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Manual de estudio para El Cráneo Humano

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Autor: Dr. Reinaldo J. Palma G 
 
Manual de estudio anatómico del Cráneo Humano 
Autor: Dr. Reinaldo J. Palma G. 
Colaborador(es): Dr. Atilio Perdomo 
El cráneo es la estructura osteo-articular más compleja del cuerpo humano, sin embargo, su estudio y compresión no tiene por qué 
convertirse en una complicada tarea para quien le aborda por primera vez. 
Aun cuando se sabe que el cráneo está compuesto por 22 huesos, todos articulados entre sí (sin incluir las cadenas de huesecillos del 
oído), debe entendérsele como una unidad anatómica, que con fines explicativos se dividirá en dos partes: 
1) Neurocráneo: representa un estuche óseo para el encéfalo, comparable con una caja rectangular (un poliedro de seis caras), es una 
verdadera cavidad cuyo piso corresponde con la base del cráneo, su techo con una estructura en forma de cúpula que cubre la superficie 
cerebral superior denominada calvaria (calota, bóveda) y su cara anterior con la frente. 
2) Viscerocráneo: también llamado esqueleto facial o complejo maxilar, corresponde al conjunto de huesos destinados a la inserción 
de la mayor parte de los músculos de la mímica y a la vez representa el eje fundamental para la ubicación de las cavidades encargadas 
de alojar tres de los sentidos; cavidad orbitaria (visión), cavidad nasal (olfato) y cavidad bucal (gusto). Comparable con un cubo, el 
viscerocráneo se articula por debajo del neurocráneo hacia su tercio anterior. El elemento central del esqueleto facial son los huesos 
maxilares. A cada de lado de la cara, el maxilar participa en la formación de las cavidades bucal, orbitarias y nasales, además, contribuye 
a estructurar las paredes de las fosas comunes (infratemporal y pterigopalatina), las cuales reciben este nombre debido a que son comunes 
al neurocráneo como al viscerocráneo. 
Mandíbula: es un hueso impar, asociado al esqueleto facial y además la estructura más inferior del cráneo; se ubica por detrás y por 
debajo del viscerocráneo, articulado a la cara externa de la base del neurocráneo con el hueso temporal. Comparable a una letra “U” en 
una vista anterior, y a una letra “L” si se le observa lateralmente. Es el único hueso móvil del cráneo y los autores modernos no le 
consideran un componente directo del esqueleto facial, sino más bien una pieza ósea asociada o íntimamente relacionada a éste. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Límite topográfico externo: el límite entre el neurocráneo y el viscerocráneo está basado en detalles óseos; una línea imaginaria que 
parte de la raíz de la nariz (articulación fronto-nasal) que pasa por encima del borde superior de la cavidad orbitaria, luego recorre la 
articulación fronto-cigomática, desciende a la articulación temporo-cigomática y se proyecta en la cara lateral del cráneo hasta franquear 
el borde superior del conducto auditivo externo dejando por encima el proceso cigomático del hueso temporal. Dicha línea imaginaria 
permite a su vez establecer un pseudo-plano transversal que dividirá el cráneo en dos partes, la primera (neurocráneo) corresponde 
con la base y todo lo que está por encima de ella; y la segunda que corresponde con el resto de las estructuras del cráneo. 
Ambas partes, al estar unidas, conforman una cavidad sólida, esculpida superiormente con una aproximación a la redondez, e 
inferiormente una superficie muy anfractuosa cuya porción posterior articula con la columna vertebral. Puede decirse que todo el cráneo 
descansa en el extremo superior de la columna vertebral a través de una única articulación entre la primera vértebra cervical (atlas) y el 
hueso occipital; articulación atlanto – occipital. 
Neurocráneo 
Neurocráneo 
Viscerocráneo 
Mandíbula Mandíbula 
Autor: Dr. Reinaldo J. Palma G 
 
 
El cráneo está compuesto por 22 piezas óseas sin incluir los huesecillos del oído. Los 22 huesos están articulados entre sí por medio de 
tejido fibroso o fibrocartilaginoso (exceptuando la mandíbula cuya articulación es sinovial – móvil), tejido que a lo largo de la vida sufre 
cambios histológicos. Dichos cambios son más acentuados en la base del cráneo, en donde, a medida el hombre avanza en edad, se 
produce un fenómeno fisiológico denominado sinostosis, en el cual, los huesos se fusionan, convirtiendo la base en una verdadera 
“placa única”. La base del cráneo divide a éste en “dos pisos”, tal cual lo hace la placa en una casa, generando así una planta baja y 
una planta alta. 
Partiendo de la idea pedagógica de dividir el cráneo en un neurocráneo y viscerocráneo, también, se puede entonces, determinar los 
huesos que componen cada una de las partes, siempre y cuando, se tenga en cuenta la premisa de que “el cráneo es una unidad”, y por 
ende funcionalmente indivisible, condición, la cual, explica el hecho que existan huesos que formen parte tanto del neurocráneo como 
del viscerocráneo (ejemplo el etmoides, que forma parte de la base del cráneo y simultáneamente del tabique de la cavidad nasal). 
 Huesos del neurocráneo: son ocho (8); frontal (1), occipital (1), esfenoides (1), etmoides (1), parietal (2), temporal (2). 
 Huesos del viscerocráneo: son catorce (13 + 1); nasal (2), palatino (2), lagrimales (2), cigomático (2), maxilar (2), concha 
nasal inferior (2), vómer (1) 
 Mandíbula: es un hueso impar, ubicado por detrás y debajo de los maxilares. Dadas las características particulares de la 
articulación temporo-mandibular (sinovial – móvil) en comparación al resto de las articulaciones del cráneo, incluso tomando 
en cuenta, que para el estudio anatómico externo de la base del cráneo es necesario extraer la mandíbula de la vista, puede 
considerársele entonces adicional en la división pedagógica del cráneo, la cual está estrechamente asociada en morfología y 
función al esqueleto facial. 
Huesos Wormianos: 
Son huesos de pequeño tamaño, supernumerarios (fuera de la contabilidad de las piezas óseas del esqueleto), dispuestos entre los diversos 
huesos del cráneo. Son llamados así en honor al médico danés Olaus Wormius quien les describió en el siglo XVII. Estos huesos son 
muy variables en sus dimensiones, forma y espesor. Se les puede clasificar según su ubicación en: suturales; ubicados entre las suturas 
inter-parietal, occipito-parietal, fronto-parietal, parieto-esfenoidal y petro-occipital, fontanelarios; pueden ubicarse en casi todas las 
fontanelas (puntos blandos o separaciones que se observan como parte del desarrollo normal entre los huesos del cráneo de un bebé, las 
fontanelas se describirán más adelante en este mismo capítulo con mayor detalle), insulares; se desarrollan lejos de las suturas y 
fontanelas, generalmente en medio de un hueso normal. Es importante destacar que los huesos Wormianos en general desaparecen con 
piezas óseas individuales conforme se avanza en edad. 
 
