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·~ ... J [19] * Todos los poemas en cxergo en los capltulos de este libro se lomaron de Matsuo Basho, Crnl cinq ñaikai; traducido del japonés al francés por Kumiko Muraoka y Fouad El-Etr, París, Ed, La Delirante, 1979 .. En la descripción que da de sus propias innovaciones y por lo tanto de su contribución, Ohno insiste siempre en dos puntos. El método Toyota es, dice, la combinación de dos principios (que él mismo designa como los dos "pilares" sobre los que descansa el edificio). Estos pilares son, según los propios términos del maestro japonés: "(l) la producción 'en el momento preciso', y (2) la 'autoactivación' de la producción". (Ohno, 1978~1989, p. 16.) ---------- ·-m-re~to, él deja entender que es cuestión de técnicas y· de procedimientos de instauración, o si se prefiere, de condiciones previas que se deben reunir para cumplir con la realización de los dos principios clave, que son los únicos que tienen una verdadera t. .. Ohno por él mismo ,) I. EL TEXTO: SOLEDAD DE OHNO c. Decidámonos. Y penetremos en el texto de Ohno, antes de enun- ciar las condiciones propias de formación de un discurso, sin las cuales nada o casi nada es inteligible. Encontraremos allí la soledad esencial de Ohno, formado en la escuela estadunidense, pero enfrentado a cuestiones que ésta ni siquiera plantea. Asimismo, una vez encontrado el punto de paso, veremos con qué consecuencia y rigor extremos se jala el hilo. i._.,. "·· ... Cómo se parece El lirio ksu sombra en el agua.· ., . 1 f 1 ! l. "EL ESPÍRITU TOYOTA" t.· •• \ I Por la expresión "bauborrillo", elegida aquí de manera voluntariamente reductora, entendemos el conjunto de los dispositivos tipo Andan, Poka _Yoke, cambios rápidos de herramientas, mezcla de la producción, etc. Ésta es una manera de c:listinguir bien los ¡,rincipios de lo que, finalmente, no son más que iécnicas.que las acompañan y que están al servicio de 'su realización. ( C/ capítulo 2; sección u, donde se analiza el con,enido de estas técrucas.) 2 Precisemos aquí y de una vez por !odas. que d sistema, inicialmente concebido para producciones pequeñas de productos variados, podrá conservar sus propiedades cuando se.trate de producir "en masa" productos diferentes. Cf sobre ese punto Monden (1983) =sm duda el mejor libro consagrado al análisis del método-. quien dedica numerosas páginas a exponer las técnicas que permiten "pulir la producción" y fabricar en volúmenes muy grandes, conservando la ventaja de la "flexibilidad" de las líneas productivas. ., Hay que recordar que los constructores japoneses llegaron muy tarde a un Para quien s~pa leer, en estas pocas línea"s está dicho lo esencial. Para Ohno, la esencia del sistema-deterrrúnado P<?!' su "intención" 9rand~~-yolúmenes de prnductoftrigJ..IroÁamem~ídénticos contra volúmenes li~_ta<!os de _productos diferenciadoLes~~en~¡:i;;;-s palabras, el núcleo de la oposición central, fundadora entre los dos .1!1étodos, y por tanto, también la especificidad y-¡;--~i~gularid-~d de l~--~tenciónque _pres@io'la for~aaón ctel método Toxota. 2 · El objetivo es: "producir a bájos ... éostos-r-ieq~~;-;;-;eries de productos variados", y ahora hay que ponderar la dificultad. En el fondo, la dificultad radica en una proposición única, que Ohno form~la en forma interrogativa y en la que se trasluce algo del desconaerto que los constructores japoneses deben haber sentido cuando, a fines de la década de 1940, se les ocurrió ifabricar automóviles!" Veamos la pregunta escueta: El sistema Toyota tuvo su origen en la necesidad particular en que se encontró Japón de producir pequeñas cantidades de muchos modelos de productos; más tarde, aquél evolucionó para convertirse en un verdaderc sistema de producción. A causa de su origen, este sistema es fundamental- mente competitivo en, la diver.sificación. Mientras el sistema clásico. de producción planificada en serie es relativamente refractario al cambio, el sistema Toyota, por el. contrario, resulta ser muy elástico; se adapta bien a _las condiciones de diversificación más difíciles. Y así es porque fue concebido para ello. (Ohno, 1978, p. 49.) · .' .fabricar a ·buen __ precio_ P!:~S volúmenes de muchos modelos cJ_,fe_!'~es ... tIbid., pp. 14-15.) --- para contraponer palabra por palabra el método desarrollado en · Toyota y que consiste en: : · . ... como un método d~ reducción d<;_ cos~ol· medio de la· P!oducci6n ~~ulomo:"_iles en cantidades constanlemente Cl'eciemes 1.. en una v~iri;J¡;J· ~.:\?ª vez más restringida de modelo~ . . -------·-· f~~1dadora:- consi~te_ en concebir t:1:. siste111~ adaetado a la p_roduc- ~~l!_n d_e_1!_9_f1.!,"l'TJ,~J._f.1...7!1,ZJª-@S de. /ltQ<)JJ,C(Q_s_d_iJ~!i{t0_q,_d.(!:~J_tJa:;:¡ados-. -- As1 pues, desde el principio se trata de lo contrario, del "~evés" del sistema concebido pocas décadas antes Jn el noreste de Estados ~nidos por_l~s ilustres predecesores de Ohrio: Taylor y Ford. Ohno piensa explícitamente tarrto.en la-continuidad como en la diferen- cia con respecto a los predecesores estadunidenses cuando carac- teriza, por ejemplo, el método estaduniderise, ----. ----------~--· pos1aon ordenadora. En la instauración del batiborrillo de la organización que requieren los principios, 1 no hay que perder nunca de vista el espíritu y la intención de todo el sistema. En efecto, desde un principio hay que llamar la atención sobre este "espíritu Toyota" al que Ohno concede tanta importancia, para evitar que los principios, sin importar el talento con el que hayan sido descritos, no revelen su verdadera significación. Así por ejemplo -y éste no es· el menor de los errores de interpretación-, a juzgar por la proliferación de las obras que se centran en este punto, el método Toyota no es una técnica de producción "con cero existencias". Aunque también es -~sto, es mucho más. O para decirlo mejor; "cero existencias" no es más qu'e uno de los resulta- dos a los que este método llega, persiguiendo un fin y un 'objetivo mucho más generales. Hayque partir de este fin y este objetivo "general", constitutivo, si querernos entrar· en "el espíritu" Toyota y comprender sus resortes profundos, que están enunciados en todas sus letras y ampliamente comentados y aclarados en su significación por Oh- no. Como buen teórico, Ohno procede recordando los orígenes de estos recursos para hacer penetrar en el sentido profundo del sistema. Escuchemos pues a Ohno: 21 "EL ESPIRITU TOYOTA" MEL ESPIRlTU TOYOT A .. 