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FIJACIÓN DE NITRÓGENO
Leguminosa fija más N que gramínea gracias a los nódulos.
El N es un elemento escaso, pero tiene muchas formas: N2 en la atmósfera y N fijado en sedimentos, es un factor limitado en la producción agrícola. 
La fijación del N es la conversión del N2 atmosférico en amonio y luego, a N que contiene compuestos orgánicos disponibles. El nitrógeno puede crearse en procesos no biológicos como el proceso Haber-Bosch usado para producir fertilizantes como la urea. Sin embargo, la fijación del N biológico es el más común: 193 x 10^6 toneladas de N al año fijados.
La nitrogenasa es una enzima esencial en la fijación biológica de N lo cual requiere mucho ATP para romper el enlace triple que existe en el N2. 
Grandes cantidades de N pueden ser fijadas a través de simbiosis con microorganismos y leguminosas: Las plantas generan energía por fotosíntesis y los microorganismos utilizan esta energía para fijar N2. Los microorganismos son bacterias que pueden vivir en vida libre o en simbiosis con plantas (Rhizobium and Actinomycetes). Fijan la mayor cantidad de N para los cultivos.
Rhizobium y Bradyrhizobium bacteria están involucradas en la fijación simbiótica con leguminosas. Infectan los pelos de las raíces y las células corticales, luego forman nódulos donde se dará la fijación de N. Un nódulo que esté activo en su función es de color rosado LEG-HEMOGLOBINA. Una vez los nódulos estén estables, la bacteria empieza a fijar N y excretar amonio a las células de la planta. El N fijado en los nódulos pueden ser: (1) usado directamente por la planta hospedadora, (2) convertirse en disponible para plantas no fijadoras de N o (3) inmovilizarse.
La cantidad de N fijado por leguminosas puede variar ligeramente.
Las decisiones de manejo relacionadas con la inoculación de semillas, manejo de suelo fértil y la rotación de cultivo tienen un ligero impacto en la cantidad de N fijado.
· Inoculación de semillas de leguminosas: Donde hay leguminosa creciendo, hay especies de bacterias. Pero, la población natural bacteriana en la mayoría de suelos puede no ser suficiente y se suele recomendar inocular la semilla para incrementar N fijado. Los inoculantes pueden aplicarse a la semilla o directamente al suelo. Cada especie de bacteria infecta a cierta especie de leguminosa por lo que es importante saber elegir la especie bacteriana adecuada. Rhizobium trifoli infecta a casi todos los tréboles, menos al trébol dulce. 
· Rotación de cultivos en leguminosas: Las leguminosas suelen crecer en rotación con maíz o cultivos de cobertura por su habilidad de fijar N. Los tepes de leguminosas suministrarán N a la siguiente cosecha de maíz eliminando la necesidad de N adicional después de la alfalfa. Pero, los céspedes pueden suministrar suficiente N para el maíz del primer año. El trébol rojo mediano es el cultivo de cobertura de leguminosas más común en NY. Si se siembra otra vez en el verano anterior, puede proporcionar 70-100 libras N/acre a la siguiente cosecha, pero si se siembra después de la cosecha del maíz, el suministro de N será menor.
Hay factores de gestión que afectan a la fijación del N:
· Aplicación de fertilizantes N: la fijación requiere mucha energía, la cantidad de N fijado puede ser mucho menor cuando el suelo contiene N inorgánico de otras fuentes.
· Baja fertilidad del suelo: deficiencias, sobre todo en Mo, Fe, P, Mg y S son resultado de una reducida fijación de N ya que estos elementos son parte del complejo nitrogenasa que hace posible la fijación.
· Bajo pH: uno menor a 6.7 reduce la fijación.
· Temperatura del suelo: desde los 75 a 86 °F es óptimo para la mayoría de leguminosas y rhizobia. Debajo de los 50°F, se inhibirá la fijación.
Un buen manejo desarrolla el crecimiento sano de leguminosas y comunidades de bacterias y la maximización de la tasa de fijación de N. Un manejo con ph óptimo (7.0 para alfalfa) es importante para asegurar la fijación. Pero si las condiciones del suelo son óptimas, las leguminosas pueden suplir una gran parte de sus necesidades de N mediante fijación de N, eliminando la necesidad de fertilizante N.