Todos los huesos que conforman el cráneo pertenecen al grupo de huesos planos. 
Aunque la morfología de las piezas óseas que constituyen el cráneo es sumamente irregular, cuando se estudia la cantidad de superficie 
ósea por hueso y se analiza sus características en función a la relación entre ejes, se puede concluir que la porción del hueso más 
abundante tiene un espesor disminuido y los diámetros dominantes son el largo y ancho. Si a lo antes expuesto se le suma las 
características histológicas y ubicación de los huesos para formar una cavidad, claramente se comprende el por qué todos los huesos del 
cráneo se consideran planos. Los huesos del cráneo están formados por dos láminas de tejido óseo compacto. Para los huesos que 
conforman el neurocráneo las láminas se denominas tabla externa (guarda relación con la piel y cuero cabelludo) y tabla interna 
(guarda relación con el encéfalo). Entre ellas se ubica una capa de tejido óseo esponjoso de espesor y dimensiones variables denominada 
diploe. 
 Tabla externa: mayormente lisa y de aspecto convexo en la bóveda, y de aspecto irregular con numerosas eminencias,depresiones y agujeros en la base del cráneo. 
 Tabla interna: ligeramente más delgada que la externa. Aplicada alrededor de la superficie del encéfalo adopta su forma, 
amoldándose a éste. En consecuencia se encontrará numerosos surcos (impresiones digitales), correspondientes con las 
circunvoluciones, así como eminencias que guardan relación a los surcos propios del encéfalo. “La tabla externa no imita ni 
reproduce de ninguna forma lo detalles óseos cerebrales de la tabla interna”. Tanto las arterias gruesas como los conductos 
venosos que se ubican entre el encéfalo y el cráneo dejan impresiones o huellas en la tabla interna. La base del cráneo 
internamente también es una superficie irregular, con numerosas eminencias, depresiones y agujeros. En gran número y muy 
variables en tamaño y distribución, algunos agujeros permiten comunicación entre la cavidad craneal y el medio externo 
directamente. Sin embargo otros agujeros se abren al diploe y transcurren internamente entre ambas tablas simulando un 
“túnel” o conducto, que luego tendrá apertura al medio externo a través de un meato. 
Autor: Dr. Reinaldo J. Palma G 
 
 
Ciertos huesos del cráneo tienen la particularidad de poseer cavidades llenas de aire que se abren a través de conductos a las fosas 
nasales, a estos huesos de les denomina neumáticos. “Se puede discernir entonces que los huesos neumáticos representan una 
variedad de hueso plano y que solo se ubican en el cráneo”. Las paredes de las cavidades neumáticas están revestidas por mucosa 
internamente. Dependiendo de las dimensiones y características morfológicas, las cavidades neumáticas se clasifican en cedillas, celdas 
y senos en función de sus dimensiones, en orden creciente los senos son la variedad de mayor tamaño y las celdillas las más pequeñas. 
 
Límite entre la bóveda y la base del cráneo: 
El abordaje de la configuración interna y externa del neurocráneo puede facilitarse al enfatizar la consideración pedagógica del mismo 
en forma de caja, y dividiéndole en dos regiones (la bóveda y la base) a partir de un límite imaginario entre ambas, representado por un 
plano transversal que pasa anteriormente por la eminencia frontal media, y por detrás de la protuberancia occipital externa. La dirección 
del plano es oblicua de cefálico a caudal y de anterior a posterior. Durante la disección en el cadáver se acostumbra usar este plano como 
referencia para cortar los huesos del neurocráneo y acceder al encéfalo. “El límite entre el neurocráneo y viscerocráneo es 
completamente diferente del plano que divide la bóveda de la base.” 
 
Configuración externa del esqueleto facial: 
Para el abordaje del viscerocráneo o esqueleto facial se describirán seis (6) caras, en cuya conformación está incluida la mandíbula. 
 Cara anterior: limitada por arriba por la línea transversal que pasa por las dos suturas fronto-cigomáticas y por debajo por el 
borde inferior del cuerpo de la mandíbula. 
 Cara superior: guarda relación con la base del cráneo, se extiende desde la articulación fronto-nasal anteriormente, hasta la 
parte más posterior de la articulación esfeno-vomeriana. La descripción detallada de esta cara se hace más adelante al estudiar 
el techo de la órbita y las fosas nasales. “Puede entonces decirse que: lo que representa para el neurocráneo parte de su piso, 
será el techo del viscerocráneo”. 
 Caras laterales (derecha e izquierda): esencialmente formadas por la cara externa de los pómulos (huesos cigomáticos), la 
porción posterior del borde alveolar de los maxilares y las ramas de la mandíbula. 
 Cara postero-inferior: la cara posterior e inferior se estudian juntas debido a su disposición. Representan en sí una cavidad, 
limitada por detrás por una línea imaginaria trazada de un hueso temporal al otro; de la cavidad articular para el cóndilo derecho 
de la mandíbula hasta la cavidad articular para el cóndilo izquierdo de la mandíbula. Por delante de esta línea un gran espacio 
que corresponde con la abertura de las fosas nasales a la nasofaringe (coanas), y la cavidad bucal (laminas horizontales de los 
palatinos y el proceso palatino de los maxilares). “Realmente el viscerocráneo inferiormente corresponde con el piso de la 
cavidad bucal, el cual está conformado por una serie de planos musculares y partes blandas comunicando con el cuello, sin 
embargo, los limites descritos en este capítulo solo competen a piezas óseas”. 
 