20 :¡i! -t: ¡. l l: f r ~· O, proposición relevante que concierne en muy pocas palabras tanto al objetivo y como al método del sistema: mercado firmemente conquistado por empresas que se contaban entre las más poderosas del mundo. En Toyota, el concepto de economía es indisociable de la búsqueda d~ "reducción de los efectiv~de ~"redu~ción c!e costos". En efecto, se considera· que la reducción de personal es un medio Eªra r~Jlz:ar l! reducción de costos, que sin duda es un~ condición esencial para la supervivencia y el crecimiento de un negocio. (Ohno, id., p. 65.) \,,.. Primeros descubrimientos l. La 'lfábrica minima ", El primer descubrirrúento de Ohno, aunque en un primer análisis parezca una perogrullada, está lleno de consecuencias .. Concierne simplemente a la proposición de que detrás de las existencias están -necesariamente- aquellas y aquellos que contri-. huyeron a producirlas; dicho de otra manera: detrás de las existencias está el :"sobreefectivo", el exceso de hombres empleados en relación con el· nivel de la demanda solvente y___efectivamente despacliada. Asimismo, y necesariamente si las existencias son permanentes, detrás de las existencias está el sobre_e_q'!!:_ipo. As1 pues:pirmer descubrí~ miento de principio: partir de las existencias y de los insumos generados por la producción indica y localiza las vías y los puntos de aplicación en.los que se puede obtener ganancias de productivi- dad: eliminandolas existencias también se elimina el exceso de ------.---·--· ··-·· - ····-···--·---····--· ----·-· personal y de e~..e_~-- Así pues, se dibuja en filigrana lo que estariamos tentados a designar como "la fábrica mínima", la fábrica reducida a las fun- ciones, los equipos y el personal estrictamente requeridos para satisfacer' la demanda diaria o semanal. Con la precisión también de que, en el espíritu de Ohno, la fábrica mínima es primero y ante la fábrica con "efectivo mínimo" Ohno es perfectamente claro al respecto. Dice: En el camino de búsqueda de fondos nuevos de productividad, Ohno tropieza ante todo-con la cuestión de las existencias. Muchas condiciones lo predisponían a este encuentro. Condiciones -como veremos enseguida- tanto "estructurales" (las materias primas son y siempre han sido escasas en japón) como más coyunturales (las fan- tasías de los métodos de producción entonces dominantes y su costo dispendioso para la industria (if. infra. el método DEKANSCHO). t:.., .. Sin embargo, y es el punto importante en el que hay que insistir, Ohno fue lo bastante inteligente para no limitarse a las existencias. Y, eri p.efinitiva, par.a referirse a ellas como simples puntos de partida; o mejor dicho, para utilizarlas ante todo como analizadores y reveladores de un conjunto de "problemas de funcionamiento", 1~~C?~!:_e<:9~t?f' sobre los que la o;g~i~;ció;;qiieq~i~-;~-~-h~;~r. puede;·incidir. De esta nueva perspectiva, a partir de la que se analiz~ la producción nacerán dos descubrimientos. Cuestión aparentemente simple, pero temible en sus implica- ciones. En efecto, si las cantidades (solicitadas y por tanto produ- cidas) "no aumentan", aserto del que parte Ohno, esto signifka s~ncillamente que todos los conocimientos prácticos que se han acumulado en tomo a las econorrúas de escala y de producción de grandes volúmenes, que la formidable logística del fordismo pron- to convertida en patrimonio común de la industria en el mundo entero, han dejado de ser inmediata y directamente utilizables. Que hay que partir entonces de otro punto de arranque, en busca de recursos distintos y necesariamente inéditos para la obtención de ganan- cias de productividad. Pensar, no en la continuidad de los maestros estadunidenses, sino "al revés", como señala el propio Olmo. Pensar_,~n la E!:ºd~!'.ÓQn.de .. gr.an.Y.olum~rr,ajgQ.._d_s: __ P-e9.ueño_;__11..o en la estandarización y la unifo_I"J-!1Íd_3:<!_d~l_pf9d~<,:-~9_,__s_i_11:~---~-1_1:su diferencia, su variedacC~ste~s (!l_ "espíritu _ _I9y9ta,~. El resto, todo elresTO.oefeñdeci<t~CL9s dos "pilares" propios del Método, por importantes que sean, sólo adquieren su significación verdadera a la luz y al imperativo propio del ohnismo: _buscar orígenes y natu- ralezas de ganancias de productividad inéditos, que no tengan que ver con los recursos de --,¡js :~?~'!_mías de escala ..1 de la estandarización taywriana y]Omfa"iia,por elJ!.do de I.qxoducción de eegueña escala y de la e_r-9.9-uc~.?~--~~ultánea d~roductos <!lf erenciados y variados._ l. ... Hay que repetirlo, la cuestión es: équé hacer para elevar la productividad cuando las cantidades no aumentan? (Olmo, op. cit., p. 27.) r- r F 23 "EL ESPIIÜTU TOYOT A" ,- "EL ESPIRITU TOYOTA" 22 . .,, existencias en todo lugar frágil de la producción, previene contra las averías v los defectos de calidad, y permite hacer frente a bruscos aumentos dé pedidos. ' Pero, pues evidentemente hay -según Ohno- un pero, es una técnica caduca y costosa. En el funcionamiento ordinario, como hemos dicho, disimula al observador y al administrador todas los punlqs donde precisamente deben aplicarse mejoras. Además, en caso de recesión o de contracción de la demanda, el sobrecosto de esta técnica pesa demasiado en un momento en el que la empresa precisamente ha de poder actuar sobre su oferta para defender sus partes de mercado. Adaptada a un contexto donde los mercados eran demandantes (en este caso las existencias no son más que una anticipación a demandas que las absorben en plazos reducidos), la administración de la producción por consutu- ción sistemática de existencias experimenta todos los límites en situaciones de contrae- ciones de pedidos o únicamente de movimientos erráticos y no previsibles de la demanda. Es decir, de manera muy precisa, en los mercados característicos de la época actual. 