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IMAGENES EN UROLOGIA

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA 
IMÁGENES EN UROLOGÍA PEDIÁTRICA - APARATO URINARIO NORMAL 
 
 
 
La evaluación con imágenes del aparato urinario es esencial para confirmar o descartar la 
presencia de anomalías anatómicas del aparato urinario, por lo cual es fundamental en el estudio 
de pacientes con diagnóstico antenatal de patologías del aparato urinario, en el escenario de la 
infección urinaria y en aquellos pacientes con diversos motivos de consulta o hallazgos al examen 
físico (dolor cólico reno ureteral – presencia de masa palpable abdominal, trauma abdominal por 
ejemplo) que podrían sugerir patología del tracto urinario. 
Revisaremos entonces las imágenes más utilizadas en la evaluación del aparato urinario en el 
paciente pediátrico: 
- Ecografía renal y de vías urinarias 
- Uretrocistografía miccional 
- Uro TAC 
- Urografía por resonancia 
- Gamagrafía renal con DMSA 
- Renograma diurético (DTPA -MAG3) 
- Cisto gamagrafía o cistografía nuclear 
Se deja claridad que no se revisarán los principios físicos ni técnicos de los diferentes métodos de 
evaluación, pero se hará énfasis en la naturaleza del procedimiento y sus utilidades 
 
Ecografía renal y de vías urinarias 
Más que un estudio de imagen lo deberíamos considerar como una extensión del examen físico y 
por múltiples razones es el estudio de primera línea en la evaluación del aparato urinario, a saber: 
en general es un estudio de bajo costo, fácilmente disponible, que no expone a radiación ionizante 
y que obtiene imágenes anatómicas de excelente resolución y en niños particularmente mejores 
por la escasa cantidad de grasa en la pared abdominal. Adicionalmente, progresos tecnológicos 
tales como el de la ecografía doppler o el uso de contrastes sonográficos extienden su campo de 
aplicación. 
En el recién nacido es fundamental en la evaluación de pacientes con diagnóstico antenatal de 
patología del aparato urinario y en el escenario de la infección urinaria con el objetivo de descartar 
anomalías estructurales. Es también útil en la evaluación inicial del trauma del aparato urinario y 
en los pacientes con masa abdominal palpable. Por los cambios en el aspecto del parénquima 
puede ser útil en el diagnóstico de la mayoría de las enfermedades renales quísticas de la infancia. 
El uso del doppler le extiende su aplicación a la detección de patologías vasculares como la 
trombosis de la vena renal o la hipertensión reno vascular. La ecografía realzada con medios de 
contraste se ha introducido para intentar evitar sobre todo la radiación ionizante de la 
uretrocistografía miccional, pero su uso no se ha extendido en nuestro medio. (1) 
 
Una de las desventajas de este estudio es que depende de su operador, de la resolución del 
equipo, del uso del transductor adecuado y de la calidad de las imágenes que envíen por lo cual el 
estudio puede técnicamente no ser adecuado, lo que sucede con mayor frecuencia de lo deseado. 
Veamos ahora los hallazgos de una ecografía renal y de vías urinarias normal. Los riñones se 
aprecian con su forma ovoidea característica y son mostrados en longitudinal y axial para medir 
sus tres dimensiones. Característicamente el parénquima renal es hipoecoico con respecto al 
hígado y al bazo y presenta el riñón una zona central hiperecogénica donde se encuentra la pelvis 
renal y la grasa peripiélica. En la infancia y sobre todo en los primeros años de la vida las pirámides 
renales lucen hipoecoicas y no deben ser interpretadas como hallazgo anormal. La vejiga debe ser 
evaluada con distensión adecuada, lo que permite establecer el grosor real de su pared, dejando 
claridad que con la vejiga llena las paredes de la vejiga prácticamente no son visibles. Los uréteres 
normalmente no son visibles en la ecografía. El paciente, si su edad lo permite, al terminar su 
valoración ecográfica debe ser enviado a miccionar y en un lapso no mayor de 5 minutos debe ser 
reevaluado para establecer el residuo posmiccional. (1) Ver Gráficas No 1 y 2 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Gráfica No 1. Ecografía renal y de vías urinarias normal. a. Se aprecia el riñón izquierdo en longitudinal y 
axial midiéndose sus dimensiones. Se aprecia con claridad la zona central hiperecogénica y el parénquima 
hipoecoico. b. Riñón derecho en longitudinal. c. Riñón derecho con imagen muy evidente de pirámides 
renales ecolúcidas. d. Vejiga distendida de paredes normales, prácticamente no visualizables. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Gráfica No 2. Ecografía renal y de vías urinarias normal. a. Vejiga distendida de paredes normales. b. 
Registro de la vejiga realizado después de la micción lo que permite la evaluación del residuo pos miccional. 
Debe notarse que con la vejiga casi vacía su pared se hace visible, lo que no significa que sea anormal. 
 
