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psicología
y
psicoanálisis
DIRIGIDA POR OCTAVIO CHAMIZO
Rosch 8/5/03 14:56 Página 3
LA PRUEBA DE RORSCHACH
Un manual de aplicación
pluricultural
por
ANNE BAR DIN
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portada de maría luisa martínez passarge
primera edición, 2001
© siglo xxi editores, s. a. de c. v.
isbn 968-23-2323-1
derechos reservados conforme a la ley
impreso y hecho en méxico / printed and made in mexico
siglo veintiuno editores, s.a. de c.v.
CERRO DEL AGUA 248, DELEGACIÓN COYOACÁN, 04310, MÉXICO, D.F.
siglo xxi editores argentina, s.a.
LAVALLE 1634, 11 A, C1048AAN, BUENOS AIRES, ARGENTINA
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A la FES (Facultad de Estudios
Superiores) de Iztacala, y a los
alumnos del Seminario sobre el
Rorschach, sin cuyos entusiasmo
y apoyo este libro no habría
podido existir
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PREFACIO
Flota entre líneas del libro de Anne Bar Din su vocación por vi-
vir la experiencia de la marginalidad; ella pareciera situarse en el
margen, al margen, en las fronteras, en la exclusión, en la tierra
de nadie, en el desarraigo, en la no pertenencia, en la fragmen-
tación. Allí donde la falta de lenguaje condena al sujeto al grito
y al silencio. Lenguaje pobre cuyo origen, sin origen, emerge de
la oquedad, del vacío, de la disonancia.
Anne Bar Din, al aplicar la prueba de Rorschach –estandarizada
para miembros de las clases medias europea y estadunidense– a
comunidades indígenas del estado de Morelos y a campesinos en
la ciudad, ubicados en la colonia Santa Úrsula del Ajusco, descri-
be, hasta donde las limitaciones del lenguaje pueden dar cuenta
de ello, la experiencia de la marginalidad.
La prueba de Rorschach fue utilizada en forma novedosa en
un contexto temporoespecial de comunidades marginadas, suje-
tas a estudio y posibles influencias que pudieran modificarse, se-
gún ciertos límites establecidos por la propia prueba. La autora
trabaja las resistencias que inevitablemente surgieron entre ella
y la comunidad, para que fuese posible la relación entre ambas.
Sólo así obtuvo la información de tipo psicológico de las comu-
nidades estudiadas.
El descubrimiento de Anne Bar Din es que más allá de los re-
sultados objetivos de la prueba, enmarcados por la teoría que la
sustenta, estudia en ella misma su relación con las comunidades
a causa del proceso provocado por la identificación de las ca-
rencias de los entrevistados, con sus propias carencias. A partir de
esta relación agrega al diagnóstico un segundo objetivo reabili-
tatorio, con el propósito de incorporarlos al trabajo productivo y
las instrucciones sociales.
Esta nueva aplicación de la prueba de Rorschach a comuni-
dades indígenas marginales deja de lado la mecánica técnica es-
pecífica del test y enfatiza el respeto y la comprensión del dolor
de los entrevistados, tanto física como psíquicamente. Anne no
se queda en el psicologismo de la prueba, sino que se hace eco
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del dolor de sus entrevistados, sin olvidar que éste está precisa-
mente tanto en ella como en aquellos a los que aplica la prueba.
Va más lejos y la prueba es sólo un medio para establecer un
contacto con “sus” indígenas, sabedora de que la indefensión y
la incompletud están siempre presente en ambos y es vía de com-
penetración con el dolor donde se establece y fortalece el víncu-
lo humano.
JOSÉ CUELI
10 PREFACIO
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NOTA ACLARATORIA
El que haya logrado llevar a término este trabajo se debe a los
alumnos del Seminario sobre la Aplicación e Interpretación de la
Prueba del Rorschach que impartí durante tres semestres en
la ENEP de Iztacala. Todos mis alumnos eran posgraduados —maes-
tros o doctores— en psicología y los pacientes que atendían eran,
mayoritariamente, personas pobres y marginadas.
Mis alumnos mostraron mucha curiosidad y gran entusiasmo
en estudiar las posibles aplicaciones e interpretaciones de la prue-
ba en sus pacientes. Cuando empezaron a trabajar con la prueba,
discutimos extensamente sus trabajos en sesiones de grupo de
profesionales en psicología. Aunque tengo 25 años de experien-
cia en la aplicación de la prueba, sin duda estas discusiones en-
riquecieron mucho mi conocimiento del Rorschach. Esto com-
prueba que, al impartir clase, siempre se aprende algo nuevo.
Además, para la elaboración del presente texto utilicé como
ejemplos varios de los estudios de los mencionados psicólogos.
Por esta razón tengo una deuda de gratitud con ellos que quiero
reiterar aquí. Las personas que colaboraron conmigo son:
Psicóloga maestra Elizabeth García Santamaría
Psicóloga Irma Dalia Roche Hudtler
Psicóloga maestra María de los Ángeles Campos Hichan
Psicóloga Blanca Liliana Juárez Cárdenas
Psicólogo Abraham Pliego Aceves.
Sin sus valiosas contribuciones, tanto en el desarrollo del Se-
minario como los trabajos que muestro más adelante, el estudio
que hoy presento hubiera resultado muy pobre. No quiero pasar
por alto hacer aquí un reconocimiento a los demás integrantes
del Seminario cuyos trabajos no han sido citados en el texto; este
hecho no se debe a que carezcan de calidad, sino a que los suje-
tos con quienes trabajaron estos últimos profesionales no resul-
taban tan representativos del sector de población que se preten-
día estudiar con mayor profundidad.
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Este trabajo debe mucho al Centro Coordinador y Difusor de
Estudios Latinoamericanos de la UNAM, dependencia a la que es-
toy adscrita. Vaya mi agradecimiento en principio a su director,
el doctor Ignacio Díaz Ruiz, por las facilidades que para mi tra-
bajo de investigación invariablemente me ha brindado. También
quiero dar las gracias al Departamento de Publicaciones, en par-
ticular a su responsable, la doctora Patricia Escandón, y a la téc-
nica académica Leticia Juárez Lorencilla, que hicieron milagros
para que el manuscrito original se convirtiera en material publi-
cable. Sin las autoridades y personal del CCYDEL habría sido di-
fícil, si no imposible, poner en letra impresa el texto que hoy pre-
sento.
12 NOTA ACLARATORIA
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INTRODUCCIÓN
¿Por qué escribir a estas alturas un nuevo manual del Rors-
chach? Porque en castellano los textos disponibles son traduc-
ciones de obras extensas, escritas originalmente en alemán o en
inglés. Obras que también suelen incluir informes sobre investi-
gaciones realizadas hace tiempo para comprobar la validez de la
prueba de manchas de tinta. Ciertamente, resulta muy útil tener
acceso a dichos estudios, pero si de lo que se trata es de habili-
tar a los principiantes con una guía para el Rorschach, los textos
que hay a la mano no son precisamente lo ideal; por el contrario,
intimidan a sus potenciales usuarios y casi invariablemente pro-
vocan en ellos una reacción del tipo: “¡Qué barbaridad... no me
alcanza el tiempo para estudiar todo eso!”, con el resultado
—harto predecible— de que nadie intenta estudiar nada que ten-
ga que ver con esta prueba, por lo demás sumamente valiosa.
Mi intención al escribir este manual va orientada por dos pro-
pósitos, el primero de los cuales es, justamente, despojar al Rors-
chach de esa carga de intimidación y aburrimiento. Tomaré
como hipótesis de trabajo —aunque sin respaldarla en mi propio
texto— que la validez del Rorschach se ha comprobado a través
de los millones de veces que se ha aplicado y de los múltiples y
valiosos estudios que se han hecho sobre él, pero que aquí no vie-
ne al caso citar. El estudiante que arda en deseos de comprobar
la validez de su trabajo con el Rorschach puede recurrir a la con-
sulta de Exner, Klopfer o Bohm, ya en sus versiones originales,
ya en alguna buena traducción española.
Lo que me propongo en este trabajo, en suma, es explicar, de
una manera sencilla y clara, la forma en que se debe administrar
la prueba y la manera idónea de anotar las respuestas, a fin de
garantizar una interpretación válida y útil.
El segundo propósito que me mueve a escribir este texto es
verlo fuera de su contexto natural,es decir, del contexto de la cla-
se media europea. Se trata de apreciar qué resultados arroja la
prueba al sacarla de su ámbito “normal” de aplicación: una po-
blación educada y “verbal”, para la que se diseñaron y estudia-
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ron las normas. Al aplicar dicha prueba a poblaciones más po-
bres, menos escolarizadas y menos “verbales”, las normas euro-
peas se vienen abajo. Esto no significa que el Rorschach no sir-
va para estudiar a las poblaciones mencionadas en segundo
término, sino más bien que la aplicación de la prueba a pobla-
ciones distintas, en condiciones distintas, dara un perfil del su-
jeto, perfil que resulta igualmente válido que el que se obtiene de
las sociedades “escolarizadas y verbales”. Y esto es algo cuya im-
portancia hay que tener muy en cuenta, dado que nosotros, los
psicólogos, no siempre tendremos ocasión de estudiar poblacio-
nes de origen europeo y de clase media. Y si nuestros sujetos de
estudio han de ser personas de sociedades heterogéneas, resulta
vital analizar las variaciones pertinentes en la manera de aplicar
la prueba, los cambios que habrá que introducir y los aspectos
que habrá que respetar al anotar las respuestas, así como los fac-
tores primordiales que habrá que considerar al elaborar una in-
terpretación de los protocolos obtenidos.
