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Dr. Fernando D. Saraví 
 
Desde su comienzo unicelular con el huevo o 
zigoto, la vida humana atraviesa una serie de 
etapas que incluyen: 
 
• Huevo 
• Embrión 
• Feto 
• Lactante (hasta los 2 años) 
• Niño (hasta los 9 a 12 años) 
• Púber (hasta los 14 a 16 años) 
• Adolescente (hasta los 19 años) 
• Adulto joven (hasta los 40 años) 
• Adulto medio (hasta los 64 años) 
• Adulto mayor 
 
Aunque la mayor parte de las veces los 
cursos y textos de fisiología se refieren al 
funcionamiento normal del adulto joven, es 
necesario tener en cuenta las transiciones que 
llevan del estado infantil a la condición de adulto 
joven y de éste al envejecimiento. 
 En este capítulo se tratará de la pubertad, 
que es la época de la vida en que se produce la 
maduración biológica del aparato reproductivo y 
por tanto aparece la capacidad de procrear. Sin 
embargo, los cambios en la pubertad no se limitan 
a la esfera de la biología reproductiva, sino que 
incluyen cambios somáticos, psicológicos y 
sociales. 
 
DESARROLLO SOMÁTICO PUBERAL 
Como se vio en el capítulo sobre crecimiento, en 
la pubertad se produce un incremento de la talla 
de entre 20 y 30 cm (mayor en los varones), que 
involucra un aumento notable de la tasa de 
crecimiento o “estirón” puberal (Fig. 1). 
 El crecimiento somático y genital es 
ocasionado principalmente por la somatotropina 
(GH), el factor símil insulina 1 (IGF-1) y los 
esteroides sexuales. La somatotrofina produce un 
estado fisiológico de relativa resistencia a la 
insulina. 
Además del aumento de talla, hay 
cambios en la estructura ósea, la musculatura y la 
distribución y cantidad de tejido adiposo. 
El esqueleto femenino desarrollado es 
típicamente más liviano, con una cintura escapular 
menor y una cintura pélvica proporcionalmente 
mayor. Otra característica del esqueleto femenino 
es la mayor angulación entre el brazo y el 
antebrazo, más notable cuando el miembro 
superior está extendido y en supinación. En el 
varón, es notable el mayor desarrollo de la cintura 
escapular, que ensancha los hombros. 
La estructura ósea de la cara femenina 
tiende a conservar características infantiles 
(fenómeno llamado neotenia). En el varón se 
desarrollan más los arcos superciliares y el 
maxilar inferior, dando al rostro un aspecto más 
anguloso. 
La longitud de los miembros inferiores es 
similar en la mujer y el varón, pero el torso del 
varón es más largo y explica la mayor parte de la 
diferencia de talla entre los sexos. 
La masa magra (principalmente músculo) 
se desarrolla más en el varón. En término medio, 
el varón adulto tiene el doble de fibras musculares 
y casi 50 % más masa muscular que la mujer. El 
engrosamiento de las cuerdas vocales causa el 
cambio de la voz en el varón. 
Los estrógenos promueven la deposición 
de un panículo adiposo de mayor espesor, y la 
deposición de grasa en las nalgas, caderas, muslos 
y mamas. A pesar de su menor tamaño corporal, 
una joven normal tiene una masa grasa 15 % 
mayor que un varón. 
Los estrógenos estimulan el desarrollo de 
los órganos reproductores y los caracteres 
sexuales secundarios femeninos. El desarrollo de 
la glándula mamaria requiere de estrógenos para 
el crecimiento del sistema ductal y de 
progesterona para la proliferación de los lóbulos y 
acinos secretores. La progesterona participa 
sinérgicamente con los estrógenos en el 
crecimiento vaginal y uterino y es indispensable 
para el desarrollo del endometrio y de su 
capacidad secretoria cíclica. 
Fisiología de la pubertad 
Fig. 1: Tasa de crecimiento (sombreada en 
colores) y cambios en la talla con la edad. 
Posgrado-00
Sello
Fisiología de la pubertad 
Dr. Fernando D. Saraví 
2
En el varón, el desarrollo de los órganos 
sexuales internos y externos es estimulado por los 
andrógenos (principalmente testosterona). 
Los estrógenos promueven la mayor 
suavidad y tersura de la piel femenina. Por su 
parte, los andrógenos de origen gonadal (y en 
menor medida adrenal) son responsables de 
promover el desarrollo del vello pubiano y axilar 
en ambos sexos. Los andrógenos también 
aumentan la grasitud de la piel y facilitan el 
desarrollo de acné, tan común en púberes y 
adolescentes. 
 
