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La dimensión internacional en la ciencia política (Resumido)

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SEGUNDO CONGRESO
NACIONAL DE
CIENCIA POLÍTICA
AGENDAS DE INVESTIGACiÓN y
DOCENCIA EN CIENCIA POLíTICA
DONACION
2 O EP 2000 ..~'
Agradecemos a la Universidad Iberoamericana, Desarrollo
Institucional de la Vida Pública y a la Asociación Nacional
de Estudiantes de Ciencia Política y Administración Pública,
por haber sido tres de las principales instituciones que apoya-
ron la realización de este Congreso.
y damos nuestra gratitud a TAESA y Fundación Cultural
Domecq por su patrocinio.
JUDIT BOKSER COORDINADORA
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V,i 'i-: \:n~l
~\\ "'t,.t '.~¡-.. _,,~• ..9!NSTlTUTO DE INVESTIGACIONES
SOCIALES
BIBLIOTECA
Primera ed ición, 1999.
© Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública, AC.
Universidad Autónoma Metropolitana
Instituto de Investigaciones Sociales
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM
Agustín Gutiérrez No. 33, Col. General Anaya, México, D.F., c.r. 03340.
Impreso en México por Talleres Cruzado y Asociados, Tel. 56-54-05-55
Agendas de Investigación y Docencia en Ciencia Política
LA DIMENSION INTERNACIONAL EN LA
CIENCIA POLITICA
ALEJANDRA SALAS-PORRAS
El objetivo de este articulo consiste en reflexionar sobre algunas de las
implicaciones que tienen los procesos de internacionalización y globalización
para la ciencia política. En particular, interesa explorar algunos de los
retos que dichos procesos entrañan para la disciplina por la forma en que
afectan, por un lado, conceptos fundamentales tales como el estado, la
soberanía, la democracia, la gobernación,1 los grupos e instituciones que
intervienen en ella y, por el otro lado, el método para construir conoci-
miento en general. Para evaluar el alcance de tales desafios es, sin embar-
go, necesario revisar primero ciertas definiciones básicas.
DEFINICIONES BÁSICAS
Aunque globalización e internacionalización son términos que a menudo
se utilizan indistintamente se refieren a realidades diferentes que es preci-
so distinguir para comprender la naturaleza de los fenómenos y su lógica
específica. La internacionalización es un fenómeno que se inicia mucho
antes que la globalización aunque subsiste e interactúa con ella. Se inicia
hacia finales del siglo XVIII, íntimamente asociado con el surgimiento del
sistema de estados nacionales (Scholte, 1996; Giddens, 1994; Robertson,
1992) al que se mantiene estrechamente ligado, como lo constatan sus
principales características, entre las que se podrían mencionar: una
interacción cada vez más intensa entre las naciones que si bien puede
afectar profundamente a los países involucrados, éstos permanecen espa-
1 Entendido éste concepto en su acepción más amplia, esto es la forma en que se definen y redefinen
las re~as. se gobiernan y regulan las transacciones de todo tipo, se distribuyen los recursos y se ejerce la
autondad. Corresponde al concepto inglés de 'governance'.
116
La dimensión internacional en la ciencia política
cios territoriales definidos, distintos y separados. A diferencia de lo que
ocurre con los procesos de globalización, los paises se mantienen dividi-
dos tanto por fronteras claramente delineadas como por el tiempo que se
requiere para atravesar su distancia. Tiempo y distancia juegan un papel
determinante en la estructuración de los espacios internacionales, lo que
desde luego no ocurre en el caso de los procesos y espacios globales. Los
vínculos internacionales requieren atravesar distancias y tiempos conside-
rables para concretarse mientras las conexiones globales son virtualmente
instantáneas y no reconocen fronteras. La interdependencia y colabora-
ción internacional se sostiene en las divisiones entre naciones.
Mientras la internacionalización se caracteriza por fronteras claramen-
te demarcadas, porque el tiempo y el espacio siguen jugando un papel
fundamental en la estructuración de las relaciones sociales, la globalización
por el contrario se caracteriza por relaciones que no reconocen fronteras
geográficas ni temporales.
Entre los principales estudiosos y teóricos de la globalización no existe
acuerdo ni en torno a sus orígenes ni en torno a sus principales caracterís-
ticas (Waters, 1995). Quienes consideran que el~eso se inicia en el
siglo XVI (Wallerstein, 1974 Y Robertson, 1992) a menudo resaltan la
continuidad de la tendencia hacia la integración internacional que atravie-
sa diversas fases hasta llegar hace aproximadamente 30 años a lo que se
reconoce como la fase del sistema global (Sklair, 1995), la época global
(Albrow, 1996) la fase de la incertidumbre (Robertson, 1992), el ascenso
de la supra-territorialidad (Scholte, 1998 y 1996). En todos los casos se
identifican cambios de gran monta que aluden o trastocan los referentes
espaciales, temporales, geográficos y/o territoriales, sin los cuales parecía
imposible pensar -no se diga investigar o conceptualizar- las relaciones
económicas, políticas y sociales. Entre los cambios que afectan más sensi-
blemente los referentes espaciales y temporales se mencionan los siguien-
tes: los medios de comunicación que intensifican la densidad y rapidez de
las conexiones transfronterizas gracias a las múltiples y diversas combina-
ciones entre las telecomunicaciones, las computadoras digitales, los me-
dios audiovisuales y los satélites; las empresas globales, las redes de alian-
zas y asociaciones que establecen y los productos globales que desarrollan
y promueven (desde productos alimenticios hasta programas de televi-
sión, comerciales, periódicos y revistas globales que estandarizan patro-
nes de consumo); las reuniones cumbre del grupo de los 7 y otros organis-
mos supranacionales que tienden a armonizar y estandarizar criterios de
política económica.
