tengan un asiento. Mientras que las escuelas privadas cubren esta necesidad en su totalidad. Entre los programas de infraestructura más importantes se hacen presentes problemas en tres áreas: diseño, implementación y resultados. El diseño de estos programas no define con claridad la población a ser atendida y no cuenta con la información mínima requerida para su creación ya que no toma en cuenta las carencias específicas a cubrir en cada escuela y no establece lineamientos que permitan destinar la cantidad adecuada de recursos. La implementación se ve afectada por constantes retrasos monetarios debido a la falta de reglas de operación, esto permite que estos recursos caigan en bolsillos de funcionarios y políticos lo cual a su vez refuerza que la marcha de las obras sea lenta. Por si fuera poco los resultados entregados señalan una infraestructura de mala calidad e incompleta que es producto de un diseño deficiente, falta de interés por parte de las autoridades e instituciones y recursos insuficientes. La mayoría de programas que el gobierno ha generado para mejorar la infraestructura de escuelas comunitarias, indígenas multigrado y rurales termina de una forma u otra careciendo en todas estas áreas. Esto impide que las brechas sean cerradas y que no se logre un cambio considerable que impacte positivamente a las escuelas en comunidades indígenas. Referencias -Perfiles Educativos vol. XL, núm. 161, 2018, IISUE-UNAM Francisco Miranda López | Infraestructura escolar en México: brechas traslapadas, esfuerzos y límites de la política.
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