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Abstract The prevalence of endometrial polyps is estimated between 7.8 and 35% of women, being more prevalent in postmenopausal women. Endometrial polyps are associated with endometrial hyperplasia and carcinogenesis, with an informed prevalence of malignant and premalignant lesions that may reach 13%. The detection of endometrial polyps in peri- or postmenopausal (status) age, in symptomatic or asymptomatic patients, requires a meticulous hysteroscopic examination. It is unclear if routine polypectomy should be performed in asymptomatic patients. The expectant management of small and asymptomatic polyps is reasonable in many cases. Additional studies are needed to elucidate whether endometrial polyps are precursors of cancer, or simply markers of an endometrial disease. Biomarkers capable of detecting changes at the molecular level in polyps and endometrial tissue help us to better understand and classify malignant processes. This knowledge allows to move from an interventional medicine to a more conservative medicine, based on the confidence of a more precise knowledge of the biomolecular processes. GynEC®-DX is based on determining the expression of genes that are combined in a diagnostic mathematical algorithm to arrive at a negative or positive diagnosis of endometrial cancer. The molecular test has a negative predictive value of 99.6%, with high specificity and sensitivity. This test could be used for the differential diagnosis of endometrial cancer in women with EPs and prevent the resection of polyps, limiting the iatrogenic risk and avoiding unnecessary interventions. Resumen La prevalencia de los pólipos endometriales se estima entre el 7,8 y el 35% de las mujeres, siendo mayor en el estado posme- nopáusico. Los pólipos endometriales se asocian con hiperplasia endometrial y carcinogénesis, con una prevalencia informada de lesiones malignas y premalignas que puede llegar al 13%. La detección de pólipos endometriales en edad peri o posmenopáusica, en pacientes sintomáticas o asintomáticas, requiere un examen histeroscópico meticuloso. No está claro si la polipectomía debe realizarse de forma rutinaria en pacientes asinto- máticas. El manejo expectante de pólipos pequeños y asintomáticos es razonable en muchos casos. Se necesitan estudios adicionales para dilucidar si los pólipos endometriales son precursores de cáncer, o simplemente marca- dores de una enfermedad endometrial. Los biomarcadores capaces de detectar cambios a nivel molecular en los pólipos y el tejido endometrial nos ayudan a un mejor conocimiento y clasificación de los procesos malignos. Este conocimiento permite pasar de una medicina intervencionista a una medicina más conservadora, basada en la confianza de un conocimiento más preciso de los procesos biomoleculares. GynEC®-DX se basa en determinar la expresión de genes que se combinan en un algoritmo matemático diagnóstico para llegar a un diagnóstico negativo o positivo de cáncer de endometrio. La prueba molecular tiene un valor predictivo negativo del 99,6%, con una alta especificidad y sensibilidad. Esta prueba podría usarse para el diagnóstico diferencial del cáncer de endometrio en mujeres con pólipos endometriales sin requerir la exéresis de pólipos, limitando el riesgo iatrogénico y evitando intervenciones innecesarias. Artículo Especial Palabras clave: Pólipo endometrial. Cáncer endometrial. Hiperplasia endometrial. Histeroscopia. Potencial maligno y benigno. Diagnóstico molecular. GynEC®-DX, Dispositivo médico. Key words: Endometrial polyp. Endometrial cancer. Endometrial hyperplasia. Hysteroscopy. Malignant and benign potential. Molecular diagnosis. GynEC®- DX. Medical device. Recibido: 10/12/2019 Aceptado: 17/12/2019 Sánchez-Borrego R, Sánchez-Prieto M, Llaneza Coto P, Lete Lasa I,Rosell E, Picas J, et al. Oncogénesis del pólipo endometrial. Manejo clínico a través de marcadores biomoleculares. Prog Obstet Ginecol 2019;62(6):559-566. DOI: 10.20960/j.pog.00245 Oncogénesis del pólipo endometrial. Manejo clínico a través de marcadores biomoleculares Oncogenesis of the endometrial polyp. Clinical management through biomolecular markers Rafael Sánchez-Borrego1, Manuel Sánchez-Prieto2, Plácido Llaneza Coto3, Iñaki Lete Lasa 4, Elisabet Rosell5, Jordi Picas6, Rafael Bermejo Rodríguez7, Jordi Ponce Sebastia 8 1 DIATROS, Clínica de Atención a la Mujer. Barcelona. 