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Familia_y_educacion_familiar_Conceptos_clave,_situacion_actual

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Índice
INTRODUCCIÓN
1. FAMILIA Y EDUCACIÓN FAMILIAR
Concepto de familia
Concepto de pareja
Educación familiar
Tipos de familias e hijos
La familia en la actualidad
La familia española en los últimos años: transformación
2. LAS RELACIONES INTERPERSONALES EN EL MARCO FAMILIAR
Apoyo familiar en el ciclo vital
Familia: interacción y desarrollo
3. FAMILIA Y EDUCACIÓN EN VALORES
La familia como escenario de construcción de valores
Axiología familiar
El conflicto de valores en la educación familiar
4. PROBLEMÁTICAS FAMILIARES
Divorcio e hijos
Marginación infantil
Maltrato infantil
Timidez
Mentira
Drogas
5. FAMILIA Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN, Mercedes Quero
Jóvenes y nuevos medios
Televisión
¿Qué fue de la prensa y la radio?
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6. FAMILIA Y TIEMPO LIBRE, Mercedes Quero
Familia y organización del tiempo libre
El papel de la familia en la educación medioambiental
El deporte: influencia de la familia en la práctica deportiva
7. RELACIÓN FAMILIA-CENTRO ESCOLAR
Concepto de participación
¿Qué demanda la familia a la escuela?
¿Qué opinan los niños?
El punto de vista de los padres
¿Qué opinan los profesores?
Acciones familia-escuela
Factores que dificultan la participación de los padres en el centro
8. ESCUELA DE PADRES Y MADRES
Objetivos
Metodología
Recursos
Programa de enriquecimiento para padres
Principios que inspiran el programa
9. LA FAMILIA ANTE LAS NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES
La familia y sus relaciones interpersonales: relaciones padres-hijos
El niño con discapacidad
Niños con alta capacidad
Escuela de padres y madres de niños superdotados
10. EDUCACIÓN FAMILIAR Y DESARROLLO COMUNITARIO
La familia: primer eje de intervención educativa
La escuela: segundo eje de intervención
Importancia de la comunidad: tercer eje de intervención
Actividades fundamentales
BIBLIOGRAFÍA
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•
•
•
Introducción
AL ABORDAR EL TEMA DE LA FAMILIA se muestra la complejidad de los
conceptos poliédricos en cuyo análisis subyacen planteamientos antropológicos,
psicológicos, sociológicos, religiosos, políticos, etc. Desde el punto de vista de la
educación surgen diversos interrogantes que se encadenan entre sí y a los que no es
posible dar respuesta sólo desde la perspectiva educativa. Como en casi todas las
cuestiones humanas se requieren para su análisis planteamientos pluridimensionales.
¿Qué se entiende hoy por familia?, ¿cuáles son sus funciones?, ¿cuáles son las
funciones de cada uno de sus miembros?, ¿cuál es la incidencia de la vida familiar en el
desarrollo personal de sus integrantes? Las respuestas a estos interrogantes dependen de
las épocas y las culturas. En nuestra época y en nuestra cultura sigue siendo un tema
crucial para acercarse al entendimiento de lo que sucede a las personas, encontrar las
raíces de su comportamiento, intentar explicar o, tantas veces, encontrar las causas de las
disfunciones sociales.
Por muy diversas razones, sobre todo en una realidad como la nuestra, de grandes
convulsiones ideológicas y sociales, la familia ocupa un lugar preferente en la
investigación psicológica, sociológica y por supuesto en el ámbito educativo. Claro que
junto a la preocupación por la familia es frecuente hablar de «crisis» de la familia y
simultáneamente constatar la emergencia de diversas formas familiares. Surge, ya de
entrada, la necesidad de investigar la acción educativa de estas distintas formas
familiares tanto en el desarrollo personal de cada uno de sus integrantes como en su
proyección social.
Por otro lado se están poniendo de manifiesto diversos interrogantes que afectan a las
familias y a sus actuaciones como contextos educativos:
¿En qué medida los cambios sociales están afectando a la familia?
¿Es acertado tratar de aplicar en la actualidad, en contextos distintos, las
explicaciones que nos han servido hasta ahora para analizar lo que hemos venido
denominando familia tradicional, con su estructura y sus roles definidos en un
contexto social relativamente estable?
¿Cómo se enfrenta el educador profesional, con una cierta perspectiva de éxito a
una situación aún no definida, con estructuras diferentes, con expectativas, con
posicionamientos ideológicos posiblemente muy distintos a lo que sucedía hace
algunos años?
5
•
•
¿Qué significa ser hoy padre/madre?, ¿qué significa formar una familia o
pertenecer a una familia?
¿Qué tipo de interacciones se producen entre los miembros de distintas formas
familiares (nuclear, extensa, reconstituida, parejas de hecho, etc.)? ¿Qué tipo de
comunicación se produce?, ¿qué tipo de actitudes favorecen o inhiben el desarrollo
personal?, ¿qué valores se intentan transmitir?
A estas y otras muchas cuestiones intentaremos dar respuesta en las siguientes
páginas.
6
a.
b.
c.
1
Familia y educación familiar
CONCEPTO DE FAMILIA
Antes de entrar a considerar en detalle los distintos acercamientos teóricos en los que
se ha venido apoyando o que han orientado o enmarcado la investigación de la familia,
en general, y las prácticas educativas de los padres en particular, consideramos de interés
aproximamos al concepto y tipos de familia que a lo largo del tiempo han venido
configurando la sociedad.
Deseamos que este apartado sea una manifestación del respeto que merecen los
diferentes grupos familiares, independientemente de que nosotros nos hayamos centrado
más en uno de ellos, el denominado familia nuclear. Actualmente más del 90 % de la
población española vive formando familias que se corresponden con el modelo nuclear,
mientras que únicamente el 10 % de los habitantes viven solos o formando otros tipos de
familias o grupos familiares.
Puede ser de utilidad, en una primera aproximación, la definición de la familia como
una pareja u otro grupo de parientes adultos que cooperan en la vida económica y en la
crianza y educación de los hijos, la mayor parte de los cuales o todos ellos utilizan una
morada común (GOUGH, 1971).
Las funciones básicas y universales de la familia derivan del campo biológico y se
extienden con amplitud al nivel cultural y social. Abarcan, entre otras, la satisfacción
socialmente aprobada de las necesidades sexuales, así como de las económicas,
constituyéndose, en este sentido, en una unidad cooperativa que se encarga de la
supervivencia, el cuidado y la educación de los hijos (OLAVARRIETA, 1976).
William J. GOODE (1964) añade algunas peculiaridades de la institución familiar:
La familia es la única institución social que encontramos formalmente
desarrollada en todas las sociedades conocidas, junto con la religiosa.
Las responsabilidades implícitas en los roles familiares apenas pueden ser
delegadas en terceras personas, cosa que sí es posible en otros tipos de roles
sociales.
Aunque las obligaciones familiares no están respaldadas por castigos formales,
como ocurre con otras, casi todos las cumplen. Las presiones sociales y las
repercusiones informales que tiene su incumplimiento para el individuo son un
7
d.
e.
instrumento de control más eficaz que las sanciones formales.
Puesto que toda la gama de actividades del individuo se perciben más fácilmente
desde el interior de la familia, ésta puede evaluar la distribución que cada uno
hace de sus energías y recursos y actuar como eficaz agente de control de la
sociedad.
Por último, la familia cumple una serie de funciones sociales aislables unas de
otras, aunque de hecho en ningún sistema familiar se hallan separadas (MUSITU
y otros, 1996).
Familia es el nombre con que se ha designado a una organización social tan antigua
como la propia humanidad que ha experimentado, con la evolución histórica,
transformaciones que le han permitido adaptarse a las exigencias de cada sociedad y
cada época.
La palabra familia proviene de la raíz latina famulus, que significa sirviente o esclavo
doméstico. En un principio, la familia agrupaba al conjunto de esclavos y criados
propiedad de un solo hombre. En la estructura romana la familia era regida por el pater:
quien condensaba todos los poderes, incluidos el de la vida y la muerte, no sólo sobre sus
esclavos sino tambiénsobre sus hijos.
Con el paso del tiempo la evolución que ha experimentado el grupo familiar y
conforme a diferentes enfoques científicos, han ido surgiendo definiciones, cada una de
ellas con diferentes niveles de aplicación. Así, por ejemplo, la Organización Mundial de
la Salud entiende por familia, «a los miembros del hogar emparentados entre sí por
sangre, adopción y matrimonio, hasta un grado determinado».
El Diccionario de la Lengua Española señala que, por familia, se debe entender «al
grupo de personas que viven juntas bajo la autoridad de una de ellas. Conjunto de
ascendientes, descendientes, colaterales y afines de un linaje». En esta definición, en la
que están reunidas tres acepciones de lo que se debe entender por familia, se esboza ya
una cierta jerarquización y distribución del poder dentro del seno familiar.
Desde el punto de vista de algunos estudios del comportamiento humano, la vida
aparece como una experiencia compartida; en consecuencia, el individuo no puede vivir
solo o aislado, pues quienes lo intentan están destinados a desintegrarse como seres
humanos. Sin embargo, no obstante, la familia puede considerarse como la mejor opción
para vivir en asociación, la experiencia no siempre resulta satisfactoria. Por este motivo,
al referirnos a la familia, la define como «la unidad básica de desarrollo y experiencia, de
realización y de fracaso. Es también la unidad básica de la enfermedad y salud»
MINUCHIN (1979). La definimos como «el grupo en el cual el individuo desarrolla sus
sentimientos de identidad y de independencia, el primero de ellos fundamentalmente
influido por el hecho de sentirse miembro de una familia, y el segundo, por el hecho de
pertenecer a diferentes subsistemas intrafamiliares y por su participación con grupos
extrafamiliares».