El presente manual incluye al final una sección de generaliza-
ciones y también una de investigaciones. No obstante, cabe se-
ñalar que este último apartado abarca un periodo menor de 50
años, dado que el estudio del Rorschach, en poblaciones poco
“verbales” y no habituadas a los conceptos del psicoanálisis, no
data de tanto tiempo atrás. Obviamente, la aplicación de la prue-
ba sigue teniendo sus fundamentos en el psicoanálisis. Por ejem-
plo, para la clase media europea, o para las poblaciones de cul-
tura occidental, tiene sentido hablar del concepto “complejo de
Edipo”. Bien o mal, en esos medios casi todos conocen lo que
implica la mencionada expresión que, en realidad, para la cultu-
ra europea, resulta una “frase hecha”. No es tal el caso con las
poblaciones pobres y poco “verbales” que hemos visto y estudia-
do al elaborar este manual. Si queremos explicar a unos sujetos
indígenas, hablantes de quechua, en qué consiste el complejo de
Edipo, no cabe duda de que lo entenderían e incluso, tal vez, que
retendrían el concepto, pero lo más probable es que les resulta-
se algo muy novedoso o de plano inédito, porque no forma par-
te de su bagaje cultural. Se trata, por lo tanto, de trascender las
barreras culturales y sociales para el estudio futuro de nuestros
sujetos, independientemente de que pertenezcan a poblaciones
de lengua castellana, inglesa o alemana. Finalmente, la clase me-
dia es una especie en vías de extinción y debemos prepararnos
14 LA PRUEBA DE RORSCHACH
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para satisfacer las necesidades de una enorme y creciente mayo-
ría que necesita atención psicológica, cosa que se logrará me-
diante un cambio de reglas y no afirmando: “esto no sirve para
ellos”.
A lo largo de este libro veremos cómo se deben alterar y co-
rregir las normas establecidas para otro tipo de población.
LA PRUEBA DE RORSCHACH 15
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BREVE HISTORIA DEL RORSCHACH
Sólo unos cuantos psicólogos y psicoanalistas se enteraron de la
existencia de la prueba de las manchas de tinta cuando Hermann
Rorschach, un psicoanalista suizo, publicó una monografía lla-
mada Psychodiagnostik, en septiembre de 1921. En ese momen-
to la monografía despertó interés, pero únicamente entre el grupo
de amigos y colegas de Rorschach, quien probablemente se ha-
bría mostrado muy sorprendido si hubiera podido enterarse de
todas las controversias que, andando el tiempo, habría de susci-
tar su prueba de manchas.
Rorschach no veía su obra como una prueba psicoanalítica.
Para él se trataba de un informe de investigación en el área de
percepción, que —esperaba— derivaría finalmente en una he-
rramienta avanzada para el diagnóstico diferencial de varios ti-
pos de esquizofrenia.
La idea de utilizar manchas de tinta como estímulo no partió
originalmente de Rorschach. Ya Binet y Henri (1895, 1896) ha-
bían intentado emplearlas en un temprano esfuerzo por elaborar
una prueba de inteligencia. Ambos pensaban que las manchas
estimulaban la imaginación; no obstante, más tarde abandona-
ron el proyecto.
Habrá que recordar que la vida intelectual de los psicólogos
de aquella época giraba en torno a los nuevos descubrimientos de
Freud, en especial al concepto del inconsciente. En ese tiempo
existía también un juego muy popular, denominado “Blotto”,
que utilizaba manchas de tinta. El juego y sus implicaciones fas-
cinaban a Rorschach y a un colega suyo llamado Gehring. Los
dos “jugaban” con las manchas de tinta para ver si lograban cal-
mar a sus estudiantes luego de una clase difícil.
En último término, todos estos factores se conjugaron en la
decisión de Rorschach de llevar a cabo una nueva investigación
sobre percepción. Para tal efecto se sirvió de 45 láminas distin-
tas, de las que utilizó con mayor frecuencia unas 15 en particu-
lar. Cuando quiso imprimir su nueva monografía, los editores le
pidieron —por razones económicas— que redujera el número de
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láminas a seis. Rorschach se rehusó y se quedó sin publicar el
trabajo. Como vemos, los problemas editoriales que padecemos
actualmente vienen de mucho tiempo atrás.
Por fin, una pequeña empresa editorial de Berna aceptó hacer
la edición, pero con ciertas condiciones: se imprimirían sólo 10
de las 15 láminas. Sería interesante saber dónde fueron a parar
las cinco suprimidas, pero, como haya sido, la obra salió a la luz
pública con sus 10 láminas. Sin embargo, al reproducir las man-
chas de tinta, ocurrió un fenómeno muy interesante: las manchas
originales, negras sobre papel blanco, resultaron matizadas en
gris —por efecto de diferencias en el nivel de saturación de la tin-
ta—, claroscuros que ofrecían posibilidades de anotaciones y ob-
servaciones nuevas. Esto le encantó a Rorschach, quien decidió
reanudar sus investigaciones utilizando las nuevas láminas mul-
timatizadas. El nuevo trabajo publicado recibió el título de Una
prueba de interpretación de forma; en él, Rorschach hacía espe-
cial hincapié en la necesidad de profundizar aún más en la in-
vestigación de los resultados obtenidos con las láminas antes de
conferirles validez científica. Desgraciadamente, Rorschach sólo
pudo continuar con dichos estudios un año más. Murió el 1 de
abril de 1922, a los 37 años de edad.
Los psicólogos y psiquiatras de esa época concedieron poca
atención al trabajo de Rorschach, pero en 1932, Hans Binder
añadió nuevas anotaciones. Binder se dio cuenta del enorme po-
tencial contenido en lo que los sujetos veían en las manchas, y él
fue el primero en considerar a las láminas de manchas, de tinta
como una prueba proyectiva. Pero sería necesaria la labor de Sa-
muel Beck para que la prueba de Rorschach —en una forma no
prevista por él— se diera a conocer al mundo. Para 1934, Beck
ya había publicado nueve artículos sobre el tema. Poco después,
también Bruno Klopfer se sumó a las investigaciones relativas al
Rorschach y, finalmente, la prueba del suizo se hizo famosa en
Estados Unidos, al reconocerse sus méritos para el estudio de la
organización de la personalidad. La controversia que el método
de Rorschach suscitó hasta los años 50 habrá que atribuirla, tal
vez, precisamente al hecho de que la prueba se empezó a ver de
manera distinta. Entre 1936 y 1957 surgieron cinco “Sistemas
de Rorschach” en Estados Unidos. Básicamente se trataba de
una lucha entre el “Sistema de Beck” y el “Sistema de Klopfer”.
Sin embargo, el método de Rorschach siguió prosperando, hasta
LA PRUEBA DE RORSCHACH 17
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convertirse prácticamente en sinónimo de psicología clínica,
toda vez que la prueba se utilizaba en buena medida para la ela-
boración de un psicodiagnóstico. Su base ya era la teoríapsico-
analítica de Freud, y no se podía descartar una prueba proyecti-
va que aportaba un fundamento empírico a una teoría tan
importante; es decir, que ambas se convalidaban. Además, el
Rorschach ofrecía información descriptiva sobre las caracterís-
ticas psicológicas del sujeto estudiado.1
18 LA PRUEBA DE RORSCHACH
1 La información para esta nota histórica se tomó de The Rorschach. A com-
prehensive System, Nueva York, Wiley & Sons, 1986.
Rosch 8/5/03 14:56 Página 18
ADMINISTRACIÓN
De aquí en adelante daré por sentado que el lector dispone de
buenas dosis de intuición, empatía y simpatía. Como considero
que el hipotético lector es un estudioso de la psicología, forzosa-
mente contará con estas virtudes en un grado mayor que, diga-
mos, alguien decidido a estudiar computación o contaduría. Es
muy difícil enseñar a administrar una prueba psicológica, por-
que la psicología, más que una ciencia, es un arte. Pero, como ya
he indicado, cuento con que el lector tenga dotes naturales para
ese arte, dotes que facilitarán su aprendizaje.
Quisiera referirme aquí a algunas experiencias personales re-
cogidas en el proceso de enseñanza de aplicación del Rorschach.
Siempre comienzo por pedir un voluntario —de entre mi grupo
de alumnos— que se preste como sujeto, a fin de aplicar la prue-
ba por vez primera y con propósitos didácticos. Invariablemen-
te, el voluntario resulta ser una persona que demanda ayuda. Un
caso extremo —y bastante traumático— se me presentó en una
universidad de Inglaterra, cuando impartía esta clase. La volun-
taria fue una joven de unos 25 años, cuyas respuestas mostraron
de inmediato una situación de depresión profunda y un alar-
mante deseo de autodestrucción. Sus respuestas llegaron a sus-
citar en mí verdadera preocupación, tanta que recurrí a la admi-
nistración escolar para hacer indagaciones sobre la chica en
cuestión. Ahí me enteré de que era integrante de la Fuerza Aérea
de Estados Unidos, por lo tanto, tenía acceso a las armas de fue-
go. Por este motivo comuniqué a las autoridades mis inquietu-
des sobre el peligro que corría la muchacha. Las respuestas que re-
cibí de ellas fueron cortas y un poco desdeñosas; el caso es que
la administración escolar no me tomó en serio. Pedí el teléfono
de la estudiante, con la idea de ir a buscarla y llevármela a casa.
Desafortunadamente, su número telefónico era confidencial y no
puede obtenerlo; en cualquier parte del mundo, el ejército cons-
tituye una burocracia impenetrable. Frente a tantos obstáculos,
empecé a racionalizar (también los psicoanalistas con buen ins-
[19]
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tinto racionalizan) y manejé los 100 kilómetros de vuelta a casa,
tratando de pensar en otra cosa; quizá en ese día algo me había
alterado especialmente, el conocer a esta persona u otra cosa; tal
vez había amanecido pesimista.
Cuando me presenté a la siguiente clase, no vi a la chica. Pre-
gunté por ella. “Pero, doctora, ¿no lo sabe? La semana pasada
Raquel se pegó un tiro después de la clase. La enterramos hace
cuatro días.” A veinte años del suceso, aún no logro perdonarme
el no haber insistido más, el no haber sido más obstinada. Des-
de luego, no soy tan ingenua para suponer que, si la hubiera lle-
vado a casa, la muchacha no se habría pegado un tiro cualquier
otro día, pero por lo menos en ese momento se hubiera podido
iniciar un diálogo, hubiera podido remitirla a una terapia que tal
vez, hubiera logrado salvarla... Ruego a mis futuros lectores que,
si alguna vez experimentan o suponen que un sujeto corre un pe-
ligro de esta magnitud, no se dejen disuadir ni desalentar. Ser
psicólogos nos obliga a ser muy responsables...
