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HIsteria como estructura psíquica en psicoanálisis

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Estructuras psíquicas en Psicoanálisis
Neurosis histérica
Para Juan David Nasio, la histeria puede ser exteriorizada de forma somática, en lo relacionado a problemas motrices, anestesias, dolores, etc. Sin embargo, todo esto se presenta como transitorio. Es decir que en la histeria habrá un síntoma conversivo. Por otro lado, también la histeria se comprende en la relación de este sujeto con el otro, es así que hay estados específicos que ella toma. El primero de estos es uno pasivo, donde se da una insatisfacción que se remite a que se quiere evitar un goce fuerte que amenazaría a ese sujeto y que le provoca miedo. El segundo estado se refiere al “yo histerizador”, en el cual se erotizan o sexualizan situaciones que no tienen un carácter sexual. Sucede con palabras, señas, etc. Tal sexualización es de un tipo infantil y sensual, y en la histeria no se llegará a culminar el acto sexual en sí. 
El tercer estado Nasio lo llama el del “yo tristeza”, que ocurre cuando se identifica ya sea con un hombre o mujer, pero cuando una situación estimulante llega a su fin, el sujeto histérico queda en un papel de excluido, lo que les trae tristeza, una sensación de soledad, etc. Asimismo, se encuentran en un conflicto entre ser hombre o mujer. 
En cuanto a la conformación de la histeria, nos explica Nasio (siguiendo a Freud en la teoría que fue posterior a la de la seducción como origen de la neurosis), se explica si se tiene en cuenta que en el neurótico existió una sexualidad problemática durante el desarrollo en lo relativo a las zonas erógenas, dando por resultado un fantasma resultado de una ficción de esos deseos. Así, hay una representación intolerable y un afecto guardado, en conflicto con el mecanismo de la represión. Es decir que se mantiene una tensión, aunque esta no sea consciente, y así se hablará de una “angustia fantasmática”. Entonces, en la histeria esta angustia derivará en una inhibición sexual de la zona genital, al mismo tiempo que se forma una erotización del cuerpo en su totalidad, de manera global, como antes se mencionó, es decir una repulsión para el acto sexual pero una seducción constante.

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