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Cavidad oral y lengua

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Universidad Veracruzana Facultad de 
Medicina Ciudad Mendoza 
 
Experiencia educativa: 
Anatomía 2 
 
Alumna: 
Espinoza Ruiz Betsi Donaji 
S18003652 
 
Ensayo: 
Cavidad oral y Lengua. 
 
Catedratico: 
Dr. Abel Vázquez Gallardo. 
Octubre 2020 
 
 
Introducción. 
¿Cuál es el primer paso en la digestión de los alimentos? Créase o no, el proceso 
digestivo comienza incluso antes de que nos pongamos la comida en la boca. Es 
decir, comienza cuando olemos algo irresistible o cuando vemos alguna comida 
favorita que con seguridad sabrá bien. Simplemente al oler ese pastel de manzana 
casero o pensar en lo delicioso que sabrá ese postre helado, comenzamos a salivar, 
y así se inicia la digestión, preparándonos para ese delicioso primer bocado. 
Cada bocado de comida que comemos tiene que ser descompuesto en nutrientes 
que puedan ser absorbidos por el organismo, por lo que la digestión completa de la 
comida tarda horas. En los humanos, la proteína debe ser descompuesta en 
aminoácidos, los almidones en azúcares simples y las grasas en ácidos grasos y 
glicerol. El agua en nuestros alimentos y bebidas también se absorbe en el torrente 
sanguíneo para proporcionar al organismo el líquido que necesita. 
a digestión comienza en la boca, mucho antes de que los alimentos lleguen al 
estómago. Cuando vemos, olemos, probamos o incluso imaginamos una merienda 
sabrosa, nuestras glándulas salivales, que se encuentran debajo de la lengua y 
cerca de la mandíbula inferior, comienzan a producir saliva. Este flujo de saliva se 
pone en movimiento por un reflejo del cerebro que se desencadena cuando 
percibimos alimentos o pensamos en comer. En respuesta a esta estimulación 
sensorial, el cerebro envía impulsos a través de los nervios que controlan las 
glándulas salivales, indicándoles que se preparen para una comida. 
A medida que los dientes desgarran y cortan los alimentos, la saliva los humedece 
para facilitar la deglución. Una enzima digestiva llamada amilasa, que forma parte 
de la saliva, comienza a descomponer algunos de los carbohidratos (almidones y 
azúcares) en la comida incluso antes de que salgan de la boca. 
La deglución, que se logra por los movimientos musculares en la lengua y la boca, 
desplaza los alimentos hacia la garganta, o faringe. La faringe, un pasaje para los 
alimentos y el aire, mide unas 5 pulgadas (12,7 centímetros) de largo. Un colgajo 
flexible de tejido, denominado epiglotis, se cierra reflexivamente sobre la tráquea 
cuando tragamos para impedir el ahogo. 
Objetivos. 
• Describir la anatomía de la cavidad oral, así como su constitución funcional, 
y mencionar algunas características de su histología. 
• Presentar las características que se pueden observar en la enfermedad de 
moniliasis oral. 
• Encuadrar las diferencias entre una anatomía sana y una anatomía afectada 
por moniliasis oral. 
 
Desarrollo. 
La boca es el primer componente del sistema digestivo, en la que se introducen los 
alimentos y se mastican con ayuda de los dientes. Se halla en la parte inferior del 
rostro, a unos centímetros del mentón; esta abertura sobresale debido a la 
presencia de los labios, los constituyentes externos de la boca. 
Pared anterior: Formada por los labios. Los labios son la puerta de entrada del 
aparato digestivo y la apertura anterior de la boca. Presentan una porción muscular 
central, recubierta externamente por piel y por dentro por una mucosa. El labio es 
un repliegue musculocutáneo membranoso. 
Paredes laterales: Están formadas por las mejillas. La mejilla es cada una de las 
dos prominencias que hay en el rostro humano, debajo de los ojos. 
Pared inferior: Formada por el suelo de la boca, donde se ubica la lengua. 
Pared superior: Formada por el paladar. Constituye la pared superior o techo de la 
cavidad oral. Está dividido en dos partes; la bóveda palatina o paladar óseo (dos 
tercios delanteros) y el paladar blando o velo del paladar (tercio posterior). En el 
centro y en la parte más posterior e interna del velo del paladar cuelga la úvula, 
también conocida como la campanilla. 
Pared posterior: Es un orificio irregular llamado istmo de las fauces que comunica 
la boca con la faringe. La faringe es una estructura en forma de tubo que ayuda a 
respirar y está situada en el cuello revestido de una membrana mucosa; conecta la 
nariz y la boca con la laringe y el esófago respectivamente, por lo que forma parte 
del aparato digestivo, así como del respiratorio. 
La mucosa bucal consta de un epitelio estratificado plano que apoya sobre una 
lámina propia de tejido conectivo o corion de densidad variable. En profundidad, se 
encuentra una capa submucosa más laxa (en los labios, por ejemplo) con vasos 
sanguíneos, adipocitos y glándulas salivales menores o una capa de tejido 
conectivo más denso lo cual le brinda mayor firmeza a la mucosa. 
 
