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PARADIGMA MECANICISTA

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RESUMEN de: Hermenéutica de la medicina. Socioantropología de la salud (Raggio, A., 2014).
Realizado por Prof. Yanina Frezzotti para la materia SOCIOANTROPOLOGÍA DE LA SALUD (Unnoba, 2019).
PARADIGMA MECANICISTA
1) Hermenéutica (contexto histórico social):
1500-1600
Aunque dice ser heredero de los aportes de Hipócrates y Galeno, en realidad hay que establecer los orígenes de este
paradigma en Andrés Vesalio, anatomista renacentista del siglo XVI. Su obra "La fábrica de cuerpo humano", pone de
manifiesto la concepción mecanicista del cuerpo. En el mismo siglo, se suman los avances en materia de cirugía a cargo
de Ambrosio Paré, quien abandonó la utilización de las quemaduras (con aceite o hierro incandescente) como forma de
cauterización de las heridas, inventó los drenajes y las ligaduras de arterias para evitar las hemorragias.
1600-1700
En el siglo XVII aparecen los logros de Harvey (desentraña los movimientos y circulación de la sangre), Sydenham (crea la
ontología de las enfermedades con un origen, evolución y desenlace) y Malpighi (desarrolla la micro-anatomía,
aplicando el microscopio al cuerpo humano).
1700-1800
En el siglo XVIII, Jenner crea la primera vacuna contra la viruela, sin poder explicar con exactitud las causas, pero
comprendiendo que la forma de viruela débil de los bovinos inmunizaba a las ordeñadoras. Morgagni desarrolla la
anátomo-patología, al establecer la correlación entre la enfermedad que había provocado la muerte de los pacientes y
las lesiones orgánicas que presentaban sus cadáveres. Esta es la primera prueba empírica de la hipótesis central de este
paradigma: la enfermedad como disfunción orgánica. Se suman los aportes en histología de Bichat, quien estudia la
relación de la morbilidad y las lesiones de los tejidos orgánicos.
1800-1900
En el siglo XIX, se alcanzarán los primeros éxitos terapéuticos. Pasteur inaugura la bacteriología y sienta las bases
científicas de las vacunas al descubrir los efectos de los microorganismos en la salud y el desarrollo inmunológico que se
puede crear con la inoculación de cultivos empobrecidos de bacterias o virus. Koch consagra estos logros creando la
vacuna para la tuberculosis y la asepsia con vapor de agua. Lister contribuye con la antisepsia de ácido fénico y Morton
logra la primera anestesia de éter, fundando la cirugía mecanicista.
Durante esta etapa, el paradigma mecanicista rivaliza con el humoral y el hipocrático. Pero ya en 1876, fue legalmente
consagrada como la única práctica médica jurídicamente reconocida y autorizada por el Estado, dejando a los demás
paradigmas en el terreno de la ilegalidad y la clandestinidad.
1900-2000
El siglo XX traerá la coronación de los logros mecanicistas con la creación de la penicilina por parte de Alexander
Fleming, que hace posible combatir los efectos de los microorganismos en la salud de las personas, pero no de forma
preventiva sino curativa, en la etapa patogénica de la enfermedad. Así, se establece el éxito definitivo del paradigma
mecanicista y el completamiento de su estructura básica, fundada principalmente en:
RESUMEN de: Hermenéutica de la medicina. Socioantropología de la salud (Raggio, A., 2014).
Realizado por Prof. Yanina Frezzotti para la materia SOCIOANTROPOLOGÍA DE LA SALUD (Unnoba, 2019).
 El amplio
conocimiento de la
anatomía humana y
su funcionamiento, a
escala macro y
microscópica.
 La cirugía: con las
ligaduras, los
drenajes, la asepsia y
la anestesia.
 Las curaciones
medicamentosas con
las vacunas y los
antibióticos.
Este paradigma crece
paulatinamente, desplaza a
los demás y termina por
imponerse definitivamente
como dominante (sobre todo
luego de la segunda guerra
mundial), favorecido por: a)
sus éxitos terapéuticos y b)
por la funcionalidad con el
sistema capitalista industrial.
a) Los éxitos terapéuticos
fueron múltiples pero, por
sobre todo, fueron
gravitantes los resultados en
materia de enfermedades infectocontagiosas. Los antibióticos genéricos y específicos y los planes de vacunación
aseguraron el consenso de las mayorías. A estos se sumaron los adelantos en materia de cirugía, con intervenciones
quirúrgicas que aseguraron sobrevida ante situaciones antes mortales (como partos naturales complicados o episodios
de apendicitis).
b) Sin embargo, el factor de mayor peso en la expansión de este paradigma fue la funcionalidad con el sistema
capitalista. De hecho, la medicina mecanicista fue legalizada por el Estado como única práctica autorizada, incluso antes
de obtener sus grandes logros. Su triunfo fue político primero y luego científico. No debió demostrar su eficacia para ser
reconocido por el Estado; por el contrario, este reconocimiento facilitó su posterior éxito práctico, ya que el monopolio
de la medicina le aseguró: una clientela cautiva (es ilegal acudir a otras terapéuticas), el poder de la comercialización de
medicamentos (son ilegales los medicamentos o preparados sin el aval mecanicista) y los recursos para la investigación.
Esta situación de privilegio fue el resultado de la funcionalidad de este paradigma con el sistema capitalista, ya que las
hipótesis centrales y auxiliares de la medicina mecanicista se corresponden con las necesidades del sistema capitalista y
RESUMEN de: Hermenéutica de la medicina. Socioantropología de la salud (Raggio, A., 2014).
