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Diagramas de fatiga Materia: MECHANICAL PROPERTIES OF NANOSTRUCTURED MATERIALS Docente: Dr. Arturo Méndez López Alumna: Sofía Nava Coronel Maestría en Ciencias con línea terminal en Nanotecnología Maravatío, Michoacán, a 25 de agosto del 2020 Introducción En ciertas ocasiones los materiales están sometidos a procesos o aplicaciones cíclicas de un esfuerzo que no sobrepasa los límites de cedencia del material; sin embargo, este esfuerzo periódico puede ocurrir como resultado de rotación, flexión o vibración y provoca la falla del material después de numerosas aplicaciones, a este tipo de falla se le conoce como fatiga (Askeland, 1998). Las fallas por fatiga ocurren en tres etapas: primero se inicia una grieta minúscula, sobre la superficie, generalmente tiempo después de haberse aplicado el esfuerzo. Después la grieta se propaga gradualmente, conforme la carga sigue su alternancia. Cuando la sección transversal restante del material resulta demasiado pequeña para soportar la carga aplicada, ocurre la fractura súbita del material (Askeland, 1998). Se utiliza un ensayo de la viga en voladizo rotatoria para medir la resistencia a la fatiga de un material, donde uno de los extremos de la probeta cilíndrica maquinada se sujeta al eje de un motor. En el extremo opuesto se suspende un peso. Inicialmente la probeta tiene una fuerza de tensión actuando sobre la superficie superior, en tanto que la superficie inferior está sometida a compresión. Cuando la probeta gira 90°, los puntos que originalmente estaban bajo tensión y compresión no están sujetos a esfuerzo alguno. Después de una media revolución de 180°, el material originalmente bajo tensión está ahora bajo compresión por lo que el esfuerzo en cualquier punto pasa a través de un ciclo senoidal completo desde un esfuerzo máximo a tensión, hasta un esfuerzo máximo de compresión (Askeland, 1998). El esfuerzo máximo que actúa en ese tipo de probeta está dado por: 𝜎 = 10.18𝑙𝐹 𝑑3 Donde l es la longitud de la barra, F la carga y d el diámetro. Después de un número suficiente de ciclos, la probeta puede fallar. Generalmente, se prueba una serie de muestras a diferentes esfuerzos (Pagès, Costa, Mayugo, & Blanco, 2002). Las estrategias más comunes para la predicción de la esperanza de vida de un componente de material compuesto sometido a cargas de fatiga pueden dividirse en tres grandes categorías según a qué nivel estructural se estudian los sucesos de daño. Así distinguiremos los modelos empíricos o macroscópicos de los modelos mecanicistas y, en un paso intermedio, los modelos a nivel de lámina (Pagès, Costa, Mayugo, & Blanco, 2002). Los modelos macroscópicos conciben el material compuesto como un material homogéneo con unas ciertas propiedades anisótropas equivalentes. Con esta estrategia podemos abordar gran cantidad de problemas como: estimación de la esperanza de vida a un elevado número de ciclos, estimación de la progresión de la resistencia residual y la rigidez residual, etc. El principal inconveniente de estos modelos es la necesidad de una gran experimentación para alcanzar una completa caracterización del comportamiento a fatiga del material (Pagès, Costa, Mayugo, & Blanco, 2002). En los modelos de degradación a nivel de lámina, la rotura a fatiga se entiende que proviene del fallo sucesivo de cada una de las láminas con distinta orientación del refuerzo. En este caso, pues, se toma a la lámina (y no todo el laminado) como una unidad de comportamiento homogéneo y se distinguen los modos de fallo intra- lámina de la delaminación. De este modo, la caracterización experimental obtenida para una lámina, normalmente unidireccional, puede utilizarse para distintas configuraciones de apilamiento (Pagès, Costa, Mayugo, & Blanco, 2002). Y los modelos mecanicistas se basan en la micromecánica. En estos modelos se describen los sucesos elementales de fallo a nivel microscópico (la acumulación, interacción y propagación del daño hasta la rotura del material). Obviamente, estos modelos son computacionalmente costosos. Sin embargo, son estos modelos constructivos a partir de los cuales es posible conocer sobre qué aspecto de los constituyentes debe actuarse para mejorar cierta propiedad (Pagès, Costa, Mayugo, & Blanco, 2002). A partir de las curvas S-N es posible obtener la disminución de resistencia que provoca una carga cíclica cualquiera en el material y así conocer la evolución de la resistencia residual (SR). Normalizando la función de resistencia residual se obtiene la evolución del factor de reducción (fred) del umbral de discontinuidad del material. Ilustración 1.- Ley de Goodman y curvas S-N (Pagès, Costa, Mayugo, & Blanco, 2002) Las curvas S-N y la evolución de la variable resistencia residual son dependientes del tipo de tensión cíclica, por lo tanto, es preciso un correcto conocimiento de los parámetros que lo definen. Cada punto de un elemento estructural sometido a cargas cíclicas está sometido también a esfuerzos fluctuantes. Su forma en el tiempo viene dada por una función sinusoidal definida por los parámetros de la Tabla 1 (Pagès, Costa, Mayugo, & Blanco, 2002). (Pagès, Costa, Mayugo, & Blanco, 2002) El ensayo de fatiga dice el tiempo o número de ciclos que resistirá una pieza, o la carga máxima permisible que se puede aplicar para prevenir la falla del componente. El esfuerzo límite para fatiga, definido como el esfuerzo por debajo del cual existe una probabilidad del 50% de que ocurrirá falla por fatiga, es el criterio de diseño preferido. La vida a fatiga indica cuánto resiste un componente a una esfuerzo en particular. La resistencia a la fatiga es el esfuerzo máximo con el cual no ocurrirá fatiga en un número particular de ciclos. La resistencia a la fatiga es necesaria al diseñar materiales con aluminio o polímeros, ya que éstos no tienen un esfuerzo límite para fatiga (Askeland, 1998). Análisis microestructural de una fractura por fatiga En la Ilustración 2 observamos una representación microestructural en un material que se ha fracturado después de la fatiga. Donde se observan tres regiones importantes, la primera es la iniciación, que su nombre lo indica es el inicio de la fractura, este se puede deber a una dislocación del acomodo de los átomos del material, entre otras razones. La segunda zona está demarcada por la aparición de ondas que se van propagando por el esfuerzo ejercido, éstas se pueden observa a simple vista o con ayuda de un microscopio, y finalmente está la zona de rotura, donde la fractura se da súbitamente, es decir el material se ha separado totalmente. Ilustración 2.- Microestructura de la fractura por fatiga http://www .... crecimiento-grieta-por-fatiga-materiales-ingenieria
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