Logo Studenta

600734300-Aproximaciones-a-la-educacion-de-calidad-y-la-justicia-social

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

Editor
La educación de calidad no se refiere simplemente al acceso escolar o a contenidos 
que conduzcan a una excelencia académica privada, no se refiere a la exacerbación del 
individualismo y la competitividad; en ella, también son indispensables una orientación 
ética y de valores, una crítica en los contenidos y su pertinencia. Así, la excelencia 
académica debe ir de la mano de la excelencia humana (CPAL, 2019). Si esta excelencia 
humana y académica no es accesible a todos y, por el contrario, es excluyente para los 
más desfavorecidos, entonces la calidad no es posible porque se sustenta en la injusticia 
social y promueve las pobrezas históricas. Entonces, habrá calidad de formación en 
espacios exclusivos de la educación, pero su carácter universal y su calidad tendrán los 
límites que imponen el mercado, los privilegios y las exclusiones sociales.
El libro presenta diversas perspectivas de investigaciones que a pesar de sus 
diferencias metodológicas y enfoques, se articulan en la preocupación por aspectos de 
la inequidad, las desigualdades y exclusiones sociales, cuyos síntomas se expresan en el 
contexto educativo, ratificando entonces sus efectos en la educación de calidad como 
límite o posibilidad de aproximar a la sociedad como conjunto a las oportunidades que 
podría brindar el sistema educativo y, en consecuencia a la justicia social.
Educación de Calidad
y Justicia Social
Editor
Freddy A. Guerrero Rodríguez
Fr
ed
dy
 A
. G
ue
rr
er
o 
Ro
dr
íg
ue
z
 
 
 
 E
di
to
r
Ed
uc
ac
ió
n 
de
 C
al
id
ad
 y
 Ju
st
ic
ia
 S
oc
ia
l 
 
 
Freddy A. Guerrero Rodríguez
Antropólogo de la Universidad Nacional de 
Colombia, Magister en Estudios Políticos 
de la Pontificia Universidad Javeriana 
de Bogotá. Investigador del Grupo de 
Investigación BITACUS de la Pontificia 
Universidad Javeriana de Cali y miembro de 
la Red de Grupos Regionales de Memoria 
Histórica.
La práctica política y sus 
agentes: una mirada a los 
clásicos para el análisis de los 
problemas contemporáneos
ISBN: 978-958-5177-10-9
Editora: Stephany Mercedes 
Vargas Rojas
Memorias en transición. 
Manifestaciones y usos 
sociales, estéticos y políticos 
en las representaciones de las 
memorias del pasado violento
ISBN: 978-958-5119-36-9
Editores: Freddy A. Guerrero y 
Nohra Palacios
Interacciones Educativas
ISBN: 978-958-5177-18-5
Editores: Alexander Tovar 
Aguirre y Tatiana Rojas Ospin
Otras Publicaciones
Santiago de Cali, 2020
Editor:
Freddy A. Guerrero
Santiago de Cali, 2020
Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales
Departamento de Ciencias Sociales
Educación de Calidad y Justicia Social
Editor:
© Freddy A. Guerrero
Autores:
© Freddy A. Guerrero 
© Adelina Peña
© Adriana González Perdomo
© Tatiana Rojas Ospina
© Solanlly Ochoa Angrino 
© Catalina Jaramillo Martínez
© Sergio Cabrera Calvache
© Daniel Herrera Pernett 
© Laura Ramírez Lasprilla
© Diana Gómez Navas 
© Adrián Serna Dimas
© Lizeth Arango
© Natalia López
© Margarita Vargas 
© Isabella Gutiérrez Ortíz.
ISBN: 978-958-5177-62-8
ISBN ( e ): 978-958-5177-63-5
Formato: 17 x 24 cms 
Coordinación editorial: Claudia Lorena González
Asistente editorial: Jennifer Ramírez Martínez
Diagramación: Kevin Nieto
Portada: Kevin Nieto
Corrección de estilo: Comunicaciones Creativas
Impresión: Carvajal Soluciones de Comunicación 
S.A.S.
Pontificia Universidad Javeriana Cali
Calle 18 N°118-250
Teléfonos (57-2) 3218200 
Santiago de Cali, Colombia, 2020.
El contenido de esta publicación es respon-
sabilidad absoluta de su autor y no compro-
mete el pensamiento de la Institución. Este li-
bro no podrá ser reproducido por ningún 
medio impreso o de reproducción sin per-
miso escrito de los titulares del copyright.
Educación de calidad y justicia social / editores Freddy A. Guerrero [y otros catorce]. -- Santiago de 
Cali : Pontificia Universidad Javeriana, Sello Editorial Javeriano, 2020.
 
208 páginas: 24 cm. 
Incluye referencias bibliográficas. 
ISBN: 978-958-5177-62-8
1. Filosofía de la educación -- Aspectos sociales 2. Calidad de la educación 3. Educación para la paz 
4. Sociología de la educación 5. Derecho a la educación 6. Justicia transicional I. Guerrero, Freddy A., 
editor II. Peña, Adelina, editora III. González Perdomo, Adriana, editora IV. Rojas Ospina, Tatiana, editora 
V. Ochoa Angrino, Solanlly, editora VI. Jaramillo Martínez, Catalina, editora VII. Cabrera Calvache, Sergio, 
editor VIII. Herrera Pernett, Daniel, editor IX. Ramírez Lasprilla, Laura X. Gómez Navas, Diana, editora XI. 
