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Enfermería en la atención al adulto mayor Enfermería en la atención al adulto mayor Actas de la Jornada de Enfermería realizada por la Fundación Alberto J. Roemmers el día 5 de Septiembre de 2017 en el Teatro Gran Rex de Buenos Aires Editores Dr. Manuel Luis Martí Mg. Silvina Estrada de Ellis Buenos Aires 2017 Libro de edición argentina de distribución gratuita. Es propiedad. Derechos reservados. © por la Fundación Alberto J. Roemmers. Buenos Aires, Argentina. Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723. Impreso en Argentina por Ediciones Médicas del Sur SRL ediciones@prensamedica.com.ar - www.prensamedica.com.ar Printed in Argentina. 5 Índice Prólogo Mg. Silvina Estrada de Ellis 11 Gigantes de la geriatría Lic. Paula Champonois 15 Síndrome confusional agudo en el adulto mayor Mat. Cecilia Cariqueo 35 Polifarmacia en adultos mayores. Utilización apropiada de fármacos en geriatría Lic. Héctor Barco 59 Limitación del esfuerzo terapéutico Lic. Hna. Mercedes Zamuner 67 Adulto mayor y cercanía a la muerte Mat. Cecilia Cariqueo 79 Nutrición en el adulto mayor hospitalizado Lic. Clara Cullen 99 Cáncer en los adultos mayores Lic. Constanza Celano 129 6 Índice Alberto J. Roemmers 1890 - 1974 Fundación Alberto J. Roemmers Creada en 1975 por Doña Candelaria N. Wolter de Roemmers e hijos Presidente Dr. Rodolfo F. Hess Vicepresidente Dr. Manuel L. Martí Secretario Dr. Julio A. Bellomo Vocales Sr. Eduardo Macchiavello Sr. Alberto Roemmers Sr. Alejandro Guillermo Roemmers Sr. Alfredo Pablo Roemmers Dr. Miguel de Tezanos Pinto Fiscalizadores Dr. Eduardo L. Billinghurst Dr. Carlos Montero Jornada de Enfermería ENFERMERÍA EN LA ATENCIÓN AL ADULTO MAYOR Coordinadora MG. SILVINA ESTRADA DE ELLIS (Buenos Aires) INVITADOS EXTRANJEROS Mat. Cecilia Cariqueo (Santiago de Chile) INVITADOS NACIONALES Lic. Paula Champonois (Buenos Aires) Lic. Héctor Barco (Buenos Aires) Lic. Violeta Simon (Buenos Aires) Lic. Hna. Mercedes Zamuner (Buenos Aires) Lic. Jaqueline Pérez Pizarro (Buenos Aires) Lic. Clara Cullen (Buenos Aires) Lic. Constanza Celano (Buenos Aires) Prólogo Mg. Silvina Estrada de Ellis 13 En primer lugar, debemos tener presente que el envejecimiento es un proceso absolutamente natural e irremediable por el que atraviesa toda persona con el paso del tiempo. En la actualidad se ha incrementado la esperanza de vida de la población. En 1900 el promedio de vida era de 40 años y según los últimos estudios realizados, la media de vida alcan- za hoy los 82 años, lo que supone vivir hoy, más del doble de tiempo que un siglo atrás. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) se con- sidera adulto mayor a las personas mayores de 60 años. Entre 2000 y 2050, la proporción de los habitantes mayores en el mundo se duplicará, pasando del 11% actual al 22%. En números absolutos, este grupo de edad pasará de 605 millones a 2000 millones habitantes en el transcur- so de medio siglo. Estas cifras nos presentan la necesidad de tener un equipo de salud especializado para poder abordar la atención que nece- sitan. Es necesario aclarar que no todas las personas envejecen igual ni tienen el mismo riesgo de enfermarse. Pero si, el envejecimiento fisioló- gico produce una pérdida progresiva de la funcionalidad, así como una 14 enfermerÍa en la atención del adulto mayor mayor vulnerabilidad. También presentan múltiples patologías y una ten- dencia mayor a la cronificación de las enfermedades que padecen. En algunas ocasiones las personas de edad avanzada han perdido parcial o totalmente su independencia, debido principalmente a enfer- medades que se agudizan con el pasar de los años, tratándose de adultos mayores disfuncionales a causa de los problemas naturales que conlleva el envejecimiento. Debemos tener claro el concepto de incapacidad y el de fragilidad, ya que lo primero indica una pérdida de función, mientras que lo segun- do indica una inestabilidad o riesgo de pérdida de la función. Debemos recordar que no todos los adultos mayores dependientes son frágiles, ni todo paciente frágil es dependiente. Esto nos hace reflexionar que pueden necesitar ayuda para llevar a cabo sus actividades cotidianas, que requieran cuidado y atención médi- ca. Tanto al familiar como al paciente se le plantean un montón de interrogantes y angustias frente a las diferentes situaciones que deben afrontar. Esto implica la necesidad de contar con un equipo de salud capaz de atender y cuidar al adulto mayor con personal con las aptitudes necesarias para cumplir con la actividad requerida. Llegar a la edad madura no tiene por qué convertirse en sinónimo de incapacidad, inmovilidad o abandono. Diversos estudios nos demuestran que el adulto mayor puede ser una persona socialmente importante, factor de cohesión para las familias, referente y fuente de esperanza. Es una etapa para seguir planteándose nuevas metas, nuevos inte- reses y desafíos; no debemos olvidar que mientras se vive se tiene la capacidad para disfrutar lo bueno que la vida nos da. Gigantes de la geriatría Lic. Paula Champonois 17 Introducción El término de Geriatría se incorpora hacia el año 1909, cuando el Dr. I. L. Nascher publica en el New York Medical Journal un artículo titulado: “Geriatrics: The diseases of the old age and their treatments”, pidiendo una medicina específica y distinta de la tradicional para mejorar la atención de los adultos mayores. Sin embargo la medicina geriátrica moderna surge alrededor del año 1935, en Gran Bretaña, de la mano de la enfermera Marjory Warren, posteriormente graduada en Medicina. La misma, en una de sus publi- caciones sobre adultos mayores sostiene: “ No hay duda en absoluto que éstos pacientes han sido inadecuadamente tratados en el pasado y con frecuencia continúan recibiendo una atención insuficiente y escasa, si es que reciben alguna, en una atmósfera que pierde la comprensión con su edad y su condición. Se necesita urgentemente un cambio en la acti- tud del CUIDADO y tratamiento de los adultos mayores.” Si bien actualmente la geriatría es una disciplina científicamente consolidada, requiere sobre todo en nuestro país, mejorar la calificación de los profesionales de enfermería, para prestar cuidados de calidad en 18 enfermerÍa en la atención del adulto mayor lo que respecta a la asistencia de los adultos mayores en los diferentes niveles de atención. Es de suma importancia saber que en el curso del envejecimiento se producen una serie de cambios en todos los órganos y sistemas, con la consecuente pérdida de reserva funcional que hace que los indivi- duos de edad avanzada sean más vulnerables a determinadas noxas, como por ejemplo una infección, una mudanza o la pérdida de un ser querido entre otras. Gigantes de la Geriatría En 1976 Bernard Isaacs publicó los “Gigantes de la Geriatría” deno- minándolos así por el gigantesco número de personas ancianas que los padecen, así como los fuertes efectos que ejercen sobre la independen- cia de los mismos. En ellos incluye el síndrome de las cuatro “íes”: inestabilidad, incontinencia, inmovilidad, incompetencia intelectual. Posteriormente se incluyeron nuevos “síndromes” como, malnutrición, fragilidad, iatrogenia, entre otros. Todos ellos comparten entre sí las siguientes características: • Son multicausales. • Impactan sobre la calidad de vida de las personas que los padecen • Requieren un abordaje interdisciplinar • Quitan autonomía e independencia (Bernard Isaacs) fundación alberto J. roemmers 19 Si bien existen diferentes escalas de valoración en Geriatría diseñadas para identificar y cuantificar los problemas físicos, funcionales, psíquicos y sociales que pueda presentar el anciano, es impe- riosa la necesidad de que el enfermero/a se involucre activamente en el cuidado, ya que muchas veces es el primero que con una adecuada valoración puede detectar las necesidades de su paciente. Por eso antes de analizar losGigantes de la Geriatría es importante recuperar con- ceptos esenciales de la profesión de enfermería como “valoración de enfer- mería” y “cuidar”. Valorar: consiste en atribuir o determinar el valor de algo o de alguien teniendo en cuenta diversos elementos o juicios. En éste contexto de saber que en el adulto mayor se producen cambios importantes y que es imprescindible una adecuada valoración de enfermería para prestar un cuidado oportuno que redunde en bene- ficio del paciente, analizaremos brevemente los Gigantes de la Geriatría. INESTABILIDAD La inestabilidad postural y las caídas son problemas comunes en los adultos mayores. Constituyen un riesgo importante para fracturas y están asociadas a un aumento de la mortalidad. Las caídas tienen como Valoración de Enfermería: es la observación siste- mática y el informe sobre la situación del paciente en las cinco esferas de la experiencia humana: biológica, ambiental, psicológica, sociocultural y espiritual. Cuidar: es la solicitud y atención en hacer bien alguna cosa. DEFINICIONES 20 enfermerÍa en la atención del adulto mayor principal complicación la limitación funcional y psicológica resultante del miedo a caer. Puede desencadenar en el adulto mayor el abandono de actividades sociales y la inmovilidad. La inestabilidad postural tiene un extenso significado clínico y pue- de estar asociada a alteraciones en la marcha. Causas Complicaciones • Trastornos de la marcha o el equilibrio • Hipotensión Postural • Accidentes • Parkinson, ACV, Demencias • Enfermedad Cardiovascular • Enfermedad Vestibular • Disminución visual o auditiva • Otras Fracturas INMOVILIDAD Se la puede definir como la disminución de la capacidad para des- empeñar actividades de la vida diaria por deterioro de la función moto- ra. Puede clasificarse en inmovilidad relativa, en la que el adulto mayor lleva una vida sedentaria pero es capaz de movilizarse con menor o mayor independencia y en inmovilidad absoluta, que implica reposo absoluto, con limitada variabilidad postural. El reposo prolongado en cama o sillón constituye un riesgo para la independencia funcional y tiene repercusiones negativas sobre la salud y la calidad de vida. fundación alberto J. roemmers 21 Causas Complicaciones 1. Cambios fisiológicos: • Sistema músculo esquelético • Sistema Cardiovascular • Sistema Respiratorio • Sistema Nervioso 2. Enfermedades asociadas • ACV • Parkinson • Demencias • Osteoporosis • Fracturas • Insuficiencia Cardíaca Severa • EPOC • Anemias • Deshidratación • Déficits Visuales y Auditivos • Depresión • Otras 3. Causas ambientales • Obstáculos físicos • Falta de dispositivos de ayuda 4. Factores sociales • Soledad 1. Orgánicas: • Sarcopenia • Contracturas – Rigidez • Posturas Viciosas • UPP • TVP • Incontinencia • Deterioro Cognitivo 2. Psicológicas: • Depresión • Miedo a caer 3. Sociales: • Aislamiento Social • Disminución de la autoestima • Deterioro del autocuidado • Institucionalización INCONTINENCIA La incontinencia de heces y orina impacta notablemente sobre el bienestar de los adultos mayores, comprometiendo la autoestima y la dignidad de los mismos. Es un problema infravalorado y subtratados que repercute en la calidad de vida de las personas. 