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William Shakespeare - El Mercader de Venecia

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de william shakespeare 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Versión de Felipe Castro para TODOS AL TEATRO. TAT 
 
 
 
 
 
 
EL MERCADER DE 
VENECIA 
 2 
EL MERCADER DE VENECIA 
William Shakespeare 
 
ACTO PRIMERO 
ESCENA I 
Venecia, un bar es de madrugada. 
Antonio Salerio y Solanio. 
 
ANTONIO: No sé. Lo digo de verdad; no lo sé, 
 no tengo mucha idea… 
 desconozco la causa de esta tristeza… 
 es melancolía supongo. 
 Cuál será su origen… cuál su principio… 
 no lo sé…habrá que averiguar. 
 Qué poco sentido tiene todo esto… 
 no me reconozco, yo no soy así. 
 
SALERIO: Tu depresión está directamente conectada al océano. 
 Sí, sí, sí, se agita sobre el mar… allí donde tus barcos 
navegan de un puerto a otro. 
 
SOLANIO: Créeme Antonio, que si yo tuviese todo apostado en el mar, 
tendría mi cabeza a tiempo completo en muelles, puertos y 
desembarcos. 
 
SALERIO: Soplas el café y te pones a pensar en un temporal en alta 
mar, miras los cristales del azúcar y ya ves al… como se 
llama. 
 
ANTONIO: Turquesa II. 
 
SALERIO: Turquesa II, claro. El gigantesco barco petrolero Turquesa II 
encallando en la costa Neozelandesa. 
 Oh tragedia, oh Turquesa II sangrando petróleo en pleno 
océano Pacífico, todo contaminado, pérdidas totales. Ohhhh. 
Estás a punto de pasar de la depresión a una paranoia. Estás 
así porque no te desconectas, porque no piensas sino en tus 
barcos. 
 
ANTONIO: No es así. No, no son precisamente mis barcos los que me 
tienen así. 
 
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SOLANIO: Entonces, te enamoraste. 
 
ANTONIO: Ya, ya, ya… No, eso no. 
 
SOLANIO: Mira, quien viene ahí… tu amigo Basanio, viene Graciano y 
Lorenzo también, quizás ellos resuelvan tus problemas, yo 
me quedo feliz para hacerte feliz pero tengo otros amigos 
que atender. 
 
ANTONIO: Solanio, tú sabes como aprecio tu amistad, anda tranquilo, 
sé que tienes otras cosas que hacer. 
 
SALERIO: Señores, buenos días. 
 
BASANIO: Dónde es la fiesta, cuándo, a qué hora, ya no cuentan nada, 
¿algún problema? 
 
SALERIO: Nada, te aseguro que la próxima te la aviso a tiempo. 
 
Salen Salerio y Solanio. 
 
LORENZO: (a Basanio) Te dejo en buena compañía, no te olvides que 
comemos juntos. 
 
BASANIO: No me vayas a fallar. 
 
GRACIANO: Don Antonio, no tienes la mejor cara. 
 Los problemas del mundo no los vas a resolver sólo. 
Además, pierde más quien se afana en conquistarlo. 
 Tú has cambiado mucho Antonio. 
 
ANTONIO: En el gran teatro del mundo. Me tocó la melancolía. 
 
GRACIANO: Entonces, déjame iluminarte. 
 
LORENZO: Ay no, qué aburrimiento. 
 
GRACIANO: Antonio, escucha con atención y trata de comprender. 
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 No andes de melancólico buscando de todos las miradas, la 
melancolía se la tragan solo los incautos. 
 Lorenzo, nos vamos, después de comida seguimos en amena 
charla. 
 
LORENZO: Nos vemos en la comida ya que el verbo está monopolizado. 
 
GRACIANO: Habla sólo si tus palabras son más dulces que el silencio. 
 
ANTONIO: Suficientes palabras por hoy. 
 
GRACIANO: Antonio, el mutismo es sólo bueno en la lengua seca de una 
puta vieja… o en una vieja puta seca con la lengua…. Bye! 
 
ANTONIO: Me prometiste hablar de una mujer. 
 
BASANIO: Antonio, tú sabes perfectamente que gasto más de lo que 
gano. Me la paso bien y no voy a cambiar de estilo ahora. 
Mi problema es la plata o sea, las deudas, sin embargo, 
estoy seguro de haber encontrado la manera de pagarlas 
todas y de una sola vez. 
 
ANTONIO: Habla, de una sola vez y dime qué es lo que tengo que 
hacer, porque solo está claro que no puedes hacer nada. Te 
lo suplico, dime qué tengo que hacer porque para eso sí 
estoy preparado. ¡Habla rápido! 
 
BASANIO: Una mujer Antonio, una mujer será mi salvación… 
 una mujer que con solo mirarme me habla, me conversa, me 
mata. 
 Todo el mundo la busca, todos la quieren, todos la 
pretenden. 
 Antonio mi amigo tan querido, no tengo el dinero para ir a 
verla, ni mucho menos para regalarle alguna joya o algo que 
valga la pena. 
 Es millonaria Antonio y si logro llegar a ella, algo me dice, 
algo dentro de mí me dice, algo como un presentimiento. 
Me dice que la fortuna, esta vez, estará de mi lado. 
 
ANTONIO: El problema es que esa fortuna no la tengo. No tengo ese 
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dinero. Todo ese capital figura en mis barcos navegando de 
un puerto a otro. 
 Averigua quién presta dinero. Muévete por todos los 
bancos, agencias, prestamistas, lo que sea. Averigua tasas, 
averigua créditos. 
 Muévete querido amigo, muévete rápido. Así viajas lo antes 
posible y te presentas ante la belleza aquella. 
 Muévete, muévete veloz y ligero que yo haré lo mismo. ¡En 
todas partes hay dinero! 
 
 ESCENA II 
En el palacio de Porcia en Belmont. 
 
PORCIA: No sé… no sé lo que me pasa, 
 te juro Nerisa ya todo me parece intolerable. 
 
NERISA: Pasa que tienes todo y por eso no sabes que te pasa. 
 Lo único claro es que sufren tanto los que tienen todo como 
los que no tienen nada. 
 
PORCIA: No puedo elegir a quien amar, no puedo rechazar a quien no 
quiero amar? Maldigo ese testamento, pero que tendría el 
papá en su cabeza para hacer algo así. 
 ¿Es que acaso la voluntad de una hija debe regirla un padre 
muerto? 
 
NERISA: Tu padre fue siempre una buena persona, inteligente y claro, 
un hombre acaudalado también. 
 Estas personas siempre tienen buenas intenciones al redactar 
sus testamentos y obviamente quieren resguardar sus 
fortunas. 
 Este azar de los cofrecitos parece una tontería pero encierra 
la misteriosa sensación que quién acierte en la elección será 
además quien merezca tu amor. 
 
PORCIA: Claro, por supuesto. 
 
NERISA: ¿No te pasa nada con los variopintos muchachos que han 
enviado sus correos? 
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PORCIA: Ya los he olvidado a todos. 
 
NERISA: Revisemos… Aquí está… ves. El polero por ejemplo, es 
árabe y dinero no es lo que le falta. 
 
PORCIA: ¿Árabe? No, qué miedo, además solo habla de caballos. 
 
NERISA: El Sociólogo… 
 
PORCIA: Ay no, no se ríe con nada, todo es denso, todo es intelectual, 
no qué aburrimiento. 
 