¿Qué está pasando con el concepto de familia?
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La idea de familia tradicional ha ido dejando paso a un nuevo concepto de familia
muy heterogéneo. La sociedad va evolucionando y con ella una de sus instituciones más
importantes: la familia, cuyo perfil actual es muy heterogéneo ya que existe un:
Incremento de las familias monoparentales.
Una progresiva pérdida de la autoridad del padre.
Aumento de la cohabitación y de los hijos habidos fuera del matrimonio.
Reconocimiento social de las parejas homosexuales.
Etc.
Esto nos ha llevado al fin de la familia patriarcal; hasta hace poco las mujeres
casadas y los hijos que no se habían emancipado quedaban subordinados jurídicamente
al cabeza de familia, el padre. Actualmente, una serie de circunstancias han ido
cambiando este panorama:
El acceso de las mujeres al sistema educativo en todos los niveles.
El nacimiento y el desarrollo del feminismo.
La incorporación de la mujer al mundo laboral.
El aumento de participación de las mujeres en la vida política.
La creciente importancia de la educación y el aumento de autonomía de los
niños, etc.
Todos estos hechos han alentado un decaimiento del poder patriarcal y una serie de
reformas legislativas para la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en
todos los aspectos de la vida social.
Nace, pues, una nueva familia, más democrática, ya que no tiene el peso de las
convenciones y las costumbres de antaño.
En este nuevo tipo de familia, el matrimonio se concibe como un contrato que se
asume libremente, sin obligación de que dure hasta la muerte de uno de los contrayentes.
En base a esto aparecen una serie de alternativas a la familia nuclear que hace que pierda
su exclusividad.
CONCEPTO DE PAREJA
– Antiguamente la mayoría de las parejas estaban constituidas por un par de personas
de distintos sexos que decidían contraer matrimonio. Actualmente ninguna de las dos
cosas es necesaria para que un entorno social considere que dos personas constituyen
una pareja.
– «Conjunto de dos personas, animales o cosas que tienen entre sí alguna correlación
o semejanza, y especialmente el formado por varón y mujer» (Real Academia Española).
– Se considera pareja estable la unión libre y pública, en una relación de afectividad
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analógica a la conyugal, con independencia de su orientación sexual.
La pareja como ente social
Vista desde la sociedad la pareja es una entidad basada en la relación entre dos
personas. Como ente social la pareja se comporta como una unidad y es reconocida así
por los que la rodean. Es dentro de la pareja como institución social donde se producen
las relaciones diádicas entre sus miembros, las leyes, los usos y las costumbres marcan y
definen unas características básicas en la pareja, como el compromiso que une a sus
miembros, y le asignan una función social, influyendo decisivamente en la forma y
contenido de las relaciones entre sus componentes.
Hasta hace poco la inmensa mayoría de las parejas estaban constituidas por un par de
personas de distinto sexo que, en función de distintas razones, decidían compartir su
cuerpo, apoyarse mutuamente en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la
pobreza, en la alegría y en la tristeza, hasta que la muerte los separase. La pareja era un
matrimonio que tenía como objeto social la creación de la familia y plasmaba sus
intenciones legalmente en un contrato matrimonial. Actualmente, ninguna de las dos
cosas es necesaria para que un entorno social considere que dos personas constituyen
una pareja; muchas parejas no tienen intención de formar una familia y no plasman su
relación por medio de un contrato explícito. El concepto de pareja se ha hecho más
amplio.
El papel de la pareja y la familia en la sociedad ha ido cambiando a lo largo de los
tiempos. En los últimos años, la familia ha pasado de unidad de producción a unidad de
consumo. Cada miembro de la familia obtiene los ingresos de forma independiente y en
la familia se comparten los bienes de consumo, comida, vivienda, etc. La existencia
social de la pareja implica que en muchos aspectos mantiene una conducta común, única,
y que existen una serie de bienes sobre los que mantiene una propiedad y un uso común.
Ante la sociedad se emplea el nosotros como responsable de la propiedad y de las
acciones.
Actualmente, se supone que el objetivo implícito con el que cada miembro se
incorpora a la pareja es hacer la vida más feliz y plena al otro y recibir un trato análogo.
Para ello intercambian conductas y comparten, desde un punto de vista social, una serie
de bienes y actividades. Lo hacen de forma prioritaria, llegando esta prioridad a ser un
compromiso de exclusividad. Algunos de los bienes y actividades que comparten son:
– El cuerpo. Es la característica más específica de la pareja. Las parejas se distinguen
porque comparten cada uno el cuerpo del otro. Las relaciones sexuales de los miembros
de la pareja se plantean de forma exclusiva entre ellos mientras la relación existe. Es
más, generalmente cuando se dan relaciones sexuales fuera de la pareja, se pone
seriamente en peligro la continuidad de la pareja.
– Bienes económicos. Existe un compromiso económico por el que se comparten
diferentes bienes. Se suele tener una vivienda en común, aunque actualmente son
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frecuentes las parejas que tienen casas diferentes y alternan la vida en común durante
periodos cortos, por ejemplo fines de semana o vacaciones. El compromiso de compartir
bienes económicos puede estar respaldado de forma legal o no; en las parejas de hecho,
no existe compromiso legal de compartir bienes y generalmente ni siquiera se pactan
explícitamente las reglas que se van a seguir.
Hay que resaltar la parte de logística que tiene compartir bienes de consumo. Por
ejemplo, si se comparte un piso es preciso determinar quién se encarga de cada tarea
doméstica. Actualmente es un foco importante de conflicto en las parejas, quizás por la
poca cultura que tienen los hombres de hacer tareas domésticas.
– La paternidad/maternidad. Es uno de los motivos que llevan a constituir una pareja
estable. Pero también esto está cambiando. La proporción de hijos nacidos de mujeres
solteras es cada vez mayor llegando a ser mayoritario enpaíses como Islandia, Suecia o
Noruega.
Existen otros elementos que se comparten de alguna forma como el prestigio social,
los amigos, pero no se hace de forma exclusiva y la variación del grado de una pareja a
otra es muy grande. Por ejemplo, la exclusividad a la hora de compartir el tiempo de ocio
ha cambiado notablemente; si bien no ha sido nunca determinante para el hombre, ahora
cada vez es menor la exigencia y mayor la libertad de cada miembro de la pareja para
tener sus momentos de ocio independientes. Hay que tenerlos en cuenta porque priorizar
la seguridad económica en el caso de las mujeres o el prestigio social en el caso de los
hombres puede dar lugar a distorsiones importantes y a conflictos a largo plazo.
EDUCACIÓN FAMILIAR
Es la acción de criar y educar a un niño o niños, a menudo realizada por adultos en el
seno de grupos familiares, padres de los niños implicados. (TEDESCO, 1995).
La educación familiar es el conjunto de prácticas sociales aplicadas por los padres,
en el seno de los grupos familiares, y de cara a los niños, y por los agentes de
intervención socioeducativa de cara a los padres (formación parental) y a los niños
(intervención educativa) de ayuda o de suplencia de grupo familiar (DURNING y
POURTOIS, 1994).
En la actualidad podemos entender la familia como la unión de un hombre una
mujer, dos hombres o dos mujeres, casados por la iglesia o por lo civil, o no casados, con
una estabilidad permanente. La realidad es que actualmente carecemos de un modelo,
poseemos tantos que se hace difícil un acuerdo. (GERVILLA, BARREALES y
GALANTE, 2001).
Educación familiar y socialización
La socialización es un proceso interaccional entre el individuo y la sociedad a través
del cual éste va incorporando a lo largo de toda su vida, y por medio del aprendizaje
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social, las pautas de comportamiento, las normas, los roles, las costumbres y el legado
cultural de un grupo determinado o de toda la sociedad. El hombre se socializa cuando
interioriza o asimila los modos de la sociedad o grupo social dado, de tal forma que
puede funcionar en ellos (ELKIN, 1964). Aunque la socialización tiene más importancia
en la infancia y la juventud, el proceso continúa en la edad adulta, y realmente, ningún
individuo llega a estar socializado para la totalidad de la cultura a que pertenece y nadie
puede seguir todas las líneas de socialización disponibles en el grupo.
La socialización como objeto de estudio constituye un marco de referencia
interdisciplinar para tres áreas básicas de las ciencias sociales: la psicología, la
antropología y la sociología. Cada una de ellas focaliza su atención hacia aspectos
concretos del proceso, por lo que será conveniente resaltar qué elementos tienen una
mayor relevancia para los científicos implicados en las mencionadas disciplinas:
El psicólogo está interesado principalmente en los mecanismos psicofisiológicos que
posibilitan la socialización y en las etapas de desarrollo de las estructuras psíquicas, que
van a configurar de un modo determinado la personalidad psicosocial, sobre todo, en la
infancia y la adolescencia.
El niño se socializa no por cualidades instintivas, sino en virtud de su pertenencia a
un grupo social y de las interacciones cada vez más numerosas y complejas, que
establece a su alrededor y que van a constituir la causa y el efecto de la maduración
orgánica y el desarrollo intelectual y afectivo.
Desde esta perspectiva, se define la socialización como «un proceso interaccional
donde el comportamiento de una persona se modifica para que se conforme a las
expectativas que tienen los miembros del grupo al cual pertenece». La socialización es,
según esta definición, un proceso de aprendizaje, aunque no todo aprendizaje es
socialización, porque muchos de los aspectos del aprendizaje no tienen incidencia en la
motivación y capacidad necesarias para desempeñar expectativas de conducta
socialmente presentes, es decir, roles que corresponden a un determinado estatus o
posición social.