22 enfermerÍa en la atención del adulto mayor En el adulto mayor independiente, la incontinencia constituye un motivo para el abandono de las actividades y la restricción al ámbito doméstico. A la vez que en el paciente inmovilizado y depen- diente puede ser indicativo de cuidados ineficientes; muchas veces los pacientes se orinan por no ser asistidos cuando solicitan asisten- cia para miccionar o porque no se animan a pedir ayuda. Paula te cambie el orden Causas Complicaciones 1. Incontinencia Urinaria Transitoria 2. Incontinencia Urinaria Permanente • De Esfuerzo • Hiperreactividad del detrusor • Por rebosamiento • Funcional a. Alteraciones de la conciencia b. Pérdida de la funcionalidad física c. Imposición del Personal de salud 1. Físicas • Dermatitis Perineal • UPP • Infecciones Urinarias • Restricciones de la movi- lidad • Caídas 2. Psicológicas y Funcionales • Ansiedad • Pérdida de la autoestima • Aislamiento • Soledad y Abandono • Depresión 3. Socioeconómicas • Sobrecarga a la flia/ cui- dador • Aumenta el uso de recursos sanitarios • Riesgo de institucionaliza- ción fundación alberto J. roemmers 23 INCOMPETENCIA CEREBRAL: (Deterioro Cognitivo y Demencias) Los trastornos cognitivos son alta- mente prevalentes entre los adultos mayores, y constituyen una de las prin- cipales causas de pérdida de la autono- mía e independencia. La capacidad de aprender, razonar, pensar y comunicarnos descansa en una serie de funciones que se realizan en la corteza cerebral y que se denomi- nan dominios cognitivos, y éstos están compuestos por: la atención, la memo- ria, las capacidades visuoespaciales – visuocontructivas, el lenguaje y las capacidades ejecutivas. A los fines prácticos, la memoria se puede dividir en: Memoria de corto plazo Memoria de largo plazo 24 enfermerÍa en la atención del adulto mayor Es la capacidad para mantener en mente de forma activa una pequeña cantidad de información, de forma que se encuentre in- mediatamente disponible durante un corto periodo de tiempo. Reciente Remota Nos da la capacidad de aprender, almacenar y recuperar la información aprendida recientemente Acá se guardan hechos aprendi- dos en el pasado distante y que el paciente tiene profundamente incorporados. Ej: Recordar un número de teléfono de línea (sólo se puede retener de 20 a 30 segundos) Ej: Recordar qué comimos ayer Ej: Recordar el año en que nacimos Existen trastornos cognitivos agudos (Síndrome Confusional = Delirium) y crónicos (Demencias), que según su origen pueden ser vas- culares o degenerativas como la enfermedad de Alzheimer, Parkinson, Huntington, entre otras. Síndrome Confusional Agudo (SCA) Así denominado por la incapacidad para distinguir lo real de lo imaginario, hay “una pérdida del control voluntario sobre las facul- tades intelectuales”. En éste caso el paciente tiene alterada la atención. Por definición es de origen orgánico, se debe a una enfermedad, en general sistémica, que secundariamente afecta el funcionamiento cere- bral, aunque no siempre se encuentra su causa. Puede ser reversible. Hay factores que pueden precipitarlo como por ejemplo: fundación alberto J. roemmers 25 Hospitalización • Infecciones: cualquier cuadro infeccioso puede desencadenar un síndrome confusional agudo, como neumonía, infecciones urinarias, celulitis entre otras. • Alteraciones Metabólicas: hipoglucemia o hiperglucemia, des- hidratación, hiponatremia, insuficiencia renal, hipoxemia, etc. • Fármacos: corticoides, antihistamínicos, opiodes, benzodiacepi- nas y neurolépticos. La mayoría de los eventos se producen por interacciones y/o sumatoria o potenciación de los efectos adversos de la medicación. • Posoperatorios: el síndrome confusional agudo, es quizás la complicación posquirúrgica más común en el paciente anciano. Su incidencia depende del tipo de cirugía: 30% en cirugías electivas de cadera, que asciende hasta el 50 – 60% en cirugías de urgencia de cadera (por fracturas), y del 40 al 50% en el posoperatorio de una cirugía cardiovascular a cielo abierto. • Causas Ambientales: el aislamiento, las terapias intensivas, internaciones prolongadas, los cambios de habitación, las con- tenciones físicas, los ruidos pueden precipitar la aparición del síndrome confusional. Ejemplo: Juan Manuel, paciente de 75 años de edad que cursa posopera- torio de reemplazo de cadera, intercurre con una infección urinaria y en el trascurso del posoperatorio desarrolla un SCA, tiene fiebre, está internado y recibe fármacos. Para el correcto abordaje del SCA, se deben tratar simultá- neamente todas las causas detectadas. 26 enfermerÍa en la atencióndel adulto mayor DEMENCIAS Los Síndromes Demenciales constituyen un grupo de enfermedades de diversa etiología (vasculares y degenerativas) que suponen el dete- rioro irreversible de la memoria y de múltiples funciones cognitivas (orientación, lenguaje, capacidades ejecutivas, etc.), lo suficientemen- te severo como para interferir en las actividades tanto instrumentales, como de la vida diaria. Las demencias no conllevan alteración del nivel de conciencia como el síndrome confusional y a diferencia de éste su inicio suele ser paula- tino y su evolución crónica e irreversible. No obstante lo pacientes con demencias están expuestos a desarrollar síndrome confusional relacio- nado a intercurrencias clínicas. La detección de cuadros de demencias en estadíos tempranos de su evolución y la realización de los correctos diagnósticos diferenciales por parte de los médicos permitirá un más rápido tratamiento según la etiología, mayor duración de los estadíos leves y moderados de la enfer- medad. El notable incremento de la población anciana, como consecuencia del aumento de la esperanza de vida en la última mitad del siglo XX, ha hecho que las demencias pasen a constituir un problema de salud muy importante y sus consecuencias a nivel individual, familiar y social. Existe en Geriatría una herramienta denominada Mini Mental de Folstein, para realizar una evaluación de las principales funciones cog- nitivas del paciente y obtener una noción aproximada de la severidad del deterioro y su evolución. fundación alberto J. roemmers 27 La puntuación determina la normalidad o el grado de deterioro que puede sufrir una persona. Al calificarse se puntúa cada respuesta de acuerdo al protocolo y se suma el puntaje obtenido por todas las res- puestas. Los resultados dependen de la puntuación alcanzada una vez ter- minada la prueba: • Entre 30 y 27: Sin Deterioro. • Entre 26 y 25: Dudoso o Posible Deterioro. • Entre 24 y 10: Demencia Leve a Moderada. • Entre 9 y 6: Demencia Moderada a Severa. • Menos de 6: Demencia Severa. 28 enfermerÍa en la atención del adulto mayor Esta prueba no puede definir un diagnóstico y debe estar acom- pañada por la entrevista clínica, exploración física y pruebas comple- mentarias. Habiendo explorado brevemente cada uno de los Gigantes de la Geriatría, es importante resaltar el rol que debe cumplir el profesional de enfermería. Su objetivo primordial será realizar una adecuada valoración y brindar una atención de enfermería de calidad capaz de prevenir, detectar, anticipar e intervenir precozmente sobre las con- diciones de inmovilidad, inestabilidad, incontinencia e incompetencia intelectual. Una escucha atenta al paciente y su familia seguida de un diálogo tranquilo con el paciente y/o la familia y una exploración física detenida nos permitirán conocer las causas y prevenir o tratar las complicaciones. • Informar los hallazgos de la valoración. • • Tratar interdisciplinariamente la causa que provoca el problema, para evitar su progresión. • • Establecer un plan de cuidados individualizado, progresivo y dinámico. fundación alberto J. roemmers 29 Inestabilidad Inmovilidad • Mantener iluminación adecuada de la habitación durante el día y la noche. • Mantener la habitación y los espacios por donde deambule el paciente, libre de objetos que puedan obstaculizar su circulación. • Cuidados de los pies (helomas, hallus valgus, hi- perqueratosis, onicocriptosis) • Uso de anteojos en el caso de ser necesario • Mientras dure el reposo en cama, mantener la alineación y posición anatómica adecuada a cada articulación. • Fomentar los cambios posturales cada 2hs y apli- car medidas de protección de la piel. • Prevención y/o tratamiento de las úlceras por presión • Control del dolor por posturas viciosas • Se favorecerá la transferencia a un sillón, la se- destación y/o deambulación temprana para evitar complicaciones propias de un reposo prolongado en cama. • Adaptar el medio físico de la habitación del hos- pital a la situación del anciano, eliminando las barreras físicas. • Conocer de antemano si el paciente utiliza ha- bitualmente bastón, trípode o andador para la deambulación. 