'Sobre este tema consultaremos las obras de Michele Perrot, y de manera especial el excelente prefacio que el autor dedica a la edición del Panóptico de· Bentham publicado por J..-P. Becond ( 1977). 4 Hay que señalar aquí que las existencias, por paradójico que pueda parecer a pnmera vista, constituyen una técnica tÚ proacciá» contra los imprevistos. Disponer de A nuestro entender, estas proposic10nes no tendrían que dejar lugar a duda y tendrían que disipar el disparate habitual que se comete con respecto al Kan-Ban: no se trata de un método de gestión de las existencias, sino de un método de gestión de los efectivos por las existencias. Para Olmo, las existencias tienen el valor de instrumento metodológico. Podemos aquí intentar un paralelo con Taylor y decir que, para Olmo, las existencias ocupan el mismo lugar heurístico que el "one best way" de Taylor. Partir de las mil maneras de ejecutar el mismo trabajo para extraer el one best way, es para Taylor el ángulo de ataque de la racionalización y de la intensificación del trabajo. Partir de las existencias para revelar el sobreefectivo y racionalizar la producción es el ángulo de ataque que descubre a su vez Ohno. Tendré ocasión de regresar a este tema, pero señalémoslo de entrada: el Kan-Ban y el método Ohno son la teoría de una vía, desde luego que particular, pero también "general" de racionaliza- ción del trabajo, en la que el concepto "de efectivo mínimo" ocupa un lugar clave. Como veremos, esta "fábrica mínima" deberá también ser necesa- riam.ente una fábrica. "flexible", capaz de absorber con un efectivo reducido las fluctuaciones cuantitativas o cualitativas de la demanda. Así pues, Ohno va a buscar la produc~_vi_d_¡_idya no en la gran_serie sino "internamente", en la flexibilidad del trabajo, en la asígnación de las opera-ciones_ de tabricación, opon.iéndo~e ~Ú_ las facilidades <!_e la prod~~<:i,~~~~-se~~ ~on existencias en ca~~n!:rval9.4 Hay dos maneras de incrementar la productividad. Una es incre~~r _la~ cantidades producidas, la otra es reducir el ~rs~_a.Lde_producción. _La _el'imera es evidentemente la má~eular. También es la m~s fá~il. La otra, en efecto, es repensar la orb'anizacíón del trabajo en todos sus detalles. (Olmo, id., p. 71.) -----· --·-·-- ........ ------------- .. Objetivo y método que Ohno contrasta con las recomendaciones de la escuela estadunidense, cuando escribe: ,, .. , El segundo descubrimiento de Ohno eslá directamente relacio- nado con el anterior y se obtiene por gerferalización del método de "gestión por las existencias": se trata de] método de administra- ~~-~~ ojo". ·· f ------·- --------- ------- f 2. "La dirección a ojo". 1 En efecto, a partir de que lo que sJ impulsa es la fábrica mínima, hay que estar en condiciones áe deshacerse de todo lo superfluo. Según esta perspectiva, s~rge el imeerativo de concebir una organizació~ _ _g_eneral de ra pro-ducció-n-qu;per- --~!ª -~ªcar __ a_~1:1.P.~~fl9-~!-~cer "visibles" en sentidoestnc'to; todas las_ clas~osi~_le~ de "gras~"·-~cfo a~~~-o-'7f~lo~i:~ie puede ~l1gerar a la fabnca,_ todo l~ _ _g_l!_e ;no es im_perativ~mente necesano para la _entrega de los .Rroductos ven~_c:lo_s. "Dirigir-c.on los ojos", dice Ohno, es uno de los fundamentos del método T~ora. ! El maestro japonés reanuda así una antiquísima y tradicional preocupación de los amos de las fábricas: poder ejercer en todo momento y de manera visual un control directo sobre los emplea- dos subordinados. Y no hay nada más rápido y directo que la mirada. En Occidente, al nacer y desarrollarse en gran escalalas manufacturas, Bentham escribió páginas inmortales sobre ese. te- ma, y los famosos planos del Panopticon, dedicados a la prisión modelo, donde desde un punto se puede ver y abarcar todo, no son sino transposiciones de planos destinados en un principio a la arquitectura de las manufacturas.5 El sistema de producción Toyoca es un sistema que permite que emerjan a la superficie los sobreefectivos. (Olmo, id., e_. 33.) 25 "EL ESPlRITU TOYOTA" ''EL ESPlRITU TOYar A" 24 ¡ ! •1 1 1.: · j. ,i : ¡ 1 ¡r; -,¡;: 1 :i\i -l ·11'· : p. t. ;¡ T :' ¡ 1 1 Lo mismo que las grandes innovaciones en la organización estadunídense que lo precedieron, el sistema Toyota es resultado de un lento proceso de maduración, formado por innovaciones sucesivas o por importaciones de métodos y conceptos, de campos que, al principio, parecían alejados de él. Para la correcta comprensión del sistema, parece indispensable recordar, así sea brevemente, los grandes. acontecimientos que marcaron su elaboración y terminación. "La creación, la innova- ción -le ~rep~tir a Ohno-_sie~re nace de la necesidad." Buscar la "necesidad" o, mejor dicho, el conjunto de limitacÍooes, pero también de oportunidades, que determinaron esta acumula- ción particular de conocimientos prácticos sobre la organización que constituye el método Toyota, tiene finalmente por resultado concedernos los medíos para comprender el sentido profundo de la innovación ohniana. Partiendo de la idea de exponer las condiciones de surgimiento y formación del nuevo sistema, hay que introducir ante todo II. ORÍGENES Y CONDICIONES DE FORMACIÓN DEL SISTEMA es la que rige la eficacia de conjunto del sistema. Esto en lo referente a algunos de los descubrimientos "de principio" a los que llegó Ohno, principios para los cuales también supo encontrar soluciones prácticas en la organización de la pro- ducción. - Sin embargo, antes de explorar estas respuestas prácticas, hemos de interrogarnos sobre la formación de las propias preguntas, buscar las condiciones particulares que hicieron que fuera en Japón -y no en otro espacio- donde esas preguntas inéditas germinaran y se impusieran a los que concibieron la línea de producción y a los ingenieros. De esta manera, muchos de los "secretos" del método japonés podrán ser elucidados al menos parcialmente. Además, será también la oportunidad de mostrar lo diferentes, o mejor dicho opuestas, que fueron las condiciones respectivas del nacimiento del taylorismo y del ohnismo. Y cómo esas condiciones determinaron vías, mejor dicho, "trayectorias" tan diferentes en materia de ganancias de productividad y de racionalización del