Para el antropólogo la socialización constituye el mecanismo por el cual la herencia
cultural de los grupos se transmite de generación en generación. El primer antropólogo
que utiliza el término cultura fue EDWARD TYLOR (1871) y la define como «el todo
complejo que incluye al conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, la
costumbre, y cualquier otra capacidad y hábito adquirido por el hombre en cuanto que es
miembro de la sociedad».
La dimensión cultural de la socialización supone la interiorización de los
paradigmas, modelos, valores, símbolos, en suma, de los contenidos y logros culturales
propios de una sociedad y cultura determinadas, los cuales ofrecen, asimismo, formas y
cauces de socialización diferentes» (QUINTANA, 1984: pp.146). Algunos antropólogos
distinguen dos tipos de influencias de la cultura sobre la personalidad. Por un lado, la
influencia de la conducta normada por la cultura de los mayores con respecto al niño,
permitiendo o impidiendo que haga determinadas cosas; por otro, aparecen las
influencias derivadas de la observación e instrucción que el individuo tenga de las pautas
12
a.
b.
de conducta características de su sociedad.
Para el antropólogo, la cultura en el proceso de socialización tiene, por tanto, entre
otras, una función orientadora. Constituye un medio artificial para el hombre donde se
encuentran organizadas las secuencias de comportamiento o respuestas para la
satisfacción de sus necesidades básicas.
El sociólogo estudia la socialización como la interiorización por el individuo de los
roles o papeles sociales, es decir, el sistema de normas que orienta la conducta de los
miembros del grupo. Como afirma MURILLO (1972: pp.27) la socialización conduce a
la «identificación» del individuo en un doble sentido:
Con los propios roles que le toca realizar a lo largo de su vida.
Con la red total de roles que forman el sistema del grupo en el cual se socializa.
Algunos sociólogos conciben la socialización como una especie de sometimiento de
la naturaleza primitiva del hombre a una determinación originada por los encuadres
sociales. En este sentido la socialización tiene para él dos vertientes: la intencional,
voluntaria y metódica que identifica con educación y la funcional o involuntaria, es
decir, todos aquellos procesos en los que no existe mediación pedagógica. La
socialización metódica, educación, es el instrumento por el que se construye el ser social,
que es una amalgama de «sistemas de ideas, sentimientos y hábitos y practicas morales,
tradiciones nacionales o profesionales, opiniones colectivas..., que expresan en nosotros
no nuestra personalidad, sino el grupo o grupos diferentes de que formamos parte»
(DURKHEIM, 1976: pp. 14).
Para algunos sociólogos funcionalistas como PARSONS e incluso para el mismo
DURKHEIM, la socialización como la educación, tiene asignada por la sociedad una
función de control social. Durante el proceso de socialización, el niño adquiere a través
de sus agentes y mecanismos una serie de coacciones internas derivadas de sus
necesidades, deseos e intereses; y obligaciones externas, derivadas de la cultura y de las
demandas de la vida social. El primer agente socializador es la familia.
TIPOS DE FAMILIAS E HIJOS
Analizaremos tres tipos de familia con implicaciones de largo alcance tanto para el
análisis general de la familia como para otros análisis sociales. Estas distinciones se
centran en la naturaleza del conjunto de miembros de las unidades familiares y en los
criterios que deciden su pertenencia. Se trata de las antiguas y conocidas distinciones
entre: la familia extensa, la familia troncal y la familia conyugal o nuclear.
La familia extensa en lo que se refiere al conjunto de miembros de la familia y cabe
considerarla a lo largo de dos ejes: el eje vertical corresponde a las «generaciones» y el
eje horizontal, a los miembros familiares de una generación particular, así como sus
cónyuges, que en el contexto familiar adoptan el status generacional de los miembros
con quienescontraen matrimonio.
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Desde este punto de vista, la familia extensa representa la máxima proliferación del
conjunto familiar. Las estructuras de la familia extensa pueden ser definidas como las
que ponen de relieve una línea de descendencia, por lo general la patrilineal, e incluyen
como miembros de la unidad familiar individuos de todas las generaciones que tengan
representantes vivos, los cónyuges de aquellos que en la línea principal hayan llegado a
la madurez y los hijos no adultos de todas las parejas conyugales.
La definición de familia troncal se atribuye generalmente al sociólogo LE PLAY
quien se refirió a ella, en el siglo XIX, con el término de Famille souche. En la
formulación clásica de la familia troncal uno de los hijos (o hijas) se casa y continúa
viviendo con sus padres mientras éstos vivan, y todos los demás hijos e hijas, cuando se
casan, ingresan en otros sistemas familiares o establecen 1os suyos propios. Las hijas se
incorporan a la unidad familiar de sus maridos, tanto si estos son hijos primogénitos
como si son los benjamines. Los hijos, excepto el que permanece con sus padres,
establecen lo que se denomina ramas familiares. Los miembros de estas familias-rama
mantienen relaciones importantes con los miembros de la familia principal, siendo la
más destacada de ellas la de cubrir la sucesión en caso de que ninguno de los varones de
aquélla sea capaz de continuarla.
El tercer tipo de unidad familiar es la familia conyugal o nuclear. Idealmente, el
conjunto de miembros de tal unidad consiste en el marido, la esposa y todos los hijos no
adultos, cuando los hijos alcanzan una edad determinada, forman familias propias de
procreación, momento en el que el conjunto de miembros de la familia de orientación de
esos hijos se reduce a la pareja conyugal que la formó originalmente al contraer
matrimonio. Esta unidad familiar ha llegado a constituirse en la estructura familiar
actual, a través de un proceso de reducción progresivo de los grupos familiares más
amplios que en el pasado compartían una morada común, aglutinando varias
generaciones (OLOVARRIETA, 1976).
Estos tres tipos de familia representan, en términos generales, una escala, con la
familia extensa en un extremo, la familia conyugal en el otro y la familia troncal en
algún punto intermedio en cuanto a la amplitud posible de las unidades familiares.
Un ejemplo clásico de la familia extensa como estructura ideal lo encontramos en la
sociedad tradicional china; de la familia troncal en la sociedad japonesa Tokugawa: y de
la familia conyugal, en la actual sociedad occidental.
También podemos categorizar a la familia, por el lugar de residencia, en familia
patrilocal, matrilocal o neolocal, según que se instalen en el domicilio del padre del
esposo (familia patrilocal), en el domicilio del padre de la esposa (matrilocal) o en un
nuevo lugar de residencia (neolocal). Es clara la relación entre estas formas y las
descritas anteriormente. Es decir, las familias patrilocal y matrilocal se corresponden con
la familia extensa, mientras que la familia neolocal coincide con el tipo de familia
nuclear en la sociedad moderna (JIMÉNEZ BLANCO, 1978).
Observemos el siguiente esquema con los diferentes tipos de familias:
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A) Democráticas
En este tipo de familias, los padres ayudan al menor a lograr el autocontrol cuando se
encuentra frustrado. Utilizan el castigo acertado, sólo como último remedio para resolver
un conflicto.
Los hijos de familias democráticas son independientes, se comprometen con criterios
elevados de responsabilidad hacia la familia, los amigos y la comunidad. Tienen una
autoestima elevada y alta motivación para lograr éxitos.
Un ejemplo de diálogo en una familia democrática sería:
Padre: no puedes ir a la fiesta de esta noche.
Hijo: ¿por qué?
Padre: bueno, podrías ir si llegamos a un acuerdo.
Hijo: ¿Cual?
Padre: si prometes que a las 1: 30 de la madrugada estás aquí y mañana te
levantas temprano para hacer los ejercicios, puedes ir.
Hijo: me parece bien.
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B) Autoritarias
Algunas características de este tipo de padres son:
El padre fuerza al niño a realizar acciones que provocan tensión y ansiedad.
El padre no permite que el niño haga comentarios acertados sobre su persona.
Actitudes de mal humor frecuente en los padres.
Mantiene una agresión verbal constante (gritos y groserías).
Exceso de normas y consignas por parte de los padres.
Los hijos tienden a ser infelices y reservados, y tienen dificultades para confiar en los
demás, manifiestan grados más bajos de autoestima, se aíslan con facilidad y son más
inseguros en la toma de decisiones. Realizan sus actividades por miedo al castigo.
Un ejemplo de diálogo en una familia de este tipo sería:
Madre: no puedes ir a la fiesta de esta noche.
Hijo: ¿por qué?
Madre: porque lo digo yo que soy la que manda en esta casa.
C) Negligentes
Estos padres apenas se preocupan por ayudar a sus hijos. La mayoría del tiempo
muestran permisividad y pasividad, niveles bajos de aceptación, de compromiso y de
supervisión. No son exigentes, ni atentos, ni afectuosos. En resumen, ni controlan ni son
afectuosos. Por ellos, los hijos demuestran mayor inmadurez en las esferas cognitivas y
sociales. Un típico diálogo de esta familia sería:
Hijo: papá, ¿puedo ir a la fiesta de esta noche?
Padre: Sí, claro, vete.
Hijo: ¿A que hora vengo?
Padre: Da igual...
D) Indulgentes
Los padres de este tipo suelen ser benévolos y no tienen normas rigurosas. Los hijos
de estas familias muestran alta autoestima, auto confianza, creatividad y altos logros
escolares. El diálogo ejemplo de esta familia seria:
Madre: vete si quieres a la fiesta de esta noche.
Hijo: ¿a qué hora tengo que estar aquí?
Madre: a la que quieras, pero no llegues muy tarde, ¿vale?
Hijo: vale.
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E) Indiferentes
El padre permite que el niño actúe de acuerdo a todos sus impulsos. A los padres les
interesa poco apoyar a su hijo a adquirir hábitos y otras conductas disciplinarias. Los
padres permisivos proponen un mínimo de normas en el hogar. Además, a este modelo le
interesa poco ser un modelo consistente para su hijo.
