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3 FASE DE MODERNIZACION DE LATINO AMERICA

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TERCERA FASE DE MODERNIZACION DE LATINO AMERICA
Historia de América Latina – De la Colonia al siglo XXI – Loris Zanatta
Cap. 6 – CORPORATIVISMO Y SOCIEDAD DE MASAS
La gran depresión de los años treinta del S XX acentuó la crisis del liberalismo en América Latina, y contribuyo a la caída de la democracia en la mayoría de los países. El pasaje a la sociedad de masas se produjo a través de instituciones e ideologías antiliberales y en muchos casos autoritarias. Comenzó una nueva concepción social y prácticas corporativas renovando el protagonismo político de las fuerzas armadas y de la iglesia católica. Los nuevos rasgos de esta etapa fueron el nacionalismo político y dirigismo económico. 
La declinación del modelo exportador de materias primas 
La caída de la bolsa de Wall Street en octubre de 1929 reveló lo interdependiente que se había tornado el mundo. Los efectos intermedios fueron más graves cuanto mayor era la exposición al mercado internacional. En general se manifestaron a través de; la repentina caída del precio de las materias primas exportables y el agotamiento de flujo de materiales de capitales extranjeros hacia la región, provocando en toda América Latina una reducción drástica de los ingresos y del valor de exportaciones. 
No todas las materias primas se vieron afectadas en igual grado, pero causando efecto en cadena en el plano económico, social y político.
La caída de los ingresos hasta ese momento garantizados por las exportaciones, golpeo la economía local, aumentando la desocupación, provocando agitación social e inestabilidad política. Los presupuestos públicos se vieron reducidos de un día para el otro. Esto condujo a que los gobiernos se vieran obligados a recortar el gasto y disminuir la inversión pública para mantenerse; en general no lo consiguieron puesto que el resultado político fue en muchos casos la caída de gobiernos constitucionales. Pero estos efectos no fueron duraderos, la economía de la región se recuperó bastante rápido desde mediados de los años treinta.
Muchos gobiernos del área reaccionaron orientándose hacia el nacionalismo económico y abandonaron el liberalismo del pasado. En A. Latina creció la intervención económica del estado incrementando la industria que sustituía las inmigraciones y estaba orientada a la fabricación local de bienes de amplio consumo cuya producción no requería modernas tecnologías ni capitales: alimento, ropa, calzado.
 Hacia la sociedad de masas
La gran depresión y la guerra mundial modificaron el ámbito social. Los principales países que acogieron inmigrantes impusieron severas restricciones, con lo cual en los años 30 su flujo se detuvo. Pero con el estallido de la guerra civil en España, un gran número de refugiados republicanos (artistas e intelectuales) buscaron asilo en A. Latina en especial México. En general la población continuó creciendo. 
La inmigración interna, es decir la masa de población rural se radicaron en la cuidad. Los principales centro urbanos no fueron capaces de hacer frente ni de proveer servicios necesarios, de modo que a su alrededor crecieron aglomeraciones de ranchos y casuchas a la que cada país les dio un nombre distinto; favelas, villas miseria, callampas.
En la mayoría de los casos el grueso de la población continuaba viviendo en el campo, la cual dependía de la actividad productiva en ámbito agrícola de perfil arcaico donde dominaba el autoconsumo y la miseria, con un mercado interno débil donde la población carecía de tierra (los contratos de arrendamientos no eran más que formas legales de servidumbre) en consecuencia tanto en el campo como en la ciudad se crearon las condiciones para la explosión de revueltas y conflictos. El campo seria cada vez más un territorio de enfrentamientos surgiendo el nacionalismo. A partir de entonces comenzaron las corrientes sindicales que con el tiempo se disputarían el espacio.
La noche de la democracia
El encuentro entre las masas y la democracia política comenzó a deteriorarse a fines de los 30. Las desigualdades sociales eran resultado tanto; de los ingresos económicos; como de las etnias. La desigualdad era tan natural que volvía a la democracia liberal hostil a los ojos de los sectores étnicos y sociales que sostenían una idea orgánica impuesta por los líderes populistas intolerantes hacia las mediaciones y las instituciones de la democracia. La tradición jugo en contra ya que no había alcanzado a echar raíces en los diversos estratos sociales.
Los casos donde las instituciones de la democracia liberal resistieron las presiones y sobrevivieron fueron pocos, Chile, Uruguay y Costa Rica. En los otros países la democracia fue detenida por reacciones autoritarias como Perú, Bolivia y Nicaragua; o fue absorbida por regímenes populistas en México, Brasil y Argentina. 
Los militares: cómo y por qué
 En la mayor parte de los países la crisis de los regímenes liberales condujo a las fuerzas armadas a través de golpes de estado; Argentina, Brasil, Perú.
Los militares ya habían estado en el poder en el pasado, habían gobernado como civiles, pero ahora reivindicaban su estatus militar y pertenencia a las fuerzas armadas. Lejos de ser simples caudillos, ahora eran miembros de instituciones profesionales organizadas (en muchos casos conformaban las instituciones más modernas y eficientes). Pero luego de la llegada de los militares nacieron regímenes personalistas en Centroamérica y el Caribe; y regímenes autoritarios en Sudamérica (Brasil, Argentina golpe 1943).
