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UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA IMÁGENES EN UROLOGÍA PEDIÁTRICA - APARATO URINARIO NORMAL La evaluación con imágenes del aparato urinario es esencial para confirmar o descartar la presencia de anomalías anatómicas del aparato urinario, por lo cual es fundamental en el estudio de pacientes con diagnóstico antenatal de patologías del aparato urinario, en el escenario de la infección urinaria y en aquellos pacientes con diversos motivos de consulta o hallazgos al examen físico (dolor cólico reno ureteral – presencia de masa palpable abdominal, trauma abdominal por ejemplo) que podrían sugerir patología del tracto urinario. Revisaremos entonces las imágenes más utilizadas en la evaluación del aparato urinario en el paciente pediátrico: - Ecografía renal y de vías urinarias - Uretrocistografía miccional - Uro TAC - Urografía por resonancia - Gamagrafía renal con DMSA - Renograma diurético (DTPA -MAG3) - Cisto gamagrafía o cistografía nuclear Se deja claridad que no se revisarán los principios físicos ni técnicos de los diferentes métodos de evaluación, pero se hará énfasis en la naturaleza del procedimiento y sus utilidades Ecografía renal y de vías urinarias Más que un estudio de imagen lo deberíamos considerar como una extensión del examen físico y por múltiples razones es el estudio de primera línea en la evaluación del aparato urinario, a saber: en general es un estudio de bajo costo, fácilmente disponible, que no expone a radiación ionizante y que obtiene imágenes anatómicas de excelente resolución y en niños particularmente mejores por la escasa cantidad de grasa en la pared abdominal. Adicionalmente, progresos tecnológicos tales como el de la ecografía doppler o el uso de contrastes sonográficos extienden su campo de aplicación. En el recién nacido es fundamental en la evaluación de pacientes con diagnóstico antenatal de patología del aparato urinario y en el escenario de la infección urinaria con el objetivo de descartar anomalías estructurales. Es también útil en la evaluación inicial del trauma del aparato urinario y en los pacientes con masa abdominal palpable. Por los cambios en el aspecto del parénquima puede ser útil en el diagnóstico de la mayoría de las enfermedades renales quísticas de la infancia. El uso del doppler le extiende su aplicación a la detección de patologías vasculares como la trombosis de la vena renal o la hipertensión reno vascular. La ecografía realzada con medios de contraste se ha introducido para intentar evitar sobre todo la radiación ionizante de la uretrocistografía miccional, pero su uso no se ha extendido en nuestro medio. (1) Una de las desventajas de este estudio es que depende de su operador, de la resolución del equipo, del uso del transductor adecuado y de la calidad de las imágenes que envíen por lo cual el estudio puede técnicamente no ser adecuado, lo que sucede con mayor frecuencia de lo deseado. Veamos ahora los hallazgos de una ecografía renal y de vías urinarias normal. Los riñones se aprecian con su forma ovoidea característica y son mostrados en longitudinal y axial para medir sus tres dimensiones. Característicamente el parénquima renal es hipoecoico con respecto al hígado y al bazo y presenta el riñón una zona central hiperecogénica donde se encuentra la pelvis renal y la grasa peripiélica. En la infancia y sobre todo en los primeros años de la vida las pirámides renales lucen hipoecoicas y no deben ser interpretadas como hallazgo anormal. La vejiga debe ser evaluada con distensión adecuada, lo que permite establecer el grosor real de su pared, dejando claridad que con la vejiga llena las paredes de la vejiga prácticamente no son visibles. Los uréteres normalmente no son visibles en la ecografía. El paciente, si su edad lo permite, al terminar su valoración ecográfica debe ser enviado a miccionar y en un lapso no mayor de 5 minutos debe ser reevaluado para establecer el residuo posmiccional. (1) Ver Gráficas No 1 y 2 Gráfica No 1. Ecografía renal y de vías urinarias normal. a. Se aprecia el riñón izquierdo en longitudinal y axial midiéndose sus dimensiones. Se aprecia con claridad la zona central