Sus hijos son pasivos, no toleran los límites ni las normas, se les tacha de
desobedientes, no tienen metas claras y dudan cuando tienen que tomar decisiones.
Otros tipos:
Familia Sobreprotectora
Preocupación por sobreproteger a los hijos, haciendo esfuerzos desproporcionados
por no permitir el desarrollo y autonomía de los hijos. Esos no saben ganarse la vida, ni
defenderse, tienen excusas para todo, se convierten en infantiloides.
Como familia pretenden proporcionar al niño satisfacciones y necesidades físicas y
prevenirlo de peligros y enfermedades.
Familia Amalgamada
Encuentran felicidad en hacer todo juntos, lo cual hace casi imposible el proceso de
individualización. Es un insulto para los demás separarse. Comparten todo con los
demás. No hay puertas cerradas. Esta situación ocasiona que los hijos se conviertan en
personas inhibidas, con tensión por no querer separarse, sin libertad pues están atados a
los demás, son inseguros.
Familia Centrada en los Hijos
Hay ocasiones en que los padres no saben afrontar sus propios conflictos y centran su
atención en los hijos; así, en vez de tratar temas de la pareja, traen siempre a la
conversación temas acerca de los hijos, como si entre ellos fuera el único tema de
conversación. Este tipo de padres, busca la compañía de los hijos y depende de estos
para su satisfacción. En pocas palabras viven para y por sus hijos
En este tipo de familias, como costumbre, el hijo participa en los conflictos entre sus
padres, en ocasiones el hijo queda del lado de uno de los padres en contra del otro, por
ejemplo: la madre que está enojada con el padre, decide dar al hijo un permiso, sabiendo
que el padre no está de acuerdo, la madre gira todas sus actividades en torno al hijo;
manteniéndose así ocupada. Es fácil suponer lo difícil que le será al hijo crecer y
separarse de sus padres en esas circunstancias y al hacerlo llevará en si, mayor riesgohacia el alcoholismo.
Familia con un solo padre
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Con frecuencia observamos que en este tipo de familia, uno de los hijos, casi siempre
el mayor y en especial el del sexo contrario al padre presente, hace muchas veces el
papel del padre ausente y en ocasiones sustituye el rol de las parejas faltantes. Esto
ocasiona grandes trastornos para su crecimiento, ya que por tomar roles que no le
corresponden, no aprende a hacer ni a compartir con sus compañeros y/o hermanos lo
que le corresponde a su edad.
LA FAMILIA EN LA ACTUALIDAD
Tradicionalmente, la familia tenía su origen en el matrimonio: formada por el
marido, esposa e hijos… Sus miembros estaban unidos por lazos legales.
Actualmente existe una gran polémica... Tiene su origen en la unión de una pareja
con o sin hijos, desempeñando un papel fundamental los lazos emocionales, económicos,
culturales, con sus correspondientes derechos y obligaciones.
¿Cómo es la familia actual?
Se perciben cambios fundamentales en diversos ámbitos. SARRAMONA (2002):
– Existencia de diversos tipos de organizaciones familiares. Familias
monoparentales, confluencia de hijos procedentes de matrimonios anteriores, parejas
homosexuales, etc. Suelen convivir en el hogar sólo dos generaciones (padres e hijos). El
número de hijos es escaso y son habituales los hijos únicos. Además los hijos nacen en
edades más avanzadas de los padres, por lo que la distancia intergeneracional va
avanzando.
– Ha cambiado el papel de la mujer. No solo es madre o esposa, se ha incorporado al
mundo laboral, aunque en la mayoría de los casos siga siendo la principal responsable
del trabajo del hogar.
– Ha cambiado el papel del varón en la familia. Ha perdido su posición de poder
absoluto para pasar a una toma de decisiones y responsabilidad compartida.
– Ha surgido una nueva razón de ser de la familia, el mantenimiento de un proyecto
de vida compartida. Y esto por encima de motivaciones económicas, sociales o
religiosas. La familia ha dejado de ser estructura económica de supervivencia para
transformarse en ámbito de convivencia, consumo y ocio.
– El estado ha sustituido a la familia en muchas funciones: asistencia médica,
económica y social de las personas mayores, de forma especial la educación obligatoria.
Otros aspectos se mantienen:
–La familia es la organización más común para la procreación y la transmisión de la
herencia cultural.
–Es refugio ante dificultades y problemas. Los lazos de afecto les lleva a aportar
ayuda siempre que se precisa.
18
*
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*
*
*
*
–Es una organización que goza de prestigio social. Los estudios tienden a fortalecer
su consolidación.
El origen de los cambios parece encontrarse en diversas razones de índole macro
social y micro social.
a) Los cambios macro sociales en relación con la convivencia familiar
La familia en la sociedad agrícola artesana:
unidad de producción
extensa
rural
favorece la integración en el mundo real del trabajo.
favorece el contacto padres-hijos
presencia de otros adultos
La familia en la sociedad industrial:
unidad de consumo
nuclear
urbana
hombre y mujer trabajan fuera del hogar.
sobrecarga del trabajo de la mujer. Se reduce el
contacto padre-hijos.
b) Cambios micro sociales/familiares
– La familia ha delegado funciones a otras instituciones que a su vez han ido
ampliando su acción, ej. Sanidad, educación....
– Preocupación por la educación de los hijos más que por el patrimonio a heredar.
– Presencia de fuertes contradicciones entre permisividad y responsabilidad paterna.
– Presencia durante mayor tiempo de los hijos en el hogar.
Funciones básicas de la familia
Aunque la familia nuclear sea la más frecuente en la sociedad occidental, la
organización actual de las familias es muy variada. Junto a la presencia de funciones
tradicionales en la distribución de actuaciones dentro de la familia, cuidado de los hijos,
tareas domésticas, se evidencian cambios sustanciales en los últimos tiempos, con
características y ubicaciones sociales de signo diferente. A la vez, estas familias
nucleares parecen ir desarrollando de modo progresivo redes sociales con amigos,
vecinos, otros parientes con objetivos diversos.
La importancia de las funciones familiares radica en el modo en que responden a
algunas de las necesidades humanas fundamentales tanto individuales como colectivas:
– Necesidad de amor y seguridad emocional. Idealmente la familia ofrece calidez,
lealtad, preocupación por los otros, voluntad de sacrificio en beneficio de los demás
miembros.
– Necesidad de regular el comportamiento sexual. Todas las sociedades ponen
límites al comportamiento sexual de sus miembros. Ejemplo el «tabú del incesto».
– Necesidad de producir nuevas generaciones. A la vez la familia satisface la
necesidad de socializar a los hijos.
– Necesidad de proteger a los jóvenes y a las personas con discapacidad.
19
a)
b)
c)
d)
a)
b)
– Necesidad de «situar» a las personas en un orden social. Incluso en las sociedades
que más defienden la igualdad de oportunidades y la movilidad social, los status que la
gente adquiere incluida la identidad nacional, étnica, racial, religiosa, de clase y de
comunidad, derivan ampliamente de la pertenencia a una familia.
La respuesta del ambiente familiar a las necesidades de los hijos
CATALDO (1991) establece cuatro grandes funciones:
Funciones relacionadas con el cuidado, sustento y protección de los hijos. Estas
funciones comienzan en la época prenatal (cuidados de la madre y preparación del
ambiente familiar) son derechos básicos del niño como ciudadano, a resolver en
familia o en caso de falta de garantía la sociedad tiene la obligación de ofrecer
programas de bienestar infantil y familiar.
Socialización del niño en relación con los valores y roles adoptados por la
familia. Se espera que derechos y responsabilidades, normas culturales de una
sociedad se transmitan a sus miembros más jóvenes a través de la familia y la
escuela. Se da por supuesto que las actitudes y conductas de los niños reflejan
este proceso, de modo especial cuando los jóvenes llegan a la madurez. Cuando
se producen conflictos entre los valores transmitidos en familia y en la sociedad,
la socialización se hace conflictiva, confusa, llegando a desajustes a largo plazo.
Respaldar y controlar el desarrollo del niño como alumno y ofrecerle
preparación para la escolarización. Los padres ayudan a adquirir durante la
infancia diversas actitudes, capacidades, conocimientos, hábitos; los padres
informan y orientan en los largos periodos de escolaridad de modo distinto según
la etapa educativa y contribuyen por esta vía a la continuidad educativa en las
necesarias transacciones que se producen durante la escolaridad.
Las familias son un factor fundamental en los procesos de llegar a ser persona
emocionalmente sana. El desarrollo de un estilo personal y único no puede darse
por supuesto, es preciso desarrollar cualidades humanas y actitudes con sentido
dentro de la cultura. Los padres ayudan a los hijos a aprender valores, actitudes e
información para mantener su herencia, su cultura y su estilo de vida.
Las aportaciones más importantes de las familias al desarrollo de los hijos, pueden
agruparse en dos grandes categorías (BELTRÁN, 1987):
Las orientadas al pleno desarrollo de la personalidad infantil.
Las que pretenden la adaptación de los niños a la vida social.
Es evidente que no todos los tipos de familia ni todas las familias de un mismo tipo
proporcionan estas aportaciones, ni tampoco todos y cada uno de sus miembros. Pero, en
todo caso, sea cual sea el tipo de familia, estas contribuciones se producen en algún
20
1.
2.
3.
momento en la vida del niño y, cuando esto sucede con signo positivo, se convierte en
persona bien adaptada. En caso contrario, se producen malas adaptaciones personales y
sociales.