Todos estos hechos están estrechamente relacionados entre sí y subra-
yan aspectos del mismo fenómeno: el hecho de que el tiempo y el espacio
dejan de tener la misma influencia en la forma en que se estructuran las
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Agendas de Investigacióny Docencia en Ciencia Política
relaciones e instituciones sociales. Dos de ellos, en particular, plantean los
principales desafíos a la ciencia política: (1) la desterritorialización de las
instituciones y (2) la formación de espacios sociales globales o supra-
territoriales en los que las coordenadas geográficas y temporales dejan de
tener una influencia decisiva en la estructuración de las relaciones y agen-
tes sociales.
En primer lugar, la desterritonalización de los arreglos económicos, so-
ciales y políticos significa que éstos no dependen ni de la distancia ni de las
fronteras, que las coordenadas del tiempo y el espacio dejan de ser deter-
minantes en la configuración final de las instituciones y de las relaciones
sociales.i Ciertas relaciones sociales tienden a organizarse y estructurarse
crecientemente sobre la base de la unidad del planeta o, lo que es lo
mismo, a desarrollarse independientemente del tiempo, las distancias y las
fronteras. La localización de los países y las fronteras entre los estados se
tornan de esta manera menos importantes. Las conexiones globales se
extienden por todo el mundo y se intensifican en virtud de que pueden
trasladarse instantáneamente de un lugar a otro. Las coordenadas del tiempo
y el espacio dejan así de tener la misma relevancia en la dinámica de las
relaciones sociales.
El mundo se estructura como un todo, desde el punto de vista econó-
mico, social, cultural, militar y geopolítico, como un espacio único y a la
vez diferente. Un espacio único porque la distancia y las fronteras territo-
riales pierden importancia. Un espacio a la vez diferente porque por pri-
mera vez se pueden construir identidades y comunidades independiente-
mente de sentimientos, espacios y fronteras nacionales (Scholte, 1998);
porque se modifican sustancialmente los mecanismos de 'gobernación',
esto es, la forma en que se definen y redefinen las reglas y normas de
acuerdo a las cuales se asignany distribuyen los recursos, se ejerce la
autoridad en el mundo, y se regulan las transacciones económicas, políti-
cas, sociales y humanas en general.
El mundo se comprime en virtud de la frecuencia e intensidad de; la
interacción (Robertson, 1992) y los intercambios económicos, sociales y
políticos; de que se reduce cualitativamente el tiempo necesario para con-
cretar dicha interacción;' y aparece por primera vez la posibilidad de una
conciencia global pues las cada vez más intensas interconexiones llevan a
la .formación de identidades globales que pueden ser más o menos predo-
rrunantes según las situaciones, grupos sociales, países y momentos.
Estrechamente ligado al problema de la desterritorialización, tenemos
la formación de espacios globales como espacios virtuales," esto es, espacios
. 1 De acuer~o con Giddens (1994), la desterritorialización va de la mano con la distanciación O desarraigo del
nernpo y espacio.
J A~nque desde luego la separación del tiempo y espacio se ha reducido gradualmente con el desarrollo de
los medios de transporte y comunicación, nunca se eliminó la distancia como en la actualidad (Scholte, 1996)
118
L1 dimensién internacional en la ciencia política
desarraigados o desanclados de los espacios físicos, territoriales o geográ-
ficos. Espacios que se forman en virtud de la intensa red de interacciones
sociales transfronterizas y supranacionales que si bienen ocasiones logran
concretarse en lugares definidos (por medio de encuentros de diferente
naturaleza) en la gran mayoría de los casos desbordan cualquier dimen-
sión geográfica. Estos espacios no se desarrollan de una manera homogé-
nea ni totalmente al margen de los espacios más o menos físicos y forma-
les de las instituciones políticas y sociales tradicionales. Por el contrario,
interactúan e influyen en ellos pero al mismo tiempo tienen una lógica
muy diferente, en gran medida todavía inexplorada.
Son espacios de reflexión colectiva utilizados, ocupados y en mayor o
menor grado estructurados y controlados por actores supranacionales,
tales como las empresas trasnacionales (ET), organismos internacionales
(BM, FMI, ONU, OMC, OMS, etc.) y agencias privadas, así como por
organizaciones no gubernamentales internacionales (ONGI), comunida-
des epistémicas y otros actores que nacen y se desenvuelven estrecha-
mente vinculados al desarrollo de las nuevas técnicas de comunicación e
información y a la "apropiación reflexiva del cqnocimiento" (Giddens,
1994).5 Esto explica por qué algunos autores hablan de la formación de
una clase de analistas simbólicos (Gómez Buendía, 1995),6 sistemas de
expertos (Giddens, 1994),7 de comunidades epistémicas (Haas, 1992),8
en el intento de entender el comportamiento no sólo de dichos espacios
sino de quienes los construyen, los estructuran, utilizan y controlan. Lla-
ma la atención el poder que todos estos y otros autores atribuyen al cono-
cimiento, la información, la calificación y la educación como recursos de
control, autoridad y poder en el interior de los espacios globales.
Los espacios globales son virtualmente intangible s y sin embargo no
son por ello menos reales. Representa un desafío para la Ciencia Política,
y para las ciencias sociales en general, descubrir y caracterizar la estructu-
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'También llamados espacios de flujos o cibernéticos. Ver Bokser (1997)
, Según Giddens (1994:38) la reflexividad en la vida moderna se refiere a la práctica de revisar, examinar y
reformar las prácticas sociales a la luz de la información sobre dichas prácticas. La reflexividad de la modernidad
implica una generación sistemática de auto-conocimiento. La producción sistemática de conocimiento acerca
de la vida social se convierte en un elemento integral del sistema de reproducción.
6 Gómez Buendía -quien adopta el concepto de Robert B. Reich, Secretario del Trabajo en EU- define la
clase de analistas simbólicos como el grupo de profesionistas dotados de las capacidades para diagnosticar y
resolver problemas, de las habilidades tanto para identificar las necesidades complejas de los' procesos tecnoló-
gicos, productivos, y políticos como para ofrecer soluciones fa la medida' a dichos problemas y necesidades.