Uretrocistografía miccional 
Este estudio ha sido realizado por décadas y su objetivo básico es la evaluación anatómica del 
tracto urinario inferior y ha sido fundamentalmente la herramienta para la identificación del 
reflujo vésico ureteral en el paciente que cursa con infección urinaria y para diagnosticar otras 
anomalías de la vejiga y alteraciones congénitas o adquiridas de la uretra masculina. Con el 
enfoque actual de la evaluación de la infección urinaria en pediatría y considerando la exposición a 
radiación ionizante, ya que es un estudio que se realiza bajo fluoroscopia pulsada, la frecuencia 
con la que se realiza ha venido disminuyendo. 
Para su realización el paciente debe tener un urocultivo negativo y debe tener cobertura 
antibiótica (cefalexina o trimetoprim-sulfalmetoxazol) a dosis terapéuticas desde 1 día antes y 
hasta 2 días después de su realización o de acuerdo con el protocolo de cada institución. 
Usualmente toman una placa preliminar y se procede a cateterizar la uretra con técnica aséptica 
con una sonda Nélaton 6-8Fr vaciando completamente la vejiga. Posteriormente con el paciente 
en supino se procede a instilar por gravedad a la vejiga un volumen adecuado de medio de 
contraste, ajustado a la capacidad vesical esperada, visualizando permanentemente con 
fluoroscopia pulsada desde el inicio del llenamiento. Las imágenes que se tomen deben 
comprometer la totalidad del abdomen para que en el caso que haya reflujo vésico ureteral se 
visualicen las estructuras colectoras renales y se pueda clasificar el grado del reflujo y 
adicionalmente se deben realizar imágenes oblicuas que permitan evaluar la anatomía de las 
uniones uretero-vesicales, descartando la presencia de anomalías como los divertículos vesicales. 
Una vez llena la vejiga se debe evaluar la fase miccional para obtener imágenes de la uretra que 
idealmente deben ser tomadas en proyecciones oblicuas que permiten su visualización adecuada. 
Al término de la micción usualmente se toma una última imagen para evaluar la evacuación de la 
vejiga. Para mejorar la sensibilidad de la cistografía para detección de reflujo vésico-ureteral se 
describe que se pueden realizar al menos dos ciclos de llenado y retirar la sonda uretral al final del 
último llenado para obtener una imagen miccional sin sonda. (2) 
En la evaluación de las imágenes la placa preliminar debe ser revisada para descartar la presencia 
de alteraciones óseas y establecer si la cantidad de materia fecal que se aprecia sugiere la 
presencia de estreñimiento (normalmente solo debería verse materia fecal en la ampolla rectal). 
En las imágenes de llenamiento de un estudio normal se debe apreciar la vejiga de superficie lisa y 
de capacidad adecuada y sin evidencia de paso de medio de contraste de manera retrógrada hacia 
los uréteres (haría el diagnóstico de reflujo vésico-ureteral). Idealmente el radiólogo debería 
informar el volumen de medio de contraste infundido (nos da información de la capacidad vesical) 
y si hay reflujo debería mencionar con que volumen se presentó este. Finalmente se debe ver en el 
estudio normal la uretra, idealmente en una placa oblicua, sobre todoen el paciente masculino 
para poder apreciar con claridad todas sus porciones, lo que no es posible si se toma la placa en 
AP. (2) Ver Gráficas No 3,4 y 5 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Gráfica No 3. Uretrocistografía miccional normal de una paciente femenina. a. Preliminar con importante 
cantidad de materia fecal. b. Vejiga de superficie lisa y buena capacidad sin evidencia de reflujo c. Placa 
miccional con uretra femenina normal 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Gráfica No 4. Uretrocistografía miccional normal de un paciente masculino. a. Preliminar con escasa 
cantidad de materia fecal y sin alteraciones óseas. b. y c. Vejiga de superficie lisa y buena capacidad en AP 
en b. y en oblicua en c. d. Placa miccional con uretra masculina normal y con evacuación prácticamente 
completa de la vejiga 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Gráfica No 5. Uretrocistografía miccional. a. Imagen oblicua con vejiga normal, sin reflujo y uretra 
masculina normal en la que se distinguen todas sus porciones. A nivel de la uretra prostática se aprecia 
pequeño defecto de llenamiento que corresponde al veru montanum o colículo seminal b. Imagen de la 
uretra masculina obtenida en AP que no permite apreciar correctamente las porciones de la uretra c. Placa 
miccional de una paciente femenina en la que se aprecia la uretra de morfología normal. 
 