Las contribuciones más significativas de la familia al pleno desarrollo de la
personalidad suponen tener en cuenta que:
* El niño necesita seguridad. La primera contribución de la familia ha de ser la
facilitaciónde un clima adecuado de seguridad y aceptación. En la práctica se resume en
un conjunto de condiciones requeridas para el buen desarrollo afectivo. El niño se
desarrolla en medio de pulsiones internas y estímulos externos que le hacen no estar
nunca seguro de sí mismo ni de su entorno material y humano. La acción tranquilizante
de los padres le ayuda a asentarse en la vida. Este sentimiento de seguridad se origina y
se desarrolla a través de las siguientes actuaciones:
Satisfacción de necesidades elementales (comida, aseo, sueño).
Protección de ataques exteriores. Por una parte, amortiguando los choques
demasiado violentos que vienen del exterior, por otra formándole
progresivamente para adaptarse al mundo exterior de acuerdo con su ritmo
evolutivo. Conviene destacar la necesidad de plantear la graduación de los
procesos tratando de cometer errores que induzcan a situaciones de
hiperprotección o de hipoprotección.
Facilitación de un marco coherente y estable. La mentalidad del niño pequeño
admite con dificultad los cambios rápidos; lo permitido y lo prohibido, los
derechos o los deberes no pueden ponerse continuamente en cuestión. El
sentimiento de seguridad va unido a la armonía de la vida de pareja, a la unidad
de la célula familiar.
* El niño necesita sentirse aceptado por lo que es y como es, con sus posibilidades y
limitaciones. Necesita un marco donde desarrollar experiencias personales, un margen de
libertad cada vez más amplio que le haga ir consiguiendo y fortaleciendo su auténtica
autonomía. Necesita sentirse miembro de una familia y como tal querido; el tiempo y el
interés que se le dedica es un modo de evidenciarle su sentimiento del propio valor. Es el
amor/poder que tranquiliza y ayuda a dominar impulsos, a elaborar el «super-yo»
necesario para el autocontrol y la socialización del adulto.
* El niño necesita estimulaciones tempranas, variadas y adecuadas. Necesita
estimulaciones tempranas en el ámbito de lo sensorial, afectivo y social, adquiridas
fundamentalmente por interacción con los padres o personas estables que les sustituyan,
la carencia de tales estimulaciones puede tener graves consecuencias para el desarrollo.
El debate entre cantidad y calidad de estimulaciones parece inclinarse a favor de la
calidad, la diversidad y estructuración con que se presenten los estímulos. Por supuesto
han de ser adecuadas al nivel de desarrollo de los hijos. Los padres, en general, suelen
adecuar sus conductas en este sentido. Se encuentran algunas diferencias:
21
1.
2.
3.
4.
–
–
–
Unas, derivadas de los roles paternos: si es la madre la que preferentemente
atiende al niño cuando llora, le duerme o le cambia los pañales, el niño la prefiere
en los momentos de tensión, mientras que si relaciona más al padre con el juego
le prefiere en situaciones en que desea aumentar su activación.
Diferencias de clase social: Parece que las madres de clase media acuden antes
que las de clase baja a consolar al niño ayudándole a conseguir su nivel
adecuado, lo que es posible que incida en sus posibilidades de aprendizaje de
centrarse en su propio desequilibrio y presta más atención a lo que le rodea.
Diferencias en la forma de concebir la infancia y por tanto del comportamiento
del adulto con el niño: calmarle, dejarle llorar.
Las propias características del niño: su sensibilidad perceptiva o su nivel general
de actividad.
La socialización de los hijos
Sabemos que toda sociedad:
Tiende a autoconservarse.
Transmite a la nueva generación valores y pautas de conducta que regulan la vida
del grupo.
Trata de adaptar a los individuos al grupo social.
Algunos grupos sociales, en cada sociedad, son especialmente encargados de esta
socialización: familia, escuela, amigos. La socialización (FERMOSO, 1991) supone la
capacidad de relacionarse con los demás, si se careciera de ella en momentos clave de su
evolución, el hombre no se humanizaría. Es una adaptación a las instituciones, al menos
dentro de ciertos límites, para no desentonar gravemente en la comunidad; de aquí que la
adaptación sea distinta en su forma y en su finalidad en función de las exigencias
sociales. Es una inserción social, introduce al individuo en el grupo y lo hace miembro
de ese colectivo. La socialización es también convivencia con los demás, por ella se
consiguen las necesidades fundamentales de cada hombre; afecto, protección, ayuda, etc.
Coopera al proceso de personalización, el «yo» se re-crea en la confrontación con los
otros y construye la «personalidad social», desempeña roles dentro del grupo. La
socialización es aprendizaje e internalización de normas, costumbres, valores y pautas.
De aquí que pueda describirse el proceso de socialización como:
…un proceso a través del cual el individuo humano aprende e interioriza unos
contenidos socioculturales a la vez que desarrolla y afirma su identidad personal
bajo la influencia de unos agentes exteriores y mediante mecanismos procesales
frecuentemente inintencionados (COLOMA, 1990: pp.32).
En el proceso de socialización confluyen dos ámbitos:
22
–
–
–
* Enculturación. Puede entenderse como trasplante cultural primero y directo que la
sociedad ejerce sobre un nuevo miembro carente de toda iniciación social. Se verifica
por la mediación de un grupo primario, generalmente la familia... (QUINTANA, 1977:
pp.83). La enculturación supone:
Interculturización de pautas culturales, no mero conformismo exterior.
Apertura, lo exige la cultura cambiante y sobre todo porque es una exigencia de
la persona el poder revisar las adquisiciones a medida que avanza el desarrollo
personal la enculturación no puede restringir la libertad de elección que capacita
al individuo para revisar, corregir, reafirmar o rechazar de modo personal lo
adquirido.
Coherencia entre el modelo elegido y las actuaciones. La cultura exterior es
pluralista, presenta modelos distintos y a veces contradictorios, lo que exige en
muchas ocasiones elegir modelos y rechazar otros para apoyar la coherencia
interior del socializando.
* Personalización. La educación personalizada asume el concepto de persona como
individuo y ser social. La persona, protagonista de la educación, es principio de actividad
que se manifiesta a través de las notas de singularidad (se trata de hacer al sujeto,
consciente de sus posibilidades y limitaciones, cultivar su intimidad, el trabajo
independiente y la actividad creadora), autonomía (capacidad de gobierno de sí mismo,
posesión y uso efectivo de la libertad) y apertura (objetiva, social y trascendente).
Desde la perspectiva familiar la personalización:
Favorece la formación de un autoconcepto equilibrado, realista, positivo, base de
la confianza y seguridad interior. De acuerdo con la teoría del «yo espejo» los
niños descubren la bondad de sus acciones y adquieren conciencia de sus
capacidades a través de la acción de los padres. Los padres son el «espejo» que
les refleja lo que son.
Produce un yo fuerte, capaz de valerse por sí mismo, en la medida en que vayan
adquiriendo convicción de sus posibilidades personales, autodominio e
independencia interior. De aquí que sea necesario combinar el control paterno con
un progresivo avance de la autonomía, evitando caer en el desamparo.
Induce al esfuerzo personal, la autosuperación y el rendimiento.
Genera el sentido de la responsabilidad y el compromiso personal ante sus
propias acciones; ha de ser capaz de responder porqué ha elegido.
Estimula la competencia social. Lo que supone la adquisición de habilidades del
niño para comunicarse y desempeñar roles sociales, compartir esfuerzos y ser
solidario.
En el proceso de socialización se han distinguido dos fases: la socialización primaria
y la socialización secundaria. En la denominada socialización primaria, fase que el
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individuo atraviesa en la niñez, se convierte en miembro de la sociedad. Mediante la
socialización secundaria, proceso posterior, el individuo ya socializado se incorpora a
nuevos sectores de su sociedad. Esta fase complementa y modifica la primera, seproduce principalmente en la experiencia escolar, los grupos de iguales, grupos
profesionales, grupos de referencia...
La socialización primaria, normalmente tiene lugar en la familia y es posiblemente la
más importante para el individuo. En ella adquiere el lenguaje, los esquemas básicos de
interpretación de la realidad, adquiere una visión y un sentido de la vida, una visión de sí
mismo, va desarrollando progresivamente su autoconcepto.
La carga afectiva con la que se transmiten los contenidos y la identificación con el
mundo tal como la presentan los adultos, son las características básicas de la
socialización primaria. Implica por tanto algo más que un aprendizaje puramente
cognoscitivo.
En la socialización primaria no existe ningún problema de identificación, ninguna
elección de otros significantes... El niño no internaliza el mundo de sus otros
significantes como uno de los tantos mundos posibles: lo internaliza como el mundo, el
único que existe y que se puede concebir,... Por esta razón, el mundo internalizado en la
socialización primaria se implanta en la conciencia con mucha más firmeza que los
mundos internalizados en socializaciones secundarias (BERGER y LUCKMANN, 1968:
pp.170).
El «déficit de socialización» reseñado al principio, parte posiblemente del
debilitamiento de la capacidad socializadora de la familia. En la sociedad actual la
familia transmite los contenidos de la socialización con una carga distinta de afectividad
y el niño es expuesto a grupos y opciones predefinidas que tienden a diferenciarse, a
multiplicarse y a modificarse con una velocidad sin precedentes.
LA FAMILIA ESPAÑOLA EN LOS ÚLTIMOS AÑOS: TRANSFORMACIÓN
La familia española ha sufrido fuertes cambios, especialmente en la última década,
según revelan los datos del Instituto Nacional de Estadística y del Consejo General del
Poder Judicial que se detallan a continuación:
Más matrimonios que en otros países de la UE.
Una de cada cuatro bodas es civil.
Más de medio millón de parejas de hecho.
Más de 10.000 uniones homosexuales.
Hogares monoparentales en alza.