trabajo. Ohno, espíritu pragmático, sabrá encontrar dispositivos técni- cos que permitan materializar esta antigua preocupación. Y "dirigir con los ojos" sigue siendo un principio de la administración que se respeta escrupulosamente en cada una de las fábricas de la Toyota Motor Company, así como en las fábricas de sus principales pro- veedores y subcontralistas. En cada puesto de trabajo se ponen de manifiesto los estándares operativos. Basta con alzar la mirada para ver el tablero indicador, denominado Andan, en el que se informa sobre el estado de la línea y los problemas que eventualmente surgen. Durante una visita a una instalación Toyota, en su feudo del Kansai, pude verificar personalm~nte el refinamiento_del.siste~a. No sólo se encuentran esos Andon en cada puesto, sino también tableros luminosos colocados sobre cada sección de línea de pro- ducción, que se encienden si alguno de los operadores de la lín:a tropieza con cualquier dificultad que perturbe el desarrollo comun\ y programado de la producción. Luz naranja si se solicita ~yuda, luz roja si hay que detener la línea. De esta manera, los supervisore_s disponen en cada momento de las informaciones clave que necesi- tan para g_aranlizar que el flujo de producción se desarrolle sin tropiezos mayores·. En suma, mediante la adición y combinación. del método de "gestión ·por as existencias" y del de la "dirección por los ojos", tenruna por formarse un nuevo tiEO de f~: la fábrica "del~- da', tra.nsparente y flexible, en la que la "delgadez" est~prantizada y mantenida .~a transearencia_LE, t:}exibilidad garantiza _el mantenimiento de la delgadez- Aquí se abre una vía particular de ~~ci~nalización: las economías y las ganancias de. productividad se buscan constantemente "en el interior" más que en extensión, como sucede en la fábrica fordiana, en la que se sigue haciendo esfuerzos por movilizar los efectos de producción en serie y las economías de escala, aceptando como una fatalidad los problemas de funcio- namiento y los sobrecostos que ésta también genera. La fábrica ohniana se opone así a la fábrica fordiana, que en contraste puede calificarse como una fábrica "gorda", y cuya flexi- bilidad relativa se debe precisamente a esa "grasa" permanente- mente acumulada a lo largo de las líneas de producción, en los almacenes y los depósitos, y que realimenta permanentemente la producción en serie y el gastado paradigma de productividad según el cual la velocidad de operación del-obrero individual en su puesto 27 r 1 "EL ESPIRlTU TOYOTA" "EL ESPIRITU TOYOT A" 26 ~;,.· :.t ,~¡ h ;. .... ! s Se trata de que en esta época comienza a introducirse en los supermercados de Estados Unidos un principio totalmente nuevo de administración de: las existencias. El pedido de: los productos de remplazo se hace a partir de los productos vendidos en las cajas. De esta manera, las ventas efecúvas "piden" directamente los abastecimientos. ·-~ -=--Fase 3 (los años cin01:enta): La importación a Za fabricación automotriz de __ ?as· l_~nicas de gestión __ de las - existencia~ en los_~upermercados estadunidenses: nacimiento del Kan-Ban: ' Los años cincuenta y-clcornien--;; de los sesenta son en los que se introduce el método Kan-Ban propiamente dicho. Éste resultará dela coincidencia de dos acontecimientos. Según la leyenda, cuida- dosamente mantenida y difundida por la familia Toyoda -y que sin duda contiene algo de verdad-, todo comenzó cuando el presidente fundador formuló esta reflexión con respecto a sus pesquisas sobre los métodos estadunidenses: "Lo ideal sería pr~<!_~~iE}1sto lo necesario y hacerlo justo a tiempo." Esta ~eflexió;;~ confía Ohr10; a·ci°Üien le cáusó .uñ·a f ortísim~ impresión, encontrará una especie de primera realización en la observación del sistema de reabastecimiento de los supermercados,6 técnica que se presen- ta en ese entonces como una innovación en la organización de gran importancia en el sector comercial. La inteligencia histórica de Ohno consistió en imaginar el partido que se podía sacar de esta 29 "EL ESP(RJTU TOYOTA" l ! 1 acontecimientos que marcan el año de l 95q. O Ante todo, estalla una huelga de enormq importancia (en parte vinculada a las reestructuraciones impuestasipor el grupo bancario ya mencionado), huelga que tenní'nará _C.Qn el ~pj__~q...Jle unos J 600 obreros~ dimisión del_presidente_fundaddr, Kiichi·ro Toyoda. - O Apenas terminada la huelga que ha desángrado a la fábrica de una parte importante de su personal, se desencadena la guerra de Corea. La consecuencia es que se hace.!!:_td;f:.!dos !f1.asivos a ·1a·;;;_;~ I:_oyota, que hasta entonces se · restringía, irouy a su pesar, a la producción en pequeño volumen. l Esta situación paradójica de afluencia de pedidos en un momen- to en el que la fábrica acaba de despedir a gn{n parte de su personal, conducirá a soluciones originales e innovadoras, La empresa se ve forzada a buscar los medios para aumentar vigorosamente su oferta de productos sin tener que recurrir a la cojitratación, pues acaba de hacer un drástico despido y por ello ri'o puede aumentar su personal sin quedar en ridículo. ; Fase 2: El impacto de los años 1949-1950 y su sig!!:_if!<:_f!:<:_i~n: __<!tt}1l._eritar la producción sin aumentar los e.Í!!__ctivos., . Los años 1949-1950 constituyen por si rrusrnos un momento fundamental en la historia del sistema así como en la historia de la empresa automotriz en su conjunto. Tres series de acontecimientos clave se suceden en el transcurso de este breve período. O El primer aco~~nto_ tiene lugar du~ante 1949: con- siste en una crisis financiera muy grave de la soaedad que la lleva al borde· de la quiebra:E-;ta sólo se evitará a costa de la instau- ración de un drástico plan impuesto por un grupo bancario. Este acontecimiento es de tal importancia que lo trataremos aparte (cf. punto 3 de esta misma sección). Nos limitaremos, pues, a los dos f.'t!§..U ( ~: bnport!!_~íón_!!_ JO: _fTJ,j~{!ia __ fiU{~mq!-r_i-¡:,__d,~_ J44. innovaciones técnj_<:_[!:-0...!ganizativas he!l}dad_(l.;$_d,e la experzenljza textil. - · 15ei T!fif'ra--i 950: se realizan las primeras innovaciones en la organización que tienen por objeto introduci~ l~ "_autonomizaci?