2 Servicio de Ginecología. Institut Universitari Dexeus. Barcelona. 3 Servicio de Ginecología. Universidad de Oviedo. Oviedo. 4 Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea. Leioa. 5 Investigación y Desarrollo. Laboratorio Reig Jofre SA. Barcelona. 6 Responsable I+D Clínica. Laboratorio Reig Jofre SA. Barcelona. 7 Director médico. Laboratorio Reig Jofre SA. Barcelona. 8 Servicio de Ginecología. Hospital Universitario de Bellvitge. IDIBELL. Universidad de Barcelona. Barcelona Revista Oficial de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia P R O G R E S O S D E O b s t e t r i c i a G i n e c o l o g í a y Revista Oficial de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia Prog Obstet Ginecol 2019;62(6):559-566 Correspondencia: Rafael Sánchez-Borrego DIATROS Clínica de Atención a la Mujer C/ Aragó 403-405 08013 Barcelona e-mail: rschez.borrego@diatros.com mailto:rschez.borrego@diatros.com 560 R. Sánchez-Borrego et al. [Prog Obstet Ginecol 2019;62(6):559-566] DEFINICIÓN DE PÓLIPO Y TIPOS HISTOLÓGICOS Los pólipos endometriales (PE) son anormalidades estructurales y epiteliales comunes del endometrio que a menudo se detectan en la práctica clínica (1-3). Los pólipos pueden crecer en un tallo delgado desde cualquier lugar dentro de la cavidad uterina, o pueden aparecer sésiles: lisos y planos con una base ancha. Por lo general, miden hasta unos 3 cm (4). Histopatológica- mente, los pólipos aparecen como dilatación quística de glándulas con células mononucleares, a menudo llenas de mucosa (5). Pueden contener pedículos vasculares, tejido conectivo e incluso tejido glandular (6). Además de su clasificación histológica, Dal Cin y cola- boradores (7) propusieron una clasificación de los póli- pos según los cambios citogenéticos, que incluyen: (1) reordenamientos en la región 6p21-22, (2) reordena- mientos en la región 12q13-15, (3) reordenamientos en la región 7q22 y (4) pólipos con un cariotipo normal. Los pólipos se aposentan en lugares donde hay una mayor expresión de receptores de estrógeno, expresión reducida de receptores de progesterona o ambos (8,9). La concentración de ambos receptores (estrógeno y proges- terona) en el PE es más alta en el epitelio glandular que en el estroma, así como en el endometrio normal (10). Las patologías uterinas estructurales a menudo causan una menstruación abundante o prolongada, aunque de forma cíclica mensual (11), pero los PE también pueden causar sangrado intermenstrual o posmenopáusico (4). Su prevalencia los convierte en una patología impor- tante a estudiar, de modo que debe realizarse un diag- nóstico y tratamiento adecuados. PREVALENCIA E INCIDENCIA DE LOS PÓLIPOS ENDOMETRIALES Estos crecimientos endometriales se pueden encon- trar incidentalmente en hasta 10% a 15% de mujeres asintomáticas, y entre 20% a 30% de mujeres con san- grado uterino anómalo (AUB, por sus siglas en inglés) (4,12). Dada su prevalencia en las mujeres sintomáti- cas, los PE se consideran parte de la clasificación PALM- COEIN de la FIGO para las causas de AUB (6). Pueden causar una variedad de patrones de sangrado anóma- los, probablemente debido a pequeñas arterias muscu- lares que se encuentran dentro de los crecimientos (5), pero también pueden ser completamente asintomáti- cos. Se cree que los PE afectan la fertilidad por medio de la inhibición de la implantación, la inflamación endo- metrial, el bloqueo mecánico de los espermatozoides por la fertilización o por los cambios en la receptividad endometrial (13). En la población infértil, su prevalencia ronda