NEGRI MULTITUD

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NEGRI: Multitud (2004)
Imperio, nueva forma de soberanía global, una nueva forma de orden global. Es un poder en red, que incluye como elementos a los estados nacionales, junto con las instituciones supranacionales, las corporaciones capitalistas y otros poderes. A pesar de las desigualdades, se ven obligados a cooperar para crear y mantener el orden global actual con todas sus divisiones y sus jerarquías internas. 
La globalización tiene dos caras. Por una parte el imperio extiende globalmente la red de jerarquías y divisiones que mantienen el orden mediante nuevos mecanismos de control y de conflicto constante. Pero, sin embargo, la globalización también crea nuevos circuitos de cooperación y colaboración que se extienden por encima de las naciones. No significa que todos vayamos a ser iguales en el mundo, pero permite comunicarnos y actuar juntos. La multitud también puede ser concebida como una red abierta y expansiva, en donde todas las diferencias pueden expresarse un modo libre y equitativo, una red que proporciona los medios de encuentro que nos permitan trabajar y vivir en común. 
Conviene distinguir la multitud y pueblo, las masas o la clase obrera. La POBLACIÓN se reduce a una unidad e identidad única. La multitud, en cambio, es plural. Se compone de innumerables diferencias internas que nunca podrán reducirse a una unidad, ni a una identidad única. Hay diferencias de cultura, de raza, de etnicidad, de género, de sexualidad, diferentes formas de trabajar, de vivir, de ver el mundo y diferentes deseos. La multitud es una multiplicidad de tales diferencias singulares. Las MASAS también son diferentes del pueblo, ya que no pueden ser reducidas a una unidad o a una identidad única. Se puede afirmar que las masas estén compuestas de sujetos sociales diferentes. La esencia de las masas es la indiferenciación. En la multitud, las diferencias sociales siguen constituyendo diferencias. El desafío que plantea el concepto de multitud consiste en que una multiplicidad social consiga comunicarse y actuar en común conservando sus diferencias internas. Distinguir multitud y CLASE OBRERA. Clase obrera se ha utilizado para distinguir a los trabajadores de los propietarios. También para separar la clase obrera de otros trabajadores. Se aplica solo a los obreros industriales, diferenciándolos de quienes trabajan en la agricultura, en los servicios y en otros sectores. Se refiere a todos los obreros asalariados, separándolos de los pobres, no remunerada y quienes no perciben un salario. La multitud es un concepto inclusivo, la clase obrera industrial ya no desempeña un papel hegemónico en la economía global. Hoy la producción no debe concebirse en términos económicos, sino más por su carácter de producción social; de bienes materiales, comunicación, las relaciones y las formas de vida. 
Dos características de la multitud. La primera es su aspecto económico. En la medida en que la multitud no es una identidad, ni es uniforme, las diferencias internas de la multitud deben descubrir “lo común” que les permite comunicarse y actuar mancomunadamente. Lo común que compartimos no se descubre, sino que se produce. “lo común” subraya una evolución nueva. Esta producción de lo común tiende a ser central para todas las formas de la producción social. 
El propio trabajo tiende hacia las transformaciones de la economía para crear y ser absorbida en redes de cooperación y comunicación. Todas las personas que utilizan en su trabajo la información y el conocimiento. Se apoyan en el conocimiento que han recibido de otros, y crean nuevo conocimiento común. Esto se aprecia en todos los trabajos que crean proyectos inmateriales, incluyendo ideas, imágenes, afectos y relaciones. A este nuevo modelo dominante lo llamaremos “PRODUCCIÓN BIOPOLITICA”, además de intervenir en la producción de bienes materiales en un sentido económico, atañe a todas las facetas de la vida social, económica, cultural y política al mismo tiempo las produce. 
La segunda característica de la democracia: su organización política. Percibiremos es tendencia al considerar la genealogía de las modernas resistencias, revueltas y revoluciones, que revelan una tendencia creciente a la organización democrática. Dicha genealogía revela no solo a convertirse en medios para lograr una sociedad democrática, sino crear relaciones democráticas dentro de su propia estructura. El factor común que se halla en tantas luchas y movimientos de liberación del mundo contemporáneo, a escala local, regional y global, es en anhelo de democracia.