Regiones comunes al neurocráneo y el viscerocráneo: 
Como se ha insistido a lo largo del capítulo, el cráneo es una unidad, por lo que se describirán regiones o fosas que resultan comunes al 
neurocráneo y viscerocráneo, ya sea, porque comparten huesos de ambas partes en su estructuración, o porque un hueso del neurocráneo 
participa en la constitución de una cavidad ubicada en la cara. 
Las fosas comunes son tres (3) de cada lado; temporal, infratemporal y pterigopalatina, y son competencia del capítulo de topografía 
del cráneo. Ahora bien, en el cráneo existen cavidades para alojar los sentidos y que se consideran regiones comunes, tal es el caso de 
las cavidades; orbitaria y nasal. La cavidad ótica es un caso especial, debido a que se le ubica en el espesor de la base del cráneo, 
específicamente en el hueso temporal, entre las láminas externa e interna. La cavidad bucal forma parte únicamente del viscerocráneo 
y se incluye al final en este segmento. 
 
 
 
Autor: Dr. Reinaldo J. Palma G 
 
 
Cavidad orbitaria: las orbitas son dos profundas cavidades ubicadas entre la cara y el neurocráneo con la función de alojar los globos 
oculares y sus anexos. Se ubican simétricamente a cada lado del plano medio sagital, por debajo de la cavidad craneal, separadas por las 
fosas nasales y encima de los senos maxilares. Su forma es comparable a una pirámide cuadrangular cuya base corresponde con la 
abertura anterior o facial de la órbita, de forma cuadrilátera con las esquinas muy redondeadas. El contorno de la base se designa como 
reborde orbitario. A la cavidad orbitaria de le describen cuatro (4) caras y un vértice: 
 Vértice: corresponde con la porción más medial y ancha de la fisura orbitaria superior. Un detalle interesante es que en esa 
porción se ubica un tubérculo óseo en el cual se inserta una estructura tendinosa denominada anillo de Zinn, el cual guarda 
estrecha relación con los músculos extrínsecos del ojo y sus orígenes tendinosos. 
 Pared lateral: de anterior a posterior; proceso orbitario del hueso cigomático, y cara anterior del ala mayor del esfenoides. 
 Pared medial: de anterior a posterior; proceso ascendente del maxilar, hueso lagrimal, cara orbitaria de las masas laterales 
del etmoides y cara externa del cuerpo del esfenoides. 
 Pared superior (techo): sumamente cóncava, de anterior a posterior; porción orbitaria del hueso frontal y cara inferior del ala 
menor del esfenoides. 
 Pared inferior (piso): también cóncava, de anterior a posterior; proceso orbitario del maxilar y proceso orbitario del palatino. 
Puede aprovecharse este segmento para describir el hueso lagrimal. Ubicado en pared medial de la cavidad orbitaria, par, también 
llamado unguis, es una laminilla pequeña que se interpone entre el maxilar, frontal y el etmoides. Ayuda a formar el canal nasolagrimal. 
Está exclusivamente formado por hueso compacto. En el interior de la cavidad orbitaria pueden describirse los siguientes detalles: 
1. Fosita lagrimal: (frontal) anterior y lateral en el techo, ahí se aloja la glándula lagrimal. 
2. Fosa para la inserción de la tróclea del músculo oblicuo superior: (frontal) anterior y medial en el techo. 
3. Agujero etmoidal anterior: en la sutura fronto-etmoidal orbitaria. 
4. Agujero etmoidal posterior: en la sutura fronto-etmoidal orbitaria. 
5. Agujero óptico: (esfenoides) en la unión entre el techo y la pared medial. Comunica con la fosa craneal media. 
6. Fisura orbitaria superior (FOS): (esfenoides)entre el ala mayor y el ala menor. 
7. Fisura orbitaria inferior (FOI): entre el ala mayor del esfenoides y el maxilar. 
8. Surco y conducto infraorbitario: (maxilar) en el piso, comunica la cavidad orbitaria con el agujero infraorbitario. 
9. Canal nasolagrimal: (maxilar - lagrimal) anterior en la pared medial aloja el saco lagrimal. Comunica hacia abajo con la 
cavidad nasal a través del conducto nasolagrimal. 
10. Conducto para el nervio cigomático: en la pared lateral da paso al nervio cigomático-facial desde la cara a la cavidad 
orbitaria 
“La fisura orbitaria superior (FOS) presenta una característica particular, debido a la presencia de la inserción ósea del músculo 
recto lateral del ojo, queda dividida en dos (2) compartimientos; el primero superior y lateral, es atravesado por el nervio frontal, 
nervio lagrimal, nervio troclear (IV par craneal) y la vena oftálmica superior. El segundo compartimiento inferior y medial, es 
atravesado por el nervio oculomotor (III par craneal), nervio abducens (VI par craneal), nervio nasociliar y la vena oftálmica 
inferior.” 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Autor: Dr. Reinaldo J. Palma G 
 
