Logo Studenta

RESUMEN-RESUMIDO

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

PSICOLOGIA DEL CICLO VITAL:
HACIA UNA VISION COMPREHENSIVA DE LA VIDA HUMANA.
La ecología del Desarrollo:
Se refiere a la ecología del desarrollo humano, cual resulta especialmente valiosa cuando se trata del contexto del ciclo vital. En esta perspectiva incluye indicadores de estilos y condiciones de vida en términos de espacios donde se desarrolla la actividad humana; modalidades de dicha actividad y formas de interacción. Estos tres elementos se presentan en los distintos sistemas por el considerado: 
· Microsistema: el ambiente más cercano a la persona (familia, comunidad, colegio, trabajo)
· Mesosistema: interacción entre los microsistemas
· Exosistema: relacionado con elementos simbólicos de las culturas, tales como creencias y representaciones sociales.
· Cronosistema: referente al transcurso del tiempo (hechos históricos y biográficos)
Transformaciones en distintos entornos o sistemas:
Es posible analizar transformaciones en espacios, actividades e interacciones en distintos ámbitos, inciden en el ciclo vital de las personas.
Algunas tendencias prevalentes en el siglo XXI, relacionados con el exosistema (los avances de la neurociencia, la genética, la biotecnología, la nanotecnología, las tecnologías comunicaciones, así como los cambios demográficos. Estos últimos, los convierten rápidamente en sociedades envejecidas y progresivamente viejas.
En concordancia con lo anterior, Dychtwald postula que las perspectivas venideras se caracterizan por cambios demográficos sin precedentes, un incremento en la expectativa de vida al nacer, cambios en la percepción de la vejez, incremento en el poder (social y político) de las generaciones más viejas.
Varios especialistas en el tema del envejecimiento resaltan el logro de una cada vez mayor autonomía funcional y decisoria, gracias a la influencia de la educación, la tecnología y las innovaciones relacionadas con la seguridad social y económica.
En relación a la familia, se refiere al paso de los grupos de padres e hijos (familia nuclear) a grupos en los cuales se integran personas de varias familias (familias multigeneracionales), las que serán cada vez más comunes debido al divorcio y la separación, la viudez y las nuevas uniones. Las demandas del cuidado por parte de las generaciones más jóvenes y más viejas serán una fuente de estrés para mujeres y hombres de mediana edad. Con el incremento de la movilidad y la mayor diversidad de los estilos de vida, los lazos de sangre serán menos importantes, prevaleciendo las “familias por elección” en forma de clubes, así como el resurgimiento de las comunas.
Las perspectivas del ciclo vital:
La perspectiva del ciclo vital se convierte en un marco de referencia (mas que una teoría) de tipo contextual y dialectico, que considera la totalidad de la vida como una continuidad con cambios, destacando parámetros históricos, socioculturales, contextuales, y del acontecer cotidiano e individual, como prevalentes sobre cualquier clasificación etarea, o en la que predomine la edad como criterio.
Algunos postulados relacionados con la perspectiva del ciclo vital:
· El ciclo vital como envejecimiento diferencial y progresivo: es una realidad característica de todas las formas de vida multicelular y, por supuesto, de la vida de todos los seres humanos. La variabilidad interindividual aumenta al incrementarse la edad.
· Reconceptualización del desarrollo y el envejecimiento: desarrollo y envejecimiento han de entenderse como procesos simultáneos y permanentes durante la vida, en los cuales se conjugan ganancias y pérdidas, así como múltiples influencias y orientaciones.
· Irrelevancia (relatividad) de la edad cronológica: la importancia de la edad cronológica es relativa, debido a que la edad por si misma no es un factor causal, explicativo o descriptivo, ni una variable organizadora de la vida humana.
· Revisión del modelo deficitario y de estereotipos sobre el envejecimiento y la vejez: las expectativas de otros influyen en el concepto que cada persona tenga de si misma. Sugiere la revisión de la imagen que tenemos de la vejez y de las personas ancianas. Los problemas relacionados con la vejez no empiezan en una edad o época, sino cuando se comienza a etiquetar a las personas como “de edad madura”. Nos comportamos en situaciones y con las personas, de acuerdo con la imagen que tengamos de las mismas.
· Multidimensionalidad, multidireccionalidad, plasticidad y discontinuidad: en la práctica, que muy diferentes factores y sistemas se conjugan e interactúan en disimiles direcciones, en la construcción de la vida de cada persona. De esta forma, cada vida individual implica, al mismo tiempo, continuidad y discontinuidad o rupturas. Con respecto a la plasticidad, el términos absolutos el efecto genético es estable, pero en términos relativos la influencia genética decrece.
· Selectividad, optimización y comprensión: SOC: 
· La selectividad: equivale a darse cuenta de oportunidades y restricciones especificas en los distintos funcionamientos (biológico, social e individual) y actuar en consecuencia, bien sea diseñando en forma intencional metas alcanzadas (selección centrada en las ganancias), o cambiando metas y acomodándose a pautas distintas (selección centrada en las perdidas).
· La optimización: significa identificar procesos generales involucrados en la adquisición, la aplicación y el refinamiento de medios para el logro de metas relevantes.
· La compensación: se refiere a la posibilidad de regular las perdidas en los medios (capacidades o recursos), diseñando alternativas centradas en forma de superar dichas pérdidas sin necesidad de cambiar las metas.. el self [si mismo] puede continuar siendo un sistema de afrontamiento y mantenimiento de la integridad poderoso y resiliente.
· Importancia del contexto y de la historia: se plantean tres conjuntos de factores que inciden en el curso del ciclo vital: expectativas sociales (relacionadas con la edad), influencias históricas y acontecimientos personales únicos-----> los dos primeros tipos de influencias se les considera normativas, en el sentido de incidir en la conformación de una identidad social, en términos de pertenencia a una sociedad. Las últimas (no normativas) son de carácter individual, mas no general, pero inciden igualmente en el ciclo vital de las personas. Todas estas influencias interactúan entre sí, tienen efectos acumulativos y pueden variar en el tiempo
· Influencia normativa relacionada con la edad y también con el género: “relojes biológicos”(Ej: edad de caminar, etc), así como “relojes sociales” (edad para ir a la escuela, etc). En forma análoga, en toda sociedad se resuelven numerosas tareas convirtiéndolas en roles sexuales o de género.
· Influencias normativas relacionada con la historia: hechos históricos que ocurren durante el ciclo de vida de una generación, los cuales tienen impacto (positivo o negativo, mayor o menor) en quienes la conforman.
· Influencias normativas o de carácter individual: se refiere a “determinados fortuitos del curso de la vida”, aludiendo a acontecimientos cotidianos, tales como encuentros imprevistos, los cuales ejercen un papel importante en el moldeamiento de la vida posterior, inclusive cambiando su rumbo.
Envejecimiento, adultez, vejez y muerte en el contexto del ciclo vital
El proceso de envejecimiento: “Vivir es envejecer”. Envejecer significa aumentar la edad y volverse más viejo por el hecho de haber vivido más tiempo.
Desde el punto de vista psicológico: ¿el envejecimiento afecta la forma de comportarse?, ¿el comportamiento afecta la forma de envejecer?, las respuestas a las dos preguntas, pero particularmente a la segunda, sería positiva.
Adultez: ¿Qué significa ser adulto?--> significa haber crecido. Al considerar la adultez desde la perspectiva del ciclo vital, se entiende como la consecuencia de un proceso de desarrollo durante la vida, en el cual inciden múltiples influencias en permanente interjuego. 
Culturalmente la adultez se relaciona con los “relojes sociales”, así como con múltiples transiciones. Laadultez es, quizás, la época de la vida en que se presentan más transiciones y cambios en general, en la que se viven más ritos de paso, y en la que pueden surgir las más diversas interacciones, así como muchos nuevos factores y posibilidades. La definición cultural de la adultez, depende de la propia historia y biografía, del contexto y del espíritu cambiante de los tiempos.
¿Y qué es la vejez?----> es la cualidad de ser viejo. Ser viejo significa haber envejecido o haber vivido más que otras personas. Sin embargo la definición de vejez depende del contexto y del grupo de personas al que se refiera.
La muerte como estadio final del ciclo vital:
La muerte provee la clave para entender el significado de la existencia, al tiempo que considera que la aceptación de la propia finitud permite el crecimiento personal. 
Envejecimiento exitoso, sabiduría, bienestar subjetivo y psicología positiva
Thomas se refería a “patrones de envejecimiento exitoso” en términos de salud, funcionamiento cognoscitivo y ajuste personal positivo, en contraste con salud y funcionamiento intelectual pobres, bajo grado de actividad social y baja moral. Por su parte, Lehr observa que el bienestar subjetivo o la satisfacción con la vida durante la vejez es indicador de envejecimiento exitoso.