 
 
 
 
 
 
 
Cavidad bucal 
Constitución funcional 
➢ Labios 
Los labios son dos repliegues musculomembranosos móviles delimitados por el 
extremo posterior del subtabique nasal, borde posterior de las narinas, extremidad 
posterior del ala de la nariz, surco nasolabial y mentolabial (labio inferior). Presentan 
dos caras, anterior (piel) y posterior (mucosa), así como también dos bordes, 
adherente y libre (semimucosa). Los labios superior e inferior se unen a nivel de las 
comisuras labiales, frecuente asiento de lesiones micóticas (causadas por hongos), 
queilitis, entre otras. 
Los labios están formados por los siguientes planos anatómicos: 
Piel→ tejido celular subcutáneo→ músculos→ submucosa o glandular→ 
mucosa. 
El plano muscular está formado por fascículos de fibras estriadas, dispuestos en 
diferentes direcciones por debajo del tejido cutáneo labial, que se extienden a las 
regiones de vecindad (nariz, mejillas y mentón). 
En cuanto a la mucosa labial, su epitelio es más grueso que el de la epidermis que 
recubre la superficie externa del labio y, aunque se trata de un epitelio estratificado 
plano no queratinizado, se pueden observar algunos gránulos de queratohialina en 
las células de las capas más superficiales. 
En la línea media labial, se encuentra un repliegue fibroso recubierto por mucosa 
denominado frenillo labial, de los cuales es más voluminoso el superior que el 
inferior. 
La zona de transición, entre la piel que cubre la superficie externa y la mucosa de 
la superficie interna labial, es la zona roja o borde bermellón que constituye el borde 
libre de los labios. Esta zona se caracteriza por presentar largas papilas en la lámina 
propia, con grandes capilares próximos a la superficie y numerosas terminaciones 
nerviosas. Por ello, esa zona es de color rojizo y posee mucha sensibilidad. En ese 
mismo tejido conectivo, aparecen glándulas sebáceas muy aisladas, próximas a la 
comisura (conocidas en la clínica como puntos de Fordyce). 
 
 
 
 
 
