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MANEJO DEL ESCROTO AGUDO

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA 
TRATAMIENTO DEL ESCROTO AGUDO 
 
Manejo 
 
Tiene que ser claro para el personal en formación que el abordaje inicial por el médico general o el 
pediatra del paciente con escroto agudo no debe pretender llegar a un diagnóstico etiológico o si 
se hace debe estar fundamentado en la historia clínica y en los hallazgos del examen físico. La 
solicitud de estudios puede retrasar la atención y adicionalmente el hecho que los estudios no 
sean 100% sensibles y específicos pueden llevar a que se cometan errores en la atención. Es 
evidente que estudios como la ecografía doppler testicular y la gamagrafía de perfusión testicular 
son ayudas diagnósticas y no deben ser el fundamento del diagnóstico sino que se debe hacer una 
evaluación global de la información disponible (historia clínica, examen físico y resultados de 
estudios) para aproximarse al diagnóstico etiológico. La decisión sobre el manejo a seguir con el 
paciente debe ser asumida por el especialista (urólogo, urólogo pediátrico, cirujano pediátrico) y 
no por el médico general o el pediatra por lo cual recomendamos que los estudios solicitados sean 
interpretados en el contexto clínico y que en principio esos resultados sean revisados por el 
especialista. 
 
Si hay suficiente evidencia que el diagnóstico es el de una torsión de hidátide el manejo 
expectante es posible, prescribiendo anti inflamatorios no esteroideos y reposo, mejorando el 
paciente de manera progresiva. En ocasiones cuando la hidátide es de gran volumen y genera una 
gran reacción inflamatoria el diagnóstico es difícil y puede terminar el paciente en exploración 
quirúrgica en la que se reseca la hidátide necrótica, teniendo para el paciente la ventaja que 
acorta la recuperación al retirar el tejido necrótico responsable de la reacción inflamatoria. 
 
Al respecto de la torsión perinatal no hay un consenso sobre su manejo. Es evidente que si la 
torsión fue prenatal la posibilidad de encontrar un testículo viable a la exploración quirúrgica en el 
recién nacido es mínima, aunque hay casos anecdóticos de preservación testicular reportados en 
la literatura. La preocupación en ese escenario en particular es la posibilidad descrita de torsión 
testicular asincrónica (torsión extra vaginal tardía del testículo contralateral) que puede dejar al 
paciente anórquico, riesgo que persiste hasta las 6 semanas de edad por lo cual es recomendable 
la realización de manejo quirúrgico "semi-urgente" extirpando el testículo no viable y fijando el 
contralateral. Otro argumento que da fuerza a esa recomendación es la evidencia de pacientes con 
torsión extra vaginal bilateral con clínica evidente solo unilateral. Si el paciente nace 
aparentemente con testículos normales y presenta un cuadro escrotal agudo durante las primeras 
semanas de nacido se debe pensar en la posibilidad de una torsión extra vaginal post natal y se 
debe explorar de manera urgente con una probabilidad baja pero significativa (hasta el 27%) de 
encontrar un testículo viable(12,13). 
 