entre11% y 45%, que es mucho más alta que en la población general (13,14). La tabla I resume las series publicadas disponibles y concluye que la prevalencia de pólipos aumenta con la edad (15,16) y es mayor en mujeres sintomáticas que en las asintomáticas (15). Un estudio poblacional en Dinamarca en el que se invitó a mujeres de entre 20 y 74 años a someterse a una ecografía transvaginal y a una sonohisterografía encontró que, en mujeres con PE verificados histoló- gicamente, la mayoría de ellas (82%) eran asintomáti- cas (15). De las 602 mujeres evaluadas, se detectaron pólipos en el 5,8% de las mujeres pre y en el 11,8% de las mujeres posmenopáusicas. En mujeres preme- nopáusicas asintomáticas la prevalencia de pólipos fue del 7,6%, mientras que en mujeres posmenopáusicas asintomáticas fue del 13%. En la población de más de 30 años la prevalencia fue del 9,3%, mientras que los pólipos fueron raros (0,9%) en mujeres menores de 30 años (15). En otro estudio realizado en India, los autores demos- traron que la prevalencia de pólipos entre las mujeres sometidas a histeroscopia diagnóstica y polipecto- mía ciega fue más frecuente en el grupo de 40 a 49 años (16). Tabla I. Prevalencia de pólipos endometriales en mujeres pre y posmenopáusicas Estado menopáusico Nº casos Indicaciones clínicas Técnica de muestreo % con pólipos Referencia Posmenopausia 510 Cáncer de mama (antes tratamiento tamoxifeno) Histeroscopia UTV +/- 16,7% (17) Premenopausia 158 AUB Histeroscopia 6% (18) Pre y posmenopausia 1468 No especificado Histeroscopia 7,1% (19) Pre y posmenopausia 619 Pre: 415 Post: 204 Estudio poblacional entre 20 a 74 años. UTV y SHG Pre: 5,8% Pos: 11,8% (15) Pre = premenopáusicas; Pos = posmenopáusica; AUB = sangrado uterino anómalo; UTV = ultrasonido transvaginal; SHG = sonohisterografía; +/- = con y sin. 561ONCOGÉNESIS DEL PÓLIPO ENDOMETRIAL. MANEJO CLÍNICO A TRAVÉS DE MARCADORES BIOMOLECULARES [Prog Obstet Ginecol 2019;62(6):559-566] POTENCIAL ONCOGÉNICO DE LOS PÓLIPOS ENDOMETRIALES La literatura muestra que los PE se asocian con hiperpla- sia endometrial y carcinogénesis (20), con una prevalencia de lesiones malignas y premalignas que pueden ir hasta el 12,9% (4,21-27). – Un estudio español (28) encontró solo 2 casos de pólipos con signos histológicos de malignidad, repre- sentando un 12,5% de los 16 pólipos malignos y cons- tituye el 0,24% (intervalo de confianza [IC] del 95%, 0,01-0,94%) de los PE extraídos en el grupo de las mujeres premenopáusicas; pero en el grupo de las mujeres posmenopáusicas hubio 14 casos de pólipos malignos, que representa el 87,5% de los 16 pólipos malignos hallados en total y el 1,4% (IC del 95%, 0,82- 2,37%) de los PE extirpados (28). – En un estudio realizado en trescientos veintisiete pacientes con menopausia (27) se diagnosticaron solo 2 casos de pólipos premalignos o malignos (1,26%) en mujeres asintomáticas, mientras que en mujeres sintomáticas se detectaron 16 casos (9,4%) de pólipos premalignos y malignos (10 de ellos eran hiperplasia endometrial compleja con atipia, 6 de ellos eran ade- nocarcinoma de endometrio). – Aunque la prevalencia de malignidad en mujeres asintomáticas no supere más del 4,8% (20,21), una revisión sistemática y metanálisis de mujeres pos- menopáusicas con PE sintomáticos cifra en 9% (IC del 95%: 6,5%-11,5%) la prevalencia de hiperplasia y cáncer (29). Aunque no exista consenso sobre los factores de riesgo exactos que están asociados con la transformación malig- na del PE, la mayoría de los autores está de acuerdo en que el riesgo de malignidad subyacente aumenta con la edad, el estado menopáusico y con la presencia de sangra- do sintomático (30-34). Los PE de mayor tamaño también han demostrado ser un factor de riesgo para la patología premaligna o maligna, y se aboga por un punto de cor- te de 1,0 a 1,8 cm de diámetro como factor de riesgo (21,26,35) aunque el valor predictivo positivo (VPP) de malignidad sea bajo (21). – Ferrazzi y cols. compararon la prevalencia