 
Cavidad nasal: ubicada en el centro de la cara, las fosas nasales son dos, una derecha y una izquierda, a cada lado del plano medio 
sagital, separadas una de la otra por un tabique osteo-cartilaginoso vertical. Permiten la entrada y salida del aire durante la ventilación 
pulmonar, además alojan en su techo una serie de filetes nerviosos (I par craneal) encargados del sentido de la olfacción. Si se considera 
individualmente cada fosa nasal, puede comparase a un angosto y largo túnel, con cuatro paredes. “Para ambas cavidades nasales se 
describe un marco óseo anterior (abertura piriforme) que representa la entrada común a los túneles; y un marco óseo posterior 
(coanas) que representa la salida libre hacia la nasofaringe”. El techo de ambas fosas nasales está constituido en su mayor parte por 
la lámina horizontal del hueso etmoides, denominada lámina cribosa; y el cuerpo del esfenoides. Ambos huesos pertenecen a la base del 
cráneo, sin embargo, como se ha mencionado antes, también son comunes al viscerocráneo y ayudan a la formación de cavidades 
alojadas en la cara. El piso se corresponde con los huesos maxilares. Los detalles referentes a los huesos y límites de las cavidades 
nasales se estudian detenidamente en el capítulo de sistema respiratorio. 
Cavidad ótica: en esta cavidad se aloja el oído, órgano encargado del sentido de la audición y del equilibrio. La presencia de la cavidad 
ótica convierte al temporal en el hueso más complejo del cráneo. Se nombrará como un “caso especial” ya que su ubicación en la base 
del cráneo, en el espesor del diploe del hueso temporal, no permite clasificarle como una cavidad común y tampoco como una estructura 
interna del neurocráneo; entendiéndose entonces como un espacio osteo-cartilaginoso con una función muy particular, inmerso en el 
espesor del temporal. La cavidad ótica se divide en tres compartimientos bien diferenciados gracias a la presencia de estructuras 
específicas. Los tres compartimientos son: 
 
1. Oído externo: localizado en la zona lateral de la cabeza, se compone de dos partes; el pabellón auricular (estructura 
cartilaginosa cubierta por piel) y el conducto auditivo externo (porción osteo-cartilaginosa). El conducto auditivo 
externo comienza en el pabellón auricular, en una depresión central llamada concha de la oreja, tiene un recorrido inicial 
en donde sus paredes son cartilaginosas. Puede decirse que el primer tercio del conducto es cartilaginoso, mientras que, 
el resto del conducto es enteramente óseo. El orifico de apertura a la porción ósea del conducto es el meato acústico 
externo, agujero labrado en el hueso temporal. El conducto auditivo externo está tapizado por piel en toda su longitud 
(aproximado de 2,5cm). El conducto no es recto, está orientado oblicuamente de afuera hacia adentro, de atrás hacia 
adelante. 
2. Oído medio: (cavidad timpánica) es una cavidad del hueso temporal, ocupada por aire, tapizada por mucosa y que aloja 
la cadena de huesecillos del oído. Se ubica entre el conducto auditivo externo y el oído interno. Con fines pedagógicos 
y como se ha hecho a lo largo de este capítulo, si la anatomía lo permite, se comparará el oído medio con un cubo, por 
lo que se describirán seis paredes: 
 Techo: es una delgada lámina de hueso compacto que separa el oído medio de la fosa craneal media. Coincide 
con la cara anterior de la porción petrosa del temporal. 
 Piso: (pared inferior) también una delgada capa de hueso. Posee un agujero para la rama timpánica del 
nervio glosofaríngeo (IX par craneal) Se puede decir que esta pared separa el oído medio de la vena yugular 
interna. 
 Pared lateral: también llamada pared membranosa, debido a que se compone casi completamente por una 
estructura denominada membrana timpánica, la cual separa el conducto auditivo externo del oído medio. 
Sólo la porción más superior de la pared lateral está compuesta por hueso y se conoce como receso 
epitimpánico. 
 Pared posterior: (mastoidea) su porción inferior corresponde con un tabique óseo, y su porción superior con 
una abertura denominada entrada al antro mastoideo y que comunica con las celdillas mastoideas. En la 
porción inferior se describen dos detalles; la eminencia piramidal (acceso al oído medio del tendón del 
músculo estapedio) y orificio de la cuerda del tímpano (nervio ramo del VII par craneal) 
 Pared anterior: tampoco es una pared completa, su porción inferior es una delgada lámina ósea que separa la 
cavidad timpánica de la arteria carótida interna. En esta porción está el orificio por el cual la cuerda del tímpano 
sale del oído medio. La porción superior de esta pared se corresponde con la abertura de la trompa 
faringotimpánica (de Eustaquio) que comunica el oído medio con la nasofaringe. 
 Pared medial: (laberíntica) es a su vez la pared lateral del oído interno. Esta pared es rica en detalles: 
 Ventana oval: es un orificio por encima del promontorio en donde se apoya de base del estribo, la 
última pieza de la cadena de huesecillos (transfiere las vibraciones de la membrana timpánica a la 
cóclea en el oído interno) 
 Ventana redonda: es un orificio inferior al promontorio, se encuentra cubierta por una delgada 
membrana elástica. 
Autor: Dr. Reinaldo J. Palma G 
 
 Promontorio: abultamiento redondeado, ubicado casi en el centro, producido por la cóclea. 
 Prominencia del conducto del nervio facial: relieve óseo producto del trayecto del nervio facial en 
el hueso temporal. 
 Prominencia del conducto semicircular lateral: relieve óseo producido por el conducto 
semicircular lateral. 
Cadena de Huesecillos: los huesecillos del oído medio son tres, martillo, yunque y estribo, ordenados de superficial a profundo 
respectivamente. Actúan como un puente que conecta la membrana timpánica y la ventana oval, transmitiendo las vibraciones producto 
de las ondas sonoras que golpean la membrana timpánica hasta el oído interno. 
3. Oído interno: ubicado netamente en la porción intrapetrosa del hueso temporal, se compone de dos partes bien 
diferenciadas; el laberinto óseo y el laberinto membranoso. El oído interno se conecta con el sistema nervioso central 
por del meato acústico interno, a través del cual pasan el VII par craneal (facial) y el VIII par craneal (vestíbulo-coclear). 
Ambos laberintos están revestidos de periostio y contienen un líquido transparente llamado perilinfa. El estudio en 
profundidad de los componentes del oído interno corresponde al capítulo de los órganos de los sentidos. 
 