 
➢ Mejillas 
Las mejillas constituyen las paredes laterales de la cavidad bucal. De forma 
cuadrilátera, sus límites son el borde anterior de la rama ascendente (posterior) y la 
línea oblicua de la mandíbula (inferior), el surco nasolabial (anterior) y una línea que 
pasa por debajo del hueso malar (superior). 
Los labios están formados por los siguientes planos anatómicos: 
Piel→ tejido celular subcutáneo→ músculos→ submucosa o glandular→ 
mucosa. 
La cara externa o cubierta dermoepidérmica corresponde a una piel fina cuya 
epidermis está formada por un epitelio estratificado plano con una capa de queratina 
superficial de escaso espesor. 
El plano central corresponde a fibras musculares estriadas, de contracción 
voluntaria, que constituyen los músculos faciales o de la expresión. Esas fibras se 
agrupan en fascículos con un tejido conectivo vascularizado que las soporta y nutre. 
El músculo principal de las mejillas es el buccinador, cubierto en superficie por una 
aponeurosis, sobre el cual asienta la bola adiposa que brindamayor o menor 
convexidad a las mejillas según el peso y la edad. 
➢ Paladar duro o bóveda palatina 
Constituye la pared superior o techo de la cavidad bucal, a la que separa de las 
fosas nasales. Las apófisis alveolares forman su límite anterior y los dos laterales 
en tanto que, hacia atrás, se corresponde con el comienzo del velo del paladar. 
Los planos constitutivos, de superficie a profundidad, son: 
Mucosa→submucosa→esqueleto óseo. 
La mucosa es gruesa y resistente. Se caracteriza por la presencia del rafe medio 
fibroso y las rugas palatinas que sobresalen en el tercio anterior de la bóveda 
palatina. Estas últimas son pliegues mucosos de tejido fibroso denso y muy adherido 
al periostio. La mucosa es de tipo masticatorio, la que se encuentra en las zonas de 
roce durante la masticación. 
El plano óseo, cubierto por un periostio al que la mucosa se adhiere íntimamente, 
está formado por las apófisis palatinas de los maxilares y las láminas horizontales 
de los huesos palatinos. Esas cuatro estructuras óseas se articulan formando una 
sinartrosis de tipo dentado que, por su forma, se denomina en cruz (cruciforme). En 
la bóveda palatina, se encuentra el foramen incisivo (vasos esfenopalatinos 
mediales y nervio nasopalatino), forámenes palatinos mayores (vasos palatinos 
descendentes y nervio palatino mayor) y menores (nervios palatinos menores). Los 
vasos y nervios discurren en sentido anteroposterior, por lo cual se deben evitar las 
incisiones transversales que podrían seccionarlos. 
➢ Velo del paladar 
Es un repliegue musculomembranoso, de gran movilidad y activa participación en 
la deglución. Durante este proceso, sus músculos permiten que se eleve y, de esa 
manera, aísle dos porciones de la faringe, bucofaringe y nasofaringe, a fin de 
impedir el reflujo de alimentos hacia la vía respiratoria. 
El velo del paladar se desprende del borde posterior de la bóveda palatina. Posee 
una dirección oblicua, forma cuadrilátera y dos caras, anteroinferior y 
posterosuperior, y cuatro bordes. La cara anteroinferior corresponde a la cavidad 
bucal, en tanto que la segunda continúa el piso de las fosas nasales. Los bordes 
laterales se corresponden con la faringe y el borde inferior presenta una 
prolongación en la línea media (la úvula) y cuatro pilares, dos anteriores y dos 
posteriores. Entre el pilar anterior y el posterior queda delimitada la fosa amigdalina, 
que contiene a la amígdala palatina, uno de los elementos constitutivos del anillo 
linfático bucofaríngeo. Junto al dorso lingual, el velo del paladar forma el 
denominado istmo de las fauces, abertura que comunica la cavidad bucal con la 
bucofaringe. En su conformación, intervienen los pilares anteriores, la úvula y, como 
ya se mencionó, el dorso de la lengua. 
Los planos que constituyen el velo del paladar son los siguientes: 
mucosa y submucosa inferior→ capa musculoaponeurótica→ submucosa y 
mucosa superior. 
En la submucosa, se encuentran abundantes vasos sanguíneos y glándulas 
salivales menores que se abren en la cavidad bucal mediante conductos cortos. 