Uno de cada cinco bebés nace fuera del matrimonio.
Parejas con dos hijos.
Menos familias numerosas.
Divorcios en aumento.
24
– Baja natalidad, etc.
Nuevos parentescos
Los sociólogos aseguran que aún no tenemos palabras para definir algunos nuevos
parentescos... No ha habido en España otra institución que haya sufrido una
transformación tan profunda en los últimos 25 años, como la familia.
La familia nuclear clásica sigue siendo mayoritaria, pero ya no es la única con
prestigio social... La aprobación en el Congreso de los Diputados, el pasado 21 de abril,
de la ley de matrimonio de parejas del mismo sexo –y las bodas a que, por ahora, ha
dado lugar– es sólo el último y más llamativo episodio de una serie de cambios
complejos en el entramado familiar de este país. La familia nuclear clásica, compuesta
por un hombre y una mujer casados y con voluntad de tener hijos, sigue siendo el
modelo mayoritario, pero, desde luego, ya no es el único que se practica abiertamente y
que goza de plena aceptación social.
Surgen otros tipos de familias que antes no existían, como la maternidad asistida y en
solitario, segundas parejas, madres o padres separados con sus hijos, individuos que
viven solos…o, directamente, permanecían en la semiclandestinidad, como las parejas y
familias homosexuales con hijos.
La transformación se veía venir. En los ochenta, en los noventa, cada vez con más
frecuencia y en todas las clases sociales, todo el mundo empezó a tener amigos
divorciados, familiares que se iban a vivir juntos sin casarse o algún conocido que vivía
con una pareja del mismo sexo. Pero la demografía no es una ciencia de respuesta rápida
y diez años es el periodo que considera mínimo para revisitar una población y comprobar
qué hay de nuevo.
Más de un millón de personas viven –vivían en 2005– en pareja sin estar casados, un
155% más que en 1995. Uno de cada cinco bebés nace fuera del matrimonio, el doble
que en 1995. Hay casi medio millón de hogares encabezados por una persona (mujer; en
un 87%) divorciada con sus hijos a cargo, el doble que una década atrás. Casi tres
millones de españoles viven solos. Y, por primera vez en la historia de la demografía
española, 10.500 hombres y mujeres declaraban libremente que son homosexuales y que
conviven con sus parejas afectivas del mismo sexo.
Esto era, en 2005, la realidad de la familia española. El retrato seguramente se ha
quedado viejo. En cualquier caso, es el último. Por último, es importante destacar que
amor, respeto y cuidado mutuo es el pegamento de las familias, las viejas y las nuevas.
¿Qué se propugna en la actualidad?
El individualismo actual hace hincapié en el respeto a la libertad interna, porque cada
persona es única, es o debería ser libre, cada uno tiene derecho a construir su forma de
vida y hacerlo mediante elección libre, abierta, sin trabas (TUDESCO, 1995). Los
25
a)
b)
–
–
–
adultos adoptan ante sus hijos una actitud menos «autoritaria», menos impositiva, se
muestran menos seguros de sus ideas y sus valores; la familia se ha hecho más tolerante
con las elecciones personales.
La vida familiar ha cambiado por diversos motivos: la incorporación de la mujer al
mundo del trabajo, el descenso de natalidad, aumento de las separaciones, el número de
hijos que viven con uno solo de los padres, disminución del tiempo real dedicado a los
hijos, tiempo que cubren otras instituciones u otros medios de comunicación,
particularmente la televisión donde el niño se encuentra relativamente solo ante los
mensajes que recibe. Todas estas circunstancias han hecho cambiar el papel socializador
de la familia, «los adultos han perdido la seguridad y la capacidad de definir qué quieren
ofrecer como modelo a las nuevas generaciones» (TUDESCO, 1995).
Según el Informe sobre la situación de la familia en España (1995) y refiriéndose a la
socialización de los hijos, destaca de modo especial los cambios bruscos producidos en
las relaciones padres-hijos en estos años de finales del s. XX.
En las relaciones padres-hijos existen dos dimensiones básicas:
Control paterno (dar consejos, instrucciones, sugerencias, imponer reglas,
castigos, etc.).
Apoyo paterno (dar alabanzas, elogios, aprobación, ayuda. cooperación, ternura,
afecto, etc.).
Partiendo de estas dimensiones se han organizado modelos de relación o sistemas
organizados de actuaciones, creencias y actitudes que implican conductas diversas. La
frecuencia e intensidad de estas conductas determinan tres modelos de relación citados:
Modelo autoritario: las situaciones se abordan con más frecuencia mediante
coerción física y verbal, privaciones y castigos.
Modelo inductivo de apoyo: se basa sobre todo en la expresión de afectividad,
razonamiento y recompensa.
Modelo errático o laisser-faire: presidido por conductas erráticas e
inconsistentes.
El modelo inductivo de apoyo parece el dominante de la sociedad española. La
educación actual es más compleja porque exige mayor dedicación, explicación de
órdenes y justificación de decisiones. La socialización se basa en el diálogo y la
comprensión. Para los padres españoles es casi un insulto ser considerados autoritarios.
Los tres modelos se articulan sobre una serie de aspectos de la vida familiar que
constituyen los recursos de que disponen los padres para la transmisión de pautas
culturales. Son los recursos emocionales (buena relación de la pareja, vínculos familiares
de apoyo, amigos, etc.), recursos materiales (ingresos económicos y bienes en general),
recursos culturales (nivel cultural formal y no formal), recursos temporales
26
–
–
–
–
(disponibilidad de tiempo para la interacción de los hijos) y recursos sociales (relaciones
y habilidades sociales). La ausencia o presencia de estos recursos condiciona la
estructura de relaciones entre los miembros de la familia.
El modelo inductivo de apoyo que viene a coincidir con el modelo participativo
explicaría su primacía sobre los otros modelos por eldescenso de la natalidad y la
consiguiente consideración del hijo como bien escaso: el hijo es un bien deseado, lo que
hace centrar en él una gran preocupación por su educación.
La familia se percibe como lugar grato y permisivo. Fuente primordial de
satisfacción, predomina en ella la tolerancia y la comprensión junto a un mayor marco de
diálogo y consenso intergeneracional. Se perciben así mismo cambios sustanciales en las
creencias, actitudes y dedicación al hijo por los padres y las madres. Uno de los temas
que más preocupa es la vida escolar del hijo.
La familia hoy: desconciertos y esperanzas
J. A. RÍOS GONZÁLEZ (1998) describe la familia «como grupo humano integrado
por miembros relacionados por vínculos de afecto y sangre y en el que se hace posible la
maduración de la persona humana a través de encuentros, contactos e interacciones
comunicativas que hacen posible la adquisición de una estabilidad personal, una
cohesión interna .y unas posibilidades de progreso según las necesidades profundas de
cada uno de sus miembros.» (pp. 177).
Muchas familias en la actualidad tienen conflictos que no saben abordar, elaborar y
superar mediante el esfuerzo de todos los que están implicados. Viven todo como
amenazas, adoptando actitudes defensivas, cerradas, cayendo en el aislacionismo que les
convierte en sistemas cerrados» y por tanto expuestos a deterioro natural de este tipo de
sistemas.
Causas del desconcierto:
La incomunicación como barrera o no saber comunicar. Muchas familias hablan
de incomunicación y la achacan entre otras cosas a la TV, o al poco tiempo que
tienen para estar juntos. Seguramente esas no son causas sino efectos de algo más
profundo.
El deterioro de la autoridad o no ejercerla bien entendida. Y es así cuando no
ayuda a crecer, no pone límites, no estimula la independencia creadora en el
sentido de no poner límites razonables a la natural libertad y autonomía de los
hijos.
El contraste de generaciones como miedo a la renuncia del entendimiento entre
padres e hijos.
La parentalidad desprestigiada o la renuncia de los padres a ejercer su función
educadora. Los padres tienen que ser fuerza y límite, enlace y nexo con un
pasado histórico que los hijos no han vivido y que será un fundamento para su
estructuración personal. No se sabe, por ejemplo, cómo transmitir la propia
27
experiencia.
«Hay que recuperar la presencia activa de los padres en la vida de los hijos. No hay
posibilidad de identificación con las figuras parentales si no hay presencia, contacto y
encuentro perfectivo entre padres e hijos. No es cuestión de tiempo (cantidad) sino de
‘espesor’ (calidad). Lo que la vida moderna quita de lo primero hay que suplirlo y
profundizarlo con lo segundo. Y desde ahí, con constancia, puede eliminarse el tópico
del contraste incomprensible de generaciones.»
La familia no ofrece una red familiar de cohesión y apoyo consistente. El desafío de
las familias actuales radica en dar aquello que no pueden los hijos encontrar en otros
ambientes: por ej. cómo actuar ante la «inseguridad ciudaana» o los «peligros sociales...
Hace años la influencia sobre los hijos se ejercía por este orden: familia, escuela,
ambiente social. Hoy parece haberse invertido el orden: primero ambiente, después la
escuela en cualquiera de sus niveles y casi nada la familia.
Hay familias distantes, tipo hotel (cada uno por su sitio, cada cual a lo suyo), o bien
familias simétricas: todos iguales, no admitir lo distinto, no perdonar lo diferente, todos
como una piña (donde hay uno que domina y otros son aplastados). ¿Qué surge en este
contexto?:
Contradicción de mensajes sociales a los que están sometidos tanto padres como
hijos. Hay confusión, pocas ideas claras a las que agarrarse.
Pérdida de valores, existe la percepción de que la familia ha perdido su función de
transmisora de estimaciones, valoraciones y actitudes.
28
2
Las relaciones interpersonales en el marco
familiar
COMO DICE G. MUSITU (2001): «La presencia de una red social que actúa como
marco a los intercambios sociales posibilita la existencia, percepción y recepción del
apoyo social. Esta red es dinámica al igual que las relaciones que de ella se desprenden.