hiperecogénica y el parénquima hipoecoico. b. Riñón derecho en longitudinal. c. Riñón derecho con imagen muy evidente de pirámides renales ecolúcidas. d. Vejiga distendida de paredes normales, prácticamente no visualizables. Gráfica No 2. Ecografía renal y de vías urinarias normal. a. Vejiga distendida de paredes normales. b. Registro de la vejiga realizado después de la micción lo que permite la evaluación del residuo pos miccional. Debe notarse que con la vejiga casi vacía su pared se hace visible, lo que no significa que sea anormal. Uretrocistografía miccional Este estudio ha sido realizado por décadas y su objetivo básico es la evaluación anatómica del tracto urinario inferior y ha sido fundamentalmente la herramienta para la identificación del reflujo vésico ureteral en el paciente que cursa con infección urinaria y para diagnosticar otras anomalías de la vejiga y alteraciones congénitas o adquiridas de la uretra masculina. Con el enfoque actual de la evaluación de la infección urinaria en pediatría y considerando la exposición a radiación ionizante, ya que es un estudio que se realiza bajo fluoroscopia pulsada, la frecuencia con la que se realiza ha venido disminuyendo. Para su realización el paciente debe tener un urocultivo negativo y debe tener cobertura antibiótica (cefalexina o trimetoprim-sulfalmetoxazol) a dosis terapéuticas desde 1 día antes y hasta 2 días después de su realización o de acuerdo con el protocolo de cada institución. Usualmente toman una placa preliminar y se procede a cateterizar la uretra con técnica aséptica con una sonda Nélaton 6-8Fr vaciando completamente la vejiga. Posteriormente con el paciente en supino se procede a instilar por gravedad a la vejiga un volumen adecuado de medio de contraste, ajustado a la capacidad vesical esperada, visualizando permanentemente con fluoroscopia pulsada desde el inicio del llenamiento. Las imágenes que se tomen deben comprometer la totalidad del abdomen para que en el caso que haya reflujo vésico ureteral se visualicen las estructuras colectoras renales y se pueda clasificar el grado del reflujo y adicionalmente se deben realizar imágenes oblicuas que permitan evaluar la anatomía de las uniones uretero-vesicales, descartando la presencia de anomalías como los divertículos vesicales. Una vez llena la vejiga se debe evaluar la fase miccional para obtener imágenes de la uretra que idealmente deben ser tomadas en proyecciones oblicuas que permiten su visualización adecuada. Al término de la micción usualmente se toma una última imagen para evaluar la evacuación de la vejiga. Para mejorar la sensibilidad de la cistografía para detección de reflujo vésico-ureteral se describe que se pueden realizar al menos dos ciclos de llenado y retirar la sonda uretral al final del último llenado para obtener una imagen miccional sin sonda. (2) En la evaluación de las imágenes la placa preliminar debe ser revisada para descartar la presencia de alteraciones óseas y establecer si la cantidad de materia fecal que se aprecia sugiere la presencia de estreñimiento (normalmente solo debería verse materia fecal en la ampolla rectal). En las imágenes de llenamiento de un estudio normal se debe apreciar la vejiga de superficie lisa y de capacidad adecuada y sin evidencia de paso de medio de contraste de manera retrógrada hacia los uréteres (haría el diagnóstico de reflujo vésico-ureteral). Idealmente el radiólogo debería informar el volumen de medio de contraste infundido (nos da información de la capacidad vesical) y si hay reflujo debería mencionar con que volumen se presentó este. Finalmente se debe ver en el estudio normal la uretra, idealmente en una placa oblicua, sobre todoen el paciente masculino para poder apreciar con claridad todas sus porciones, lo que no es posible si se toma la placa en AP. (2) Ver Gráficas No 3,4 y 5 Gráfica No 3. Uretrocistografía miccional normal de una paciente femenina. a. Preliminar con importante cantidad de materia fecal. b. Vejiga de superficie lisa y buena capacidad sin evidencia de reflujo c. Placa miccional con uretra femenina normal Gráfica No 4. Uretrocistografía miccional normal de un paciente masculino. a. Preliminar con escasa cantidad de