➢ Piso de la boca 
El piso de la boca puede ser considerado, de manera muy simple y sólo desde el 
punto de vista anatómico, como el plano que ofrece el músculo milohioideo, uno de 
los suprahioideos que participan en el descenso mandibular. Así, el piso de la boca 
quedaría comprendido entre ese músculo, la cara lingual de las apófisis alveolares 
inferiores y la cara ventral de la lengua. Sin embargo, la conexión morfológica, 
patológica (difusión de procesos infecciosos o tumorales) y quirúrgica entre esta 
región y la suprahioidea (a través del espacio o hiato submandibular formado por 
los músculos hiogloso y milohioideo) motiva la unión de las regiones sublingual y 
suprahioidea en una sola: la región glososuprahioidea. 
Los límites del piso de la boca, así constituido, son los siguientes: borde inferior de 
la mandíbula (superior), línea que pasa por el cuerpo del hueso hioides (inferior), 
línea media (anterior) y borde anterior del músculo esternocleidomastoideo 
(posterior). Desde la superficie a la profundidad, se encuentran el plano cutáneo, es 
decir, piel y tejido celular subcutáneo, y la aponeurosis cervical superficial, capa 
muscular formada por los músculos milohioideo, digástrico, estilohioideo e hiogloso, 
este último perteneciente a los músculos de la lengua. 
Anatomía de superficie. 
El examen de la cavidad bucal permite reconocer las características clínicas que 
presentan los planos superficiales. 
Labios: la piel es gruesa y, a ese nivel, presenta un surco medio vertical, 
denominado filtrum o surco medio subnasal, y dos superficies laterales cubiertas de 
pelo en los hombres (bigote) y de vello en las mujeres y en los niños. A ambos lados, 
se hallan los surcos nasolabiales, que forman los límites laterales, y por abajo se 
encuentra el surco mentolabial, límite del labio inferior. 
En la línea media del borde libre del labio superior, se encuentra el tubérculo labial 
y, a cada lado, dos depresiones. Tanto el tubérculo como las depresiones se 
corresponden con una depresión central y dos convexidades laterales en el labio 
inferior. 
La mucosa labial, que se observa al evertir los labios, es lisa, rosada, con el ligero 
relieve que producen las glándulas labiales detectable, sobre todo, a la palpación. 
Esta mucosa se repliega formando el surco gingivolabial superior e inferior. En la 
línea media de los labios, se observa el frenillo antes mencionado 
Mejilla: la piel es fina y también presenta pelos o vello según el sexo y edad de las 
personas. La mucosa yugal es de color rosado en las zonas superior e inferior y 
más blanquecina en la zona intermedia. A este nivel puede hallarse la línea de 
oclusión. A la altura del cuello del primero o segundo molar superior se encuentra 
el orificio de desembocadura del conducto parotídeo, el cual se abre en la cavidad 
bucal luego de atravesar el músculo buccinador. 
Bóveda palatina: presenta una forma cóncava que varía, en condiciones normales, 
según las personas (biotipo facial). En la situación patológica del respirador bucal, 
la bóveda palatina se vuelve ojival, profunda. Como ya se ha dicho, esta región está 
recubierta por una fibromucosa gruesa, resistente, que posee un rafe medio fibroso 
y la papila palatina, elevación mucosa que se halla en el sector anterior, por detrás 
de los incisivos centrales superiores, y que coincide con el foramen incisivo. 
Velo del paladar: con una inspección visual de la cavidad bucal, sólo se observa la 
cara anteroinferior cóncava del velo del paladar, así como también su borde inferior. 
La superficie mucosa es de color rosado y aspecto liso, brillante. Al pronunciar la 
letra “a”, se observa la movilidad de esta estructura musculomembranosa, contráctil. 
El borde inferior presenta la úvula en la línea media y los cuatro pilares, dos 
anteriores y dos posteriores. Entre el pilar anterior y el posterior es posible apreciar 
la amígdala palatina, de aspecto anfractuoso, cuya forma y tamaño son variables 
según las personas y la presencia de un proceso infeccioso que afecte esas 
estructuras (amigdalitis). 
 