A partir de los primeros días de vida, cuando la red es casi inexistente (limitada al padre
y a la madre), comienza paulatinamente a configurarse y expandirse, claramente
perceptible a partir del segundo año de vida, con la inclusión de amigos de juego,
compañeros de colegio, amistades, colegas de trabajo, parientes, cónyuge, etc. A este
respecto, KAHN y ANTONUCCI (1981) basados en la propuesta de PLATH (1980) han
desarrollado la metáfora del convoy ferroviario que ilustra la naturaleza cambiante del
contexto del apoyo social en el recorrido del ciclo vital del individuo.
Según esta metáfora, nuestra vida es semejante a un viaje en tren que compartimos
con las personas más importantes. En el recorrido, nuestro vagón es frecuentado por
diversas personas. En los años iniciales, compartimos el viaje con nuestros padres y más
adelante se nos unirán algunos amigos y parientes próximos. En la medida que el convoy
alcanza algunas estaciones (terminación del colegio, ingreso al mundo laboral,
matrimonio, etc.) van variando las personas que nos acompañan. Unos suben y otros
bajan y en consecuencia cambian las personas que nos proporcionan apoyo; sin
embargo, no todas las personas que comparten el trayecto tienen igual importancia en
nuestra vida. Nuestras relaciones íntimas y personas más próximas se ubican cerca de
nuestro asiento durante el viaje y sucesivamente aquellos que aunque importantes sean
menos relevantes se sitúan más alejados.
APOYO FAMILIAR EN EL CICLO VITAL
La red de parentesco familiar es en este final del milenio, la mejor red de protección
social y fundamentalmente lo es por su capacidad para generar una arquitectura de
relaciones basadas en el afecto y la expresión libre de los sentimientos. Más
concretamente, las relaciones que suponen comunicación del afecto, se han convertido
en uno de los conceptos claves con los que interpretar la evolución del ser humano en
sociedad.
29
a)
b)
c)
La Infancia
La sensación de permanencia puede definirse como la percepción de que
determinados elementos de la experiencia vital son estables e invariables (BOYCE,
1985). Es, por tanto, una convicción de que determinados aspectos de uno mismo y su
ambiente permanecerán relativamente estables incluso ante sucesos y transiciones vitales
muy relevantes. De acuerdo con ERICKSSON (1963), la adquisición de una confianza
básica, la conciencia de continuidad y la certeza interior representan las principales
transformaciones de la conciencia humana. De su teoría se desprende que conforme se
desarrolla la confianza entre el bebé y sus cuidadores, surgen los sentimientos de apego
entre ambos, y no antes. Conforme el cuidador va satisfaciendo las necesidades del bebé
con continuidad y de forma constante, el bebé no solo aprende a confiar en su proveedor
externo sino también en sí mismo. A través de las relaciones de apego con su madre y su
familia, el bebé toma progresivamente consciencia de la permanencia e invariabilidad
que caracteriza, al menos, algunas de sus más importantes experiencias vitales.
De forma paralela, el comportamiento del bebé indica también una consciencia
emergente sobre la estabilidad de las personas y las relaciones. Mantiene relaciones de
apego con las personas importantes de su entorno, muestra ansiedad en presencia de
extraños y llora si su madre desparece de su campo visual. De este modo, los recursos
del bebé para el intercambio social dependen de la permanencia de su mundo social. En
palabras de Ericsson, el bebé establece una confianza básica en la estabilidad de su
ambiente familiar.
La relación entre el apego y la permanencia del mundo real posibilita vincular
conceptualmente el primero con el apoyo social.
Tres características del apego contribuyen a esta tesis (BOYCE, 1985):
La conducta de apego es fundamentalmente intencional e implica comunicación
endos direcciones (del niño a sus padres y viceversa). La conducta social del
bebé depende en gran medida de que la madre (o el padre) sean capaces de
reconocer las señales convenidas por el bebé durante los primeros días de vida.
De acuerdo con RUTTER (1981), el temperamento del bebé y el estado y
prontitud de las respuestas de la madre juegan un papel importante en la
interacción madre-hijo.
El proceso de apego comienza ya durante el período post-parto, como lo muestra
el hecho de que los niños sean capaces de reconocer y responder de forma
diferenciada al olor, voz y apariencia de la madre. Algunas conductas maternas,
como la crianza y la protección, parece que se edifican favorablemente por los
primeros y continuos contactos con el bebé (EGELAND y STROUFE; KLAUS et
al., 1972).
El apego, como ya hemos visto, es el responsable de la sensación de seguridad.
Así, cuando el bebé se encuentra ante la presencia de extraños, éste se aproxima a
su madre (o padre), una conducta característica de apego (LAMB, 1977); de
30
forma similar, cuando el niño se encuentra en presencia de sus figuras de apego
juega y balbucea más activamente o muestra menor ansiedad ante la presencia de
un extraño (AINSWORTH, 1962; RUTTER, 1982). La madre, por tanto,
proporciona la seguridad necesaria al bebé para que éste se adentre en un mundo
amenazante sintiéndose seguro.
La red social del ser humano en sus primeros años de vida se circunscribe casi
exclusivamente a sus padres o cuidadores. Obviamente, las relaciones de apego
monopolizan la gran mayoría de las transacciones de apoyo social; sin embargo, el bebé
aún recibirá cierta influencia de otras fuentes, por vía de la red social de su madre. En
este sentido, la conducta del bebé está influida, fundamentalmente, por su interacción
con la madre pero también por la naturaleza de la red social de ésta. De acuerdo con
SALZINGER (1990), la red social de la madre puede influir indirectamente en sus
actitudes hacia la crianza (por parte de los miembros menos próximos de la red social), o
directamente en su comportamiento con el bebé (a través de los miembros de su red
social más próximos, cónyuge y parientes próximos). De forma añadida, las
característica del contexto social más amplio en el que se instala la red social ejerce un
efecto importante en el funcionamiento de las redes sociales personales
(BRONFENBRENNER, 1979; GARBARINO y SHERMAN, 1980; HAMMER, 1983),
lo que equivale a decir que la experiencia vital del ser humano se inscribe desde el
primer momento en un contexto social amplio, de múltiples niveles o sistemas a través
de los cuales se vincula con sus semejantes.
Una vez establecidas las bases para la interacción entre el niño/a y su entorno, se va
incrementando la red social y las figuras de apego iniciales van dando paso a otras
relaciones sociales significativas. En este sentido, con el desarrollo de la iniciativa, los
niños/as comienzan a separarse paulatinamente de sus cuidadores. Exploran nuevos
territorios, aprenden nuevos juegos y establecen nuevas relaciones con los pares. Es de
esperar, por tanto, que la composición de la red social conforme el niño/a avanza en edad
sufra distintas modificaciones. Así por ejemplo, CAUCE y colaboradores (1990) han
constatado que la red social de los niños estadounidenses de 5 a 12 años está constituida
principalmente por los padres, hermanos, amigos y profesores. Cada uno de ellos
proporciona distintos tipos de apoyo al niño/a: la madre y el padre proporcionan apoyo
instrumental, emocional y feedback; los hermanos y los amigos, fundamentalmente
compañía; los profesores, información y feedback. En términos de multiplicidad, los
padres actúan como figuras de apoyo con capacidad para cumplir múltiples funciones;
hermanos, amigos y profesores, se especializan en una o dos funciones.
Por otra parte, y a pesar de esta inicial apertura de la red social, el niño aún depende
por entero de sus cuidadores y es totalmente incapaz de corregir las deficiencias que
pueda estar soportando como consecuencia de las disfunciones en el entorno social de
sus cuidadores. En este sentido, se ha comprobado que el tipo de red social de los padres
influye decididamente en el tipo de crianza que el niño/a recibe, quizás su principal
fuente de bienestar. CRITTENDEN (1985) identificó tres patrones en la red social de los
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b)
c)
padres que tenían que ver con la forma que adoptaba la crianza de los hijos.
En redes sociales estables y abiertas, caracterizadas por relaciones duraderas,
frecuentes contactos con los amigos, existencia de apoyo emocional y tangible
por parte de amigos y parientes, manifestaciones de apoyo verbal y relaciones
dependientes con los miembros de la red, se observó una adecuada crianza de los
hijos.
En redes sociales estables y cerradas, consistentes en inestables e infrecuentes
contactos con los parientes y amigos, relaciones tanto independientes como
superdependientes con amigos, parientes y profesionales e insatisfacción con la
dependencia en la red social, se observó negligencia en el cuidado de los hijos.
En redes sociales inestables y abiertas, constituidas por amistades inestables,
frecuente contacto con amigos y parientes, moderados niveles de ayuda por parte
de los parientes, tanto ayuda excesiva como escasa de algunos amigos y parientes
y moderada insatisfacción con su dependencia hacia la red, se observó maltrato
infantil.
El Cuaderno Diario. Una experiencia de relación con padres en la Escuela Infantil
Observemos la siguiente experiencia:
La Escuela Infantil es un centro educacional en el cual confluyen e interactúan
diferentes instancias o grupos sociales: Ayuntamiento, padres/madres, profesorado, etc.,
dándose la interacción de los distintos grupos sociales a diferentes niveles: gestión de
centro, planificación, actividad pedagógica y demás.
La experiencia que queremos transmitir en este trabajo se centra en la interacción de
padres/madres y profesorado respecto a los niños y niñas. Esta interacción se da de
distintas maneras a lo largo de los años que transcurren en la E.I. Como en todo centro
de estas características, se utilizan los recursos típicos de reuniones con los padres y
madres, tanto individuales como colectivas. Desde el primer contacto, en donde se da la
primera aproximación al conocimiento mutuo, se hace la historia del niño, se explica el
funcionamiento del centro, se enseña el mismo, etc., hasta la última entrevista al cambiar
de escuela, se pasa por las consabidas reuniones de programación, evaluación, análisis
de temas relacionados con la educación y demás cuestiones.