materia fecal y sin alteraciones óseas. b. y c. Vejiga de superficie lisa y buena capacidad en AP en b. y en oblicua en c. d. Placa miccional con uretra masculina normal y con evacuación prácticamente completa de la vejiga Gráfica No 5. Uretrocistografía miccional. a. Imagen oblicua con vejiga normal, sin reflujo y uretra masculina normal en la que se distinguen todas sus porciones. A nivel de la uretra prostática se aprecia pequeño defecto de llenamiento que corresponde al veru montanum o colículo seminal b. Imagen de la uretra masculina obtenida en AP que no permite apreciar correctamente las porciones de la uretra c. Placa miccional de una paciente femenina en la que se aprecia la uretra de morfología normal. Uro TAC La tomografía no contrastada de abdomen y pelvis, denominada usualmente Uro TAC, es usada como evaluación de segunda línea después de la ecografía renal y de vías urinarias en la evaluación de los pacientes con sospecha de urolitiasis. Tendrá indicación cuando hay evidencia de signos de un cálculo obstructivo sin que este se identifique en la ecografía, cuando hay una alta sospecha clínica y no hay un cálculo visible en la ecografía o cuando consideramos que la ecografía definitivamente no fue diagnóstica en el escenario de litiasis. Idealmente la evaluación se deberá hacer en prono, lo que podrá ser útil en diferenciar un cálculo impactado en la unión uretero vesical con un cálculo libre en la vejiga, el que caerá hacia la pared anterior de la misma. (3) En la Gráfica No 6 se muestra la imagen coronal de un uro TAC normal. Gráfica No 6. Uro TAC normal. Imagen coronal de Uro TAC sin evidencia de imágenes sugestivas de cálculos en riñones, uréteres o vejiga Al respecto de la urografía por TAC es importante dejar claro que por la alta exposición a radiación ionizante es un estudio que se realiza con muy poca frecuencia, por lo cual estudios de tomografía contrastada actualmente en el campo de la urología pediátrica se restringen especialmente a la evaluación del paciente con trauma con sospecha de lesión en el aparato urinario. Urografía por resonancia Este es el estudio de más reciente introducción para la evaluación del aparato urinario y que brinda imágenes de alta resolución tanto estáticas como dinámicas, gracias al uso de medios de contraste basados en un metal pesado que es el gadolinio, el que permite también evaluar a nivel renal la captación, la concentración y la excreción del medio de contraste, aportando adicionalmente información funcional. Se realizan imágenes anatómicas del abdomen y la pelvis, incluidas secuencias que se centran en el parénquima renal (secuencias potenciadas en T1 y T2) y secuencias centradas en el tracto urinario. Las secuencias dirigidas al tracto urinario incluyen imágenes ponderadas en T2 en 2D y 3D de alta resolución, realzadas con contraste, que cuando se obtienen en 3D permiten realizar una variedad de reconstrucciones tridimensionales. (4) En general en la infancia, en los menores de 7 -8 años, el estudio requiere de protocolos de sedación o inclusive anestesia general por lo prolongado del estudio y por los artefactos que generan los movimientos respiratorios. Al respecto del uso de medios de contraste basado en gadolinio hay que afirmar en primera medida que no son nefrotóxicos, pero está demostrado que se pueden producir lesiones por la retención del gadolinio a nivel de la piel, el hígado, el hueso y el cerebro. Por el depósito en piel esta bien descrita le entidad conocida como fibrosis nefrogénica sistémica (FNS) claramente asociada al uso del gadolinio en pacientes con deterioro importante de la función renal y a unos medios de contraste específicos. Desde este punto de vista el uso de medios de contraste basados en gadolinio se puede hacer sin problemas en pacientes con tasa de filtración glomerular ≥ 30 ml/min/1.73 m2. y se debería evitar en lo posible si es menor de esta cifra. (5) Dado el hecho que en lo pacientes menores requiere sedación o anestesia general, la urografía por resonancia solo se indica en patologías complejas en las que con otros estudios no ha sido posible aclarar su anatomía como en doble sistema colector, sospecha de uréter ectópico, hidronefrosis