NERISA: El cirujano…. Es Griego!!! 
 
PORCIA: Estoy segura que prefiere a los hombres. 
 Por ningún motivo, nada personal pero prefiero a un hombre 
que le gusten las mujeres. 
 
NERISA: Y el abogado, aquel con apellido inglés. 
 
PORCIA: Pero extranjero por qué?! No, no no no no, es imposible. 
 
NERISA: No te preocupes más. Ninguno de ellos aceptó las 
condiciones impuestas por tu padre. 
 
PORCIA: Ay Nerisa, finalmente parece que el papá tenía razón y 
capaz que el misterioso azar de la elección del cofre 
funcione. El papá… todavía lo hecho de menos… 
 Recuerdas a ese abogado, creo que era militar también…el 
papá todavía vivía y estuvo de pasada por aquí… era 
italiano, no italiano no, Veneciano. Basanio! Basanio era su 
nombre, él si era un hombre hermoso. 
 
NERISA: Por supuesto que lo recuerdo, ese hombre si valía la pena. 
 
PORCIA: Vamos Nerisa, mientras cerramos la puerta a un galán otro 
galán llama a la puerta. 
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ESCENA III 
En Venecia mismo bar del inicio ahora es de ncohe. 
 
SHYLOCK: Trescientos cincuenta mil; bien. Muy bien. 
 Harto dinero, ¿ah? 
 
BASANIO: Sí, señor, y por tres meses. 
 
SHYLOCK: Por tres meses… Sí, está bien, muy bien. Está muy bien. 
 
BASANIO: Antonio será aval. 
 
SHYLOCK: Antonio el aval? Bien, está bien. 
 
BASANIO: Bueno y? me vas a ayudar? Qué contestas. 
 
SHYLOCK: Trescientos cincuenta mil. Tres meses. Antonio de aval… 
 
BASANIO: Y? 
 
SHYLOCK: Antonio es hombre de palabra. 
 
BASANIO: Por qué? Lo estás poniendo en duda!! 
 Alguien dice lo contrario!! 
 
SHYLOCK: Ah no, no, no, no! Cuando digo hombre de palabra digo que 
paga sus deudas. El hombre paga sus deudas y eso es lo que 
importa. Trescientos cincuenta mil. 
 Sí, creo que si, si él avala la operación creo que estamos 
bien encaminados. 
 
BASANIO: Hecho. 
 
SHYLOCK: ¿Puedo hablar con Antonio? 
 
BASANIO: Organizaremos una comida. 
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SHYLOCK: No, gracias. Podemosnegociar, comprar o vender, caminar 
y conversar, pero no voy a comer contigo, no voy a tomar 
vino contigo y nunca voy a rezar contigo. 
 Pero mira quien viene por aquí. 
 
Entra Antonio 
 
BASANIO: Antonio. 
 
SHYLOCK: Tiene todo el aspecto de un hipócrita; tradicional y católico. 
 (aparte) Lo odio, lo odio no solo por sus ínfulas de “católico 
observante”... Católico observante, ¿qué es eso? 
 Lo odio porque presta dinero gratis. Su torpeza va a 
terminar por liquidar este negocio. Se ríe a gritos de mi 
condición de judío. Lo cuenta como algo gracioso. 
 Dice que todos mis ahorros y todos mis negocios son usura. 
“Este perro judío se dedica a lucrar con nuestro capital”. 
 Lo odio. 
 
BASANIO: Shylock, ¿me estás escuchando? 
 
SHYLOCK: Sí claro, por supuesto, estaba pensando en el dinero nada 
más (a Antonio) Qué se cuenta caballero, justamente 
hablábamos de usted. 
 
ANTONIO: Shylock, aunque no presto ni tomo prestado, y aunque 
nunca negocio con intereses, solo para atender las urgencias 
de mi amigo aquí presente romperé la costumbre 
 (a Basanio) ¿Le contaste ya? 
 
SHYLOCK: Sí, sí claro que si, trescientos cincuenta mil. 
 
ANTONIO: Y tres meses. 
 
SHYLOCK: Tres meses claro, eso fue lo que dijiste, se me había 
olvidado. Y usted como aval, como una prenda de garantía. 
Pero haber detengámonos un instante… 
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 Creo haber escuchado que no prestas ni pides prestado con 
intereses. 
 
ANTONIO: No tengo esa costumbre. 
 
SHYLOCK: (marca un número) Cinco mil ducados. 
 Una suma redonda. Y a tres meses, veamos, veamos esos 
intereses. (al teléfono) Juan, ¿a cuanto está la tasa? Cuánto 
sería por mes. 
 
ANTONIO: Bien, ¡sí o no! 
 
SHYLOCK: A ver amigo no tan rápido. Tú jamás pierdes la oportunidad 
de hablar mal de mí por mis famosos intereses. Cuántas 
veces empezamos con el insulto del perro judío. ¿Ah? 
¿Quién lo mató? El perro judío. 
 Quién los está engañando… el perro judío. 
 Bien fuerte… bien gritado. Muy gracioso, pero mi dinero 
me lo gano yo y yo saco provecho de lo que es mío. 
 ¿Qué quieres? Que agache la cabeza y te diga, perdón, 
distinguido caballero el miércoles pasado usted se rió a 
gritos de mí delante de todos los energúmenos vociferantes 
en plena transacción de valores, contando por enésima vez 
el odioso chiste del perro judío y por eso tengo que prestarte 
dinero!! 
 
ANTONIO: Estás yendo muy lejos. Estamos hablando de negocios y si 
me vas a prestar dinero no me interesa que lo hagas como 
amigo. No soy tu amigo y no me interesa serlo. 
 Un amigo no pide usura por un metal estéril. 
 Préstame esa plata como enemigo porque si te llego a fallar, 
cuestión que no va a ocurrir, te será más fácil cobrar 
venganza, que al parecer, es lo único que te importa. 
 
SHYLOCK: ¡¡Te enojaste!! Y yo que quería que fuésemos amigos. 
 De verdad, en serio. Te tengo una oferta generosa. 
 
BASANIO: Guau, dijiste generosa… Tú dijiste oferta generosa! 
 
SHYLOCK: Te voy a demostrar mi generosidad. Tomémoslo como un 
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juego, humor queridos amigos. 
 Firmamos ante un notario que solo tú eres la garantía… un 
juego, nada más que un juego. Si no pagas te corto un 
pedazo de carne. 
 ¿Que tal? Medio kilo de carne, de la tuya claro. 
 Yo decido que pedazo de kilo de carne quiero, yo decido 
qué parte de tu cuerpo es la que me gusta más. 
 
ANTONIO: Dónde hay que firmar. Te aseguro que luego de este 
arrebato de humor y generosidad cambió por completo mi 
visión de las cosas. ¡Dónde hay que firmar! 
 
BASANIO: Haz perdido la razón, Tú no firmarás ese documento por mí. 
No, prefiero vivir con mi frustración. 
 
ANTONIO: Déjalo así amigo querido. No solo te vamos a pagar tu plata 
sino que además te la vamos a pagar un mes antes, te vamos 
a pagar el doble y si te parece le agregas todos los intereses 
que se te vengan a la mente. 
 
SHYLOCK: ¿Se puede saber qué gano yo? Qué gano si decido cobrar. 
Medio kilo de carne humana no vale nada, es 
completamente inútil. Te aseguro que medio kilo de vaca 
vale más que medio kilo tuyo que no vale nada. 
 