En países con conflictos, estas fuerzas armadas enfrentaron la debilidad de las instituciones representativas, los gobiernos constitucionales que intentaban ampliar las bases de su consenso (incluyendo nuevas clases sociales) estuvieron sujetos a violentas convulsiones y las fuerzas armadas comenzaron a sentirse en el deber y el derecho de tomar las riendas del gobierno y guiar la modernización nacional.
Sus intervenciones pretendían imponer o restaurar la unidad (armonía entre sectores o clases) allí donde las instituciones democráticas y los pactos constitucionales fallaban.
Los militares fueron una reacción organicista denominada democracia funcional, en la cual la representación no se manifestaba a través de partidos y mediaciones políticas, sino a través de cuerpos sociales; sindicatos, colegios, profesionales, universidad, iglesia. Destinados a conservar el orden y la unidad ante las amenazas o promover el desarrollo e integración de las masas para devolver armonía al organicismo social. 
Los populismos
La crisis del liberalismo y la ofensiva antiliberal se desarrollaron cada vez más en los países latinoamericanos, tomando forma de Populismos; fenómenos universales. Estos fueron regímenes fundados sobre amplias bases populares desarrollando políticas como la distribución de riqueza, que fueron posible debido al cambio del modelo económico impuesto por la crisis de 1929. 
La nueva centralidad conferida al estado y la necesidad de incentivar el incremento de la industria y ampliar el mercado interno crearon las condiciones para incrementar el consumo y la producción y erosionar el poder antes concentrado por los sectores económicos de la exportación. 
Los populismos se caracterizaron por una concepción antiliberal de la democracia. Pretendieron representar al pueblo concebido como una comunidad homogénea, unidas por una historia, una identidad y un destino común, se propusieron reunificar lo dividido; la sociedad, el pueblo, la nación. 
Los populismos propusieron anteponer la fe a la razón, la voluntad a la racionalidad, la política a la economía, adoptando políticas sociales y económicas exitosas pero insostenibles en el tiempo, fueron canales de integración de masas antes excluidas y marginadas de la actividad social y política. Recurrieron a prácticas políticas, autoritarias, impermeables al pluralismo. Sancionaron de este modo la muerte de la democracia liberal en América Latina y celebraron la división entre ellas y las masas.
La buena vecindad y la guerra
A comienzos de los años treinta, con la llegadadel Pte. Roosevelt comenzó la política estadounidense llamada buena vecindad, el Pte. se comprometió a desestimar la doctrina Monroe de T. Roosevelt. La nueva política se fundó sobre dos pilares: la no intervención y el multilateralismo. 
Las razones de aquel cambio fueron, la expresión de Roosevelt “nos odian” y por qué las políticas intervencionistas no habían arrojado los resultados esperados, además estas no habían conseguido poner orden, y menos aún imponer la democracia. La política de buena vecindad pudo ser entendida como un nuevo modo de obtener los antiguos objetivos.
Los efectos que produjo aquella política mejoro el clima entre ambas partes del hemisferio y ayudo a echar las bases de una comunidad panamericana, numerosas asambleas en los años 30 reunieron a todos los países latino americanos. El panamericanismo se afirmó como la ideología donde EE.UU. aspiraba a atraer a América Latina hacia los valores de su propia civilización: la democracia política y el libre mercado; y también aspiraba a contrastar el crecimiento de las corrientes nacionalistas.
Sin embargo, si bien el clima mejoro y los intercambios económicos desde el norte al sur se incrementaron, no todo fue bueno para la política de Roosevelt. En un principio, choco con las tendencias proteccionistas y dirigistas impuestas en partes de L. América tras la crisis de 1929, esto constituía serios obstáculos para la difusión de la filosofía económica liberal de EE.UU, así como para sus intereses económicos.
En diciembre de 1941, esta política sufrió importantes ajustes cuando EE.UU. ingresa a la guerra luego del ataque japonés a Pearl Harbor. Su prioridad pasó a asegurar el apoyo político latinoamericano unánime a la causa de los Aliados, garantizar la provisión regular de materia prima para la industria bélica y obtener la colaboración contra las potencias del eje. Los EE.UU. siguieron esos objetivos, incluso en México donde la disputa por el petróleo finalmente se resolvió, y en el Brasil de Vargas, quien eligió el frente Aliado, al punto de convertirse el principal receptor de la ayuda militar estadounidense en la región.
También fueron obstáculos; Chile, país que permaneció neutral durante más tiempo que otros, Argentina cuyos solidos vínculos con Europa cuya dependencia del comercio con Gran Bretaña, indujeron a permanecer neutral para no poner en peligro las relaciones comerciales. 
Cap. 7 – LA EDAD DEL POLPULIMO CLASICO 
Además de cortar los vínculos que habían unido A. Latina con Europa, la 2° G.M. acelero en toda la región los procesos de modernización en curso. Creció la industrialización alentada por la adopción de un modelo económico, orientando a protegerla y a sustituir importaciones, y también se incrementó la movilidad de la población en cada país, a menudo atraída por el desarrollo de la economía urbana y expulsada por la concentración de la tierra en el campo. La madurez de la sociedad de masas se expresó, en principio en una oleada de democratización política y social. Sin embargo en la mayor parte de los casos se rompió la democracia representativa y encontró expresión en una polarización política e ideológica. El ejemplo más típico lo constituyen los regímenes populistas, los cuales perseguían la integración social de los nuevos sectores y en nombre de la unidad nacional.
Entre democracia y dictadura
 La 2° G.M. apenas rozo América latina. Sus efectos se hicieron sentir con mayor profundidad que la 1° guerra. La aliada victoria favoreció una oleada de democratización sin procedentes, esta se extendió por la región en la 2° mitad de los años 40, las causas fueron el orden económico y social.