OTRA LECTURA:
MORFOFISIOLOGÍA DE PLANTAS FORRAJERAS
Introducción
Desde el punto de vista de relación pastura-animal, las plantas forrajeras se diferencian por la gran capacidad para rebrotar luego del corte o pastoreo de una importante porción de su biomasa aérea, esto obedece a mecanismos especializados que pueden actuar en forma independiente o combinados entre sí, estos mecanismos suministran energía a las plantas por distintas vías: a partir de reservas acumuladas previamente y de áreas con capacidad fotosintética o área foliar remanente capaz de sintetizar energía para el rebrote. Además, presentan puntos de crecimiento o meristemas relativamente alejados del alcance del animal durante una gran parte de sus ciclos productivos. La elevada producción de forraje a través del tiempo depende en gran parte de la aplicación de modelos de pastoreo que le den a la planta la oportunidad de usar eficazmente sus mecanismos. 
Pastoreo de leguminosas
En leguminosas: alfalfa y trébol blanco con diferente morfofisiología, por lo que hay diferente comportamiento al pastoreo.
Alfalfa: Especie de ciclo primavera-estivo-otoñal, varia en longitud. Su porte suele ser erecto, desde la morfofisiología, aplicando al rebrote, hay 3 partes destacables: raíz, corona y resto de la parte aérea (tallos, hojas, flores y frutos)
· Raíz: Muy desarrollada, pivotante y profunda. Almacena reservas NÓDULOS.
· Corona: Porción que se encuentra ubicada ligeramente por debajo y encima de la superficie del suelo. Acumula reservas y sus entrenudos permiten la existencia de yemas en distintos estados de desarrollo. Luego del pastoreo, las plantas rebrotan a partir de estas yemas usando las reservas de la raíz y corona. 
El método de pastoreo debe respetar este mecanismo “rebrote”, si se quiere un buen rendimiento a través del tiempo. Entonces, la intensidad de pastoreo puede ser elevada, tratando de evitar consumo de yemas de corona. Los pastoreos se practican cuando la planta tenga niveles de reservas elevador suficientes para permitir descansos variables en el tiempo.
Para realizar el pastoreo, debemos seguir 3 indicadores:
1. Floración
2. Rebrote de corona
3. Senescencia o amarillamiento de hojas basales
Los 2 primeros son los más seguros, por su coincidencia con niveles de reservas elevados. Aunque existen 2 excepciones que conviene tomar en cuenta:
1. La planta puede florecer sin haber alcanzado elevados niveles de reservas, ante sequías muy intensas
2. La planta no florece por falta de estímulos ambientales para ello, pero alcanzó niveles de reservas elevados.
Por lo que es mejor usar los indicadores de a pares.
Además de la elevada frecuencia, disminuye la producción primaveral temprana y otoñal tardía. El tiempo de permanencia de los animales en el potreo o parcela es importante. Su longitud estará definida para evitar el consumo del rebrote y será menor cuando más favorable sean las condiciones del crecimiento.
FRECUENCIA BAJA, INTENSIDAD PUEDE SER ALTA.
Trébol blanco: Es una especie de ciclo otoño-invierno-primaveral y puede crecer en veranos húmedos. Si bien existen tipos de trébol blanco con diferencia en el porte, se le conoce como porte rastrero. La raíz principal es poco profunda y pivotante (a) mientras que las adventicias son menos profundas y con mayor número de ramificaciones (b). Los meristemas aplicables se encuentran en el extremo de ápice y de los estolones (c) muy cercanos al suelo y difícilmente consumibles por animales.
Los estolones se producen a partir de yemas axilares de hojas más cercanas a la superficie del suelo y van por todas las direcciones lo que hace que la especie tenga una importante estrategia de avance en la pastura. Resultando una gran dinámica por el balance entre producción y muerte de estolones. Además, sus hojas más jóvenes se ubican muy cerca al suelo lo que impide que se lo coman los animales. Su principal mecanismo para el rebrote tras pastoreoes el área verde remanente, constituida por pequeñas hojas jóvenes y estolones. Los métodos de pastoreo (elevada intensidad de defoliación) no afectan al mecanismo para el rebrote ni a las yemas responsables de reanudar el crecimiento. La frecuencia puede ser variable sin afectar el rendimiento.