Serna Dimas, Adrián, editor XII. Arango, Lizeth, editora XIII. López, Natalia, editora XIV. Vargas, Margarita, 
editora XV. Gutiérrez Ortiz, Isabella, editora XVI. Pontificia Universidad Javeriana Cali. Facultad de Huma-
nidades y Ciencias Sociales. 
SCDD 370.115 ed. 23 CO-CaPUJ
 lmc/2020
Aproximaciones a la educación de calidad y la justicia social
Freddy A. Guerrero y Adelina Peña
Una experiencia de educación para la paz desde una 
perspectiva territorial: Aportes a la construcción de justicia 
social para la calidad educativa
Adelina Peña
La justicia transicional en clave de la pedagogía de la 
reconciliación y escuelas en contexto de transición
Adriana González Perdomo
Relevancia personal y social en las interacciones educativas 
y su relación con el compromiso comportamental
Tatiana Rojas-Ospina, Solanlly Ochoa-Angrino, Catalina-Jaramillo Martínez, 
Sergio Cabrera Calvache, Daniel Herrera Pernett y Laura Ramírez Lasprilla
La justicia social y el pupitre de al lado. Familia, escuela 
y alteridad
Diana Gómez-Navas y Adrián Serna-Dimas
La educación como herramienta para la transformación de 
los estereotipos de género en mujeres rurales de Colombia
Lizeth Arango, Natalia López, Margarita Vargas
COVID-19, una experiencia universitaria en una reali-
dad virtual
Isabella Gutiérrez Ortíz
TABLA DE CONTENIDO
9
 
 
30
 
59
 
91
 
 
123
 
161
 
188
9
Aproximaciones a la educación de calidad 
y la justicia social
Freddy A. Guerrero1 y Adelina Peña2
Nada más ilustrativo para ambientar el tema del pre-
sente libro que una crónica del escritor Colombiano Alberto 
Salcedo: La travesía de Wikdi (2013). Wikdi, o Anderson 
como le dicen en su escuela del municipio de Unguía, es 
un niño de 13 años de la etnia Kuna de la región del Da-
rién colombiano, en el departamento del Chocó. Anderson 
comienza su itinerario diario alrededor de las cuatro de la 
mañana, aún sin clarear el día, para recorrer la trocha que 
le lleva desde su resguardo hasta su escuela. El recorrido 
es territorio paramilitar, con un comandante paradójicamente 
conocido como “El Profe” y que ha dejado muchas víctimas 
por la misma trocha por la que camina nuestro caminante. A 
él esto no le detiene en preocupaciones, pues su interés en 
asistir a la escuela deviene de su deseo de convertirse en 
un profe, pero de inglés y matemáticas. 
Sin descanso recorre la trocha; atraviesa cuatro puen-
tes y trayectos fangosos donde los caballos se hunden y es 
necesario sacarlos con sogas. Acompañado en uno de sus 
recorridos por el cronista Salcedo, este comenta que los 
1 Antropólogo de La Universidad Nacional de Colombia, Magister en Estudios Políticos 
de la Pontificia Universidad Javeriana, Docente del Departamento de Ciencias Sociales 
de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali, Coordinador de la Cátedra Internacional 
Ignacio Martin Baro y miembro del Grupo de Investigación BITACUS. Correo Electrónico 
faguerrero@javerianacali.edu.co 
2 Adelina Peña. Magister en EducaciónDesarrollo Humano. Coordinadora del Proceso de 
Sistematización del Proyecto Educapaz. Centro de Consultoría y Educación Continua. Pon-
tificia Universidad Javeriana Sede Cali. Correo Electrónico adelinap@javerianacali.edu.co
10
Educación de calidad y justicia social
“pedruscos afilados taladran la suela. El caminante siente 
las punzadas en las plantas de los pies aunque calce botas 
pantaneras” (Salcedo, 2013). Esta caminata diaria de Ander-
son dura cinco horas entre la ida y el retorno; sin desayuno 
en la ida, pues le espera un refrigerio en la escuela, que en 
ocasiones es cancelado por falta de recursos.
Allí, en la escuela, la Institución Educativa Agrícola de 
Unguía, fundada en 1961:
se han forjado ebanistas, costureras, microempresarios aví-
colas. Pero hoy el taller de carpintería se encuentra cerra-
do, no hay ni una sola máquina de modistería y tampoco 
sobrevive ningún pollo de engorde. Supuestamente, aquí 
enseñan a criar conejos; sin embargo, la última vez que los 
estudiantes vieron un conejo fue hace ocho años. Tampoco 
quedan cuyes ni patos. En los 18 salones de clases abun-
dan las sillas inservibles: están desfondadas, o cojas, o sin 
brazos. La sección de informática causa tanto pesar como 
indignación: los computadores son prehistóricos, no tienen 
puerto de memoria USB sino ranuras para disquetes que 
ya desaparecieron del mercado. Apenas cinco funcionan a 
medias. Recorrer las instalaciones del colegio es hacer un 
inventario de desastres. Finaliza Salcedo. (Salcedo, 2013)
“Para conocer hay que caminar” (Vasco, 2007, p. 16), 
enseñaba como enunciación y como práctica otro profesor de 
antropología de la Universidad Nacional de Colombia; episte-
mología y práctica aprendida de su trabajo solidario con algu-
nas comunidades indígenas en el Cauca. Con estas palabras 
también podríamos traducir el drama en que se accede a la 
educación en esa travesía diaria de Wikdi, pues dice Salce-
do (2013): “Visto desde lejos, un camino de herradura en el 
Chocó o en cualquier otro lugar de la periferia colombiana es 
11
Pontificia Universidad Javeriana Cali
mero paisaje. Visto desde cerca, [agregaríamos, caminando], 
es símbolo de discriminación” (2013). Así pues, no habrá 
educación de calidad con esos síntomas de discriminación 
representados en sistemas educativos inadecuados; no ha-
brá educación de calidad con infraestructuras arruinadas; con 
contenidos inadaptados a las condiciones culturales de diver-
sos sectores de la población. No la habrá con interacciones 
en el aula verticales, autoritarias y, como señalaría Paulo Freire 
(2005), con una educación de tipo bancario.