Cavidad bucal: desde un punto de vista óseo, no posee pared inferior ni posterior y aquí solo se describirán los detalles que conciernen 
al cráneo. Los órganos dentarios y partes blandas serán abordados en el capítulo de sistema digestivo, debido a queno forman parte del 
esqueleto craneal. Tomando en cuenta lo antes dicho, se plantea la cavidad bucal, como un “espacio” cuyos límites comprenden una 
porción ósea o “dura” pertinente en este momento y una porción “blanda”, que además incluye los órganos dentarios, la cual se estudiará 
más adelante. La cavidad bucal está limitada por el cráneo de la siguiente forma: su techo por el paladar óseo (procesos palatinos de los 
maxilares y las láminas horizontales de los huesos palatinos), anterior y lateralmente por la mandíbula y lo procesos alveolodentarios 
superiores e inferiores. 
 
Estudio de los detalles óseos del cráneo 
Para el estudio de los múltiples detalles óseos del cráneo, resulta ventajoso compararlo con una casa de dos plantas, en donde, la planta 
baja corresponderá al viscerocráneo y la planta alta con el neurocráneo. Por ser una casa, se le describirá cuatro paredes (frontal, 
posterior, lateral derecha y lateral izquierda), un techo, un piso y una placa que separa la planta alta de la baja, la cual corresponde con 
la base del cráneo. La planta alta carece de ventanas, sin embargo, la planta baja en su fachada frontal posee dos grandes ventanas 
(cavidades orbitarias), y una puerta en forma de pera (abertura piriforme). Al igual que puede describirse las características externas e 
internas de las paredes de la casa, al cráneo también se le describirán, aplicándose con mayor detalle al techo (bóveda) y a la placa que 
divide la planta alta de la baja (base de cráneo). 
Para ubicar los detalles óseos en la superficie del cráneo y siguiendo la idea de compararlo con una casa, se establecen “normas” o 
regiones, son cinco; norma vertical (superficie externa de la bóveda del cráneo que corresponde con la cara externa del techo de la 
casa), norma frontal (corresponde con la fachada anterior de la casa), norma occipital (corresponde con la cara externa de la pared 
posterior), norma lateral (corresponde a la cara externa de las paredes laterales de la casa) y por último la norma basal (corresponde 
al techo de la planta baja, es decir, donde colgarían las lámparas). 
Para proseguir en el estudio de las normas es vital diferenciar el concepto de “vistas”. Valiéndose de un sencillo ejemplo resulta simple 
discernir con claridad la diferencia entre ambos. Si se imagina nuevamente el cráneo como una casa, ahora, con una gran antena 
parabólica instalada en su techo, puede ubicarse un observador en la calle, a una distancia prudente. Si el observador se sitúa al frente, 
a los lados e incluso detrás de la casa, con levantar la mirada le sobra para ver la antena. Aun cuando, la antena está ubicada en el techo, 
se le puede observar en diferentes vistas. Incluso, si el observador sobrevuela la casa en un helicóptero, también verá la antena. Si se 
hace una analogía del ejemplo anterior para relacionarlo a los conceptos de norma y vista, la antena corresponde al detalle óseo; la 
ubicación de la antena, en este caso el techo, corresponde a la norma; mientras que las diferentes posiciones que adoptó el observador 
corresponden con las vistas del cráneo. En pocas palabras un mismo detalle óseo del cráneo puede observase en diferentes “vistas”, sin 
embargo, pertenece a una única norma. El pterion, por ejemplo, es un detalle óseo que pertenece a la norma lateral y que puede observarse 
tanto en una vista frontal como en una vista lateral del cráneo. 
 
 
 
Autor: Dr. Reinaldo J. Palma G 
 
 
A continuación, se describen las normas, reseñando los huesos propios a cada una, haciendo énfasis en la porción ósea específica que le 
pertenece; seguidamente se enumeran los distintos detalles que le conciernen a cada hueso y finalmente se arma el conjunto de partes 
que conforman la superficie del cráneo. Se insiste nuevamente en que un abordaje más práctico para el estudio del cráneo debe excluir 
la descripción por separado o individual de cada hueso. Con el siguiente planteamiento pedagógico no se pretende otra cosa que facilitar 
dicho estudio y acercar pragmáticamente al lector al conocimiento. 
 
NORMA VERTICAL: 
Para apreciar esta norma es necesario estudiar el cráneo en una vista superior, tal como, si el observador, mirase el techo de la casa desde 
un en vuelo helicóptero. La norma vertical en el adulto promedio y en condiciones fisiológicas tiene forma de huevo, alargado en sentido 
antero-posterior, algo más ancho en la parte posterior. Cuatro huesos se incluyen en esta norma, de adelante hacia atrás; el frontal, ambos 
parietales y el occipital, conformando la superficie externa de la bóveda craneal. Llama la atención que está atravesada por tres suturas; 
dos transversales y una perpendicular a las anteriores. 
Sutura coronal: dispuesta transversalmente, corresponde con la articulación entre la lámina vertical del hueso frontal y ambos huesos 
parietales. Esta sutura se proyecta lateralmente y hacia abajo. Se usa como punto de referencia para establecer el plano de corte anatómico 
coronal, el cual divide al cuerpo en una mitad anterior y otra posterior. 
Sutura lambdoidea: también dispuesta transversamente, es posterior y corresponde a la articulación entre los huesos parietales y la 
porción escamosa del hueso temporal. 
Sutura sagital: (inter-parietal) entre ambos huesos parietales, perpendicular a las anteriores, se le ubica justo en la mitad de la bóveda, 
coincidiendo con el plano medio sagital, de donde recibe su nombre. Se dirige hacia adelante y hacia abajo para interceptar la sutura 
coronal en un punto llamado bregma; y hacia atrás y hacia abajo para interceptar la sutura lambdoidea en un punto llamado lambda. 
Durante la vida fetal y en etapas tempranas posterior al nacimiento, el punto bregma coincide con un verdadero espacio interóseo, 
cerrado por una membrana denominado fontanela anterior (bregmática), mientras que el punto lambda coincide con otro espacio 
interóseo también obliterado por una membrana denominado fontanela posterior (lambdoidea). Las fontanelas se estudian 
detalladamente más adelante en este mismo capítulo en el segmento de cráneo fetal y pediátrico. 
1. Hueso frontal: la porción de frontal que corresponde con la norma vertical es la escama o lámina vertical. Realmente no hay 
gran detalle en la superficie externa salvo el borde que articulará con los huesos parietales para formar la sutura coronal. 
2. Huesos parietales: por detrás del frontal, uno a cada lado, se articulan por sus bordes mediales en la sutura sagital. Proporcionan 
gran convexidad a la bóveda. 
a. Tuberosidad o eminencia parietal: es el punto de mayor convexidad del hueso parietal y es fácilmente palpable. 
b. Agujero para la vena emisaria: perfora al hueso parietal 3,5cm por delante de la sutura lambdoidea, da paso a una 
pequeña vena que comunica con el seno venoso sagital superior dentro del cráneo. Este fenómeno resulta interesante 
ya que proporciona una vía de comunicación de retorno venoso hacia el interior del cráneo. 
c. Obelión: es una zona sin indentaciones de la parte posterior de la sutura sagital. 
3. Hueso occipital: la norma vertical se continúa hacia atrás por la poción escamosa del hueso occipital. 
 