30 enfermerÍa en la atención del adulto mayor • Evaluar si la misma es por patología previa, o se relaciona con la internación actual. Patología previa: • Higiene y confort en tiempo y forma • Cuidado de la piel, prevención de úlceras por presión. Internación actual: • Indagar la causa • Evitar la exposición al pañal y sonda vesical al menor tiempo posible. • Mayor recomendación de colector de orina. • Reeducación del reflejo miccional • Asistir ágilmente cuando el paciente toca el timbre, puede ser que necesite ser asistido en la diuresis • Si el paciente recibe tratamiento con diuréti- cos, aumentará la frecuencia de la micción • Si recibe tratamiento con laxantes, podría aumentar la frecuencia de las deposiciones. • Evaluar causas funcionales que favorezcan el desarrollo de incontinencia (el baño demasiado lejos, iluminación precaria, falta de orinales o chatas. Incontinencia fundación alberto J. roemmers 31 SINDROME CONFUSIONAL • Valorar el estado de conciencia del paciente al mo- mento que ingresa al hospital. Realizar preguntas sencillas para poder evaluar si está orientado en tiempo, espacio y persona. • Barandas elevadas • Estimular el uso de audífonos, prótesis dentales y anteojos. • Favorecer la iluminación con luz natural durante el día y orientar la cama del paciente hacia la venta. • Brindar un ambiente familiar (en lo posible acom- pañado de familiar) Las fotos de familiares durante la internación disminuyen el riesgo de desorienta- ción asociada a la hospitalización. • Que el paciente tenga acceso a un reloj, ayuda a no desorientarse en relación al momento del día en que se encuentra • EVITAR las sujeciones físicas • Estar al tanto de la farmacología prescripta, su acción y efectos adversos. • Cuidar los estímulos que lo pueden exacerbar (tonos de voz fuertes, ruidos de aparatos, otros) DEMENCIAS Puede acentuarse por la aparición de un síndrome confusional Incompetencia intelectual 32 enfermerÍa en la atención del adulto mayor EN RESUMEN Cuidemos de los adultos mayores de hoy, como nos gustaría que un día cuiden de nosotros o de nuestros seres más queridos. Si la rehabilitación total no es posible, el objetivo será recuperar la situación basal previa fundación alberto J. roemmers 33 Bibliografía 1. Beare, P. y Myers, J. (1995). Enfermería Médico-Quirúrgica. (2ª Edición), España. Mosby / Doyma libros. Vol 1, p. 78. 2. Suárez Richards, M. (2004). Psiquiatría en Medicina General. (1ª Edición), Bs As. Polemos. 3. Macias Núñez, JF. Guillén Llera, F. Ribera Casado, JM. (2001) Geriatría desde el principio. Barcelona: Glosa. 4. Kaplan, R; Jáuregui, J; Rubin, R. (2009). Los Grandes Síndromes Geriátricos. (1ª Edición), Argentina. Edimed. 5. Reyes Luna, J; Jara P; Merino Escobar J. (2007). Adherencia de las enfermeras/os a utilizar un modelo teórico como base de la valo- ración de enfermería. Ciencia y Enfermería V13 Nº 1. Versión online ISSN 0717-9553. 6. Quintanilla Martinez, Manuel. (2010) Cuidados integrales de enfer- mería gerontológica. Monsa Prayma. 7. Módulo 1: “Valoración Clínica del Adulto Mayor”. OPS 8. Protocolo 2: “Atención General de la Persona Mayor en Atención Primaria de la Salud”. (2011). OPS 9. Sociedad Española de Enfermería Geriátrica y Gerontológica. 10. Diccionario de la Real Academia Española Síndrome confusional agudo en el adulto mayor E.M. Cecilia Cariqueo Ralil 37 I.- Introducción El Síndrome Confusional agudo llamado también delirio correspon- de a un “Cuadro clínico, de inicio brusco y curso fluctuante, que se caracteriza por alteraciones de la conciencia, la atención y el pensa- miento, y en el que pueden aparecer ideas delirantes y alucinaciones. Es un trastorno que sesitúa en la frontera entre la psiquiatría y el resto de especialidades médicas, puesto que puede aparecer en el cur- so de muy diversas patologías. Se presenta con mucha frecuencia en los pacientes hospitalizados, sobre todo, de edad avanzada, y supone una importante complicación que se asocia a una elevada mortalidad y a un importante consumo de recursos, con elevada estancia media. Folstein, Bassett, Romanoski y Nestadt citados en González (2003). El delirio es uno de los desórdenes cognitivos más importante en el adulto mayor tanto por su prevalencia como por sus implicancias pronósticas. Marín y Gac. (2005) Implica costos sociales y económicos de relevancia dado que requie- ren una mayor cantidad de cuidados especializados de enfermería y con 38 enfermerÍa en la atención del adulto mayor ello una mayor demanda de atención del personal de salud, en algunas ocasiones implica una hospitalización más prolongada. La condición de agitación que puede estar asociada en el usuario, determina que presen- te mayor riesgo de eventos no deseados durante el cuadro como por ejemplo caídas y las consecuencias asociadas a las mismas. Según datos de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) el porcentaje de casos es superior al propuesto por diferentes autores, y con frecuencia no se diagnostica ni se trata eficazmente, por conside- rarse erróneamente un “trastorno psiquiátrico”, en vez de una urgencia- emergencia médica, susceptible de tratamiento eficaz. Montenegro. (S.F) Es importante señalar que las alteraciones conductuales no impli- can necesariamente un trastorno mental primario por lo que siempre se deben estudiar las razones médicas que puedan explicar dichas manifestaciones, razón por la cual se deben siempre descartar la exis- tencia de agentes etiopatogénicos modificables factibles de interven- ción y tratamiento. El síndrome confusional agudo es un trastorno neurocognitivo, debido a disfunción cerebral metabólica o estructural, caracterizado por fluctuaciones cognitivas, definida principalmente por compromiso de conciencia y de la atención, provocado por uno o varios factores causales. Se trata entonces de “una alteración potencialmente transitoria de las funciones cerebrales superiores que se manifiesta a través de un deterioro cognitivo global y por trastornos del comportamiento.” Montenegro. (S.F). fundación alberto J. roemmers 39 II.- Diagnóstico de Síndrome confucional agudo El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (American Psychiatric Association, APA), contiene descripciones, síntomas y otros criterios para diagnosticar trastornos mentales. Es el sistema de clasificación de trastornos mentales más aceptado, para el diagnóstico clínico la investigación y docencia. Y su última versión la V fue el 18 de mayo del 2013. Según DSM V el trastorno neurocognitivo es un trastorno mental que afecta a las funciones neurocognitivas, principalmente, la memo- ria, la percepción y la resolución de problemas. Los trastornos cogniti- vos más directos incluyen a la amnesia, la demencia y el delírium. Criterios para diagnósticas Síndrome Confusional Agudo según DSM V a) Alteraciones de la atención (disminución de la capacidad para diri- gir, centrar, mantener y cambiar la atención) y la conciencia (reducción de la orientación en el medio). b) La alteración se presenta en un corto período de tiempo (en horas o unos pocos días), representa un cambio agudo de la atención y de la conciencia de base, y tiende a fluctuar en gravedad durante el curso de un día. c) Una alteración cognitiva adicional (alteración memoria, desorien- tación, alteración de lenguaje, la capacidad visuoespacial o per- cepción). 40 enfermerÍa en la atención del adulto mayor d) Las alteraciones de los Criterios A y C no se explican por un el tras- torno neurocognitivo preexistente establecido o en evolución y no se producen en el contexto de un nivel muy reducido de concien- cia como el coma. e) Evidencia en la historia, examen físico o en los hallazgos de labo- ratorio de que la alteración es una consecuencia fisiológica directa de otra afección médica, intoxicación o abstinencia de sustancias (droga de abuso o medicamento), o la exposición a una toxina o se debe a múltiples etiologías. El diagnóstico del delirium sigue siendo básicamente clínico, aun- que el estudio electroencefalográfico permitirá observar un patrón de ondas lentas, expresivo del daño metabólico cerebral y tiende tiende a normalizarse a medida que disminuye la sintomatología del delirium. Trzepacz citado en González (2003). Varios son los instrumentos de evaluación clínica que intentan contribuir a la detección del síndrome, de hecho alguno de ellos han sido creados para detectar demencia. Uno de los más utilizados es el Mini-mental State Examination (Fig. 1), este nos entrega información para detectar deterioro cognoscitivo, pero no permite diferenciar entre delirium y demencia. fundación alberto J. roemmers 41 Fig. 1: Mini –Mental State 1. Por favor dígame la fecha de hoy Sondee el mes, día del mes, año y día de la semana. Anote un punto por cada respuesta correcta. Bien Mal Mes Día mes Año Día semana Total 2. Ahora le voy a nombrar tres objetos. Después que se los diga, le voy a pedir que repita en voz alta los que re- cuerde, en cualquier orden. Recuerde los objetos porque se los voy a preguntar más adelante ¿Tiene alguna pregunta que hacerme? Explique bien para que el entrevistado entienda la tarea. Lea los nombres de los objetos lentamente y a ritmo cons- tante aproximadamente una palabra cada 2 segundos. Se alota un punto por cada objeto recordado en el primer intento. Si para algún objeto, la respuesta no es correcta, repítalos todos hasta que el entrevistado se los aprenda (máximo 5 repeticiones). Registre el número de repeticiones que debió hacer. Correcta Incorrecta Árbol Mesa Avión Número de repeticiones Total Ahora voy a decirle unos números y quiero que me los repita de atrás para adelante. 