Martín Baró (2018), inspiración de la Cátedra orga-
nizadora del Encuentro, del que uno de los resultados es 
el presente libro; apelaba a una conciencia crítica donde 
aquellos paisajes, como los representados en los caminos 
de herradura de la crónica descrita, nos confronten con otras 
realidades y nos lleven a transformarla. 
Para algunas de las apuestas de nuestra universidad es 
reconocible una búsqueda de trasformaciones individuales y 
sociales desde el campo de la educación, entre ellas: el Pro-
yecto Educapaz, que apuesta por la educación para la paz 
desde su acción multinivel y una mirada integral con pro-
yecciones hacia el fortalecimiento de redes, la incidencia en 
política pública, la mejora de la institución, el fortalecimiento 
de la comunidad y del aula. El Programa Forja, que articula la 
experiencia académica con el servicio y la formación de los 
futuros profesionales, trascendiendo las aulas universitarias y 
orientándose hacia los entornos urbanos y marginales, cuya 
realidad es cercana pero en ocasiones invisible. El Centro de 
Expresión Cultural, que desde el nivel institucional apoya la 
difusión de experiencias sociales y educativas a través de la 
estética, enseñándonos otras formas de conocer que pasan 
por una reflexión desde el cuerpo y los sentidos, haciendo 
12
Educación de calidad y justicia social
visible esa idea del maestro Fals Borda (1987) o de Eduar-
do Galeano (1993, p. 89), que refieren en los pescadores 
de Ciénaga Magdalena una forma de conocer, la de ser 
sentipensante. Y, finalmente, la Maestría en Educación, que 
pretende cualificar la práctica educativa de docentes y pro-
fesionales vinculados a entornos educativos en el país. 
Otras apuestas resultan igualmente importantes como la 
de la Compañía de Jesús, a través de la campaña sobre el 
reconocimiento de la educación de calidad como un derecho 
universal y no un privilegio solo para sectores favorecidos. 
Algunas de estas reflexiones serán temas de los di-
ferentes capítulos de este libro, los cuales se especificarán 
más adelante. Antes de ello es conveniente un marco amplio 
desde el cual la problemática de la educación de calidad 
y la justicia social es articulada. Inicialmente, es importante 
señalar a qué nos referimos con educación de calidad y 
justicia social. Para ello, tomamos como referencia que la 
educación de calidad parte de unas aspiraciones amplias; 
se refiere a un horizonte que busca sociedades más justas 
y solidarias, es una educación con sentido humano. Al res-
pecto, en un texto de la Conferencia de Provinciales Jesuitas 
de América Latina y el Caribe- CPAL (2019), refiriéndose a 
la calidad en las instituciones educativas jesuitas, se señala:
la calidad verdadera de la educación que ofrecen nuestras 
instituciones se medirá en su capacidad de: enaltecer la dig-
nidad de todas las personas, propiciar la inclusión, la equidad 
y la justicia social; el respeto por las diferencias y cuidado del 
medio ambiente o el respeto por la casa común. (p. 120)
13
Pontificia Universidad Javeriana Cali
Así pues, la educación de calidad no refiere simple-
mente el acceso o los contenidos que conduzcan a una 
excelencia académica en términos individuales, no se refiere 
a la exacerbación del individualismo y la competitividad; en 
ella, también son indispensables una orientación ética y de 
valores, una crítica en los contenidos y su pertinencia. Así, 
la excelencia académica debe ir de la mano de la exce-
lencia humana (CPAL, 2019). Si esta excelencia humana y 
académica no es accesible a todos y, por el contrario, es 
excluyente para los más desfavorecidos, entonces la calidad 
no es posible porque se sustenta en la injusticia social y 
promueve las pobrezas históricas. Entonces, habrá calidad 
de formación en espacios exclusivos de la educación, pero 
su carácter universal y su calidad tendrán los límites que im-
ponen el mercado, los privilegios y las exclusiones sociales. 
Por supuesto, el contexto neoliberal actual no resulta 
el mejor escenario para una educación de calidad, íntegra 
como se propone; pues la constitución del individualismo, la 
competencia y los valores del mercado atraviesan el ethos 
educativo actual, enmascarando discursivamente las imposi-
bilidades que superen la técnica y la instrumentalización hu-
mana más como medio que como fin. Es un contexto donde 
el desmantelamiento de las múltiples formas del estado de 
bienestar han dejado como base la inequidad en diversos 
escenarios, incluyendo el de la educación (Martínez, 2014).