7 De acuerdo con Giddens (1994:27) el sistema de expertos se refiere al conjunto de logros técnicos y expe·
riencia profesional que lleva a la formación de expertos los cuales organizan y estructuran áreas importantes de
los entornas materiales y sociales del mundo moderno.
s Haas (1992) define la cOlRulJidad tpisli1l1ica como una red de profesionales cuyos conocimientos, autoridad y
experiencia en ámbitos particulares del quehacer político y científico son ampliamente reconocidos y aceptadas
a nivel nacional e internacional. Según Kapstein (1992) las comunidades epistémicas y la cooperación epistémica
provocaron los procesos de convergencia regulatoria entre los sectores bancarios del Reino Unido y Estados
Unidos en los ochenta y otros miembros del G-10 en los noventa.
119
Agendas de Investigacióny Docencia en Ciencia Polítiica
ra de estos espacios, las fuerzas y actores que los construyen y estructuran,
el potencial que desde ellos se despliega Yfla Forma en que influyen, reac-
cionan e interactúan con estructuras e instituciones políticas y sociales de
alcance nacional y local.
Representa un desafío poder convertir la desterritorialización de los
arreglos económicos, políticos y sociales aisicomo de los espacios globales
en objeto de análisis científico. ¿Cómo examinar espacios intangible s o
instituciones que no tienen como referente coordenadas geográficas y
temporales cuando la ciencia política y en general las ciencias sociales, sus
conceptos, categorías e instrumentos de ainálisis están tan profundamente
anclados en dichos referentes? ¿Cuándo en científico mismo piensa y cons-
truye el objeto de estudio desde estos refierentes espaciales y temporales?
¿Cómo examinar el 'equilibrio dinámico' entre las fuerzas, instituciones y
espacios de alcance global y aquellas de alcance nacional y/o local? ¿Cómo
trasmitir el carácter frágil, cambiante, ine:stable, incierto y en proceso de
permanente renegociación de dicho equililbrio? ¿Cómo examinar, en suma,
la dimensión supra-territorial de las relaciones sociales y su entrelazamiento
y traslape con la dimensión territorial?
¿Qué conceptos operacionales nos permiten evaluar y medir la inten-
sidad de la interacción social a escala global? Sin duda el análisis de redes
(Scott, 1994) representa un instrumento muy poderoso para examinar la
forma y los patrones de las relaciones sociales en el plano global pero
para utilizarlo es preciso identificar con claridad conceptual los actores,
eventos, asuntos, planos y sobre todo relevancia científica de la interacción.
Los procesos de convergencia, estanda.rización y armonización
organizacional, institucional, legal, estratégica, política y cultural, caracte-
rísticos de los espacios, estructuras e institruciones globales -y ampliamen-
te reconocidos como expresión de globalización (Coleman, 1996; Scholte,
1996; Waters, 1995; Held, 1995; Benet, 1991)-, entrañan análisis compa-
rativos mucho más complejos y rigurosos pues suponen no sólo compa-
rar dichos espacios, estructuras e instituciones en el presente sino demos-
trar que en efecto convergen a través del tiempo y muy en especial con-
forme se articulan e interactúan con espacios, agentes y redes globales.
También representa un desafío entender la forma en que la
desterritorialización y la formación de espacios y estructuras globales
afectan a los estados, la soberanía, los sistemas de regulación mundial y
las posibilidades de una gobernación democrática global (global governance).
El desafio para la Ciencia Política consiste en evaluar la medida en que el
crecimiento de los espacios globales o supra-territoriales altera las activi-
dades y papel del estado, el estado de derecho, la ciudadanía, los derechos
humanos, la implicaciones éticas del desarrollo científico y tecnológico.
Otro desafio consisteen desbrosar los contenidos públicos y privados
120
BIBLIOTECA - UNIVERSIDAD NACIONAL
~
La dimensión internacional en la ciencia olítica
en los espacios, estructuras e instituciones globales o supranacionales pues
al no ser muchas de ellas instituciones gubernamentales propiamente di-
chas -en el sentido tradicional de que dependan de un estado nacional
determinado o de que su poder o autoridad no haya sido delegado indi-
rectamente-, su carácter público tiende a desdibujarse y por lo mismo el
público a quién debe rendir cuentas.
Entraña asimismo un desafío para la Ciencia Política examinar el sesgo
de reordenamiento regulador que tienen los procesos de regionalización,
regionalismo, fragmentación y reafirrnación nacional, la forma en que
interactúan con los procesos de globalización y modifican en el trayecto
las reglas según las cuales se asignan y distribuyen los recursos producti-
vos, tecnológicos y naturales.
Finalmente, la dimensión global plantea a la Ciencia Política el desafío
de desarrollar conceptos con capacidad para explicar y manejar la tensión
entre espacios, exigencias, estructuras y fuerzas de orientación estatista,
localista, regionalista y/o globalista. Esta tensión entre lo global y lo nacio-
nal ha producido en los últimos 10 años una discusión académica bastan-
te polarizada entre el enfoque estatista (o estatocentrista) y el globalista
que ha arrojado desarrollos analíticos muy l7':-ometedore~.Así, hoy día se
reconoce (Gómez Buendía, 1995; Waters;1995; Ianni, 1997; Scholte,
1996 y 1998) que algunas de las definiciones originales tendían a simplifi-
car y a caricaturizar las características de los procesos de globaiízación; a
desconocer su carácter no lineal y el hecho de que puede intensificarse en
tiempo y espacio, sus desigualdades territoriales, sectoriales, en sus oríge-
nes y consecuencias; su carácter en primer lugar, mllltifadtico (económico,
político y cultural) y las interdependencias e influencias entre estos planos;
en segundo lugar, mllltidimensional, esto es que se expresa tanto en redes de
interacción entre instituciones y agentes trasnacionales, como en procesos
de convergencia, armonización y estandarización organizacional,
institucional, estratégica y cultural y; en tercer lugar contradictorio: esto es,
se trata de procesos que pueden ser intencionales y reflexivos (como
ocurre en las estrategias de negocios de las ET, organismos internaciona-
les, organizaciones no gubernamentales internacionales, asociaciones y or-
ganismos privados, empresariales o societales) a la vez que no intencionales
(como en el caso del carácter impersonal de ciertas fuerzas globales).