El aprendizaje durante toda la vida
Dicho aprendizaje es útil para el logro de metas como las implicadas en el envejecimiento exitoso, el bienestar subjetivo, el buen vivir, la psicología positivista y la planeación efectiva de la vida, así como consecuente con la psicología y con la perspectiva del ciclo vital.
EN BUSCA DE INDEPENDENCIA Y PRODUCTIVIDAD
INTRODUCCIÓN
La cultura moldea y dirige las vidas y el envejecimiento de las personas. Específicamente consideramos como las expectativas culturales acerca del envejecimiento influyen sobre las metas y motivaciones individuales y construyen trayectorias del curso de la vida.
Se define la cultura como una constelación de estructuras sociales e institucionales, de prácticas comportamentales y características psicológicas comunes compartidas por un determinado grupo social. La cultura se parece a veces al aire: es ubicua pero nadie lo nota hasta que desaparece.
La cultura influye desde las políticas gubernamentales hasta las relaciones interpersonales. Las creencias y valores culturales también influyen directamente en las expectativas de la gente acerca del envejecimiento, así como obre sus metas, decisiones y trayectorias en la vida.
Las culturas occidentales se han convertido en la voz predominante dentro de la gerontología.
EXPECTATIVAS CULTURALES SOBRE EL ENVEJECIMIENTO EN LAS CULTURAS OCCIDENTALES
Familias y comunidades estarán constituidas cada vez más por adultos mayores: los individuos podrían comenzar a pensar de modo diferentes sobre como estructurar una vida mucho más prolongada, así como sobre las formas en las cuales la educación, el trabajo, la familia y el tiempo libre podrían orientarse al aprovechamiento óptimo de estos años adicionales.
Infortunadamente, mientras que el promedio de vida se ha expandido en forma dramática, nuestras expectativas culturales sobre el envejecimiento no han cambiado de modo acorde (la respuesta cultural predominante ante la transición demográfica ha sido negativa).
En el plano individual la vejez se considera como una época de pérdidas ubicuas y muy pocas ganancias.
Los ideales acerca del “envejecimiento óptimo” implican frecuentemente preservar la juventud, al tiempo que las vicisitudes de la edad avanzada la ponen cada vez más en peligro. Con el debilitamiento de la salud se corre el riesgo de dejar de ser autosuficiente y perder la autonomía lo que muchos consideran esencial para la dignidad y el bienestar humano.
EL CONTEXTO CULTURAL DE LA INVESTIGACION SOBRE EL ENVEJECIMIENTO
La centralidad de la cultura en la ciencia, especialmente en la ciencia social, debería demandar que los valores y los supuestos representados en esta empresa no deifiquen simplemente, de modo involuntario, las perspectivas culturales predominantes.
El persistente énfasis en la declinación que hacen las investigaciones sobre el envejecimiento se enraíza en valores culturales que favorecen la productividad y la independencia funcional. En el plano individual la productividad implica fundamentalmente la reproducción. Así, desde la perspectiva, la misma existencia de un periodo post- reproductivo es una curiosidad evolutiva. Hay una suposición ampliamente extendida en la comunidad científica de que las declinaciones relacionadas con la edad se dan porque la vejez no se ha beneficiado de las presiones de la selección evolutiva. 
La declinación del envejecimiento sucede debido a que la evolución no actuó en los últimos años de la vida. Así, se espera que en los adultos mayores se manifieste un lento, pero constante deterioro, tornándose menos y menos capaces de funcionar independientemente.
La teoría del ciclo vital sobre el control planteada por Schultz y Heckausen sostiene que las fallas y la declinación van escalando en la edad avanzada. En este modelo, el control primario, centrado en lo externo, identificado como una “fuerza impulsora” del sistema, comienza un rápido declive en la mitad de la vida, y el control secundario, centrado internamente, aumenta su importancia, para concretar la meta de la “compensación de las fallas”.
Las explicaciones convencionales sobre la evolución humana se desarrollan en una cultura de independencia en la cual la gente estaba más dispuesta a centrarse en la producción individual y en la reproducción. En una cultura interdependiente, sería más probable que se exploren los aspectos sociales de la evolución. 
En resumen, puntos de vistas sobre la vejez ampliamente extendidos pueden relacionarse de modo directo con valores culturales que enfatizan la productividad individual y el funcionamiento independiente, de manera tan arraigada, que no se representan adecuadamente la evolución. ¿Cuáles son los costos de este enfoque? Tal vez son más visibles en los modelos biomédicos del envejecimiento que tienden a igualar el envejecimiento mismo con un proceso de enfermedad terminal. Esos modelos hacen que el envejecimiento saludable parezca un oxímoron, y alejan la investigación de preguntas acerca de enfermedades específicas (que por definición, son potencialmente culpables), así como de mecanismos relacionados con cambios perjudiciales que se observan en la vejez. En la comunidad médica, palabras que solían ser simplemente sinónimos de vejez, tales como “senil” se consideran hoy peyorativos. En efecto, el entendimiento de la vejez como inexorablemente ligada a enfermedad física y mental ha hecho que el envejecimiento humano parezca ser, principalmente, un problema de salud pública.
De modo similar, en las ciencias sociales, los investigadores tienden a trazar el curso de las perdidas anticipadas sin ocuparse de las razones de estas, y mucho menos, de buscar las ganancias logradas con la edad. Con frecuencia se derivan hipótesis a partir de estereotipos culturales y el patrón de valores juveniles se aplica a todos los grupos de edad, descuidando las formas en que pueden cambiar necesidades y metas durante el ciclo vital. El enfocarse en los métodos experimentales de laboratorio también pone en duda la relevancia de las diferencias por edades en la vida cotidiana.
ENVEJECIMIENTO COGNOSCITIVO
Por lo común, las tareas cognoscitivas se evalúan en forma totalmente independiente del contexto vital, centrándose en habilidades especificas cuantificables, y no en ejecuciones basadas en la coordinación de múltiples habilidades y que se benefician del conocimiento adquirido.
Una disminución en la velocidad del procesamiento relacionada con la edad afecta la mayoría de los procesos perceptuales y cognoscitivos, y esta lentificación generalizada puede explicar la reducción de la inteligencia en la edad mediana y avanzada.
Horn y sus colegas argumentan que la declinación en la inteligencia “fluida” o en el procesamiento de información nueva, que esta biológicamentedeterminado, se compensa frecuentemente con la inteligencia “cristalizada” o conocimiento y habilidades adquiridos. En este último tipo de inteligencia aumenta a lo largo del ciclo vital en función de la experiencia acumulada y la culturación. En forma similar, Walsh y Hershey encontraron que adultos mayores y expertos, quienes conocían más acerca de la planeación financiera, consideraban diferentes variables en mayor grado que los novicios, y generaban soluciones más precisas que adultos jóvenes con menos experiencia en esa área. Los autores aducen que el conocimiento adquirido que se basa en el incremento de experiencia (más que en la atención, la memoria o la inteligencia fluida) es responsable de la mayor parte de la variabilidad que se observa en el funcionamiento cotidiano.
Otros aspectos también parecen influir en la ejecución, incluyendo numerosos factores motivacionales y de personalidad. Todas estas posibilidades se deben explorar antes de inferir que la ejecución que se desvía del estándar de los adultos jóvenes sea indicadora de deterioro cognoscitivo.
ENVEJECIMIENTO SOCIOEMOCIONAL
Los enfoques científicos sobre el envejecimiento socioemocional han interpretado negativamente fenómenos que son neutrales en sí mismo.
Se presumía que la bien documentada y constante declinación que se observa en la cantidad de contactos sociales de las personas mayores reflejaba otra pérdida gradual (junto con la salud física, la importancia social, la habilidad mental, etc).
1) La teoría de la actividad y la de la continuidad, veían las disminuciones de los contactos sociales a medida que se envejece, como resultado de un prejuicio: el edadismo social, el cual reduce las posibilidades de continuar desempeñando papeles y actividades sociales.
2) La teoría de la desvinculación, afirma que la disminución de contactos sociales eran señal de una reiterada adaptativa de roles sociales, como preparación para la muerte.
3) La teoría del intercambio social, sugería la disminución de la participación social porque los ancianos tienen menos recursos y se vuelve menos atractivo interactuar con ellos, debido a que se reduce su habilidad para tener reciprocidad en las relaciones.
