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CORRIENTES PSICOLÓGICAS CONTEMPORÁNEAS RESUMEN DE LA CLASE DEL 29/8/2017 Se hizo hincapié, primero, del texto del "La produccion del estilo terapéutico" de Marcelo Ceberio, en el cual se hablaba de que cada terapeuta generalmente se termina especializando en una escuela cuyo estilo de trabajo va más acorde a su personalidad. Ej: un terapeuta más callado, introvertido pero muy analítico puede ser más funcional con el modelo del psicoanálisis; y otro, que es más concreto y puntual, lo puede ser con la cognitiva. Basicamente Ceberio dice que las personas nos movemos del espacio que nos es incómodo, y que por eso generalmente nos especializamos en modelos que son más acordes a nuestra personalidad. Dentro de las diferentes escuelas que elegimos, ahi mismo tambien nos adaptaremos intervenciones que usaremos en base a nuestra personalidad. Respecto de los distintos tipos de personalidad, dice que no todos los terapeutas poseen la capacidad natural de implementar la confrontación y provocación (elementos típicos de la terapia sistémica de Minuchin) ya que no todos tenemos un estilo combativo y discutidor en la vida. Se dan distintos ejemplos de distintas personalidades que puede tener un terapeuta y el tipo de intervenciones con las que generalmente mejor se desempeñan: se dice que aquellos que son personas divertidas suelen utilizar mucho el recurso del humor y del doble sentido en la terapia; aquellos que son más histriónicos, que poseen habilidades más teatrales y un buen manejo en la plasticidad del lenguaje corporal les sirve usar como técnica el hablar el lenguaje del paciente; los que son buenos redactando cuentos e historias pueden usar en las intervenciones el uso de analogías, cuentos y fábulas; y las personas más concretas y prácticas, que son más del hacer que del decir emplearán mejor las prescripciones de comportamiento, es decir las tareas que se le otorga hacer al paciente. Como terapeuta, la posibilidad de conocer nuestra epistemología implica acercarnos a nuestro universo de constructos personales, es decir, que esto implica un autoconocimiento, descubrir qué dificultades nos bloquean ante el hecho de llevar un caso, cuáles son las intervenciones que nos resultan mucho más fáciles de desplegar y aquellas que, para nosotros, son más difíciles de implementar. Es importante que el terapeuta haya realizado un buen proceso terapéutico para así tener un conocimiento sobre qué temas uno puede trabajar y cuales no. Es decir, no cualquier terapeuta puede trabajar atendiendo de forma objetiva a una persona psicópata, un pedófilo, un criminal, una persona que consume sustancias, etc. Se tiene que hacer, por eso, un trabajo terapéutico personal y de autoconocimiento para saber con qué cosas puede trabajar y cuales son aquellas que están fuera de su alcance. También Ceberio habla de entender por qué, sin darnos cuenta, en alguna sesión de terapia sistémica nos sentimos atraidos por uno u otra persona del sistema, nos aliamos con un miembro o sentimos frustración por otro. Lo que quiere decir aquí es que una buena terapia sistemica hace un muy buen trabajo con el genograma familiar de cada terapéuta. El terapeuta tiene que ser conciente de qué le genera cada caso a nivel personal, suponiendo que en el mismo caso se trate algo similar que ocurrió en la historia personal del terapeuta hace algún tiempo, ya que en base a lo que a él le pasó, ello intervendrá en el trabajo con el paciente de una forma u otra, pudiendo llegar a jugar en contra del trabajo terapéutico. Por otro lado, en cuanto a las sesiones de intervenciones, será necesario para la formación del terapeuta que un instructor estimule y respete las condiciones individuales, manteniendo la guía de un modelo que posibilite a pensar y actuar, y que éste no caiga en el error de querer hacer que los alumnos repitan exactamente lo que él pida hacer, moldeándolos a su imagen y semejanza, ya que esto sería no respetar de la individualidad de los alumnos. Ceberio también habla de que los terapéutas jóvenes a veces que caen en el error de meterse en el rol de un "terapeuta clon", que consiste en imitar a la perfección a la persona que lo está formando; esto para Ceberio está mal ya que considera que cada terapéuta tiene que encontrar su estilo