Uro TAC 
 
La tomografía no contrastada de abdomen y pelvis, denominada usualmente Uro TAC, es usada 
como evaluación de segunda línea después de la ecografía renal y de vías urinarias en la 
evaluación de los pacientes con sospecha de urolitiasis. Tendrá indicación cuando hay evidencia de 
signos de un cálculo obstructivo sin que este se identifique en la ecografía, cuando hay una alta 
sospecha clínica y no hay un cálculo visible en la ecografía o cuando consideramos que la ecografía 
definitivamente no fue diagnóstica en el escenario de litiasis. Idealmente la evaluación se deberá 
hacer en prono, lo que podrá ser útil en diferenciar un cálculo impactado en la unión uretero 
vesical con un cálculo libre en la vejiga, el que caerá hacia la pared anterior de la misma. (3) En la 
Gráfica No 6 se muestra la imagen coronal de un uro TAC normal. 
 
Gráfica No 6. Uro TAC normal. Imagen coronal de Uro TAC sin evidencia de imágenes sugestivas de cálculos 
en riñones, uréteres o vejiga 
 
Al respecto de la urografía por TAC es importante dejar claro que por la alta exposición a radiación 
ionizante es un estudio que se realiza con muy poca frecuencia, por lo cual estudios de tomografía 
contrastada actualmente en el campo de la urología pediátrica se restringen especialmente a la 
evaluación del paciente con trauma con sospecha de lesión en el aparato urinario. 
 
Urografía por resonancia 
Este es el estudio de más reciente introducción para la evaluación del aparato urinario y que 
brinda imágenes de alta resolución tanto estáticas como dinámicas, gracias al uso de medios de 
contraste basados en un metal pesado que es el gadolinio, el que permite también evaluar a nivel 
renal la captación, la concentración y la excreción del medio de contraste, aportando 
adicionalmente información funcional. 
Se realizan imágenes anatómicas del abdomen y la pelvis, incluidas secuencias que se centran en 
el parénquima renal (secuencias potenciadas en T1 y T2) y secuencias centradas en el tracto 
urinario. Las secuencias dirigidas al tracto urinario incluyen imágenes ponderadas en T2 en 2D y 
3D de alta resolución, realzadas con contraste, que cuando se obtienen en 3D permiten realizar 
una variedad de reconstrucciones tridimensionales. (4) 
En general en la infancia, en los menores de 7 -8 años, el estudio requiere de protocolos de 
sedación o inclusive anestesia general por lo prolongado del estudio y por los artefactos que 
generan los movimientos respiratorios. 
Al respecto del uso de medios de contraste basado en gadolinio hay que afirmar en primera 
medida que no son nefrotóxicos, pero está demostrado que se pueden producir lesiones por la 
retención del gadolinio a nivel de la piel, el hígado, el hueso y el cerebro. Por el depósito en piel 
esta bien descrita le entidad conocida como fibrosis nefrogénica sistémica (FNS) claramente 
asociada al uso del gadolinio en pacientes con deterioro importante de la función renal y a unos 
medios de contraste específicos. Desde este punto de vista el uso de medios de contraste basados 
en gadolinio se puede hacer sin problemas en pacientes con tasa de filtración glomerular ≥ 30 
ml/min/1.73 m2. y se debería evitar en lo posible si es menor de esta cifra. (5) 
 