El denominador común de estas perspectivas teóricas era el supuesto de que la declinación social con la edad es un desarrollo problemático, asociado con soledad y con la proximidad de la muerte. Sin embargo, investigaciones empíricas han demostrado que contactos sociales poco frecuentes no se relacionan necesariamente con sentimientos de soledad.
En la teoría de la selectividad socioemocional explica que cambios en la composición de la red social relacionados con la edad no constituyen una perdida, sino que son el resultado de un cambio motivacional en las metas sociales. Durante el ciclo vital, las personas suelen perseguir dos tipos de metas generales: 1) prepararse para el futuro y 2) regular en forma exitosa los estados emocionales del momento. Cuando el tiempo por vivir parece limitarse cada vez más, como resultado del avance en la edad cronológica, las metas emocionales se vuelven más importantes y las personas prefieren interactuar con quienes mantienen relaciones más estrechas.
Teorías y enfoques sobre la personalidad en el envejecimiento y vejez.
1) Teoría de la desvinculación o desapego
Se basa en la disminución de contactos sociales.  Existe una retirada gradual y natural de los contactos sociales como un proceso lógico y universal de adaptación a las nuevas circunstancias vitales y a sus restringidas capacidades sensorias motrices.  Por lo tanto este proceso sería normal y deseable.  Plantea que el envejecimiento se acompaña de un distanciamiento reciproco entre las personas que envejecen y los miembros del sistema social al que pertenecen.  Esta desvinculación puede ser provocada por el mismo interesado o por los otros miembros de la sociedad. 
Según esta teoría, la retirada social está acompañada o precedida por una creciente preocupación por el yo y por una disminución en la inversión emocional de las personas y objetos del ambiente, en este sentido es un proceso natural más que impuesto.  La desvinculación tendría 3 factores fundamentales:
1. habría una pérdida de roles al cambiar la posición del individuo en la sociedad (jubilación)
2. la CC de que el futuro es limitado y que la muerte es inevitable y cercana hace que el anciano se centre mas en sí mismo y lo que es extremadamente importante para él.
3. la perdida de las capacidades sensorias motrices no permitirían mantener el nivel de actividades, produciéndose con ello una desvinculación biológica.
Esta teoría propende a la segregación de los viejos. 
  
2) Teoría de la actividad
Sostiene la importancia de los contactos sociales y de las actividades que realicen los sujetos. Esta teoría supone una relación entre la satisfacción vital y la actividad social, “cuanto más actividad más satisfacción vital”.  Para ello describían tres tipos de actividades: la informal, con amigos y vecinos, la actividad formal, participar en grupos voluntario y la actividad solitaria, como cuidar la casa o el ocio.  Se creía que las actividades informales eran más fortalecedoras y contribuían a una mayor satisfacción de vida que las solitarias porque permiten reafirmar los roles de un sujeto y restablecer miradas positivas sobre el sí mismo.  Se asume que la forma en que pensamos sobre nosotros mismos está relacionada con los roles y actividades en los que estamos inmersos, lo cual implicaría que su abandono genere una pérdida de la identidad y valoración.  Investigaciones respaldan esta teoría que plantea que la actividad informal es la que mas satisfacción produce.
Gran parte del retraimiento es causado por los prejuicios existentes y la continuidad depende de motivaciones personales y del ajuste de las actividades a nuestras posibilidades y deseos.   
3) Teoría de la continuidad
Se diferencia de las dos anteriores porque propone que no hay ruptura radical ni transición brusca entre la edad adulta y la tercera edad, sino que se trata tan solo de cambios menores u ocasionales que surgen de las dificultados de la adaptación a la vejez.  Por el contrario, se mantendría la continuidad y estabilidad entre estas dos etapas.
La teoría de la continuidad se baja en dos postulaciones:
1. el paso a la vejez es una prolongación de experiencias, proyectos y hábitos de vida del pasado.  La personalidad así como el sistema de valores permanecen intactos.
2. al envejecer los individuos aprenden a usar diversas estrategias de adaptación que les ayudan a reaccionar eficazmente ante los sufrimientos y las dificultades de la vida.
4) Teoría del Ciclo Vital
La importancia de la misma es que rompe con los modelos decrementales de la vejez proponiendo una visión en la cual cada etapa vital tiene crecimientos y perdidas, las cuales se postularan como crisis. Cada una de estas según su resolución permitirá afrontar otras nuevas o dejaran al sujeto con diversas limitaciones en su desarrollo personal.  Entre los postulados aparecen:
1. Multidimensionalidad.   3.   Multidireccionalidad
2. Discontinuidad     4    Plasticidad.
5) Teoría del intercambio social
Esta teoría considera que la razón por la cual había una disminución en la interacción entre los viejos y los jóvenes era que los viejos tenían menos recursos para ofrecer en el intercambio social y de esta manera tenían menos para contribuir al encuentro.  Esta teoría tiene dos presupuestos:
· El presupuesto central es que cada uno de los distintos actores contribuye con recursos para la interacción o el intercambio y que los recursos no necesitan ser materiales.
· Un segundo presupuesto es que los actores solo continuaran participando del intercambio en la medida que los beneficios sean mayores que los costos y mientras no haya alternativas mejores.
· Se supone que los intercambios están sometidos a normas de reciprocidad: cuando digamos algo, confiamos en que recibiremos recíprocamente algo de igual valor.
Los lazos facilitan la integración social ofreciendo oportunidadesde participar en la vida social e intercambiar soporte en este ámbito.  La carencia de estas formas de integración social produce falta de integración en su comunidad, quita sentido a la vida y genera depresión y estrés.   
6) Teoría de la selectividad socio emocional
Esta teoría explica que los cambios en la red social no son el resultado de una perdida, sino de un cambio motivacional en las metas sociales.  El principio de esta teoría es que la gente considera el tiempo que tiene por delante y fija sus metas de acuerdo a esto.  Cuando el tiempo se percibe como algo abierto son más importantes las metas relacionadas con el futuro y con la información, y cuando el tiempo se lo piensa como más limitado las metas emocionales se vuelven más importantes y las personas prefieren interactuar con quienes mantienen relaciones más estrechas.
Desde esta teoría el cambio del tamaño de la red social es interpretado como una elección de objetos más significativos que se satisfacen con las personas más relevantes.  Cuando el tiempo se lo vive como limitado para hacer lo que se considera primordial no hay tiempo para perder con personas distintas a las allegadas.
Los clínicos e investigadores creen que existen mayores tasas de depresión con la edad, pero la evidencia empírica no apoya esta hipótesis. Hay mayores síntomas depresivos en la vejez pero estos parecen deberse a enfermedades relacionadas a la muerte más que al envejecimiento.
Por otro lado los adultos mayores parecen tener tasas más bajas de todo tipo de sicopatología que los demás grupos de edad.
Un estudio muestra que los mayores parecen vivenciar una mezcla de emociones más compleja que los más jóvenes por lo cual es probable que indiquen sensaciones positivas y negativas.  Esto fue denominado “patetismo”, el cual parece señalar reacciones emocionales mas diferenciadas.  Así como una mejor regulación de las emociones con la edad hace que los episodios de tristeza duren menos tiempo y que tengan menos tendencia a que se desarrolle una depresión.   
7) Teoría del apego
El apego es el vínculo por el cual el sujeto reconoce la sensación de la propia existencia, vínculo que puede tomar las formas extremas del amor de objeto y de identificación, recorriendo modos de amor intermediarios: que comprenden tanto el amor como el odio.
Lo que caracteriza al apego es su carácter incondicional e imperativo.  Bianchi sostiene que a cada edad le corresponden determinados objetos, los cuales serán sustituibles a lo largo de la vida y aquello que no se sustituye es el apego.  En la vejez aparecen menos vías de apego posibles, por carencia de objetos (perdidas, duelos) entonces lo que postula la teoría es si el duelo a realizar no debería ser el objeto vida.
La exigencia de apego hace que este cálculo pueda ser racionalmente elaborable, el potencial de apego hace surgir el problema de la sublimación y de la sustitución de ideales.  Hay un retorno al apego primario, que Bianchi lo denomina “retorno al apego” el cual no dejaría de ser uno de los destinos del apego.
La vía de la sublimación mantendría una carga libidinal del mundo tan amplia que dé lugar a un yo activo, es decir la posibilidad de encarnar roles o figuras sustentables de su condición presente o próxima y que encuentre en ellas una gratificación suficiente que lo haga permanecer con deseo e interés vital
Ambas formas de apego, son las que siguen sosteniendo a un sujeto conectado a la vida, incluso en las modalidades más confusas como el delirio.