~" (cf. capítulo 2) en la industria automotriz: al rruciar la producc~on automotriz la casa Toyota no hace más que aprovechar el capital de conocirciento práctico adquirido en la rama textil, esfera ini~ial de actividad de la sociedad. Sin embargo, la innovación introducida (aue consiste en confiar a un mismo e>_pre!:Q_ el m~nejo y la ad~--. ~L;- -----------··-··----=- - 1 r~stració~ simultáneos de varias máquinas) reqmere a a vez una orgaruzaaón y una adaptación del espacio de las plantas totalme~te distinta así como otro modo de consumo de la fuerza de trabajo. Como veremos, esas primeras innovaciones no dejaron de suscitar una intensa .actividad de resistencia por parte de los obreros calificados japoneses . Un panorama cronolágico: las cuatro f ases y momentos clave de la concepción del sistema Toyota A título preliminar y a reserva de que investigaciones hist?1icas más profundas consigan precisar -y llegado el caso,. modi~car- las cosas, podemos distinguir las siguientes fases, casi sucesivas en la formación del método ohniano. algunos puntos de referencia cronológicos e históricos. Sobre esta base podremos formular consideraciones más analíticas. "EL ESPIR!TU TOYOTA" 28 1 ¡ l ¡' ¡: 1, . ; ¡r il ' Estos detenninantes van surgiendo uno tras otro: el_p~~- desempeña la naturaleza del mercado automotriz japo~ _ _los ~----···---·-··········----'- .. --·--- --- ~------------- ii 2. Un panorama analítico: tres determinantes estructurales en la Jonnación del método Toyota 7 Indiquemos a modo de comparación -lo cual nos dará también una idea de la capacidad de la industria japonesa de esa época-que en 1955, Estados Urúdos produce y vende ya 9 200 000 automóviles, la RFA 909 000 y Francia 725 000. Señalemos también que el volumen de producción japonés en 1955 es más bajo (40 000) que el de la Ford Motor Company antes del lanzamiento del famoso modelo T. en 1912 (ej. cuadro 1.1). En términos más generales, para la historia de! automóvil japonés, la referencia clásica es: Cusumano (1985). ~- Fase 4: Extensión del método Kan-Ban a los subcontrat~t~. -J3e" 1962 a después de 197f- el esfuerzo se dirige a los subcontratístas y abastecedores, al tiempo. que el sistema sufre numerosos desarrollos y perfeccionamientos internamente. Aquí hay que recordar que tras el impacto petrolero de 1973, Japón enfrenta un período que creía ya caduco: el del crecimiento lento (e incluso crecimiento negativo). Situación, corno hemos dicho, en, la que el método Olmo hace maravillas, pues se concibió desde su origen para enfrentar situaciones de búsqueda de ganancias de productividad a falta de incremento de dimensiones y de econo- mías de escala. Como acabamos de decir, cada una de estas fases trae consigo su lote de dificultades y de presiones particulares. Sin embargo, como hemos mencionado, cada uno de esos períodos está marcado por un avance; una innovación en materia de organización de la producción. Pero si se desea poner de manifiesto -más allá de los aconteci- mientos contingentes- las "detenninantes fuertes", estructurales, que ocuparon unimportante lugar en la formación del sistema, se han de mencionar tres series de elementos más particulares. l. Las especificaciones del· mercado automotriz japonés en los años cincuenta: pedidos pequeños y diferenciados. Aquí debemos partir del hecho de que en la primera mitad de los años cincuenta, período durante el cual nació el método Kan-Ban, Japón, tras la época de las inmensas destrucciones pro- vocadas por la guerra y la derrota,. había retomado el camino de la indus'.trialización. Sin embargo. en lo esencial, en aquel entonces la prioridad era reconstruir un aparato productivo en los grandes sectores básicos de la economía: explotación hulera, siderur_gi_ii, máquinas y bienes de producción.. - Por su parte, la industria automotriz también gozó de una ley cuyo 'objetivo era favorecer su auge, pero ésta partía de muy lejos: la cantidad de vehículos de motor fabricados en 1950 era sólo de 32 000,' y además, la mayoría de estos vehículos eran camiones destinados a la construcción de obras públ,icas. En 1955, la cifra de producción para todo Japón sigue siendo irrisoria: apenas alcanza las 69 000 unidades. Una década después, hacia mediados de los años sesenta,Japón experimentará una verdadera ola de motoriza- ción. (Sobre este punto, consúltese el cuadro 1.1 que muestra con claridad el carácter sumamente lento y tardío de la constitución de un verdadero mercado interior japonés. No fue sino hasta 1965 cuando la cantidad de automóviles de turismo rebasó la de los automóviles utilitarios. Algo así como una norma de consumo de masa se constituyó enJapón durante ese período). Si ::onsideramos de manera más particular la sociedad Toyota, incluyendo todas las categorías de vehículos de motor, esencial- mente camiones, pero también una pequeña cantidad de automó- innovación, nacida y desarrollada en el sector comercial, trasplan- tándola al de la producción. Según Ohno, y a pesar de numerosas y vivas resistencias tanto de los mandos intermedios como del rank and file de la sociedad, el sistema se extenderá progresivamente del departamento de ensamblado de la fábrica principal (uno de los dos grandes depar- tamentos con las que la fábrica cuenta en aquel entonces) a la nueva fábrica de Motomaclú (de la que Olmo es director en 1959), antes de abarcar enteramente la fábrica principal (también allí en cuanto Olmo es director en 1962). Al parecer, podemos admitir que en 1962 la parte esencial de los establecimientos Toyota funciona según el método Kan-Ban. sobnÍbostos_. que __ ocasionan los. métodos de producción en- ·tance~ en vigor, y el estado d~ l~s ·r~laciÜ~-~-;-~d~~;¡~ y de las reladbnes capital/trabajq_ tanto en la fábrica T.QY9ta como en la induslriajJi_ponesa~~siderada ésta desde _un e_unto -~ vista más F~ -- 31 "EL ES~JRITU TOYOTA" "EL ESPÍRITU TOYOT A" 30 H Sobre el papel industrializador del MITI, hay que leer la obra excelente y siempre actual de C.Johnson (1982) . 