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Ficha Técnica “El Interés por el Psicoanálisis” Sigmund Freud (1913) El psicoanálisis es un procedimiento médico que aspira a curar ciertas formas de afección nerviosa (Neurosis). No tiene utilidad terapéutica en formas graves de las genuinas enfermedades mentales. En las Neurosis hay un gran número de exteriorizaciones mnémicas, lingüísticas y de formaciones de pensamiento, (operaciones fallidas y sueños en personas normales y convulsiones, delirios, visiones, ideas y acciones obsesivas en las neuróticas) que pueden llegar a comprenderse mediante supuestos de naturaleza psicológica. Operaciones fallidas: Olvido de palabras, nombres deslices en al habla, lectura o escritura, extravío de cosas; errores cometidos a pesar de un mejor saber. Son fenómenos psíquicos y poseen un sentido y una tendencia. Esta tendencia es sofocada (reprimida), y el acto fallido es la obra de esa tendencia. La razón más frecuente para sofocarla es la evitación del displacer. Sueños: Son actos psíquicos que poseen sentido y propósito. Mediante el trabajo de interpretación, se puede acceder a los pensamientos oníricos latentes, que se esconden detrás del contenido manifiesto. Ocurren varios procesos: la condensación de representaciones, el desplazamiento desde una representación a otra, la censura, la represión (se accede a representaciones reprimidas), la desfiguración y la formación sustitutiva. El interés del psicoanálisis para la ciencia del lenguaje: El lenguaje del sueño es ambivalente, contradictorio, simbólico. Es el modo de expresión de la actividad anímica inconciente. La interpretación del sueño puede ser comparada a la interpretación de una escritura figural antigua. Y como en ella, la omisión de diversas relaciones tienen que completarse a partir del contexto. El interés del psicoanálisis para la filosofía: La filosofía puede ella misma convertirse en objeto del psicoanálisis. En ninguna otra ciencia la personalidad del trabajador científica alcanza un papel tan descollante. El psicoanálisis es capaz de colegir, a partir de la obra del artista su personalidad íntima que tras de ella se esconde, y pesquisar la motivación subjetiva e individual de doctrinas filosóficas pretendidamente surgidas de un trabajo lógico imparcial. El interés del psicoanálisis para la biología: El psicoanálisis ha aportado mucho a los saberes sobre intereses y quehaceres sexuales de los niños. Su alcance abarca los gérmenes de todos aquellos quehaceres sexuales que luego habrán de contraponerse como perversiones, a la vida sexual normal. La sexualidad ya no aparece como una función al exclusivo servicio de la reproducción, equiparable a la digestión o respiración, sino como algo mucho más autónomo que se contrapone a todas las demás actividades del individuo. El interés del psicoanálisis para la psicología evolutiva: La vida anímica del adulto deriva de la del niño. El psicoanálisis ha podido eliminar la amnesia de la niñez, y así acceder impresiones de esa época de la vida que tienen extraordinaria significatividad en la posterior organización del hombre. El interés del psicoanálisis para la historia de la cultura: Se presenta como posible transferir la concepción psicoanalítica obtenida a raíz del sueño a productos de la fantasía de los pueblos, y así descubrir los motivos ocultos que causaron esas mudanzas del mito respecto de su sentido originario. Mito, religión y eticidad se insertan como un intento de procurarse resarcimiento por la deficiente satisfacción de los deseos. El interés del psicoanálisis para la ciencia del arte: A través de su creación, el artista busca autoliberación; figura como cumplidas sus más personales fantasías de deseo, ellas se convierten en arte sólo mediante la refundición que mitigue lo chocante de esos deseos, oculte su origen personal y observe reglas de belleza que soborne a los demás con incentivos de placer. El goce artístico proviene de las fuentes escondidas de la liberación de lo pulsional. El interés del psicoanálisis para la pedagogía: El psicoanálisis ha aportado conocimientos sobre el complejo de Edipo, el Narcisismo, las disposiciones perversas, el erotismo anal, el apetito de saber sexual, todas éstas características de la sexualidad infantil. Al familiarizarse los docentes con éstos procesos normales del desarrollo de la sexualidad, podrán abstenerse de intentar una sofocación violenta de las mociones pulsionales, ya que dicha sofocación lo único que consigue es una represión que genera una inclinación a contraer más tarde una neurosis. En cambio el docente puede apartar de sus metas originarias estas pulsiones asociales y perversas del niño y dirigirlas a unas más valiosas en virtud de la sublimación. En manos de una pedagogía esclarecida por el psicoanálisis descansa cuanto podemos esperar de una profilaxis individual de la neurosis. Marina Soria - Seminario 1 - 2011
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