Aparte de esto, que es extensible a todos los centros educativos, lo que aquí vamos a
presentar es otra forma de relación que establecemos diariamente con los padres y
madres.
La E.I. (0-3) tiene unas características específicas con respecto a otros centros; la
más llamativa, si cabe, es la edad de los niños y de las niñas y por añadidura
apuntaríamos la dificultad social de entender cómo se puede educar a una criatura tan
pequeña fuera del contexto familiar de una manera que sea beneficiosa para ella.
Cuanto más pequeño es un niño tanto menos se dicotomiza su evolución. Los
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procesos escolares no son ajenos a los que se producen en la familia, dándose una
complementariedad en todo el desarrollo: en los procesos de aprendizaje, en los procesos
de socialización, en la adquisición de hábitos, del lenguaje, en su madurez emocional,
etc., produciéndose como resultado una multiplicación y optimización de las
potencialidades del niño y de la niña.
Entendiendo que esto se da así, desde la E.I. tenemos que articular vías de
información que nos permitan materializar estas interacciones diariamente.
Mantener una relación estrecha con los padres/madres es fundamental. Es bastante
frecuente constatar en la entrevista inicial que el primer contacto de las madres y los
padres con la escuela infantil está cargado de cierto nivel de ansiedad, sobre todo cuando
se trata de incorporar a los más pequeños. Les resulta todavíadifícil asumir el beneficio
que puede derivarse de una escolarización temprana y en el fondo aflora un sentimiento
de culpa por abandono del hijo o del deber maternal, o cuando menos una resignación a
optar por la solución menos mala al contar con la E.I.
Esto sería un elemento a tener en cuenta al plantearnos el trabajo con los padres, pero
hay más: la E.I. tiene que reconocer ciertamente las demandas de los padres y madres en
cuanto a inquietudes, dudas, necesidad de contar con la opinión de los especialistas,
intentando abarcar y compartir con ellos todo lo relacionado con su educación.
Normalmente, de no ser «niños problema» para comer o dormir, pocos padres
demuestran la preparación o preocupación suficiente en este terreno. Por tanto será el
educador quien marcará la dinámica de observación, comentario, información y
actuación en cuanto a conveniencia del número de horas a pasar en el centro, a actitudes
concretas frente a momentos clave del desarrollo, a intervenciones específicas ante
dificultades que se originen, etc.
Como punto de partida, nos planteamos que los padres y madres perciban la E.I.,
como algo próximo y disponible, tanto en lo que concierne a las educadoras como a la
propia institución. Por tanto, el trabajo individual es un medio muy importante para ir
creando día a día unas relaciones personales intensas que generen una confianza
recíproca para poder ir planteando todas las cuestiones descritas.
Por eso, es una práctica común el que los niños y las niñas sean entregados a la
educadora de forma individual, siendo las madres o padres quienes entran directamente
hasta el aula. Esto posibilita el contacto diario y también nos pone al corriente de lo más
elemental respecto al niño: si ha tendido alguna alteración que merezca la pena
comentar, datos respecto al sueño o desayuno, etc. De igual manera la educadora o
educador intercambia con el padre/ madre sus impresiones e informaciones al entregar al
niño.
En estas situaciones suele ser bastante difícil acordarse de detalles de cada cual, de lo
que se ha hecho, y al final se cae en el tópico ha estado bien o no tan bien, ha comido
esto o lo otro, de esta manera….»y poco más, con lo cual difícilmente se supera la
barrera de lo casi fisiológico.
En un intento de mejorar la calidad de la relación, utilizamos –junto con el encuentro
diario- el cuaderno o información diaria escrita.
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a)
b)
c)
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La información que se recoge en este cuaderno hace referencia a:
Comportamiento que se ha observado en el niño/a. Estado general, relaciones con
los demás, etc.
Actividades o actividad más relevante que se ha realizado. Actitud del niño o la
niña ante ella.
Anécdotas.
Información sobre lo que inquieta en el momento.
Información referente a alimentación, sueño, heces, etc.
El objetivo no es realizar una evaluación del niño, aunque también puede servir para
ello, sino que se pretende establecer una continuidad en la vida del niño/a. Que el tiempo
que ha estado en la escuela no sea un paréntesis y que la familia pueda participar de
alguna manera de lo que ha pasado durante la parte del día que no ha estado con él o ella.
Esto lógicamente es también válido a la inversa.
Ventajas que encontramos en la utilización del cuaderno.
Crea confianza y seguridad en los padres, llegando a asumir la E.I. como algo
bueno para el niño en lugar de «un mal menor».
Actúa como medio de formación respecto a lo que es la educación y evolución
del niño pequeño.
Sirve de base para el intercambio verbal en la medida en que despierta el interés
de lo acontecido.
Sirve de autoevaluación del profesor respecto a la interrelación que se establece
con el niño o niña.
Sirve como diario de clase en donde se revisa la actividad o trabajo realizado.
Permite tener una información del desarrollo del niño/a a lo largo del curso.
Obliga a observar la dinámica de clase, así como a reflexionar sobre el trabajo
que se realiza.
La mayor desventaja de este sistema es el tiempo que se necesita para poder llevarlo
a cabo. Somos conscientes de que en nuestras escuelas es más realizable porque los
grupos de niños y niñas son reducidos; aún así, en algunos centros se ha optado por
sustituir el cuaderno por otro tipo de información más condensada, a base de rellenar
diariamente unas fichas confeccionadas previamente.
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Para terminar tendríamos que salir al paso de otra consecuencia negativa en la
utilización de este sistema de intercambio, en el supuesto de que se desvirtuara su
cometido y se utilizase como sustituto de la relación personal.
«Edad de la niña 21 meses y medio»
Traducción de algunas partes del cuaderno diario:
(La madre):
3 de noviembre
«Hola Izaskun: Leo todos los días el cuaderno con mucha ilusión, pero, de verdad,
estos días estoy disfrutando más que nunca de tus comentarios. Yo también veo bien a
Malen, al igual que Xavier, que anda que se le cae la baba. Empieza a darse una
comunicación muy bonita entre nosotros y es que Malen cada vez comprende más.
Esto lo escribí el otro día. Sigo hoy por la mañana pero, ¿cómo no?, ando de prisa
para poder contar dos cosas. El fin de semana la hemos visto en la misma actitud, bien,
maja, pero con poco apetito. Pide mucho el chupete y ahí anda dándole vueltas en la
boca, con la lengua…Bueno «na más», que tengáis un buen día, Izaskun.»
(La educadora):
6 de noviembre
«Hoy hemos hecho una sesión bastante larga con el barro y, al igual que la vez
anterior, Malen no se cansaba y ha sido la última en recoger. Casi todo el rato lo ha
pasado haciendo cachitos pero a veces le salía alguna forma y me la enseñaba. Hemos
aprovechado la actividad para tomar conciencia del tamaño, del peso y de los agujeros.
A Malen también le ha venido bien para trabajar la presión de su mano ya que hemos
estado haciendo surcos con los dedos y, claro, tenía que hacer fuerza.
Lo demás, poco más o menos, lo de todos los días: que si encajes, ver cuentos,
cantar, bailar… En el panel hemos colocado un grupo de animales pequeñitos para
trabajar la observación.
Comer pasable. El puré no lo ha terminado pero casi. Luego un poco de pollo. Cacas
blandas.»
7 de noviembre
«Malen muy bien. Ha pasado normal la mañana, pidiendo mucho, eso sí. Tenemos
que cantar la canción que ella quiere; cuando se le ocurre que nos callemos o cambiar de
canción, lo mismo, pero para hacerse valer, no porque esté que no sabe lo que quiere.
Jugando con unas bolas y un martillo hemos aprovechado para asociar colores. Identifica
bien los cuatro colores colocando cada bola en su sitio. Malen además va nombrándolos
a su aire: blanco, rosa, azul… lo que le suena. ¿Soléis hacerlo en casa? Iratí es otra de las
que empieza a darse cuenta, pero el resto del grupo todavía nada.
Ha comido bien. Vainas, pescado y uno gajos de mandarina.
Las cacas bien. En cuanto empieza a hacer me lo dice, pero con poca tranquilidad,
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como apurado o como si tuviera miedo de que se le escapase. ¡ Ah !, todavía no acepta el
orinal.»
8 de noviembre
«Hoy por primera vez hemos subido al caserío Arrasku y nos hemos quedado bien
contentos de haberlo conseguido. De todas formas, Malen no ha estado muy tranquila.
No conocía el lugar, mugían las vacas y no quería ni entrar en la cuadra. Al final, en
brazos, pero le ha costado; luego ha estado bien. El recorrido lo ha hecho bien y la cuesta
sin problemas, tanto a la subida como a la bajada. Al final, cansada.
Ha comido muy bien. Puré y carne con patatas.
Las cacas un tanto ácidas y el culo rojo. Puede ser de la boca porque la tiene bastante
hinchada, sobre todo la parte de los colmillos.»
Adolescencia
«En la adolescencia, emergen nuevas situaciones vitales –cambios físicos, expansión
del horizonte cognitivo, responsabilidades y demandas no presentes en estadios
anteriores –que imponen al sujeto una reorganización de su autoconcepto. Una de las
principales necesidades que se presentan durante la adolescencia es el desarrollo de la
autoestima (HAMBURG, 1986). Como señalan BRUHN y PHILIPS (1984) «el
adolescente busca una imagen

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