Volvamos a terrenos más comunes y corrientes: los métodos
tradicionales de aplicación del Rorschach recomiendan a quien
lo administra la utilización de un cronómetro, esto para medir
con exactitud el tiempo transcurrido entre la presentación de
una lámina y la primera respuesta del sujeto. El presente manual
aconseja NO emplear dicho cronómetro, porque hacer tanto én-
fasis en el paso del tiempo puede traducirse en mayor tensión y
nerviosismo por parte del sujeto. La gente más humilde, la que
verbaliza menos, puede sentirse muy presionada por la presen-
cia del cronómetro. Un vistazo al reloj es suficiente. Además,
forzosamente y a consecuencia de la falta de adiestramiento ver-
bal, el tiempo de respuesta de estos sujetos será más lento. Sólo
se recomienda tomar nota de los periodos muy largos o muy rá-
pidos que se observen en un sujeto dado. Naturalmente, se debe
consignar la duración total de la sesión. Se recomienda mucha
paciencia al administrar la prueba a personas que no pertenez-
can a esa famosa clase media europea; hay sujetos que tardan
hasta dos minutos para formular su primera respuesta. Reitero
que es preciso darles tiempo, no presionarlos. Los sujetos expe-
rimentan gran tensión ante la misma situación de la prueba. Si
se les da el tiempo necesario para que den su primera respuesta
a la primera lámina, se están facilitando las que darán a las si-
20 LA PRUEBA DE RORSCHACH
Rosch 8/5/03 14:56 Página 20
guientes. Los factores paciencia y tolerancia son indispensables
si se desea obtener un protocolo válido, y esta afirmación es apli-
cable tanto a sujetos adultos como a sujetos infantiles. Algunos
estudiantes me han preguntado si la aplicación del Rorschach
tiene variantes en los casos de adultos y en los de niños. No hay
variación alguna; acaso, solamente sea necesario recurrir a un
poco más de paciencia y empatía para no intimidar a los niños.
Habrá diferencias de interpretación en las respuestas, pero la ad-
ministración en unos y otros es exactamente igual.
En términos prácticos, resulta preferible sentarse al lado del
sujeto que frente a él. También es mejor NO decirle al sujeto que
puede dar vueltas a la lámina para verla mejor; lo hará de todos
modos (y aunque no es algo que hagan todos los sujetos, muchos
intentan ver la lámina al revés, de lado, etc.). Esto es legítimo;
únicamente se debe registrar en el machote diseñado para la
anotación de las respuestas (indicando con una pequeña flecha
o un triángulo apuntando en la dirección correspondiente. Véase
(tabla 4) en qué posición estaba la lámina cuando el sujeto “vio”,
por ejemplo, una iglesia. Si el administrador indica al sujeto:
“Puedes voltear la lámina como quieras”, corre el peligro de que
éste interprete: “DEBES voltear la lámina como quieras”, y proceda
a tratar de descubrir algo al derecho, al revés, del lado derecho,
del lado izquierdo, etc. Si uno advierte que tal es el propósito del
sujeto, es conveniente indicarle: “No es necesario ver cosas de
todos lados”, a fin de abreviar su martirio. Como las láminas ca-
recen de sentidos obvios, hay sujetos que se torturan a sí mismos
tratando de ver algo nuevo en cada distinta posición de la lámi-
na. Se trata sólo de una prueba, no de un examen de percepción
perfecta, y es lícito recordárselos.
Una vez terminada esta primera administración, se deben
mostrar de nuevo al sujeto todas las láminas, a fin de que él o ella
confirmen el lugar exacto donde han visto lo descrito en su res-
puesta original. Generalmente, los sujetos se prestan a esta ex-
periencia con curiosidad. No es necesario explicar cómo se hi-
cieron las láminas, porque eso revela al sujeto que ambos lados
son iguales, y es preferible que sea él mismo quien mencione el
hecho de la simetría —si es que la advierte— por su cuenta. Tam-
bién es preciso aclararle que no hay respuestas “correctas” o “in-
correctas” para las láminas, pues en sí éstas no representan nada
LA PRUEBA DE RORSCHACH 21
Rosch 8/5/03 14:56 Página 21
en particular; cada quien ve en ellas algo distinto, por lo tanto no
es posible “reprobar” por no tener alguna respuesta obligatoria.
Es importante dejar esto bien en claro, a fin de evitar que el
sujeto experimente ansiedad por el fracaso. No se puede “fraca-
sar” en el Rorschach.
22 LA PRUEBA DE RORSCHACH
Rosch 8/5/03 14:56 Página 22
ANOTACIÓN
Este rubro merece unapartado especial. En el aspecto técnico,
la anotación es el punto estructural de la prueba: no se puede
elaborar una interpretación válida sobre el sujeto si la anotación
no se hizo de una manera obsesivamente correcta. Muchos de
los que administran el Rorschach se han encontrado con que no
pueden proceder a la interpretación porque su anotación de
respuestas fue incorrecta o incompleta.
Hay sujetos que dan respuestas tan largas y elaboradas que el
administrador acaba por sentirse con ellos como una secretaria
tomando dictado y piensa en la necesidad de desarrollar un sis-
tema taquigráfico que le permita tomar puntos y comas. Por su-
puesto, no es necesario llegar a tales extremos y, además, tam-
poco son tantos los sujetos que pecan por exceso de
comunicación verbal. Sin embargo, si llega a darse esta situa-
ción, basta con decirle al sujeto: “¡Momento!, ¡momento!, quiero
apuntar bien todo lo que me dice.” Porque ésa es la parte im-
portante: anotarlo todo, desde los: “¡Dios mío, está dificilísima!”,
hasta los “Perdón, pero aquí no veo nada, nada, nada”. Cada
palabra, exclamación, interjección, etc., tiene su sentido y se eva-
luará posteriormente, en el momento de elaborar la interpreta-
ción.
Hay una parte de la anotación que tiene, si cabe, aún más im-
portancia: la ENCUESTA. Al administrar el Rorschach, se muestran
al sujeto todas las láminas una primera vez, como se dijo con an-
terioridad, y, posteriormente, se le enseñan de nuevo, a fin de
precisar sus respuestas, tanto desde el punto de vista de su loca-
ción como desde el de su contenido. Esta segunda muestra de las
láminas es extremadamente importante, porque, incluso, puede
provocar respuestas adicionales por parte del sujeto. Todas las
respuestas nuevas se deben anotar con la misma precisión que
las obtenidas luego de la primera vista de la prueba. Aquí tam-
bién puede caer en error el administrador: si no apunta con
exactitud lo que el sujeto dice, al elaborar la interpretación se en-
contrará con que le falta información. La segunda muestra le
[23]
Rosch 8/5/03 14:56 Página 23
dará oportunidad de precisar puntualmente en qué sitio ha visto
el sujeto el estímulo que dio pie a su respuesta y también qué la
causó: la forma, el color, la apariencia de texturas, de reflejos,
etc., puntos clave que veremos más adelante. La encuestra da al
administrador la oportunidad de despejar cualquier duda sobre
la naturaleza de las respuestas provocadas. Por ningún motivo,
pues, habrá de descuidarse el registro de las respuestas e infor-
maciones adicionales obtenidas a través de la encuesta.
Y aquí, nuevamente, debo mencionar un hecho importante
que tiene que ver con la aplicación del Rorschach a poblaciones
marginadas, pobres, de baja escolaridad y poco “verbales”. En
los textos que los investigadores estadunidenses y europeos han
escrito sobre el Rorschach, el promedio de respuesta por proto-
colo varía de 19 a 22. Cualquier protocolo que incluya menos
respuestas se califica de “breve y estéril”, cosa que en particular
indica John Exner. Yo aprendí a administrar el Rorschach con
los libros de Exner y respeto mucho su trabajo, pero él nunca
tuvo que administrar la prueba de manchas de tinta a poblacio-
nes como aquellas de las que me ocupo en el presente trabajo.
Esta gente rara vez genera otra cosa que protocolos “breves y es-
tériles”. Sin embargo, eso es todo lo que pueden dar. ¿Habrá que
tirar tales protocolos a la basura porque no proporcionan bas-
tante información? Yo pienso que no. La elaboración de la inter-
pretación deberá incluir todos los elementos observados en el
transcurso de la entrevista con el sujeto: su conducta durante la
administración y la totalidad de sus intervenciones verbales, a
fin de contar con elementos para fortalecer el protocolo. Dicha
tarea es bastante más compleja que la de aplicar la prueba a un
público medianamente preparado para este tipo de entrevistas;
requiere más intuición y más dedicación orientadas a compren-
der la personalidad humana. He aplicado el Rorschach desde
Harlem (Nueva York) hasta Managua (Nicaragua), y he obtenido
una gran cantidad de protocolos “breves y estériles”; aun así,
considero que he entendido muy bien a mis sujetos, que he com-
prendido sus dolores y ansiedades. Además, con estas poblacio-
nes pobres y marginadas, la sola y paciente atención de un espe-
cialista, que no hace otra cosa que escucharlas, es en sí ya
terapéutica. Por esta razón le auguro al Rorschach un futuro
muy prometedor como vehículo para estudiar y ayudar a un im-
portante sector de población a quien nadie escucha jamás. Por
24 LA PRUEBA DE RORSCHACH
Rosch 8/5/03 14:56 Página 24
otro lado, con esta herramienta será posible escribir y descubrir
el perfil psicológico de una parte de la humanidad que no ha sido
estudiada; será posible determinar sus carencias, aparte de las
muy obvias: alimentos, casa y trabajo. Desde el punto de vista
emocional, puede decirse que no conocemos aún a esta gente,
que se cuenta por millones. Ya es tiempo de que la psicología
amplíe su campo de interés y sus enfoques.
LA PRUEBA DE RORSCHACH 25
Rosch 8/5/03 14:56 Página 25
CODIFICACIÓN DE LAS RESPUESTAS
A] UBICACIÓN
En principio, es necesario pensar en la ubicación de lo que ha
visto el sujeto. Ésa es la primera variable que debemos anotar.
Existen cuatro categorías de ubicación:
1] W. Se registra una “W” cuando el sujeto organiza la man-
cha de tinta en un todo. A fin de explicar por qué se utiliza esta
letra en concreto, habrá que decir que el registro está basado en
la anotación de Exner, que a su vez se apoyó parcialmente en la
de Klopfer. La ventaja de emplear en nuestro código letras o anota-
ciones que provienen del inglés es que muy frecuentemente hay
coincidencias con el castellano, dado que el latín tuvo que ver
con la formación de ambas lenguas. Adoptar la anotación de
Bohm es más problemático, toda vez que ésta se sirve del ale-
mán, lengua cuyas raíces son más lejanas a las del español que
las del inglés. La “W” viene de Whole, que significa “entero”. Si
quisiéramos usar el sistema de anotación de Bohm, emplearía-
mos una “G”, símbolo de Ganz, que en alemán también quiere
decir “entero”.