con sospecha de obstrucción por vaso polar entre otras. Gráfica No 7. Urografía por resonancia normal. a. Imagen coronal en T2 sin contraste en la que se aprecian riñones normales. b. Proyección coronal con intensidad máxima en T2 en fase arterial y cortical poscontraste en la que se aprecia la circulación arterial renal y el realce de la corteza. c. Proyección coronal con intensidad máxima en T2 en fase excretora en la que se visualizan claramente pelvis, cálices y uréteres. Imagen tomada de Gamagrafía renal con DMSA El objetivo básico de este estudio de medicina nuclear es la evaluación de la función de la corteza renal. Corresponde a un estudio estático, en el que se utiliza un agente que es el Ácido DiMercaptoSuccínico (DMSA) que va unido a Tecnecio 99 (99m Tc-glucoheptonato). Este agente hace una retención prolongada a nivel cortical renal lo que permite la evaluación de la morfología funcional de la misma. Este agente se liga en un 90% a proteínas y se depura en los túbulos contorneados proximales funcionales y se retiene en la corteza lo que permite la cuantificación de la función diferencial de ambos riñones. Como muy poca cantidad del radiofármaco es excretada no hay interferencia del sistema colector en la evaluación de la función diferencial. (7) La gamagrafía renal con DMSA se utiliza con más frecuencia en dos escenarios específicos; en el de la infección urinaria para establecer si en relación con el proceso infeccioso hay cambios inflamatorios (pielonefritis) o lesiones cicatriciales y en aquellos casos en los que hay una anomalía estructural renal para evaluar el estado funcional de la unidad renal afectada, lo que facilitará el proceso de toma de decisiones en su manejo. En el capítulo de anomalías más frecuentes del aparato urinario se mencionarán otras indicaciones. Como se indicó previamente la gamagrafía renal con DMSA es un estudio estático. El radiofármaco es administrado por vía endovenosa a dosis adecuada al peso y a las 3 horas de su administración el paciente es introducido en la gama cámara e inmovilizado y se obtienen imágenes desde posterior para evitar la interferencia del hígado, el colon transverso y la cámara gástrica dada la naturaleza retroperitoneal de los riñones. Usualmente se obtiene una imagen posterior y una oblicua de cada acercando cada riñón a la gama cámara. Puede ser incluida una imagen en anteroposterior, que tendrá mucha utilidad en la evaluación de riñones ectópicos pélvicos o en la línea media o para la evaluación del istmo en los riñones en herradura (zona de fusión) ya que en la imagen adquirida desde posterior interferirá la presencia de la columna vertebral. En el riñón normal se apreciará una (6). captación homogénea del radiofármaco sin alteraciones del contorno. Ver Gráfica No 8 Gráfica No 8. Gamagrafía renal con DMSA. A las 3 horas de aplicado el radiofármaco el paciente ingresa a la gama cámara inmovilizado y se toma imagen desde posterior y una oblicua de cada lado. En laimagen desde posterior se aprecian los riñones con captación homogénea y sin alteración de su contorno. En las imágenes oblicuas solo se evalúa el riñón que está cerca a la gama cámara. Observen el detalle que en la oblicua izquierda, por ejemplo, el riñón derecho luce hipocaptante global dado que se encuentra más lejos de la gama cámara y no porque tenga alguna alteración. Con la imagen adquirida desde posterior en el computador de la gama cámara, con un lápiz digital o su cursor se rodean las siluetas renales y el programa de la gama cámara hace un análisis de la intensidad de radiación y el número de cuentas radiactivas en cada área demarcada y reporta la función diferencial del cada riñón de manera porcentual, o sea que la suma de ambos aportes es igual a 100%. Normalmente cada riñón aporta un 50% de la función global, pero se admite como normal un aporte diferencial de 45%-55%, siempre y cuando la captación y el contorno del riñón que aporta el 45% sean normales. Ver Gráfica No 9 Gráfica No 9. Gamagrafía renal con DMSA. Nótense las siluetas renales demarcadas digitalmente con líneas rojas y el reporte de función diferencial en rango normal Renograma diurético (DTPA - MAG3) El renograma diurético, a