Como integrante de mezcla, puede beneficiarse por elevadas frecuencias de defoliación que limitan la competencia contra las gramíneas. La persistencia de la especie puede verse afectada por el calentamiento del suelo, afectando raíces y estolones. EVITAR pastoreos intensos en verano. Si hay extremo calor o combinadas con sequía, mejor NO PASTOREAR.
FRECUENCIA VARIABLE SIN AFECTAR EL RENDIMIENTO, INTENSIDAD ELEVADA.
Trébol rojo: Ciclo primavera-estivo-otoñal. Su porte puede variar desde semierecto a erecto según el cultivar de que se trate. Presenta menor desarrollo de corona y raíz que la alfalfa, lo cual hace menor su capacidad de acumular reservas.
Las yemas del rebrote se ubican accesiblemente (relativo) para los animales. El mecanismo para el rebrote es acumulación anterior al pastoreo de reservas y su área foliar remanente. El pastoreo NO debe ser intenso para evitar el consumo de yemas y áreas foliares. La frecuencia de desfoliación será intermedia, usando como indicador la floración y eventualmente el envejecimiento o amarilleo de hojas inferiores. Un pastoreo intenso ocasiona muerte de plantas y una excesiva frecuencia bajo rendimiento. Se necesita favorecer la resiembra para prolongar su resistencia. Hay una limitante para la producción de semillas: la preferencia baja relativa que los insectos polinizadores tienen por sus flores. Por consiguiente, para planear descansos con el objeto de facilitar la siembra resultará útil hacer coincidir la floración de Trébol rojo con una época de menor abundancia en la flora melífera del lugar. FRECUENCIAS INTERMEDIAS, INTENSIDAD NO INTENSO.
Lotus corniculatus: Ciclo primavera-estivo-otoñal con crecimiento invernal en regiones con invierno cálido.
Porte semierecto, raíz menos profunda con mayor número de ramificaciones y corona menor que la alfalfa. Las yemas de rebrote están en la corona y base de los tallos. No se conoce su fisiología de rebrote. Pero, se acepta la importancia de yemas de corona y tallos y la acumulación de reservas. La desfoliación que se adapta sería: pastoreos poco intensos para NO consumir las yemas conservando el área foliar remanente. La frecuencia de defoliación debería ser de intermedia a larga. Favorecer la resiembra sirve para aumentar la población y tal vez la persistencia en pasturas. Mecanismo de rebrote: yemas en tallos.
Pastoreo de gramíneas
Las plantas gramíneas (de ciclo otoño-invierno-primaveral) están compuestas por un número variable de unidades morfológicas y funcionales: MACOLLOS (Se originan nuevas hojas, macollos y raíces de ahí). Las raíces son fibrosas, muy ramificadas y profundidades variables a la especie. Cada ciclo cumple con 2 etapas:
· Etapa vegetativa
Cada macollo tiene un ápice en su base, responsable de la formación de sus hojas y yemas las cuales pueden formar nuevos macollos, lo que originan más hojas, yemas y nuevos macollos.
El ápice mide aprox 1-2 mm y da origen a las hojas sucesivamente y alternadamente. 
Las yemas auxiliares son las que originarán nuevos macollos. Las raíces se originan en 2 o 3 segmentos inferiores. La base de macollos y raíces son sitios de almacenamiento de sustancias de reserva que pueden ser utilizadas para su rebrote. En gramíneas templadas durante el ciclo vegetativo, el ápice permanece en base de cada macollo, difícilmente afectado por el pastoreo en condiciones normales. La etapa vegetativa se extiende hasta la primavera, siendo su longitud variable.
· Desfoliación: Los mecanismos para rebrote luego de esto son (1) área foliar permanente, (2) Nivel de reservas acumuladas y (3) acción combinada de ambas. Una intensidad de pastoreo en forma creciente afecta al área foliar, luego a las reservas y por último puede causar el consumo de ápices. Frecuencias mayores afectan negativamente el grado de acumulación de reservas que pueden realizar las plantas. Una desfoliación intensa reduce significativamente el área foliar y debe acompañarse por descansos prolongados que permitan acumular reservas. Se recomienda mantener un área foliar remanente amplio ante elevadas frecuencias de desfoliación.