Como sea, una respuesta W es muy valiosa, porque indica un
buen nivel organizacional por parte del sujeto. La importancia
de las diversas letras o iniciales que utilizaremos se explicará
más a fondo en el siguiente capítulo.
2] DW. Esta anotación corresponde a una visión de la mancha
entera a partir de un detalle (la “D” proviene precisamente de de-
tail, o sea “detalle”) que se considera el inicio de una integración
general. La anotación DW es rara y debe tratársele con cuidado,
por implicaciones clínicas que veremos más adelante. Por ahora,
baste con decir que el sujeto está perdiendo contacto con lo que
se puede ver lógicamente en la mancha; está creando una nueva
mancha, lo que indica una cierta “confabulación”.1
[26]
1 Aunque en castellano el término “confabulación” significa la asociación de
dos o más personas para realizar algo ilícito, en el sentido técnico, que es el que
Rosch 8/5/03 14:56 Página 26
3] D. Este tipo de calificación es el que se da a una respuesta
en cuya elaboración sólo se utiliza una parte de la mancha. Por
cierto, cabe decir que este es el tipo de respuesta más frecuente.
Pocos sujetos logran organizar muchas manchas de tinta en un
todo coherente. Una respuesta ejemplo de ello podría ser: “Eso,
aquí, en la esquina, es como una casa”. Es totalmente válida. La
inicial “D”, como se dijo en el caso anterior, viene de detail, que
significa “detalle”.
4] D→W. Dicha anotación se da a una respuesta en la que el
sujeto utiliza un detalle para llegar a construir un todo: W. El re-
gistro D→W difiere del DW en el hecho de que la primera cons-
tituye una respuesta lógica, aunque esto parezca totalmente sub-
jetivo. Con la experiencia, el administrador se dará cuenta de la
diferencia: una respuesta D→W tendrá muchas dificultades en
determinar lo que ve el sujeto. En la mayoría de los casos,el ad-
ministrador no podrá ubicar la respuesta DW en la mancha de
tinta, porque esa visión de la realidad de la mancha existe sola-
mente para el sujeto (por eso el término de “confabulación”). En
el caso de una respuesta D→W, el administrador podrá ver fácil-
mente lo que describe el sujeto que está tratando de armar una
respuesta organizada, empleando para ello toda la mancha. Es
frecuente que, después de una respuesta D→W, el sujeto elabore
con mayor facilidad respuestas W, al organizar con éxito la man-
cha en un todo.
5] Dd. La calificación Dd se asigna a una respuesta que utili-
za un detalle de la mancha, pero muy pequeño. La respuesta
debe ser también inusual, pero es más difícil de juzgar, porque,
al principio, un administrador del Rorschach no tendrá la expe-
riencia suficiente —que sólo se adquiere con el tiempo— para
decidir si el detalle, aparte de ser muy pequeño, es también “inu-
sual”. Así que, de entrada, bastará con asignar Dd a cualquier
respuesta que considere un detalle realmente mínimo. Esto tam-
bién es poco frecuente, de modo que ambos requisitos para dar
Dd tienden a traslaparse.
6] S. La calificación S se da a una respuesta que usa como de-
terminante principal espacios blancos en la mancha. En general,
el empleo de espacios blancos se combina con algún detalle, lo
LA PRUEBA DE RORSCHACH 27
empleo aquí, se refiere a idear, inventar o añadir elementos producidos por la
imaginación.
Rosch 8/5/03 14:56 Página 27
que genera una calificación DS. Si se mencionan espacios blan-
cos en una respuesta que organice a toda la mancha, tendremos
una calificación WS. En realidad, es raro que una respuesta lle-
gue a basarse únicamente en espacios blancos, pero puede ocu-
rrir, y por ello se le menciona como posibilidad.
Estas diversas posibilidades y combinaciones de ubicación de
la respuesta destacan la importancia de la encuensta: ¿qué ocu-
rriría si el administrador no entendió bien la primera respuesta
del sujeto? En el transcurso de la encuesta, siempre es posible
preguntarle: “¿Dónde está, exactamente, el castillo? ¿Me lo puede
señalar con el dedo?”2 Con dicha aclaración, no hay margen
de confusión posible entre una respuesta W y una D.
Más adelante veremos la importancia que tiene cada tipo de
respuesta y de ubicación.
B] CONTENIDO
El segundo elemento en orden de importancia al codificar las
respuestas es su contenido. ¿De qué se trata? ¿Vio el sujeto una
casa, un gato muerto o una mariposa? Esto también tiene impli-
caciones fundamentales en la elaboración de la interpretación.
No vale la pena insistir en que Rorschach no concedió la menor
importancia al contenido. ¡Por supuesto! Lo que él había elabo-
rado era una prueba de percepción de forma; ni siquiera existía
el contenido. Pero, por el momento, no interesa lo que hizo Rors-
chach. Desde su nacimiento, la prueba que lleva su nombre ha
evolucionado mucho y de esto es de lo que nos ocuparemos.
La parte del contenido es la que ha dado lugar a las controver-
sias que se registran cuando dos administradores del Rorschach
discuten un protocolo. Gran parte de la clasificación de las res-
puestas tiene que ver con una cierta intuición, aunque hay reglas
o, mejor dicho, guías para la interpretación del contenido (véase
la tabla 3).
¿Qué ha visto el sujeto? Si lo que vio es una persona humana,
se le da una calificación H, pero si la figura es mitológica o se re-
28 LA PRUEBA DE RORSCHACH
2 Véase la tabla 2. En ese “mapa” de las láminas, el administrador debe re-
cordar dónde, en qué lugar preciso de la lámina el sujeto vio el estímulo.
Rosch 8/5/03 14:56 Página 28
laciona con la teología (ángel, dios, etc.), o se trata de un perso-
naje literario, o uno sacado de los dibujos animados (Superman,
etc.), la anotación se convierte en (H). Los paréntesis indican
que no se trata de una figura humana ordinaria, como nosotros.
Esto resulta particularmente importante para la lámina VI, en la
que, con mucha frecuencia, se ven monstruos, que se registrarán
como (H). Si el sujeto ve unas manos humanas, unas piernas o
un rostro, se anotará Hd, es decir, “detalle humano”.
Si lo que se ha visto es un animal, se le asignará una letra A
(ya se ve que es conveniente tener al latín como idioma origen).
Y, por supuesto, si se trata de un miembro o parte de un animal,
como unas garras de tigre, la anotación será Ad (“detalle de ani-
mal”). Si el animal que ha visto el sujeto es, digamos, el Rey
León, se le calificará con una (A), como animal de tipo mitológi-
co o imaginario.
Hay también anotaciones para respuestas que no tienen que
ver con personas o seres animados. El sujeto bien puede percibir
un árbol, en cuyo caso se asigna una N (naturaleza). Puede ver
asimismo huesos o cueros de animal, que recibirán un registro
Aobj (objeto anatómico). Lo mismo puede detectar partes de la
anatomía humana, como un corazón, pulmones, etc., pero, ¡cui-
dado!, porque, en este caso, hay que aclarar si se trata formal-
mente de un corazón-víscera —que recibirá una clasificación At
(anatomía)— o de una representación de corazón tipo San Va-
lentín (que será registrado como Obj (objetos fabricados por el
ser humano). Algunas láminas se prestan también para que
el sujeto vea mapas o cartas topográficas, en cuyo caso se califi-
can como Geo (geografía).
C] DETERMINANTES
¿En qué se basó el sujeto para dar su respuesta? ¿En la forma que
vio?, ¿en su color? Éstos son algunos de los factores que determi-
nan si el sujeto vio una iglesia o una señora de tacones altos.
Forma
El determinante más frecuente es la Forma (F). Si se le conside-
ra buena, se asignará una F, sin más, pero también puede ser
LA PRUEBA DE RORSCHACH 29
Rosch 8/5/03 14:56 Página 29
muy buena, muy creativa, y entonces se registrará como F+; o,
por el contrario, quizá la encontremos mala, “mal vista”, lo que
recibirá una F–. ¿Es subjetivo el juicio? Sí, en parte lo es, pero
aquí también interviene el sentido común. Si un sujeto ve un pe-
rro en una lámina donde mucha gente cree ver un murciélago o
una mariposa, el “perro” bien pudo haber sido muy ingeniosa-
mente armado, en cuyo caso será una F+, o, sencillamente, muy
mal visto, y se le dará una F–. Con todo, estas últimas califica-
ciones son peligrosas, dado que, si se conjugan con otras, pue-
den conducir a una interpretación bastante pesimista del proto-
colo. Pero como de lo que se trata es de reflejar la verdad, en la
medida de lo posible, para evaluar al sujeto, si creemos que me-
rece una F–, será menester anotarla.
La siguiente es una calificación muy importante, porque es, a
la vez, un determinante y un contenido. Ésta tiene que ver con el
movimiento de lo que se está viendo.
Movimiento
En principio, hay que distinguir entre los tipos de Movimiento
que se pueden observar; esto es, si se trata de movimientos hu-
manos o de tipo humano. Si la descripción del movimiento tiene
que ver con la motricidad que normalmente tiene un ser huma-
no, se anota una M. Si el movimiento es propio de los animales,
o si se trata de un movimiento que pueda considerarse animal o
realizado por un animal (como, por ejemplo: “Ésta es una lagar-
tija que camina debajo de una piedra”), la anotación que propor-
cione el sujeto es la base de la notación. Si el movimiento es el de
una hoja impulsada por el viento, se trata de un movimiento ina-
nimado, que corresponde a una m (“m” minúscula).
Hay también otros determinantes, que son aquello que indujo
al sujeto a ver una cierta imagen en una lámina, como por ejem-
plo la posición o postura. “El hombre está sentado sobre una pie-
dra”. En este caso, la respuesta recibe una anotación p (“p” mi-
núscula, porque la “p” mayúscula indica una respuesta
“popular”, que es una calificación para otro rubro).