HACIA UN 'EQUILIBRIO DINÁMICO' ENTRE LO GLOBAL Y LO LOCAL
El manejo adecuado entre los imperativos globales y nacionales suele
expresarse cqn especial claridad en las estrategias de las trasnacionales
que deben lograr un 'equilibrio dinámico' -esto es, un equilibrio temporal,
frágil, flexible, qúe a la vez puede resultar incierto y en proceso perma-
121
Agendas de Investigaciól/y Docencia en Ciencia Política
nente de renegociación- entre, por ur, lado, los imperativos globa:es de
estandarización e integración de los procesos productivos, fmancitros y
comerciales y, por el otro, los imperativos locales, Mientras éstos se expre-
san en las necesidades y preferencias particulares de cada uno de los
mercados, aquellos exigen estandarizar e integr¡lr procesos y Prod11CtOS,
lo que se torna extremadamente complejo porque cada uno de los merca-
dos -de consumo, laborales, fmancieros, de servicios, industriales, etc.-
debe alcanzar un equilibrio diferenciado.
En el plano político, el éxito de los organismos internacionales, or~anis-
mos no-gubernamentales internacionales (ONGl), comunidades epistémicas
(Haas, 1992) y otros actores trasnacionales, depende crecientemente tam-
bién de lograr una estrategia adecuada para manejar la tensión entre lo
global y lo local, esto es, las tendencias y exigencias hacia la armonizaciór.
y homogeneización que conviven e interactúan con tendencias y exigen-
cias hacia la diferenciación. Pero, en la medida que algunos de estos orga-
nismos supranacionales definen las reglas según las cuales se asignan y
distribuyen los recursos a escala global, su acción reguladora es, Como
advierte Held (1995: 109), motivo de controversias, conflictos y presiones
de diferente naturaleza. De esta manera, si por un lado, varios organis-
mos internacionales (BM, FMI, OMC, orr, ISO) promueven la
estandarizacion y armonización de reglas, normas y criterios de política
económica, por el otro, se observa que a menudo dichas instituciones no
responden a las inclinaciones, preferencias, tradiciones, necesidades y ca-
pacidades que varían según el país, la región y la localidad. Así, por ejem-
plo, organizaciones internacionales, tales como el BM, el FMI, la OMC y
la ISO, que supervisan, vigilan y regulan el comportamiento de los merca-
dos financieros y monetarios, así como la calidad y seguridad de los pro-
ductos que se comercializan en el mundo, imponen estándares económi-
cos y políticos sin considerar los intereses y posibilidades locales. De la
misma manera, la democracia liberal (basada en partidos, elecciones li-
bres, etc.) que adquiere crecientemente status de valor universal y a la
que inclusive se condicionan numerosos apoyos y reconocimientos, no se
desarrolla en un vacío institucional y tiene que partir de tradiciones, cultu-
ras políticas e instituciones históricas particulares, tanto de carácter for-
mal como informal, en las que a menudo ha predominado un despliegue
insuficiente de la sociedad civil, un desarrollo pobre de los derechos indi-
viduales y gran fuerza de las corporaciones.
Las estructuras de autoridad global (ONU, G-7, UE) funcionan, en tal
virtud, como poderes externos que erosionan la autoridad y capacidad de
decisión de los estados en diversos ámbitos. Al mismo tiempo, sin embar-
go, se apoyan en y reconocen los estados nacionales aunque en ciertas
situaciones negocien desde una posición de fuerza mayor o aunque ten-
122
Lo dimensión internaaonal en la ciencia política
gan contradicciones con éstos. Las mismas estruc~~s de autoridad glo-
bal son públicamente reconocidas, sanclOn~dasy legitimadas por los esta-
dos nacionales cuando, por ejemplo, mantienen en ellas una representa-
ción, aceptan sus reglas y mecanismos de regulación, negocian con ellos,
aceptan sus condiciones y marcos de negociación, o bien, se convierten
en mtermediarios, representantes y delegados de dichos poderes externos.
La tensión entre lo global y lo local aflora pues en múltiples ocasiones
or la necesidad de articular nuevos modos y sistemas de regulación y
p . h
cooperación global que puedan gobern~r ~lcomportarn:ento uman~ tanto
desde el punto de vista técruco y econorruco como político, democratlco y
ecológico. Estos regimenes de regulación mundial sin duda socaban las
facultades tradicionales de los estados nacionales y ponen en entredicho
de múltiples maneras la soberanía estataL
SOBERANÍA y ESTADO
Acaso el mayor desafío que plantean las transformaciones mundiales a la
Ciencia Política, consiste en revisar hasta qué punto se mantienen VIgen-
tes los conceptos de legitimidad, autoridad, soberanía y estado-nación así
como las exigencias que entraña n sus nue'fÓ'scontenidos para la <;~nstruc-
ción de un nuevo contrato social. El origen y desarrollo de la disciplina
misma están indisolublemente ligados a estos conceptos lo que se refleja
en el peso predominante que han tenido las. variables y d.elirnitaciones
nacionales/ estatales a pesar de la influencia creciente de situaciones, agentes
r entorno s locales, regionales y globales. . . . .
La presencia y fuerza de actores e mstrtuciones trasnacioriales,
supranacionales o globales transforma radicalmente al estado: sus. f~cul-
tades, funciones, los espacios y territorios en que concentra su actividad.
Parece claro a estas alturas que, lejos de lo que sostenían algunas prevlslO-
nes apresuradas (Ohmae, 1990;Fukuyama, 1992), los estados ~o solo no
desaparecen sino que siguen siendo actores que influyen dec1S1va~ente
en muchos terrenos, a nivel nacional e internacionaL Se consideran inclu-
sive entre las fuerzas más activas y comprometidas de la globalización.