de la hiper- plasia y la malignidad en los PE en una cohorte de 1.552 pacientes posmenopáusicas asintomáticas en comparación con una cohorte similar de 770 pacien- tes posmenopáusicas que presentaban AUB (36). La prevalencia de lesiones cancerosas fue de 3,6% en pacientes asintomáticas versus 7,9% en pacientes sintomáticas (p < 0,001). Se registró un caso único de carcinoma de endometrio en estadio 1 grado 1 den- tro de un PE con un diámetro medio de 4 cm en una paciente asintomática y 8 casos entre la población sintomática. Después del análisis multivariante, no encontraron relación entre riesgo oncológico e índice de masa corporal, terapia hormonal de la menopausia (THM), hipertensión o diabetes. El tamaño de los PE fue la única variable asociada significativamente con una histología anormal (malignidad e hiperplasia atí- pica) en mujeres asintomáticas con una proporción de probabilidades de 6,9 (IC: 2,2-21,4) para pólipos con un diámetro medio > 1,8 cm (36). – Wang y cols. (26) revisaron retrospectivamente los casos consecutivos de pacientes que se sometieron a la extirpación histeroscópica de un PE y correlacio- naron lesiones malignas y premalignas con factores de riesgo clínico. Las variables independientes que se relacionaron significativamente con pólipos prema- lignos y malignos incluyeron un diámetro de pólipo mayor a 1,0 cm, estado menopáusico y AUB (26). – Una revisión sistemática que examinó el potencial oncogénico de los PE analizó 17 estudios publicados entre 1999 y 2009 que examinaron en total a más de 10.000 mujeres que se sometieron a una polipecto- mía (30). La tasa global de malignidad (que incluye el riesgo de hiperplasia atípica) en las mujeres posme- nopáusicas estudiadas fue del 5,42% (214 de 3.946), mientras que la prevalencia de los pólipos malignos se reducía al 1,7% (68 de 3.997) en la población de muje- res estudiadas que se encontraban en edad reproduc- tiva (riesgo relativo de 3,86 [IC del 95%: 2,92 a 5,11]). El riesgo de malignidad fue significativamente mayor entre las mujeres posmenopáusicas con AUB en com- paración con las mujeres posmenopáusicas asintomá- ticas, siendo el riesgo relativo de 3,36 (IC del 95%: 1,45 a 7,80) (30). – De manera similar, otro estudio retrospectivo de 1.136 mujeres asintomáticas que se sometieron a resección histeroscópica por un PE (35) encontró que aquellos PE con diámetros mayores a 1,5 cm tuvieron tasas de hiperplasia del 14,8% en comparación con el 7,7% en el grupo de tamaño más pequeños (35). – En un estudio reciente (37), los autores confirma- ron que el riesgo de malignidad en un PE parece ser alto (12%) en pacientes menopáusicas de más de 59 años que presenten AUB. Para todos los demás sub- grupos, el riesgo varió entre 2,31 y 3,78% (37). – Un nuevo estudio reciente sugiere que el IMC > 32 o el grosor endometrial > 10 mm son predictores de malignidad del PE (38). En cambio, no se observaron diferencias significativas entre el grupo de las mujeres posmenopáusicas con sangrados múltiples en compa- ración con las que habían tenido un único episodio de sangrado al estudiar la prevalencia de lesiones malig- nas (8,3% y 10,5%, respectivamente) (38). – El uso del tamoxifeno en sí mismo es un factor inde- pendiente asociado con la malignidad en los PE (39). Además, una revisión sistemática mostró que la obe- sidad, la hipertensión, la diabetes mellitus y el tamoxi- feno individualmente aumentan el riesgo de maligni- 562 R. Sánchez-Borrego et al. [Prog Obstet Ginecol 2019;62(6):559-566] dad de los PE, aunque descartó a la THM y al tamaño del pólipo como posibles factores de riesgo (40). Por lo tanto, debe recomendarse la polipectomía histe- roscópica especialmente en pacientes con factores de ries- go de transformación maligna, que incluyen: estado pos- menopáusico (odds ratio [OR] 8.274) (41), obesidad (38), AUB (30,31), grosor endometrial (38), tamaño del póli- po (26,35),e incluso diabetes e hipertensión (12,41), y uso de tamoxifeno (39,40). MÉTODOS