ANTONIO: Hey, hey hey. 
 
SHYLOCK: Aquí la idea es volver a la amistad. Si no te gusta la oferta, 
no la tomes, pero no me grites solo por querer buscar una 
solución. 
 
ANTONIO: ¿Dónde hay que firmar? 
 
SHYLOCK: Tú elijes notario, tú eliges árbitros, abogados, secretarios, 
papeles lo que quieras. Tú me avisas donde paso a firmar. 
 Doy una vuelta por casa me llamas y ahí estaré… con todo 
tu dinero. 
Sale 
 
BASANIO: Mi desconfianza es absoluta. Ese hombre tiene una mente 
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perversa. No le creo nada. Nada. 
 
ANTONIO: Oye, oye hey, te preocupas demasiado está bien que sea 
época de huracanes pero mis barcos son de acero. 
 
Salen 
 
 
SEGUNDO ACTO 
ESCENA I 
Yesica en casa de Shylock habla por celular. 
 
YESICA: De todas formas me produce una tristeza enorme que de un 
día para el otro ya no trabajes para nosotros. 
 Juan, esta casa es un infierno y tú – demonio encantador- le 
dabas algo de alegría. En fin, eso no es lo importante, 
escucha bien lo que debes hacer. 
 A Lorenzo lo vas a ver en la comida que Basanio prepara 
para esta noche, dile que lo estaré esperando, que hoy es el 
día que las estrellas han elegido para nosotros. 
 Adiós Juanito, te dejo sino el papá va a sospechar (corta). 
Ay de mí. Esto es lo peor que puede sucederme. 
 Avergonzarme de mi padre. Sé que soy hija de su sangre, 
pero sé que no soy hija de su carácter. 
 Lorenzo, Lorenzo, mantén tu promesa de amor que yo por 
ella dejaría atrás mi pasado. 
 Por tu amor me entregaría a tu fe. 
 Huyamos juntos Lorenzo, dejo atrás mi historia, dejo atrás 
mi fe, así arda esta casa, prisión mía por años. 
 
ESCENA II 
En la calle es carnaval y todos están con disfraces es de noche. 
 
LORENZO: Todo claro, nos arrancamos de esa comida sin que nadie se 
de cuenta, nos cambiamos de ropa en mi casa y en una hora 
estamos de vuelta. 
 
GRACIANO: Pero si ni siquiera tenemos chofer. 
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SALERIO: Cómo pasa por tu mente pensar en un chofer. 
 
SOLANIO: La fastuosidad y el lujo, querido amigo, siempre han sido un 
poderoso afrodisíaco. 
 
LORENZO: Yo tengo una idea para el chofer. 
 (suena el celular) ¿Juanito, conseguiste los pasajes?, pero 
Juanito qué idea más descabellada, está bien, eso importa 
poco. 
 ¿La llamaste? ¿Qué? Shylock viene a la comida, va a comer 
con Antonio. No, no te lo creo, eso te dijo, está bien, yo lo 
arreglo. Ah y dile a Yésica que yo no falto a mi palabra. 
¡Hey amigos! Ya tenemos chofer. 
 
GRACIANO: Noticias de vuestra amiguita. 
 
LORENZO: No resisto y te cuento todo. Tú cierras tu bocota. 
 Yésica y yo nos vamos hoy. Yo no sé qué va a pasar con su 
papá, pero sé que va a explotar. 
 A mí eso no es lo que me preocupa, tiene encerrada a su hija 
por años y se puede ir a los infiernos. 
 Ella traerá joyas y algo de dinero que tiene guardado. 
 
GRACIANO: Estás totalmente demente, todo el vecindario dará cuenta de 
este rapto. 
 
LORENZO: No señor, me mandó a decir que se va a vestir de hombre 
para que nadie la reconozca. 
 
GRACIANO: No solo rapto, también será un robo. 
 Puta te has vuelto loco. 
 
LORENZO: Sí amigo mío, completamente loco. Ya. 
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ESCENA III 
En casa de Shylock es de noche. 
 
SHYLOCK: (al celular) Está bien, Juanito, está muy bien, ahora vas a 
ver las diferencias entre Basanio y este Shylock que poco 
menos que te crió… ¡¡Yésica!! 
 Te vas a morir de hambre. ¡¡Yésica!! 
 
YESICA: ¿Me llamaste papá? ¿Quieres algo? 
 
SHYLOCK: Me han invitado a comer, toma aquí están las llaves. 
 Tendría que ir… tú que crees… 
 Aló, Juanito, no, tú no. 
 Carnaval, hoy es noche de carnaval, no lo puedo creer, 
 ya gracias (corta). Te aseguro que no me invitan de 
cariño… Tú que piensas… voy a ir igual… 
 Qué rabia. (llama al celular) Por nada del mundo comería 
hoy fuera de casa. Pero voy, claro que voy a ir. 
 Aló (celular) Juanito, diles que voy, sí, voy a ir. (corta) 
Bien Yésica, cierra bien. 
 
Sale 
 
YESICA:Adiós. Que si adversa no me es la fortuna, me quedaré sin 
padre; y tú, sin hija. 
 
ESCENA IV 
Graciano y Salerio en noche de carnaval ya es de madrugada. 
 
GRACIANO: Dijo en esta esquina? Por la puta, dijo en esta esquina? 
 
SALERIO: Llámalo para saber a qué horas va a llegar a la reunión de 
las 2 de la mañana, siendo exactamente las 4 con 32 minutos 
y cuando ya comienza a amanecer. 
 
GRACIANO: Curioso… los enamorados más bien andan con el reloj 
adelantado. 
 
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SALERIO: El amor recién nacido vuela, pero hacerlo caminar uf, 
 te la regalo. 
 
GRACIANO: Siempre es igual. ¿Quién se levanta de la mesa con el 
mismo apetito voraz con que se sentó? 
 Todo lo que hacemos lo hacemos con más ganas que 
disfrutando. 
 Pendejo caliente, vamos a ver cuanto le dura. 
 
LORENZO: Perdón, perdón, perdón. Cuando quieran jugar a robarse una 
esposa les prometo que esperaré todo lo necesario y más. 
 
YESICA: (de hombre y sin mirar, ha estado ahí siempre) 
 Hola… por favor, eres tú… dímelo. 
 
LORENZO: Soy yo Lorenzo, tu amor, tu eterno amor. 
 
YESICA: Lorenzo eres, en ti confío, mi amante eres, estoy segura. 
Porque te amo solo a ti, a nadie sino a ti y sólo tú sabes que 
soy para ti. 
 
LORENZO: El cielo es nuestro testigo, igual que tu amor entrañable. Tú 
eres para mí. 
 
YESICA. Toma esto, vale más que nuestro sufrimiento. 
 Por favor ya no mires más. La vergüenza es gigante, la 
verdad cupido en persona se pondría rojo de verme 
convertida en hombre. 
 
LORENZO: Vamos, que tienes que ser nuestro chofer. 
 
YESICA: ¡¡Qué has dicho!! Todo el mundo se dará cuenta y la idea es 
pasar inadvertida. 
 
LORENZO: Nadie se dará cuenta amor, pero vamos pronto que ya la 
noche se comienza a despedir. 
 Basanio nos espera en lo que queda de su fiesta. 
 
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Salen Lorenzo Yésica y Salerio. Entra Antonio. 
 