diferencia de la gamagrafía renal con DMSA, es un estudio dinámico (el paciente permanece dentro de la gama cámara durante el estudio). Puede ser realizado con varios radiofármacos, pero específicamente vamos a referirnos al renograma realizado con el Ácido Dietilentriamino Pentacético (99mTc-DTPA) y con la mercaptoacetiltriglicina (99mTc-MAG3). Estos radiofármacos permiten la evaluación de tres aspectos funcionales del riñón: su perfusión, su eliminación (extracción del radiofármaco de la sangre) por filtración glomerular o secreción tubular y la excreción o función de drenaje del radiofármaco desde el riñón, pero realmente los más importantes son los dos últimos siendo el primero sobre todo relevante en los pacientes postrasplante renal. Por esta razón estos estudios dinámicos son utilizados para medir la tasa de filtración glomerular y para establecer si hay presencia de un fenómeno obstructivo a nivel del sistema colector (p.e. obstrucción de la unión pielo ureteral o de la unión uretero-vesical). Como se mencionó previamente los agentes más usados son el 99mTc-DTPA, que es eliminado por filtración glomerular y el 99mTc-MAG3, que es eliminado por secreción tubular. En los lactantes menores por la inmadurez renal y en pacientes con compromiso de la función renal se considera que se obtienen imágenes de mejor calidad con el 99mTc-MAG3 por no ser dependiente de la filtración glomerular. Básicamente para su realización el paciente es inmovilizado e introducido en supino en la gama cámara, el radiofármaco es administrado por vía endovenosa y entre el minuto 1 y 2 posterior a su aplicación la tasa de filtración glomerular es medida y finalmente se evalúa el tránsito del radiofármaco a través del sistema colector. El comportamiento usual del radiofármaco al ser administrado es que perfunda el parénquima, se elimine por filtración glomerular o secreción tubular y pase al colector y progrese a la vejiga. Normalmente se adquieren curvas que permiten evaluar el comportamiento del radiofármaco después de ser inyectado, en las que se aprecian una fase de ascenso correspondiente a la perfusión del parénquima y la eliminación renal del agente con el subsecuente llenamiento de las estructuras colectoras y posteriormente una fase descendente que indica la evacuación del radiofármaco desde el sistema colector hacia la vejiga. El hecho que se denomine renograma diurético corresponde a que el estudio es intervenido con furosemida (0,5-1 mg por Kg con dosis máxima entre 20 y 40 mg), para establecer en el caso que la curva no demuestre un descenso adecuado, si corresponde o no realmente a un fenómeno activo de obstrucción. En general el protocolo más usado se conoce como F+20 en el que el diurético es administrado 20 minutos después del radiofármaco. Para evaluar la respuesta al diurético clásicamente se ha utilizado un parámetro conocido como T1/2 diurético, que corresponde al tiempo transcurrido para que se evacúe el 50% del radiofármaco retenido a nivel de la pelvis renal posterior a la administración del diurético. Históricamente se ha considera que un T1/2 menor de 10 minutos es normal, entre 10 y 20 minutos indeterminado y > a 20 minutos como compatible con un fenómeno obstructivo. La interpretación de las curvas de evacuación del radiofármaco debe hacerse de manera cuidadosa porque factores como el grado de llenamiento de la vejiga (retarda el drenaje del radiofármaco), el estado de hidratación del paciente y la presencia de reflujo vésico ureteral pueden afectar su morfología descendente normal. Dada la posibilidad de interpretación inadecuada de estas curvas se han buscado otros parámetros para establecer la presencia de obstrucción como la actividad residual del radiofármaco en cada riñón después de la micción o la adquisición de imágenes con el paciente en posición vertical favoreciendo el drenaje del radiofármaco con la gravedad. Se ha descrito que retención del radiofármaco > del 50% a nivel del colector en registros pos micción podrían sugerir la presencia de obstrucción. (8) Ver Gráficas No 10 y 11. Gráfica No 10. Renograma diurético 99mTc-MAG3. En las tres líneas superiores de imágenes renales se aprecia la adecuada perfusión