Iacub- Capítulo 6
Las edades de la sociedad. Posmodernidad, edad y erotismo.
La transformación en la estructura de poder tradicional y el surgimiento de nuevos discursos sociales fueron generando la relativización de una serie de presupuestos y valores que antes jerarquizaban ciertos roles, tanto de género como de edad, y que demarcaban divisiones estrictas y precisas. A partir de este cambio, el orden social fue perdiendo peso, con lo cual no sólo se deslegitimizaron dichos roles, sino que también se produjeron modificaciones en el plano de las identidades y de las experiencias corporales.
La posmodernidad desestructuró los aspectos esperables ligados a la edad y creó nuevos modelos, donde las discontinuidad y la fragmentación eran constantes. Las edades de la sociedad posmoderna “se diversifican, se multiplican y explotan; sus definiciones y sus características no funcionan más por razones a la vez demográficas, económicas y culturales”. (Gaullier 1999).
“La sociedad se habituó al estudiante de 70 años, al director de 30, al intendente de 25 años, a la abuela de 35 años, al jubilado de 50, al padre de 65 que tiene un hijo en el jardín de infantes. Las normas y restructuraciones concernientes a la edad pierden importancia” (Neugarten 1992).
Existe actualmente un cambio en la temporalidad adjudicada a la edad, así como una flexibilización respecto de sus límites, lo que permite hallar adolescencias alargadas o envejecimientos postergados. Ello determina que se desvanezcan los elementos simbólicos y que el orden de los acontecimientos que definían anteriormente las diferentes edades ya no tengan vigencia.
Esta nueva lógica de la edad produce también un cambio en la posición de los viejos, quienes rechazaban la suave retirada de la vida y se oponen a perder derechos y privilegios obtenidos a través de una politización de la vejez sin precedentes.
Las modas y las formas de las búsquedas de placer son similares para padres e hijos, y se observa una tendencia hacia un estilo más informal y uni-age (uni-etario).
Al separar al viejo en grupos de pares y asociarlo a una vejez sin marcos rígidos que presupongan imágenes estereotipadas acerca de su conducta, se lo incluye dentro del dispositivo social. Y al presuponer que tiene los mismos deseos que el resto de las personas se lo inserta dentro de las demandas generales. 
Considerar la edad de esta manera impide conformar un esquema de pensamiento en el cual se suponga una subjetividad específica asociada a cada etapa de la vida. Por el contrario, podría decirse que las diferencias no son más que productos regionales dentro de una economía globalizada.
Se observa entonces una destitución progresiva de los marcadores sociales por edad, uno de los rasgos que influyen en la pluralización de los mundos de la vida al hacer que la organización social se diversifique y se conforme una subcultura o una minoría referida a los viejos.
“El liberalismo de la neutralidad”. Nuevos estilos de vida
Otro argumento que ha contribuido al cambio social es la “ética de la autenticidad”; uno de sus principios básicos es que una sociedad liberal debe ser neutral en cuestiones que atañen a lo que constituye la vida buena, la cual es aquello que cada uno busca a su manera, y un gobierno que faltaría a la imparcialidad, y por tanto al respeto equitativo a los ciudadanos, si tomara partido en esta cuestión.
Giddens sostiene que la línea moral de realización del yo es la de la autenticidad, basada en ser fiel a uno mismo, donde el progreso pasa por diferenciar el falso del verdadero yo.
Estilo de vida: Conjunto de prácticas más o menos integrado que un individuo adopta no solo porque satisfacen necesidades utilitarias sino porque dan forma material a una crónica concreta de la identidad del yo.
La ética de la ocupación. La gerontología: sus visiones y críticas
Hay una construcción de una activa ética de la ocupación en la jubilación, como forma de regulación moral semejante a la ética del trabajo: “Lo que importa no es el actual ritmo de actividad, sino la afirmación de su deseabilidad”.
La idea de la actividad halló un espacio fecundo no sólo en el campo gerontológico, sino también en la comunidad, que encontró en la ocupación –cualquiera fuese su carácter- una continuidad con el proyecto vital del trabajo, y la percibió como saludable en sí misma en la vejez. Es decir que frente al fantasma de la dependencia, de la enfermedad y la soledad senil, se constituyó un fuerte consenso social sobre la idea de la actividad como un polo positivo.
Envejecimientopositivo. Micromundos de mayores
Uno de los fenómenos más llamativos de las últimas décadas es la agrupación de los mayores en espacios específicos asociados a la recreación, el turismo y la educación. Estos micromundos comunitarios posibilitan un tipo de sociabilidad que incluye el erotismo y suponen estilos de vida definidos por una ideología denominada del “envejecimiento exitoso, activo o positivo”.
Este enfoque considera a la vejez a partir de las demandas actuales impuestas a todo sujeto, más allá de que estos espacios, paradójicamente, estén signados por la diferencia etaria. Su objetivo declamado es la integración y la equiparación de oportunidades para los mayores.
Esta política de la vejez se funda en la creencia en la restauración conjunta de una doctrina del crecimiento continuo del ser humano y de una práctica generalizada de la educación permanente, ideología que busca romper con la determinación etaria a través de la no estandarización de las actividades asociadas a cada edad y de la multiplicación de propuestas de vida muy similares a las ofrecidas para los adultos jóvenes. 
La propia denominación “tercera edad” surge como resultado de nuevas políticas sociales para la vejez. Uno de los objetivos es evitar que sea la condición de jubilado la que defina la situación social del viejo y no la continuidad con su propio estilo de vida.
El concepto tercera edad es pensado como el debilitamiento de la definición en relación a la jubilación, en provecho de una definición que privilegie su posición en el transcurso de las edades.
La tercera edad determina un modo de envejecer que remite a una nueva oportunidad, con actividades diversas que semejan a las de otras edades y que intentan romper con la idea de fin o retiro. Incluso se ha transformado en un sector de consumo no sólo de asistencia médica y farmacología, sino de mercancías similares a las producidas para otros grupos etarios. Se conforma así un nuevo marketing para personas mayores, que introduce también la sexualidad como oferta de una actividad cada vez más demandada, hecho que sin dudas influye en las nuevas representaciones sociales de la vejez.
Estos espacios proponen programas en los que el erotismo tiene un lugar posible. Las salidas propician los encuentros sexuales, la formación de parejas, o el contacto erótico en términos más amplios. La percepción del atractivo surge a escala de la vejez, medida dentro de su propio grupo etario.
En estos espacios se facilita una estética del amor en la vejez, que permite recrear un escenario en el cual el envejecimiento no resulte un estorbo, sino un rasgo conducente al encuentro. La propia ideología que los sustenta tiende a confrontar las inhibiciones sociales y a buscar la semejanza con las otras edades, además habilitan la readecuación de los deseos asociados a la juventud, de modo que sean admisibles en la vejez.
De la máscara rechazada a la representación elegida. El cuerpo como proyecto
Con la estatización de la vida cotidiana, el cuerpo se torna proyecto.
El proyecto del cuerpo carga con una serie de significaciones asociadas al ideal de la juventud. El parecer bello o joven toma un sentido común, así como el parecer viejo se asocia con lo feo. Se libra una guerra contra el cuerpo que envejece, la cual toma la forma de una mayor necesidad de control y de uso de terapias diversas frente a los signos del envejecimiento, convirtiéndolo en objeto de disciplina. 
El estilo uni-age enseña que el cuerpo idealizado de la juventud es posible a cualquier edad si se realizan los esfuerzos adecuados. La fantasía posmoderna es la de crear cuerpos a medida. Vuelve a aparecer, así, la noción de envejecimiento como máscara o disfraz, disociados. A esta máscara de la vejez, a su imagen corporal, se la considera patológica o desviada, ya que el sí mismo interior se mantiene, dentro o debajo del normal. Tal conceptualización del envejecer como enfermedad cree incluso en una cura potencial. 
El sujeto transetario
En la vejez, en algunos sujetos se revela la desidentificación progresiva ante un cuerpo que presenta marcas de otro no deseado y aun temido, entonces surgen como respuesta soluciones biotecnológicas orientadas a relativizar las marcas de la vejez. Es decir, que se retoma el sueño del rejuvenecimiento, de la recuperación de una representación de sí más deseable.
A estos sujetos se los denomina transetarios, ya que conforman una nueva categoría social basada en una identidad emergente. La edad deja de ser un dato preciso no sólo para definir un rol social, sino también la imagen de un individuo que haga las veces de “una persona de cierta edad”. 