MADURACIÓN SEXUAL 
Generalmente, la maduración sexual se produce 
en la mujer entre los 9 y 13 años, y en el varón 
entre los 11 y 14 años. No obstante, se considera 
normal un rango entre 8 y 15 años para la mujer y 
de 9 a 16 años para el varón. 
Las etapas del desarrollo sexual puberal 
fueron descritas por James M. Tanner en la 
década de 1950. La clasificación de Tanner 
continúa en uso hasta hoy, y se basa en el 
desarrollo mamario en la mujer, el desarrollo de 
los genitales externos y los testículos en el varón, 
y el desarrollo del vello pubiano en ambos sexos. 
 El desarrollo de la mama se denomina 
telarca, el de los testículos gonarca y el del vello 
pubiano pubarca (el sufijo “arca” viene del 
griego arjé = principio). Cada aspecto se nombra 
con letras: B (de breast, mama), G de gónada y 
PH (de pubic hair, vello pubiano). Las etapas de 
B, G y PH se designan con números arábigos de 1 
a 5, donde el 1 indica el estado infantil y 5 el 
desarrollo adulto. 
 
Estadios de Tanner en la mujer 
Los estadios B y PH se ilustran en la Fig. 2. 
B1, y PH1 corresponden al estado infantil. 
• B2: indica la aparición del botón 
mamario, generalmente el primer signo 
de la pubertad femenina. 
• B3: Hay un crecimiento de la mama y la 
areola en el mismo plano 
• B4: El pezón y areola se elevan por sobre 
la superficie de la mama. 
• B5: Corresponde a la mama típica de la 
mujer adulta. 
• PH2: Indica vello pubiano escaso y lacio 
• PH3: Vello pubiano escaso, pero oscuro y 
rizado 
• PH4: Mayor abundancia del vello 
pubiano. 
• PH5: El vello se extiende a la cara interna 
de los muslos. 
Debe notarse, sin embargo, que hay mujeres 
adultas normales que permanecen en B4 y PH4. 
La primera menstruación, o menarca, se 
produce habitualmente en el estadio B3/PH3. 
 
Estadios de Tanner en el varón 
Se ilustran en la Fig. 3. Las etapas G1 y PH1 
corresponden al estado infantil. 
 
• 
• 
 
Fig. 2: Estadios de Tanner en la mujer. 
De www.endotext.org 
Fig. 3: Estadios de Tanner en el varón. 
De www.endotext.org 
Fisiología de la pubertad 
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• G2: El testículo alcanza 2.5 cm de 
diámetro mayor, lo cual corresponde a un 
volumen de 4 cm3. Este es generalmente 
el primer signo del inicio de la pubertad 
en el varón. El aumento del tamaño 
testicular se acompaña de adelgazamiento 
de la piel del escroto 
• G3: Se produce un crecimiento del pene 
en longitud, mientras continúa el aumento 
del volumen testicular. 
• G4: El pene continúa creciendo en 
longitud pero también aumenta su 
circunferencia. Aparece pigmentación del 
pene y del escroto. 
• PH2: Aparición de vello lacio y escaso. 
• PH3: El vello sigue siendo escaso, pero 
se torna rizado y oscuro 
• PH4: El vello se torna más abundante. 
• G5/PH5: Corresponde al desarrollo 
peniano, escrotal, testicular y del vello 
propios del varón adulto. El pene fláccido 
alcanza una longitud media de 10 cm y 
una circunferencia de 9.5 cm. Los valores 
medios del pene erecto son de 15 cm de 
longitud y 12 cm de circunferencia. El 
volumen testicular alcanza una media de 
12 cm3 (tres veces más que al inicio de la 
pubertad). 
En la Fig. 4 se ilustra la cronología de los 
cambios puberales en ambos sexos. 
 