de ambos riñones y la concentración del agente en la corteza. En las siguientes imágenes se aprecia el drenaje del radiofármaco a la pelvis renal con retención leve de lado izquierdo y secuencialmente es evidente como el agente pasa a la vejiga y la actividad a nivel renal al final prácticamente desaparece (recuadro verde). Las curvas de ambos riñones (roja: riñón izquierdo, verde: riñón derecho) descienden de manera satisfactoria. Gráfica No 11. Renograma diurético 99mTc- DTPA. Se observa perfusión normal de ambos riñones con aporte funcional (recuadro verde) normal. La flecha roja muestra que hay retención piélica del lado derecho y con una curva que no desciende (curva de línea continua) por lo cual el estudio es intervenido con diurético al minuto 15 (Línea gris -100% de actividad en ese momento) y dicha actividad desciende al 50% hacia el minuto 23 siendo reportado el T1/2 diurético en 7.5 minutos (dentro de la normalidad). La curva izquierda (línea discontinua) es normal y para el momento de la administración del diurético la evacuación de la pelvis es casi completa. Corresponde el renograma a una hidronefrosis derecha no obstructiva. Cisto gamagrafía o cistografía nuclear Este estudio de medicina nuclear tiene el mismo principio de la uretrocistografía miccional. Se debe realizar la cateterización de la uretra y dejando la vejiga vacía se procede a llenarla con el radiofármaco 99m Tc-pertecnetato, con un volumen adecuado de acuerdo con la capacidad vesical esperada. Por el hecho de que la uretra se cateteriza esta cistografía se considera como directa. El objetivo del estudio es establecer si durante el llenamiento o durante la micción se produce el paso retrógrado del radiofármaco desde la vejiga hacia los uréteres (reflujo vésico ureteral). El paciente es introducido a la gama cámara y se obtienen imágenes desde posterior dada la naturaleza retroperitoneal de los uréteres. La gran ventaja de la cistografía nuclear es que puede documentar la presencia del reflujo con una sensibilidad mayor que la de la uretrocistografía miccional y con una exposición muchísimo menor a la radiación ionizante. La desventaja de esta es que no evita la cateterización de la uretra y no aporta ninguna información sobre la anatomía de la uretra o de la vejiga por lo cual, si en el escenario de infección urinaria se plantea la necesidad de realizaruna cistografía, no puede hacerse inicialmente una cistografía nuclear y deberá realizarse una uretrocistografía radiológica que como se revisó previamente aportará toda la información anatómica necesaria para la evaluación del tracto urinario inferior. Su uso quedará restringido al seguimiento del paciente portador de reflujo vésico ureteral cuando se desea establecer si un reflujo ya conocido persiste en el tiempo y en un escenario muy importante que es el de pacientes con infección urinaria y cambios gamagráficos en el DMSA cuya uretrocistografía miccional ha sido negativa para reflujo y que por la mayor sensibilidad de la cistografía nuclear para la detección del reflujo estará indicada identificando falsos negativos de la cisto radiológica. (7,9) Gráfica No 12. Cistografía nuclear directa. Estudio normal negativo para reflujo vésico. Nótese como el estudio no permite establecer las características anatómicas de la vejiga ni de la uretra a diferencia de la uretrocistografía miccional. Está descrito un segundo tipo de cistografía nuclear denominada indirecta, que se fundamenta en intentar establecer la presencia de reflujo vésico ureteral sin necesidad de cateterizar la uretra. Se puede realizar en pacientes continentes urinarios y colaboradores. Se realiza un renograma usual, idealmente con 99mTc-MAG3. Al terminar el renograma el paciente debe miccionar sentado en la gama cámara y se debe hacer un registro de al menos 30 segundos en los que se evalúe durante la fase previa a la micción, mientras micciona y al término de esta. Si al terminar persiste radiofármaco en la vejiga se debe hidratar oralmente e ingresar a la gama cámara nuevamente cuando tenga otra vez deseo de miccionar y repetir el mismo registro. El diagnóstico de reflujo será hecho si se aprecia incremento evidente de la actividad en