Realizado por Prof. Yanina Frezzotti para la materia SOCIOANTROPOLOGÍA DE LA SALUD (Unnoba, 2019).
los intereses de su clase hegemónica. Esta coincidencia tiene fundamentalmente tres razones: A) la valorización del
capital1, B) el ocultamiento de las causales sociales de la enfermedad y C) el control social.
A) Valorización del capital: el paradigma mecanicista contribuye con la economía capitalista de dos maneras.
En primer término, la medicina mecanicista constituye en sí misma una industria donde es posible invertir y obtener
ganancias. Es un gran negocio en el terreno los insumos y los equipamientos que exigen sus diagnósticos y tratamientos.
Además de la variada y compleja aparatología, implica el uso masivo de medicamentos como principal recurso curativo.
Esto da lugar a dos grandes industrias que movilizan y valorizan capital: la industria de los aparatos electrónicos e
instrumental de alta precisión y la industria bioquímica para la producción de medicamentos, una de las más poderosas
de la economía capitalista.
En segundo término, la eficacia curativa de la medicina mecanicista, contribuye a mantener a los trabajadores en el
sistema productivo más que cualquier otro paradigma. La preocupación central del mecanicismo es resolver el problema
de la enfermedad lo más rápido posible, no detenerse en su historia o adentrarse en las múltiples causalidades, actuar
rápidamente sobre los síntomas y combatir la disfunción orgánica que los producen. De esta manera, asegura la rápida
incorporación del empleado al proceso de trabajo, reduciendo al mínimo su ausentismo y garantizando el incremento de
la ganancia capitalista.
B) Ocultamiento de las causales sociales de la enfermedad.
Establecer relaciones de causalidad entre los padecimientos y las condiciones y estilos de vida de la gente en función de
los recursos que dispone, puede representar un factor de crítica y cambio social. Reconstruir la historia de la
enfermedad, considerando variables de orden social, económico, cultural, pone en evidencia las contradicciones del
sistema capitalista. Por
tanto, presentar la
enfermedad como un
hecho social resulta
inquietante para una
clase capitalista
temerosa de quedar
expuesta en sus
privilegios y en las
condiciones materiales
de vida que impone al
resto de la sociedad.
Por el contrario, la
medicina mecanicista
tiene una explicación
biologicista y ahistórica
de la enfermedad.
Reducir la
consideración de la
1 Valorar el capital: significa obtener una ganancia luego de una inversión. (Si tengo un capital de $10, lo invierto en comprar un pan
que luego vendo por $20, entonces obtengo $10 de ganancia, es decir que mi capital se valoró en $10).
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enfermedad a lo biológico, sin considerar la historia, la sociedad y la cultura, favorece el ocultamiento de las causales
sociales de la enfermedad, impidiendo que la problemática de la salud ponga en evidencia las responsabilidades que la
clase capitalista tiene en el estilo y las condiciones de vida de la población. De esta manera, la medicina mecanicista
contribuye a legitimar el sistema capitalista, al omitir las causales económicas y socioculturales de la enfermedad y
evitando las críticas o denuncias. Detrás de la aparente actitud apolítica de un paradigma mecanicista biologicista, se
esconde una postura funcional a la clase hegemónica y, por tanto, de claro perfil político.
C) Control social: la medicina mecanicista contribuye al control social desde dos actividades.
En primer lugar, contribuye a la paralización o desmovilización de recursos comunitarios de las clases subalternas para la
transformación social. La omisión de las variables históricas y socioculturales en la interpretación de la enfermedad,
neutraliza toda posibilidad de acción en cuanto a la transformación de las condiciones y estilos de vida. El diagnóstico,
exclusivamente centrado en lo biológico, impide que los pacientes tomen conciencia de la relación entre el desarrollo de
determinadas patologías con sus condiciones materiales de vida y sus hábitos privados y colectivos. Y el tratamiento, ya
sea medicamentoso o quirúrgico, no prescribe ningún tipo de acción individual o colectiva para modificar condiciones y
estilos de vida.
En segundo lugar, la medicina mecanicista cumple una función de imposición cultural, tanto en el plano material de las
clases subalternas (estableciendo hábitos) como en el simbólico (imponiendo sus significados y valores). A través de su
diagnóstico, la medicina mecanicista impone concepciones de la salud y la enfermedad que resultan contradictorias con
otros saberes o creencias. La interpretación netamente biologicista, desacredita las formas de pensamiento mágico,
religioso o social y otras tradiciones culturales de las clases populares. Luego, el tratamiento mecanicista impone hábitos
mercantilistas y consumistas, como la afición a los medicamentos ante cualquier padecimiento, y el consiguiente
abandono de otras formas tradicionales de terapéuticas. De esta forma, crea una inclinación a la droga como respuestas
a los problemas, tanto de salud como existenciales o sociales. Esta imposición es eficaz porque se lleva a cabo en
momentos en que los pacientes están afectados por una enfermedad y, por tanto, encuentran disminuidas sus
capacidades de resistencia y negociación frente a la autoridad del médico mecanicista.
2) Concepto de salud:
La enfermedad es una disfunción orgánica de origen biológico. La salud es el resultado del buen funcionamiento de la
máquina orgánica.
Es un concepto de enfermedad claramente biologicista y reduccionista. Se centra únicamente en los aspectos
corporales, descuidando las demás variables que intervienen en el proceso de la salud. La etiología de la enfermedad es
un proceso natural del que no ha participado la sociedad ni la cultura, ni las condiciones ni los estilos de vida. Es la
naturaleza la que produce enfermedad, con sus fallas de diseño (males congénitos de raíz genética) y sus usos
funcionales (el desgaste que supone la actividad corporal). No es la civilización sino la naturaleza la culpable de la
enfermedad.