1 3 5 7 9 Anote la respuesta (el numero), en el espacio corres- pondiente. La puntuación es el número de dígitos en orden correcto: Ej.: 9 7 5 3 1 = 5 puntos Respuesta Entrevistado Respuesta Correcta 9 7 5 3 1 Nº dígitos en orden correcto.. Total 3 Le voy a dar un papel; tómelo con su mano derecha dóblelo por la mitad con ambas manos y colóqueselo sobre las piernas. Toma papel con la mano derecha Dobla por la mitad con ambas manos Coloca sobre las piernas Ninguna acción Total 5. Hace un momento le leí una serie de 3 palabras y usted repitió las que recordó. Por favor, dígale ahora cuales recuerda. Anote un punto por cada palabra que recuerda. No importa el orden. Correcta Incorrecta Árbol Mesa Avión Total 6. Por favor copie este dibujo: Muestre al entrevistado el dibujo. La acción esta correcta si las figuras no se cruzan más de la mitad. Contabilice un punto si está correcto. Correcta Incorrecta Total___________________________ Sume los puntos anotados en los totales de las preguntas 1 a 6 Suma Total: Total El puntaje máximo obtenido es de 19 puntos. Normal ≥ 14 Alterado ≤ 13 42 enfermerÍa en la atención del adulto mayor Un método que puede ser utilizado por profesionales y que no requie- re la presencia de personal especializado es el CAM (Confusión Assessment Method. Es fácil de manejar, requiere de poco tiempo para su aplicación tiene una especificidad del 90-95% y una sensibilidad del 95-100%. Representa un algoritmo para el establecimiento del diagnóstico si el paciente presenta cambios en su estado mental, con inicio agudo, curso fluctuante, y alteraciones en la atención, más uno de los siguientes: pensamiento desorganizado y alteraciones del nivel de conciencia. (Ver Fig. N°2) Figura N°2 CAM: Escala Diagnóstica de delirio 1.- Comienzo agudo y curso fluctuante: ¿Ha observado un cambio agudo en el estado mental del paciente? SÍ/NO (si esNO, no seguir el test) 2.- Alteración de la atención El paciente: ¿Se distrae con facilidad y/o tiene dificultad para seguir una conversación? SI/NO (si es NO, no seguir el test) 3.-Pensamiento desorganizado ¿El paciente manifiesta ideas o conversaciones incoherentes o confunde a las per- sonas que le rodean? SI/NO 4.- Alteración del nivel de conciencia ¿Está alterado el nivel de conciencia del paciente? SI / NO (Vigil – Somnoliento – Estupor –Coma) Para el diagnóstico de delirium son necesarios los dos primeros criterios y por lo menos uno de los dos últimos fundación alberto J. roemmers 43 III.- Epidemiología La prevalencia del delirio en los adultos mayores hospitalizados se ha estimado en 10 a 60%. Al momento del ingreso se diagnóstica síndrome confusional agudo con una frecuencia de 11 a 24%.Otros 5 a 35% de los adultos mayores desarrollará el problema durante su estadía en el hospital. (Marín y Gac, 2005) El delirium en AM hospitalizados se asocia a una evolución desfa- vorable, los pacientes que lo presentan tienen mayores complicaciones y mortalidad intrahospitalaria, mayor deterioro funcional, prolongación de la estadía hospitalaria y después del alta, mayor institucionalización en unidades de larga estadía y mayor riesgo de morir en los meses que siguen a la hospitalización. American Psychiatric Association como se citó en González, de Pablo y Valdés (2003). A pesar de su importancia, tradicionalmente el delirium ha sido subvalorado y no ha sido reconocido como una entidad que requiere un diagnóstico y manejo específico, independiente de la causa que lo origina. El subdiagnóstico alcanza cifras entre 32% y 67%. Meagher como se citó en González et al. (2003) En estudio prospectivo y observacional, realizado por el programa de geriatría Departamento de Medicina Interna, Pontificia Universidad Católica de Chile en el año 2005 titulado “Su diagnóstico de delirium en adultos mayores hospitalizados”, se estudiaron todos los pacientes con 65 años o más, que ingresaron al Servicio de Medicina del Hospital de Urgencia de la Asistencia Pública, desde su domicilio, entre el 3 y el 28 de agosto de 2003. 44 enfermerÍa en la atención del adulto mayor En dicho estudio Carrasco, Hoyl, Marín, Hidalgo, Lagos, Longton, Valenzuela y Arriagada (2005) encontraron que de 108 pacientes estu- diados 52,8% cumplió criterios de delirium al ingreso. Los que además fueron significativamente de mayor edad donde 66,2% de los mayores de 75 años versus el 30% de los menores de 75 años presentó delirium al ingreso. Por otra parte La revisión de las fichas médicas de pacientes con delirium mostró que en 16,3% no había descripción del examen mental del paciente al ingreso. Además, en 10,4% adicional, se descri- be un examen mental “normal”. La presencia de “Delirium” o “Síndrome Confusional Agudo”, como diagnóstico de ingreso se consignó sólo en 32,1% de los pacientes. Carrasco, Accatino-Scagliotti, Calderón, Villarroel, Marín, Pedro y González (2012) desarrollaron un estudio en el Servicio de Medicina del Hospital Clínico de la Pontificia Universidad Católica de Chile con el objetivo de aportar más información sobre el pronóstico de los pacientes que han cursado con delirium durante su estadía hospitalaria, específi- camente su asociación con mortalidad y el deterioro funcional a largo plazo, medidos a un año. Los participantes fueron pacientes con al menos 65 años de edad, ingresados en forma consecutiva, hospitalizados en las últimas 48 horas, en el servicio de medicina del hospital entre marzo y octubre del año 2006. Un total de 542 pacientes fueron ingresados al estudio. El promedio de edad fue de 78 años y su estadía promedio en el hospital fue de 5,8 ± 4,8 días. El 62% de los pacientes fueron mujeres. Se pesquisó delirium en 192 pacientes (35,4%), la mayoría (87%) durante las primeras 48 horas de hospitalización. La duración promedio del delirium fue de 4,9 días ± 3,1. Por otra parte La cohorte con delirium fundación alberto J. roemmers 45 presentó mayor estadía hospitalaria (7,3 ± 5,9 días versus 5,0 ± 3,9 días), así como una mayor mortalidad durante la hospitalización 8,5% versus 1,7% en la cohorte sin delirium. Marín y Gac (2005) por su parte señalan que cerca del 30% de los pacientes ancianos con patología médica presentan delirium en algún momento de su hospitalización. En un contexto quirúrgico esta cifra varía de un 10 a 50%, siendo mayor en cirugías cardíacas (30%) y de cadera (mayor a 50%). IV.- Diagnóstico Diferencial La presentación aguda y el carácter fluctuante son determinantes a la hora de establecer el diagnóstico diferencial con otros procesos psiquiátricos semejantes. Los principales cuadros con los que hay que realizar un diagnósti- co diferencial son: a) La demencia: Ambos presentan alteraciones cognitivas y fallos de memoria pero en la demencia el paciente se encuentra alerta y sin alteración de conciencia a diferencia del delirium. En la demencia el inicio es insidioso, por lo que es importante recoger información sobre sus síntomas previos al ingreso y en su evolución se mantie- ne o empeora el deterioro cognitivo. Puede ser difícil distinguir entre demencia y delirium debido a que muchas veces coexisten. Hasta un 50% de las demencias tienen un 46 enfermerÍa en la atención del adulto mayor delirium asociado al ingreso y entre el 25-50% de los pacientes con delirium tienen una demencia de base. Montenegro (s.f) b) Episodio depresivo mayor: un delirium hipoactivo puede confun- dirse fácilmente con una depresión con inhibición importante. La disminución del nivel de conciencia y la variabilidad de síntomas en el día no están presentes en la depresión. Hasta el 42% de los ancianos internados con depresión tienen delirium. Montenegro (s.f) c) Los episodios psicóticos agudos: En los que predomina la ideación delirante, manteniendo un curso estable sin alteración de la con- ciencia y con una alteración parcial de la atención más en la línea de la hipervigilancia. Ver tabla N° 1 Cuadro comparativo. Tabla N° 1: Diagnóstico diferencial DELIRIUM DEMENCIA PSICOSISAguda funcional DEPRESIÓN Comienzo Agudo Insidioso Subagudo Subagudo Curso en 24 horas Fluctuante Estable Estable Estable Conciencia Alterado Vigil Vigil Vigil Orientación Alterada Alterada Intacta Intacta Memoria Deterioro Deterioro Conservada Conservada Atención Déficit grave Déficit parcial Déficit parcial Déficit grave Delirio y alucinaciones Frecuente Baja frecuencia Frecuentes Frecuentes fundación alberto J. roemmers 47 VI.- Presentación Clínica Suele aparecer de forma abrupta (en horas o días) o hasta 3 meses, Los síntomas varían de forma impredecible a lo largo del día. Los pacientes adultos mayores muchas veces están tranquilos durante el día pero al comenzar a oscurecer se agitan, fenómeno conocido como “sundowning”. Es posible que se presente un pródromo caracterizado por intran- quilidad, hipersensibilidad a los estímulos visuales y auditivos, e inver- sión del ritmo sueño vigilia (también insomnio y pesadillas). (Marín & Gac, 2005). Es importante para evitar el desarrollo completo del cuadro, estar atentos también a otros síntomas prodrómicos como irritabilidad, ansiedad, irritabilidad, falta de atención, desorientación, e incoherencia en el discurso. En el delirium la mayoría de los pacientes tienen un nivel de alerta disminuido, están somnolientos e hiporreactivos, pero pacientes con delirium pueden estar despiertos e inclusive, hiperalertas. Montenegro (s.f) El adulto mayor puede presentar una disminución de la capacidad para centrar, mantener o redirigir adecuadamente la atención a su entorno, donde se puede observar distracción ante estímulos irrelevan- tes y la incoherencia en el discurso de la persona. Uno de los primeros síntomas del delirium es la desorientación temporal, especialmente nocturna, luego se altera la memoria a corto plazo, conservando parcialmente la memoria a largoplazo y la des- 48 enfermerÍa en la atención del adulto mayor orientación espacial. Pueden presentarse también alteraciones a nivel de la percepción tales como las interpretaciones erróneas, ilusiones y alucinaciones. De esta forma se da origen a 3 subtipos de delirium: a) Hiperactivo: Caracterizado por agitación, euforia, negativismo o miedo asociado a posibles ilusiones o alucinaciones, en este estado son frecuentes, las amenazas, los insultos, agresiones y con ello las autolesiones a la interrupción abrupta del plan terapéutico al reti- rarse elementos invasivos como sondas, drenajes y vías periféricas. Estos episodios son más frecuentes en unidades de cuidados inten- sivos, de trauma, de recuperación cardiovascular durante asocia- dos a situaciones de escaso estímulo ambiental b) Hiperactivo: con letargia, bradipsiquia, hipoactividad, respuestas mono-silábicas, actitud apática la que muchas veces se interpreta como negativismo o depresión. Hay una mayor tendencia al sub- diagnóstico lo que conlleva un peor pronóstico. c) Mixto: Alterna hiper e hipoactividad en el tiempo. VII.