ANTONIO: ¿Dónde están los demás?. Tienes que partir ahora mismo. 
Te he buscado toda la noche. Tuve que salir a escondidas y 
debo retornar pronto. Basanio ya está en el aeropuerto 
esperándote listo para partir. 
 
GRACIANO: Buenas noticias, querido amigo, nada como subir a un avión 
y desaparecer. 
 
ANTONIO: Nada. 
 
ESCENA V 
Trompetas. 
Estamos en el salón de los cofres. Porcia, Rubén y Nerisa 
 
RUBEN: (tomando el cofre de oro y leyendo lo que ahí dice) 
 “Quién a mí me elija tendrá 
 todo lo que un hombre pueda desear”. 
 (toma el de plata) 
 “El que me elija obtendrá todo lo que merece” 
 (toma el de plomo) 
 “El que me elija arriesga todo lo que tiene” 
 Nada fácil cariñito, nada fácil. 
 
PORCIA: Creo que es momento de elegir. 
 
RUBEN: ¿Es posible que seas de plomo?!! Sería un asco encerrar tan 
preciosa mirada en una tumba tan oscura. 
 ¿Es posible pensar que estés encerrada entre muros de plata, 
que no vale ni una décima parte del valor del oro? Eso sería 
pecar!! Un pecado Abominable!!! 
 Nunca una joya se montó en algo que no fuera el oro. 
 La llave mamá, la llave mi reina, el asunto ya está resuelto. 
 
NERISA: Señor, esta es la llave, dorada por cierto!! 
 
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RUBEN: Virgencita linda, mamacita del cielo, dame la fortuna que 
tanto deseo (abre el cofre y saca la calavera) 
 ¿Qué es esto? ¿Hamlet? 
 
NERISA: Hay una carta… la puedes leer. 
 
RUBEN: Ya veo cariñito, ciego no soy. 
 “En las tumbas de oro habitan los gusanos. 
 Si además de impulsivo fueras sabio, joven de cuerpo y con 
la mente anciano, no habrías tenido esta respuesta. 
 Lárgate en buena hora, para ti todo ha terminado” 
 Vale, que yo sé perder, ya tú sabes mamá que el consuelo 
también me vendría bien. 
 Porcia hasta nunca, que te has perdido una oportunidad de 
oro. Bye. 
 
PORCIA: Qué alivio querida amiga, no podría tolerar un hombre de 
ese aspecto. 
 
 ESCENA VI A 
En el aeropuerto es de amanecida. 
 
BASANIO: Querido amigo, no sé Antonio, no estoy seguro que vaya a 
resultar. 
 
ANTONIO: No lo hagas, no eches a perder tus asuntos por mí. 
 Yo sé cuidarme. Quédate todo lo que necesites y ya verás 
como las cosas maduran con el tiempo. 
 
BASANIO: Antonio, no tengo como agradecerte. 
 
ANTONIO: Ya lo has hecho, ya me has regalado lo suficiente. 
 En cuanto a la deuda con el famoso Shylock no dejes que 
interfiera en tus planes amorosos. 
 Sé feliz y entrega toda tu inteligencia a la deferencia y las 
correctas muestras de cariño según sea para ti lo más 
conveniente. 
 
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Entra Salerio 
 
ESCENA VII B 
 
SALERIO: Estás seguro que Lorenzo no va en el mismo vuelo que 
Basanio y Graciano. 
 
SOLANIO: Totalmente. 
 
SALERIO: Y Antonio desapareció. 
 
SOLANIO: Encuéntralo porque es realmente importante que se entere 
de lo de su Turquesa II 
 
SALERIO: Dicen que la mancha de petróleo es enorme y que 
contamina al menos tres cuartas partes del puerto. 
 
SOLANIO: A nuestro Antonio le llueve sobre mojado. 
 Shylock tapizó los tribunales con recursos de protección y 
denuncias de presunta desgracia, llegó hasta la casa del 
fiscal de madrugada donde acusó directamente a Lorenzo 
del robo que se perpetró en su hogar. 
 
SALERIO: A Antonio le conviene cumplir con el famoso trato. 
 
SOLANIO: Y para terminar de hundirse, su amigo del alma ha partido. 
 
SALERIO: Me consta que Basanio es todo lo que Antonio ama en este 
mundo, vamos que hay que aliviar esa tristeza, que de un 
modo o de otro se apoderó de él. 
 
Salen y aparece Antonio. 
Un ensordecedor ruido de avión suena sobre él. 
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ESCENA VIII 
Salón de los cofres. 
 
PORCIA: (a Nerisa) No me has dicho quién es. 
 
NERISA: Gerardo de Andalucía, soltero, 35 años, vive con su madre y 
su abuela, fue torero, tiene títulos de marques y de conde, 
posee tierras, barcos, minas, islas, viñas. 
 
PORCIA: Viñas. 
 
NERISA: Si, viñas. 
 
GERARDO: ¡¡Música!! 
 
Suena música española entra Gerardo, andaluz de tomo y de lomo 
 
GERARDO: (mirando el cofre de plomo) 
 “El que me elija arriesga todo lo que tiene”, 
 guapa te encuentro niña, pero faltaría un restillo para 
arriesgarlo todo. 
 Veamos que nos dice el cofrecillo de oro, veamos 
 “Quién a mí me elija tendrá todo lo que un hombre pueda 
desear”. Mmmh, por nada elegiría lo que todos los hombres 
desean, definitivamente no pondré mi sensibilidad al nivel 
de los varoncillos. Ni por casualidades me acerco a nada 
que suene a multitudes. 
 (al cofre de plata) “El que me elija obtendrá todo lo que 
merece” bien dicho. Por la virgen de la Macarena este 
asuntillo esta decidido. La llave, la llave y descerrajamos la 
puerta de la fortuna (la abre). 
 
PORCIA: Demasiado silencio para lo que ahí encontraste. 
 
GERARDO: ¿Qué es esto, un loquito que me mira con cara de idiota y de 
pasada me ofrece unas letras? 
 Es que acaso no merezco yo algo más que el rostro de un 
tarado. ¡Este es mi premio! ¡¡¡Es que este es mi precio!!! 
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 Gran torpeza haber por aquí aparecido (lee). 
 “Que aunque llevéis esposa a vuestra pieza, yo siempre seré 
vuestra cabeza. Partid, se os solicita con presteza” Con la 
cabeza hueca vine a conquistar, y con dos me dispongo a 
marchar. 
 
ACTO III 
ESCENA I 
Calle de Venecia es de noche. 
 
SALERIO: Los rumores crecen. 
 
SOLANIO: No son solo rumores, aparte del desastre del Turquesa II, 
otro barco de Antonio no logra salir del puerto de 
Klausmarie debido a la interminable guerra que azota dichas 
tierras. 
 
SALERIO: ¿Qué dices? 
 
SOLANIO: Digo que ojalá sea el final de sus pérdidas. 
 
Entra Shylock. 
 
SOLANIO: Shylock, qué sabes tú de los rumores. 
 ¿Qué se habla entre los mercaderes? 
 
SHYLOCK: Ustedes sabían que mi hija se había fugado con Lorenzo. Lo 
sabían. Lo sabían muy bien. 
 
SALERIO: No, no sabíamos, pero nosotros te estamos hablando de 
otros rumores, sabías tú que Antonio ha tenido pérdidas en 
el mar. 
 