Otras consideraciones de estos anclajes podemos en-
contrarlas en el nivel internacional. En ese sentido, en su tex-
to “La educación encierra un tesoro”, Delors (1997), desde 
la UNESCO, señala la relación entre calidad y justicia social, 
al decir que “la persona debe poseer todos los elementos 
de una educación básica de calidad. Más aún, es desea-
14
Educación de calidad y justicia social
ble que la escuela le inculque más el gusto y el placer de 
aprender, la capacidad de aprender a aprender” (p. 15). Lo 
anterior supone que “las políticas educativas alcancen el 
objetivo de una enseñanza a la vez de calidad y equitativa” 
(p. 18), donde la educación sea un medio para alcanzar el 
desarrollo y la mejora de la calidad de vida. 
Esta proyección se continúa desde las Naciones Uni-
das (2019) en los Objetivos deDesarrollo sostenible, donde 
señalan que es necesario “garantizar una educación inclu-
siva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de 
aprendizaje durante toda la vida para todos” (objetivo 4). En 
este sentido, la situación actual se caracteriza por:
Las razones de la falta de una educación de calidad son la 
escasez de profesores capacitados y las malas condiciones 
de las escuelas de muchas zonas del mundo y las cues-
tiones de equidad relacionadas con las oportunidades que 
tienen niños y niñas de zonas rurales. Para que se brinde 
educación de calidad a los niños de familias empobrecidas, 
se necesita invertir en becas educativas, talleres de forma-
ción para docentes, construcción de escuelas y una mejora 
del acceso al agua y electricidad en las escuelas… Se es-
tima que el 50 % de los niños que no asisten a la escuela 
primaria viven en zonas afectadas por conflictos. (Organismo 
Internacional de Juventud para Iberoamérica [OIJI, s.f.)
Ante este escenario, las acciones proyectadas al 2030 
están orientadas al logro de una “educación gratuita, equita-
tiva y de calidad y producir resultados de aprendizaje perti-
nentes y efectivos” (UNESCO, 2015, p. 3). 
La inclusión y la equidad en la educación y a través de 
ella son la piedra angular de una agenda de la educación 
15
Pontificia Universidad Javeriana Cali
transformadora, y por consiguiente nos comprometemos a 
hacer frente a todas las formas de exclusión y marginación, 
las disparidades y las desigualdades en el acceso, la parti-
cipación y los resultados de aprendizaje. Ninguna meta edu-
cativa debería considerarse lograda a menos que se haya 
logrado para todos. Por lo tanto, nos comprometemos a 
realizar los cambios necesarios en las políticas de educación 
y a centrar nuestros esfuerzos en los más desfavorecidos, 
especialmente aquellos con discapacidad, para velar por 
que nadie se quede atrás. (UNESCO, 2015, p.4)
Desde esta perspectiva, en la educación de calidad 
se consideran aspectos como: educadores cualificados y 
empoderados, adquisición de competencias, educar para el 
desarrollo sostenible y ciudadanía mundial, promover opor-
tunidades de aprendizaje de calidad a lo largo de la vida 
para todos, aprovechar las Tecnologías de la Información y 
la Comunicación (TIC), entre otros. En síntesis, desde este 
nivel internacional, la educación es un derecho humano fun-
damental y un derecho habilitador. Para hacerlo realidad, los 
países deben garantizar un acceso universal e igualitario a 
una educación y un aprendizaje inclusivos y equitativos de 
calidad, que deberán ser gratuitos y obligatorios, sin dejar 
a nadie rezagado. Además, la educación deberá tener, por 
finalidad, el desarrollo pleno de la personalidad humana y 
promover el entendimiento mutuo, la tolerancia, la amistad y 
la paz (UNESCO, 2015, p. 7).
Entonces, en esa relación de la educación de calidad y 
la justicia social, la primera debe aspirar a serlo en tanto esté 
orientada hacia el sistema educativo como conjunto, en sus 
relaciones prácticas y pedagógicas, en el carácter integral 
de la formación; pero todo ello sobre la base de superar las 
injusticias sociales. Allí un anclaje entre estas dos dimensio-
16
Educación de calidad y justicia social
nes que se podrían señalar indisociables. De ahí que, con 
respecto a las zonas de conflicto armado, se considere que 
el sistema educativo debe tener una capacidad de adapta-
ción para dar respuestas a las necesidades de niños, jóve-
nes y adultos y, por su mayor vulnerabilidad, a las personas 
desplazadas y los refugiados” (Organización de los Estados 
Americanos [OEA], 2017).
Es prioritario que la educación se mantenga durante 
todo el tiempo, durante el conflicto y el posconflicto. Tal 
observación resulta relevante, ya que Colombia atraviesa un 
proceso de posacuerdo luego de la firma del Acuerdo de 
Paz entre el Estado colombiano y las FARC- EP, aspecto 
que hace volcar la mirada sobre el tema de la educación 
nuevamente (en especial la educación rural), desde el for-
talecimiento de la calidad, el acceso, la pertinencia a todos 
los niveles educativos; y en general el fortalecimiento de la 
educación en derechos humanos en distintos niveles edu-
cativos (Gobierno nacional y FARC-EP, 2016).