Dado el hecho que en lo pacientes menores requiere sedación o anestesia general, la urografía por 
resonancia solo se indica en patologías complejas en las que con otros estudios no ha sido posible 
aclarar su anatomía como en doble sistema colector, sospecha de uréter ectópico, hidronefrosis 
con sospecha de obstrucción por vaso polar entre otras. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Gráfica No 7. Urografía por resonancia normal. a. Imagen coronal en T2 sin contraste en la que se aprecian 
riñones normales. b. Proyección coronal con intensidad máxima en T2 en fase arterial y cortical poscontraste 
en la que se aprecia la circulación arterial renal y el realce de la corteza. c. Proyección coronal con intensidad 
máxima en T2 en fase excretora en la que se visualizan claramente pelvis, cálices y uréteres. Imagen tomada 
de 
 
 
Gamagrafía renal con DMSA 
El objetivo básico de este estudio de medicina nuclear es la evaluación de la función de la corteza 
renal. Corresponde a un estudio estático, en el que se utiliza un agente que es el Ácido 
DiMercaptoSuccínico (DMSA) que va unido a Tecnecio 99 (99m Tc-glucoheptonato). Este agente 
hace una retención prolongada a nivel cortical renal lo que permite la evaluación de la morfología 
funcional de la misma. Este agente se liga en un 90% a proteínas y se depura en los túbulos 
contorneados proximales funcionales y se retiene en la corteza lo que permite la cuantificación de 
la función diferencial de ambos riñones. Como muy poca cantidad del radiofármaco es excretada 
no hay interferencia del sistema colector en la evaluación de la función diferencial. (7) 
 
La gamagrafía renal con DMSA se utiliza con más frecuencia en dos escenarios específicos; en el de 
la infección urinaria para establecer si en relación con el proceso infeccioso hay cambios 
inflamatorios (pielonefritis) o lesiones cicatriciales y en aquellos casos en los que hay una anomalía 
estructural renal para evaluar el estado funcional de la unidad renal afectada, lo que facilitará el 
proceso de toma de decisiones en su manejo. En el capítulo de anomalías más frecuentes del 
aparato urinario se mencionarán otras indicaciones. 
 
Como se indicó previamente la gamagrafía renal con DMSA es un estudio estático. El radiofármaco es 
administrado por vía endovenosa a dosis adecuada al peso y a las 3 horas de su administración el 
paciente es introducido en la gama cámara e inmovilizado y se obtienen imágenes desde posterior para 
evitar la interferencia del hígado, el colon transverso y la cámara gástrica dada la naturaleza 
retroperitoneal de los riñones. Usualmente se obtiene una imagen posterior y una oblicua de cada 
acercando cada riñón a la gama cámara. Puede ser incluida una imagen en anteroposterior, que tendrá 
mucha utilidad en la evaluación de riñones ectópicos pélvicos o en la línea media o para la evaluación 
del istmo en los riñones en herradura (zona de fusión) ya que en la imagen adquirida desde posterior 
interferirá la presencia de la columna vertebral. En el riñón normal se apreciará una 
(6). 
captación homogénea del radiofármaco sin alteraciones del contorno. Ver Gráfica No 8 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Gráfica No 8. Gamagrafía renal con DMSA. A las 3 horas de aplicado el radiofármaco el paciente ingresa a 
la gama cámara inmovilizado y se toma imagen desde posterior y una oblicua de cada lado. En laimagen 
desde posterior se aprecian los riñones con captación homogénea y sin alteración de su contorno. En las 
imágenes oblicuas solo se evalúa el riñón que está cerca a la gama cámara. Observen el detalle que en la 
oblicua izquierda, por ejemplo, el riñón derecho luce hipocaptante global dado que se encuentra más lejos de 
la gama cámara y no porque tenga alguna alteración. 
 