El cuerpo deja de ser un destino inalterable para los sujetos transetarios y las biotecnologías constituyen un recurso para devenir más auténticos, más parecidos a la idea de sí mismos. La cuestión erótica está en el centro de dichas transformaciones, y en este sentido la máscara rechazada se convierte en una representación elegida que da cuenta de un nuevo criterio de corporalidad y de imagen de sí en el envejecimiento.
Tanto el cuerpo siliconado y transformado por las dietas, las cirugías y el gimnasio, como el trasplantado, trasfundido, transmutado, son parte de una nueva construcción donde el cuerpo biológico deja de ser el escenario fijo de una individualidad, para convertirse en un espacio menos íntimo y más sujeto a intercambios simbólicos.
Los transetarios nos llevan a pensar el cuerpo de una manera más móvil y menos sujeta a un destino pautado por la biología. Este espacio de libertad individual, seducida por la propaganda de la “empresa del envejecimiento”, posibilita la construcción de un cuerpo a medida y de un devenir biotecnológico en el cual el envejecimiento es uno de los principales objetivos.
La sexualidad se encuentra fuertemente comprendida en este enfoque. La valorización de la imagen, que sostiene una posibilidad de erotismo, ha llevado a algunos sujetos –los transetarios- a instrumentar un cambio en sus cuerpos que habilite y facilite una posibilidad de goce erótico. Esto nos lleva a concebir nuevos modos de construir la erótica en la vejez.
Dolor psíquico en el envejecimiento - Iacub; Acrich
Situaciones vitales asociadas al dolor psíquico
-          La viudez: serie de cambios que involucran lo afectivo.
-          Los cambios en la pareja: relacionados con la ida de los hijos o la jubilación, que implican cambio en la formas de convivencia.
-          Los cambios a nivel sexual: nuevas maneras de relación entre los partenaires.
-          La jubilación: implica no solo un cambio de rol sino en la propia identidad de un individuo.
-          Los cambios económicos: producen cierta sensación de dependencia.
-          Las pérdidas a nivel de los sentidos y capacidades: puede provocar aislamiento social e inseguridad personal.
-          Las enfermedades y discapacidades
-          El temor frente a la hospitalización o la institucionalización: implica una suma de miedos asociados a la enfermedad y a la pérdida del control personal o autonomía.
-          El miedo a la muerte
Los duelos
Con el envejecimiento una serie de pérdidas resultan más habituales y sus modos de elaboración pueden ser diferenciales. Entre las pérdidas consideradas hallamos la de los seres queridos, aunque también sea importante extender dicha definición para mencionar aquellas que hacen alusión a la identidad del sujeto, tales como los aspectos físicos, mentales o laborales.
El duelo es una reacción a la pérdida de un ser querido o de una abstracción equivalente (Freud). Es un examen de la realidad en donde el objeto amado no existe más y la libido deberá abandonar sus antiguas posiciones.  Esta oposición, de ser muy intensa, podría generar un apartamiento de la realidad, dando lugar a una psicosis alucinatorio de deseo (a través de la cual el sujeto puede alucinar la presencia del objeto.
Momentos del duelo
Primero paso: se manifiesta por la sensación se shock y de fuerte angustia. Aparecen conductas defensivas maníacas. Este momento esdonde más se manifiestan la agitación, llanto, protestas, desasosiego y negación de la pérdida.
Segundo paso: la pérdida del objeto externo lleva a que se incremente la relación con los objetos ligados a quien o a lo que se ha perdido, pudiendo adquirir un carácter identificatorio. Dicha identificación se produce con ciertos rasgos del objeto. La relación con los objetos externos se hace más laxa e incluso puede llegar a interrumpirse. El estado es de aceptación, tristeza y resignación.
Tercer paso: La relación con los objetos internos se va debilitando y el sujeto es capaz de restablecer los vínculos con los objetos externos. El sujeto volvería a conseguir la serenidad, la aceptación de lo sucedido y se encontraría libre de inhibiciones.
Las variantes en la elaboración y la duración de este proceso dependen de distintas circunstancias:
-          La estructura psíquica previa: resulta central la capacidad de tolerancia que tiene un sujeto a lo largo de su vida para afrontar determinados tipos de pérdidas.
-          La significación del objeto perdido
-          Las expectativas de luto
-          La integración psicosocial del sujeto: las redes sociales, el nivel de actividad y las diversas interacciones sociales pueden incidir positiva o negativamente en la resolución del duelo.
-          La forma en que se produjo el suceso: puede generar modalidades particulares de resolución promoviendo más angustia, culpa, horror, incomprensión, etc. Factores que podrán determinar que el duelo se complejice.
El duelo desde Lacan
Porque hay un Otro que desea al sujeto aparece la posibilidad de desear. Ser objeto de deseo es estructura básica en la organización subjetiva del ser humano. Solo si convocamos el deseo del otro podemos sostenernos como sujetos.
En este sentido, ser sujeto, no es una condición de existencia, sino de contingencia, es decir, es en tanto cause un deseo al Otro.
La dimensión de duelo en Lacan en fundante ya que es sobre la noción de falta de ese objeto primario, llamémosle incestuoso, sobre el que se estructura el deseo humano. Porque perdimos ciertos objetos centrales en nuestra constitución psíquica (madre o padre) es que deseamos a otras personas.
Desde Freud el sujeto desde su yo abandona progresivamente su objeto. Desde Lacan la óptica es distinta y lo plantea del siguiente modo: “Solo se puede hacer duelo de aquel cuya falta fuimos, entiéndase, de aquel cuyo deseo causamos”. Razón por la cual puede aparecer dos modos de identificaciones:
-          La primera es ser objeto causa del deseo del Otro, en tanto alude a las representaciones, ideales o metáforas del sujeto que fueron deseables por el otro. Esto permite que al perder un ser querido podamos duelar el objeto deseable que constituimos para el otro, lo cual habilita a otros espacios de deseo que nos ayuden a recuperar un espacio distinto.
-          La segunda es ser el objeto irremediablemente perdido en donde el valor del sujeto no tiene más representación que ser objeto para el otro, sin poder hallar una suplencia metafórica del deseo que produjimos en el otro.
Duelo y reminiscencia
Ambos resultan temas centrales para la psicología de la vejez ya que ponen en juego una serie de pérdidas de lo que el sujeto ha amado. Al tiempo que se elaborar dichas  pérdidas (personas, funciones o cosas que le dieron valor), se van buscando de esta manera reforzar la identidad y recuperar un sentido de pertenencia que se siente haber perdido.
La pérdida deja al sujeto sin ese lugar que ocupaba para el otro. Por lo cual el duelo y la reminiscencia son formas de tramitar ese lugar en el que le hacíamos falta al otro, que nos validaba, nos ofrecía un lugar y era fuente de reconocimiento.
La reminiscencia se concibe como un proceso de revisión de la vida que surge  de un modo natural. Permite recuperar importantes experiencias de tiempo vividas que serán reordenadas con el fin de preservar una continuidad de sentido y consolidar su identidad.
Duelo patológico
Freud: En el duelo patológico existe una relación muy ambivalente (de amor y odio) hacia el objeto. El modo de relación con el objeto es dependiente narcisista y la posición del sujeto aparece objetalizada en un rol o posición específica que le resta capacidad de reinstalarse subjetivamente como objeto de deseo para otros.
Las características más importantes del duelo patológico son:
-          Sensación de ansiedad y angustia.
-          Malestar en el dormir, pesadillas y sensación de que el objeto perdido viene a buscar al sujeto.
-          Necesidad de reencontrar al objeto perdido.
-          Debilitamiento físico pronunciado, peligro de somatizaciones.
-          Sensación de vacuidad y de un mundo desierto.
-          Posibilidad de suicidio.
-          Posibilidades de delirios.
¿Tratamiento del duelo?
Freud: al duelo no se lo trata. Sin embargo, cuando un paciente está en análisis puede tener duelos. En principio la actitud debe ser de cautela. La situación de inestabilidad emocional por la que atraviesa el paciente puede provocar que una interpretación poco oportuna, al tiempo y a los significados del duelo que se van produciendo, pueda desestabilizar al sujeto de un modo poco conveniente. Sin embargo, el apoyo y el acompañamiento a diversas elaboraciones pueden ayudar a elaborar procesos que no son sencillos, que no siempre tienen el sostén necesario y que pueden tomar el curso menos deseado.
Es posible ver ciertos duelos que tienden a la patologización y ante los cuales la opción psicoterapéutica puede resultar esencial para poder prevenir una situación que devenga en duelo patológico.
Este sostén del que realiza un duelo se basa en el apoyo de las redes sociales, en el trabajo psicoterapéutico y en algunos casos farmacológico.