NORMA FRONTAL: 
Corresponde a una vista anterior de la casa, en donde, el observador está frente a ésta y es capaz de mirar su fachada. La norma frontal 
tiene forma oval, más ancha arriba que abajo. Se pueden apreciar simultáneamente huesos del neurocráneo y viscerocráneo. La parte 
más alta es sumamente redondeada y lisa correspondiendo con la frente. La parte más caudal, corresponde al cuerpo de la mandíbula. A 
continuación, se estudian de arriba hacia abajo, según van apareciendo, los huesos y sus detalles. 
1. Hueso frontal: representa el tercio superior de la norma frontal, pudiéndose observar la cara externa de su porción vertical o 
escama (corresponde con la frente); y la cara externa de su porción horizontal (corresponde al techo dela cavidad orbitaria), 
ambas unidas por un ángulo denominado cresta orbitonasal. 
a. Tuberosidad o eminencia frontal: representa el detalle más cefálico, uno a cada lado del eje medio sagital, se observa 
como un relieve óseo convexo, en algunos sujetos es pronunciado y se aprecia con facilidad en la frente, pudiéndose 
palpar por el cirujano sirviendo de puntos de referencia. 
Autor: Dr. Reinaldo J. Palma G 
 
b. Surco vascular: es una depresión que se ubica inferior y lateral a la eminencia frontal, es recorrido por una rama de 
la arteria supraorbitaria. 
c. Arco superciliar: por debajo del surco vascular forma un relieve redondeado. Mejor marcado en el cráneo masculino 
d. Glabela: relieve romo que se ubica entre los arcos superciliares en la línea media sagital. 
e. Nasión: se ubica por debajo de la glabela y corresponde al punto donde la sutura entre los huesos nasales se une con 
el hueso frontal. 
f. Sutura metópica: vestigio embriológico de la separación primitiva del hueso frontal en el eje medio sagital en dos 
mitades. En el adulto en ocasiones puede observarse como una discreta sutura que parte del Nasión hacia arriba. La 
sutura metópica se describirá como mayor detalle más adelante. 
g. Cresta orbitonasal: es el ángulo que se forma entre la lámina vertical y horizontal del hueso frontal. Corresponde 
lateralmente a los bordes supraorbitarios, y al centro con el borde nasal, el cual tiene forma de V invertida para 
articularse con los huesos nasales y las apófisis frontales de los huesos maxilares. 
h. Escotadura o agujero supraorbitario: se ubica a la mitad del borde supraorbitario. 
i. Escotadura frontal: se ubica medial al agujero supraorbitario, es un corte estrecho que permite el paso de los vasos 
frontales. 
j. Proceso cigomática: continuación lateral de la creta orbitonasal que articula con el hueso cigomático. 
k. Línea temporal: eminencia vertical de bajo relieve desde la apófisis cigomática que asciende y sirve para establecer 
el límite lateral del tercio superior de la norma frontal. 
 
 
2. Huesos nasales: son un par de huesos que se ubican por debajo del borde nasal del hueso frontal, a ambos lados del eje medio 
sagital, entre los huesos maxilares. Son verdaderas láminas óseas cuadriláteras, articuladas entre sí por su borde medial. 
a. Orificio vascular: ubicado en el tercio medio del hueso es un conducto que se abre hacia la cavidad nasal. 
b. Borde inferior: establece el vértice de la abertura piriforme de las fosas nasales y tiene continuidad con el cartílago 
lateral de la nariz. 
Por debajo de los bordes supraorbitarios, a cada lado del eje medio sagital se ubican las cavidades orbitarias. Los límites y detalles 
óseos de estas cavidades fueron ya descritos en un segmento anterior, por lo que solo resta para su completo discernimiento, imaginarles, 
como dos ventanas, dispuestas en la fachada anterior de la planta baja de la casa, simétricamente situadas a los lados de un curioso 
marco de puerta en forma de pera, que correspondería a la abertura anterior de las fosas nasales (abertura piriforme). Este marco de 
puerta en forma de pera es más amplio abajo que arriba y está limitado por los huesos nasales arriba y a los lados y por los huesos 
maxilares abajo y a los lados. 
Por dentro de la abertura piriforme, se pueden apreciar cuatro huesos, estos forman parte de las cavidades nasales propiamente dichas. 
Se observa el borde anterior de la lámina perpendicular de hueso etmoides, el cual divide la cavidad nasal en una fosa derecha y 
otra izquierda. Por debajo y siguiendo la misma disposición perpendicular, se observa el borde anterior del hueso vómer, el cual 
también participa en la división de la cavidad nasal. El vómer en sí, es una lámina vertical, dispuesta en el eje medio sagital, delgada y 
aplanada, que representa la porción postero-inferior del tabique óseo nasal. 
 
