Claroscuro; Ensayo

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Módulo: Sujeto y Cultura
Ensayo: reflexión sobre Claroscuro
De igual forma que con “Ensayo: reflexión sobre El arte de llorar en coro”, el cual fue el primer texto de esta índole, es decir: con la intención de realizar una breve reflexión sobre el filme en cuestión, aplicando los conceptos presentes en las lecturas revisadas en clase, y relacionándolos con los acontecimientos ocurridos en el largometraje; me gustaría otorgar algunas líneas introductorias no solo al presente escrito, sino al material audiovisual que nos servirá para desarrollar el mismo.
Shine (título original de la película), es una pieza cinematográfica australiana dirigida por Robert Scott Hicks, donde se nos cuenta la historia de un pequeño entusiasta de la música que, instruido en el piano por su padre, de a poco se va forjando un prometedor futuro desempeñándose en dicho arte, ganando el reconocimiento de la crítica y el público. Participando en diversos concursos, finalmente se presenta en su vida la oportunidad de viajar becado al extranjero a estudiar lo que no podía ser otra cosa, el arte más efímero. En este punto cabe destacar que su padre, con el fin aparente de protegerlos, no permite que nadie ajeno a su familia, compuesta por él, David (el joven pianista), su esposa y dos hijas más, se involucre en sus asuntos, por lo que intenta impedir, sin éxito, que David se aleje de ellos. Algún tiempo después y debido a una inferencia que explicaré más adelante, David termina con psicosis e internado en un psiquiátrico.
Entrando ya en materia y comenzando con algo flojito, luego de conocerse y en una de sus visitas, David le pregunta a la escritora Katharine Pichard sobre su padre, al ver una fotografía de éste colgada en la pared. Lo que me resulta interesante en esta escena no es lo que Katharine responde, sino la intención misma de la pregunta. Esto refleja interés en un padre que no es el suyo, con la posible intención de compararlo con aquel que con él vive, pues intenta rescatarlo aún a sabiendas de que la actitud del mismo pudiese ser mejor.
En un acontecimiento distinto, del filme me gustaría rescatar principalmente una cosa, un detalle bastante obvio, la relación entre David y su padre. Siendo el humano un ser social, constituido en primera instancia en la familia, finalmente esta actitud tan posesiva de su padre para con David, termina reflejándose en la personalidad del chico, siendo alguien muy inseguro, hasta cierto punto sumiso e incapaz de relacionarse acertadamente con otras personas. Este estado de aislamiento social que provoca artificialmente su padre, traducido en una represión de lo que David en realidad desea, comienza a desquebrajarse cuando se presenta la segunda oportunidad de viajar a otro país a estudiar lo que le apasiona, revelándose ante el mandato de quedarse, y aún más, con la amenaza presente de “dejar de pertenecer a esa familia si se iba”. Sin embargo, la influencia de su padre sigue presente aún después de marcharse, pues el chico insiste en interpretar la obra que su figura paterna tanto le pidió. David ejecuta plenamente dicha sonata frente a la multitud y termina la presentación librándose finalmente del fantasma de su padre, representado esto último con el desplome de su cuerpo y su cordura.
Mencionar también otro detalle interesante, el hecho medianamente sutil del apellido mismo de David: “Helfgott”; que según el mismo David, la etimología del mismo recae en “ayudado por Dios”, ayudado por su primer instructor musical, aquel por quien será querido como por nadie más. Reafirmando su rol tradicional de autoridad, haciendo una aparente alusión al “Dios padre” de Élisabeth Roudinesco, esta figura deificada del progenitor, a quien le fue otorgado casi por obra divina un papel por en sima del resto de integrantes de la familia.
Finalmente y sin ser la ocasión, me gustaría reconocer la excepcional actuación de Geoffrey Rush, quien nos ilustra el resultado de la inadaptación social de alguien a quien la sociedad le constituyó como inadaptado.