SHYLOCK: Pérdidas en el mar… ¡bancarrota! 
 Ya ni siquiera asoma la cabeza por la rueda. 
 Que pague lo que debe. El me llamaba usurero. 
 Que pague lo que debe. El prestaba dinero por su inmensa 
cristiana caridad. ¡¡¡Que pague lo que debe!!! 
 20SALERIO: ¿No estarás pensando en quedarte con medio kilo de carne? 
 
SOLANIO: ¿De qué te sirve medio kilo de carne de Antonio? 
 
SHILOCK: De alimento para los perros, y si no sirve para alimentar 
nada, servirá para alimentar mi venganza. 
 Me ha deshonrado, me ha hecho perder millones. 
 Se ha reído de mis pérdidas y se ha burlado de mis 
ganancias, pone el asunto judío por delante dificultando 
todos mis negocios. 
 Desalienta a mis amigos y enardece a mis enemigos y ¿cuál 
es la razón? Yo soy judío. ¿Un judío no tiene ojos?, ¿un 
judío no tiene manos? 
 Órganos, tallas, sentidos, afectos, pasiones. 
 ¿No nos alimentamos con lo mismo? ¿No nos hieren las 
mismas armas? ¿No sufrimos los mismos males? ¿No nos 
curamos con los mismos remedios? 
 ¿Y si fuese negro, o amarillo, o rojo? 
 ¿Es que acaso las estaciones no son las mismas para todos? 
¿No tenemos el mismo calor, no pasamos el mismo frío que 
ustedes? 
 ¿Si nos pinchan, no sangramos? ¿Si nos hacen cosquillas, 
no reímos? ¿Si nos envenenan, no morimos? 
 ¿Y si nos ofenden, qué haremos? ¡Buscaremos venganza! 
 
SOLANIO: Antonio está arruinado. Deja ese medio kilo de carne a un 
lado. Yo puedo averiguar dónde está tu hija. 
 
SHYLOCK: No me importaría ver a mi hija muerta a mis pies ahora 
mismo con todas sus joyas puestas. 
 
SOLANIO: Es carne Shylock, nada más. Eres extranjero. 
 
SHYLOCK: ¡No soy extranjero! 
 
SOLANIO: Tenemos los mejores jueces y tenemos los mejores 
abogados. Es una estupidez, medio kilo de carne es un 
sinsentido, un absurdo. ¡No vas a ganar! 
 21 
 
SHYLOCK: Habla con tus abogados. Habla con tus jueces. 
 Avísales con tiempo que le voy a arrancar el corazón a 
Antonio si no me paga. Que pague lo que debe. 
 
ESCENA II 
Basanio frente a los cofres. 
También están Nerisa, Graciano y Porcia. 
 
PORCIA: Te lo ruego, a que tanta prisa, no es necesario tanto apuro. 
Te puedes equivocar. Si fuera decisión mía te tomas un mes 
o dos antes de aventurarte por mí. 
 Yo podría enseñarte a elegir. Porque si elijes mal pierdo tu 
compañía y algo me dice que no quiero perderte. 
 Maldigo tus ojos que me hacen decir todas estas tonterías. 
Todo fuera de regla, yo ni siquiera debiera hablar. 
 
BASANIO: Déjame elegir, te lo ruego. La decisión que tomo puede 
significar mi ruina o mi eterna felicidad. 
 De ti, oro vistoso, mal alimento para Midas, nada escojo. Ni 
tampoco de ti, plata estéril, reflejo de nada, metal odioso. 
 Tú, en cambio, magro plomo que menos prometes y más 
amenazas tu nobleza me mueve más aún en la elocuencia. 
 Y así elijo. Que la alegría sea la consecuencia. 
 
BASANIO: (abre el cofre plomo) ¿Qué es lo que encuentro aquí? 
 Eres tú, claro que eres tú. Procedo a leer el resumen de mi 
fortuna: 
 “A ti que no eliges por vanidad y te sientes complacido por 
todo esto, mira a los ojos a quien te tiene de amor preso y 
reclámala como tuya con un tierno beso” 
 Tu papá, ¿ah? Permiso, preciosa, daré y recibiré según esta 
proclama (se besan). 
 
PORCIA: Desde hoy, esta casa, todos sus empleados y yo misma 
pasamos a ser posesión tuya. Todo te lo entrego en este 
anillo. Si de el te separas, lo pierdes o bien lo cambias será 
presagio de la ruina de nuestro amor y la posibilidad de un 
divorcio. 
 
 22 
BASANIO: Cuando este anillo se separe de mis dedos, podrás decir que 
Basanio ha muerto. 
 
NERISA: No sé porque siento que es nuestro momento. 
 Nosotros también hemos estado haciendo prosperar nuestro 
anhelo. Alégrense todos. 
 
GRACIANO: Basanio, querido amigo, querida amiga Porcia, Cuando este 
asunto se solemnice… Que esto tendrá que ser por la Iglesia 
supongo. Bien, ese día, juntos nos casamos todos. 
 
BASANIO: Consíguete una esposa primero. 
 
GRACIANO: Gracias a ti ya conseguí una. Tengo un ojo tan rápido como 
el tuyo, tú miraste a la heredera yo miré a su amiga. 
 
PORCIA: Nerisa, ¿es verdad todo esto? 
 
NERISA: Tú qué crees. 
 
BASANIO: ¿Tú, estás hablando en serio? 
 
GRACIANO: Puta y tú qué crees. 
 
BASANIO: No se hable más, que todos juntos nos casemos 
 
GRACIANO: Me gustaría dejar claro que me gustaría poder probar antes 
para no ensartarme. 
 
Entran Lorenzo, Yésica y Salerio. 
 
BASANIO: Mi buen amigo Salerio, Lorenzo, Yésica, pero qué hacen 
por estos lados, pensé que habían partido hacia lugares 
desconocidos dónde nadie los viera. 
 
SALERIO: Basanio, Antonio me ha enviado para entregarte 
personalmente esta carta. 
 
 23 
BASANIO: Cuéntame ahora si algo malo ha sucedido. 
 
PORCIA: Basanio, hoy me corresponde al menos la mitad del dolor 
que esta carta te ha producido. 
 
BASANIO: Ah, dulce amor mío. Es la peor noticia de todas. Con 
Antonio, mi gran amigo me comprometí. 
 Comprometí a mi amigo del alma con su peor enemigo. 
Todo para llegar a ti. Ahora me dice que todos sus barcos se 
han perdido, su acreedor se ha puesto especialmente cruel. 
 Él piensa que va a morir y agrega que todas las cuentas 
entre yo y él quedan pagadas. Quiere verme 
 
PORCIA: Nada va a pasarle a una persona tan querida por ustedes. 
Primero ven conmigo a la Iglesia a llámame tu esposa, 
después vas inmediatamente por tu amigo a Venecia. 
 No dormiremos juntos mientras estés con tu alma 
intranquila. Bien señores… hay que despachar pronto este 
asunto. A la Iglesia todos. Luego la noche guardará nuestra 
virtud y la vuestra. 
 
ESCENA III 
En una sala de la corte están Shylock, 
Salerio, Solanio, Antonio y un guardia. 
 
SHYLOCK: No veo porque tiene que estar en libertad. 
 No me hablen de piedad. 
 La ley es la ley y es igual para todos, ¿o no? 
 
ANTONIO: (cortando su celular) Por el amor de Dios, buen Shylock, 
puedes escuchar por lo menos. 
 
