Manuscritos reales

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Miranda, M.; Espada D. (2011). Royal Manuscripts: The Genius of Illumination. Medievalista. Nº13. Recuperado de http://www2.fcsh.unl.pt/iem/1307.html.
Manuscritos reales
El estudio de los antecedentes de la denominada Antigua Biblioteca Real se enmarca en una lógica expositiva que ha sido adoptada por las principales instituciones europeas que atesoran importantes conjuntos de manuscritos iluminados. Esta iniciativa fue apoyada por un equipo de investigadores, quienes, al revisar el fondo, buscaron crear nuevas relaciones entre los manuscritos, comprender su producción y fruición a lo largo de la historia y su presencia en el contexto de la colección. 
El catálogo, estructurado de forma muy clara y eficaz, presenta dos breves introducciones que contextualizan y aclaran la metodología del proyecto, siguen tres ensayos, resultado de los tres años de investigación que sirvieron de base para la preparación del evento, explorando las cuestiones esenciales de la investigación. El primero, de John Lowden, analiza las diversas posibilidades de vincular los manuscritos a la familia real inglesa, justificando su presencia en el contexto de la colección, así como la forma en que cada uno de estos códices, a lo largo de su existencia, se relacionó con la casa real. 
El segundo ensayo, de Scot McKendrick (responsable del departamento de Historia de la Biblioteca Británica), destaca, por un lado, las fuertes relaciones históricas y geográficas que unieron a Inglaterra y la Europa continental durante siglos y, por otro lado, la herencia cultural y la influencia que la producción de manuscritos continentales tuvo en el gusto de la monarquía inglesa, concretamente a través de la influencia del duque de Berry (hermano del rey de Inglaterra, Enrique V) y Eduardo IV. Kathleen Doyle, en el tercer ensayo, hace una aproximación cronológica a la historia de la Old Royal Library, recorriendo la historia de la colección. 
Finalmente, las 154 entradas del propio catálogo, organizadas según las seis secciones de la muestra y compuesta por 46 manuscritos fechados entre los siglos VIII y XVI, pone de relieve la relación entre los miembros de la casa real y la iglesia, testimoniando la centralidad de la religión cristiana en la vida de la corte inglesa. 
La suntuosidad de estos códices pretendía, por un lado, resaltar la riqueza y el estatus de su patrón, y por otro, el deseo de glorificar a Dios, eterno Rey de los cielos, legitimando así el poder del monarca. Este núcleo comprende Salterios (profusamente iluminados), Biblias, Evangelios, Libros de Horas, constituyendo un variado conjunto de textos devocionales más ligados al ámbito privado (por ejemplo, el rollo de oración de Enrique VIII – cat. 44), pero también textos devocionales de uso monástico y otros destinados a regular las relaciones entre el poder real y la Iglesia, como los registros y cartas reales (cat. 36 y 5) o la escritura cuatripartita entre Enrique VII y el abad de Westminster, John Islip (cat. 41). 
El segundo, Edward IV: Founder of the Old Royal Library, se centra específicamente en la relación de los monarcas ingleses con los libros, integrando un conjunto de 16 manuscritos de los Países Bajos, adquiridos por Eduardo IV en la segunda mitad de su reinado (1461-70 y 1471-83). La relación de este monarca con los manuscritos flamencos, basada en los fuertes lazos que lo unieron a esta región durante su exilio, conforma el cuerpo principal de la primera biblioteca real inglesa permanente. El tercer núcleo, Cómo ser rey: obras de instrucción y consejo, está compuesto por 25 manuscritos, entre los siglos XIII y XVI, considerados esenciales para la formación de los jóvenes príncipes, entre los que se incluye una copia de la primera mitad del siglo XIV, del célebre texto Secretum secretorum, del Pseudo-Aristóteles (Cat. 63). Los valores cristianos, las virtudes de la conducta caballeresca y el conocimiento de la historia y de los héroes antiguos formaban un conjunto de conocimientos indispensables para la formación del futuro monarca.
Además de la reproducción en color de al menos uno de los folios, fecha, tamaño, tamaño y procedencia, el catálogo también proporciona una breve descripción que da una visión general del manuscrito, que es, en nuestra opinión, un excelente ejemplo de un trabajo de divulgación al servicio de una amplia audiencia. Escritos de forma muy clara, en un lenguaje accesible a un público menos especializado, sintetizan la esencia de cada manuscrito, revelando la existencia de un estudio en profundidad del códice. Se puede encontrar una descripción codicológica detallada, así como un conjunto más extenso de reproducciones, en el sitio web de la Biblioteca Británica. 
Al final del catálogo se encuentra disponible una bibliografía general ampliada y actualizada, así como una bibliografía específica para cada manuscrito. Este es, pues, uno de los catálogos que aparecerán como testimonio de las exposiciones sobre manuscritos iluminados que han dado a conocer en los últimos tiempos una de las manifestaciones artísticas más creativas y originales de la Edad Media, aunando, por excelencia, arte e historia. 
Las imágenes son tratadas aquí como objeto artístico y fuente de conocimiento; un aporte fundamental en la construcción de la Historia de Inglaterra, sus monarcas y respectivo contexto europeo. Se optó por la opción, como viene siendo habitual en las grandes exposiciones, de utilizar casi exclusivamente manuscritos de la propia institución. A pesar de ello, se incluyeron manuscritos desplazados de otras instituciones inglesas, cuya presencia se justificaba en el contexto de la exposición. Subraya una vez más, en el ámbito de este proyecto, la excelencia de la colaboración entre las distintas instituciones que supieron aunar esfuerzos, combinando la labor de investigación con la de difusión del patrimonio iluminado, en una dinámica que pretendía llegar a diferentes públicos, recalificando un período en el que la creación artística se puso al servicio del libro.