Textura
Un determinante de gran importancia que se encuentra con ma-
yor frecuencia en los protocolos de niños o de adultos con ras-
30 LA PRUEBA DE RORSCHACH
Rosch 8/5/03 14:56 Página 30
gos regresivos es el de Textura (T), que se aplica cada vez que el
sujeto advierte un detalle (ouna mancha entera) al que asigna
características tales como: “pelo”, “cuero”, “nube”, “humo”; cali-
dades visuales con un componente tangible, palpable. En senti-
do estricto, no puede decirse que el humo o una nube sean pal-
pables, pero afectan a los sentidos, y desde ese punto de vista
tiene un elemento de textura. Esta última anotación no aparece
en los textos de todos los autores que he revisado para el pre-
sente trabajo. Exner es quien más la utiliza y, dado que —como
dije antes— yo aprendí a administrar el Rorschach con las obras
de este autor, es un elemento que considero. Por otro lado, es uti-
lísimo, pues sin él me hubiera sido imposible calificar con exac-
titud los protocolos de una multitud de niños a quienes he apli-
cado la prueba.
Color
Además de la Forma, F, otro determinante muy frecuente es el
Color, C. Uno podría pensar que tal determinante se presenta so-
lamente en las tres últimas láminas del Rorschach, que son las
que presentan manchas de diversos tonos; sin embargo, esto es
falso, pues hay muchos sujetos que en las primeras siete perci-
ben diferencias de tonalidad en los negros, grises y blancos. El
hecho de que el objeto visto no sea de un rojo encendido no quie-
re decir que la respuesta no se pueda calificar con una C. Tam-
bién vale la pena señalar que este determinante presenta varia-
ciones; esto es, que se puede asignar una C’(la letra “C” con
apóstrofo se atribuye a una respuesta basada en “colores acro-
máticos) a una respuesta si ésta se basa en la observación acro-
mática de una imagen, sólo tomando en cuenta los negros, blan-
cos y grises de las primeras láminas.
Desde luego, las respuestas también pueden ser combinadas;
por ejemplo, una FC, que indica la influencia de Forma y Color,
pero con predominio de la primera. Otra posible respuesta es
CF, que denota claramente la mayor influencia del determinante
Color que el de Forma.
Las respuestas en las que sólo intervenga el Color se codifica-
rán, naturalmente, como C. Si el sujeto menciona o nombra los
colores, por ejemplo, con un: “¡Mire, allí, ese azul!”, la respuesta
se calificará como Cn (Color naming, o “nombrar color”). Si el
LA PRUEBA DE RORSCHACH 31
Rosch 8/5/03 14:56 Página 31
sujeto no únicamente menciona el color, sino que también le
añade algún adjetivo, o lo describe: v.g. “¡Mira, ese azul de allá,
es muy lindo!”, la respuesta será codificada como Cdes (Color
description, “descripción de color”). Si a estas alturas el lector
piensa que para calificar bien un protocolo hay que seccionar
verticalmente un pelo en cuatro partes, estará en su derecho.
Pero apelo a la comprensión de ese mismo lector al reiterarle
que es del todo indispensable ser escrupulosamente precisos en
el proceso de anotación, aunque, en cierto modo, tal cosa impli-
que “cortar ese pelo en cuatro”.
Finalmente, hay una anotación, por así decirlo, poética, que
es la que se emplea siempre que el sujeto recurre al simbolismo
del color para referirse en su respuesta, digamos, a la primavera
o a la esperanza. En este caso, la codificación utilizada es Csym
(Color symbolism, o “simbolismo de color”).
Una más es la que se aplica cuando en un claroscuro el sujeto
cree ver una imagen tridimensional proyectada en un plano bi-
dimensional (como rayos X, etc.). Este caso se registra como k
(“k” minúscula). Si dicho claroscuro tiene dimensiones mayores
—como un panorama en perspectiva—, se le califica con D.
32 LA PRUEBA DE RORSCHACH
Rosch 8/5/03 14:56 Página 32
INTERPRETACIÓN
EL PROCESO INTERPRETATIVO
En esta sección se hace la cosecha del minucioso trabajo reali-
zado en el transcurso de la anotación. Si esta última fue buena,
no hay duda de que la interpretación lo será también.
Antes de discutir el significado de las diversas respuestas del
sujeto, es necesario organizar los resultados obtenidos.
EL RESUMEN ESTRUCTURAL
Bajo este título se deben anotar:
a] El tiempo total de la administración de la prueba.
b] El número total de respuestas, incluyendo aquellas adicio-
nales que suelen darse durante la encuesta.
La elaboración de este resumen es sumamente importante, y
más que nada lo es la precisión con la que se haga esta parte del
trabajo. Un resumen estructural bien hecho facilita enormemen-
te la interpretación. La exactitud al anotar las respuestas y la
exactitud al calcular las frecuencias repercutirán por fuerza en
la facilidad con la que se lleve a cabo la interpretación.
SECUENCIAS DE RESPUESTAS
La primera tarea consiste en hacer una lista de respuestas en or-
den cronológico, numeradas consecutivamente. Si uno es preci-
so aquí, no tendrá problemas al hacer el posterior conteo de fre-
cuencia de registro. Se debe usar un Formulario de Resumen
Estructural, en el que aparezcan todas las codificaciones utiliza-
das (tabla 4). En dicho formulario deberán figurar cuatro co-
lumnas: una para la ubicación de las respuestas, otra para sus
[33]
Rosch 8/5/03 14:56 Página 33
contenidos, una más para la puntualización de respuestas “po-
pulares” (P) y “originales” (O) (véase la tabla 1). A este respecto,
la “P” indicará el tipo de respuesta más común, ordinaria, habi-
tual, aquella que suele dar la mayoría de los sujetos, en tanto que
la “O” se referirá a respuestas que denoten un grado mayor de in-
ventiva o imaginación. La cuarta y última columna se reservará
para las observaciones.
FRECUENCIAS DE REGISTRO
El segundo paso es anotar las frecuencias de registro o de res-
puestas para cada una de las categorías empleadas.
1. Ubicación. Cada una de las cuatro ubicaciones se calculará de
manera independiente: W, D, Dd, S.
2. Determinantes. Como en el caso anterior, la frecuencia de cada
determinante se calculará separadamente.
3. Se debe computar la frecuencia de respuestas P y O.
4. Por ningún motivo deberá prescindirse de una columna deno-
minada “Observaciones”. En ésta, el administrador registrará
los incidentes que se hayan suscitado durante la aplicación de
la prueba. Por ejemplo, que el sujeto haya incurrido en un si-
lencio anormalmente largo luego de ver una lámina; que pro-
rrumpa en cualquier tipo de exclamación, como “¡Caray, ésta
sí está difícil!”; que externe alguna manifestación física como
agitación o nerviosismo o que eche frecuentes vistazos al re-
loj, etc. Todas estas observaciones erán útiles para la fase de
interpretación.
COMPUTACIÓN ESTADÍSTICA
Una vez registrada la frecuencia de todas las respuestas, se pue-
de proceder al cálculo de porcentajes. Por ejemplo, si existen dos
respuestas DW, esto es: 2 Rs DW en un protocolo, de un total de
20 Rs, se advertirá inmediatamente en este caso que 20% de las
respuestas del protocolo apunta a una posibilidad alarmante. Si
se encuentran 10F+ en un protocolo de 35 Rs, el porcentaje de Rs
F+ es 10:35 = 0.29 × 100 = 28%, y así para todas las frecuencias.
34 LA PRUEBA DE RORSCHACH
Rosch 8/5/03 14:56 Página 34
Bien, y ya que hemos calculado estos porcentajes, ¿para qué
nos van a servir? Veamos. En el momento de elaborar la inter-
pretación, si advertimos que un sujeto tiene 28% de Rs F+, sa-
bremos que su manera de estructurar las formas es muy buena.
Si, por casualidad, tiene también un alto porcentaje de Rs W, el
resultado es mejor todavía, porque ello indica que su capacidad
organizacional también es alta. De ello es posible concluir que,
si se le aplica una prueba de inteligencia (tipo WAIS, por ejem-
plo), son muchas las probabilidades de que tenga un IQ bastan-
te alto.
Si, en otro caso, tenemos el mismo porcentaje pero de F–, la
situación es exactamente la inversa, y muy probablemente el su-
jeto en cuestión no tendrá un elevado porcentaje de Rs W. De lo
que se desprende que las facultades intelectuales de esa persona
no son muy altas o que la situación misma de la prueba, la ex-
posición a las láminas de colores, ha afectado su capacidad de
pensar, organizar, etcétera.1
Ahora, con los datos organizados, podemos empezar a elabo-
rar la interpretación, que se integra en varias etapas.
LA ETAPA PREPOSICIONAL
Para iniciar estafase es necesario revisar escrupulosamente to-
dos los datos disponibles, a saber: el resumen estructural, las fre-
cuencias de respuesta, los porcentajes, las informaciones obteni-
das en la entrevista inicial y las informaciones adicionales
producto de la encuesta. Con apoyo en lo observado, se formu-
lan hipótesis, cuidando de no rechazar ninguna que pudiera pa-
recer contradictoria respecto de otras posibles observaciones
basadas en los mismos datos. Es decir que debemos estar abier-
tos, muy abiertos, a toda posible hipótesis.
Las hipótesis o propuestas se elaboran usando un sistema de
comprobación de varios elementos del protocolo. Por ejemplo, si
al revisar el resumen estructural se advierte que, en relación con
LA PRUEBA DE RORSCHACH 35
1 Los datos son adaptaciones hechas a partir de los textos de E. Bohm, El test
de Rorschach, Ed. Morata, 1975, y John Exner, The Rorschach: a comprehensive
system, vol. I, John Wiley & Sons, 1986. Además, estas líneas contienen observa-
ciones personales.
Rosch 8/5/03 14:56 Página 35
el color, el sujeto casi no ha formulado respuestas o ha formula-
do muy pocas, que tiene muchas respuestas P (populares) y que
califica bien en F (forma), los datos conjuntos nos dan pie a ela-
borar una o dos hipótesis: primero, las pocas o nulas Rs al color
posiblemente sugieren una constricción emocional de P, y el he-
cho de que la F es buena puede hacer pensar que el sujeto está
dispuesto a dar respuestas conformistas. Desde luego, a partir de
estas dos hipótesis se generan muchas preguntas, pero también
aportan una infraestructura para evaluar otros elementos del
protocolo.