3) Cuerpo de conocimientos: es cientificista y biologicista.
a) Cientificista porque establece relaciones de causa y efecto particulares (evita las generalizaciones) y corroborables
(empíricamente comprobables) entre los eventos que estudia. Este atributo se nota en varias características:
 Empírico: le da importancia a lo experimental. Desarrolla investigaciones observables de la maquinaria orgánica en su
aspecto macroscópico, microscópico y por partes.
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 Proactivo: tiene una actitud de búsqueda en el desarrollo del conocimiento. No espera a que surjan las demandas
sociales sino que avanza continuamente en nuevas investigaciones.
 Sistemático: sigue una secuencia de tareas rigurosa, lógica, con métodos y técnicas específicas.
 Formalizado: los procesos de investigación están reglamentados, sometidos a normas científicas explícitas.
 Especializado: es tanta la acumulación del conocimiento mecanicista que se promueve la especialización. Parcela su
campo de conocimiento y lo desarrolla en profundidad en cada una de las especialidades focalizadas en una parte del
organismo.
b) Biologicista: no es holístico ni integral, se reduce exclusivamente a las variables biológicas. No atiende relaciones
causales entre la enfermedad y factores de orden sociocultural, histórico o ecológico. Sólo le preocupa el desarrollo del
conocimiento de índole biológica y bioquímica. Conocer el cuerpo humano para dominarlo y corregir sus falencias. La
naturaleza es la culpable del episodio patológico. Por más cuidados que tengamos, el cuerpo humano se degrada por su
propia constitución, es una máquina que se deteriora con el simple hecho de usarla.
Por lo tanto, para este
paradigma, la enfermedad es un
hecho natural y el recupero de la
salud un acto de civilización. Es
una postura muy propia de la
cultura capitalista, que siempre
insiste en la necesidad de
conocer la naturaleza, no para
imitarla sino para dominarla. Así,
la medicina mecanicista se
apropia y transforma este recurso
natural con toda clase de
tecnologías: sustancias químicas,
transplantes, artefactos como
prótesis, medicamentos, aparatos
para la vida asistida, clonaciones,
embarazos artificiales o selección
de embriones. Hace lo mismo
que otras industrias hacen con otros recursos naturales.
4) Terapéutica
Como características generales, se trata de una terapéutica reduccionista, curativa, parcelada, sincrónica, pragmática y
estratificada, corporativista, inaccesible y evasiva.
- Reduccionista, por no considerar otras variables posibles como sociales, económicas, ecológicas, laborales, culturales,
psicológicas. En este sentido, acude a una monocausalidad biológica (la naturaleza es la única causa de la enfermedad).
- Curativa: al no considerar las variables sociales, culturales, ecológicas, históricas, no quedan muchos caminos para
hacer prevención ni tiene sentido cambiar las condiciones de vida de la gente. Tampoco se justifica la educación del
paciente porque no es responsable de su enfermedad. La única prevención que admite este paradigma son los planes de
vacunación, que operan sobre variables corporales. El resto de su terapéutica queda atrapada en el terreno de la
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curación, en la intervención reactiva y no proactiva ante la enfermedad (reacciona una vez que la enfermedad ya se
presentó).
- Parcelada, porque se divide en especialidades. En primer lugar porque la inmensa cantidad de conocimientos
acumulados ha hecho que sea imposible su dominio exhaustivo por parte de un solo médico. Y en segundo lugar porque
el reduccionismo biologicista hace posible abordar la curación de un paciente sin necesidad de adoptar una visión
integral ni del individuo ni de su cuerpo, que es analizado por partes como si cada una de ellas tuviera existencia propia.
Esto implica, que la secuencia de actividades que componen el tratamiento, se ve dividida en compartimentos aislados,
con un proceso que se detiene y se reinicia con la entrada y la salida de cada uno de los especialistas.
- Sincrónica, porque no reconoce pasado ni futuro. La enfermedad es un hecho puntual, aquíy ahora, donde no
importan ni los antecedentes ni la historia. El punto de partida se ubica en la manifestación de los síntomas y el
tratamiento se considera mejor cuanto más breve sea.
- Pragmática: la utilidad práctica es su preocupación central. Toda terapéutica, para ser reconocida y aceptada por este
paradigma, debe brindar una solución lo más rápida posible y ser estratégicamente factible, en el sentido que no
implique la alteración del orden establecido y las relaciones de poder vigente en el marco del sistema social imperante.
- Estratificada: no hay una medicina mecanicista universal, igual para todos. Su vocación mercantilista y su costo elevado
la tornan poco accesible para algunos sectores y prohibitiva para otros. Siempre hubo una gran dualidad en la
terapéutica mecanicista: la de los pobres y la de los ricos. Los Estados han intentado revertir o atenuar esta situación,
pero las políticas sanitarias han fracasado. El sistema actual expulsa a los sectores de mayores ingresos hacia un sistema
privado de alta complejidad y excelencia, las calidad de las mutuales depende del poder de sus sindicatos y de la
productividad de su rama laboral (no es lo mismo el aporte de un obrero petrolero que el de un empleado de comercio),
los centros de atención primaria de la salud (APS) terminan por ser la única medicina a la que pueden acceder los pobres
y los centros urbanos se ven siempre favorecidos frente al ámbito rural y la periferia urbana. Mientras el paradigma
dominante sea el mecanicista y la sociedad esté fragmentada en clases sociales, habrá una medicina estratificada y una
terapéutica para la cada clase social.