- Fisiopatología No se conoce con certeza el mecanismo por el cual se desencade- na un síndrome confusional agudo en respuesta a ciertas noxas. No se fundación alberto J. roemmers 49 ha podido demostrar daño cerebral estructural, a pesar de los eviden- tes trastornos conductuales y cognitivos. La lesión cerebral sería fun- cional. (Marín y Gac. 2005). El delirio sería una respuesta a un daño cerebral, fundamentalmen- te neuroquímico difuso asociado a alteraciones metabólicas y de neu- rotransmisores en todo el tejido cerebral. La vía final común sería un desequilibrio entre éstos, principalmente entre GABA, acetilcolina y dopamina. La sobre estimulación de receptores GABA estaría implicada en delirio asociado a encefalopatía hepática, y la subestimulación de estos al delirio relacionado a privación de benzodiacepinas, alcohol y barbi- túricos. (Marín y Gac. 2005). Existe evidencia de que el sistema colinérgico también está rela- cionado pues drogas anticolinérgicas causan delirio en voluntarios sanos y el efecto se revierte con anticolinesterásicos. A demás los niveles plasmáticos de anticolinérgicos se correlacionan bien con la presencia de delirio en el posoperatorio. El déficit colinérgico central, sería responsable de las alteraciones cognitivas y perceptivas, asimis- mo como de las alteraciones emocionales y de regulación del ciclo sueño-vigilia. Por todo ello hay que evitar el uso de fármacos anticoli- nérgicos (entre ellos amitriptilina, clorpromazina, codeína, diazepam, fenobarbital… entre otros.) Inversamente a la acetilcolina la dopamina está aumentada, sien- do responsable de la incapacidad de mantener la atención. Por lo que son útiles los neurolépticos que bloquean receptores dopaminérgicos, dado que estimulan secundariamente la producción de acetilcolina. 50 enfermerÍa en la atención del adulto mayor VIII.- Factores de riesgo y desencadenantes Para que se produzca el síndrome se requiere primero que nada una persona susceptible, surge aquí un concepto denominado “Reserva cerebral” la que ha sido definida como la capacidad del sistema ner- vioso central para responder de manera funcionalmente flexible a las agresiones. MEAGHER citado en González et al. (2003). No se puede calcular la reserva cognitiva no es calculable, pero se puede determinar que procesos disminuyen dicha reserva facilitando el desencadena- miento de un síndrome confusional agudo, esto es lo que conocemos como factores de riesgo: Tabla N° 2: Factores de Riesgo. – Factores individuales – Edad (menores de 12 años y mayores de 70 años) – Pluripatología – Deterioro cognoscitivo previo (especialmente demencia) – Déficit audición y visión – Reserva cerebral disminuida – Antecedente de delirium – Antecedente de toxicomanía – Polifarmacia – Intervención quirúrgica compleja – Alteraciones hidroelectrolíticas – Aislamiento (pobre contacto sensorial y social) – Cambio de hábitat en paciente con deterioro cognoscitivo previo – Entorno estresante (Cuidados Intensivos, Urgencias,…) – Inmovilización prolongada Fuente: Rev Méd Chile 2003; 131: 1051-1060 fundación alberto J. roemmers 51 Los factores desencadenantes más frecuentes se relacionan con un desequilibrio metabólico, abstinencia a sustancias de abuso, fallo funcional de órganos vitales (insuficiencia hepática, renal, respiratoria o cardiocirculatoria), reacciones adversas a fármacos o bien una com- binación de varios de estos factores. Diversos trabajos desarrollados en los últimos años permiten efec- tuar algunas consideraciones sobre la fisiopatología del delirium que se resumen a continuación. Tabla N°3: causas más frecuentes – Alteraciones metabólicas: acidosis, alcalosis, alteración hidroelectrolítica, hipoxia de cualquier origen (anemias, fallo cardiopulmonar). – Infecciones: encefalitis, meningitis, sífilis, VIH. – Paciente de urgencia: politraumatismo, infarto agudo al miocardio, quema- dura severa, postoperatorio. – Síndrome de privación o intoxicación: alcohol (delirium tremens), ben- zodiacepinas, barbitúricos, opiáceos, medicamentos, pesticidas, metales pesados. – Patología del SNC: tumores, hemorragias, hematoma subdural, hidrocefalia, TEC, abscesos. – Déficit vitamínico: tiamina, ácido fólico, vitamina B12, niacina. – Cardiopulmonar: encefalopatía hipertensiva, infarto agudo miocardio, insu- ficiencia respiratoria aguda. – Endocrinopatías: hiper o hipo glicemia, hiper o hipo adrenocorticoidismo, hiper o hipotiroidismo. – Fallo sistema renal: insuficiencia renal aguda o crónica, paciente en espera de diálisis o trasplante. – Fallo hepático: encefalopatía hepática, cirrosis, hepatitis. – Cirugía: trasplante, cirugía de cadera, cardiotomía. – Polimedicación: tranquilizantes, quimioterápicos, anticolinérgicos, narcóti- cos y corticoides Fuente: Rev Méd Chile 2003; 131: 1051-1060 52 enfermerÍa en la atención del adulto mayor IX: Tratamiento El tratamiento debe dividirse en tres aspectos principales: Prevención, tratamiento de la enfermedad de base y Manejo sintomá- tico del síndrome confusional agudo. Estrategias de prevención: • Identificar y tratar problemas médicos subyacentes en el adulto mayor. • Evitar el uso de drogas anticolinérgicas, sedantes y narcóticas • Procurar una hidratación y alimentación adecuada • Frente a cuadros respiratorios procurar una oxigenación adecuada para evitar el efecto de la hipoxemia sobre SNC. • Garantizar los métodos de control del dolor adecuados • Ambiente físico familiar y tranquilo procurando una rutina diaria y en lo posible mantener en la habitación objetos familiares del paciente. • Procurar la orientación utilizando medidas como la repetición de fecha y lugar donde se encuentra el paciente, la orientación horaria a través de relojes y ca- lendarios • Promover el acompañamiento familiar. • Favorecer que el paciente tenga un sueño reparador • Utilizar ejercicios de relajación para reducir la ansiedad y el estrés causado por la inmovilidad • Favorecer la deambulación temprana • Utilización de correctores sensoriales como lentes o audífonos en casos necesa- rios. • Frente a la hospitalización reducir el miedo del paciente y aumentar su sensación de control cognitivo sobre la situación, entregando información clara y comprensible sobre la enfermedad, la atención médica que requiere y los exámenes que deban realizarse. fundación alberto J. roemmers 53 Tratamiento de la enfermedad de base: Constituye el pilar fundamental del síndrome confusional agudo. Se recomienda tratar acabildad la enfermedad de base, en muchas ocasiones el delirio no evoluciona en la misma forma que lo hace la enfermedad que desencadena el cuadro si no que se demora más tiem- po en resolverse. Manejo Sintomático: Es importante diferencias aquí entre manejo no farmacológico y el farmacológico, dado que en algunas oportunidades que las medidasno farmacológicas son suficientes para superar un cuadro de delirio. (Marín y Gac. 2005). Entre las medidas no farmacológicas encontramos: • Evitar y controlar la sobreestimulacion como el ruido excesivo y estímulos como visitas, actividad del personal sanitario. • Iluminación adecuada, utilizando luz indirecta nocturna procurando con ello disminuir las percepciones equivocadas. • Mantener una temperatura estable. • Procurar un entorno sencillo, sin objetos innecesarios para evitar accidentes y/o autoagresiones. • Valorar el uso de habitación individual, evitar juntar pacientes con delirium dado que se potenciarán. • Procurar objetos conocidos en sus habitaciones como adornos o fotos familiares. • Evitar tanto como sea posible la utilización de catéteres o la perfusión intrave- nosa continua para no aumentar la inmovilidad del usuario. • Asegurar los ciclos sueño-vigilia con actividad diurna y evitando interrupciones durante el sueño, minimizando procedimientos y tareas nocturnas. 