Sin embargo, su status soberano se debilita en varios terrenos: se vuelve
incapaz, por ejemplo, de regular los flujos financieros y comerciales, los
derechos de propiedad y autoría, los derechos human?s uruversalmente
sancionados y otras transacciones y flujos transfronterizos, De la rrusma
manera la autoridad del estado pierde eficacia para reglamentar y aplicar
sancio~es a las empresas trasnacionales (El), las Orga~zaciones No
Gubernamentales Internacionales (ONGl), las clases, comurudades e Iden-
tidades que desbordan fronteras nacionales. Todo ello impone ~sfuerzos
de redefinición y precisión en torno a los conceptos de ciudadanía, naCIO-
nalidad, competencia de lo público y privado, entre otros.
123
Agendas de Investigacióny Docencia en Ciencia Política
El estado pierde así capacidad reguladora en ciertos ámbitos al tiempo
que se fortalece en otros. La soberanía estatal, según la cual los estados
ejercían un control supremo, comprehensivo y exclusivo sobre su territo-
rio es un fenómeno o categoría histórica que, como principio organizador
surge en el siglo XVII. En el marco de la globalización, los aparatos esta-
tales no solo sobreviven sino que crecen, se fortalecen y penetran nuevos
ámbitos de la sociedad. En cambio la soberanía, como control supremo y
exclusivo, deja de operar porque la capacidad reguladora del estado se
erosiona frente a los mecanismos emergentes de regulación y goberna-
ción a nivel global, tales como: (1) Los organismos internacionales públi-
cos can representación de los estados: ONU, FMI. BM, OMS; (2) dere-
cho internacional; (3) organismos privados que participan en la regulación
y gobernación; (4) las ONGI y los movimientos sociales. (Scholte, 1998:19-
21; Held, 1995:99-113).
El sistema de estados significaba hasta hace poco un marco para for-
mular, implementar, vigilar y aplicar reglas. En el centro de esta modali-
dad de gobernación (governance) se encontraban los principios de sobera-
IÚay autoridad de los estados. En el marco de la globalización la soberanía
pierde fuerza porque los estados deben compartir la tarea de gobernar
con organismos internacionales públicos, no gubernamentales, privados y
cívicos. La informalización misma de múltiples actividades económicas
(Enzioni, 1991) cuestiona la jurisdicción del estado en las formas de vida
de distintos grupos sociales.
Pero los estados-nación no sólo sobreviven sino que inclusive emergen
nuevos, y -lo que es aun más importante- las maquinarias burocráticas
crecen y se vuelven más complejas penetrando nuevos espacios de la
sociedad. La capacidad de acción de las agencias gubernamentales y la
toma de decisiones en el tiempo y el espacio es más rápida y potencial-
mente más efectiva, las tecnologías de control del individuo se expanden
como nunca antes ("big brother").
La soberanía estatal supone un mundo territorial que se estructura
sobre bases espaciales geográficas firmes. Para que los gobiernos sean
capaces de ejercer su autoridad soberana los eventos y procesos tienen
que ocurrir en lugares específicos bajo su control y vigilancia. La sobera-
IÚa está indisolublemente ligada, en tal virtud, al concepto de territoriali-
dad. La característica más importante de los procesos y espacios globales,
como ya se vio, es su desterritorialización. Entonces, a medida en que las
relaciones sociales adquieren características no territoriales, extra o supra-
territoriales, o como se decía anteriormente, a medida en que se desarrai-
gan del tiempo y el espacio y que las fronteras tienden a diluirse frente a
flujos de diferente naturaleza (electrónicos, financieros, informativos,
culturales y cognocitivos), las condiciones para una soberanía efectiva
124
La dimensión intemacional en la ciencia política
dejan de existir. Concretamente, el estado no puede ejercer un control
absoluto sobre fenómenos tales como las transacciones de las compañías
globales, los problemas ecológicos, los flujos financieros, la comercialización
y circulación de valores, los medios de comunicación masiva o los movi-
mientos sociales de alcance mundial que presionan directamente sobre
organismos internacionales. A ninguno de éstos se les puede arraigar a
un espacio geográfico. Todos ellos escapan al control de los estados nacio-
nales.
La soberanía entendida como el derecho a la autodeterminación de los
estados nación deja de operar como argumento de jure, general e intrans-
ferible. En la actualidad no se puede concebir un estado escindido de la
comunidad internacional, que no forme parte de uno u otro convenio
regional e internacional, obligándose a implementar en su territorio nor-
mas de conducta de muy diversa índole (circulación monetaria, derechos
de propiedad y autor, derechos humanos, conservación ambiental y de
la biodiversidad). Esto inevitablemente implica ciertas transferencias de
poder y autoridad del estado nacional hacia estructuras de gobernación
supranacional. La formación de redes de ONGI acelera estas transferen-
cias de poder y promueve el desarrollo de 'soberanías compartidas', esto
es, proyectos que se comparten por ;:arios pueblos o por segmentos de la
sociedad civil de varios países los cuales negocian sus intereses y propues-
tas directamente con organismos internacionales tales como la ONU, el
G-7, la OIT y otros.
La soberanía nacional deja de ser el asidero del argumento relativista,
el derecho (consuetudinario) fincado en la tradición y la especificidad
cultural. La globalización impone y legitima el argumento universalista y
la generalización de la democracia liberal (democracia representativa,
sistema de partidos y elecciones universales) lo cual repercute en las for-
mas de legitimación del estado nacional.
La globalización replantea también algunos de los fundamentos cultu-
rales de la soberanía. Así, como resultado de una interacción transfronteriza
cada vez más intensa diversos grupos, comunidades y/o clases adoptan
identidades y lealtades que se sitúan por encima de sentimientos naciona-
les. Tal es el caso del movimiento de mujeres, de los miembros de la élite
corporativa, las comunidades epistémicas y otros grupos que sitúan diver-
sos valores por encima de la soberanía e inclusive de la autodetermina-
ción: el crecimiento económico, los derechos humanos, los derechos de la
mujer y la sustentabilidad ecológica (Scholte, 1998). Estos y otros grupos
cuestionan que en nombre de la soberanía se justifique el deterioro del
medio ambiente, la violación a los derechos humanos, la injusticia social e
inclusive crímenes de lesa humanidad."