Con la imagen adquirida desde posterior en el computador de la gama cámara, con un lápiz digital 
o su cursor se rodean las siluetas renales y el programa de la gama cámara hace un análisis de la 
intensidad de radiación y el número de cuentas radiactivas en cada área demarcada y reporta la 
función diferencial del cada riñón de manera porcentual, o sea que la suma de ambos aportes es 
igual a 100%. Normalmente cada riñón aporta un 50% de la función global, pero se admite como 
normal un aporte diferencial de 45%-55%, siempre y cuando la captación y el contorno del riñón 
que aporta el 45% sean normales. Ver Gráfica No 9 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Gráfica No 9. Gamagrafía renal con DMSA. Nótense las siluetas renales demarcadas digitalmente con líneas 
rojas y el reporte de función diferencial en rango normal 
 
Renograma diurético (DTPA - MAG3) 
El renograma diurético, a diferencia de la gamagrafía renal con DMSA, es un estudio dinámico (el 
paciente permanece dentro de la gama cámara durante el estudio). Puede ser realizado con varios 
radiofármacos, pero específicamente vamos a referirnos al renograma realizado con el Ácido 
Dietilentriamino Pentacético (99mTc-DTPA) y con la mercaptoacetiltriglicina (99mTc-MAG3). 
Estos radiofármacos permiten la evaluación de tres aspectos funcionales del riñón: su perfusión, 
su eliminación (extracción del radiofármaco de la sangre) por filtración glomerular o secreción 
tubular y la excreción o función de drenaje del radiofármaco desde el riñón, pero realmente los 
más importantes son los dos últimos siendo el primero sobre todo relevante en los pacientes 
postrasplante renal. Por esta razón estos estudios dinámicos son utilizados para medir la tasa de 
filtración glomerular y para establecer si hay presencia de un fenómeno obstructivo a nivel del 
sistema colector (p.e. obstrucción de la unión pielo ureteral o de la unión uretero-vesical). 
Como se mencionó previamente los agentes más usados son el 99mTc-DTPA, que es eliminado por 
filtración glomerular y el 99mTc-MAG3, que es eliminado por secreción tubular. En los lactantes 
menores por la inmadurez renal y en pacientes con compromiso de la función renal se considera 
que se obtienen imágenes de mejor calidad con el 99mTc-MAG3 por no ser dependiente de la 
filtración glomerular. 
Básicamente para su realización el paciente es inmovilizado e introducido en supino en la gama 
cámara, el radiofármaco es administrado por vía endovenosa y entre el minuto 1 y 2 posterior a su 
aplicación la tasa de filtración glomerular es medida y finalmente se evalúa el tránsito del radiofármaco 
a través del sistema colector. El comportamiento usual del radiofármaco al ser administrado es que 
perfunda el parénquima, se elimine por filtración glomerular o secreción tubular y pase al colector y 
progrese a la vejiga. Normalmente se adquieren curvas que permiten evaluar el comportamiento del 
radiofármaco después de ser inyectado, en las que se aprecian una fase de ascenso correspondiente a 
la perfusión del parénquima y la eliminación renal del agente con el subsecuente llenamiento de las 
estructuras colectoras y posteriormente una fase descendente que indica la evacuación del 
radiofármaco desde el sistema colector hacia la vejiga. El hecho que se denomine renograma diurético 
corresponde a que el estudio es intervenido con furosemida (0,5-1 mg por Kg con dosis máxima entre 
20 y 40 mg), para establecer en el caso que la curva no demuestre un descenso adecuado, si 
corresponde o no realmente a un fenómeno activo de obstrucción. En general el protocolo más usado 
se conoce como F+20 en el que el diurético es administrado 20 minutos después del radiofármaco. 
Para evaluar la respuesta al diurético clásicamente se ha utilizado un parámetro conocido como T1/2 
diurético, que corresponde al tiempo transcurrido para que se evacúe el 50% del radiofármaco 
retenido a nivel de la pelvis renal posterior a la administración del diurético. Históricamente se ha 
considera que un T1/2 menor de 10 minutos es normal, entre 10 y 20 minutos indeterminado y > a 20 
minutos como compatible con un fenómeno obstructivo. La interpretación de las curvas de evacuación 
del radiofármaco debe hacerse de manera cuidadosa porque factores como el grado de llenamiento de 
la vejiga (retarda el drenaje del radiofármaco), el estado de hidratación del paciente y la presencia de 
reflujo vésico ureteral pueden afectar su morfología descendente normal. Dada la posibilidad de 
interpretación inadecuada de estas curvas se han buscado otros parámetros para establecer la 
presencia de obstrucción como la 
actividad residual del radiofármaco en cada riñón después de la micción o la adquisición de 
imágenes con el paciente en posición vertical favoreciendo el drenaje del radiofármaco con la 
gravedad. Se ha descrito que retención del radiofármaco > del 50% a nivel del colector en 
registros pos micción podrían sugerir la presencia de obstrucción. (8) Ver Gráficas No 10 y 11. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Gráfica No 10. Renograma diurético 99mTc-MAG3. En las tres líneas superiores de imágenes renales se 
aprecia la adecuada perfusión de ambos riñones y la concentración del agente en la corteza. En las 
siguientes imágenes se aprecia el drenaje del radiofármaco a la pelvis renal con retención leve de lado 
izquierdo y secuencialmente es evidente como el agente pasa a la vejiga y la actividad a nivel renal al final 
prácticamente desaparece (recuadro verde). Las curvas de ambos riñones (roja: riñón izquierdo, verde: riñón 
derecho) descienden de manera satisfactoria. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Gráfica No 11. Renograma diurético 99mTc- DTPA. Se observa perfusión normal de ambos riñones con aporte 
funcional (recuadro verde) normal. La flecha roja muestra que hay retención piélica del lado derecho y con una 
curva que no desciende (curva de línea continua) por lo cual el estudio es intervenido con diurético al minuto 
15 (Línea gris -100% de actividad en ese momento) y dicha actividad desciende al 50% hacia el minuto 23 
siendo reportado el T1/2 diurético en 7.5 minutos (dentro de la normalidad). La curva izquierda (línea 
discontinua) es normal y para el momento de la administración del diurético la evacuación de la pelvis es casi 
completa. Corresponde el renograma a una hidronefrosis derecha no obstructiva. 
 