La democratización fue un gran movimiento social, que se expresó en los movimientos obreros por la obtención de mejoras salariales y en la introducción de modernas legislaciones sociales así como en el crecimiento de los sindicatos, capaces de actuar con mayor libertad en el nuevo contexto. Pero la situación cambio convirtiéndose en una década de restauración autoritaria.
 Desde Perú a Venezuela donde en 1948 las propias fuerzas armadas, de las cuales habían salido los antiguos oficiales reformistas pusieron fin a la democracia. También le sucedió a varias naciones de América central (salvo Costa Rica) mermando hasta casi desaparecer. 
En Argentina Perón no tardo en manifestar sus rasgos dictatoriales y en México donde el régimen nació de la revolución también la situación cambio. En Chile y Brasil donde se quería conservar los regímenes democráticos se produjeron duras medidas contra partidos y sindicatos comunistas. En Cuba en 1952, Fulgencio Batista puso fin a la democracia. 
Pero la declinación de la democracia política no dejo de lado las organizaciones sindicales, sujetas a menudo a severas restricciones, aunque en los países donde se insertaron regímenes populistas como Argentina, México, Bolivia y Brasil fueron en su mayoría unificados bajo el estado. Los trabajadores obtuvieron beneficios sociales, y varios de estos sindicatos se convirtieron en aparatos de poder privados de democracia interna. 
El breve estadio de la democracia fue a causa de la guerra fría principal responsable del cambio político después de la guerra.
La industrialización por sustitución de importaciones
En 1948 al asumir la dirección de la Comisión Económica para América Latina CEPAL de la Naciones Unidas, el economista argentino Raúl Prebisch sentó las bases teóricas del modelo ISI basado en la industrialización por sustitución de importaciones que en los años 80 tomo el nombre de Teoría de la Dependencia. 
La estructura del intercambio internacional era la causa de la desigualdad entre el centro y la periferia (L. América) del sistema económico mundial. Prebisch sostenía que se requerían cada vez más bienes exportados para adquirir de los países más avanzados una misma cantidad de bienes elaborados, a medida que las innovaciones tecnológicas incrementaban el valor.
Sobre la validez de la teoría de Prebisch se desataron polémicas pero este propuso una vía de desarrollo orientada hacia el ámbito interno, centrada en medidas proteccionistas, el en crecimiento del mercado local y la integración económica regional. Dichas medidas inspiraron las políticas económicas de los gobiernos de la época. 
El modelo ISI reemplazo al modelo de la exportación de materia prima, pero la transición a un modelo centrado en la producción de bienes para el mercado interno no resolvió la vulnerabilidad de las economías latinoamericanas. 
En general, el motor del crecimiento económico en la posguerra fue la exportación de materia prima (agrícola) esto proveyó los recursos que la mayor parte de los gobiernos empezaron para promover la industria, protegida por barreras aduaneras. Esto fue así hasta que afines de los años 50 dicha política comenzó a manifestar graves limitaciones en especial cuando la exportación por el atraso de la agricultura o porque los gobiernos presionaban los agricultores comenzó a estancarse y América latina empezó a perder lugar en el mercado mundial.
El Volcán Siempre Activo: Las Transformaciones Sociales
Durante los años posteriores a la 2° G. M., los cambios sociales asumieron un ritmo cada más frenético y se extendieron hacia áreas no alcanzadas hasta entonces. 
La población creció a un ritmo sostenido en los años 40 incluso más en los años 50. A diferencia de lo sucedido en el pasado, ello no se debía al empuje recibido por la ola inmigratoria, lo cual si se disparó en la argentina y sobretodo en Venezuela, por el boom de la industria petrolera. El verdadero incremento tuvo lugar donde el aumento poblacional en el pasado había sido menor; México, América central y el área andina. La población creció ya de forma peligrosa y el estado fue incapaz de absorber la enorme masa juvenil que pronto se volcó al mercado de trabajo. La urbanización, más rápida, extendida y masiva se produjo en la ciudad, intensificándose tensiones sociales. Por lo general, tendieron a crecer unas pocas ciudades por país, absorbiendo el mayor porcentaje de la poblaciónpero estas fueron incapaces de preparar a tiempo las obras de infraestructura, o las redes cloacales generándose barrios marginales.
Lejos de desarrollarse una mayor homogeneidad social, una de las consecuencias de la modernización (crecimiento económico, urbanización, industrialización) fue el aflorar la segmentación social a esto se le sumaba problemas de seguridad e integración, marginalidad y mortalidad.
 Entre nacionalismo y socialismo: el panorama ideológico
Los cambios sociales mostraron el problema de la integración nacional de las masas, en términos ideológicos lo dominante fue el nacionalismo. Esto dejo de ser solo una corriente ideológica y política, se convirtió en un trasfondo de disputa y en un nexo entre ideas como socialismo y nacionalismo. En América latina existían las luchas en nombre de la democracia liberal y el comunismo. Se imponía un esfuerzo por conjugar y legitimar aquellas ideologías. Comenzaron a destacarse un socialismo nacional, un catolicismo latinoamericano, un modelo de desarrollo adaptado a la región. Este proceso culmino en las doctrinas nacionales que los movimientos populistas pretendieron encarar.