9 La reciente detención de Pinochet ha provocado la reflexión sobre la universalización de ciertos valores y
125
Agendas de Investigación y Docencia en Ciencia Política
Al mismo tiempo, la globalización alienta y fortalece identidad/es y leal_
tades locales, étnicas e indigenistas. Las posibilidades que éstas en<cuentran
en el contexto de la globalización crecen notablemente no solo p(orque se
debilitan los poderes centralizadores de los gobiernos nacionales Siino por-
que al vincularse con redes y movimientos sociales de alcanceglolbal, que-
actúan como grupos de presión sobre organismos supranaciomales, su
potencial de organización y desarrollo aumenta considerablememte. Ello
sin duda ha expandido la tolerancia, el respeto y la ilclinaciórn por la
diversidad cultural.
REGIONALISMO, REGIONALIZACIÓN y FRAGMENTACIÓN
En el contexto de los procesos de globalización y estructuración del mun-
do como un todo, el regionalismo se convierte en un mecanismo funda-
mental de gobierno para mantener el orden mundial, la estabilid:ad y la
paz. Como en el caso de los procesos de globalización, en los de
regionalización se observan diferencias notables tanto en lo que se refiere
a su conceptualización,como a la forma en que se relacionan e Í11ter'actúan
con aquéllos. Suelen concebirse a la vez como un paso hacia la globali:zación
o bien como una estrategia -más o menos defensiva Yexcluyente- frente
a los procesos de globalización, lo que básicamente distinguiría a las pro-
cesos de regionalización espontáneos de los intencionales. Los
agrupamientos adoptan de esta manera un carácter más o menos formal
y estructurado según intervengan o no acuerdos más o menos
comprehensivos entre varios países que se propongan integrar y regular
mercados comunes, promover, acelerar y/o ordenar la integración eco-
nómica, política, social y/o cultural. Entre los agentes que tienen especial
interés en promover el regionalismo tenemos a los gobiernos y estados,
los intereses corporativos, los ONGI y algunos movimientos sociales.
Se han identificado diferentes tipos de regionalismos (Rosas, 1996 y
1996; Butler, 1998) cuyos objetivos varían considerablemente: mientras
que algunos de los agruparnientos ponen el acento en maxirnizar el bien-
estar económic'o y promover el comercio y la inversión intra-regional,
otros se preocupan por la defensa y seguridad de la región o bien la
protección de tradiciones culturales y sociales.
Entre los diferentes tipos de regionalismo se puede observar una con-
tinuidad más o menos espontánea, planeada o intencional. Así, un primer
tipo de regionalismo sería aquel proceso en el que se observan vínculos y
transacciones informales que se derivan predominantemente de la activi-
dad económica pero que también presentan interconexiones sociales y
sobre la necesidad de crear instituciones globales que los regulen, concretamente para el caso de los derecho,humanos de una COrte internacional.
126
= La dimensián internacional m la ciencia política
,.. . O se caracteriza por una conciencia e identidad
líticas; un segundo tlp di . históricas culturales y SOCialespo mezcla de tra ciones nistoncas, id d
o1onal,esto es, una id d pertenecer a una cornuru areó- . , ompartl a e
qUe llevan a la percepclOnd cA ,. Latina y los países musulmanes; el1 en el caso e menea .. 1re
o1ona
,como.. fi a una cooperación inter-estata re-ó- . d onalismo se re iere
tercer tlp~ e regtlizada en la que los estados y gobiernos promueven
gt'onal mas forma. II fin de manejar problemas comunes,dinación entre e os a 1
acuerdos y coor. 1 a el del estado y el poder del gobie:no; e cuarto
proteger y ~mpliar e p p consiste en una integración econorruca promo-
tipo de regtonalismo. que d 1 ás común' en ella el gobierno. d t or el esta o es a m , .
vida delibera amen e p 1 .' ., económica (diferenciada en. mueven a mtegraclOn 1
y los empresanos pro . 1) fin de promover la liberalización y edid d lcance sectoria a . li
profun a ya, _. or último, el quinto tipo de reglOna smo que
crecimiento econo~co, y, p . l rná ralizada en la que la combina-
finidad regtona mas gene id d
descansa en una a . d 11 1 surgimi.ento de una uni a1 . ntenores pue e evar a ,
ción de os tlpOSa hesi d (1 caso más representativo de esta es. 1 consolidada y co esiona a eregtona
la Unión Europea). . lizaci iven e interactúan no solo con losd ¡e!t1ona aClOnconv . ,
Los procesos e r b- . " 1 procesos de fragmentaclOn yd 1 balización sino con os fi 1
procesos e g o d fragmentación, se re ieren a a
refirmación nacional. Los proce
l
sos e lmente va de menos a más) de
. , , enos forma (genera .
separaclon mas o m . lusi ni-nacionales. Entre los pnme-ul . . ales x-veces mc usrve u 1 .
estados m nnacion I /,'. 1 ., d 1 antigua URSS como el re aJa-tanto la lmp OSlOn e a
ros encontramos ., al Reino Unico (concretamen-1 1 e unen vanos paises
miento de os azos qu dida Escocia); entre los segundos, encontram~s
te Irlanda y en menor me , ,. ue enfrentan Checoslovaquia,
los mov~entos sep~ratls~ss y r~~~~~:¡reafumación nacional, por su
Yugoslavia y otros paises. p.. t Y decisiones que se proponenfi quellos movimien os .
parte, se re ieren a a . 1 t ara contener o regular los flUJOS1 f tetas partlcu armen e p .
fortalecer as ron '. . aíses europeos) monetanos y. . (E t dos Unidos y vanos p 'e 1
rrugratonos s a financi (Chile) o bien para torta ecercambiarios (Inglaterra y otros), inancieros ,
la identidad cultural. 1 b liz ción regionalización, fragmenta-
Entre todos estos procesos -g o a a '. ión dinámica y corn-
ción y reafumación nacional- se observa una interacc
pleja. Así: . . , . nalización y fragmentación no se
1) Los procesos de globalizaclOn, regto tr na relación de suma cero,
t Tampoco mues an u
excluyen mutuamen e.. , . tensos fueran los procesos de. .fi ' e rruentras mas m /
lo que SI~ lcar~a q~ . erían los rocesos nacionales, regionales y
globalizaclOn, mas debiles orocesosdecl b lización intensifican o des-
o locales. Por el contrano, procesos, e g o a liz . , Entre los ejern-
d fragmentación y regtona acion. . ,
encadenan procesos e, 'd. (a) la integración de laplos más sobresalientes podnamos consr erar.