- En su marco institucional, la terapéutica mecanicista es corporativista, es decir, con instituciones de gran tamaño que
concentran los desarrollos de los tratamientos. Son organizaciones con una cultura propia, cuyas características afectan
la terapéutica porque la tornan inaccesible para el paciente. Estas características son:
1. Burocrática. La burocracia administrativa levanta un obstáculo que el paciente deberá sortear si pretende usar los
servicios de la corporación mecanicista brinda: presentación de documentación personal, turnos para consultas y
estudios, autorización de turnos y estudios, entrevistas de preadmisión y admisión, identificación de historia clínica,
presentación de la documentación médica precedente, de cobertura, autorización de la mutual, bonos, certificados,
recetas, credenciales, formularios, papeles y fotocopias. Todo en su debido horario, su oficina, puerta o ventanilla
correspondiente, ante los agentes pertinentes, que guardan todo pero rara vez encuentran.
2. Compleja. Son organizaciones con estructuras muy complicadas, formadas por diversas unidades funcionales. Estas
áreas brindan tareas de apoyo al médico (que es el cliente interno de las instituciones). Son equipos de trabajo que
colaboran prestando servicios directos o indirectos a los médicos que curan al paciente: controlando a los pacientes
(enfermeras), realizando estudios de diagnóstico (hemoterapia, patología, rayos, laboratorio, etc.), proveyendo insumos
(farmacia, compras, etc.), asegurando las condiciones edilicias y el equipamiento (mantenimiento, limpieza y máquinas)
y el funcionamiento de la institución (administración). Esta complejidad también se manifiesta en la distribución del
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espacio, donde las instituciones de salud son verdaderos laberintos formados por pisos, subsuelos, patios internos,
pabellones, áreas, salas, alas, pasillos, puertas, ascensores y escaleras.
3. Divisionalizada. Además de dividirse en unidades funcionales que la hacen compleja, la estructura mecanicista se
divide en unidades de procesos de trabajo, según especialidad o tipo de paciente. Estas unidades trabajan para el cliente
externo: el paciente. Aunque todas las unidades se apliquen sobre el mismo cuerpo y persigan el objetivo de curarlo,
trabajan de forma independiente. Cada una planifica, implementa y supervisa sus procesos de trabajo sin la
interferencia del resto. Pero además se concentran en un aspecto del cuerpo, ejerciendo un dominio monopólico sobre
este campo de acción. La consecuencia es la incoordinación y la incomunicación, que impide un tratamiento integral. Los
médicos rivalizan alentados por la estructura divisionalizada y los pacientes se desorientan en la búsqueda de una clara
interpretación de su enfermedad.
4. Jerarquizada. Su
estructura organizacional
tiene muchos niveles:
jefes, subjefes, directores,
subdirectores,
administradores,
coordinadores de áreas,
etc. Esta característica
contribuye a que los
equipos médicos decidan y
apliquen tratamientos con
independencia de los
mandos institucionales. Si
hay algo que distingue a
estas formas de
organización es la
descentralización y la
autonomía de las
decisiones médicas. No
hay normas escritas que
regulen el trabajo de las distintas áreas, salas y servicios. El trabajo en este tipo de organizaciones está autorregulado
porque los procesos de trabajo están internalizados en los profesionales y técnicos. Las normas y reglas de los
procedimientos han sido incorporadas al personal a través de largos años de capacitación universitaria y terciaria.
Además, la cultura organizacional impone una tradicional manera de hacer las cosas en cada puesto (que va más allá de
la persona que ocupa el cargo provisoriamente).
5. Productivista. La corporación del paradigma mecanicista asimila su organización institucional a la lógica de una
fábrica. Se mide el éxito por la cantidad: de servicios prestados, de estudios de diagnóstico, de internaciones, de
intervenciones quirúrgicas, de consultas ambulatorias, de comidas preparadas y servidas, de emergencias atendidas, de
derivaciones realizadas, etc. De hecho, un área de estadística tiene la exclusiva tarea de contar la actividad de cada una
de las unidades. De esto dependerá el presupuesto y la evaluación del desempeño general de la organización. por el
contrario, la calidad de la terapéutica es poco considerada. Menos aún, el impacto de los tratamientos en la salud de la
población en general. Por el contrario, la actitud productivista es contradictoria con esta misión. Es necesario que la
gente se siga enfermando para poder seguir produciendo diagnósticos y tratamientos en serie.
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6. Corrupta. Es un fenómeno reciente, incrementado por la necesidad de facturar para amortizar las grandes inversiones
hechas en la infraestructura pero también en la prolongada capacitación de los profesionales médicos. La corrupción se
manifiesta de diversas formas: como la sobrefacturación a las mutuales, declarando diagnósticos y tratamientos nunca
efectuados o el abuso en la indicación de diagnósticos y aplicación de tratamientos innecesarios, tanto medicamentosos
como quirúrgicos, presentando a la cirugía como una alternativa simple, práctica y rápida, frente a otros tratamientos
más prolongados.
Como resultado de estas
características, la
organización corporativista
produce una terapéutica
evasiva e inaccesible.
- Evasiva: al ser compleja,
jerarquizada y
divisionalizada, se hace muy
trabajoso para el paciente
determinar las distintas
responsabilidades de todos
los agentes intervinientes,
directa o indirectamente,
en su diagnóstico y
tratamiento. Ante una duda
o reclamo, el paciente y sus
allegados nunca saben a
quién recurrir con
exactitud.