Al respecto de la torsión intra vaginal del cordón espermático hay que hacer múltiples 
observaciones. Cuando existe una alta sospecha clínica de torsión del cordón espermático o 
cuando no hay claridad en el diagnóstico diferencial el paciente debe ser explorado a la mayor 
brevedad posible, sobre todo en aquellos casos en que la posibilidad de encontrar un testículo 
viable es alta (corto tiempo de evolución, ecografía con eco textura homogénea etc.) y se debe 
considerar el procedimiento como urgente. El escroto se puede abordar por una incisión mediana 
en el rafé escrotal por la que se puede acceder a ambos hemi escrotos o por una incisión 
transversa que comprometa inicialmente el hemi escroto del lado afectado que se puede extender 
hacia el contralateral según los hallazgos. El propósito fundamental es realizar la detorsión del 
cordón espermático y evaluar la viabilidad testicular. Usualmente el testículo isquémico se deja en 
observación, ya aliviada la torsión, mientras se diseca y fija el testículo contralateral. La decisión de 
preservar o eliminar el testículo no es fácil de tomar y dependerá de la evidencia de reperfusión 
del parénquima, del tiempo de evolución, de la eco textura del parénquima en la ecografía. En 
casos muy dudosos se puede incidir la albugínea e intentar establecer si se aprecia sangrado 
arterial. En general si el caso pareciese tener buen pronóstico damos el beneficio de la duda y 
fijamos el testículo explicando a los padres que a mediano plazo puede presentarse atrofia o 
hipotrofia del testículo como secuela del evento isquémico. De todas maneras es importante un 
buen criterio pues dejar un testículo no viable in situ puede llevar a un proceso inflamatorio 
severo y en algunos casos poco frecuentes a la extrusión del testículo necrótico a través de la 
incisión escrotal(4). Al respecto de la fijación testicular después de una torsión si el testículo es 
viable y de la fijación del contralateral hay mucha controversia sobre si se usan suturas absorbibles 
o no absorbibles, sobre el número de puntos a colocar, sobre la posibilidad que los puntos afecten 
o no el parénquima testicular, inclusive sobre si es necesario realmente colocar puntos dado que 
la fibrosis cicatricial podría fijar el testículo al escroto. Dado que no hay consenso cada cirujano 
toma unos lineamientos y en general yo considero que el testículo debe ser fijado de la albugínea 
a la pared escrotal, idealmente con cuatro puntos de una material no absorbible, usualmente 
prolene (polo superior e inferior y cara lateral del testículo a la pared escrotal y cara lateral al rafé 
escrotal). Estas precauciones se basan en la evidencia de reportes en la literatura que demuestran 
la torsión de testículos previamente fijados usualmente sin puntos o con suturas no absorbibles, 
pero independiente del tipo de sutura y la cantidad de puntos colocados, este evento puede 
ocurrir y en los casos reportados la presentación del segundo episodio de torsión puede ocurrir a 
los pocos meses o después de muchos años del episodio inicial. En ese orden de ideas si un 
paciente con fijación testicular previa se presenta con un cuadro de escroto agudo no se puede 
descartar la presencia de la torsión del cordón espermático y si la clínica lo justifica debe ser 
explorado(14). 
 
Ante la evidencia clínica de cuadro compatible con torsión testicular intermitente se debe 
proponer la fijación testicular profiláctica bilateral de manera electiva. 
 
El porcentaje de los testículos que se salvan después de una torsión dependerá de muchos 
factores , entre ellos: la pronta consulta del paciente (con frecuencia no sucede), el abordaje 
correcto de la patología dándole la prioridad adecuada y sin realizar estudios innecesarios que 
retarden el manejo y la realización del procedimiento a la mayor brevedad posible. No se dispone 
de información al respecto en nuestro medio pero en los EEUU la tasa de orquidectomías en 
escroto agudo por torsión del cordón espermático se reportan entre el 32 y el 42% (15,16), que a mi 
juicio es excesivamente alta para un sistema de salud mejor que el nuestro. Recomendaciones 
finales 
 
Como se lo menciono a mis estudiantes cuando hablo al respecto, dejo las siguientes 
recomendaciones, uno para mejorar el pronóstico de los pacientes con escroto agudo y dos para 
procurar evitar que los médicos terminen en problemas médico-legales por su atención 
inadecuada: 
 
-. Siempre evalúen los genitales de sus pacientes pero sobre todo en 2 escenarios clínicos: dolor 
abdominal de causa no aclarada (en algunas oportunidades el dolor no es localizado en el 
contendio escrotal sino referido al hipogastrio), lactante o preescolar irritable (no tienen la 
capacidad de informar el sitio del dolor) 
 
-. Dejen claro en la historia clínica la hora de atención y el tiempo de evolución del cuadro clínico 
 
-. No pidanestudios y no asuman la responsabilidad de llegar a un diagnóstico etiológico, su papel 
es hacer el diagnóstico del escroto agudo y es el especialista quien debe definir el manejo. 
 
-. Sino disponen de especialistas en su sitio de trabajo para resolver la situación del paciente, 
remitanlo a la mayor brevedad posible dejando claro en la historia la hora a la que solicita la 
remisión e informando a quien corresponda la urgencia de la misma. Bibliografía 
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