127
Agendas de Investigacióny Docencia en Ciencia Política
URSS en la economía y el sistema global que desencadenó y aceleró su
desintegración como país multinacional; (b) procesos de regionalización
o reagrupamiento de países a través de acuerdos que surgen y se dise-
ñan como estrategias más o menos defensivas o excluyentes para fun-
cionar mejor en el contexto del sistema global, no necesariamente para
resistir sino para buscar una mejor posición dentro del sistema; (c) los
procesos de globalización o regionalización que promueven el desarro-
llo y fortalecimiento de ciertas zonas y el debilitamiento de otras, como
en el caso de la frontera norte de México, Irlanda y las zonas francas.
2) Se puede observar una resistencia por parte de ciertos agentes e insti-
tuciones públicos y societales que se sienten afectados por los procesos
globales. Por ejemplo, la Unión Monetaria Europea ha suscitado resis-
tencia por parte de ciertos gobiernos y agentes públicos; los sindicatos
norteamericanos y mexicanos que frente al TLCAN oponen resisten-
cia a través de una red que se propone formular alternativas de inte-
gración más favorables a sus intereses.
3) Se trata a la vez de una relación de contradicción, interdependencia y
cooperación entre fuerzas e instituciones globales, regionales y nacio-
nales, como se puede apreciar en las relaciones del Banco Mundial, el
FMI, la OMC y otras instituciones con los estados nacionales (force-
jeos, contradicciones a la vez que cooperación) y en las relaciones de
las ET con los estados nacionales.
GOBERNACIÓN EN LA ÉPOCA DE LA GLOBALIZACIÓN
Al tiempo que las funciones del estado se recomponen, otras fuerzas
sociales adquieren mayor relieve en la gobernación mundial. Sus esfuer-
zos para constituir y modificar reglas y normas a veces complementan las
acciones de los estados pero a menudo también compiten con ellas y a
veces inclusive las trascienden. Sin embargo, como lo señala Messner, la
" ... inserción en el sistema de las 'soberanías compartidas' no implica re-
nunciar a las posibilidades de conducción política, sino que constituye,
por el contrario, una condición necesaria para ampliar la capacidad de
conducción estatal y de la política en un mundo cada vez más
interdependiente." (Messner, 1997: 17) Ello supone y a la vez permite
cerrar la brecha entre el estado y la sociedad civil por medio de mecanis-
mos de representación, debate y rendimiento de cuentas. Si recordamos
que la soberanía procede de la sociedad civil y consideramos que ésta se
encuentra crecientemente entrelazada, articulad a y estructurada a escala
mundial podemos pensar que los estados, en la medida que restablezcan
sus vínculos con la sociedad civil, expresarán también voluntades y pro-
yectos plurales o, lo que es lo mismo, 'soberanías compartidas'."
128
Lo dimensión internacional en la ciencia política
Entre las fuerzas que participan en la gobernación global, Scholte (1998)
y Held (1995) identifican las fuerzas regionales y subestatales, supra-esta-
tales, privadas, las ONGI y los movimientos sociales.
1) Fuerzasregionales y subestatales: Mientras las primeras se articulan a
través de arreglos y acuerdos más o menos formales, las segundas
vinculan autoridades de entidades sub-nacionales, como por ejemplo
estados fronterizos, gobiernos regionales o ciudades de diferentes paí-
ses que comparten problemas comunes.
2) Las agencias reguíatorias supraestatales o supraterritoriales con marcos
regulatorios intergubernamentales se han multiplicado para cubrir una
gama muy amplia de actividades, desde la política macroeconómica
(OECD), financiera (FMI y BM), comercial (OMC) , manejo de con-
flictos (ONU), degradación del medio ambiente y medios de comuni-
cación electrónicos (Unión Internacional de Telecomunicaciones).
3) Las fuerzas privadas que promueven una gobernación exclusivamente
por el mercado. En particular se trata de organismos construidos por
el sector privado, think-tanks que alientan la liberalización total de los
mercados en sectores particulares tales como el financiero (la Asocia-
ción Internacional de los Mercados de Valores), la semioficial Organi-
zación de Comisiones de Valores, las calificadoras Standar & Poor y
Moodys y otras muchas asociaciones sectoriales.
4) Las ONGI y movimientos-sociales no oficiales influyen considerable-
mente en la gobernación mundial, por ejemplo en áreas tales como la
política ambiental, protección de derechos humanos, manejo de desas-
tres, mejoramiento comunitario, y otras. Instituciones tales como la
ONU y el BM dependen de la asistencia de ONG para una gama de
asuntos muy amplia. Las ONGI por su parte cabildean intensamente y
negocian con organismos internacionales oficiales.
Las reglas y normas del sistema mundial se deciden por una constela-
ción de fuerzas que se relacionan en diferentes espacios y redes supra-
territoriales. La iniciativa en la construcción de normas proviene en gran
medida de cuerpos e instituciones no públicas ni oficiales tales como agentes
del mercado, ONGI y movimientos sociales. Sin embargo, en la gran
mayoría de los espacios y organismos supraterritoriales no se ha logrado
hasta la fecha asegurar una participación, representación, debate y rendi-
miento de cuentas.
Entre los más grandes y graves problemas globales que exigen a las
fuerzas más y mejor organizadas de la sociedad civil internacional articu-
lar nuevos mecanismos de coordinación, cooperación y gobernación, te-
10 lanni (1998) plantea que la crisis del estado se relaciona estrechamente con el divorcio entre éste y la sociedad
civil. A su juicio la superación de este divorcio solo puede darse en el marco de procesos globales dirigidos por la
sociedad civil o. lo que es 10 mismo. por una globalización desde abajo.