9 También podemos añadir que por medio del "American Manufacturing Systern" (cf. Hounschdl [1984] para una exposición del conjunto de contribuciones de esta corriente) Estados Unidos disponía ya -y mucho antqs que Taylor y Ford= de una sólida· experiencia en materia de estandarización y técnicas de producción en serie. viles y de autobuses, la producción e11" 1950 es de 11 706 vehículos (Cusumano (1985]). En estas condiciones, comprendemos mejor "la cuestión" que plantea 011110 y que él tenía que afrontar: cómo obtener las ganancias de productividad indispensables para la apertura de un verdadero mercado interior, sin aumentar el volumen de producción, y por tanto sin apoyarse en los recursos, _desde luego importantes pero en este caso prohibitivos, de la exploración de las economías de escala. Sobre ese punto una vez más Olmo habla con franqueza del estado de ánimo que reinaba en los círculos de los constructores de automóviles.ruF.NTF.: "Estadísucas anuales etc! automóvil". Asocíación de la Industria A111n111otriz Japonesa, rr.,Mt (1988), p. 5. 30.8 5 967 -2.7 En el plano de la división internacional del trab~jo, visto el poder de la industria automotriz estadunidense; parece inúti) desarrollarla en Japón, (Noguchi, 1988.) ' Precisemos sin embargo que, afortunadam~nte para Japón; esta opinión pronto llegó a ser minoritaria, Cod la ayuda del poder y la eficacia del Mm,8 la opinión que tendía a desarrollar las indus- trias nacientes mediante políticas de voluntariado llegado el caso, rápidamente ganó terreno. En todos los casos, y sobre todo si se comparan con las condi- ciones que determinaron la introducción de los métodos tayloria- nos y fordianos a principios de siglo en Estados Únidos, las ense- ñanzas son eminentes. Al contrario -de la escuela estadunidense, que se había propuesto modificar la organización del trabajo para adecuarla a las necesidades de un mercado en expansión rápida y que destinaba todo a la producción de enormes volúmenes," los empresariosjaponeses tuvieron que enfrentar una situación en la que su retraso técnico e industrial impedía cualquier perspectiva de exportación, y en la que el mercado interior -ridículamente restrin~do- para colmo estaba obstruido por una cantidad inve- rosímil de oferentes y de modelos (en aquella época había-presen- tes una docena de empresas (if. Cusumano, 1985)). En estas condi- ciones, la competencia y la competitividad se determinaban a partir 0.002 0.007 250.0 0.5 6 742.0 5.5 1 050.l 6.7 22.3 0.9 -87.1 1.1 26.2 1.0 -10.0 !.2 24.6 2.4 98.8 6.6 167.8 10 56.3 18 75.0 22 21.8 57 161.3 67 16.9 99 47.8 150 52.6 • 194 29.1 256 31.7 362 41.6 612 69.1 858 40.1 J 087 26.7 12.5 8.3 17.9 32.6 6.6 64.6 50.5 6.2 39.2 71.4 82.1 25.6 29.7 23.4 12.1 23.0 31.8 21.9 15.9 6.9 11 043 15 11 20 29 32 38 39 50 70 69 111 182 188 263 482 814 991 1 284 1 702 1 876 2 286 3 146 4 ü86 4 975 5 289 1980 19-16 1947 Hl48 19-19 1950 1951 1952 1953 ¡95·4 1955 1956 1957 1958 1959 1960 1961 1962 1963 1964 1965 1966 1967 1968 1969 1970 A1tlomávil/ 5016 2854 14.6 32 1.9 36 4 39 5 46 8 61 13 65 20 107 32 161 44 171 49 238 73 408 145 734 229 933 259 1211 371 1 49.¡ 494 l 675 586 2 060 740 2 715 1 131 :i 308 1 569 3 835 2 037 4 100 2 379 mainadas irútrior 7 038 -24.I O.l -24.1 0.3 , 79.9 1.1 40.9 1.5 10. ! 3.6 21.8 4.8 1.7 8.7 27.7 14 40.8 20 -1.6 32 61.1 47 63.8 51 03.5 79 39.6 165 83.2 250 69.0 269 21.7 -108 29.6 580 . 32.6 696 10.2 878 21.9 1 376 37.6 2 O'íó 29.9 2 611 21.8 :\ 179 os.s % 'Exportación % % Mercado nuevas Número <Ú ~ ¡¡ "EL ESPIRITO TOYar A" 1 JJ ~ En 1951 y 1952jamás habíamos imaginado que lafantidad de automóviles. producidos aumentaría lo que ha aumentado enjmestros días ... Loque estaba en juego era poder desarrollar un métqdo de producción que permitiera disminuir el precio de fábrica a finJde producir diferentes automóviles en pequeña cantidad. (Ohno, 1978.)i J Precisemos que los constructores automotrites no eran los únicos • que manifestaban poco optimismo sobre ~l futuro de esta in- dustria. Así, el presidente del Banco de Jap~n declaraba en abril de 1950: i y ' "EL ESP!RITU TOYOTA" Produccién t1trismo CUADRO 1.1 EVOLUCIÓN DE LA OFERTA JAPONESA DE VEHÍCULOS DE MOTOR (MILES) 32 ' l~: >-.!. ·, ·: t . ~ . ¡: i l i' 1 1 ' ' r 3. El mercado laboral y las relaciones industriales. La formación y la evolución de las relaciones industriales japo- nesas desempeñan evidentemente un papel clave en la historia de la formación del sistema Toyota. Y a ellas nos consagraremos detenidamente (ej. capítulo 2)'. Sin embargo, para cumplir el obje- tivo de exponer las determinantes estructurales de la formación del ohnismo, es indispensable recordar, aunque sea brevemente, la empresa por terceros -banqueros en este caso- para asegurar su supervivencia. De manera más general y según la propia confesión de Ohno, parece que en esta época reinaba en la casa Toyota un gran desorden en materia de programación de la producción y de acumulación de existencias y de insumos. Con humor consumado, Ohno narra las prácticas industriales entonces en vigor, haciendo observar que eran totalmente asimilables a las de los estudiantes de filosofía que dormían durante un semestre antes de ponerse a trabajar brutalmente al siguiente para leer a los autores del progra- ma: Descartes, Kant y Schopenhauer, En resumen, este métog_9- -llamado DEKANSCHO- ~ el que se aplicaba en materia-~es de producción: durante vei!!!~<~Has se acu.!Ilulaba e!!~!.. may_g!" ~<:~~~as _p~oduccione~yJas existencias de_e_~«!_~Jnte!ffiedí<l:.~ y de insumos, antes de ponerse finalmente a fabricar automóviles los ultl!_Il~ diez días del mes. El método DEKANSCHO parece haber constituido una de las causas de la crisis financiera de Toyota que, a causa de sus excesivos desperdicios (de tiempo de trabajo y de materias), se encontró sin los fondos de operaciones necesarios para comprar los materiales y las unidades necesarias para la fabricación de los automóviles. Quién puede dudar seriamente de que esta experiencia, junto con los imperativos de adaptar la producción a las ventas efectivas, alimentó la idea de la "producción con cero existencias", a la cual tan a.menudo se reduce el núcleo del método Toyota. Sobre todo porque, como con frecuencia se ha dicho y repetido, el talón de Aquiles de Japón es y ha sido siempre su escasísima dotación de ma- terias prunas. En los años cincuenta, cuando se formó el método Kan- Ban, esta escasez se hace sentir muy especialmente en todo el país, y sobre todo en sectores que, como el automotriz, no son en modo alguno prioritarios en la asignación de los recursos importados, a la que procede en aquel entonces el Ministerio de Industria. 