Piso de la boca: al elevar la lengua se observa el piso bucal, cubierto por una 
mucosa delgada, de color rosado y aspecto liso, brillante. También se aprecian las 
ya mencionadas carúnculas sublinguales y la inserción inferior del frenillo lingual. 
Moniliasis Oral. 
La detección temprana de lesiones bucales que se manifiestan como asimetrías, 
cambios de coloración, de textura o tamaño, permite un diagnóstico y tratamiento 
precoz de las enfermedades, lo cual, en general, deriva en un pronóstico más 
favorable. De allí la importancia de conocer la normalidad a fin de identificar la 
anormalidad. Por ello, le sugerimos la siguiente actividad. 
¿Qué es la moniliasis oral? 
La moniliasis o candidiasis oral es una infección bucal por levadura comúnque se 
conoce a menudo como “afas”. La causa más común de la candidiasis oral es un 
organismo fúngico llamado Candida albicans, que es un componente normal de la 
“microfora bucal” en hasta el 30% de los pacientes sanos (conocidos como 
“portadores”). Cuando las condiciones en la boca permiten el crecimiento excesivo 
de la cándida, se puede desarrollar candidiasis oral. 
Causas de la candidiasis oral. 
Factores tanto locales (en la boca) como sistémicos (en todo el cuerpo) pueden 
aumentar la probabilidad de desarrollar candidiasis oral. 
Entre los factores locales se incluyen: 
✓ El uso de medicamentos esteroides tópicos tales como inhaladores para el 
asma o geles y enjuagues para la enfermedad oral infamatoria. 
✓ Boca seca crónica. La saliva tiene propiedades antifúngicas y los pacientes 
que sufren de sequedad en la boca tienen mayor riesgo de desarrollar 
candidiasis oral. Los pacientes con el síndrome severo de la boca seca 
causado por radiación en la cabeza y en el cuello para el tratamiento del 
cáncer, el síndrome de Sjögren o la enfermedad crónica del injerto contra el 
huésped son particularmente propensos a desarrollar candidiasis. La 
sequedad de boca crónica también puede ser consecuencia del uso de 
medicamentos. 
✓ La falta de higiene de la dentadura causa que la levadura pueda vivir dentro 
de la prótesis. 
Entre los factores sistémicos se incluyen el uso de antibióticos, la inmunodeficiencia 
(como el VIH/SIDA), la inmunosupresión (debido a una enfermedad subyacente, 
como el cáncer o el tratamiento del cáncer, y/o el uso de medicamentos 
inmunosupresores como la prednisona) y la diabetes mal controlada. Aunque se 
trata de una infección, no es del tipo que pueda contagiarse a familiares o amigos a 
través de besos o abrazos. 
Síntomas. 
Algunos de los signos y síntomas son: 
• Lesiones blancas cremosas en la lengua, mejillas internas y, a veces, en el 
techo de la boca, encías y amígdalas 
• Lesiones ligeramente elevadas con aspecto similar al requesón 
• Enrojecimiento, ardor o inflamación que pueden ser lo suficientemente 
graves como para provocar dificultad para comer o tragar 
• Sangrado leve si las lesiones se frotan o rascan 
• Agrietamiento y enrojecimiento en las comisuras de la boca 
• Sensación algodonosa en la boca 
• Pérdida del gusto 
• Enrojecimiento, irritación y dolor debajo de las dentaduras (estomatitis 
protésica) 
¿Cómo sabemos que se trata de candidiasis oral? 
La mayoría de los casos de candidiasis oral se pueden diagnosticar mediante el 
análisis de los antecedentes y el examen cuidadoso de la boca. En algunos casos, 
su médico puede querer realizar un raspado o cultivo bucal para confirmar el 
diagnóstico. 
Un cultivo positivo puede indicar el estado de “portador” y es posible que no 
signifique necesariamente una infección activa por levadura. Mucho depende del 
aspecto de sus lesiones en la boca. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Tipos 
Hay diferentes tipos de cándida y notas las cepas tienen la misma virulencia, por lo 
que también cabe establecer una clasificación de las candidiasis orales: 
➢ Muguet (candidiasis seudomembranosa aguda): es la que se produce con 
mayor frecuencia en recién nacidos, niños y adultos inmunodeprimidos. Se 
caracteriza por la formación de pequeñas gotas blanquecinas que se caen al 
raspar, dejando en la mucosa oral una zona enrojecida. El lo adultos suele 
producirse tras seguir un tratamiento con inmunosupresores, antibióticos de 
amplio espectro o corticoesteroides. 
➢ Candidiasis seudomembranosa crónica: presenta los mismos síntomas 
que la anterior, aunque tarda más tiempo en desaparecer. 
➢ Candidiasis eritematosa aguda (lengua dolorosa antibiótica): es la 
menos frecuente de todas y puede aparecer tras tratamientos prolongados 
que destruyen la flora bacteriana. 
Forma pseudomembranosa 
Se considera que la forma pseudomembranosa es la forma «clásica» de 
candidiasis, aunque no es la variante más frecuente. El signo más típico consiste 
en la presencia de una placa blanda, entre blanca y amarillenta, desprendible o 
eliminable con una gasa, con un aspecto que recuerda a leche coagulada. 
Las mucosas pueden estar afectadas en un grado variable. Las zonas subyacentes 
a las placas suelen mostrar inicialmente signos inflamatorios. En general, las zonas 
adyacentes no están alteradas. Al desprender las placas se puede producir una 
hemorragia leve. 
Forma eritematosa (forma atrófica) 
La forma eritematosa es la variante más frecuente. Aparece a menudo de forma 
concomitante en una infección por el VIH o después de la administración de 
antibióticos. El signo característico es la presencia de zonas de mucosa de color 
rojo brillante y tamaño variable que puede provocar una sensación de quemazón o 
dolor. La forma eritematosa es la única variante de candidiasis asociada a dolor. Se 
localiza principalmente en la lengua (ausencia de papilas filiformes), en el paladar y 
en la mucosa yugal. 
Forma hiperplásica crónica 
Se trata de una forma más bien rara que se caracteriza por alteraciones de color 
blanco en forma de placas en las que se concentran hifas de Candida. Se confunden 
frecuentemente con una leucoplasia. La respuesta a un tratamiento antimicótico 
sugiere un diagnóstico de infección candidiásica. Se localizan sobre todo en la zona 
retrocomisural de las mejillas. Las lesiones blanquecinas no son desprendibles. 
 