Por otra parte, en lo nacional, desde la Organización 
para la Cooperación y el Desarrollo Económicos- OCDE 
(Radinger et al., 2017) se reconocen las desigualdades so-
ciales y económicas entre las áreas urbanas y rurales a nivel 
del contexto educativo, sabiendo que “poco más del 30 % 
de la población y entre el 60 % y 76 % de los municipios 
pueden considerarse rurales” (p. 3). En este sentido, aunque 
se ha avanzado considerablemente en materia de cobertu-
ra, las tendencias de desempeño son variadas y persisten 
grandes desigualdades entre los estudiantes de áreas rurales 
y urbanas. Aunque la formulación de políticas educativas 
apoya una visión compartida a largo plazo, el marco institu-
cional encaminado a garantizar su continuidad es deficiente: 
17
Pontificia Universidad Javeriana Cali
el sistema de financiación contribuye a múltiples objetivos de 
finanzas públicas, pero no considera las desigualdades entre 
los territorios, las escuelas y los estudiantes adecuadamente; 
el financiamiento de proveedores privados facilita una flexi-
bilidad para la provisión pública, también en áreas rurales, 
pero existen preocupaciones sobre un aseguramiento de 
calidad suficiente; la educación escolar sigue un enfoque in-
tegral con beneficios potenciales para la igualdad, pero per-
sisten retos en cuanto al desarrollo de una oferta pertinente 
y articulada; las escuelas tienen plataformas para la partici-
pación comunitaria, pero existen ciertas preocupaciones en 
relación a la organización de la enseñanza y el aprendizaje y 
el deficiente liderazgo escolar; entre otros aspectos. 
Ante este panorama, algunas recomendaciones son: 
conciliar la asignación de presupuesto suficiente para la edu-
cación escolar con las prioridades de política establecidas, 
asegurar una mayor continuidad en la política y construir ca-
pacidades locales. Fomentar la revisión de las redes esco-
lares, mejorar la regulación y el aseguramiento de la calidad 
de las escuelas privadas contratadas y abordar el riesgo de 
segregación. Profesionalizar el liderazgo escolar y fortalecer al 
apoyo pedagógico técnico para las escuelas rurales, aprove-
chando las redes potenciales. Iniciar un proceso de participa-
ción a largo plazo para desarrollar un marco curricular nacio-
nal y desarrollar un enfoque más integral para la evaluación 
de escuelas. Mejorar la provisión de educación para cumplir 
con las necesidades y los intereses de los estudiantes y para 
proveerles oportunidades de aprendizaje equitativas, indepen-
dientemente de su contexto. Y, finalmente, fortalecer la forma-
ción docente, conectando el desarrollo basado en la escuela 
y el desarrollo externo de los docentes y creando modelos 
específicos para los docentes en áreas rurales.
18
Educación de calidad y justicia social
En general, esta breve aproximación al contexto pone de 
relieve oportunidades y limitaciones a la educación en Co-
lombia. Como oportunidades, se pueden identificar la relevan-
cia que en los Acuerdos de Paz tiene la educación rural y los 
derechos humanos, además de la reciente adhesión del país 
a la OCDE; ambos escenarios son oportunidades puesto que 
suponen la creación de condiciones para el fortalecimiento de 
la educación en el país. No obstante, como se expuso, preva-
lecen aspectos estructurales en el orden social y económico 
que limitan tanto el acceso como la calidad de la educación. 
Sin duda, las dinámicas dadas en este escenario de país son 
propicias para reflexionar alrededor de la relación dada entre 
educación de calidad y justicia social.
La concepción de educación de calidad y de justicia 
social en clave de contexto
En el sistema educativo colombiano prevalecen pro-
cesos de calidad creados desde una institucionalidadbu-
rocrática regida por lógicas “empresariales”, de ahí que al 
hacer referencia a la calidad se delimita en función de los 
resultados de evaluaciones donde predomina la cultura de la 
estandarización, cimentada en los estándares, las competen-
cias y los derechos básicos de aprendizaje (DBA). Tal esce-
nario deja por fuera la forma en que acontece el día a día de 
la institucionalidad educativa, las condiciones de vida de los 
estudiantes, las familias y las comunidades; aspecto que no se 
contempla en los procesos de evaluación, que tienen como 
criterio rector establecer lo que se ha denominado el Índice 
Sintético de Calidad Educativa (ISCE), el cual se define como 
un “instrumento de medición de la calidad educativa de los 
establecimientos educativos y de las entidades territoriales cer-
19
Pontificia Universidad Javeriana Cali
tificadas en educación” (República de Colombia, 2017, p.1); 
cuyos resultados orientan las acciones de mejora de calidad. 
En efecto, las necesidades dadas en las realidades del 
contexto educativo distan de la práctica institucional educati-
va frente a la calidad; se observa la débil conexión existente 
entre las prácticas institucionales de calidad educativa y la 
realidad de los territorios donde acontece el acto educati-
vo. A la luz de este escenario, se propuso reflexionar sobre 
la necesaria puesta en relación de la educación de cali-
dad y la justicia social: ¿Cómo concebir una educación de 
calidad desde la justicia social en un contexto social, político 
y económico caracterizado por la desigualdad y la inequidad 
social, de tal manera que dé respuesta a las particularida-
des del contexto y del territorio? ¿Qué condiciones deben 
acompañar una educación de calidad en clave de justicia 
social, a partir de los niveles que conforman el sistema edu-
cativo desde lo internacional, lo nacional, lo local, lo institu-
cional; hasta llegar al aula y la relación con la comunidad y 
el entorno inmediato? ¿Cuáles experiencias hacen evidente 
la educación de calidad respecto al contexto en que se 
genera o se limita? Estas preguntas son desarrolladas en los 
diferentes capítulos que contiene el presente libro.
Los dos primeros capítulos se vinculan a los procesos 
sociales y pedagógicos asociados a la construcción de paz, 
tomando como referencia ámbitos o contextos en los que el 
conflicto armado y sus consecuencias se presentan como 
formas de injusticia social, aquella producida por los daños 
sobre las víctimas directamente, además en el tejido social 
de las regiones. Estas formas de violencia traducidas en vio-
lencia estructural, profundizan la injusticia histórica y deman-
dan una forma de educación diferente, así como presencia 
20
Educación de calidad y justicia social
de agentes y pedagogías que contribuyan a superar dichos 
escenarios de violencia.