En general, no se aconseja llegar a proposiciones si se tiene es-
casa información, aunque, según el tipo de ésta, se pueden hacer
excepciones. Por ejemplo: una respuesta como “los restos de un
pene podrido” no puede dejar de llamar la atención de quien rea-
liza la evaluación. Asimismo, un protocolo que registra cons-
tantemente una mala F inevitablemente sugerirá al administra-
dor que hay alguna falla en el contacto con la realidad. No es
raro encontrar protocolos con un componente excéntrico que no
se puede moderar o atenuar con otros componentes del proto-
colo.
El número de proposiciones o hipótesis que se pueden elabo-
rar a partir de un protocolo dependerá de la riqueza del proto-
colo mismo. También quedará en función de la habilidad y com-
petencia de quien interpreta. En este sentido, es posible afirmar
que el Rorschach es una prueba de “banda amplia”, toda vez que
se presta para generar muchas hipótesis de interpretación. Tal
condición, precisamente, puede llamar la atención de quien in-
terpreta sobre posibilidades que hubieran quedado en la oscuri-
dad si la generación de hipótesis fuera menor.
Las tres partes del protocolo que se deben revisar para elabo-
rar una interpretación, es decir, el resumen estructural, la se-
cuencia de respuesta y la encuesta, proporcionan información,
sobre cuya base se pueden formular proposiciones. Se reco-
mienda revisar el orden en el que se presenta la información,
pues ello evitará que el proceso de interpretación sufra desvia-
ciones a causa de un componente dramático, como el mencio-
nado con anterioridad. De cualquier manera, a estas alturas aún
no se toma ninguna decisión definitiva sobre el protocolo. Pri-
mero, es necesario pasar por la etapa de integración.
36 LA PRUEBA DE RORSCHACH
Rosch 8/5/03 14:56 Página 36
ETAPA DE INTEGRACIÓN
Ahora sí, con las proposiciones acumuladas en la fase anterior,
empieza a aparecer un perfil del sujeto. Para formarse una idea
clara y correcta del sujeto en estudio no es necesario conjuntar to-
das las hipótesis que aparecieron en la etapa anterior, aunque sí
debe intervenir un cierto criterio lógico para integrar de modo co-
herente la información disponible. Forzosamente habrá contra-
dicción entre algunas hipótesis; la labor de quien interprete, en-
tonces, será descartar aquellas que no coadyuven a la comprensión
de la personalidad del sujeto y conservar sólo las proposiciones
que tengan sentido. A veces no será necesario “eliminar” una hi-
pótesis, sino “modificarla” a la luz de otra que, aparentemente, la
contradice. En este punto debe entrar en juego la capacidad de-
ductiva y lógica del interpretador. El resultado del trabajo de in-
terpretación es más descriptivo que profético. Para hacer pre-
dicciones sobre la conducta futura del sujeto o paciente hay que
utilizar herramientas adicionales, como, por ejemplo: pruebas
de inteligencia o entrevistas adicionales que aclaren tendencias
puestas de manifiesto en el Rorschach. No hay que olvidar que,
por sí solo, el Rorschach es un apoyo insuficiente para tomar de-
cisiones que puedan afectar el futuro del sujeto. Esta prueba úni-
camente nos ha abierto una ventana adicional para asomarnos a
la personalidad que estudiamos, y es menester respaldarla con
otras pruebas, diversas entrevistas y, si la situación del sujeto es
preocupante, incluso con una psicoterapia. En cuanto a esto úl-
timo, por cierto, es de sumo interés aplicar de nuevo el Rors-
chach al paciente que ha pasado por psicoterapia. Los cambios
se advierten inmediatamente.2
Durante todo el proceso de interpretación es necesario seguir
tendencias, patrones de respuesta. No hay que olvidar que una
sola R no determina una hipótesis, a menos que otros factores
del protocolo la confirmen.
Tomemos el ejemplo de un protocolo que contenga una res-
puesta DW. Si sólo hay una de este tipo, tendríamos que acabar
por descartarla y atribuirla a razones de confusión pasajera del
LA PRUEBA DE RORSCHACH 37
2 Aparte de mis experiencias y observaciones personales, estas páginas se apo-
yan parcialmente en el mencionado texto de Exner (The Rorschach: a compre-
hensive system, vol. I).
Rosch 8/5/03 14:56 Página 37
38 LA PRUEBA DE RORSCHACH
sujeto. No obstante, tengo que decir que en mi experiencia pro-
fesional de aplicación del Rorschach, a lo largo de 25 años, nun-
ca me he encontrado con este tipo de respuesta aislada (puesto
que una R DW indica “confabulación”, pérdida de contacto con
la lámina y, por tanto, con la realidad). Por lo general, cuando se
halla una respuesta de éstas, suelen darse también en el proto-
colo otros indicadores de perturbaciones graves. Una pérdida de
contacto con la realidad va aparejada con un alto nivel de an-
gustia. Así que se pueden anticipar muchas respuestas de “mala”
forma (F–) y, en cambio, muy pocas W (lo que revela pérdida
de capacidad organizacional); junto con respuestas regresivas de
múltiples referencias a texturas (T) y asimismo respuestas mór-
bidas (animales muertos o desgarrados, vísceras humanas, etc.).
Todo ello es indicativo de un alto grado de ansiedad y, dado el
hecho de que tales elementos apuntan hacia un estado psicopá-
tico, es sumamente importante proceder con cautela en la con-
firmación de tal diagnóstico. Es inncesario decir que para un in-
dividuo es muy difícil deshacerse de la etiqueta de “psicópata” o
de “psicótico”; es una clasificación de la personalidad muy peli-
grosa, y por ello reitero la necesidad de extremar los cuidados en
el manejo de los datos.
Me detengo en este tema porque es uno de los que provocan
mayor tensión y preocupación en quienes administran y manejan
el Rorschach, y hablo por experiencia propia. Yo misma he duda-
do mucho antes de llegar a la conclusión de que un sujeto de-
terminado padece un estado psicótico. Sin embargo, hay que
decir que es igualmente riesgoso rehuir la formulación de este
diagnóstico cuando se tienen todas las evidencias confirmatorias.
Por ello, quisiera presentar en seguida una lista de respuestas que
pueden confirmar el estado que sugiere una respuesta DW.
1] Respuestas indicativas de un elevado grado de ansiedad,
como animales o personas muertas.
2] Respuestas mórbidas, como por ejemplo: “Un árbol muy
triste”, “una casa que quiere caer en el abismo”.
3] Variedad de respuestas regresivas, incluyendo las alusivas a
texturas tales como: humo, neblina, nubes, etcétera.
4] Variedadde respuestas de choque ante el color, o largos si-
lencios después de examinar una lámina de colores. Estos cho-
ques indican una cierta dificultad con el manejo de las emociones.
Rosch 8/5/03 14:56 Página 38
Como dije antes, es muy raro encontrar una respuesta DW ais-
lada, pero puede ocurrir. Aunque no hay que descartar que tam-
bién obedezca a una respuesta mal expresada o a un protocolo
mal anotado. De todos modos, su presencia supone la necesidad
de confirmarla o descartarla. No está de más señalar que los pro-
tocolos psicóticos son bastante raros y lo que suele darse, mucho
más que una psicosis, son variaciones de neurosis cotidianas.
NOTAS
En esta parte deseo referirme a algunos tipos de respuesta que
deben llamar la atención del evaluador.
Movimientos agresivos
En principio evaluaremos las implicaciones psicológicas de estas
respuestas, que serán calificadas como AG. Los movimientos
agresivos son respuestas que involucran un acto de agresión. En
este caso se cuentan, por ejemplo, la descripción de una pelea, de
dos personas golpeándose. Es importante aclarar que el acto o la
expresión agresiva deben estar ocurriendo aquí y ahora; no pue-
den ser el resultado de un acto agresivo registrado en el pasado.
Aquellas respuestas en las que alguien ha sido agredido no cuen-
tan, por ejemplo: “una persona que recibió una buena paliza” o
“un pájaro que fue capturado por un gato”. Estas descripciones
no se incluyen en la categoría de movimientos agresivos porque
el hecho violento ya ocurrió en un momento pretérito no especi-
ficado. En esto, el evaluador pisa un terreno frágil y hay que ex-
tremar cuidados, porque en tanto que la mención a una explo-
sión que ya se dio no constituye una respuesta AG, la referencia
a una explosión que está “teniendo lugar” en una lámina sí lo es.
Estas respuestas pueden revelar una cierta dificultad por par-
te del sujeto para controlar emociones fuertes.
Contenido mórbido
Este tipo de respuestas —calificadas como Mor— son aquellas en
las cuales se identifica al objeto a través de un proceso de destruc-
ción, como por ejemplo “un animal muerto” o mediante la atri-
bución de emociones negativas a un objeto: “una vista muy triste
LA PRUEBA DE RORSCHACH 39
Rosch 8/5/03 14:56 Página 39
del mar”, “estas hojas se ven como pudriéndose”. Básicamente una
respuesta de contenido mórbido es cualquiera que indique un pro-
ceso destructivo en el objeto que se ve en la lámina o que produz-
ca un efecto de desesperación en el sujeto. Este tipo de respuestas
sugieren un potencial depresivo o de ansiedad en el sujeto.3
Choques ante las láminas de color
Hay un tipo de respuesta ante las láminas de color que sólo he
mencionado pero en la que no he pormenorizado: el choque. Al-
gunos sujetos presentan una especie de reacción regresiva a la
vista de las láminas de colores. En principio, sus respuestas son
más lentas, o bien pueden reaccionar con exclamaciones de sor-
presa, como “¡Vaya, ésta sí que es imposible!” Finalmente, se re-
ponen y elaboran una respuesta. Sin embargo, a menudo, un su-
jeto de éstos que contestó las primeras láminas (en blanco y
negro o grises) con F+ pierde esta “buena forma” y empieza a fi-
jarse en pequeños detalles, de modo que ya no puede integrar la
lámina en un todo. En otras palabras, disminuye la cantidad de
respuestas W y aumenta la de respuestas D e incluso Dd. Esto se
llama un “choque ante el color”.