- Inaccesible: las seis características de la corporación mecanicista hacen que su terapéutica sea inaccesible. Para llegar a
esta medicina, el paciente deberá dominar la multiplicidad de unidades funcionales que ofrece, aprender a
desenvolverse en el laberinto de áreas, salas y servicios, manejarsecon la multiplicidad de niveles jerárquicos, identificar
y encontrar a la persona indicada y autorizada, en el horario y el lugar correcto. Luego, tendrá que seleccionar
correctamente la especialidad, cumplimentar los abrumadores trámites burocráticos y hacer frente a los altos costos
que requieren el diagnóstico y el tratamiento. El sujeto enfermo, al recurrir a la corporación, percibe como nunca las
diferencias sociales, el significado de pertenecer a uno u otro segmento social.
a) Diagnóstico:
Se caracteriza por la pobreza de la anamnesis, reducida a su mínima expresión porque el paciente tiene poco que
aportar: no importan ni sus condiciones de vida, ni sus hábitos, ni su PSE (lo que piensa, siente y espera de la
enfermedad). Lo que importa es el conocimiento del médico, ya que el diagnóstico es reduccionista, limitado a variables
estrictamente biológicas: lo que busca es identificar la disfunción orgánica que causa la enfermedad y la única manera
de hacerlo es midiendo variables corporales.
- Parte biologicista: el médico analiza los síntomas superficiales del paciente con la auscultación y la medición de los
signos vitales, considera las lesiones orgánicas o de tejidos con estudios por imágenes y las manifestaciones físico
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químicas con análisis de laboratorio y busca evidencia de la presencia de algún agente patógeno de orden
infectocontagioso.
- Parte otológica: para analizar los resultados, se lleva a cabo la parte ontológica del diagnóstico, donde el padecimiento
quedará ubicado en el mapa de la clasificación de enfermedades. Es decir que el diagnóstico constituye un acto de
reconocimiento, de identificación de una enfermedad que ya se conoce, que ya fue descripta y que figura en la
clasificación de las enfermedades por especies. Esta tipología de las enfermedades constituye la herramienta
fundamental del médico mecanicista en la elaboración del diagnóstico, ya que para hacerlo, tratará de encuadrar o
encasillar la patología del paciente en alguna de las enfermedades de la tipología existente.
b) Pronóstico
Para el médico mecanicista, el pronóstico no tiene importancia porque el tratamiento se aplicará siempre,
independientemente de que se trate de enfermedades leves, graves o terminales. La medicina mecanicista es una
medicina de la acción, no confía en las capacidades curativas o reparadoras de la naturaleza. El médico mecanicista no
se detiene a ver cómo el cuerpo reacciona ante la enfermedad para el recupero de la salud. Es un médico que interviene
y actúa, independientemente del pronóstico.
c) Prescripción:
La prescripción del tratamiento es una obligación en este paradigma. El hecho de salir de la consulta sin una
prescripción, descalifica al médico y disgusta al paciente. Por difuso que sea el diagnóstico, el paciente siempre se lleva
una serie de garabatos sobre un papel con membrete y sello. Como prueba de la falta de comunicación y accesibilidad
de la medicina mecanicista, la única indicación del médico al paciente se hace por escrito, sin demasiadas explicaciones,
con vocabulario técnico y escritura indescifrable.
d) Tratamiento
La terapia apunta a corregir la disfunción de la maquinaria orgánica. La máquina corporal tiene la perversa capacidad de
dañarse, pero carece de la capacidad de autorepararse. La reparación descansa en la aplicación de recursos artificiales,
socialmente producidos para contrarrestar o neutralizar la incidencia de la naturaleza.
Entonces, lo primero que se intenta es intervenir en el organismo humano para combatir la causa de la enfermedad
(fundamentalmente con medicamentos). Si esto no da resultado, se recurre a la estrategia quirúrgica para eliminar,
reparar o reemplazar la parte del organismo que no funciona, ya sea con otro componente orgánico o artificial. Aquí, se
advierten las principales estrategias del tratamiento mecanicista:
1. Estrategia aparatológica: la aplicación de instrumental y aparatos tecnológicos para corregir las disfunciones
orgánicas es protagonista durante el diagnóstico: rayos X, microscopios, ecógrafos, mamógrafos, tomógrafos, etc. El
objetivo es ver, consecuente con la tradición empirista de este paradigma. Pero los aparatos también intervienen en el
tratamiento (ejemplos: cateterismo, diálisis, etc.).
2. Estrategia medicamentosa: aplicación de componentes químicos o bioquímicos que permitan corregir la
disfunción orgánica, eliminando las causas o aliviando los síntomas durante el tratamiento. A veces también se
administra en conjunto con otras estrategias (anestesia para las cirugías o sustancia de contraste para la mejor
visibilidad en estudios por imágenes).
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3. Estrategia quirúrgica: la cirugía constituye la intervención directa sobre el organismo, con el objeto de reparar,
eliminar o reemplazar la parte dañada. Si bien es una estrategia utilizada en el tratamiento, en algunos casos puede
llegar a tener relevancia durante el diagnóstico (ejemplos: colonoscopías, biopsias, etc.). Originalmente era el último
recurso, pero hoy se lo toma como una alternativa más (ejemplos: cesáreas innecesarias, extracción de tejido adiposo en
lugar de tratamiento nutricional, etc.). Incluso, para determinados estratos sociales, el quirófano constituye la solución
frente a la pérdida de la juventud. El marketing de la cirugía está tan desarrollado que pocos reparan en el riesgo
quirúrgico, en la agresión
que representa para el
cuerpo una herida
profunda, con pérdida
de sangre y sufrimiento
cardíaco. Menos aún los
médicos, tan
reduccionistas que no
sólo tiene dificultades en
ver una persona detrás
de ese organismo, sino
incluso no logran ver el
cuerpo que hay detrás
del órgano intervenido
("hoy hice una cadera y
dos columnas"; "para
mañana tengo
programado tres colon y
una vesícula").