Así, el primer capitulo Una experiencia de educación 
para la paz desde una perspectiva territorial: Aportes a la 
construcción de justicia social para la calidad educativa, es-
crito por Adelina Peña, se basa en las ausencias que, repre-
sentadas por los efectos del conflicto armado y las inequi-
dades sociales, permite problematizar la siguiente pregunta: 
¿Cómo una apuesta de educación para la paz en perspectiva 
territorial contribuye a la calidad educativa desde la justicia 
social? Este hilo conductor y metodológico de la reflexión, 
trae la experiencia del Programa Nacional de Educación para 
la Paz (Educapaz), iniciando con una presentación teórica y 
conceptual sobre la concepción de calidad en clave de jus-
ticia social y la concepción de paz desde la mirada territorial. 
Se presenta entonces la labor de Educapaz en perspectiva 
territorial y su contribución a la calidad educativa desde la 
justicia social. En concreto, se toma la experiencia desarro-
llada en el sur del Tolima en los municipios de Ataco, Cha-
parral, Planadas y Rioblanco, para detallar la estrategia de 
formación-acción de la línea Educación Rural del Programa, 
donde confluyen las redes construidas entre diferentes ac-
tores, fundamentales en los propósitos articuladores entre la 
educación de calidad y la justicia social.
El segundo capítulo de Adriana González, La Justicia 
Transicional en clave de Pedagogía de la Reconciliación y 
Escuelas en Contexto de Transición, se sitúa en el campo de 
los estudios de la violencia y el conflicto armado, pero a su 
vez considerando el campo de la justicia transicional, revisan-
do la incorporación de aspectos éticos, políticos y sociales en 
la escuela, bisagra en la construcción y reconstrucción de los 
21
Pontificia Universidad Javeriana Cali
vínculos comunitarios deteriorados por el conflicto armado. Se 
hace así una revisión de los principales instrumentos en el 
establecimiento de la Cátedra de la Paz, así como la identifi-
cación de experiencias en instituciones educativas, ambien-
tadoras de un proceso de posacuerdo desde una pedagogía 
de la justicia transicional y la reconciliación. Es la puesta en 
escena de estos procesos, que más allá de su conceptuali-
zación, implican prácticas concretas en contextos regionales 
en donde el aula es un lugar privilegiado para la emergencia 
de nuevas actitudes, vínculos y prácticas; un enfoque de jus-
ticia transicional desde abajo. Dicho enfoque es interesante 
porque, si es el vínculo fracturado de las relaciones sociales 
el que se destruye durante la guerra, la escuela es un lugar 
de sus posibles recomposiciones. Así, la justicia transicional 
entra como un componente esencial en la aproximación a 
una justicia social deseada, misma que la escuela permite 
adquiriendo un carácter relevante por el contexto vivenciado 
por la comunidad educativa dentro y fuera de los planteles.
En términos metodológicos, el capítulo desarrolla una 
revisión documental normativa de los procesos de justicia 
transicional y sus engranajes con la escuela y educación. 
Para ello, retoma los principales hitos del contexto nacional 
y sus consecuencias en términos de la justicia social, inda-
gando por esas experiencias ilustrativas que dan cuenta de 
la posibilidad de experimentar y crear procesos de justicia 
transicional desde abajo. De esta manera, se considera cla-
ve la reconstrucción de confianzas y vínculos comunitarios 
que, desde una forma de justicia transicional desde abajo, 
presentan ese lugar privilegiado que es la escuela, hacien-
do especial énfasis en las iniciativas de memoria como un 
acercamiento a esos componentes de la triada de la transi-
cionalidad, verdad, justicia y reparación.
22
Educación de calidad y justicia social
Con respecto a la relevancia y pertinencia en los espa-
cios regionales de una educación asociada al posacuerdo, 
no se pueden eximir las relaciones concretas en las aulas 
donde la justicia social adquiere otros matices, no exclusi-
vamente por el conflicto sino por las interacciones educati-
vas que enmascaran una imposición y relaciones de poder 
sobre los saberes que allí circulan. Por ello, la importancia 
del capítulo Relevancia personal y social en las interacciones 
educativas y su relación con el compromiso comportamental, 
el cual precisa no solo el elemento pedagógico o didáctico, 
sino el vínculo concreto entre maestros y estudiantes y cómo 
ese vínculo puede abstraerse de la realidad que circunda la 
vivencia de los miembros de la comunidad educativa, o bien 
hacer la realidad y las experiencias parte del proceso de 
formación. Por lo tanto, es una situación que recompone el 
vínculo en otros niveles, asociados a las demandas mismas 
del contexto y necesidades mismas de los estudiantes.