2. Las fantasías del método JJEKANSCHO. La cuestión de las existencias y la amenaza financiera de 1949. Episodio poco conocido y por ello aún relativamente oscuro, el año de 1949 parece haber desempeñado un papel muy importante en el empleo por parte de Toyota de métodos nuevos y decidida- mente innovadores. En efecto, en 1949 Toyota se encontró frente a gravísimas dificultades financieras y estuvo muy cerca d~ la quie- bra. El origen de esas dificultades fue· una fuerte baja de la demanda, provocada por la vigorosa política de austeridad que implantó el gobierno nipón durante el año anterior. . Toyota tuvo entonces que pasar por las voluntades de un gnipo bancario (dentro del cual el Banco del Japón -tan escéptico como hemos visto en cuanto al futuro de una industria automotriz japonesa- ocupaba un lugar central) al que se pidió auxilio. Entre las disposiciones impuestas por el grupo bancario, tras un draco- niano plan de recuperación, hay que señalar las siguientes: l.] Creación de una "sociedad de distribución" autónoma y distinta de la sociedad de producción de los vehículos de motor: de esa manera, en Toyota se impuso el principio de la sep~~~- ~-_y_c!_~ !3:_ cli_~ t!]l>ucj_{J_~· 2] Reducd§!\!.•n.p<>~tap.tt; del_p~~~.?~~J.:. 3) ~uste ~~.l?~~Sª!~!Jdades de atI_t()mó'lile~-P.-~?-~~<:i_i<:>_s_<:~.!~Jas efectivamente vendidas por la sociedad de distnbuaon (ej. Toyota, 196-n.- . . . Dicho de otra manera, desde 1949 la. sociedad Toyota se vio conminada a cumplir un principio de adaptación de su produc- ción a. sus ventas y sufrir así la primacía de lo comercial· ( disposi- ciones 1 y 2), reduciendo sus efectivos (disposición 3). Lo que se convertirá en una de las claves del método "producir justo l~ cantidades vendi~~~.J'. producirlas justo a . tiem~" surge así a comienzos de los años cincuenta como una condición impuesta a de la capacidad para satisfacer rápidamente pedidos peq~eños ~ v~r~ados. Así nace, pues, el ohnismo: en un universo de presiones meditas yoriginales comparadas con las que detenninaro? la ~ormación del taylorismo y del fordismo. Olmo fue lo bastante inteligente -<:=amo veremos enseguida- para encontrar respuestas a las cuestiones particulares planteadas por el mercado japonés, reutilizando y capitalizando algunos de los descubrimientos clave de la escuela estadunídense. 35 "EL ESPlRITIJ TOYOT A" "EL ESPÍRITU TOYOTA" 34 II Sobre todos esos puntos, cf capítulo 3, donde se hace un análisis minucioso. ii Desde comienzos de los años sesenta, las mutaciones ya han tomado cuerpo pues, además, c:n 1962, frente a la liberalización de la importación de automóviles extranjeros, III Observemos que durante ese conflicto, Ohno, que había comenzado a introducir sus técnicas propias de adrninistración de la producción, fue considerado un promotor esencial de la intensificación del trabajo, y fue por ello uno de los blancos de: los ataques del sindicato. Identidad de: destino también en este punto con su predecesor Taylor quien, c:n ciertos periodos de su vida, tal como lo confiesa él mismo, debía tomar todos los días un camino diferente para escapar a la vigilancia de los obreros calificados que querían sorprenderlo c:n algún rincón aislado de: la ciudad ... algunos de los rasgos característicos del mercado laboral y de las relaciones industriales en la posguerra y en los años cincuenta. La comprensión de algunas de las dimensiones más centrales y crucia- les del ohnismo depende de ello. Como mínimo, los siguientes elementos deben estar siempre presentes en la mente de quien pretenda interpretar el significado de la aportación del ohnismo. Ante todo debemos recordar que el movimiento sindical que se constituyó en la industria automotriz poseía un fuerte carácter de sindicalismo de industria y representaba uno de los sindicatos más combativos de la inmediata posguerra. Resulta pertinente recordar aquí que ese sindicalismo fue el origen del conflicto de 1950 (en el momento de la crisis financiera ya indicada), conflicto que, tras dos meses de huelgas y de manifestaciones diversas, terminó en una derrota capital para el sindicato y en el despido -:-masivo- de unos 1 600 empleados. Sin embargo, no fue más que una tregua pues, adernás.ipoco después del retiro de la administración estadunidense en 1952, y frente al intenso movimiento de racionalización de la producción que atravesaba el país, se desencadena una gran ola de luchas obreras a iniciativa de los sindicatos o con su decidido apoyo. Toyota no escapa a esta ola y el sindicato organiza y desencadena un movimiento de reivindicación salarial y de resistencia a la racionalización que durará 55 días. 10 La dirección se opone de nuevo a cualquier acuerdo formal y negociado. Y finalmente logra sus fines: el conflicto termina con una nueva derrota del sindicato. Una derrota de tal magnitud que la dirección, sacando más provecho, logra transformar la rama local del sindicato de industria en un sindicato interno (o "de la casan), que funciona según reglas y procedimientos nuevos, decretados por ésta. De suerte que hemos de admitir que en 1953 el movimiento sindical histórico de ese sector ha sido esencialmente destruido. En su lugar se consolida y se convierte en interlocutor exclusivo de la 37 t, ¡¡;· ,, 1,: "EL ESPlRITU TOYOT A" ~. ~ dirección un sindic.5!.l?__~e__f!!!!f!!?!!~,)~arp_aci~.i~qrpqi:_a_ti.vis~-~-". No obstante, en 1954 ese mismo sindiéato considerado insufi- cientemente cooperativo, es disuelto y reipplazado por un nuevo sindicato cuyos estatutos y estructuras ha;p sido revisados. Signo entre otros del nuevo "espíritu Toyota" ( ef del sindicato esta vez), la campaña reivindicativa que realiza durante 1954 se hace a partir de la consigna: "iProteger nuestra empnJsa para defender la vi- , ,, da!. .. " Desde entonces, en Toyota la hueg.