5) El paciente:
- Es víctima de su cuerpo, de su biología, de su naturaleza. No es responsable de su enfermedad, que es de origen
orgánico. Es un hecho que proviene de la naturaleza del paciente y no de su comportamiento. El cuerpo humano tiene
fallas de diseño universal, como los efectos de oxidación que la oxigenación provoca o el desgaste estructural
ocasionado por el propio uso del cuerpo. Y también fallas de diseño individuales, como las predisposiciones genéticas a
contraer determinadas enfermedades. El paciente nada puede hacer para evitar las consecuencias de estas fallas.
- Es pasivo, porque no es responsable del recupero de su salud. Como carece de los conocimientos para comprender su
enfermedad y no se le atribuye responsabilidad alguna en su desarrollo, no se admite la posibilidad que el paciente
pueda intervenir activamente en la terapéutica. Nada tiene para aportar, los conocimientos son monopolio del médico.
No sirve que modifique su estilo o condiciones de vida, porque en ellas no está la causa de la enfermedad. Lo mejor que
puede hacer, es permanecer pasivo, no interferir en la actividad del médico y subordinarse a sus decisiones.
- Es tomado como una cosa u objeto. Como su opinión y acción no cuentan, lo mejor es adoptar la postura de un objeto
inerte que será manipulado por el médico. Así, el paciente se cosifica, se toma como un organismo y no como un sujeto
social. El tratamiento no se le ofrece al paciente, el paciente se somete a un tratamiento.
- También es tomado como un caso. El paciente es abordado en forma individual y descontextualizada. Como no se
consideran variables históricas ni económicas ni sociales ni culturales, no tiene sentido ver al paciente en su contexto, ni
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tratar de interpretar la enfermedad en un plano colectivo. Como sólo se considera el cuerpo como organismo
puramente biológico, el paciente está aislado en su corporalidad. Pero que sea visto como individualidad no significa que
se lo entienda como individuo. El paciente no es reconocido como persona porque se ignora sus condiciones y estilos de
vida, su PSE (lo que piensa, siente y espera de la enfermedad), su extracción social, su patrimonio cultural, sus
pensamientos y sentimientos. No hay enfermos sino enfermedades. Cada paciente será una frecuencia, un caso más de
una determinada disfunción orgánica.
- Es un paciente solo. El entorno sociocultural del paciente no importa ni en la causa de la enfermedad ni en su
tratamiento. El incidente patológico interrumpe al paciente como ser social, que deberá afrontar el proceso de recupero
de la salud privado de sus familiares, amigos, compañeros y vecinos. Ni siquiera podrá disponer de la compañía del
médico, que lo ignora como persona.
- Además de solo, es un paciente desorientado. El choque cultural es lo que define la relación del paciente con la
medicina mecanicista. Lo que el paciente piense, sienta y espere de la enfermedad, quedará descalificado de entrada,
con lo que no podrá darle sentido al padecimiento, a los síntomas y a todas las experiencias por las que deba transitar
durante el tratamiento. El paradigma mecanicista no trata la ansiosa incertidumbre del paciente ni le da explicaciones
con el argumento de "evitar la resistencia o el abandono del tratamiento por parte del paciente". Así, se propicia la
docilidad del paciente preservando su ignorancia.
- Es un paciente negligente, irresponsable. En tanto que la enfermedad se presenta como una fatalidad mecánica, el
paciente de esta medicina se destaca por ser despreocupado y desprevenido, es un paciente que descuida y maltrata su
cuerpo. Esta actitud es reforzada aún más por la medicina mecanicista, que difunde la ilusión de que todo lo cura.
6) El médico:
- Antes que nada, es
biologicista. Desde su más
temprana formación
adquiere la convicción que
lo único que cuenta es lo
biológico, lo bioquímico y
lo genético. Por esto
mismo, el desarrollo de las
habilidades de
socialización y el dominio
de variables
socioculturales no cuentan
en la formación de este
médico.
- Es un médico distante.
No tiene interés en generar una relación con el paciente, lo que se pone de manifiesto en el escaso tiempo de atención.
No hay necesidad de sostener una entrevista prolongada porque no hay necesidad de relevar datos sobre su historia,
sus hábitos de vida, su entorno y sus condiciones de vida. La información válida no es la que se obtiene en la
comunicación del paciente, sino la que surge de los datos e imágenes que aportan los estudios de diagnóstico referidos
al cuerpo, que es lo que importa.
RESUMEN de: Hermenéutica de la medicina. Socioantropología de la salud (Raggio, A., 2014).
Realizado por Prof. Yanina Frezzotti para la materia SOCIOANTROPOLOGÍA DE LA SALUD (Unnoba, 2019).
- Es un médico protagonista porque monopoliza el conocimiento, tanto en el diagnóstico como en la terapéutica.
- Es autoritario, porque controla todo el proceso e impone el tratamiento unilateralmente, sin consultar o negociar con
el paciente. Se presenta como un sujeto inalcanzable e incomprensible.
- Es todo un profesional académico y científico. Esta condición es reconocida por el orden jurídico del Estado y por parte
importante de la sociedad. Lo académico responde a la formación universitaria intensiva y prolongada que el médico
recibe. El cientificismo se sostiene en la objetividad y la rigurosidad que pretende. Los médicos se autoproclaman
capaces de un conocimiento absoluto y permanente, descontextualizado y ajeno a cualquier tipo de influencia del
medio. Sólo se concentran en un objeto de estudio: el cuerpo, como una entidad aislada e independiente de la realidad
circundante. Sólo se aceptan los conocimientos con rigurosidad científica, corroborados con experimentos u
observaciones directas.