Cisto gamagrafía o cistografía nuclear 
Este estudio de medicina nuclear tiene el mismo principio de la uretrocistografía miccional. Se 
debe realizar la cateterización de la uretra y dejando la vejiga vacía se procede a llenarla con el 
radiofármaco 99m Tc-pertecnetato, con un volumen adecuado de acuerdo con la capacidad vesical 
esperada. Por el hecho de que la uretra se cateteriza esta cistografía se considera como directa. El 
objetivo del estudio es establecer si durante el llenamiento o durante la micción se produce el 
paso retrógrado del radiofármaco desde la vejiga hacia los uréteres (reflujo vésico ureteral). El 
paciente es introducido a la gama cámara y se obtienen imágenes desde posterior dada la 
naturaleza retroperitoneal de los uréteres. La gran ventaja de la cistografía nuclear es que puede 
documentar la presencia del reflujo con una sensibilidad mayor que la de la uretrocistografía 
miccional y con una exposición muchísimo menor a la radiación ionizante. La desventaja de esta es 
que no evita la cateterización de la uretra y no aporta ninguna información sobre la anatomía de la 
uretra o de la vejiga por lo cual, si en el escenario de infección urinaria se plantea la necesidad de 
realizaruna cistografía, no puede hacerse inicialmente una cistografía nuclear y deberá realizarse 
una uretrocistografía radiológica que como se revisó previamente aportará toda la información 
anatómica necesaria para la evaluación del tracto urinario inferior. Su uso quedará restringido al 
seguimiento del paciente portador de reflujo vésico ureteral cuando se desea establecer si un 
reflujo ya conocido persiste en el tiempo y en un escenario muy importante que es el de pacientes 
con infección urinaria y cambios gamagráficos en el DMSA cuya uretrocistografía miccional ha sido 
negativa para reflujo y que por la mayor sensibilidad de la cistografía nuclear para la detección del 
reflujo estará indicada identificando falsos negativos de la cisto radiológica. (7,9) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Gráfica No 12. Cistografía nuclear directa. Estudio normal negativo para reflujo vésico. Nótese como el 
estudio no permite establecer las características anatómicas de la vejiga ni de la uretra a diferencia de la 
uretrocistografía miccional. 
 
Está descrito un segundo tipo de cistografía nuclear denominada indirecta, que se fundamenta en 
intentar establecer la presencia de reflujo vésico ureteral sin necesidad de cateterizar la uretra. Se 
puede realizar en pacientes continentes urinarios y colaboradores. Se realiza un renograma usual, 
idealmente con 99mTc-MAG3. Al terminar el renograma el paciente debe miccionar sentado en la 
gama cámara y se debe hacer un registro de al menos 30 segundos en los que se evalúe durante la 
fase previa a la micción, mientras micciona y al término de esta. Si al terminar persiste 
radiofármaco en la vejiga se debe hidratar oralmente e ingresar a la gama cámara nuevamente 
cuando tenga otra vez deseo de miccionar y repetir el mismo registro. El diagnóstico de reflujo 
será hecho si se aprecia incremento evidente de la actividad en uno o ambos riñones, el que ya no 
se produce por eliminación renal sino por el paso retrógrado de orina con radiofármaco desde la 
vejiga hacia el sistema colector. (5) Este estudio no es de uso frecuente en nuestro medio. 
 