\1prácticamente ha desa- parecido. Otro signo de los tiempos nue{.os: también después de este periodo la actividad sindical se convv.tió en uno de los pasos esenciales que aseguraban la promoción de lofdirigentes y la formación de las élites de la casa Toyota. \ Esos hechos, por claros que sean, no <lepen dar lugar a interpre- taciones demasiado simplistas. En efecté, si bien parece poco discutible que la destrucción del sindicalismo en su forma histórica de sindicalismo de industria y su remplazq por un sindicalismo de empresa es un acontecimiento fundamenjal del periodo examina- do -y desde ese punto de vista uno de los e,lementos esenciales que hay que tomar en consideración para interpretar el sentido y "el espíritu" del método Toyota-, debe dejarse también lugar al papel que desempeñaron otros acontecimientos conexos que afectan el sistema de conjunto de las relaciones industriales, tanto en Toyota como en la industria japonesa considerada' en su conjunto. Se trata de un conjunto de contrapartidas implícitas !!_EP}ícitas dadas a los sindicatos y a los trabajadores de las.gryndes~presas "a cambio" de su implicación en la producción. En particular es en este periodo cuando se establece de manera más clara el famoso sistema de "empleo de por vida" y del "salario a la anti~edad", prácticas cuyo sentido sólo resulta claro si precisam~~q~e sebasan en la instaura: ción de mercados internos casi sistemáticos para una parte importante de los trabajadores de los gra~aes grupos. 11 ' . ----··-·· En todos los casos -y éste es el punto en el que queríamos in- sistir-, nos parece esencial comprender que la introducción del siste- ma Kan-Ban a gran escala sólo se pudo hacer tras esta profunda re- organización del sindicalismo y cuando se estableció un juego com- plejo de contrapartidas que regulan las relaciones industriales. 12 "EL ESPlRITU TOYOT A" 36 i ¡¡::¡ j L ¡! . c.r ·.·ll l.\j:, i' lifü + ij: .J. '! (39] I En este caso, es sorprendente la analogía con el hecho de que en Estados Unidos, a principio de siglo, sea en la industria alimentaria (la de conservas, para ser precisos) donde nace la banda transportadora que posteriormente se introducirá en la industria automotriz. Como lo indicamos, el principio de la autonomatización es en realidad un principio importado de la industria textil.1 Nece- sitamos aquí un poco de historia. En efecto, antes de la segunda guerra mundial, la empresa Toyota -hoy famosa por su actividad automotriz- era esencialmente un fabricante de telares. Y en aquel la "cooperación" que había tenido lugar en los cincuenta se expresa de manera especta- cular. Para hacer frente al peligro de la competencia extranjera, el sindicato y la dirección firmaron una "Declaración de cooperación", cuyo contenido esencial es que el sindicato y la· dirección se comprometen a colaborar mediante un esfuerzo común para la prosperidad de la empresa. 1962: recordemos que es precisamente a partir de esta fecha cuando se generaliza el sistema Kan-Ban en todos los departamentos de las fábricas Toyota hasta que entonces lo hablan eludido, al tiempo que el sistema comienza a penetrar en los subcontratistas. La inteligencia de la admhústración de empresas japonesa puede verificarse aqul.una vez más: sólo sabe hacer una guerra a la vez. Tras una fase de duro enfrentamiento con el sindicalismo en los cuarenta, a comienzos de los sesenta se da por el contrario una fase de cooperación con el sindicalismo comprometido, con miras a hacer.Ia guerra a la competencia extranjera ... "Autonomatización" y autoactivación Ante todo hay que profundizar en lo que Ohno presenta como los verdaderos "pilares" del sistema: la autoactiva~r u~~ el método justo a tiempo por elotr~. En el sentido de los grandes discursos del método de los teóricos de la organización, se trata aquí del enunciado de los principios fundadores y organizadores. -- l. PRINCIPIOS: LOS DOS "PILARES" DEL OHNISMO A todo pensamiento nuevo en organización corresponde protocolos propios. Sin embargo, no todos tienen el mismo valor heurístico. De acuerdo conel principio de método que mantenemos en este ensayo, nos atenemos por encima de todo a los conceptos, cuya jerarquía nos proponemos enunciar aquí. La nieve de esta mañana Los puerros son referencias En eljardfn -EL ESPlRITU TOYOT A" 38 -, 1 1 l 2. PRINCIPIOS, REGLAS, PROTOCOLOS Veamos, pues, el trayecto y sus condiciones históricas de forma- ción, reconstruidos a grandesrasgos. Al principio, un ingeniero procedente de la industria textil enfrenta, en un Japón desangrado por la guerra, la tarea de edificar una industria automotriz, mientras que en Occidente, la Ford, la General Motors y muchas otras aplastan al mundo con su poder y sus conocirrúentos prácticos. El ingenierito, sin mercado interior y sin materias primas, enfrenta e interpreta la cuestión insólita que se le plantea. En menos de una década el "espíritu Toyota" está constituido. Para acceder a él "se necesita una revolución mental", previene Ohno. Se trata ni más ni menos que de "pensar al revés" toda la herencia legada por la industria occidental. Producir, no según el .método estadunidense que. concatena grandes volúmenes de - productos altamente estandarizados, existencias y economías de escala, sino en volúmenes limitados, sin economías de escala y sin existencias, productos diferenciados y variados. Y a pesar de ello -y éste es.el verdadero desafío- obtener ganancias de productividad: producir a costos cada vez más bajos. En este camino que decididamente emprende, Ohno, como Taylor unas décadas antes que él, se topa con el sindicalismo y se enfrenta a él. Y si libera la batalla y triunfa, es porque supo tramar -en tomo a los principios más rigurosos de racionalización del trabajo, a la cual dio cuerpo- un juego de contrapartidas sutiles y esenciales. Y eso también, constitucionalmente, forma parte del "espíritu" del nuevo sistema. Vamos a enunciar ahora sus reglas y normas. La innovación ohniana surgirá entonces en su plena dimensión. .....
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