DIAGNÓSTICOS Y TRATAMIENTO DE LOS PÓLIPOS ENDOMETRIALES Debido al avance en el uso de la ecografía transvagi- nal, la sonohisterografía y la histeroscopia diagnóstica, la frecuencia diagnóstica de las lesiones endometriales, especialmente los pólipos asintomáticos, ha aumentado ostensiblemente (42,43) y a menudo se descubren duran- te una exploración pélvica de rutina o durante una valo- ración de fertilidad. La dilatación a ciegas y el legrado se han utilizado para el diagnóstico de los PE (44). Sin embargo, esta técnica puede causar la fragmentación de los pólipos, dificultando el diagnóstico histopatológico (45). La baja sensibilidad (8% al 46%) y el VPN del 7% al 58% del muestreo ciego del endometrio en comparación con la histeroscopia con biopsia guiada (46) sugieren que la técnica anterior no debería usarse para diagnosticar PE. Además, la biopsia por legrado no detecta los PE en un 50% a 85% de los casos, por lo que la resección histeroscó- pica es considerada el estándar de oro para la evaluación de la cavidad uterina y para el diagnóstico y la extirpación de los PE (23,47). No obstante, estudios recientes han demostrado que la histeroscopia pierde sensibilidad en la detección de lesiones premalignas (hiperplasias) o alte- raciones endometriales, como los PE (48), por lo que el diagnóstico precoz con biomarcadores moleculares sería recomendable. La Oncoguía de la SEGO no recomienda la histeroscopia como método diagnóstico de primera elección y ya cita los kits moleculares sobre biopsia de aspirado como una alternativa (49). Aunque la resección histeroscópica elimine los póli- pos de manera efectiva, su recurrencia sigue siendo una preocupación, ya que representa del 2,5% al 43,6% (50- 53). Yang y cols. (51) centraron un estudio retrospectivo por primera vez en el potencial de recurrencia de los PE en mujeres en edad reproductiva y sugirieron que un número elevado de PE era un factor predictivo impor- tante de recurrencia. El subgrupo con más de 6 pólipos podría alcanzar una tasa de recurrencia tan alta como 59% tras un promedio de 18 meses de seguimiento, que fue mucho más alto que aquellos con un único pólipo o 2-3 PE, con tasas de recurrencia del 35% y 36%, respec- tivamente (51). Por otro lado, las pacientes en edad reproductiva con un número elevado de pólipos son mucho más propen- sas a la recurrencia de PE que aquellas con uno solo (54). Por lo tanto, las pacientes con un número elevado de PE, endometriosis o antecedentes de polipectomía pueden requerir una mayor vigilancia. El riesgo de recurrencia en el alto número de cohortes de PE fue 4,08 veces mayor (IC 95%: 1,89-8,81) que en la cohorte de pólipo único un año después de la polipectomía, con una tasa de recurrencia de 45,5% versus 13,4% respectivamen- te (54). La polipectomía histeroscópica produce una mejoría en el sangrado uterino anormal a corto plazo en la mayo- ría de las mujeres (67-90%). Sin embargo, hasta 56% las pacientes premenopáusicas a medio y/o largo plazo vol- verán a presentar alteraciones por sangrado (55). Aunque esta técnica se realiza en un entorno ambula- torio, la polipectomía histeroscópica se asocia con mayor coste, la necesidad de profesionales capacitados y, como con todos los procedimientos quirúrgicos, cierto grado de riesgo. La histeroscopia es un procedimiento invasi- vo con posibilidad de complicaciones como hemorragia, infección, perforación uterina y absorción del medio de distensión. En cuanto a las tasas de infección, podrían ser mayores en procedimientos realizados en consulta, sin profilaxis antibiótica ni lavado vaginal con antisépti- cos (56). Las tasas de fallo de los procedimientos (imposi- bilidad de entrada en cavidad por dolor o estenosis cervi- cal) oscilan entre un 8% y un 11% (56,57). La polipectomía ambulatoria se asocia con un riesgo significativamente mayor, aunque mínimo, de PE residua- les en comparación con la polipectomía hospitalaria. A la inversa, la polipectomía hospitalaria se asocia con un