Comentarios breves sobre el uso de la exposición a radiación ionizante en la evaluación con 
imágenes del aparato urinario 
Para terminar este capítulo es muy importante que tengan alguna información sobre la intensidad 
de la radiación en los estudios de imágenes más frecuentes en urología pediátrica y sus posibles 
implicaciones. Es claro, como se consigna en el documento de la Organización Mundial de la Salud, 
(11) que el ser humano se expone normalmente a la radiación ionizante natural procedente de la 
inhalación (gas Radón), de alimentos y bebidas, de la radiación terrestre y de la radiación cósmica. 
La preocupación estriba en el hecho que si en promedio en el mundo un ser humano se expone 
anualmente a una radiación natural de 3 mSv (mili sieverts), el 20% de esa radiación puede 
proceder de los estudios por imágenes y en países como Estado Unidos alcanzar el 50%, 
adicionalmente con un evidente incremento anual. La teoría predominante alrededor del efecto 
nocivo de la radiación es la denominada lineal sin umbral que parte del principio que cualquier 
nivel de radiación puede ser nocivo así la exposición sea baja, lo que podría implicar el riesgo 
aumentado de cáncer en los pacientes sometidos a evaluación por imágenes. 
Para que tengan una referencia de las dosis de radiación de los diferentes procedimientos vale la 
pena revisar la tabla en la que se compara la dosis de radiación de una radiografía de tórax, con la 
dosis equivalente de exposición a radiación natural y el equivalente en número de radiografías de 
tórax de los otros estudios. Ver Tabla No 1. 
Es claro que la exposición a radiación es alta y por esta razón han surgido recomendaciones para 
que se racionalice su uso y para que se busque con estrategias técnicas de los equipos utilizados 
para la realización de los estudios la disminución de la dosis de radiación. 
Vale la pena citar a Schroeder y colaboradores, quienes han afirmado: “El uso excesivo de estudios 
imagenológicos en la infancia y sus potenciales daños deben ser abordados de manera urgente y 
sistemática. Ya se trate del daño directo por la exposición a la radiación misma o a los daños y 
costos de la cascada de intervenciones que siguen a una prueba innecesaria”. (13) Un claro ejemplo 
es esto es lo que ha sucedido con la evaluación con uretrocistografía miccional de los pacientes 
con infección urinaria febril, ya que desde la publicación de la guía de la Academia Americana de 
Pediatría en 2011 (14) en la que se recomienda que solo se realice este estudio en los casos con 
ecografía de vías urinarias anormal, en los de recurrencia o en los casos con situaciones clínicas 
complejas o atípicas, ha disminuido en muchos centros el número de cistografías realizadas (15) y 
adicionalmente ha disminuido de manera substancial el diagnóstico del reflujo vésico ureteral y el 
número de procedimientos que se realizan para su tratamiento. (16) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Tabla No 1. Dosis de radiación en procedimientos de Urología Pediátrica. Comparación de la dosis efectiva de 
radiación en estudios de imágenes de Urología Pediátrica tomando como referencia la dosis de una radiografía de 
tórax y su equivalencia con la exposición a la radiación natural (Tomada y modificada de 11 y 12) 
 
Por último hay que mencionar como lo describen Kurtz y colaboradores (16) que es razonable 
disminuir la exposición a la radiación por sus posibles riesgos, pero que la información debe 
manejarse con cautela por el riesgo de inducir radiofobia, dentro del mismo personal de salud y en 
las familias de los pacientes, que puede llevar al rechazo para realizar estudios que tienen clara 
indicación o al intento de disminuir la dosis de radiación usual en los mismos obteniendo 
resultados subóptimos que no clarifican el diagnóstico. 
 
 
 
 
 
 
 
BIBLIOGRAFÍA 
1. Riccabona M. Basics, principles, techniques and modern methods in paediatric ultrasonography. Eur J 
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