También es importante considerar que en una época donde todo ritual que aluda a la muerte aparece como negativo, produce que el duelante se encuentre muy solo frente a esta situación.
La depresión
Una de las formas más claras en las que se expresa el dolor psíquico es la depresión.
Los síntomas de la depresión son:
-          Estado de ánimo depresivo la mayor parte del día.
-          Disminución acusada del interés o de la capacidad para el placer en todas o casi todas las actividades.
-          Los trastornos en el apetito son constantes.
-          El insomnio o la hipersomnia son frecuentes.
-          La agitación o el enlentecimiento psicomotores.
-          La fatiga o pérdida de energía casi cada día.
-          Sentimientos de inutilidad y culpa excesivos, con autorreproches.
-          Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o indecisión.
-          Pensamientos recurrentes de muerte, ideación suicida.
Estos síntomas provocan un malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
El curso y la duración de las depresiones es variable y dependerá, tanto de las características de la personalidad de cada sujeto, como del contexto sociocultural donde se desarrolle.
El punto de vista psicoanalítico de la depresión
Una de las primeras consideraciones de Freud al respecto, y a la que llama melancolía, es que la pérdida que se produce es de naturaleza más ideal, es decir, la pérdida no es fácilmente comprensible, aunque la persona sienta que algo ha perdido o no sabe bien qué es lo que ha perdido con ese objeto. La pérdida actual cobra sentido en la medida en que resignifica una pérdida anterior que el sujeto no elaboró adecuadamente.
El melancólico sufre un notorio empobrecimiento de su yo que se refleja en una extraordinaria disminución de su autoestima. Esto nos lleva a considerar que su yo se identificó con el del otro y lo castiga. Los reproches con los que el enfermo se abruma corresponden en realidad a otra persona, a un objeto erótico perdido, y han sido vueltas contra su propio yo.
 
La depresión en la vejez
Uno de los prejuicios más habituales consiste en calificar a todo viejo de depresivo. Clínicos e investigadores creen con frecuencia queexisten mayores tasas de depresión con la edad, pero la evidencia empírica no apoya esta hipótesis.
Diferencia de género y edad
Las características de la depresión en la vejez se diferencian por edad y género. Los viejos-viejos tienen más posibilidades de padecer depresión que los más jóvenes, y las mujeres viejas-viejas más que los hombres del mismo grupo etario. Los factores más relevantes fueron el número de amigos y la moral (sentido de la vida). Particularmente el mayor número de amigos estuvo relacionado con menor nivel de depresión.
Es importante remarcar que los síntomas depresivos en el hombre suelen estar más influenciados por la pérdida de roles laborales, de capacidad física y de vigor, mientras que en la mujer aparecen más asociados con la ida de los hijos, el no sentirse deseadas, etc.
Diversas teorías acerca de las depresiones en la vejez
Son múltiples las razones que inciden en el origen de las depresiones en los adultos mayores.
Teorías de base biológica
Los factores a considerar con la predisposición genética. La gran ingesta de medicamentos es otro factor que incide en la depresión.
Teorías de base psicológica y social
La incidencia de los Eventos y Estresores Vitales Negativos: hay una serie de investigaciones donde se demuestra la mayor probabilidad de deprimirse en la vejez de aquellos sobrevivientes de situaciones traumáticas como la del Holocausto u otras personas que padecieron guerras. Una de las suposiciones es que las pérdidas que se suelen transitar en el envejecimiento, tales como la jubilación, inactividad y reducción de ingresos, enfermedades y duelos, pueden conducir a que se desencadene una aparición o exacerbación tardía de aquellas vivencias penosas de su vida, las cuales fueron interpretadas como Síndrome de Estrés Post Traumático.
Otra línea de investigación muestra la correlación mutua entre los estresores actuales y los síntomas depresivos y el modo en que se alternan mutuamente. Los estresores de la vida han sido ubicados como la primera causante de los síntomas depresivos.
La teoría de la Selectividad Socioemocional: cuando un sujeto tiene poco tiempo busca gratificaciones más cercanas. Este tipo de relación puede iluminar ciertas áreas de vulnerabilidad para los adultos mayores en su bienestar ya que son sujetos más dependientes de los otros, así como el hecho de que el deseo de entablar relaciones que sean satisfactorias los hacen más vulnerables a las críticas, las cuales sueles estar asociadas a los síntomas depresivos.
La teoría de la Integración Social y los intercambios equitativos: cuanto mayor sea la integración social, menos el número de síntomas depresivos. Las relaciones sociales están asociadas al bienestar psicológico, moderan el estrés y permiten que se sientan amados, más capaces de lidiar con los problemas de salud y mejorar su autoestima.
Los Intercambios sociales negativos y positivos: cuando los intercambios negativos y positivos son iguales, los negativos toman mayor preponderancia y se asocian con más angustia y predicen mejor la depresión que los positivos.
El acompañamiento en la vida cotidiana, por ejemplo a través de cuidadores, es de suma importancia en los adultos mayores ya que se asocia con el proceso de bienestar y la disminución del estrés. Este es el tipo de intercambio positivo de mayor incidencia. Por otra parte, el rechazo, las críticas frecuentes o la negligencia son los aspectos negativos que mayor incidencia tienen en la salud mental.
La desintegración social y sus efectos: la exclusión llega en algunos casos a situaciones extremas que propician la aparición de diversas patologías que permiten ver las graves consecuencias psicológicas que puede ocasionar el aislamiento social en las personas de edad. Esta situación genera en los adultos mayores sentimientos de pérdida de poder y de recursos. Las consecuencias que la invisibilidad produce a nivel psicológico afectan el estado de ánimo y la autoestima e incluyen además ira, vergüenza, aislamiento, depresión y suicidio. Estos cuadros inciden negativamente sobre el bienestar de las personas incrementando las posibilidades de enfermedad y muerte.
Teoría de la pérdida de control: una de las formas más acusadas por las cuales los sujetos expresan haber comenzado con síntomas depresivos es ante la falta de control que sienten por haber perdido fuerza física, belleza, capacidad, etc. y sentir que no pueden manejar su vida tal como lo hacían previamente.
Las limitaciones psicofísicas, económicas y sociales, parecen dejarlos expuestos a un sentimiento de desprotección que los lleva a temores generalizados.
Esta pérdida de control se encuentra íntimamente ligada con la sensación de pérdida de reconocimiento y de validación externa. Razón por la cual el fortalecimiento externo puede permitir que el sujeto recupere una sensación de capacidad que le permite reorganizar proyectos personales.
Tratamientos
El tratamiento de la depresión implica el apoyo de tres grandes ejes: la psicoterapia, las redes de apoyo social y el farmacológico.
La evaluación y mapeo de la red de apoyo social constituye una herramienta primordial en el trabajo con adultos mayores. Puede aportar información valiosa en la elaboración de un diagnóstico prospectivo.
Los profesionales debemos promover nuevas redes sociales.
Las opciones psicoterapéuticas disponibles en la actualidad con múltiples. Desde las psicoanalíticas hasta las de orden cognitivo-conductual, aun ofreciendo lecturas diferentes acerca de la cura, permiten elaborar y superar la problemática. Los enfoques individuales o grupales son importantes de determinar en relación a una serie de factores tales como la mayor gravedad.
A nivel farmacológico resulta necesario tener en cuenta las seis reglas de la farmacocinética que regulan la elección del antidepresivo.
La ansiedad
Afecto caracterizado por tres órdenes de fenómenos:
-          El sentimiento de un peligro inminente.
-          Una actitud de espera frente al peligro.
-          El desconcierto.
Este problemas es caracterizado por un sentimiento continuo de tensión y de aprehensión, una tendencia a subestimar y a denigrar, un miedo a ser criticado o rechazado, un evitamiento de los contactos sociales y profesionales por miedo a ser desaprobado.
La ansiedad en la vejez
La incertidumbre que produce el envejecimiento conlleva un riesgo potencial a nivel de la ansiedad. Ciertos factores contribuyen a dicha emergencia:
-          La personalidad
-          La afectividad: el estado de humor determina el grado de resistencia e la fragilidad psicológica.
-          El funcionamiento intelectual
-          La vida de relación: la vejez puede acarrear un aislamiento progresivo.
-          La percepción del cuerpo: las pérdidas de eficacia y de control del propio cuerpo pueden producir una pérdida de seguridad y una serie de limitaciones en las actividades que pueden llevar a incrementar los montos de ansiedad frente a la carencia de recursos.
-          La enfermedad física: encontrarse enfermo o accidentado produce un sentimiento de vulnerabilidad y angustia. La ansiedad puede ser síntoma también de numerosas enfermedades físicas.