54 enfermerÍa en la atención del adulto mayor • Valorar constantemente la necesidad de instaurar o mantener una contención física dado que estos pacientes pueden pasar de estados de agitación a estados de inhibición, y de estados de confusión total a estados de considerable clari- dad de conciencia., dado que estas medidas lo agitarán y crearan más ansiedad, utilizarlas sólo cuando sea imprescindible. Manejo Farmacológico: Está indicado en caso de alucinaciones que angustien al paciente o conductas violentas que pongan en riesgo al paciente o su entorno. En estos casos la indicación se utiliza el Haloperidal dado que es el antipsicótico más estudiado y con mayor evidencia de su impacto. No existe consenso acerca del tratamiento farmacológico ideal. En la práctica, el manejo de delirium está basado en reporte de casos y series retrospectivas. La Sociedad de Medicina Intensiva y el Colegio Americano de esta subespecialidad recomiendan el haloperidol para controlar la agitación y síntomas psicóticos. Fearing citado en Carrasco en Vega, Nazar, Ratalino, Pedemonte y Carrasco (2014). Se recomienda Haldol en una dosis inicial de 0,5 a 1 mg vía oral. En el manejo agudo del paciente agitado y combativo se recomienda su administración endovenosa la cual se ha asociado a prolongaciones del segmento QT del electrocardiograma y desenlaces fatales. En mar- zo de 2012, el Instituto de Salud Pública de Chile (ISP) recomendó evitar el uso de haloperidol endovenoso, limitando el tratamiento agu- do de un paciente agitado. Esta recomendación cambió al mes siguien- fundación alberto J. roemmers 55 te, pudiendo usarse haloperidol endovenoso, pero asociado a monito- reo cardiaco, reapareciendo esta importante herramienta terapéutica. Se recomienda comenzar con haloperidol endovenoso con dosis de 0,5-1 mg y titular según efecto clínico, evaluando al paciente cada 20 min y, según necesidad, doblando la dosis previa. Al día siguiente de iniciada la terapia se sugiere evaluar el paso a vía enteral e ir disminu- yendo en 50% la dosis total requerida en el día previo, con una dura- ción del tratamiento, según evolución, entre 5-7 días. Vega et.al (2014). No hay evidencia de que señale una mejor eficacia de los antisicó- ticos atípicos con respecto al haloperidol pero tienen una menor can- tidad de efectos secundarios entre los más utilizados encontramos la quetiapina a dosis orales de 25 a 100 mg al día y la risperidona a dosis de 0,5 a 1 mg cada ocho a doce horas. Se evidencia la importancia del rol profesional de enfermería en las diferentes formas de abordaje del tratamiento, como responsables de la gestión del cuidado del adulto mayor. 56 enfermerÍa en la atención del adulto mayor Bibliografía y Linkografía 1. González T Matías, de Pablo R Joan, Valdés M Manuel. Delirium: la confusión de los clínicos. Rev. méd. Chile [Internet]. 2003 Sep [cita- do 2017 Jul 28]; 131(9): 1051-1060. Disponible en: http://www.scie- l o . c l / s c i e l o . php ? s c r ip t = s c i _ a r t t e x t & p id = S 0 0 3 4 - 98872003000900013&lng=es. http://dx.doi.org/10.4067/ S0034- 98872003000900013. 2. Marín L Pedro, Gae Homero, “Manual de geriatría y gerontología”, Ediciones Universidad católica de Chile. Segunda edición 2005. Cápitulo III. Pág.99 -110. 3. DELIRIUM. Aborda Monografía] je toxicológico. [Iliana Micaela Montenegro Carrera de Médico Especialista en Toxicología Facultad de Medicina Universidad de Buenos Aires 2009 Recuperado el 3 de julio del 2017 de http://www.fmed.uba.ar/depto/toxico1/delirium_ formato.pdf 4. Carrasco G, Marcela, Hoyl M, Trinidad, Marín L, Pedro Paulo, Hidalgo A, Jaime, Lagos D, Carmen, Longton B, Cristóbal, Chávez B, Pamela, Valenzuela A, Eduardo, & Arriagada M, Domingo. (2005). Subdiagnóstico de delirium en adultos mayores hospitalizados. Revista médica de Chile, 133(12), 1449-1454. https://dx.doi.org/ 10.4067/S0034-98872005001200006 5. Carrasco, Marcela, Accatino-Scagliotti, Luigi, Calderón, Jorge, Villarroel, Luis, Marín, Pedro Paulo, & González, Matías. (2012). Impacto del delirium en pacientes de edad avanzada hospitalizados: un estudio prospectivo de cohortes. Revista médica de Chile, 140(7), 847-852. https://dx.doi.org/10.4067/S0034-9887 2012 000700003 fundación alberto J. roemmers 57 6. Vega P, Eduardo, Nazar J, Claudio, Rattalino F, Marcos, Pedemonte T, Juan, & Carrasco G, Marcela. (2014). Delirium postoperatorio: una consecuencia del envejecimiento poblacional. Revista médica de Chile, 142(4), 481-493. https://dx.doi.org/10.4067/S0034- 98872014000400010 “Polifarmacia en adultos mayores”. Utilización apropiada de fármacos en geriatría Lic. Héctor Barco 61 A medida que vamos envejeciendo suele aumentar la frecuencia de enfermedades crónicas y de dificultades funcionales que potencial- mente puedan llevar a la pérdida de autonomía y a deterioro del bien- estar. Muchas de estas afecciones tienen tratamientos, tanto médicos como farmacologicos. La prescripción para ser efectiva debe ser pres- cripta de manera correcta, y los efectos adversos monitoreados. Existe una relación directa entre el número de medicamentos y el riesgo de efectos indeseados. La“polifarmacia” y la medicación inapropiada son dos conceptos, que generan en muchos adultos mayores un efecto cascada de consumo de fármacos que se conoce como un riesgo del que poco se sabe y que potencialmente se asocia con malos indicado- res de salud que pueden ser prevenidos. Los pacientes mayores frágiles tienen coexistencia de muchos problemas de salud lo que es conocido como “comorbilidad”. Estudios recientes han detectado un promedio de 5 enfermedades crónicas cuya 62 enfermerÍa en la atención del adulto mayor frecuencia aumenta con la edad: (diabetes, hipertensión, problemas cardiovasculares, osteoporosis; problemas cerebrovasculares, artrosis, problemas nutricionales, depresión etc.). Es común que cada problema de salud se trate por separado, y los especialistas suelen perder de vista al paciente en forma integral. Así el cardiólogo se ocupa del tratamiento de los problemas del corazón, pero no de las interacciones de los medicamentos que prescribe con los que recetó el neurólogo o el endocrinólogo, etc. Por estas razones, hoy se reconoce que uno de los mayores proble- mas de los adultos mayores es la polifarmacia.En 1995, el Dr. Moises Schapira, especialista en Geriatría, participo de un estudio con más de 1.000 pacientes en PAMI, en el cual pudo observar que cada uno reci- bía en promedio 9,6 medicamentos a la vez”, Lo grave, señalaba en ese entonces el Dr. Schapira, es que muchos de esos medicamentos tienen efectos contrapuestos o duplicativos. En tal sentido, la Organización Mundial de la Salud advierte que alrededor del 50% de los medicamen- tos se prescriben, administran o venden inapropiadamente, y el 50% de los pacientes no toma de manera adecuada sus medicamentos*. Esto genera un efecto cascada en la prescripción. Porejemplo: A un paciente con trastornos de conducta, se le da un psicofármaco que produce temblores similares a los de la enfermedad de Parkinson como efecto adverso; y en vez de discontinuar el primer medicamento, se le receta una segunda droga contra el Parkinson. Este segundo remedio a la vez lo constipa, lo que se resuelve mediante un laxante: el laxante puede generar un desequilibrio hidroelectrolítico pudiendo generar fundación alberto J. roemmers 63 hipertensión arterial y potencialmente asociarse a una caída, y así suce- sivamente. Esto, sin contar el riesgo de daños renales o hepáticos por sobremedicación, que es tanto mayor a medida que aumenta la edad, según confirman múltiples estudios. Schapira especifica la diferencia entre polimedicación, que es el uso racional de medicamentos con efectos adicionados (terapias com- binadas en pequeñas dosis) de la polifarmacia, que implica el uso indis- criminado de múltiples drogas. Pero para el uso racional y adecuado se requiere un estudio integral del paciente, y un acompañamiento que ayude a cumplir el esquema de medicación: la adherencia es una de las partes más difíciles de cualquier tratamiento crónico. “En Hirsch, los profesionales médicos, aplican los criterios de Beers que definen qué medicamentos son apropiados para ser utiliza- dos con seguridad en los ancianos y cuáles no”. Según estos criterios internacionalmente aceptados por la comunidad de especialistas, son inapropiados los antihipertensivos de efecto muy intenso y veloz, así como las benzodiazepinas (tranquilizantes de alta vida media), algunos opiáceos y laxantes, antidepresivos tricíclicos o los anticolinérgicos (antialérgicos) que pueden producir confusión un descenso de la pre- sión al pararse, entre otros. “Otro problema se da cuando no se con- trolan los efectos secundarios de los medicamentos, que es lo que generalmente ocurre. Por eso, el seguimiento de la historia clínica de cada paciente es fundamental, y cada médico debe analizar al pacien- te de manera integral, y saber qué medicamentos está tomando para prescribirle o no algún otro fármaco.” 64 enfermerÍa en la atención del adulto mayor Algunos consejos para evitar la polifarmacia • Hacer un listado bien claro de los medicamentos, los días y las horas del día en que deben tomarlos y tenerlo siempre a mano. Es reco- mendable hacer fotocopias de la lista y tenerlas pegadas en los dis- tintos ambientes de la casa y en lugares de visita frecuentes (la heladera, la mesa de luz, la cómoda, el mueble del televisor, etc.) • Utilizar dispensadores de remedios diarios o semanales con espacios diferentes para cada día (desayuno, comida y cena). • Cada vez que vaya a un médico diferente al habitual, llevar consigo una lista de los tratamientos que está siguiendo y de los medicamen- tos que está tomando. De esta manera, el médico sabrá si prescri- birle algo nuevo, y si puede haber efectos adversos o contraindica- ciones con los que ya toma. • Si el médico decide discontinuar el uso de alguno de los fármacos del tratamiento, lo mejor es deshacerse inmediatamente de aquellos que se han retirado para no confundirse. • Es recomendable que algún familiar supervise -cada tanto y sin ser molesto- que el paciente tome sus medicamentos en las dosis y momentos indicados por el médico. • Evitar la automedicación. Ante cualquier problema de salud que pue- fundación alberto J. roemmers 65 da surgir (catarros, estreñimiento, dolores, etc.) debe consultarse con el médico y no optar por la automedicación. Sólo él puede indi- car cuál es el tratamiento más adecuado, teniendo en cuenta las posibles interacciones con los que ya se toman y los posibles efectos adversos. • Consultar al médico ante la aparición de nuevos síntomas o de aque- llos que ya estaban controlados con el tratamiento pero que vuelven a aparecer. – Materíal bibliográfico: Basado en literatura del Centro Hirsch, comité de Docencia e Investigación a cargo del Dr. Moises Schapira. - Lic. Héctor H. Barco: Jefe Dpto de Enfermería Centro Hirsch. Buenos Aires 3 de agosto