riesgo considerablemente mayor de perforación uterina y penetración en comparación con la histeroscopia ambu- latoria (41,58). Otra preocupación al respecto es que la introducción de gas o líquido a alta presión utilizado para dilatar la cavi- dad uterina durante la histeroscopia pudiera teóricamente facilitar la propagación de posibles células malignas hacia la cavidad peritoneal. Las células neoplásicas podrían desprenderse durante la histeroscopia y transportarse pasivamente con el flujo de líquido hacia la cavidad peri- toneal (59). A pesar de que esta técnica sea un estándar para el diag- nóstico y el tratamiento de las anomalías intrauterinas, algunos autores están alertando de su sobreutilización en la práctica clínica (60,61). Considerando el carácter predominantemente benig- no de un pólipo, y conociendo factores relacionados a su malignidad, la conducta expectante sin intervención se ha propuesto como opción terapéutica en aquellos pólipos asintomáticos y menores a 10 mm (62), dado su alto ran- go de resolución espontanea a 12 meses de seguimien- to (21,63). 563ONCOGÉNESIS DEL PÓLIPO ENDOMETRIAL. MANEJO CLÍNICO A TRAVÉS DE MARCADORES BIOMOLECULARES [Prog Obstet Ginecol 2019;62(6):559-566] Se ha descrito un 27% de regresión a 12 meses de segui- miento en aquellos pólipos menores a 10 mm (47,64,65), mientras que los mayores de 15 mm tienen mayor posibi- lidad de persistir (63). La regresión se ha asociado a epi- sodios de sangrado uterino abundante y algias pelvianas, posiblemente debidas a la probable expulsión del pólipo. Ante la cuestión de si los PE asintomáticos deben extirparse, sabiendo que la mayoría de los pólipos serán benignos y que algunos incluso pueden regresar espon- táneamente, o si la polipectomía puede considerarse un tratamiento excesivo, lo que coloca a la paciente en anes- tesia, riesgo de cirugía menor y carga financiera, la opción de seguimiento y monitorización de un pequeño PE es bien aceptada. TEST DIAGNÓSTICO DE BIOLOGÍA MOLECULAR (GYNEC®-DX) A día de hoy, la medicina intervencionista va dando paso a una medicina basada en los biomarcadores y en el cono- cimiento de los eventos moleculares que transforman una célula normal hacia una célula hiperplásica o neoplásica. La medicina de las "4P" (predictiva, preventiva, persona- lizada y participativa) va ganando terreno y las decisiones y acciones médicas cada vez más están tomadas en base a dicho conocimiento. Los métodos diagnósticos menos invasivos y precisos de base molecular ayudan a un mejor manejo clínico de los pacientes. En comparación con las biopsias tradicionales, el estudio del material tumoral presente en los fluidos corporales puede proporcionar información valiosa para el diagnóstico de tumores con baja accesibilidad, o para una descripción más completa de los tumores en estadios avanzados en los que hay que examinar diferentes ubicaciones de los tumores (66). El desarrollo de métodos de diagnóstico molecular con alta sensibilidad y especificidad podría mejorar el diagnós- tico precoz del carcinoma de endometrio. Con esta premi- sa se ha comercializado la herramienta diagnóstica basada en marcadores moleculares y dirigida principalmente a ginecólogos y patólogos que quieran descartar cáncer en pacientes de riesgo. El kit está basado en la medición de la expresión de varios genes diferenciales mediante reacción en cadena de la polimerasa (PCR) cuantitativa, que emite un diagnóstico positivo o negativo de cáncer de endome- trio tras la aplicación de un algoritmo matemático. La elec- ción de dichos genes diferenciales que conforman el test GynEC®-DX se realizó mediante un trabajo publicado en 2011 (62) en el que fueron identificados y evaluados 236 biomarcadores de cáncer de endometrio sobre muestras tisulares de histerectomía, de las que se extraía ARN para su análisis. En la primera etapase seleccionaron 100 biomarcado- res potenciales y posteriormente 20 teniendo en cuenta la significación estadística de la diferencia en