 
EJE HIPOTÁLAMICO-HIPOFISIARIO-GONADAL 
El aumento de la secreción de esteroides sexuales 
se debe a cambios en la regulación del eje 
hipotalámico-hipofisiario-gonadal (HHG). 
Durante la niñez la secreción de gonadotropinas 
es baja debido a que los esteroides sexuales, que 
circulan en baja concentración, ejercen un intenso 
efecto de retroalimentación sobre la secreción 
hipotalámica de GnRH (gonadoliberina); Fig. 5 
El primer cambio puberal en la secreción 
de gonadotropinas (LH y FSH) es un aumento de 
la secreción nocturna, mientras que los nivelesplasmáticos permanecen bajos durante el día (Fig. 
6). La pubertad avanzada se caracteriza por picos 
de gran amplitud nocturnos y diurnos. En el 
Fig. 4: Cronología de los cambios puberales en ambos sexos. Las barras indican el 
rango normal de edades para cada etapa. 
Fisiología de la pubertad 
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adulto los picos nocturnos y diurnos se conservan, 
aunque con una amplitud menor. 
En el varón, la liberación cíclica de 
GnRH, y por tanto de gonadotropinas, se regula 
por retroalimentación negativa dependiente de la 
testosterona (Fig. 7 abajo). En la 
mujer la regulación es más 
compleja y depende de la etapa 
del ciclo menstrual (Fig. 7, 
arriba). Un nivel estable y 
relativamente bajo de estrógenos 
produce una retroalimentación 
negativa, mientras que un 
aumento rápido e intenso de los 
estrógenos plasmáticos dispara 
una retroalimentación positiva 
con intensa liberación de GnRH, 
la cual genera el pico de LH (y 
uno menor de FSH) que produce la ovulación. 
Luego de ésta, en el resto del ciclo se retorna a un 
control por retroalimentación negativa que 
depende principalmente de la progesterona 
secretada por el cuerpo lúteo. 
 
INICIO DE LA PUBERTAD 
Se desconoce exactamente qué inicia el desarrollo 
puberal. Se sabe que no se debe a un cambio en el 
número de neuronas secretoras de GnRH, ni de la 
capacidad intrínseca de la hipófisis para secretar 
gonadotropinas, ni de las gónadas para secretar 
esteroides, cuando son adecuadamente 
estimuladas. Además, las neuronas productoras de 
GnRH no expresan receptores para progesterona 
ni receptores estrogénicos (ER) tipo alfa. En 
cambio, sí expresan ER tipo beta, pero éstos no 
participan en el control de la secreción. 
 Estudios realizados en gemelos 
monocigóticos llevan a la conclusión de que los 
factores genéticos ejercen una influencia 
fundamental en determinar la edad de desarrollo 
puberal. Tanto en varones como en niñas, hubo 
una elevadísima correlación en el desarrollo 
puberal de las parejas de gemelos. No obstante, se 
considera que la herencia es poligénica y no se 
han identificado aún genes críticos o redes de 
genes que puedan determinar el tiempo de inicio 
de la pubertad. 
La hipótesis que actualmente se acepta es 
que el inicio de la pubertad depende de un “reloj” 
interno de desarrollo sobre el cual influyen 
Fig. 5: Cambios 
hormonales desde el 
estado prepuberal al 
adulto. De 
www.medscape.com 
Fig. 6: Cambios en el patrón de secreción 
de LH desde la niñez a la vida adulta. 
De www.medscape.com 
Fisiología de la pubertad 
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5
múltiples señales (Fig. 8). Se sabe que algunos 
neurotransmisores clásicos, como el glutamato 
(excitatorio) y el ácido gamma-aminobutírico ó 
GABA (inhibitorio) modulan la liberación de 
GnRH. La noradrenalina y el neuropéptido Y 
potencian el efecto excitatorio del glutamato. No 
obstante, estos sistemas no explican los cambios 
puberales ni el control por retroalimentación 
negativa y positiva ejercido por los esteroides 
sexuales. El reciente descubrimiento de un 
péptido neurotransmisor y su receptor ha 
permitido avanzar un paso en la cadena de 
acontecimientos iniciadores de la pubertad. 
 