uno o ambos riñones, el que ya no se produce por eliminación renal sino por el paso retrógrado de orina con radiofármaco desde la vejiga hacia el sistema colector. (5) Este estudio no es de uso frecuente en nuestro medio. Comentarios breves sobre el uso de la exposición a radiación ionizante en la evaluación con imágenes del aparato urinario Para terminar este capítulo es muy importante que tengan alguna información sobre la intensidad de la radiación en los estudios de imágenes más frecuentes en urología pediátrica y sus posibles implicaciones. Es claro, como se consigna en el documento de la Organización Mundial de la Salud, (11) que el ser humano se expone normalmente a la radiación ionizante natural procedente de la inhalación (gas Radón), de alimentos y bebidas, de la radiación terrestre y de la radiación cósmica. La preocupación estriba en el hecho que si en promedio en el mundo un ser humano se expone anualmente a una radiación natural de 3 mSv (mili sieverts), el 20% de esa radiación puede proceder de los estudios por imágenes y en países como Estado Unidos alcanzar el 50%, adicionalmente con un evidente incremento anual. La teoría predominante alrededor del efecto nocivo de la radiación es la denominada lineal sin umbral que parte del principio que cualquier nivel de radiación puede ser nocivo así la exposición sea baja, lo que podría implicar el riesgo aumentado de cáncer en los pacientes sometidos a evaluación por imágenes. Para que tengan una referencia de las dosis de radiación de los diferentes procedimientos vale la pena revisar la tabla en la que se compara la dosis de radiación de una radiografía de tórax, con la dosis equivalente de exposición a radiación natural y el equivalente en número de radiografías de tórax de los otros estudios. Ver Tabla No 1. Es claro que la exposición a radiación es alta y por esta razón han surgido recomendaciones para que se racionalice su uso y para que se busque con estrategias técnicas de los equipos utilizados para la realización de los estudios la disminución de la dosis de radiación. Vale la pena citar a Schroeder y colaboradores, quienes han afirmado: “El uso excesivo de estudios imagenológicos en la infancia y sus potenciales daños deben ser abordados de manera urgente y sistemática. Ya se trate del daño directo por la exposición a la radiación misma o a los daños y costos de la cascada de intervenciones que siguen a una prueba innecesaria”. (13) Un claro ejemplo es esto es lo que ha sucedido con la evaluación con uretrocistografía miccional de los pacientes con infección urinaria febril, ya que desde la publicación de la guía de la Academia Americana de Pediatría en 2011 (14) en la que se recomienda que solo se realice este estudio en los casos con ecografía de vías urinarias anormal, en los de recurrencia o en los casos con situaciones clínicas complejas o atípicas, ha disminuido en muchos centros el número de cistografías realizadas (15) y adicionalmente ha disminuido de manera substancial el diagnóstico del reflujo vésico ureteral y el número de procedimientos que se realizan para su tratamiento. (16) Tabla No 1. Dosis de radiación en procedimientos de Urología Pediátrica. Comparación de la dosis efectiva de radiación en estudios de imágenes de Urología Pediátrica tomando como referencia la dosis de una radiografía de tórax y su equivalencia con la exposición a la radiación natural (Tomada y modificada de 11 y 12) Por último hay que mencionar como lo describen Kurtz y colaboradores (16) que es razonable disminuir la exposición a la radiación por sus posibles riesgos, pero que la información debe manejarse con cautela por el riesgo de inducir radiofobia, dentro del mismo personal de salud y en las familias de los pacientes, que puede llevar al rechazo para realizar estudios que tienen clara indicación o al intento de disminuir la dosis de radiación usual en los mismos obteniendo resultados subóptimos que no clarifican el diagnóstico. BIBLIOGRAFÍA 1. Riccabona M. Basics, principles, techniques and modern methods in paediatric ultrasonography. Eur J Radiol. 2014;83(9):1487–1494. 2. Frimberger D, Bauer SB, Cain MP, et al. 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