su expresión entre tejidos tumorales y no tumorales. El siguiente paso fue demostrar que la expresión de los genes candidatos en el fluido de aspirado endometrial y su correspondien- te tumor primario tenía una adecuada correlación y que, por lo tanto, el aspirado era válido para el estudio de los biomarcadores de cáncer endometrial. Los genes candi- datos demostraron un alto grado de correlación entre los fluidos uterinos y sus tumores primarios correspondien- tes (62). Finalmente, se comprobó si los genes candidatos seleccionados se expresan diferencialmente en aspirados endometriales de pacientes con cáncer de endometrio (21 adenocarcinomas endometrioides y cinco muestras de tumores de diferentes carcinomas de tipo II), en com- paración con donantes sanos (24 muestras: endometrio normal con pólipos de mujeres posmenopáusicas y mues- tras de mujeres premenopáusicas tanto en la fase secre- tora como en la fase proliferativa del ciclo). Los resulta- dos demostraron que los genes seleccionados finalmente tenían una alta sensibilidad y especificidad para los fluidos uterinos que corresponden a los estados iniciales de desa- rrollo de los carcinomas endometriales (62). Dos años después, se realizó un estudio de casos y controles sobre 71 pacientes usando los marcadores más robustos para desarrollar modelos de clasificación multivariados para el diagnóstico del cáncer de endome- trio (67). Finalmente, se llevó a cabo un estudio multi- céntrico y prospectivo, doble ciego para la validación clínica del algoritmo de diagnóstico molecular publicado en 2013 (67). En dicho estudio se incluyó a 514 mujeres mayores de 45 años con sangrado uterino anormal a las que se tomaron muestras de aspirado endometrial para un estudio anato- mopatológico y realización de análisis molecular. El análisis GynEC®-DX (algoritmo 5) mostró una sensibilidad del 81%, especificidad del 96%, VPP del 75% y un VPN del 97%, lo que permite excluir rápidamente el cáncer de endometrio con un alto grado de confianza (67). En la comparación directa de pacientes con resultados en las 4 técnicas (eco- grafía, histología sobre aspirado, GynEC®-DX e histeros- copia), GynEC®-DX presenta una sensibilidad y un VPN del 100%, superior a los de la histeroscopia (92% y 98,6 %, respectivamente). Una combinación del diagnóstico molecular e histológico tuvo una sensibilidad del 91%, una especificidad del 97%, un VPP del 79% y un VPN del 99%, y los casos que se pudieron diagnosticar con aspirado ute- rino aumentaron del 76% al 93% cuando se combinaron con la prueba molecular. Publicaciones posteriores (68) reflejan que si se depu- ran los datos del estudio clínico citado (67), considerando solo las pacientes que tenían un diagnóstico de cáncer de endometrio contrastado por análisis anatomopatológico, los resultados obtenidos son aún más espectaculares, siendo la sensibilidad del 98% (IC 95%: 86-100%), la espe- cificidad del 98% (ICC 95%: 95-99%) y el VPN del 99,6% (IC 95%: 97-100%). 564 R. Sánchez-Borrego et al. [Prog Obstet Ginecol 2019;62(6):559-566] Prueba de su precisión, en un estudio publicado por Sanz Baro y cols. obtuvieron un resultado molecular válido en el 88,9% de un grupo de pacientes con resul- tado anatomopatológico insuficiente o no concluyente en la biopsia obtenida mediante aspirado endome- trial (69). Además, los autores observaron que el test GynEC®-DX tiene ventaja en cuanto a la evaluación del tiempo empleado para conseguir el diagnóstico final de las pacientes; el tiempo medio transcurrido desde la realización de las distintas pruebas y la obtención del resultado fue de 2,9 ± 2,0 días para el test de GynEC®-DX, 12,0 ± 11,6 días para la histeroscopia, y 36,3 ± 14,0 días para la cirugía (69). Con el aumento en el uso de la ecografía como com- plemento del examen pélvico clínico los PE incidentales se diagnostican con mayor frecuencia, lo que puede representar un dilema para las mujeres y los ginecólo- gos. La presencia de PE en mujeres posmenopáusicas puede