3. Huesos maxilares: son un par de huesos que se ubican a los lados de la cavidad nasal, justo por debajo de la cavidad orbitaria, 
superior a la cavidad bucal. Constituyen el eje central del viscerocráneo y ayuda a formar las tres cavidades antes mencionadas. 
El maxilar posee una superficie sumamente irregular. Aun cuando cada hueso ocupa un voluminoso espacio de la totalidad del 
viscerocráneo, son sumamente ligeros, debido, a la presencia de dos cavidades neumáticas denominadas senos maxilares. Los 
senos maxilares, uno a cada lado de la cavidad nasal, también se conocen como senos paranasales. Estos espacios están llenos 
de aire, razón por la cual, a los maxilares se les considera huesos planos de subtipo neumáticos. Ambos senos desembocan a 
través de un conducto en las fosas nasales. A cada hueso maxilar se le describen dos caras, una lateral y otra medial. La porción 
más anterior de la cara lateral corresponde a la norma frontal. 
a. Proceso frontal: corresponde con la porción más cefálica del maxilar, es alargada y aplanada, articula con el hueso 
frontal. Medialmente tiene el hueso nasal ipsilateral. 
b. Cara orbitaria: porción del cuerpo del maxilar que ayuda a formar el piso de la cavidad orbitaria. Los detalles ya 
fueron descritos en el segmento de cavidad orbitaria. 
c. Borde infraorbitario: corresponde a la porción medial del borde inferior de la cavidad orbitaria. La porción lateral 
corresponde al hueso cigomático. 
Autor: Dr. Reinaldo J. Palma G 
 
d. Conducto infraorbitario: se ubica por debajo de la cavidad orbitaria alineado con el agujero supraorbitario del hueso 
frontal. El conducto infraorbitario atraviesa el maxilar pasando entre el piso de la cavidad orbitaria y el techo del seno 
maxilar. 
e. Proceso cigomático: saliente que se ubica lateral al conducto infraorbitario, superior a relieves determinados por las 
raíces de los órganos dentarios, se articula con la apófisis maxilar del cigomático. Complementa la formación de los 
llamados pómulos de la cara. 
f. Incisura nasal: corresponde al borde que circunscribe la abertura piriforme por parte del maxilar. 
g. Espina nasal anterior: en el borde inferior de la abertura piriforme, en el eje medo sagital, se observa como una 
prolongación ósea hacia adelante. Sirve para la inserción del tabique nasal cartilaginoso. 
h. Fosa canina: situada por debajo del conducto infraorbitario. Es una depresión para la inserción del músculo elevador 
del ángulo de la boca. 
i. Borde alveolar: corresponde al borde inferior del maxilar, de la unión de ambos, derecho e izquierdo, se forma un 
arco de concavidad posterior. El arco presenta una serie de cavidades llamadas alvéolos dentarios, en donde se 
implantan las raíces de los órganos dentarios, dando lugar a las gónfosis maxilares. Inmediatamente por encima de 
cada articulación alveolo-dentaria de puede evidenciar un discreto relieve denominado proceso alveolar. 
j. Eminencia canina: robusto proceso alveolar que se ubica por encima de la articulación alveolo-dentaria canina, entre 
la fosa incisiva y la fosa canina. 
 
 
4. Huesos cigomáticos: antes denominados malares, son un par de huesos situados superior y lateralmente a los maxilares. El 
hueso cigomático puede verse como “un puente” entre la norma frontal y lateral, ya que, una parte de éste, conocida como 
arco cigomático o proceso temporal sirve de nexo entre ambas normas. Presenta dos caras, una medial y otra lateral. La cara 
lateral como se mencionó antes comparte para la norma frontal y lateral a través del proceso temporal. 
a. Proceso frontal: articula con el proceso cigomático del hueso frontal ayudado a formar el borde lateral de la cavidad 
orbitaria. 
b. Proceso orbitario: corresponde con la pared lateral de la cavidad orbitaria. 
c. Borde lateral e infraorbitario: corresponde con el borde lateral y porción lateral del borde inferior de la cavidad 
orbitaria. 
d. Agujero cigomáticofacial: es un pequeño agujero que se ubica frente a la unión de los bordes laterale inferior de la 
cavidad orbitaria. Este agujero se abre al conducto cigomáticotemporal. 
 
5. Mandíbula: hueso impar que se ubica por debajo y atrás de los maxilares, asociado al viscerocráneo, cuya función principal 
está destinada a dar soporte a los órganos dentarios inferiores y de esta forma convertirse en el eje fundamental del proceso de 
la masticación. En una vista anterior del cráneo, su forma asemeja una letra “U”, en donde la porción horizontal corresponde 
al cuerpo de la mandíbula y los segmentos verticales a las ramas que se continúan del cuerpo. El cuerpo tiene forma de 
herradura, con concavidad posterior, imitando el comportamiento del borde inferior de los huesos maxilares, creando así, una 
relación recíproca entre los órganos dentarios superiores e inferiores. 
a. Borde anterior de la rama: está comprendido entre dos crestas una lateral y otra medial, entre ambas una canal. El 
canal se torna más profundo y ancho a medida que se acerca al cuerpo. La cresta medial forma un relieve denominado 
cresta temporal. 
b. Borde superior del cuerpo: también llamado borde alveolar de la mandíbula, presenta una serie de cavidades muy 
parecidas a las que posee el maxilar, destinadas también a la implantación de las raíces de los dientes. Inmediatamente 
por debajo de cada articulación alveolo-dentaria también se puede evidenciar un discreto relieve denominado proceso 
alveolar. 
c. Línea oblicua: se observa como un relieve poco prominente en la cara lateral y en la porción inferior de la rama que 
se prolonga a la cara anterior del cuerpo. Sirven para inserciones del músculo masetero. 
d. Agujero mentoniano: superior a la línea oblicua, en la cara anterior del cuerpo. Este agujero está alineado 
verticalmente con los conductos supraorbitario e infraorbitario. 
e. Protuberancia mentoniana: eminencia en la cara anterior del cuerpo de la mandíbula, que coincide con el plano 
medio sagital y los vestigios embriológicos de una sínfisis articular entre la parte derecha e izquierda de la mandíbula. 
Corresponde en la cara al relieve conocido como “el mentón”. De la protuberancia mentoniana nace a cada lado una 
cresta denominada línea oblicua la cual fue antes descrita. 
f. Tubérculos mentonianos: son un par de eminencias ubicadas en la protuberancia mentoniana, una a cada lado del 
plano medio sagital. 
g. Gnatión: es un punto antropométrico ubicado en el centro del borde inferior del cuerpo de la mandíbula. 
Autor: Dr. Reinaldo J. Palma G 
 