Así, este capítulo de Tatiana Rojas, Solanlly Ochoa y los 
cuatro coautores que las acompañan, desarrollan la impor-
tancia de la relación entre maestros y estudiantes y cómo 
la empatía de los primeros con las necesidades e intere-
ses de los segundos, permitirían la denominada relevancia 
o pertinencia personal y social, incorporada en un sentido 
otorgado al conocimiento académico frente a las realidadesy experiencias de los estudiantes. Sin duda, este proceso 
implica apuntar a una educación de calidad en tanto sus 
contenidos no se presentan asépticos, sino que son preci-
samente relevantes en la asociación del mundo académico 
con las otras esferas personales y sociales. Lo anterior se 
acerca a la superación de la educación bancaria, en tanto 
se enfatiza en el punto de vista del estudiante, por lo cual 
aquellos aspectos de discriminación implícita que separan a 
23
Pontificia Universidad Javeriana Cali
los que saben de los que no saben, en tanto logran asimilar 
y reproducir (o no) los contenidos del educador; son supe-
rados por un reconocimiento del otro como una fuente de 
saber. Es una educación de calidad que incorpora en esas 
interacciones micro elementos de justicia social naturalizados 
en los mecanismos tradicionales del sistema educativo y de 
las prácticas pedagógicas, que se evidencian en los niveles 
de compromiso afectivo, cognitivo y comportamental de los 
estudiantes.
Metodológicamente, el capítulo se desarrolla desde una 
revisión de literatura sobre la temática y se resalta su im-
portancia a nivel educativo. Luego de ello, se realiza una 
presentación del trabajo y abordaje metodológico en los es-
cenarios objeto de la investigación; en el conjunto de ellos, 
participaron 137 profesores y aproximadamente 1900 estu-
diantes de primaria de los cuatro departamentos de Colom-
bia en los que la investigación se desarrolló. Cabe señalar 
que un punto fundamental del trabajo de investigación en las 
aulas se fundamentó en el sistema de observación CLASS, 
que permitió la recolección de información y el análisis de la 
variable Consideración de la perspectiva del estudiante. 
Por otro lado, desde una referencia a la sociedad ur-
bana bogotana, en el capítulo La justicia social y el pupi-
tre de al lado. Familia, escuela y alteridad, Adrián Serna y 
Diana Gómez, problematizan una pregunta que sintetiza las 
grandes preguntas de la educación en las últimas décadas: 
¿Quién ocupa el pupitre de al lado? Con esta referencia 
logran colocar desde una mirada crítica las variables que 
influyen en el acto educativo y los supuestos de la calidad 
y la justicia social, que le constituirían como un bien común. 
Así, el sentido de la pregunta sobre quién ocupa el pupitre 
24
Educación de calidad y justicia social
de al lado considera la mismidad o diferencia sobre la cual 
está pensado el supuesto de justicia social en el ámbito 
educativo, bien como privilegio estamental o, como se re-
fiere en la actualidad, como derecho universal. El capítulo 
nos conduce así por los terrenos de la sociología de la 
educación y, en particular, por las nociones de la diferencia 
y alteridad incrustados en las elecciones escolares-familiares 
y su relación con la justicia escolar y social. Adicionalmente, 
recoge reflexiones sobre un trabajo empírico que abordó 
diversos estratos socioeconómicos y familias de la ciudad 
de Bogotá.
El trabajo se sustentó en la aplicación de entrevistas a 
profundidad a padres e hijos, ara identificar el tipo de justi-
cia escolar concebido en sus elecciones escolares. Además, 
se enfatizaron los resultados a la siguiente pregunta: ¿Estaría 
de acuerdo usted con matricular a su hijo en una institución 
escolar donde se admiten estudiantes de otra condición eco-
nómica, social o cultural? Los resultados, como se observa en 
la lectura del capítulo, dan razón de esa excelente metáfora 
sobre el pupitre de al lado.
En un último apartado se recogen las voces de los 
estudiantes alrededor de la temática del libro. Así, el capí-
tulo de Lizeth Arango, Natalia López, Margarita Vargas, es-
tudiantes de sexto semestre de psicología de la Pontificia 
Universidad Javeriana Cali, se aproxima a la educación de 
las mujeres rurales al presentar las desigualdades que sufren 
en el ámbito educativo y en el marco del conflicto; esto para 
presentar cómo se vive el proceso de la educación en el 
periodo de posacuerdo. 
25
Pontificia Universidad Javeriana Cali
Finalmente, se encuentran los capítulos de Isabella Gu-
tiérrez y María Lucia Mejía, la primera de ellas con el tex-
to COVID-19, una experiencia universitaria en una realidad 
virtualizada, donde se mueve una reflexión entre la primera 
persona y la lectura más global y nacional de las percep-
ciones de una estudiante universitaria que vive la pandemia 
de COVID-19 de una forma particular y tal vez dramática, 
pero que sin duda interpela a esas realidades y desigual-
dades visibles en las demandas que el confinamiento y las 
interacciones virtuales permiten o no en el ámbito educativo. 
Por su parte, el texto de Mejía, La educación en Colombia 
en tiempos de COVID-19, genera una crítica importante a 
ese lugar común que le da un peso salvador a la virtualidad, 
catalizado por la demanda que, por estos medios, se exigen 
a las instituciones educativas. De manera categórica, la au-
tora insiste en las limitaciones de la virtualidad, considerando 
que la educación requiere una dinámica social y cultural 
para ser integral, lo cual difícilmente podría ser copado por 
el entorno de los dispositivos o por la información por estos 
transmitidos.
Las diferentes reflexiones generadas en procesos in-
vestigativos, de intervención social y de reflexiones académi-
cas, permiten responder las preguntas planteadas, ofrecien-
do un repertorio de respuestas sobre el cómo concebir una 
educación de calidad desde la justicia social en contextos 
marcados por la desigualdad. Esa respuesta, paradójica-
mente, se encuentra en alternativas de orden regional donde 
las condiciones son difíciles por la desigualdad, discrimina-
ción y violencia permanente. Aun así, prácticas pedagógicas, 
redes de actores e iniciativas particulares con efectos co-
lectivos, se muestran como experiencias que confrontan un 
horizonte de perpetuación de las desigualdades, mostrando 
26
Educación de calidad y justicia social
que la educación de calidad no solo es posible, sino que 
su relevancia y pertinencia se encuentra en los contextos 
y saberes mismos de todos los actores que conforman el 
sistema educativo.