de 2017 Limitación del esfuerzo terapéutico Prof. Lic. Hna Mercedes Zamuner Jefa del Departamento de Enfermería del Sanatorio Mater Dei. C.A.B.A. Profesora a cargo de la cátedra de Ética en los 4 años de la Carrera de Licenciatura en Enfermería, Unidad Académica de Grado, del Instituto Universitario de la Policía Federal Argentina. Secretaria General del Comité de Expertos en Enfermería Ético- Legal de la Federación Argentina de Enfermería. Presidenta del Tribunal de Ética de la Asociación de Enfermería de Capital Federal (2017-2019). Miembro Honorario de la Asociación Católica de Enfermeras. (ACE). Vicepresidenta de la Comisión de Enfermeros de Gestión de la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de la Rca. Argentina (ADECRA) 2017 69 Introducción Como introducción al tema y para explicar la decisión de apelar a la limitación del esfuerzo terapéutico, se hace necesario comprender pri- mero el significado del concepto “limitación” y su impacto en el contex- to de la cultura actual. Estamos inmersos en una sociedad a la que le cuesta reconocer los límites, sean éstos de la naturaleza que sean. Límites humanos, límites de la ciencia, límites de la convivencia, límites de los derechos; y así podríamos nombrar una larga serie de límites que al hombre de hoy le cuesta respetar, atenerse a ellos. La raíz de esta cierta rebelión contra los límites podríamos encontrarla en una tendencia a creernos únicos artífices de nuestro propio ser y acontecer, a una cierta soberbia de creer que todo lo podemos manejar a nuestro gusto. La tecnología ha puesto en nuestras manos una serie de herra- mientas que nos proporcionan una significativa ayuda a muchas de las actividades que realizamos tanto en el ámbito privado como en el laboral, profesional, dotándonos de la sensación de que prácticamente 70 enfermerÍa en la atención del adulto mayor tenemos en nuestras manos los medios para hacer y deshacer todo de acuerdo a nuestro parecer. Esta falsa percepción anida dentro de una cultura relativista, donde cada persona es dueña de la verdad, tiene su foco en sí misma, más que en el conjunto de las personas que confor- man la sociedad y reclama de los demás el reconocimiento de sus propias convicciones. En medio de este panorama, la palabra “limitación” produce una sensación de frustración porque se interpreta como una coerción, un freno, un parate, a un deseo, a un proyecto, a una iniciativa que desea- mos realizar y nos sitúa delante de una pared infranqueable. Es lo que se muestra en el corto de animación de origen español titulado La Dama y la Muerte. Una anciana, que vive sola en una zona rural y cuyo marido ha fallecido, está esperando que le llegue la muerte para reunirse nuevamente con él. Cuando llega, por fin, y está a punto de entrar en el más allá para reencontrarse con su esposo, se ve arran- cada de las manos de la muerte por un médico soberbio que creyéndose el dueño de la vida y de la muerte, no acepta el límite natural del ciclo de la vida y establece una feroz lucha con la muerte, a la que la anciana asiste atónita. Aunque en un primer momento parece que la medicina logró la victoria y la muerte se retira, sin embargo la anciana no está dispuesta a postergar más la reunión con su marido y se sale con la suya. Podemos preguntarnos: ¿qué se evidencia en la actitud del médico hacia la muerte? ¿Por qué no averiguó el contexto de la anciana, cuál era su deseo al respecto? ¿Por qué su desesperación por reanimarla? Situaciones que antes determinaban la muerte de las personas a causa de la falta de tratamientos adecuados, hoy la ciencia, permite fundación alberto J. roemmers 71 incidir en la prolongación de la expectativa de la vida artificialmente a través de la aplicación de medios tecnológicos. Esta posibilidad llevada al extremo no hace más que prolongar la agonía y el sufrimientode las personas en situaciones cuando estos tratamientos son fútiles, es decir no proporcionan ninguna mejora en la condición del paciente sino sola- mente demoran su muerte natural. Aquí es donde amerita una reflexión ética para considerar por un lado, cuál es el objetivo de continuar con los tratamientos cuando éstos no guardan relación a ninguna mejora en la condición del paciente y si se está respetando el principio de autonomía, o sea la voluntad del paciente o el familiar, en caso de que éste no esté lúcido, de no proseguir indiscriminadamente con cualquier clase de pro- cedimientos para alargar la vida. En nuestra sociedad, pese a que todos vamos a morir más tarde o más temprano, la muerte casi siempre es percibida como un fracaso y un tema tabú; la muerte de una persona es algo a evitar a toda costa y a cualquier precio. Esta concepción incluye a los profesionales de la salud. Así lo evidencia una encuesta realizada entre 189 profesionales para conocer su postura. El 67,6% de ellos evalúan negativamente el sentido de la muerte, encontrándose que los mismos temen a la muer- te y no tienen aceptación de ella como fin inexorable1 actitud que pone de manifiesto esta rebelión ante los límites, unida al espanto que causa hoy el enfrentarse a la muerte como si ésta fuera algo de lo que 1 (*) J. C. Muñoz Camargo, M.P. Martín Tercero, M. P. Núñez López, M. J. Espadas Maeso, S. Pérez Fernández-Infantes, P. Cinjordis Valverde, A. León Rodríguez, J. Moreno Ortiz y M. P. Huertas Díaz. “Limitación del esfuerzo terapéutico. Opinión de los profesionales”. Rev. Enfermería Intensiva. 2012; 23(3):104-114 72 enfermerÍa en la atención del adulto mayor hay que huir, un acontecimiento tenebroso y no una etapa más en el ciclo natural de la vida. Concepto de Limitación del esfuerzo terapéutico (LET) Luego de explicar el contexto, será más comprensible la problemá- tica en torno a la decisión de aplicar la “limitación del esfuerzo terapéu- tico”. El concepto de LET se refiere básicamente a • No iniciar determinadas medidas (withholding) • Retirar un tratamiento previamente instaurado (withdrawing) • Decidir a qué pacientes hay que aplicarles unos determinados tra- tamientos en tiempo y en cantidad, no es fácil. La LET consiste en la retirada o el no inicio de medidas terapéuticas cuando son inúti- les, porque lo único que producirían es mantener la vida biológica, pero sin posibilidad de recuperación funcional del paciente con una calidad de vida mínima. Se refiere a pacientes sin expectativas razonables de recuperación, en los que aplicar medidas despropor- cionadas a una mejora esperable conduce a un retraso inútil de la muerte, en lugar de una prolongación de la vida. • Al aplicar todas las medidas terapéuticas existentes sin un criterio que produzca un beneficio real al paciente, estamos ante la figura del encarnizamiento terapéutico al que a veces recurren los profe- sionales por presión de los familiares que quieren que al enfermo “se le haga todo lo que sea posible”, muchas veces porque carecen de la información precisa acerca del estado de irrecuperabilidad fundación alberto J. roemmers 73 del paciente y del sufrimiento que implica para él continuar inde- finidamente con tratamientos futiles. Criterios para aplicar la LET A continuación se enumeran una serie de ítems a tener en cuenta a la hora de evaluar la pertinencia de aplicar la limitación del esfuerzo terapéutico a un enfermo. 1. Corroborar la irreversibilidad del cuadro del paciente y el avance progresivo del deterioro a través de la evidencia científica. 2. Haber informado al paciente y/o la familia sobre la condición real de su estado. 3. Respetar el principio de autonomía del paciente. (rechazo al trata- miento) 4. Desechar los tratamientos fútiles 5. Evitar el encarnecimiento terapéutico 6. Considerar el principio de beneficencia del paciente. LET y Eutanasia Al momento de la toma de decisiones acerca del paciente en estado irreversible de su enfermedad y la gravedad de la misma, surge la duda de si, mediante el retiro de tratamientos o la no iniciación de los mismos, se está incurriendo en eutanasia. Recordemos que la eutanasia se refie- re al profesional de la salud que produce la muerte del paciente, para evitar que siga sufriendo y a pedido de éste o de la familia, mediante la 74 enfermerÍa en la atención del adulto mayor administración de una droga letal, pero también omitiendo tratamientos básicos como por ejemplo la hidratación y la alimentación, que le permi- ten al enfermo seguir viviendo. El siguiente cuadro muestra en forma gráfica las diferencias men- cionadas. DIFERENCIAS LIMITACIÓN DEL ESFUERZO TERAPÉUTICO EUTANASIA • Objetivo: dejar que la naturaleza siga su curso • Aplicación de cuidados paliativos para dar calidad a la vida del paciente. • Muerte producida por la enfermedad • Objetivo: terminar con la vida del paciente • Aplicación de drogas con la finalidad de acortar la vida del paciente a causa del sufrimiento. • Muerte producida por un profesional En el caso de la LET, es la enfermedad la que produce la muerte del enfermo y no la actuación del profesional Valoración moral de la LET Desde el punto de vista ético, la decisión de limitación del esfuerzo terapéutico, luego de una ponderada reflexión de parte del equipo mul- tidisciplinario y acordado con el paciente y la familia, es moralmente fundación alberto J. roemmers 75 correcta porque permite al enfermo el derecho a morir con dignidad, sin someterlo a tratamientos inútiles y respetando el curso natural de la enfermedad que lo llevará indeclinablemente al final de la vida, destino universal de todo ser viviente. “Aceptar el hecho de que una enfermedad no puede controlarse a pesar de haber hecho un esfuerzo para ello y suspender un tratamiento, es moralmente tan aceptable como decidir previamente que la enfer- medad no puede ser controlada de manera eficaz y no iniciar medidas de soporte.” Daniel Callahan Actuación de enfermería Es importante señalar que la LET no implica en absoluto la desaten- ción del enfermo y en especial del enfermo moribundo. Cuando se retiran las medidas de soporte vital, continúa la obligación de cuidar al pacien- te en el proceso de muerte. Es también ésta una responsabilidad del profesional de enfermería y es necesario esforzarse para realizar los cuidados con la misma calidad, tanto cuando se decide no iniciar un tratamiento, como cuando se determina suspenderlo. De la enfermera se espera que participe de forma activa, aportan- do la visión humanizadora de los cuidados y la ética del cuidar; que aplique los valores éticos propios de la profesión, por formación y por sentido del cuidado, y contribuya, recogiendo el testimonio del enfermo y su entorno familiar, necesarios para decidir el iniciar o retirar un tratamiento. 