Las láminas de colores provocan respuestas emotivas y puede
ocurrir que las emociones de un sujeto determinado sean exce-
sivamente frágiles, de modo que la necesidad de enfrentarlas de-
riva en una producción de respuestas de menor calidad. A esto
me referí antes cuando hablé de regresión. Asimismo, puede su-
ceder que el sujeto se reponga mediante un acto de voluntad y
que luego de ver dos láminas de color recupere su F+ de res-
puesta, con lo que dará también más respuestas W. Pero ese lap-
so de pérdida de control revela una fragilidad emocional, algo de
ansiedad y temor ante las emociones. Hay sujetos que no reac-
cionan en absoluto ante los colores. Su manera de contestar no
se ve afectada por la visión de estas láminas; en realidad, ni si-
quiera parecen notarlas y no mencionan nada en particular res-
pecto a ellas. Pero esto constituye otro tipo de choque ante el co-
lor: una negación “visual” total y, muy probablemente, también
una negación absoluta a las emociones en su vida. Un control
tan férreo tampoco es bueno y este hecho se debe registrar en el
protocolo y debe ser considerado al elaborar la interpretación.
40 LA PRUEBA DE RORSCHACH
3 Esta sección es también una adaptación resumida del texto ya citado de Exner.
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PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS
LA IMPORTANCIA DE LA ENTREVISTA DEL SUJETO. ALGUNOS
EJEMPLOS.1
EL CASO DE G.
Descripción del Universo de G.
G es una chica proveniente de Pinotepa Nacional, cuyos padres son ca-
sados y aún viven. Es la penúltima de 11 hermanos (7 mujeres y 4 hom-
bres), aunque en su casa ella considera que son 17, porque viven ahí 6
muchachos que ayudan a las labores del campo.
Su familia posee varias hectáreas de tierra donde se siembran plátano,
papaya, melón y café. Además, poseen animales como gallinas, pollos,
vacas, toros y puercos. Dos de sus hermanos trabajan en la ciudad de Mé-
xico; uno trabaja de albañil y una hermana es secretaria de un escritor.
G. ha sido doméstica desde los 10 años, los primeros años en la ca-
pital de Oaxaca y, posteriormente, se la trajeron a la ciudad de Méxi-
co, donde trabajó durante dos años haciendo las misma labores en la
casa donde labora su hermana. Posteriormente, un familiar de ella la reco-
mendó en la casa donde se encuentra actualmente trabajando, donde
come y duerme.
G. asegura que cursó la primaria y la secundaria completas; sin em-
bargo, tan sólo al notar su forma de hablar y el modo de seguir las ór-
denes, pareciera que esta afirmación es falsa. Por otra parte, ella co-
menta que el tener educación escolarizada no es muy importante, ya
que siempre recalca que lo importante es que la gente esté bautizada y
confirmada. Señala que desde pequeña su única preocupación es no fal-
tar a la iglesia, pues si lo hiciera se condenaría. Añade que enseñaba en
su pueblo catecismo y es lo que más extraña de allá.
[41]
1 Esta parte y las siguientes —en texto en tipo menor— reproducen entrevis-
tas e informaciones que me fueron entregadas por diversos psicólogos, todos
alumnos de posgrado en psicología de la ENEP de Iztacala y miembros del Semi-
nario sobre la Aplicación e Interpretación del Roschach que impartí en esa ins-
titución entre 1997 y 1998. A fin de salvaguardar la integridad de los datos, no he
introducido correcciones ni cambios estilísticos o gramaticales. He optado, en
cambio, por presentar los textos literalmente, tal cual me fueron proporcionados.
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42 PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS
Además, menciona que se vino con mucho gusto de Oaxaca porque
no le gusta trabajar en el campo, pues se levantaba a las 3.30 a. m., y de
ahí hasta las 7.30 p. m., trabajando el campo; y como a las 8.30 se dor-
mía y todos los días era igual, exceptuando los domingos que intercam-
biaban sus cosechas por diferentes cosas como telas, ropa, semillas, co-
mida o animales... G. está decidida a no regresar a su pueblo natal, dice
que su familia allá es muy pobre.
Por último, es importante señalar que el dinero que le pagan quince-
nalmente, íntegramente lo entrega a su hermano, ya que, según ella,
éste se lo guarda en el banco.2
Dada la poca cantidad de respuestas que dio G., la psicóloga
García Santamaría quiso descartar en ella la posibilidad de daño
cerebral y le administró la prueba Denver, que no reveló ningún
problema orgánico. También le aplicó el WISC, a fin de evaluar
su nivel de adaptación a la sociedad. Sus consideraciones fueron:
G. tiene habilidades de ejecución mejor desarrolladas que las verbales.
Su método visual mejor desarrollado que el del procesamiento auditivo;posible dificultad con la lectura; posible déficit de lenguaje; posibles li-
mitaciones en habilidades conceptuales auditivas.
Información elevada y comprensión baja, esto es, que tiene informa-
ción general pero no puede sintetizar y usar sus conocimientos para re-
solver problemas de su mundo social.
En cuanto a la relación que existe entre semejanzas y vocabulario,
tiene habilidad para el pensamiento abstracto, pero oportunidades li-
mitadas para aprender palabras nuevas.
La relación existente entre vocabulario, información y comprensión
nos indica que no es capaz de usar correctamente su facilidad verbal y
conocimientos generales en situación de la vida.
Relacionando semejanzas con retención de dígitos, digamos que tie-
ne buena habilidad de conceptualización, junto con memoria auditiva
mecánica pobre para dígitos (adquisición de habilidades para descifrar
cosas escritas que dependen bastante de la memorización de la relación
sonido-símbolo); sin embargo, su comprensión de lo que escucha es
fuerte.
Por último, la relación de ordenación de dibujos y la comprensión
muestra que es sensible a los matices interpersonales, descuidando con-
vencionalismos sociales.
2 Los datos arriba presentados los recopiló la psicóloga Elizabeth García San-
tamaría.
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PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS 43
CI Total = 80 (subnormal).
Psicóloga Elizabeth García Santamaría
El CI obtenido por G. no es ninguna sorpresa. Lo peligroso de
pruebas como el WISC (R o no) es que la etiqueta de “subnor-
mal” podría quedar adherida a G. para el resto de su vida, can-
celándole para siempre de la posibilidad de aprendizajes futuros.
Esta niña nunca ha ido a la escuela y, por eso, no pudo solucionar
muchos de los problemas que le presentó la prueba. La coheren-
cia manifestada en algunas de las partes del WISC asegura que
la suya es una normalidad intelectual no cultivada. Sospecho
también que la aqueja un problema bastante común en este tipo
de población: una pérdida de agudeza auditiva producto de re-
petidas infecciones del oído interno, infecciones que, desde lue-
go, no han sido detectadas ni atendidas por un médico. Todo
esto no implica que G. padezca de retraso mental, como tendría
que deducirse forzosamente por su 80 de CI. El resultado sólo
viene a confirmar lo que las pruebas anteriores han mostrado,
esto es, que sólo se trata de una niña criada fuera de la sociedad
que la rodea, que carece de contactos afectivos e intelectuales
y que se le ha dejado crecer sola, como un pequeño animal. G.
tuvo la suficiente inteligencia para sobrevivir, pero de aquí en
adelante, si la psicóloga García Santamaría pierde contacto con
ella, G. continuará sola, hundida en su aislamiento, como ha es-
tado siempre a lo largo de su vida corta.
Quiero reiterar que la posibilidad de administrar pruebas adi-
cionales es muy rara, a menos que el administrador del Rors-
chach trabaje en una clínica, en la que se pueda dar seguimien-
to al caso de un sujeto en peligro, como lo es G. Finalmente, G.
resulta un ejemplo trágico de lo que produce la combinación de
la ignorancia paterna, la desatención y el descuido totales: un ser
humano no puede desarrollarse en el vacío.
A continuación, reproduzco las concluisones de la psicóloga
García Santamaría:
Conclusiones
Como nos podemos dar cuenta, G. es una persona marginada social-
mente, esto es, que por su falta de educación no se siente capaz de re-
lacionarse con cualquier persona.
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NOMBRE G 16 AÑOS
No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P.O . N.F. Observaciones
1. Es que, está difícil
ver, es que así, el co-
lor y la forma, pues
está muy difícil.
1. Iglesia
2. Cruz
3. Te tengo que decir
mucho porque está
difícil.
1. Unas personas
1. Una campana
1. Un murciélago
1. Un corazón
1. Es que, está difícil.
1. Es que, también está
difícil.
1. Porque está muy
difícil
1. Lo vi en lo blanco
1
2. Por su forma 2
3.
1. Por como están
paradas 1
1. Por tal como está,
así lo tomé, por
las manchas. 1
1. Por la forma que
está 1
1. Por el color ne-
gro* 1
1. Es que lo veo difí-
cil 1
1. Por lo difícil que
está 1
D,S F Arq.
D F Obj
D F,p H P
D,S F Obj
W F A P
D F – At 
Choque a la lámina.
Choque
*Respuesta bajo
presión
I 3’
II 2’
III 1’10”
IV 45”
V 1’
VI 25’
VII 1’10’
VIII 2’5”
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NOMBRE G 16 AÑOS (continuación)
No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P.O . N.F. Observaciones
1. Un fuego
1. Es que está más difí-
cil.
1. Por el color rojo,
yo lo tomé como
fuego. 1
1. Por lo difícil que
está. 1
D C,T,m N Choque a la lámina.IX 1’
X 2’
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RESPUESTAS TOTALES =7= 100%
Ubicación No. de resp. Porcentaje
W 1 14.2
D 6 85.7
S 2 28.7
Contenido No. de resp. Porcentaje
H 1 14.2
A 1 14.2
Obj. 2 28.7
N 1 14.2
At 1 14.2
Arq. 1 14.2
Determinante No. de resp. Porcentaje
F 5 71.4
F– 1 14.2
M 1 14.2
P 1 14.2
T 1 14.2
C 1 14.2
Pop.-Orig. No. de resp. Porcentaje
P 2 28.7
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48 PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS
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Además, por su misma educación y cultura que le fueron inculcadas
por sus padres, siempre debe estar de acuerdo con lo que le marca su
religión, y debe reprimir sus emociones, pues éstas podrían causarle
problemas, llámense éstos quedar embarazada o una posible violación
o agresión de cualquier tipo por parte de los hombres.