personal y particular, y no ser una copia perfecta e idéntica de aquél que le está enseñando y guiando. Por último, se hizo hincapié en otro texto de Ceberio, llamado "Confesiones de las resonancias de un terapeuta", en el cual se repasan varios conceptos importantes en cuanto al vínculo terapéuta-paciente. El mismo arranca como una crítica a la disociación instrumental, un concepto propio de la psicología clásica, que consiste en que el terapeuta debe marcar una especie de espacio emocional con el paciente, no vincularse ni involucrarse con él para trabajar de una forma completamente objetiva y fria. Para Ceberio, dicho concepto en la psicología es inexistente, ya que es imposible ser totalmente objetivo y frio con el paciente en la terapia, ni formar ningun tipo de vínculo con él, ya que siempre todos nos vinculamos en mayor o menor medida con el paciente y generamos con él algo emocional de alguna forma. Ceberio dice que con el tiempo se ha ido perdiendo el concepto de transferencia de Freud, que dice que "es un proceso en virtud del cual los deseos inconcientes se actualizan sobre ciertos objetos de un modo especial dentro de la relación analítica". Luego habla de la contratransferencia, que es lo que le pasa al terapeuta a nivel vincular, inconciente o emocional con un paciente particular. Es el conjunto de reacciones inconscientes del analista frente a la persona del analizado, y especialmente frente a la transferencia de este. Es decir, lo que le genera al terapeuta la transferencia de ese paciente. Se dice que Freud ha dado el resultado de la influencia del paciente sobre los sentimientos inconscientes del médico, y subraya que ningún analista va más allá de lo que permite sus propios complejos y resistencias internas, motivo por el cual se dice que el terapeuta tiene la obligacion de someterse a un análisis terapeutico personal para conocer todas esas series de cosas. Se habla, luego, de la resonancia, que son los sentimientos, voces internas y experiencias que se detonan en el terapeuta a partir de los temas e interacciones en la persona del paciente. Dichas voces internas se remiten a su historia personal, a identificaciones con figuras parentales, a interrogaciones de dinámicas ubicadas en otros contextos y lugares, etc. que siempre se remiten a la experiencia propia del terapeuta. Aquí surge de nuevo la imposibilidad de disociacion instrumental en la psicologia, ya que se resalta que ésta nunca sera completamente objetiva con el paciente, y que mientras mejor haya sido el proceso de terapia que uno haya realizado, el terapeuta será mucho más conciente va a ser de lo que es con cierto tipo de pacientes o casos en que se tienen ciertas contratransferencias y resonancias. Después se dice que como terapeutas, los psicólogos tienen que tener una especie de autocrítica sana. Generalmente los terapeutas jóvenes no suelen atender gran cantidad de casos porque dicen que no se creen posibles de hacerlo, y estos terapeutas, dice Ceberio, se mueven hacia el lado de la impotencia. Ceberio hace una crítica de lo ya mencionado, diciendo que por más que no se tenga tanta experiencia clínica, si se tiene ciertas características a nivel de personalidad y formación, uno puede ser un terapeuta lo suficientemente bueno con un paciente complicado. Por otro lado, otros terapeutas con muchos años de experiencia no se manejan por la autocrítica, sino más bien por el lado de la omnipotencia, teniendo la tendencia instalada de creer de que, por ej, si la terapia no funciona en tal paciente, fue porque éste no estaba preparado para esos cambios, o porque ahíno había realmente una queja o un problema real. Dichos terapeutas, dado a tener muchos años de experiencia, les cuesta realizar una autocrítica sobre qué es lo que pudo haber salido mal en la terapia y qué otra opción se pudo haber tomado. Ceberio dice que el lugar más sano en el que nos podemos mover como terapeutas es el de la potencia, que es ser conciente de nuestras capacidades y de nuestras características como terapeutas, ser concientes de que cosas podemos mejorar y que cosas no. Aquí entra en juego el tema de que cosas nos resultan más faciles y difíciles de manejar en la terapia, dentro de lo que es el rol del autoconocimiento y la potencia.
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