Desde las diversas perspectivas, el libro se aproximan 
a identificar, interpretar y analizar la relación de la educación 
de calidad con la justicia social; las metodologías son diver-
sas, pues parten de procesos investigativos autónomos que 
logran converger en las temáticas de la presente publicación. 
Así, la mayoría de los capítulos acuden a la revisión docu-
mental para presentar contextos o enmarcar los anteceden-
tes de las problemáticas específicas a las que se refieren 
las investigaciones; a su vez, las escalas donde se ubica 
la reflexión refieren a las aulas y a cómo comprometen sus 
articulaciones con condiciones más amplias, asociadas a las 
regiones o el territorio. Aunque la información testimonial o 
los datos son mediados a través de la aplicación de entre-
vistas y encuestas dependiendo de los recursos y preguntas 
de investigación empleadas por los autores; en general, las 
investigaciones pueden ubicarse como de orden cualita-
tivo y se articulan en la preocupación por aspectos de la 
inequidad, las desigualdades y exclusiones sociales, cuyos 
síntomas se expresan en el contexto educativo, ratificando 
entonces sus efectos en la educación de calidad como límite 
o posibilidad de aproximar a la sociedad como conjunto a 
las oportunidades que podría brindar el sistema educativo y, 
por ende, aproximarnos a la justicia social.
27
Pontificia Universidad Javeriana Cali
Referencias
Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Lati-
na y el Caribe. (2019). La Compañía de Jesús y el Dere-
cho Universal a una Educación de Calidad. Colección CPAL. 
https://issuu.com/ausjal/docs/libro14mar19
Delors, J. (1997). La educación encierra un tesoro. Informe 
a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la educación 
para el siglo XXI. Ediciones UNESCO. https://es.slideshare.
net/leynisb/la-educacin-encierra-un-tesoro-13632122Fals Borda, O. y Rodríguez, C. (1987). Investigación 
Participativa. Montevideo, Ed. La Banda Oriental.
Freire, P. (2005). Pedagogía Del Oprimido. Mexico, Ed. 
Siglo XXI.
Galeano, E. (1993). Las bodas de la razón y el corazón. 
El libro de los abrazos, Madrid, Ed. Siglo XXI.
Gobierno Nacional y FARC-EP. (2016). Acuerdo final 
Gobierno de Colombia FARC-EP para la terminación del 
conflicto y la construcción de una paz estable y duradera. 
Bogotá, D. C.: Desde Abajo.
Martín-Baró, I. (2018). El realismo crítico: Fundamentos 
y aplicaciones. Ed. Pontificia Universidad Javeriana. 
Martínez Rodríguez, F. M. (2014). Educación, Neolibe-
ralismo y Justicia Social. Ediciones Pirámide 
28
Educación de calidad y justicia social
Organismo Internacional de Juventud para Iberoamé-
rica. (S.f.). ODS 4: Educación de Calidad. https://oij.org/
ods-4-educacion-de-calidad/
Organización de las Naciones Unidas. (2019). Infor-
me de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2019. https://
unstats.un.org/sdgs/report/2019/The-Sustainable-Develo-
pment-Goals-Report-2019_Spanish.pdf 
Organización de los Estados Americanos. (2017). Agen-
da Educativa Interamericana. Novena Reunión Interamericana 
de Ministros de Educación. CIDI. http://iin.oas.org/pdf-iin/
RH/1Historia_Plan_Accion_Red/06/1_AGENDA_INTERA-
MERICANA_DE_EDUCACION_OEA.pdf 
Radinger, T., Santiago, P., Fiszbein, A. y García, S. 
(2017). OCDE Revisión de Recursos Escolares Chile. OCDE. 
https://www.oecd-ilibrary.org/docserver/9789264287112-
es.pdf?expires=1595080903&id=id&accname=guest&check
sum=EA5BC01F58AF0C3A89FEE0A30E218C9C%0Awww.
oecd.org/education/schoolresourcesreview.htm 
Resolución 07007. (2018, 26 de abril). Ministerio de Edu-
cación Nacional. Diario Oficial No. 50.576. https://conaced.edu.
co/wp-content/uploads/2018/04/Resolucio%23U0301n-
No-07007-de-2018-Cronograma-ISCE.pdf 
UNESCO. (2015). Marco de Acción Educación 2030. 
Hacia una educación de calidad, inclusiva y equitativa y un 
aprendizaje a lo largo de la vida para todos. UNESCO, UNPD, 
UNFPA, UNICEF, UN Women, UNHCR, World Bank Group. 
https://www.se.gob.hn/media/files/articles/Marco_de_Ac-
cin_Educacin_2030_version_espanol.pdf
29
Salcedo Ramos, A. (2013, 19 de abril). Crónica: La tra-
vesía de Wikdi. Revista Semana. https://www.semana.com/
cultura/articulo/cronica-la-travesia-wikdi/340840-3
Vasco, L. G. (2007). Así es mi método en etnografía. Ta-
bula Rasa. Revista de Humanidades, Universidad Colegio Ma-
yor de Cundinamarca, No. 6, enero-junio de 2007, pp. 19-52

Más contenidos de este tema