129
Agendas de Investigacióny Docencia en Ciencia Política
nemos: (1) la estabilidad financiera; (2) la pobreza; (3) la preservación
ecológica de la biodiversidad y el desarrollo sustentable; (4) los derechos
humanos, de la mujer, los niños, los grupos vulnerables y minoritarios en
general; (5) la convivencia, la seguridad y la paz internacional.
La democracia, que se ha convertido en un valor universal, es amplia-
mente considerada como el eje ético alrededor del cual debe articularse la
gobernación moderna. Un buen gobierno significa un gobierno democrá-
tico. Los dos requisitos esenciales para el funcionamiento de la goberna-
ción democrática global (global governance) son, según Messner (1997), el
estado de derecho global y la ética mundial. El primero se refiere a los
derechos de los pueblos en las relaciones internacionales. El segundo, a
una base común de valores, esto es, una ética mínima mundial. Ambos
podrán alentar procesos civilizatorios que humanicen los procesos de
interacción global. De acuerdo a este modelo, "La competencia entre
naciones debe insertarse en un sistema de Global Gouemance basada en
reciprocidad, orientaciones compartidas para la solución de problemas,
equilibrio justo de los intereses y un canon sustentable de valores y nor-
mas sustanciales y de procedimiento como fundamento de estructuras
institucionales estables para el manejo de conflictos, desde el nivel local
hasta el globaL" (Messner, 1997:19)
Pero la gobernación mundial, según ésta está estructurada en la actua-
lidad, adolece de grandes problemas. Todas las fuerzas globalizadoras (los
estados, los organismos internacionales y regionales, el mercado, las orga-
nizaciones privadas y aun las ONGI) sufren limitaciones que afectan en
varios sentidos las posibilidades de avanzar en formas de gobierno mun-
dial más democráticas, particularmente en lo que se refiere a la participa-
ción popular, el debate, la consulta, la representatividad, la inclusión y el
rendimiento de cuentas. Las agencias públicas o quasi públicas sufren
severas limitaciones democráticas en cuanto a representatividad y rendi-
miento de cuentas, la regulación a través del mercado entraña desigualda-
des profundas y la regla de la eficiencia por encima de la democracia y el
bienestar. Aun los movimientos sociales exhiben limitaciones en el alcance
del debate y la consulta (Scholte, 1998).
CONCLUSIONES
Hay muchas formas en que habitamos, experimentamos, reflexionamos
y construimos el mundo como un todo pero también muchas formas en
que habitamos, experimentamos y reflexionamos la realidad nacional o
local. Más aún, la globalización da nuevo significado, no necesariamente
disminuido, a la realidad nacional y a los estados nacionales en que se
desarrolla.
El enfoque estatista ha criticado al enfoque globalista porque parte de
130
La dimensión internacional en la ciencia polítilo
una definición demasiada vaga, inconsistente, simplificadora y exagerada.
Sus ar:gumentos (Scott, 1997; Keohane y Milner, 1996) han obligado a los
exponentes de la globalización a reco.nocer que lo~ procesos de
globalización no se experunentan de la misma manera 01 ~on la misma
intensidad a lo largo del mundo; que la globalización no ha sigruficado una
tende.ncia lineal hacia la homogeneización y estandarización, sino una
mezcla de tendencias hacia la convergencia y diferenciación cultural; que
no desaparece la geografía sino que adquieren importancia espacios
supralterritoriales; que fuerzas muy diversas (económicas, políticas, c~tu-
rales, eco lógicas, públicas y privadas) promueven el fenómen? de dife-
rente manera; que si bien la globalización entraña transformaciones pro-
fundas y de amplio alcance que afectan cualitativamente el carácter espa-
cial de las relaciones sociales, tampoco es la panacea; por el contrario,
tanto los beneficios como los impactos negativos de la globalización se
distribuyen muy inequitativamente entre los países, regiones, grupos, ~o-
munidades y clases sociales promoviendo el desempleo, la ~obre~a,. ViO-
lencia, degradación ambiental, la desnutrición, opresión, las .~p.osiclones
y arbitrariedades políticas y militares y otros muchos desequilibnos y des-
igualdades sociales. Por lo tanto, la globalización no es una fórmula para la
democracia pero exige y crea condiciones para desarrollarla en n~evos
planos, espacios y niveles de agregación, empezando por los orga01smoS
supraterritoriales, tales coma la ONU, el BM Y el FMI, que deben ser
humanizados, sensibilizados y reformados para responder a los grandes
problemas éticos de la pobreza, el género, la ecol~gía y otros. muchos
problemas sociales. Ello supone, como sugiere Ianni (1998), articular un
proyecto de globalización desde abajo que involucre los movimientos y
luchas sociales de alcance nacional, regional y global: luchas por los dere-
chos humanos derechos de la mujer, derecho al trabajo.
Los desaños de conceptualización teórica que enfrenta la Ciencia Polí-
tica, y las Ciencias Sociales en general, no pueden d~sligarse de las
tansformaciones y exigencias que hoy enfrenta la humanidad. El traslape
entre las disciplinas sociales, el desdibujamiento de las fronteras entre
éstas, las ciencias naturales y las humanidades y el cuestíonamiento ?~los
fundamentos epistemológicos asociados a los desarrollos teor~co-
metodológicossobre la complejidad de los fenómenos .natural~s y soci~es
(Wallerstein, 1998) se entreveran íntimamente con los imperatrvos aSOC1a-
dos a la sociedad global como una sociedad de riesgo. En muchos ter:e-
nos y planos esta sociedad demanda comprender ~ actuar. sobre el carac-
ter complejo, incierto, inestable y cambiante de las mstltuciones, age~tes y
estructuras sociales que, tanto en sus expresiones globales, como n~clOna-
les y locales, se caracterizan en la actualidad por su incertidumbre, inesta-
bilidad, dinamismo y riesgo.
131
Agendas de Investigacióny Docencia en Ciencia Política
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Otros materiales