- Es un médico que contribuye a la trasculturización cultural. La postura cientificista hace del médico mecanicista
alguien proclive a extrapolar indicaciones de un contexto a otro. Al pretender que los métodos de diagnóstico y los
tratamientos no reciben la influencia del medio, cree que se pueden aplicar a cualquier paciente, sin considerar el
contexto sociocultural de cada uno. Por eso mismo, los médicos mecanicistas son propensos a ser objeto y sujeto de
formas de transculturización: Objeto, por ejemplo en el caso de los médicos de sociedades periféricas, que copian y
aplican los tratamientos desarrollados en países centrales sin adaptarlos a la realidad local. Sujeto, porque imponen a los
pacientes sus formas de diagnóstico y tratamientos sin considerar la extracción cultural del paciente.
DEBILIDADES DEL PARADIGMA MECANICISTA
A pesar de ser actualmente el paradigma dominante y no contar con rivales que puedan disputarle su hegemonía con
posibilidades reales, el mecanicismo viene atravesando una prolongada crisis. Si todavía no llegó al momento de
ruptura, es porque la crisis aún no está acompañada por un proceso de transformación social que genere las condiciones
para el ascenso de un nuevo paradigma. Pero incluso así, presenta todos los síntomas característicos de una crisis:
- Pérdida de consenso: falta de confianza de los pacientes que se advierte por la ausencia de médicos de renombre, la
multiplicación de juicios por mala praxis y la búsqueda de prácticas curativas alternativas.
- Modificación de hipótesis auxiliares, como manera de hacer frente a la avalancha de críticas. Los médicos, como
nunca, recomiendan visitar al curandero o rezar para encomendar el destino a la voluntad de Dios o incluso proponer
algunas recetas vinculadas a modificar el estilo de vida de sus pacientes para prevenir dolencias y enfermedades.
- Acumulación de problemáticas sin resolver, tales como:
1. No ha logrado resultados en cuanto a las enfermedades degenerativas. Cáncer, accidentes cerebro vasculares e
infartos ascienden en los puestos de la mortalidad. Ha dado algunas respuestas paliativas, pero sin soluciones
contundentes. La quimioterapia no ofrece resultados seguros, las intervenciones de neurocirugía siguen siendo de alto
riesgo, el corazón artificial todavía es un fracaso y los trasplantes una alternativa muy compleja.
2. No ha logrado resultados en cuanto a las enfermedades de la modernidad: estrés, droga-dependencia, anorexia.
3. Enfermedades psíquicas. Es tan contundente el fracaso, que año a año cae la matrícula de estudiantes de psiquiatría.
4. Prolongación de la vida. La expectativa de vida había venido creciendo sensiblemente gracias a los logros de este
paradigma, pero en los últimos años la tendencia se estancó.
RESUMEN de: Hermenéutica de la medicina. Socioantropología de la salud (Raggio, A., 2014).
Realizado por Prof. Yanina Frezzotti para la materia SOCIOANTROPOLOGÍA DE LA SALUD (Unnoba, 2019).
5. Prolongación de la juventud. Lo que se ha extendido, es el segmento de la vejez, la etapa menos apreciada. Se
produce una contradicción entre los tiempos de eterna juventud que exige la civilización y los tiempos que nos ofrece la
naturaleza. Ante la falta de argumentos, la medicina mecanicista improvisó una respuesta mediante la estrategia
quirúrgica, con resultados grotescos. La cirugía para la conservación de la juventud no constituye un genuino
rejuvenecimiento sino la alteración superficial de un cuerpo que continua siendo viejo.
6. Mejora en la salubridad general. Los índices de enfermedades y muertes que habían descendido gracias al impacto
inicial que tuvieron los antibióticos y las vacunaciones, hoy están estancados.
7. Enfermedades infectocontagiosas. Es el golpe más duro para el paradigma mecanicista porque significa perder
terreno en el ámbito donde logró los éxitos que le dieron celebridad y consenso. Hay viejas enfermedades que no
terminan por desaparecer (dengue, cólera,malaria, tuberculosis), pero la preocupación mayor la representa el SIDA.
Ante esto, la medicina mecanicista no tiene respuestas eficaces, sólo un tratamiento complejo y de dudoso resultado,
muy costoso, inaccesible para las naciones pobres que son las más infectadas.
Frente a la crisis que atraviesa, el paradigma mecanicista podría haber generado algunos cambios que no implicaban el
abandono de su hipótesis central. Modificar, por ejemplo, su carácter inaccesible y su falta de comunicación con el
paciente o mejorar la calidad de la atención. Sin embargo, la actitud del paradigma mecanicista fue la opuesta. Estos
defectos se han profundizado, agravando la pérdida de adeptos y la resistencia de los pacientes.
- Su condición de inaccesible está intacta en todos los aspectos.
1. En el plano de la comunicación, por su lenguaje altamente específico y cerrado, sigue siendo ininteligible para el
paciente. El dialecto técnico del médico es una barrera para el diálogo.
2. En el plano de la interacción, el poder y la acción se concentran en el médico; su actitud monopólica del saber
sigue negando toda participación al paciente.
3. En el plano económico, la situación no sólo se mantiene sino que incluso se agrava. Sus tres estrategias
terapéuticas (medicamentosa, aparatológica y quirúrgica) requieren de crecientes inversiones en tecnología de alta
complejidad e infraestructura que se trasladan al paciente. Esto complica cada vez más su acceso para el Estado, las
regiones periféricas y los sectores de bajos ingresos.