Lo que domino el panorama ideológico de la época fue el populismo, lo cual no es una ideología estricta. Nacionalismo y socialismo encontraron en los populismos el punto de fusión. Se conectaron a un imaginario social antiguo, que les permitía erigirse en herederos de la tradición nacional y en defensores de la justicia social. Aunque pretendían (a través de encarnar la identidad social y monopolizar el poder) la instauración de regímenes autoritarios. El populismo era la vía latina a la democracia y a la justicia social. Se trataba de una 3° vía católica, puesto que era la más profunda herencia de la civilización latinoamericana. 
El régimen peronista fue largo, complejo y paso por diversas fases. Nació y perduro como un gran movimiento popular, cuyo núcleo más activo y solido fue la clase obrera. El peronismo tendió a englobar a sectores muy diferentes enfrentados entre sí, pero atraídos por su nacionalismo ingresaron radicales y conservadores, miembros de las elites provinciales y la burguesía urbana, empresarios y profesionales. Después de la guerra disponían de una gran condición económica que propicio la distribución de la riqueza a favor de los sectores populares, logrando elevar el poder adquisitivo de los salarios y garantizar créditos accesibles a la industria nacional. Alrededor de 1950 esta política social comenzó a mostrar grandes fisuras. Finalizando el boom económico. La 1° presidencia de Perón aspiraba a los derechos del trabajador y la 2° aspiro a los derechos de producción. 
Los pilares de la política peronista fueron los del modelo ISI (modelo basado en la industrialización por sustitución de importaciones), el estado, la industria y la planificación. Fue tarea del estado proteger el mercado interno, estimular el crecimiento a través de créditos, transferir recursos del sector exportador a las clases urbanas y la industria. El peronismo llega al poder por medios electorales, y fue reconfirmado por la misma vía, mantuvo en pie la arquitectura liberal del estado y gobernó con un autoritarismo popular, amordazando a la oposición, monopolizo la información e impuso la obediencia a la 1° magistratura, pugno a fondo el sistema educativo y trato de asegurarse la adhesión de la iglesia y las fuerzas armadas. Sin llegar a ser un verdadero régimen totalitario su vocación de concentrar los poderes e impregnar con su ideología todos los ámbitos sociales demostró que iba a esa dirección.
Ideología que Perón llamo justicialismo, cuyas premisas eran; la soberanía política, la independencia económica y la justicia social, emblema de su ideología fue el objetivo de crear una comunidad organizada en la cual el pueblo estuviera unido política y espiritualmente en el peronismo, y organizado en corporaciones también peronistas dentro de las cuales perón trato de incluir a los diferentes sectores de la población. 
Perón se erigía como un jefe carismático autorizado a la reelección a través de la reforma constitucional de 1949. Se afirma también que fue un régimen vicefálico, a su lado más popular todavía figuro hasta su muerte en 1952 su esposa Evita, ejerció con enorme poder político organizado en el partido peronista femenino, que canalizo a través del voto de las mujeres que había aprobado y la fundación EVA PERON. Controversial por su acción social, dando enormes beneficios a amplios estratos populares. Fue la intervención más popular del peronismo, esta pretendía hacer del justicialismo una especie de religión política resultando en un violento conflicto con la iglesia católica la cual se sintió traicionada.
Latinoamérica – la ciudad y las ideas – José Luis Romero
Cap. 7 – LAS CIUDADES MASIFICADAS
La crisis de 1930 unifico el destino latinoamericano. Cada uno debió ajustar las relaciones que sostenía con el exterior. Comenzaba una era de escases que se advertía tanto en las ciudades como en las áreas rurales. Motor desencadenante de intensos cambios. Apareció mucha gente que estaba dispuesta a de participar de la vida colectiva. Una vez más comenzó a brotar mucha gente de impreciso origen que pretendía ser parte de una sociedad y a medida que lo lograba se transformaba en una nueva sociedad que apareció en ciertas ciudades estas eran las que comenzaban a masificarse. Todo comienza con la 1° G. M. y a lo largo de los primeros 10 años que le siguieron. Los países europeos y los EE.UU ajustaban sus economías para situarse en una posición más ventajosa, pero la caída de la bolsa desarticulo el sistema. Entre los pasos que se dieron se ajustaron cada una de las relaciones con los países de su periferia, en los que se vendían productos manufacturados y se compraban materia prima. Las ventas se retrajeron y los precios se desbarrancaron. A la consecuencia de la crisis se sumaron los efectos sociales y políticos. Reducidos a aceptar las condiciones del mercado internacional, procuraron ajustar la vida interna de cada uno de los países.
Hubo revoluciones, cambios en la política económica, modificaciones en los mecanismos financieros y monetarios y ajustes en las relaciones entre el capital y el trabajo. Cayendo varios sectores en la miseria una de las salidas fue la emigración hacia las ciudades.
En algunas comenzaban a desarrollarse ciertas industrias, para sustituir importaciones o porque los capitales extranjeros había comenzado a erradicarlos. Así había comenzado a aparecer una demanda de trabajo urbano con buenos salarios. Había desarrollo urbano y al mismo tiempo desempleo y miseria urbana, porque la oferta de trabajo superaba siempre la demanda. A partir de 1940 la 2° G. M. provoco una reactivación apareciendo fuentes de trabajo, aunque siempre la demanda de empleo fue superior al número de plazas vacantes. 