Sistema kisspeptina-GPR54 
La kisspeptina (nombrada así por una famosa 
marca de chocolate de Hershey, la ciudad donde 
se descubrió) o metastina es un péptido de 54 
aminoácidos (con variantes más cortas) que se 
identifico como un factor inhibidor del desarrollo 
de metástasis en animales. 
La kisspeptina es codificada por el gen 
Kiss1, localizado en 1q32. La kisspeptina se 
localizó en neuronas de los núcleos hipotalámicos 
anteroventral paraventricular (AVPV) y arcuato 
(ARC), que proyectan sus axones hacia las 
neuronas secretoras de GnRH. 
A diferencia de las neuronas productoras 
de GnRH, las neuronas que secretan kisspeptina sí 
expresan receptores para andrógenos, 
progestágenos y ER tipo alfa, lo cual las hace 
sensibles a los esteroides sexuales. 
 El GRP54 (gen en 19p13.3) es un receptor 
acoplado a proteína G de función hasta hace poco 
desconocida, pero se demostró que en varias 
familias con hipogonadismo por falta de secreción 
de gonadotropinas de causa desconocida 
(hipogonadismo hipogonadotropo idiopático) 
existía una mutación inactivante en el GPR54. 
Se observó que las neuronas productoras 
de GnRH expresan abundante GPR54, y que la 
Fig. 7: Establecimiento del patrón 
secretorio femenino y masculino en el 
eje hipotálamico-hipofisiario-gonadal.
Fig. 8: Modelo que incluye los factores 
que influencian el inicio de la pubertad. 
Fisiología de la pubertad 
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6
kisspeptina es un potente estímulo para la 
liberación de GnRH. A su vez, las neuronas 
secretoras de kisspeptina en AVPV y ARC tienen 
receptores para esteroides sexuales. 
 Como corroboración de la importancia del 
sistema kisspeptina-GPR54 en el desarrollo 
puberal, se demostró una mutación que activaba 
constitutivamente el GPR54 en una paciente con 
pubertad precoz (Fig. 9). 
 
 
 
Kisspeptina e inicio de la pubertad 
La pubertad se iniciaría entonces por una 
reducción en la sensibilidad a los esteroides 
sexuales de las neuronas productoras de 
kisspeptina, que lleva a una mayor liberación de 
este péptido, con estimulación de la liberación de 
GnRH y un aumento de la concentración 
plasmática de gonadotropinas, que estimula el 
desarrollo gonadal. 
 Se desconocen las causas que producen el 
cambio de sensibilidad de las neuronas secretoras 
de kisspeptina, pero es probable que existan 
múltiples señales involucradas (Fig. 10). Uno de 
ellas es la iluminación la iluminación diurna, que 
promueve el inicio de la pubertad en algunas 
especies de mamíferos (hamster) pero tiene el 
efecto opuesto en otros (oveja). El efecto es 
mediado por el núcleo supraquiasmático del 
hipotálamo (regulador de los ciclos circadianos; 
ver SUEÑO Y VIGILIA). Es posible que las 
eferencias del núcleo supraquiasmático ejerzan un 
efecto activador directo, aunque no puede 
descartarse un efecto indirecto mediado por la 
secreción pineal de melatonina. Se desconoce la 
naturaleza exacta de este efecto en el ser humano, 
pero los cambios en los fotoperíodos producen 
alteraciones en el ciclo menstrual. 
 Otra señal que favorece el desarrollo 
puberal, al menos en las niñas, es la cantidad de 
grasa corporal o adiposidad. Una mayor masa 
adiposa implica mayores niveles de leptina, una 
hormona del tejido adiposo conocida por su 
acción anorexígena. Al parecer, la leptina tiene un 
efecto estimulante sobre el sistema de kisspeptina. 
 
Kisspeptina y ciclo ovárico 
Como se dijo, la kisspeptina se produce 
principalmente en los núcleos hipotalámicos 
AVPV y arcuato. Se sabe que el núcleo arcuato es 
importante en determinar la retroalimentación 
negativa de los esteroides sexuales sobre la 
secreción de GnRH. 
 Por el contrario, el núcleo AVPV tiene un 
papel importante en determinar la gran liberación 
de GnRH que produce el pico preovulatorio de 
gonadotropinas. 
 Aunque ambos núcleos tienen receptores 
para esteroides, la acción de éstos en el núcleo 
arcuato es inhibitoria, mientras que en el AVPV 
es estimulante. La retroalimentación positiva por 
esteroides sexuales posiblemente participa en 
determinar el desarrollo gonadal en ambos sexos. 
Fig. 9: Una mutación de prolina por 
arginina en posición 386 del receptor 
GPR54 causa su activación constitutiva y 
pubertad precoz. De Teles MG y col., N 
Eng J Med 358: 709-715, 2008. 
Fig. 10: Las neuronas productoras de 
kisspeptina pueden ser la vía final sobre 
la que convergen diversas influencias 
sobre el desarrollo puberal. 
De Popa SM y col., Annu Rev Physiol 70: 
213-238, 2008. 
Fisiología de la pubertad 
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No obstante, cabe notar que el AVPV es 
un núcleo que muestra dimorfismo sexual, ya que 
contiene aprox. 10 veces más neuronas en la 
hembra que en el macho. El dimorfismo del 
núcleo AVPV se atribuye a los efectos 
organizadores de la exposiciónprenatal a 
andrógenos (que se exponen más abajo). En 
ausencia de andrógenos durante la vida fetal, el 
núcleo se organiza con un patrón femenino. Este 
patrón femenino posibilita la inducción de la 
ovulación cuando la concentración plasmática de 
estrógenos sube de manera rápida e intensa (Fig. 
10). 
 