SHYLOCK: Yo voy a cobrar lo mío y si no es de eso, ¡no me hables! 
 No te reías del famoso perro judío sin tener un motivo. 
 Yo soy ese perro Judío, ten mucho cuidado con mis dientes. 
 Aquí se va a hacer justicia. Lo que realmente me asombra es 
que te dejen en libertad solo porque tú lo pides. 
 
 24 
ANTONIO: ¡Puedes escuchar! 
 
SHYLOCK: ¡¡Paga lo que debes!! Yo no pienso escucharte. 
 Paga lo que debes y después ya no hablarás más. 
 No quiero más palabras. Cumple tu palabra y paga lo que 
debes. 
 
Se va Shylock. 
 
 ESCENA IV 
Jardines de palacio. Lorenzo, Porcia, Nerisa y Yésica. 
 
LORENZO: Señora, no si está bien que yo lo diga pero Antonio es una 
persona excepcional. Y nuestro amigo Basanio, realmente lo 
quiere. 
 
PORCIA: El más íntimo amigo de mi esposo, por fuerza tiene que ser 
igual a él. Y si tú eres amigo de ellos también. Lorenzo, en 
tus manos dejo esta casa que junto a Nerisa nos iremos a un 
monasterio. 
 
NERISA Y YESICA: ¿¿Un convento?? 
 
PORCIA: He suspirado al cielo la secreta promesa de vivir en la 
contemplación y el rezo junto a mi amiga Nerisa hasta que 
su marido y mi marido vuelvan. 
 Hay un monasterio aquí muy cerca. 
 Lorenzo he depositado mi confianza en ti y esto nadie ha de 
saberlo. 
 
LORENZO: De todo corazón, nadie lo sabrá. 
 
PORCIA: Aquí todos ya saben que tú y Yésica quedan a cargo. Adiós 
pues, hasta volver a encontrarnos. 
 
Salen Lorenzo y Yésica. 
 
PORCIA: Vamos Nerisa, vamos te digo que tengo entre manos algo 
 25 
que tú no sabes. 
 Veremos a nuestros maridos antes de lo que piensan. 
 
NERISA: Y ellos nos verán a nosotras. 
 
PORCIA: No sé si serán capaces de vernos cuando aparezcamos 
vestidas de hombres. 
 
NERISA: ¿¿De hombres?? 
 
PORCIA. De hombres. 
 
 
 CUARTO ACTO 
ESCENA I 
En el tribunal 
Antonio, Salerio, Solanio, Juez, Graciano. 
 
JUEZ: Antonio, estás listo. 
 
ANTONIO: Dispuesto. 
 
JUEZ: Yo no puedo suspender la sesión, sin embargo estamos a la 
espera del Juez Belario, quien es experto en estas materias, 
y quien, te aseguro resolverá sobre este asunto en plena 
justicia. 
 
 ESCENA II 
Porcia y Nerissa disfrazándose de hombres. 
 
 
PORCIA: Hablé con mi primo Belario que es abogado y experto en 
este tipo de juicios. Sabe de sobra todos los trucos 
necesarios para exculpara cualquiera. 
 Además es amigo del Juez que lleva la causa. 
 Hablará con él y le dirá que está enviando a dos apuestos 
colegas suyos que lo remplazarán en el juicio. 
 26 
 Nos recomendará. 
 
NERISA: ¿Al juez le gustan los hombres? Perdón, no debí abrir mi 
bocota. Bien; habrá que bajar el tono de la voz entonces, 
caminar como animales, inventar mentiras y contar chistes. 
 
PORCIA: Yo les diré cómo miles de mujeres han pretendido mis 
favores. 
 Eso les encanta, contaré lo bien que lo hago y lo fuerte que 
soy, solo con eso ya quedan engañados. 
 
NERISA: Si es por cuentos, trampas y cochinadas de hombres, tema 
no me va a faltar. 
 
ESCENA III 
En el tribunal 
Shylock, Antonio, Salerio, Solanio, Juez, Graciano. 
 
JUEZ: El mundo piensa Shylock, y yo pienso lo mismo, que 
quieres llevar este asunto hasta el acto final. 
 Ahí entonces mostrarás piedad y compasión. Es muy rara 
esta crueldad que muestras. 
 Medio kilo de carne de este pobre hombre de negocios. 
 Se que desistirás del castigo fijado y que también sabrás 
condonar las deudas. 
 Aún de un pecho de bronce y de un corazón de piedra se 
puede esperar clemencia. Esperamos tu gentil respuesta. 
 
SHYLOCK: Mis abogados ya informaron cuál es mi propósito. 
 Yo quiero justicia. Si me la niegas, el peligro amenaza la 
libertad misma y la credibilidad de todo el sistema. 
 Quieren saber por qué elijo una cantidad de carroña en vez 
de dinero. 
 Les respondo: ¡Por capricho¡ ¿Le parece esa respuesta? 
 Pues bien no puedo yo dar razones ni las daré tampoco, más 
que el odio que siento por Antonio, motivo suficiente para 
seguir adelante con la demanda en su contra. 
 ¿Satisfecho? 
 
 27 
SOLANIO: Esa no es respuesta. Esa es crueldad inútil. 
 
SHYLOCK: Nada obliga a que a ti te plazcan mis respuestas. 
 
SOLANIO: ¿Todos los hombres matan lo que no aman? 
 
SHYLOCK: Cualquier hombre que odia algo quiere matarlo. 
 
SOLANIO: ¿Cuándo una ofensa ha sido odio desde el inicio? 
 
SHYLOCK: ¿Tú quieres que una bicha te muerda dos veces? 
 
JUEZ: ¡¡Basta, suficiente!! 
 
BASANIO: Por tus trescientos cincuenta mil, 
 aquí tienes setecientos mil. 
 
SHYLOCK: Sigue doblando y cuando te canses me avisas. 
 No lo acepto. Justicia primero. 
 
BASANIO: Primero mi cadáver antes que por mí pierdas una gota de 
sangre. 
 
ANTONIO: Tu solo debes continuar viviendo. 
 
Entra Nerisa disfrazada de escribano. 
 
NERISA: Permiso señor Juez. El juez Belario saluda a su señoría. 
 
JUEZ: De parte de Belario has venido. 
 
NERISA: No yo, el juez le ha enviado esta carta. 
 
Le entrega una carta al tiempo que Shylock 
saca un cuchillo y lo pone sobre la mesa. 
 28 
 
GRACIANO: ¡Guarda ese cuchillo ahora! 
 
SHILOCK: Dime dónde dice dónde se hará justicia en este caso. 
 
JUEZ: Guarde ese cuchillo (sigue leyendo la carta). 
 Dígale que entre (entra Porcia) 
 Así es que el viejo Belario los ha enviado. 
 
PORCIA. Sí señor. 
 
JUEZ. Muy bien, supongo que está usted informado de cual es la 
disputa que se dirime en esta corte. 
 
PORCIA: (Disfrazada de abogado) Totalmente informado. 
 Rara naturaleza la de su demanda. 
 Sin embargo está absolutamente en regla y no hay leyes en 
este país para impedir que la lleve a cabo. 
 Y usted, por cierto, se encuentra a su merced ¿no es cierto? 
 
ANTONIO: Así es. 
 
PORCIA: Entonces usted buen Shylock debe mostrar piedad. 
 
SHYLOCK: ¿Y por qué compulsión, dígame usted, debo tenerla? 
 