Muchas ciudades no alteraron su ritmo de crecimiento permaneciendo estancadas. Y otras alcanzaron muy pronto la categoría de metrópolis, otras en cambio se transformaron en grandes ciudades en potencia. Unas y otras se transformaron en polos significativos en su región y país, estos giraron alrededor de las grandes ciudades. 
En algunas ciudades comenzaron a formarse grupos sociales ajenos a la estructura tradicional, que recibieron el nombre de masas. Y donde estos aparecieron comenzó a manifestarse el conjunto de la sociedad urbana. Dejaron de ser estrictamente ciudades para transformarse en una yuxtaposición de guetos incomunicados y anónimos.
1-La explosión urbana 
En las 1° décadas del siglo XX se produjo en casi todos los países latinoamericanos una explosión demográfica y social. Comenzó a producirse un intenso éxodo rural que trasladaba hacia las ciudades los mayores volúmenes de población, tratándose de una explosión urbana.
En México la revolución de 1910 desato un proceso de desarraigo rural. En Perú en la década del 20 por todos los caminos bajaron a la capital los serranos del Norte, del Sur y del Centro. La crisis de las salitreras llevómiles de desocupados a las ciudades chilenas; las de la agricultura a las ciudades argentinas; las del café a las ciudades brasileras. En casi todas partes aparecieron los mismos hechos. Explosión demográfica y éxodo rural se combinaron cuyos escenarios serían las ciudades elegidas por los inmigrantes.
Una vez instalados siguieron aumentando en número. Familias numerosas se agrupaban en los antiguos barrios pobres o las zonas marginales de las ciudades y alguno de los inmigrantes progresaba y aparecía en otro barrio, llamaba la atención calificándolos de peladitos en México, o cabecitas negras en Bs.As. 
Los inmigrantes traían vivo el recuerdo de su lugar de origen; las zonas rurales deprimidas, o las aldeas y pequeñas ciudades empobrecidas. No todos los inmigrantes venían del campo, muchos provenían de pequeñas o medianas en decadencia (así se creó la imagen de ciudad abandonada). La miseria sin esperanzas echaba de la ciudad los más jóvenes.
Quienes no emigraban solían encontrar ciertas formas débiles de subsistencia una economía mínima los alimentaba y configuraban el armazón del poblado. Pero los nuevos tiempos ofrecieron otras opciones a muchos de ellos, si llegaba alguna carretera y los ponía en la ruta del desarrollo o si se descubría algún paraje que atraía flujo turístico. Las caravanas de turistas extranjeros y nacionales empezaron a alimentar la vida de algunos poblados y ciudades designadas ciudades-museo (Guanajuato, Taxco, Guatemala, villa de Leyva, Cusco) a la inversa de las ciudades dormitorios estas deshabitadas por la noche lucían una bulliciosa actividad durante el día. Otras ciudades que habían nacido en la colonia nada estimulo su crecimiento (Ouro Preto, Concepción del Uruguay, Sucre) no se produjo en ellas una explosión urbana.
Como antes el oro y luego el caucho, el petróleo despertó una gran esperanza sobre todo a los inmigrantes Venezolanos, también fue de significación el crecimiento de la ciudad de Comodoro Rivadavia en la Patagonia Argentina.
Pero lo que más atrajo la atención de los que querían abandonar las zonas rurales o las ciudades estancadas fue la metrópoli, la gran ciudad alojaba una intensa actividad terciaria, con muchos servicios de diversa índole, con muchos negocios grandes y chicos, con mucha gente de buena posición que podía necesitar criados o varios servicios propios de la vida urbana. 
La atracción era aún mayor si la ciudad había dado el salto a la industrialización. Quien comenzaba a proyectar la instalación de fábricas que buscaban una infraestructura favorable, buena provisión de agua y energía, buenos transporte y comunicación, esperaban hallar un aparato eficaz para la comercialización. Esa gran ciudad era la periferia allí podría el inmigrante encontrar trabajo urbano; en los servicios, el comercio o la industria, quizás con altos salarios si alcanzaba el nivel de preparación suficiente como para ser un trabajador calificado. 
El problema era llegar a la ciudad e inmediatamente después introducirse en el tejido social de la ciudad conseguir techo y trabajo, poco a poco se lo conseguía a veces en los núcleos deprimidos o en zonas marginales la masa inmigrante se agregaba al conjunto de las clases populares y tradicionales. Las tensiones sociales se intensificaron porque el crecimiento de la población origino un círculo vicioso; mientras más crecía más gente atraía. 
Solo alrededor de 10 ciudades superaba en 1900 los 100.000hab. Pero en 1940 4 ciudades Bs.As., México, Río de Janeiro y San Pablo superaban el millón. La explosión urbana modifico la fisonomía de la ciudad, las ciudades crecían los servicios públicos se hacían cada vez más deficientes, las distancias más largas, el aire más impuro, los ruidos más ensordecedores. Pero nadie quería renunciar a la ciudad.
2- Una sociedad escindida (dividida)
En aquellas ciudades donde se produjo la concentración de grupos inmigrantes se produjo una división social. Una fue la clase tradicional compuesta de clases y grupos articulados, cuyas formas de vida transcurrían dentro de un sistema de normas. La otra fue un grupo inmigrante, constituido por personas aisladas que convergían a la ciudad, carecían de todo vínculo y de todo sistema de normas, era una sociedad anónima instalada precariamente al lado de otra como un grupo marginal. 