-          La vida social: el corte con la vida social, particularmente la entrada en una institución geriátrica arrebatan el sentido de control personal y puede ser altamente ansiógenas.
Manifestaciones clínicas:
-          Preocupaciones subjetivas
-          Síntomas somáticos
-          Consecuencias comportamentales
La hipocondría
La queja hipocondríaca no excluye que haya enfermedades reales, particularmente el personas mayores donde puede haber una pluripatología.
La hipocondría tiene una alta función adaptativa ya que le permite desplazar la ansiedad hacia una enfermedad imaginaria que pareciera darle un papel más aceptable socialmente.
Problemas nuevos de la personalidad
Alteración senil del carácter: dominada por el egocentrismo, la rigidez, la avaricia, la hostilidad y la agresividad. Los pacientes tienen tendencia a no cuidar su higiene, su alimentacióny sus actividades. Son pseudos dependientes.
Síndrome de Diógenes: el enfermo es anosognóstico, lo que extrema una situación de negligencia y abandono de su propia persona. Son sujetos con historia de aislamiento, suspicacia y labilidad emocional.
Síndrome Frontal: pasividad, falta de iniciativa, desinterés e indiferencia.
Delirio de Tabiques: es una psicosis de tipo esquizofrénico de inicio tardío y muy tardío. El paciente cree que hay gente, animales, materiales o radiaciones que puede pasar a través de estructuras que normalmente constituyen una barrera, como pueden ser los muros y las paredes, o los suelos. Lo que caracteriza a las ideas delirantes de la esquizofrenia de inicio tardío es la gran riqueza fenomenológica y descriptiva.
Psicosis alucinatoria crónica o delirios alucinatorio crónico: asociado a deficiencias sensoriales, visuales y auditivas. Estas se cronifican y se viven con gran intensidad.
PSICOLOGÍA DE LA MEDIANA EDAD Y VEJEZ. Iacub y Acrich
Identidades y envejecimiento: concepto de identidad.
Envejecimiento y vejez son procesos que tienen una relación directa con cambios biopsicológicos, resulta importante señalar que estos son interpretados a la luz de una cultura que le da una significación en un contexto particular y cambiante. 
Ambos conceptos podrían ser pensados como significaciones que producen cortes en lo social y determinan una medida en la noción de edad.
El término identidad, alude a “el mismo” o “lo mismo”.  La configuración de la identidad en un sentido psicosocial, es necesaria pensarla en contextos donde la multiplicidad de interacciones mantiene al sujeto o a una cultura, en permanente agitación y cambio, lo cual nos permite cuestionar las homogeneidades solitarias así como ser cautos en determinar lo idéntico.
Benoist aborda el problema de la identidad desde el “insustacialismo dinámico”, lo cual supone pensar que la identidad es un fondo virtual, indispensable para explicar un cierto número de cosas, pero sin que por ello le otorguemos una sustancialidad estática, propia de las definiciones más formales del término.
La identidad desde este marco teórico, surge desde una necesidad en la organización de la experiencia humana que determina un modo de auto reconocimiento aun sobre el fondo de una ausencia.   
· Identidad narrativa
Ricoeur piensa al sujeto como alguien que lee su vida como si fuera otro, al mismo tiempo que la escribe, y en este movimiento de lectura y escritura se produce una transformación de la representación que tiene de sí.
Pensar al sujeto como un lector de si mismo, implica considerar la identidad narrativa como una interpretación.  Este acto de lectura se apoya en los materiales aportados por las múltiples historias y relatos que ofrece nuestra cultura.
Uno de los elementos que se usan para dar cuenta de la identidad narrativa es el uso de las diversas formas de figuración, es decir los modos en que un sujeto se concibe, se ve y se comprende como tal.
La reconfiguración es el proceso a través del cual el sujeto modifica la lectura que tiene de si mismo a causa de algún acontecimiento, experiencia o valor que resulten significativos para el sujeto.  Por ejemplo: el síndrome del nido vacío que implica una figuración de la idea que el sujeto tenia de si mismo, poniendo en duda la noción de lo que significa ser madre y su propio posicionamiento como tal.
La noción de autoconfiguración alude a la apropiación de un personaje mediante la identificación.  Este es un proceso por el cual el sujeto se ve con una representación clara y objetiva de si mismo.  Dicho personaje se encuentra en directa dependencia con un relato que brinde significados al ser y que por lo tanto permita asumir esa representación de otro u otros que lo validen.  Por esta razón el relato y el otro se vuelven soportes de identidad y solo allí el sujeto puede sentirse con una figuración de sí más clara y estable.
El perder un rol como el trabajo, lleva a que resulte difícil reapropiarse de otro rol luego de la jubilación,  una de las explicaciones es que la mujer encuentra mas fácilmente apropiarse de otros roles, es que los nuevos están más cerca del relato tradicional de lo que significa ser mujer en nuestra cultura y se encuentran as validados socialmente.
Por último, la configuración implica la tarea de aprehender como un todo, un conjunto de circunstancias discontinuas y no coherentes, dándole un sentido que vuelva seguidle y comprensible la historia personal.
Un ejemplo seria la reminiscencia.  Esta modalidad introspectiva que se realiza a través del recuerdo, permite a las personas de mediana edad y viejos darse continuidad y coherencia ante ciertos límites que se presentan como disruptivos, ya sea tanto la pérdida de un rol o la propia cercanía y personificación de la muerte.
Esta operación configurativa permitirá restablecer una representación de si mismos más equilibrada, donde los cambios puedan ser procesados y donde la vivencia no sea de pura pérdida, que posibilite una mayor integración de si y restablezca un bienestar subjetivo.
La función narrativa tendrá como objetivo cohesionar una representación del si mismo a lo largo de la vida,  a través de volver comprensible lo que resulta incomprensible y volver continuo lo que resulta discontinuo.
El relato tiene dos características:
1. la dimensión lingüística que le proporcionamos a la dimensión temporal de la vida.
2. la posibilidad de encadenar historias discontinuidad de la propia vida que dificultarían reconocer un sentido de identidad.
En este punto la identidad narrativa, podría considerarse el producto inestable de la intersección y el entrecruzamiento entre la historia y la función porque el sujeto en su búsqueda de continuidad y coherencia, requerirá de un relato que sostenga dicha necesidad y para ello se realizaran múltiples interpretaciones de la historia.
A través del relato se configura la identidad del personaje a lo largo del tiempo.  Construcción que requiere de una historia contada, que encuentra en la trama, la mediación entre la permanencia y el cambio, así como la articulación entre la concordancia, en tanto principio que rige la disposición de los hechos y el reconocimiento de las discordancias que lo cuestionan,  es por ello que la configuración mediara entre las concordancias y las discordancias, regulando siempre de un modo móvil la elaboración de la trama.
Cualquier forma de consuelo, que valga como tal, debe configurar la historia haciendo que los acontecimientos azarosos o disruptivos se conviertan en comprensibles y con sentido.  Lo cual no es ni más ni menos que la función narrativa.
Por lo que la identidad narrativa es la resultante de las múltiples transformaciones que establece un sujeto sobre su identidad en base a formas y regulaciones objetivas que tienen las narraciones en nuestra cultura.  Esto es que todo relato para que sea comprensible y verosímil, debe seguir las leyes de completud, de totalidad y de unidad de la trama, es decir que el nexo sea seguirle a través de nexos narrativos claros.
El envejecimiento alude a la noción de finitud, de pérdida de roles, de prejuicios sociales, a cambios a nivel de la imagen y del cuerpo pondrán a prueba los lazos narrativos y podrán requerir un significativo trabajo de configuración que facilite la integridad de la identidad personal   
· La crisis como un fenómeno de LÍMITES.
Ante la inminencia de un cambio de la continuidad de cierto orden subjetivo aparece la desesperación ya que carecemos de recursos para ubicarnos en ese lugar y enfrentar ciertas situaciones.
La crisis, es una experiencia límite, nos separa de otros ya que nos ubica en un espacio de significados distintos.
Nuestra identidad fue construida desde ciertos límites que nos alojaban en un mapa conocido.  El limite significa entonces identidad, ya que nos dice lo que somos diferenciándonos de aquello que no creemos ser.
La persona en crisis no solo pone en tela de juicio la identidad sino que también la amenaza de sentirse excluido de una posición central.
Por esto la crisisse define como una experiencia limite.  Frente a esto quedarían dos opciones: encontrar una vía de retorno o ir mas allá penetrando en otro dominio que incluya nuevas formas identitaria que no promuevan la sensación de exclusión.   