PORCIA: La piedad nunca es cualidad bajo presión. 
 La piedad es doble bendición. Bendice a quien la otorga y 
bendice a quien la recibe. 
 Le estoy suplicando piedad para moverlo a compasión a fin 
de mitigar la justicia que usted pide. 
 Pues si insiste, esta estricta corte no tendrá más alternativa 
que fallar contra el señor Antonio. 
 
SHYLOCK: Yo cargo con el peso de mis actos. Reclamo la ley. 
 Pena y castigo en justicia plena. 
 29 
 
PORCIA: Suficiente. Legalmente el demandante puede cortar medio 
kilo de carne al demandado. 
 
ANTONIO: De todo corazón suplico a esta corte que dicte la sentencia. 
 
PORCIA: Pues entonces, es esta: Prepare usted su pecho para el 
cuchillo puesto que la intención de la ley y el espíritu de la 
misma están absolutamente en relación con la pena que se 
pide en este documento. 
 
SHYLOCK: Es usted mucho más grande de lo que parece. 
 
PORCIA: Don Antonio, su camisa. 
 
SHYLOCK: El pecho, por supuesto, así dice el documento, ¿no es así 
señor juez? 
 “De junto al corazón”, esas son las palabras exactas. 
 
PORCIA: Así es. 
 ¿Hay aquí una balanza para pesar el trozo de carne? 
 
SHYLOCK: Por supuesto, yo mismo la traje. 
 
PORCIA: Tiene usted un médico cerca para que, con la herida, no 
muera desangrado. 
 
SHYLOCK: El documento no habla de ningún cirujano. 
 
PORCIA: No, expresamente no lo dice, pero eso que importa. 
 Bien podría usted obrar así por caridad. 
 
SHYLOCK: No pueden contar con eso. 
 Esa palabra no se encuentra en el documento. 
 
PORCIA: Y usted don Antonio. ¿Tiene algo que decir? 
 
 30 
ANTONIO: Muy poco. Estoy listo y estoy ya preparado. 
 Basanio, amigo mío, que no sea aflicción tuya el que yo 
haya caído en esto. Dale mis saludos a tu noble esposa. 
Cuéntale el proceso del como termino la vida de Antonio. 
 Si Shylock corta profundo; quedaremos los tres pagados. 
 
BASANIO: Estoy casado con una mujer hermosa a la que quiero tanto 
como mi propia vida. Pero ni mi vida, ni mi esposa, ni nada 
en el mundo vale más para mí que tu vida. 
 
PORCIA: (al juez) No sé si a su esposa le gustaría escuchar eso. 
 
GRACIANO: Yo mataría a mi mujer para que desde el cielo rogara por tu 
alma Antonio. 
 
NERISA: (al juez) Decirlo a la espalda de su esposa no cuesta nada. 
 
SHYLOCK: Ustedes tienen esposas. Yo tenía una hija, que también 
prefiero verla muerta antes que casada con uno de ustedes. 
 Estamos perdiendo el tiempo. ¿Y señor Juez? 
 
PORCIA: (le habla al oído al juez) 
 
JUEZ: Medio kilo de carne de este mercader es suyo. 
 La corte así resuelve. La ley así lo otorga. 
 
SHYLOCK: Justicia al fin. 
 ¡Qué sentencia! ¡Prepárate! 
 
PORCIA: El documento no concede una sola gota de sangre. “medio 
kilo de carne” nada más. 
 Señor Juez: el señor Shylock tomará medio kilo de carne, 
pero si al sacarlo cae una sola gota de sangre, sus bienes y 
su dinero, según las leyes de nuestro país quedarán 
confiscados. 
 
GRACIANO: Un juez incorruptible, ¡un juez intachable! 
 
 31 
SHYLOCK: ¿Eso dice la ley? 
 
PORCIA: Puedes verlo en el texto. Tú exiges justicia, bien, pues 
tendrás más justicia de la que deseabas. 
 
GRACIANO: Justicia plena. Un juez intachable. 
 
SHYLOCK: Acepto la oferta. Tres veces lo acordado y que Antonio 
quede libre. 
 
BASANIO: Toma tu dinero. 
 
PORCIA: No tan rápido, las leyes son las leyes y debemos respetarlas. 
Prepárate a cortar la carne. 
 Nada de sangre y ni un gramo más y ni un gramo menos 
sino medio kilo justo de carne. 
 Ocupamos tu balanza y si te pasas mueres tú y tus bienes se 
confiscan todos. Y ahora corta. 
 
SHYLOCK: Entréguenme el capital prestado sin intereses y dejen que 
me vaya. 
 
BASANIO: Toma tu plata. 
 
PORCIA: No ha lugar. No vas a obtener sino el castigo fijado. 
 
SHYLOCK: ¿Entonces no voy a recuperar ni siquiera lo prestado? 
 
PORCIA: Solo tu medio kilo de carne. Es tu riesgo. Hazte cargo. 
 
SHYLOCK: Bueno: Entonces que el diablo les de los intereses. 
 Fin de la discusión. 
 
PORCIA: La discusión recién comienza. 
 Aquí se probó que el señor Shylock incurrió en tentativas 
directas e indirectas de quitar la vida a un ciudadano de 
nuestra república. 
 32 
 Esto hace que la mitad de sus bienes pasen al estado y la 
otra mitad de los mismos pasen a la parte afectada. 
 La vida del culpable de este delito queda a merced de usted 
señor juez sin apelación alguna. 
 Está metido en un aprieto señor Shylock. 
 Porque según se advierte por acción manifiesta, tanto 
directa como indirectamente ha maquinado contra la vida 
del defendido, yde esta forma incurrió en el delito al que ya 
se hizo referencia. 
 Pida piedad señor Shylock. Es lo único que queda. 
 ¿Algo que decir señor Antonio? 
 
ANTONIO: Si le parece bien a esta corte, de mi parte de los bienes 
acepto la mitad y la otra mitad se la dejo. 
 Sin embargo, por este favor tendrá que convertirse al 
cristianismo y dejar registrado en esta corte que al morir 
todos sus bienes pasarán a Lorenzo, su hijo y a Yésica su 
hija. 
 
JUEZ: Me parece. 
 
PORCIA: ¿Satisfecho? 
 
SHILOCK: ¿Satisfecho? ¿Satisfecho? 
 Os ruego, os suplico dejarme partir. No me siento bien. 
Sale. 
 
JUEZ: Tiene algo que hacer Baltasar, podemos comer en casa. 
 
NERISA: No, no muchas gracias debemos volver esta misma noche. 
 
BASANIO: Señor, acepte este dinero por pago. 
 
ANTONIO: Igual quedaremos en eterna deuda con usted. 
 
PORCIA: Bien pagado es aquel que queda satisfecho. 
 Y con haberlo liberado satisfecho quedo. 
 
 33 
BASANIO: Por favor acepte, debe aceptarlo. 
 
NERISA: No estaría mal. 
 
PORCIA: Aceptaremos un recuerdo mejor. 
 Me llevo el cuchillo que por suerte no fue ocupado y por 
afecto a usted le acepto el anillo que trae. 
 
BASANIO: Cómo se le ocurre, ese anillo no vale nada. 
 
PORCIA: A mí me gusta. 
 
BASANIO. Yo le encontraré un anillo a su altura. 
 
PORCIA: No prometa cuando no pueda pagar. 
 Adiós. Nerisa quedas a cargo (se va). 
 (aparte). Haz que firme hoy el acta. Nos vamos esta noche 
para llegar antes que nuestros maridos. Lorenzo va a estar 
feliz. 
 