La peregrinación hacia las ciudades se dirigía hacia los barrios viejos o hacia los barrios despoblados tierra de nadie en la que era posible instalarse con la condición de renunciar a todos los servicios. Un rancho precario quizá levantado en una noche consolidaba la condición del grupo inmigrante que todavía no era una sociedad. Era un conjunto de seres humanos que luchaban por la subsistencia, por el techo, por sobrevivir. Con la necesidad de aferrarse a algún lugar de la estructura de la sociedad normalizada y cuando alguno de sus miembros aparecía fuera de sus guetos la sociedad se lo observaba. 
La sociedad normalizada vio a los recién llegados como enemigos, se produjo una confrontación entre ambos grupos sociales que se resolvió de una manera lenta. La sociedad normalizada obligo a aceptar el acatamiento de las reglas básicas y ofreció los mecanismos para la incorporación, esto comenzó a partir de que los grupos inmigrantes consiguieron techo y trabajo.
Los grupos inmigrantes tomaron contacto entre si afianzando los vínculos que unía a los del mismo pueblo o región adquiriendo un principio de solidaridad. Fueron los sectores populares de la sociedad normalizada los que cedieron primero ante la presión de los recién llegados y se abrieron a la comunicación pero no faltaron grupos de la pequeña clase media (marginales) que se también se adhirieron a esto. 
Hubo recelo, temor a la competencia si los inmigrantes eran desocupados también, existía en las clases populares tradicionales de la ciudad y en algunos sectores de la pequeña clase media.
3- Metrópolis y rancheríos
Aquellas ciudades que se habían construido originariamente a cierta escala, se había ensanchado luego de dar cabida a la sociedad burguesa, y había sido provista de una moderna infraestructura de servicios suficientes para su número. Pero el crecimiento modifico su condición.
El numero fue lo que altero el carácter de la ciudad, se vio más gente en las calles; empezó a ser trabajoso encontrar casa o departamento; comenzaron a aparecer viviendas precarias en terrenos baldíos, que pronto constituyeron barrios. Se hizo difícil tomar un tranvía o el autobús. 
El numero cambio la manera de moverse dentro de la sociedad. Las estrechas calles del casco viejo resultaron insuficientes para la creciente concentración de personas. El número sobrepaso las posibilidades del transporte urbano. Aumentaron los automóviles, desaparecieron los tranvías para ser reemplazados por agiles autobuses, el subterráneo se transformó en una necesidad urgente donde México lo puso en funcionamiento, las autoridades de diversas capitales comenzaron a proyectar su trazado. Costosa redes viales de transito rápido como las autopistas caraqueñas o el periférico mexicano se construyeron para resolver los problemas del tránsito. Ensanches, repavimentación, procuraron aliviar la gravedad del problema, sobre todo por el número creciente de automóviles.
El número alteró en las ciudades la densidad de población por hectárea y la fisonomía tradicional de las ciudades, un poco chatas, cambiaron por la construcción de casas de departamentos en el centro primero y en los barrios después. En Caracas apareció la masa arquitectónica de El Silencio y La Torre Latinoamericana en México desafiando la ciudad colonial que quedaba a sus pies. Eran monumentos erigidos en homenaje al poder del estado, de los bancos, de las compañías de seguro, de las grandes empresas extranjeras. 
La casa de departamento de alto nivel atrajo a quienes querían dejar las viejas casonas de patios con numerosos cuartos que exigía un abundante servicio doméstico. Y por cada 2 o 3 casas demolidas surgía un edificio de 8 o 10 pisos con 20 a 30 departamentos. Pero esta no era soloun tipo de vecindad sino también un tipo de arquitectura. Su mole disminuía la cuota de sol que recibía la calle, las calzadas parecían muy estrechas. La ciudad empezó a tomar un aire monumental, lo que empezó a designarse como un aire moderno.
El numero modifico el valor de la tierra urbana, los terrenos grandes se subdividieron y en las afuera comenzaron a lotearse los solares de las viejas quintas que con el crecimiento de la ciudad habían quedado enclavadas en el área urbana. Los valores se tornaron especulativos, en parte porque aumentaba la demanda y porque sobre esos puntos se focalizaba la especulación. Los sectores de mediano y bajo ingreso que aspiraban a conseguir una vivienda debían dirigirse a los sucesivos anillos periféricos que iban apareciendo.
Finalmente el numero replanteo el problema de los servicios públicos. Producto de la expansión de la zona edificada y el aumento de la densidad de población por herencia fue el desafío cotidiano de los servicios públicos. Exigidos al máximo por la aparición y el crecimiento de los centros industriales de intenso consumo, los servicios de agua, de drenaje y de energía empezaron a resultar insuficientes. Lo mismo pasó con los servicios de recolección de basura, el correo padecía de demoras, los teléfonos se saturaban de llamadas a pesar del perfeccionamiento técnico de sus equipos, los bomberos se tornaron importantes en su actividad y la policía se vio sobrepasada por los delitos comunes sino también por el incremento de nuevos peligros: el tráfico de drogas, las agresiones de bandas juveniles, guerrilla urbana, ni los hospitales, ni los cementerios dieron a vasto. 
Tantos cambios no influyeron de la misma manera sobre todos los sectores de la metrópolis, en algunas el casco viejo no perdió nunca ni su función, ni su dignidad, y mejoro al compás de los progresos de los barrios, allí subsistieron buenos hoteles para turistas y viajeros a los que se agregaron nuevas casas de departamentos y edificios públicos y se mantuvo una continuidad entre el viejo centro modernizado y las nuevas áreas de la ciudad.