· El proceso de la mediana edad.
Se define como el periodo entre los 40 y los 60/70 años.  La elección de las edades, cambian según la cultura.
Esta época se la puede circunscribir de acuerdo a las circunstancias sociales como la edad jubilatoria, el cambio estadístico de la edad de los casamientos, aminorando la edad de la generación de personas de 40 – 50 años y la edad de salida de los hijos del hogar, creo tempranamente el síndrome del nido vacío.
Algunos cambios biológicos propios de la edad afectan las facultades y capacidades que interfieren directamente en la ejecución de planes y obligaciones.
Lo fundamental es que la percepción de cambio se relaciona fundamentalmente con una situación de ruptura con un cierto equilibrio anterior que pone en juego un nuevo sentido de la identidad personal.
Hacemos coincidir la aparición de la mediana edad con una crisis, sin que por ello se ponga en juego una vivencia depres gena.  Por esto la CC de uno mismo, la cual ha sido definida como un enfoque sobre el sí mismo y un reconocimiento de la identidad, deberá procesar la experiencia del envejecimiento para producir un sedimento del autoconocimiento en el cual se conjuguen los modelos culturales propios y los modelos sociales vigentes.
Factores claves que aparecen en las situaciones vitales de las personas de mediana edad:
1. Los roles familiares: el síndrome del nido vacío describe la sensación de desamparo que vive la mujer ante la ida de sus hijos del hogar.  La vivencia suele describirse como de tristeza frente a la pérdida, no solo de la cercanía  sino de un rol social que justifique su existencia.  El trabajo de elaboración será el duelo qua que deberá ir separándose de ese espacio con el dolor que implica, al tiempo que busca nuevos espacios personales.  Su resolución dependerá de las capacidades personales, como de los diversos roles sociales que lleve a cabo.  Resulta importante el trabajo de elaboración de los padres frente a sus hijos, donde sus éxitos personales serán evaluados de manera personal como el haber sido bueno o malo padre.
2. La abuelidad: suele aparecer como uno de los logros de esta etapa vital, ya que logra recuperar una posibilidad de vínculo afectivo intenso, renovar la relación con sus hijos, reparar situaciones que no se pudieron compartir con los mismos.  Aunque no siempre estos resultados sean los habituales, también es posible hallar celos y envidia, tanto del lado de los padres como de los hijos por perder un espacio sin sentir que los nietos sean una recuperación.
2. a) La prolongación de la vida ha generado que muchas personas de mediana edad deban ocuparse de padres muy viejos. Esto trae el mayor problema en el área de la vida familiar y constituye la mayor fuente de stress.  La continuidad se refiere a la creación de herederos, no solo biológicos sino también sociales, el cual tiene por objetivo darle un sentido de trascendencia a la vida.
1. Las vivencias personales: En la mujer la liberación de ciertos roles tradicionales las libera a la posibilidad de elegir.  La preocupación por el cuerpo envejecido toma un lugar especial.  La menopausia, las libera del miedo de quedar embarazadas.
En los hombres la preocupación sobre el incremento de la presión en sus trabajos y el sentimiento de estar prendido con alfileres en un camino que tanto puede llevar al éxito como al fracaso.  Una dimensión especial se ha agregado y es la relacionada con el tema del desempleo, en tanto en su temor como en sus consecuencias.   
· Características de los informes narrativos del yo de esta etapa vital.
1. Crecimiento del Yo existencial: una característica de la mediana edad es la percepción emergente del sí mismo con una existencia temporal y dependiente de su propio cuerpo.  De la temprana a la mediana edad, estos aspectos físicos y temporales de la identidad van creciendo en su significación personal, es decir que estos aspectos se vuelven cada vez más frecuentes en los pensamientos, contenido sentimental y en las propias narrativas.
1. El Yo físico: se relaciona con la tarea de adaptación a la edad biológica.  Se considera que los cambios relacionados con la edad de 40 a 70 años, refieren a la pérdida de competencias e incluían más estrategias activas para relacionarse que los mayores de 70.  el temor a las enfermedades y muchas características especificas del funcionamiento psicológico, son fuertes en la temprana mediana edad y van aumentando hacia el final de esta etapa.  Por el contrario en la segunda etapa de la vida, el significado del cuerpo es totalmente diferente.  El sexo y los eventos románticos son de gran importancia en la adolescencia tardía y en la joven adultez pero son menos mencionados en la narrativa de la mediana edad y la vejez.
2. El Yo temporal: se refiere al incremento de referencias temporales que realiza el sujeto, para dar cuenta de su identidad.  Hay un aumento en las expresiones lingüísticas sobre referencias temporales, se conecta con la experiencia del movimiento a través del ciclo de la vida y del saber acerca de la mayor proximidad a la muerte.
3. Identidad temporal: conecta con la experiencia del movimiento a través del ciclo de la vida y del saber a cerca de la mayor proximidad a la fragilidad y la muerte.
4. Memorias autobiográficas y reminiscencias: el pasado del yo comprende todos los pensamientos relacionados con el pasado biológico de alguien. La mediana edad es el momento en q el pasado d 1 es largo y 1 considerable parte de la vida se ha materializado. Aumenta: el conocimiento acerca de cómo será la vejez y también la cc del tiempo y ciertos recursos para alcanzar objetivos importantes, desaparecen. Esto, evidencia el significado de la identidad pasada en los últimos años de vida; es decir, el yo incluye fuerte// los eventos pasados y los procesos o tipos de la vida.
5. Perspectivas futuras: es un factor motivacional y del comportamiento muy importante a lo largo del curso de vida.  A partir de los 45 los pensamientos acerca de la edad perturban cada vez más.  Las personas del grupo de mayor edad reflejan un estado de ser viejos en vez de estar envejeciendo, es decir, donde el futuro parece más inminente.
6. Identidad en el trabajo: es un aspecto central de la vida.  Se observa que la segunda etapa del trabajo, de los 40 a los 65, se caracteriza por una mayor satisfacción labora, motivación positiva, experiencia social y profesional, madurez en las relaciones sociales y responsabilidad.  La expectativa de retiro laboral puede afectar por diversas vías y maneras distintas. Por un lado la idea de retiro impone límites a la proyección del sujeto el cual puede verse como un trabajador envejecido en etapas aun de plena mediana edad. En esto incide la profesión y los parámetros culturales que valoricen ciertas edades para el logro de ciertas profesiones.  Por otro lado es bueno considerar que la jubilación suele ser deseada.
 La perspectiva de NEUGARTEN: plantea una perspectiva fenomenológica, describe tres características claves de este momento, las cuales resumen los criterios antes mencionados:
El incremento de la interioridad: supone una mirada introspectiva frente a alguna limitación personal subjetivamente vivida.  Esta mirada implica un balance acerca de lo que uno fue, acentuándose la función de la memoria como defensa.  Es por ello que aparece la reminiscencia como un trabajo psíquico necesario para mantener la economía mental en un estado equilibrado, a través del acto o habito de pensar sobre, relatar eventos o el recuento de experiencias pasadas, especialmente las más significativas de la vida personal.
La “reminiscencia es un proceso reflexivo, a través del cual el individuo es capaz de definirse o redefinirse introspectivamente, también es simbólico y selectivo.  La reminiscencia se concibe como un procesosocial, como una construcción más que como un acopio de eventos reales.  Una búsqueda de coherencia y significado a través de la memoria en un ambiente social presente que busca correspondencia con los recuerdos de eventos pasados.  Es a través de hablar con otros sobre el pasado, en que nuestras vida adquieren la apariencia de un orden y significado.  Orden y significado que permitirán reproyectarse en lo futuro, advirtiendo los cambios.  Una de las formas de la reminiscencia es la nostalgia, ya que supone un recordar doloroso, la memoria como posibilidad de reconstrucción positiva falla y es por ello que aparece la sensación de vulnerabilidad por no haber alcanzado los objetivos esperados.  Esto resulta en ansiedad y competencia con las nuevas generaciones.
El cambio en la percepción del tiempo: se comienza a pensar el futuro como “lo que me queda por vivir”.  Se pierde el lirismo de la adultez joven para pasar a un sentido trágico de la existencia.  La tragedia implicaría saber el final de la historia. Por otro lado, se formula una pregunta movilizadora: ¿Qué cosa queda por cumplir? ¿Qué cosa hay que abandonar?
Personalización de la muerte: aparece como la apropiación de un saber que siempre estuvo aunque no aparecía como cierto.  Este criterio es discutible aunque la percepción de cierto límite es constante.

Continuar navegando