76 enfermerÍa en la atención del adulto mayor Los cuidados paliativos consistentes en medidas de confort, seda- ción, analgesia y apoyo psicológico al paciente y la familia, son la res- puesta adecuada de enfermería a los pacientes que transitan por esta etapa de su enfermedad. Conclusión El problema mayor del hombre es la aceptación de los límites. Más allá de las conquistas que en el futuro alcance la ciencia humana, la tecnología deberá reconocer un límite inexpugnable: la dignidad de la persona, a riesgo de poner en peligro la autodestrucción de la huma- nidad. “La tendencia a colocar el progreso técnico como el valor más alto se halla ligada no solo al excesivo énfasis que concedemos al intelecto, y en una mayor medida a una profunda atracción emocional hacia lo mecá- nico, hacia lo no vivo, hacia todo lo hecho por el hombre…lleva a la indi- ferencia hacia la vida en lugar de a la reverencia por la vida.” E. Fromm La limitación del esfuerzo terapéutico es un deber ético del profe- sional y un derecho de toda persona, porque en el momento crucial del proceso del tránsito de este mundoal otro, todos queremos ser consi- derados en lo más propio de cada persona que es el respeto a su huma- nidad. fundación alberto J. roemmers 77 Bibliografía 1. Álvarez Pérez JC. “Limitación del esfuerzo terapéutico.” En: Elizari FJ, editor. El final de la vida, Colección 10 palabras clave. Navarra: Ed. Verbo Divino; 2007. p. 245-302. 2. Cabré Pericas L, Solsona Durán JF. “Limitación del esfuerzo tera- péutico en medicina intensiva”. Rev. Medicina Intensiva. 2002;26:304-11. 3. Callahn Daniel. “Setting Limits. Medical goals in an aging society.” Ed Georgetown University. Washington. 1995 4. Falcó-Pegueroles A. “La enfermera frente a la limitación del trata- miento de soporte vital en las unidades de cuidados intensivos. Aspectos técnicos y prácticos a considerar.” Rev. Enfermería Intensiva. 2009; 20:104-9. 5. Fernández Fernández R, Baigorri González F, Artigas Raventos A. “¿Ha cambiado en el siglo XXI? Limitación del esfuerzo terapéutico en cuidados intensivos.” Rev. Medicina Intensiva. 2005; 29:338- 41. 6. Fracapani de Cuitiño, Marta. “Limitaciones de Tratamiento” ed. Lumen. Bs.As. 1997 7. Fromm Erich “La Revolución de la Esperanza”. ed. Fondo de Cultura Económica, Bs.As. 1992 8. Iribarren S, Latorre K, Muñoz T, Poveda Y, Dudagoitia JL, Martínez S, et al. “Limitación del esfuerzo terapéutico tras el ingreso en una unidad de medicina intensiva. Análisis de factores asociados.” Rev. Medicina Intensiva. 2007; 31:68-72. 78 enfermerÍa en la atención del adulto mayor 9. Jonas Hans. “Técnica, medicina y Ética” ed. Paidós. Barcelona, 1996 10. Peter Ricardo. “Honra tu límite: fundamentos filosóficos de la terapia de la imperfección” Ed. San Pablo. Madrid. 1997 11. Tomas y Garrido Gloria. “Cuestiones actuales de Bioética” Ed. EUNSA, España. 2006 Adulto mayor y cercania a la muerte E.M. Cecilia Cariqueo Ralil 81 I.- Introducción Desde el principio de los tiempos el ser humano ha intentado asu- mir la muerte o por lo menos a reflexionado en torno al tema, ya lo demuestran los escritos y poemas de la antigüedad. Todo ser humano es parte de un ciclo de vida que emerge con el nacimiento y cuyo paso por este mundo finaliza con la muerte. No en vano somos llamados “mortales”, sin embargo deben pasar algunos años para que durante la niñez comencemos a darnos cuenta que la vida tiene fin, lo experimentamos a través de las pérdidas de seres queridos, del dolor que nos toca presenciar socialmente frente a los acontecimientos de la partida,de la muerte de otros. Cuando se piensa en la propia muerte puede surgir una cierta ansiedad, temor frente a lo desconocido al “dejar de ser”, sin embargo no es un tema que en un contexto normal de etapas del ciclo vital, se sienta palpable durante la juventud; más bien los jóvenes en la búsque- da de su identidad, el adulto en el desafío de lograr estabilidad y cum- plir sus metas experimentan la muerte como una experiencia lejana, 82 enfermerÍa en la atención del adulto mayor una “vivencia de otros”. No es hasta la etapa de adulto mayor cuando el ser humano se enfrenta con esta posible e ineludible realidad. El envejecimiento es un proceso progresivo e irreversible. La madu- rez física y sicológica que va alcanzando el ser humano a lo largo de la vida provoca actitudes y acciones propias de cada etapa, pero también es importante la capacidad de adaptación que se tiene frente al proce- so de cambio constante que implica la vida. Según La Teoría del Desarrollo Psicosocial de Erickson, “todos los seres humanos en las diversas etapas del ciclo vital atravesamos por una serie de crisis que permiten o no superar los cambios que se presenten en cada una de ellas, pero específicamente en la adultez mayor la crisis se relaciona con la evaluación que hace la persona de su vida, en donde por un lado, puede aceptar la manera como ha vivido, se muestra interesado por encontrar motivaciones y lograr un sentido de integridad, desarrollan- do lo que denomina el autor “sabiduría”, que le permite tener una mayor aceptación de su muerte. En el caso contrario el adulto mayor puede desarrollar la “Desesperanza” en donde no acepta la realidad inevitable de los cambios y la muerte, siente que el tiempo y las oportunidades en su vida se han agotado, generando sentimientos de amargura y deses- peración por el tiempo perdido, lo cual les dificulta sobrepasar los cam- bios propios de esta etapa de desarrollo”. (Barraza y Uranga citado en Uribe y Valderrama.2007). En este contexto y realidad es que es de suma importancia para quienes hemos escogido trabajar con personas en esta última etapa de la vida, reconocer las posibles actitudes de la persona mayor frente a la muerte entendiendo que la capacidad que tengamos de dialogarla fundación alberto J. roemmers 83 tiene directa relación con nuestras propias vivencias y percepción de la misma. II.- La idea de la muerte La vida y la muerte son como dos notas musicales de una misma partitura, no podemos pensar en la vida sin tener claro que esta es finita y que finaliza con la muerte, de esta forma se convierte en un hecho cotidiano. Es curioso que la única certeza que tenemos los seres humanos es que en algún momento vamos a morir. Sin embargo siendo una experiencia tan común y tan propia esta idea tiene a ser apartada, eludida en la mayoría de las personas casi como un tabú. Vivimos en una cultura donde la juventud, la energía y el éxito es la percibida como la expresión máxima de felicidad y plenitud, donde se evita hablar de la muerte dado que es percibida como un fracaso, a nivel personal, tecnológico y médico. En la actualidad, el contacto con la muerte nada tiene que ver con la vivencia de hace unas décadas. La mayoría de los niños no han visto una persona enferma o grave pudiendo llegar a la edad adulta sin haber experimentado y vivido una pérdida. Es más, se les aparta del dolor, la enfermedad y la muerte llevándolos a otros hogares para que no ―sufran por la pérdida del familiar. Es probablemente por ello, que en estos momentos, la mayoría de los fallecimientos se producen en hospitales o en instituciones sociosanitarias dando lugar al desplazamiento institu- cional de la muerte. (Collel Brunet citado en Santa María, 2008) 84 enfermerÍa en la atención del adulto mayor La muerte puede ser abordada y estudiada desde variadas discipli- nas como la sociología, la filosofía, la antropología y por su puesto desde la medicina dado que todas ellas en una u otra medida la condi- cionan, de ahí la importancia de estudiar el impacto a nivel individual y colectivo que genera dicha experiencia, dado que puede aparecer en cualquier momento de la vida y curiosamente siempre será experiencia de otro que irá marcando la propia forma de vivenciar y enfrentar nuestras propias perdidas a lo largo de la vida y porque no decirlo de nuestra propia muerte. Hablar de vejez lleva implícito el hecho inevitable de la muerte. Para las personas mayores la muerte es una realidad cercana dado sus experiencias de perdida de seres queridos o de enfermedades que pue- den mantener a las personas cercanas en situaciones próximas a la muerte,de tal forma que la experimentan de una forma más real que en etapas anteriores de la vida. La ciencia define la muerte como el cese absoluto y definitivo de todas las funciones biológicas, que incluye la interrupción total e irreversible de las funciones circulatoria y respira- toria y el cese, también irreversible, de todas las funciones cerebrales. (Santa María, 2008). Desde una perspectiva psicológica, la muerte se considera como un proceso y no como un acto puntual (Kastenbaum y Costa citados en Ceballo, 2013) la que se puede mirar desde un ámbito biológico, social y psicológico. Por ejemplo la muerte psicológica de una perso- na en estado terminal donde se van muriendo las ilusiones, la espe- ranza y se acrecientan las incertidumbres y los miedos frente a lo que viene. fundación alberto J. roemmers 85 Tal como señala
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