Glositis romboidal media 
El signo característico de la glositis romboidal media es una zona depapilada situada 
en la parte media en la transición entre el segundo y el tercer tercio de la lengua. 
Esta lesión lingual se clasifica actualmente como una candidiasis crónica atrófica 
localizada. 
Tratamiento. 
Normalmente la infección oral por cándida suele desaparecer por sí sola y no 
requiere tratamiento. Bastará con restablecer la flora bacteriana de la cavidad oral 
para que ésta contrarreste el crecimiento de esta levadura. Sin embargo, 
especialmente en el caso de personas inmunodeprimidas o en tratamiento con 
inmunosupresores, la candidiasis oral puede agravarse y extenderse hacia el 
esófago y el estómago y posteriormente a todo el organismo. Si se extiende al 
cerebro la candidiasis puede causar una meningitis, si alcanza el corazón puede 
producirse una endocarditis, mientras que en las articulaciones puede originar 
artritis. 
Conclusiones. 
La cavidad bucal, sobre todo con fines didácticos, 
debe ser abordada en cuanto a su continente y su contenido. En cuanto al 
continente de la cavidad bucal, se consideran seis paredes: labios (anterior), velo 
del paladar (posterior), bóveda palatina (superior), piso de la boca (inferior), mejillas 
(laterales) las que se encuentran totalmente tapizadas de mucosa. El contenido de 
la cavidad bucal está representado por los dientes y la lengua. 
La mucosa bucal puede presentar patologías que se caracterizan por cambios en 
su coloración. Tal es el caso de la moniliasis oral. 
Zona Sana Afectación por moniliasis. 
Lengua y piso de la boca : 
Es de color rosado, en sus partes 
laterales se debe la coloración dada 
por las pailas fungiformes de color 
blanquecino en la base de la línea 
media. 
 
Aparición de manchas blancas, que se 
desprenden fácilmente. 
Halitosis. 
Mucosa de color rojo brillante. 
Tamaño variable que puede provocar 
sensación de dolor. 
Glositis romboidal media. 
Atrofia de las papilas linguales. 
Mejillas: 
Rica vascularización que da color rojo 
o rosado. 
Zonas enrojecidas. 
Dolor al contacto con los alimentos. 
Pueden existir formas de 
pseudomembranosas. 
La queilitis angular (rágades comisurales) 
suele ser simétrica. 
Paladar: 
Tiene un color uniforme de un tono 
rosáceo. 
Presencia de placa blanda de color entre 
blanco y amarillento. 
Lesiones granulares características. 
Eritemas difusos 
Labios: 
Epitelio pavimentoso estratificado. 
Color rojo o rosado 
Están inflamados, secos y agrietados. 
Cambiosde coloración.

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