CAMBIOS PUBERALES EN LA CONDUCTA 
La sexualidad humana es compleja e incluye 
físicos (ya vistos) pero también psicológicos y 
sociales. En la pubertad se desarrolla 
fisiológicamente la atracción erótica y romántica 
hacia el sexo opuesto, que está básicamente 
ausente en la niñez. 
 El dimorfismo sexual del cerebro es 
causado en parte por la activación de diferentes 
genes en el varón y la mujer (influencia 
independiente de los esteroides sexuales) y en 
parte por la influencia de la testosterona durante 
la vida intrauterina. 
La identidad sexual (la conciencia de ser 
varón o mujer) se desarrolla en los primeros años 
de vida y es en gran medida genético, con escasa 
influencia de los esteroides sexuales y del 
ambiente. 
El programa genético por omisión tiende a 
preservar en la vida adulta la capacidad del 
hipotálamo de responder a los esteroides con 
retroalimentación negativa y positiva; esta última 
permite el pico de gonadotropinas que dispara la 
ovulación. En el feto masculino con testículos 
funcionantes, los niveles de testosterona aumentan 
y dan como resultado una drástica reducción en el 
número de neuronas en el núcleo AVPV, asociada 
con la pérdida de responder con un asa de 
retroalimentación positiva al aumento rápido de 
estrógenos plasmáticos (igualmente un feto 
femenino expuesto a andrógenos pierde 
permanentemente la capacidad de ciclar en la vida 
adulta). 
Estos efectos de los esteroides sexuales 
que ocurren en determinadas etapas del desarrollo 
y tienen consecuencias permanentes se denominan 
efectos organizadores. Los efectos transitorios, 
dependientes del nivel de hormonas circulantes, se 
denominan efectos activadores. 
Fig. 10: El sistema kisspeptina-GPR54 
permite explicar la retroalimentación 
negativa y positiva sobre la liberación de 
GnRH y gonadotropinas. 
Fig. 11: Áreas cerebrales organizadas y 
activadas con la maduración del 
comportamiento sexual. 
Fisiología de la pubertad 
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Hasta recientemente se pensaba que los 
efectos organizadores tenían lugar solamente 
durante el desarrollo temprano (intrauterino y 
perinatal). Actualmente se cree que existen 
efectos organizadores también en la pubertad, que 
contribuyen a establecer el patrón de conducta 
sexual. 
La conducta sexual incluye tres aspectos 
superpuestos pero diferentes. Todos ellos 
involucran áreas del cerebro cuyas neuronas 
expresan receptores para esteroides sexuales (Fig. 
11). 
El primer aspecto tiene que ver con la 
atracción sexual y la motivación para la conducta 
sexual. Las áreas cerebrales implicadas incluyen 
principalmente la corteza prefrontal y el núcleo 
accumbens. 
El segundo aspecto se relaciona con la 
percepción de estímulos relacionados con lo 
sexual y el establecimiento de asociaciones entre 
estímulos externos e internos. Las principales 
estructuras que permiten estos fenómenos son la 
formación del hipocampo y el complejo 
amigdalino (amígdala). 
El tercer aspecto se refiere al desempeño 
sexual propiamente dicho, que involucra la 
motricidad voluntaria y el sistema nervioso 
autónomo. En este caso las áreas involucradas son 
el hipotálamo, el tallo cerebral (mesencéfalo, 
protuberancia y bulbo) y la médula espinal.

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