Progresaron sin exceso las zonas vecinas habitadas generalmente por pequeñas clases y clase popular en las que alternaban las casas de familia de medianos y escasos ingresos con las tradicionales casas de vecindad y los comercios modernos. Fueron zonas de paso, en un tiempo suburbios, que se beneficiaron con la mancha radial del desarrollo urbano. Urbanísticamente esas zonas aseguraron la continuidad de una ciudad que tendía a extenderse periféricamente, socialmente fueron el hogar de grupos inmigrantes que hicieron allí la experiencia de integración quedando incluidos en el ámbito de la otra sociedad. Eran barrios de masa, reductos de la sociedad anónima, de ellos huía la sociedad normalizada evitando el contacto con grupos que les parecían ajenos y en su huida estimulaban la formación de nuevos distritos residenciales de clase alta. 
La disposición por clases caracterizo el desarrollo de las ciudades con sociedades divididas; Rio De Janeiro, Copacabana, Ipanema, Leblón; Caracas, Sabana Grande; Bogotá, Chapinero; Montevideo, Pocitos y Carrasco; Bs.As. San Isidro; Lima, Miraflores y Monterrico; México, San Ángel y El Pedregal. Coexistían en ellos el suburbio residencial, y poco a poco el refinado centro comercial de moda. Sus habitantes marchaban en busca de exclusividad y era necesario poseer automóvil para poder viajar tan lejos a los lugares de trabajo. Surgieron los negocios de alto nivel, boutique, bares y restaurants sofisticados, clubes sociales y deportivos, todo lo necesario para que el suburbio residencial se transformara en un gueto de clase alta.
También pertenecían a la sociedad normalizada los barrios de clase media, antiguos y tradicionales dentro de la ciudad como Colonia Roma, México; cordón, Montevideo; Belgrano y Flores, Bs.As. 
Con el aumento del valor de la tierra esos barrios consolidaron la posición de sus habitantes y muy pronto aparecieron en ellos casas de departamentos. A veces fue el estado el que desarrollo una política de construcción de vivienda calificada generalmente para empleados con lo que se quería indicar que no eran barrios obreros y populares. Sistema de préstamos y largos créditos permitían conseguir una casa adecuada a sus aspiraciones. Otras veces fueron empresas imaginativas las que programaron lotes o construcciones para clase media con el mínimo de comodidades. Solían ser chalet californianos o grandes casas de departamentos multifamiliares, monótonos pero dotados de comodidades e instalaciones en áreas parquizadas que permitían hablar de una ciudad jardín. Y cuando las empresas se emprendían en gran escala con una fuerte inversión estatal surgieron verdaderas ciudades completas y cerradas en su ámbito como la cuidad satélite de México o la ciudad Kennedy en Bogotá.
Del proletariado industrial, no todos los miembros se radicaron en los suburbios industriales. Los barrios construidos por los sindicatos prefirieron la proximidad de las fábricas y los problemas habitacionales provocaron la aparición de conglomerados en sus cercanías. Las plantas industriales surgieron en ciertos barrios o en suburbios. Solo cuando el crecimiento de la ciudad hizo difícil la permanencia o la expansión de la fábrica se decidió trasladarla a zonas más abiertas. Así ocurrió que en algunas ciudades se desarrollaron zonas específicas industriales constituyendo un cordón que rodeaba a la ciudad como en Bs. As., y otras se prolongaron en direcciones como en San Pablo. Pero otras ciudades que nacieron con la industria crearon complejos de fábricas y viviendas. Se establecieron en algunos parques industriales. Resulto inevitable la formación de núcleos habitacionales en las zonas industriales tanto en la ciudad como en la zona periférica. Pero fueron muy distintos los que se formaron espontáneamente de los que levantaron más tarde el estado o los sindicatos. Los 1° eran tugurios donde se hacinaba la gente los 2° se instalaron en lugares parquizados y tenían el carácter de vivienda moderna higienista, eran barrios de pequeña clase media pero su número fue siempre escaso y muchos obreros industriales debían seguir viviendo en zonas deprimidas ya que aun con altos salarios no podían afrontar el valor especulativo de la tierra. 
Buena parte de los empleados industriales con alta capacidad profesional, trabajo estable, buenos salarios y poderosos sindicatos que los amparaban y les proporcionaban servicios sociales fueron inscribiéndose en la sociedad normalizada de la que recibían beneficios. Pero la vivienda seguía siendo un obstáculo y para otros trabajadores con altos ingresos la situación fue semejante como aquellos que habían logrado escapar de la condición de asalariados. Todos ingresaron en la sociedad normalizada intermedia y difusa que separaba la clase obrera de la pequeña burguesía esperando resolver el problema de alcanzar una vivienda.
Quienes no pertenecían a la sociedad normalizada fueron los pobladores de los rancheríos esas formaciones urbanas crecieron intensamente después de la crisis de 1930 y se aceleró después de 1940, Campallas, Chile; Villas miserias, Argentina; Barriadas, Perú; Favelas, Brasil; Cantegriles, Uruguay; ciudades perdidas, México; Pueblos piratas, Colombia (Afirmación irónica) abundaban las viviendas precarias, promiscuidad familiar, aglomeración infrahumana, extensión limitada, falta de servicios indispensables.
La Noche Americana – ensayos sobre la crisis ambiental de la cuidad y de arquitectura – Roberto Fernández
Cap. 8 – Populismos políticos, modernidad urbana y equipamiento cultural en América del Sur 1940-1960.