provocar ansiedad sobre la malignidad, aunque el potencial maligno de los PE sea bajo. Ante la pre- gunta de si deben extirparse siempre los PE incidenta- les y asintomáticos y cómo, y si existe un subgrupo de mujeres con mayor riesgo de malignidad, puede argu- mentarse que los biomarcadores GynEC®-DX tienen el potencial de ser valiosos marcadores predictivos para la malignidad concurrente o posterior asociada a PE asintomáticos. Para contrastar esta hipótesis, se ha puesto en marcha un estudio observacional y prospectivo para evaluar la efi- ciencia de la incorporación de GynEC®-DX en el protocolo clínico para el descarte de cáncer de endometrio y su posterior seguimiento en mujeres asintomáticas con formaciones polipoideas endometriales. El estudio se realiza en el contexto de un seguimiento (de 2 años), con la obtención de datos demográficos, clínicos y de trata- miento obtenidos de acuerdo a la práctica clínica habitual y de resultados de la prueba GynEC®-DX. En el estudio participan 16 centros públicos y privados españoles e incluirán alrededor de 150 mujeres con formaciones poli- poideas endometriales asintomáticas. Para evaluar la eficiencia de la incorporación de la prueba GynEC®-DX en el protocolo clínico de descarte de cáncer de endometrio se medirán el porcentaje de mujeres con persistencia de resultado negativo en la prueba GynEC®-Dx y ausencia de diagnóstico de cáncer de endometrio a lo largo de dos años, el porcentaje de cambio a resultado negativo en la prueba GynEC®-Dx en mujeres sometidas a polipectomía tras un resultado positivo de la prueba GynEC®-Dx, los recursos asistencia- les consumidos durante el estudio y la correlación entre el resultado de la prueba GynEC®-Dx y la presencia o ausencia de tejido tumoral. Tras la primera visita de estudio, el 83% de las pacientes obtuvieron un resultado negativo en la prueba GynEC®-Dx, permitiendo un tratamiento conservador en todas ellas y confirmando así la hipótesis del beneficio de utilizar esta prueba en el protocolo de toma de decisiones sobre el tratamiento a seguir en mujeres asintomáticas con pre- sencia de pólipos. CONCLUSIÓN La diferenciación entre pólipos benignos y malignos es importante, ya que los pólipos benignos en mujeres asintomáticas y sintomáticas pueden seguirse de forma expectante, retrasando la realización de la histeroscopia. El uso de GynEC®-DX en la práctica clínica puede ofrecer dos escenarios para diagnóstico diferencial y precoz de cáncer endometrial: – En el caso de una paciente asintomática, si se des- carta la malignidad del pólipo mediante GynEC®-DX, se puede adoptar un tratamiento conservador con seguimiento regular y sin necesidad de intervención invasiva para este grupo de pacientes. – En el caso de una paciente sintomática (sangrado) o con los factores de riesgo (edad, estado menopáusico, tamaño de los pólipos), GynEC®-DX puede descartar la malignidad y plantearse proceder a una histerosco- pia o a un seguimiento regular. Si los resultados de la prueba son positivos con el kit de diagnóstico mole- cular, debe realizarse una polipectomía histeroscópica y descartar histológicamente la presencia de cáncer en la cavidad uterina. BIBLIOGRAFÍA 1. Orvieto R, Bar-Hava I, Dicker D, Bar J, Ben-Rafael Z, Neri A. Endome- trial polyps during menopause: Characterization and significance. Acta Obstet Gynecol Scand 1999;78(10):883-6. 2. Dallenbach-Hellweg G, Poulsen HE. Atlas of endometrial histopatho- logy. Heidelberg: Springer; 2010. 3. Yanaihara A, Yorimitsu T, Motoyama H, Iwasaki S, Kawamura T. Loca- tion of endometrial polyp and pregnancy rate in infertility patients. Fertil Steril 2008;90(1):180-2. 4. Clark TJ, Stevenson H. Endometrial polyps and abnormal uterine bleeding (AUB-P): What is the relationship, how are they diagno- sed andhow are they treated? Best Pract Res Clin Obstet Gynaecol 2017;40:89-104. 5. Kumar V, Abbas AK, Aster J (eds.) Robbins Basic Pathology (10th ed.). 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