· Etapa productiva
En condiciones ambientales para floración, el ápice comienza a transformarse en inflorescencia e inicia la encañazón. Se interrumpe la producción de nuevas hojas y macollos. Los entrenudos se alargan formando la caña hasta que emerge la inflorescencia. Hay un fuerte incremento en la producción de MS y, según la especie, disminuye la calidad a partir de la emergencia. 
En gramíneas anuales: todos los macollos se encañan. 
En perennes: solo una fracción. 
· Desfoliación: en gramíneas perennes a partir del encañazón, según el objetivo, se puede pastorear hasta emergencia de inflorescencias obteniendo así más producción de MS, con riesgo de afectar la calidad. Si se pastorea al comienzo del encañazón, se tiene menor cantidad de forraje, pero mayor calidad. En gramíneas anuales, se mantiene la calidad al estado de emergencia de inflorescencias, conviene demorar el pastoreo para aprovechar el aumento de producción (raigrás y avena). Si no mantiene la calidad, pastorear a comienzo de encañazón. (cebada y centeno)
Importancia del macollaje: este influye en la productividad a través del rebrote, persistencia y capacidad competitiva. Por lo que un objetivo es mantener elevada la población de macollos por unidad de área tratando de regular ritmos de producción y muerte de macollos. 
Resulta necesario conocer los factores que afectan al macollaje aplicables a nivel de producción.:
· Dinámica de macollaje: en gramíneas otoño-invierno-primaverales la producción de macollos a través del año presenta la siguiente tendencia, reconociéndose además la época de mayor desarrollo probable de raíces. El otoño es la época de producción de macollos más favorable ya que tienen a ser más longevos por su mayor capacidad de producción de raíces.
· Elevado nivel de reserva: Influye en forma importante en el desarrollo de nuevos macollos. Descansos más prolongados tienen a elevar el nivel energético de la planta.
· Luz en base de macollos: la luz en la base de la planta estimula la formación de macollos a partir de yemas.
No se puede generalizar el gráfico, depende de la gramínea.
Se entiende que descansos largos tienden a elevar el nivel de reservas en plantas y así favorecer el macollaje. Si la longitud del descanso es excesiva, varios factores negativos entran:
· Deficiente llegada de luz a las yemas de la base
· Excesiva competencia entre macollos
· Pastoreo que interrumpe el descanso determina un cambio brusco del ambiente significando la muerte por desecación de yemas y macollos
Descanso otoñal: el objetivo es elevar la población de macollos y se logra con los siguientes factores:
· Natural característica de gramíneas otoño-invierno-primaverales de producir gran cantidad de macollos longevos en esa época
· Tolerancia a pastoreos intensos en esa época para permitir la luz a la base de macollos
· Aceptable nivel de reservas
· Transferencia de forraje hacia el invierno que genera este descanso otoñal puede determinar un importante impacto sobre el sistema de producción
Descanso estival: tiende a elevar la temperatura del suelo. El efecto depresor de pastoreos estivales depende de la especie, tipo de suelo y clima. Ante situaciones adversas puede convenir no realizar pastoreos.
Clasificación de forrajeras según el método de desfoliación
Elección de especie guía para la utilización de pasturas plurianuales
Se siembran mezclas con especies de diferentes requerimientos en la desfoliación. Debemos aplicar un método de análisis de la situación con el objetivo de ordenarnos. El método de elección de una o varias especies guía que regirán el pastoreo a través del año. Como criterios para seleccionar laespecie guía:
1. Aporte relativo esperable de cada forrajera al total de la producción anual
2. Sensibilidad de especies a los errores de desfoliación
3. Requerimientos de algunas especies menos longevas para persistir en mezclas
Ejemplo: pastura compuesta por cultivares conocidos de falaris y alfalfa. En primer término, conviene conocer los ciclos de producción de cada una.
De la fig. 12, se ve que no hay diferencia en la intensidad de pastoreo, pero la alfalfa requiere menores frecuencias que falaris. Otoño: la alfalfa, baja, y falaris sube. Se cambia la planta guía.
Además, se acepta que el aporte de esta leguminosa puede significar una proporción considerable del total de forraje producido anualmente por la mezcla. Por lo tanto, resulta conveniente elegir a la alfalfa como especie guía a lo largo de su ciclo productivo. Durante este periodo falaris puede verse muy poco afectada.
Durante el periodo en que la alfalfa no crezca, se usa como especie guía a la falaris.

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