Alrededor de los años 40 y después, América Latina experimenta una inédita modernización en parte por la 2°G.M. y las secuelas de sustitución de importaciones logrando un mejoramiento relativo de la región que se desarrolla bajo regímenes políticos en general de tipo populista a veces con rasgos autoritarios y con preferencias conservadoras. Se trata de un periodo en el quela arquitectura moderna alcanza a concebirse como un ejemplo de la modernización. 
Hacia 1940 el continente era todavía significativamente rural, aunque las ciudades existentes habían resultado blanco de una modernización requerida por las exigencias de la representación liberal del estado y a la vez como cabeceras de la extracción de recursos primarios en que se sustentaba la integración regional al mercado global. Sobre la base de los antiguos dameros coloniales Bogotá, Caracas, Lima, Quito, Santiago, Asunción, Bs As, se desarrolló una modernización de sus estructuras desde; planificaciones paisajísticas hasta montaje de sistemas de infraestructuras (red cloacal, subterráneos) estas pasaron por la monumentalización simbólica y el equipamiento urbano (puertos, hospitales, colegios, museos, teatros. La organización barrial y periférica iba a ser diferente, las ciudades principales hicieron uso de capitales obtenidos de las exportaciones para su propia transformación de las áreas centrales con respecto a la periferia de explosivo crecimiento sobre todo aquellas donde más llegaba el inmigrante Bs. As., Montevideo, San Pablo, Rosario, Caracas, lima. La industrialización urbana es tardía respecto de Europa y EE.UU. se produce un modelo de desarrollo industrial de baja tecnificación de muy lento proceso de sindicalización salvo aquellos guiados por el estado, la consecuencia redunda en no optar por un régimen fordista.
La movilidad social fue notable en las sociedades latinoamericanas, dinámica del campo a la ciudad. Crecimiento explosivo.
Tercera Fase de Modernización en latino América / Casos de estudio 
1. Edificio Los Eucaliptos (Virrey del Pino 2446, Buenos aires). Grupo Austral. (1944) 
2. Ateliers para artistas (Suipacha y Paraguay, Buenos Aires). Bonet, López Chas y Vera Barros. (1939) 
3. Cine Gran Rex (Buenos Aires). Alberto Prebisch. (1936) 
4. Automóvil Club Argentino – Sede Central (Buenos Aires). Antonio Vilar y otros. (1941) 
5. Edificio Kavanagh (Buenos Aires). Sánchez, Lagos, de La Torre. (1934) 
7. Casa Vilar (Buenos Aires) Antonio Vilar. (1937) 
8. Hospital Churruca (Buenos Aires) Vilar, Noel, Escasany, Fernández Saralegui (1941) 
9. Casa Williams (Mar del Plata) Amancio Williams. (1942) 
10. Edificio La Comercial de Rosario (Rosario) De Lorenzi, Otaola, Rocca. (1938) 
15. Escuela Presidente Sarmiento (Córdoba) MOP.Nicolás Juárez Cáceres. (1939)
16. Escuela Presidente Roque Sáenz Peña (Córdoba). MOP. Nicolás Juárez Cáceres. (1938) 
17. Casa Roca (Córdoba) Jaime Roca. (1935) 
18. Edificio La Sudamérica (Córdoba). Antonio Vilar – Jaime Roca. (1936) 
19. Automóvil Club Argentino – Sede Córdoba (Córdoba). Antonio Vilar. (1937) 
20. Edificio de Correos y radio Nacional (Córdoba) Depto. de Arquitectura de la Sec. de Comunicaciones de la Nación. (1950) 
21. Edificio Ames (Córdoba) Ávila Guevara, Moyano, Zarazaga. (1957) 
1. Casa Estudio Para Diego Rivera y Frida Kahlo (Ciudad de México) Juan O ‘Gorman (1929) 
2. Instituto Nacional de Cardiología (Ciudad de de México) José Villagrán García. (1937) 
3. Conservatorio Nacional de Música (Ciudad de México) Mario Pani (1946) 
4. Biblioteca Central de la UNAM (Ciudad de México) Juan O ‘Gorman (1952) 
5. Torre del Rectorado de la UNAM (Ciudad de México) Mario Pani – Enrique del Moral. (1952) 
6. Casa‐estudio Luis Barragán (Ciudad de México) Luis Barragán (1947) 
7. Iglesia de la Virgen de la Medalla Milagrosa (Ciudad de México) Félix Candela (1953) 
9. Multifamiliar Miguel Alemán (Ciudad de México) Mario Pani. (1948)
1. Ministerio de Educación (Rio de Janeiro) Lucio Costa, Oscar Niemeyer, Alfonso Reydi y otros (1936) 
2. Casa Modernista (San Pablo). Gregori Warchavchik (1928) 
3. Salón de Fiesta (Pampulha – Belo Horizonte) Oscar Niemeyer (1943) 
5. Iglesia de San Francisco (Pampulha – Belo Horizonte) Oscar Niemeyer (1943) 
6. Casa Das Canoas (Rio de Janeiro) Oscar Niemeyer (1952). 
9. Edificio Copan (San Pablo) Oscar Niemeyer (1951) 
10. Congreso de Brasilia (Brasilia) Oscar Niemeyer (1958) 
11. Palacio del Planalto (Brasilia) Oscar Niemeyer (1958) 
12. Conjunto Pegregulho (Río de Janeiro) Alfonso Reidy (1947) 
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