BASANIO: Está bien, no puedo regalarlo. 
 Este anillo me lo dio mi esposa. 
 
NERISSA: Si su esposa se entera de lo que aquí ha pasado, le aseguro 
que estaría feliz de que lo hubieses entregado. 
 
ANTONIO: Dale ese anillo, yo te lo pido. 
 
BASANIO: Graciano, entrega este anillo y haz que vengan a comer con 
nosotros, vamos Antonio. 
 A primera hora salimos los dos juntos hacia Belmont. 
 
Salen. 
 
GRACIANO: Señor juez, Basanio lo pensó mejor, te envía este anillo y de 
paso les ruega que vengan a comer con nosotros. 
 
 34 
NERISSA: No muchas gracias. El anillo se lo entregaré personalmente 
al juez, pero a comer imposible. 
 Sería tan amable de explicarme como llegar a la casa de 
Shylock para que firme el acta. 
 
GRACIANO: Pero por supuesto. 
 
NERISA: (aparte a público) Apuesto mi cabeza a que me regala el 
anillo que le di. Vamos señor... ¿muy lejos? 
 
GRACIANO: No, no tanto. 
 
NERISA: Bonito anillo, ¿no? 
 
GRACIANO: ¡Una mierda! 
 
 ACTO V 
Estamos en los jardines del palacio de Porcia en Belmont. 
 
LORENZO: Tú te arrancaste de tu padre millonario jurando fidelidad 
eterna y prometiendo amor por siempre. 
 Débiles promesas que murieron a la primera encamada que 
te mandaste por ahí. 
 
YESICA: Esa misma noche juraste que me querías mucho que serías 
fiel cuestión que duró hasta la primera fiesta con tus 
amiguitos. 
 
LORENZO: Entonces esta noche, la inmaculada, tú me calumnias, te dan 
ataques de celos, ¿y yo tengo que perdonarte?? 
 
YESICA: ¿¿Perdonarme?? He abrazado tu religión y tú pagas con la 
traición. 
 
LORENZO: Y te recuerdo que en ninguna noche nadie nunca te ha 
obligado a dejar a los de tu raza. 
 
YESICA: Te ganaría en noches si no viniera nadie, pero si prestas 
 35 
atención sabrás que alguien se acerca. 
 
Entran Porcia y Yésica. 
 
LORENZO: Señora, sea usted ¡Bienvenida! 
 
PORCIA: Rezamos todo el tiempo por el bien de nuestros maridos. 
Nerisa preocúpate que nadie sepa que estuvimos fuera. 
¿Han regresado los señores? 
 
YESICA: No, no todavía. 
 
Irrumpen Basanio Antonio Salerio y Solanio. 
 
BASANIO: Querida mía, aquí tienes al varón, aquí tienes a Antonio, mi 
amigo del alma a quien le debo la vida misma. 
 
PORCIA: A este lugar eres muy bienvenido. 
 
GRACIANO: (a Nerisa) Te lo juro por la luna que me estás insultando. 
 Puta, te digo que lo regalé al asistente del juez y tú te lo 
tomas como una ofensa personal. 
 
PORCIA: ¿Una pelea tan pronto? Podemos saber cuál es el problema. 
 
GRACIANO: Un anillo ínfimo que ella me había dado, una baratija, una 
porquería que más encima tenía grabado dos palomos con la 
frasecita “ámame por siempre”. 
 
NERISA: Cómo se te ocurre hablar del valor o de la inscripción que 
tenía. Me juraste que no te lo sacarías en toda la vida, que te 
lo llevarías a la tumba. Dárselo al asistente del juez, apuesto 
que le gustaste. 
 
GRACIANO: Qué te importa, era un muchacho enclenque y afeminado, 
de tu porte era y claro no paró de hablarme hasta que tenía 
el anillo en la mano. 
 
PORCIA: Si somos francos tenemos que decir que eres culpable de 
 36 
apartarte tan fácil del primer regalo de tu esposa. 
 Yo también le di un anillo a mi amor y me atrevo a jurar que 
él jamás va a dejarlo ni sacárselo del dedo por nada del 
mundo. 
 Nerisa, querida amiga, yo en tu lugar, estaría furiosa. 
 
GRACIANO: Basanio hizo lo mismo. Él entregó su anillo al juez que se lo 
había pedido. 
 
PORCIA: ¿Qué anillo entregaste? 
 
BASANIO: Si pudiese mentirte lo haría, pero mi dedo está vacío. 
 
PORCIA: Vacío está tu corazón. No me acostaré contigo hasta ver el 
anillo. 
 
NERISA: Ni contigo, hasta ver el mío. 
 
BASANIO: ¡¡Se lo di al juez!! Al juez que consiguió salvarle la vida a 
mi amigo. Tú hubieses hecho lo mismo. 
 
PORCIA: Que ese juez que tiene mi joya en la mano no ponga un pie 
en esta casa, ni jamás se acerque porque si lo hace seré igual 
de liberal que tú y no le negaré nada. 
 Ni cuerpo ni alma ni nada. Así es que vigílame y no me 
dejes sola porque si el juez aparece lo meto a la cama 
conmigo. 
 
NERISA: Y yo a su asistente lo meto a la mía. 
 
GRACIANO: ¡Hazlo! Pero que yo no me enteré porque si lo hago le 
dejaré los testículos como un collar. 
 
ANTONIO: Yo soy el causante de todas estas peleas. 
 
PORCIA: Antonio, no te aflijas… igual eres bienvenido. 
 
BASANIO: Perdóname mi amor, perdona. 
 37 
 Juro por tus ojos en los que me contemplo. 
 
PORCIA: ¡Cuidado con eso! En mis dos ojos tú te ves dos veces. 
 Un Basanio veo en cada ojo. Jura mejor por tu doble 
personalidad (yo) y daré crédito a tu juramento. 
 Toma Antonio dale esto (el anillo) y oblígalo a cuidarlo 
mejor que el otro. 
 
BASANIO: Este es el anillo que le entregué al juez. 
 
PORCIA: Todas las disculpas del mundo querido Basanio porque por 
recuperar el anillo me acosté con el famoso juez. 
 
NERISA: Querido esposo, te puedo contar que el asistente no era ni 
enclenque ni afeminado, es más, era muy fuerte. 
 
GRACIANO: Puta vamos tapando un hoyo con otro hoyo. 
 ¿O sea que ya nos ganamos los cachos? 
 
PORCIA: Dejemos la grosería a un lado. Revisen sus correos y sabrán 
directamente del juez Belario que el juez era yo y Nerisa mi 
asistente. También hay buenas noticias para ti Antonio, ya 
que al menos un par de tus barcos al puerto llegaron. 
 
BASANIO: Tú eras el juez, ¿y no te reconocí? 
 
GRACIANO: ¿Tú eras el asistente con el que ibas a traicionarme? 
 
NERISA: Sí, enclenque no, pero sí un poco afeminado. 
 
BASANIO: Dulce Juez, serás mi compañero en el lecho y cuando yo no 
esté te acostarás con mi esposa, señor juez. 
 
PORCIA: Ya es demasiado tarde y nadie está contento del todo. 
 Vamos adentro y podrás preguntar lo que quieras y de 
cualquier modo. 
 
GRACIANO: Para salvar el anillo de mi esposa… me tiraré a su asistente. 
 38 
FIN

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