Por la misma falta de educación escolar, su comprensión se encuen-
tra en el nivel concreto y, para lo que no entiende, se remite a la frase
“es muy difícil”; y sí, es muy difícil para ella tratar de entender algo que
jamás ha escuchado o ha visto realizar, por lo que no sabe cómo resol-
ver o salir de ese problema, mostrando angustia y represión en cuanto
a saberse ignorante al respecto.
Ahora bien, en cuanto a su equilibrio emocional, G. es una persona
que necesita mucho afecto, pues en su núcleo familiar se ha tenido que
los hijos sirven solamente para trabajar en sus casas, sin ninguna re-
compensa. Por esto su nivel de maduración es más bajo de lo normal,
pues tal vez en su niñez le faltó mucho afecto por parte de sus padres.
Psicóloga Elizabeth García Santamaría
EL CASO DE B.
El de B. es el caso de una joven de 17 años, soltera. La adminis-
tración del Rorschach corrió por cuenta de la psicóloga Irma
Dalia Roche Hudtler. En las líneas que siguen reproduzco tex-
tualmente la entrevista que sostuvo B. con la psicóloga Roche
Hudtler.
B. es la hermana menor de ocho hermanos. Vive con sus papás y es la
única soltera de todos sus hermanos. Es paralítica debido a una defor-
mación en la cadera; de pequeña caminaba sosteniéndose en los mue-
bles y fue hasta los 5 años que su mamá la llevó por primera vez con un
especialista, el cual le informó a la madre que el problema era irrever-
sible, debido a que la deformación ya había avanzado, y que B. no po-
dría caminar jamás.
Es una jovencita atractiva, le gusta arreglarse y su trato es muy ama-
ble. Sonríe frecuentemente y trata de ganarse a la gente con muchos ha-
lagos, da la impresión de estar siempre nerviosa y agitada. Estudió la
primaria y la secundaria en el DIF, y ahí le proporcionaron servicios mé-
dicos y psicológicos. B. comenta que todos los médicos que la han aten-
dido le dicen que si su problema hubiera sido tratado a tiempo, ella po-
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TEST PSICODIAGNÓSTICO RORSCHACH
Nombre: B Sexo: F Edad: 17 Ocupación: Estudiante Tiempo de aplicación: 30 min.
No. Pos. T. Respuestas EncuestaLoc. Det. Cont. P/O Observaciones
1) ¡Qué padre, así soy yo!
Es como un antifaz di-
vidido en dos, pero
una es la mejor pinta-
da y la otra así, de rá-
pido y ya.
1) ¡Dios mío, pues ahí me
da miedo!, no es cier-
to. Son dos colores
muy fuertes, es como
una figura central,
como que impacta lue-
go luego, principal-
mente por el rojo y que
está encima del otro y
que tiene que ver con
el rojo.
1) El antifaz es de un mur-
ciélago, me recuerda
un sueño en el que es-
toy en lo alto de una
montaña, estoy de pie y
hace viento y me mue-
ve el cabello, lo chistoso
es que estoy parada yo
sola, sin silla ni mule-
tas, como si pudiera ca-
minar.
1) Lo que me impactó
fue la mancha y lo sal-
picado.
2) Ahora veo como una
mariposa por las alas,
éstos (señala) son
como sus cuernos.
Divide la imagen
en dos, autoima-
gen escindida.
Se observa un
shock al rojo, se
desorganizó.
No hay conteni-
do.
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TEST PSICODIAGNÓSTICO RORSCHACH (continuación)
Nombre: B Sexo: F Edad: 17 Ocupación: Estudiante Tiempo de aplicación: 30 min.
No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P/O Observaciones
1) Es una boca pero sin
forma de boca, o sea se
ve como una boca de
un muñeco o un fan-
tasma y la rodean
manchas que pueden
caer de un brochazo
cualquiera y que sos-
tienen a esa boca.
1) Esta boca no tiene el
corazón que tenemos
todos.
2) Oye, ahorita que la
volteé me doy cuenta
que son unas perso-
nas que dos cosas las
están centrando.
Sostienen algo como
una mesa, como si es-
tuvieran haciendo un
pacto. Algo los mantie-
ne contentos o felices,
por ejemplo un moño.
Las manchas rojas de
arriba dividen a una
persona de la otra.
3) Es un espejo ¿sabes
por qué me di cuenta?
por las manchas que
son iguales, se ve una
persona en el espejo,
está sentada.
Shock al rojo.
Hace mención
de un sentimien-
to positivo, lo
que indica que
logró controlar-
se del shock al
rojo.
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TEST PSICODIAGNÓSTICO RORSCHACH (continuación)
Nombre: B Sexo: F Edad: 17 Ocupación: Estudiante Tiempo de aplicación: 30 min.
No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P/O Observaciones
1) Es como el que tiene
cinco vocales, ¿cómo
se llama? o sea un
vampiro abierto de pa-
tas, lo estoy viendo de
cabeza, están sus pa-
tas. ¡Ah! ya me acordé,
es un murciélago.
1) ¿Qué es? pues son
unos bigotes que están
mal dibujados, que tu-
vieron por ahí patas
por los dos lados, ¡es
muy tonto, pero bue-
no!
1) ¿Qué es? (risas y suspi-
ros), este, mm, ¡ah! ya
sé. Son dos niños con
1) ¿Qué te parece tonto?
Lo que te digo que pa-
recen bigotes. Las pa-
tas son de una como
cabra
2) Es el mismo murciéla-
go pero de espaldas,
dije lo de los bigotes
porque no quería epe-
tir pero si los veo tam-
bién
Es la segunda
vez que ve un
murciélago. Au-
toimagen daña-
da.
Enfatiza lo de
las patas porque
es un problema
para ella.
Visión deprimen-
te, ve gente a la
que el mundo le
da la espalda.
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TEST PSICODIAGNÓSTICO RORSCHACH (continuación)
Nombre: B Sexo: F Edad: 17 Ocupación: Estudiante Tiempo de aplicación: 30 min.
No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P/O Observaciones
sus brazos, bueno ni-
ñas. Están de perfil y
están descalzas y como
que saltan, a la hora de
brincarle salieron es-
tas cosas de aquí (se-
ñala), es un charco,
como que están aga-
rradas de las manos.
1) Son como lobos por la
nariz grande, no están
completos. Lo de arri-
ba es como una nube.
1) A mí me gusta hacer
este tipo de cosas, me
gusta pintar y dibujar.
Lo rosa parecen unos
puercos caminando,
por eso de los cuentos,
no recuerdo cómo se
llama, ¡ah! bosque. 
1) Las manos sostienen
la pata del puerco.
Autoimagen.
Dependencia.
Al decir que no
están completos
refleja su autoi-
magen, se des-
cribe.
N u e v a m e n t e
menciona patas
y manos
VII ˆ 2”
VIII ˆ 2”
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TEST PSICODIAGNÓSTICO RORSCHACH (continuación)
Nombre: B Sexo: F Edad: 17 Ocupación: Estudiante Tiempo de aplicación: 30 min.
No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P/O Observaciones
También hay unas nu-
bes, el reflejo de un sol
y ¡oh, ya me di cuenta!
son como unas manos.
Lo rosa y lo naranja un
sol, lo azulado unas
nubes, lo gris son las
manos que agarran a
los cerdos.
1) Es la erupción de un
volcán que tiene dife-
rentes colores adentro.
Cuando hizo erupción
salieron esos colores,
unos más abundantes
que otros. El que más
me llamó la atención
es el de hasta abajo, el
naranja, porque tiene
como patas de anima-
les.
1) Lo amarillento son
como pezuñas.
Reiterativamen-
te ve patas.
IX ˆ 5” W FC N,Ad
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TEST PSICODIAGNÓSTICO RORSCHACH (continuación)
Nombre: B Sexo: F Edad: 17 Ocupación: Estudiante Tiempo de aplicación: 30 min.
No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P/O Observaciones
1) Es como una cara de
un mono indefinido,
pero que llama la aten-
ción por los colores de
que está hecho.
1) Ésta me gustó mucho.X ˆ 3” D,S F-,C, Obj.
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56 PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS
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PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS 57
dría caminar. Esto le genera mucho conflicto, principalmente de resen-
timiento hacia su madre, a la cual culpa; considera que no la atendió
porque ya estaba cansada de haber cuidado a sus ocho hermanos, por
lo cual ella no fue tomada en cuenta como los demás.
Su relación con la madre es muy ambivalente ya que, por un lado, de-
pende de ella para muchas cosas, como son el baño diario, la prepara-
ción de sus alimentos, etc., y esto la hace sentirse en deuda con la
madre, pero, por otro lado, también discute con mucha frecuencia con
ella. Afirma que su madre tiene muy mal carácter y que los trata muy
mal, a su padre y a ella. B. continuamente le reprocha a la madre que
no la haya llevado a un especialista, dice que se siente mal porque hie-
re a su mamá y que, aunque trata de no reprocharle nada, no lo puede
evitar. Por otra parte, se preocupa mucho por la salud de la madre y dis-
cute con sus hermanos para que no le pidan favores o dinero, ya que
considera que esto presiona a su madre.
Quisiera interrumpir el curso de la entrevista para hacer hin-
capié en la conducta o, mejor dicho, en los sentimientos de B.
Desde luego que se preocupa por la salud de su madre, puesto
que, lo que B., inconscientemente, repite a diario es: “Cáete
muerta... lo mereces por haberme descuidado tanto.” Aunque B.
tenga ya 17 años, su posición psicológica de inválida la coloca en
un estado de fuerte regresión y todavía le teme al pensamiento
mágico de los niños más jóvenes. El deseo de impedir que sus
hermanos pidan favores a la madre también tiene que ver con la
misma regresión: B. necesita a su madre de tiempo completo, no
puede compartirla con ocho hermanos y esperar que la señora
todavía tenga fuerza para cuidarla a ella. Su preocupación es so-
brevivir y siente que, sin el apoyo constante de la madre para
atender sus necesidades físicas, quizá no podría seguir luchando
(la vida de B. es una lucha incesante, con o sin la ayuda mater-
na). Devuelvo ahora la palabra a la psicóloga Roche Hudtler:
Con respecto a la relación que lleva con su padre, es un poco más positi-
va. El señor

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