4. En el plano geográfico también es inaccesible, resultado de las elevadas inversiones que requiere y que no pueden
realizarse en todos lados. Necesariamente no queda más alternativa que concentrar las instituciones de salud en los
centros urbanos principales, dificultando o imposibilitando su acceso a las regiones rurales o urbanas periféricas.
5. En el plano institucional, las corporaciones médicas siguen levantando barreras entre la terapéutica y los
pacientes. El paradigma mecanicista sigue apostando al modelo organizativo corporativo con su complejidad,
jerarquización, divisionalización y burocracia que dificultan el acceso a las instituciones de salud.
6. En el plano cultural, el choque asimétrico sigue siendo la forma de interacción prevaleciente entre el médico y el
paciente. La postura de la medicina mecanicista es etnocéntrica, de rechazo de la cultura del paciente. Esta medicina
no reconoce la cultura del paciente ni su comunidad, no se interesa por el significado que le dan a la enfermedad, por
las expectativas que tienen sobre la curación, por la interpretación que hacen de los síntomas, lo que aleja al
paciente.
RESUMEN de: Hermenéutica de la medicina. Socioantropología de la salud (Raggio, A., 2014).
Realizado por Prof. Yanina Frezzotti para la materia SOCIOANTROPOLOGÍA DE LA SALUD (Unnoba, 2019).
- La comunicación con el
paciente no mejora. El
promedio del tiempo de
atención, baja
continuamente. Los
diagnósticos están cada vez
más tecnificados, los datos
objetivos y las imágenes
son lo único que cuenta. Su
lenguaje es ininteligible
para el paciente. El
tratamiento tampoco es
comunicado al paciente, se
limita a una serie de
garabatos en un papel que
sólo el farmacéutico
entiende. El paciente no
sabe qué esperar ni cómo
reaccionar a los síntomas.
Es posible que la actitud
silenciosa del médico sea para no exponerse a la posibilidad de crear falsas expectativas o malos entendidos, que
propicien un futuro juicio por mala praxis, o reducir el tiempo de atención promedio para elevar la productividad en su
jornada de trabajo. Pero lo único que se logra es aumentar la desconfianza de los pacientes, que se alejan de la medicina
oponiendo resistencia a sus tratamientos o desertando de ellos.
- La calidad de atención empeora. La medicina mecanicista sigue atada a una lógica productivista, que busca generar
competitividad incrementando la cantidad de atenciones y descuidando la calidad. Todavía no aplica lo que el mundo
empresario ya entendió: que aumentar la calidad termina por arrojar mayores beneficios económicos a largo plazo,
sobre todo si la atención es personalizada y ajustada a las necesidades particulares del cliente. Con la calidad se expande
la clientela y se captan clientes de ingresos superiores, nada mal considerando lo costosa que es la medicina mecanicista
y la sobreoferta de profesionales. Además, con la calidad se evitan los costos de fallos generados por juicios por mala
praxis o abandono de persona. Todo lo que se necesita es dedicar más tiempo a cada paciente y ocuparse de sus
particuaridades.
FORTALEZAS DEL PARADIGMA MECANICISTA
- Enfermedades infectocontagiosas. Los antibióticos para combatir las enfermedades bacterianas, porque reducen o
inhiben su multiplicación, representaron un gran avance en este sentido. Los planes de vacunación también redujeron
las enfermedades infectocontagiosas, poniendo algunas al borde de la erradicación (como la viruela), eliminando las
epidemias de otras (como la parálisis infantil) o su rango endémico (como la tuberculosis). Aun cuando no se hayan
presentado todos los avances deseados en el último tiempo, todavía no hay otro paradigma que compita en este
aspecto.
- Desarrollo medicamentoso. El proceso en materia de medicamentos no se detuvo en las enfermedades
infectocontagiosas. Aunque con variada eficacia y no siempre satisfactoria, este paradigma ofrece un medicamento
prácticamente para toda la gama sintomatológica y para todo el espectro etiológico.
RESUMEN de: Hermenéutica de la medicina. Socioantropología de la salud (Raggio, A., 2014).
Realizado por Prof. Yanina Frezzotti para la materia SOCIOANTROPOLOGÍA DE LA SALUD (Unnoba, 2019).
- La cirugía ha logrado avances sorprendentes con este paradigma. No queda parte del organismo que no pueda recibir
intervención directa. Con los logros en materia de anestesia, antisepsia, asepsia, esterilización y de hemostasia
(detención del flujo de sangre), hoy la cirugía es la respuesta a muchas enfermedades, garantizando mejor calidad de
vida y considerable sobrevida a pacientes que en otros tiempos no tenían esperanza alguna.
- Desarrollo aparatológico. En cuanto al diagnóstico, los avances en la obtención de datos objetivos aseguran
definiciones acertadas de la disfunción orgánica con: análisis bioquímicos, bacteriológicos y patológicos de todos los
fluidos orgánicos, secreciones y muestras de tejidos, y con estudios por imagen como Rayos X, mamógrafos, ecógrafos,
tomógrafos, y técnicas de intervención directa como endoscopías o colonoscopías.
- Cultura del trabajo. El paradigma mecanicista ha desarrollado una masa de conocimiento descriptivo sobre el cuerpo,
anatomía, fisiología y genética, sin antecedente histórico. Para estos logros contaron con todo el respaldo del sistema
capitalista, que les brindó seguridad jurídica y recursos económicos. Pero no abusaron de esta posición privilegiada. Los
profesionales del paradigma mecanicista trabajan incansablemente en jornadas prolongadas, intensas y exigentes. Han
compensado con tenacidad las carencias conceptuales de su paradigma. No será simple desplazarlos.

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