 
NORMA LATERAL: 
Para esta norma se debe imaginar al observador, parado a un lado de la casa, mirando una de sus paredes laterales. Muchos de los detalles 
que se observan en una vista lateral del cráneo ya fueron descritos antes, sin embargo, en su zona central hay una serie de rasgos y 
características que no se han considerado. A esta norma se le asignarán unos límites pedagógicos, con la finalidad de enmarcar los 
detalles que le son pertinentes. 
Por arriba: está limitada por la línea temporal superior, la cual es un relieve óseo en forma de arco que parte del borde posterior de 
la articulación fronto-cigomática. 
Por delante: tiene el borde posterior del proceso cigomático del frontal, parte del arco cigomático. El borde anterior de la rama de la 
mandíbula y su proyección en la línea oblicua. Es decir la cara lateral de la rama de la mandíbula forma parte de la norma lateral. 
Por detrás: la continuación de la línea temporal superior, la cual cruza la sutura parieto-temporal invadiendo la cara lateral de la porción 
mastoidea del temporal formando un relieve denominado cresta supramastoidea. 
Por debajo: el borde inferior del cuerpo de la mandíbula. Del punto de vista topográfico es libre al cuello. 
 
Aunque ya se ha limitado la región que corresponde a la norma lateral, hay mucha tela que cortar, detalles óseos y articulaciones 
complejas que forman parte de ésta. También las denominadas fosas comunes, temporal, infratemporal y pterigopalatina están incluidas 
en esta región, sin embargo, se estudiarán más adelante en el capítulo de topografía por la complejidad que esto supone hacerlo ahora 
mismo. 
Existe otro detalle óseo al cual hacer referencia antes de describir el resto, es la línea temporal inferior, que casi paralela y por debajo 
de su hermana superior, recorre también la norma, haciéndose menos prominente en su porción posterior. Nótese que ambas líneas 
tienen un recorrido muy corto en el hueso temporal, por lo que resulta errado pensar que son detalles del mismo. Las líneas temporales 
superior e inferior reciben ese nombre ya que guardan relación con la inserción de la fascia temporal y músculo temporal 
respectivamente. 
1. Hueso frontal: la porción del frontal que corresponde a esta norma es la lámina vertical o escama. Sin embargo, no debe 
perderse la oportunidad de detallar la morfología de este hueso en esta vista en particular. Cuando se mira aislada y lateralmente 
el hueso frontal, su forma asemeja una letra “L”, en donde el segmento horizontal representa la lámina orbitonasal; formando 
parte de la base del cráneo y el techo de la órbita, y el segmento vertical representa la escama; es decir, la parte anterior de la 
bóveda craneal. Justo donde se unen el segmento vertical y horizontal se forma un ángulo, la cresta orbitonasal, es allí, detrás 
de este ángulo, en el espesor del diploe donde se ubican los senos frontales. Los senos frontales son dos cavidades neumáticas, 
a cada lado del plano medio sagital, con una función homóloga a los senos maxilares también desembocan en las fosas nasales, 
restan peso al cráneo y convierten el frontal en una hueso plano de subtipo neumático. 
a. Cara temporal del frontal: es la porción de la escama del frontal que forma parte de la norma lateral. Articula 
simultáneamente con el esfenoides y parietal. 
 
2. Hueso esfenoides: el esfenoides es un hueso realmente importante en la arquitectura del cráneo. Se presentó por primera vez 
formando parte de la cavidad orbitaria, y ahora se le observa formando parte de la pared lateral de la bóveda. Sin embargo, no 
se describirá con mayor detalle hasta estudiar la norma basal, en donde éste alcanza su rol protagónico. 
a. Ala mayor del esfenoides: se observa la cara externa de una porción del esfenoides denominada ala mayor, 
específicamente un segmento con disposición vertical. Está parte del hueso aquí articula simultáneamente con el 
frontal, parietal y temporal. Dicha articulación recibe el nombre de pterion, y se considera una articulación compleja 
entre cuatro huesos. 
“El pterion aparte de llamar la atención por su ubicación y tamaño, resulta ser un interesante detalle anatómico, tanto del punto de 
vista morfológico, como de referencia antropométrica. Si se observa con detenimiento, tiene forma de letra “H”, en donde el 
segmento horizontal de la letra corresponde con la articulación parieto-esfenoidal. Asimismo, si se le usa como punto de referencia, 
su ubicación coincide dentro del cráneo con el recorrido de la arteria meníngea media, la cual surca la cara interna de los huesos 
que le componen en ese preciso lugar, pudiéndose añadir que además es un área ósea sumamente débil”. 
 
Autor: Dr. Reinaldo J. Palma G 
 
3. Huesos parietales: buena parte de la cara externa de estos huesos se incluyen en la norma lateral. Desde la línea temporal 
superior hasta el borde escamoso o inferior. Los parietales representan un gran porcentaje de la cara lateral de la bóveda. Toda 
la cara externa del hueso parietal es cruzada por las líneas temporal superior e inferior. 
 
4. Huesos temporales: son un par de huesos, uno por lado, situados en la porción inferior y lateral del cráneo. Debido al nexo 
que tiene esa región con la aparición de las primeras canas, se les designa el nombre “temporal”, ya que ahí comienza a notarse 
el pasar del tiempo. Antes del nacimiento, el hueso temporalse constituye a partir de varias porciones. A lo largo del desarrollo 
esas porciones crecen y se sueldan unas con otras, sin embargo, en el adulto promedio, siempre quedan vestigios de esas 
soldaduras. Para comprender mejor el hueso temporal, valerse de esos vestigios en forma de fisuras y del componente funcional, 
permite dividirle pedagógicamente en tres porciones: escamosa, petrotimpánica y mastoidea. Es pertinente en la norma lateral 
analizar la porción escamosa, la porción mastoidea y la parte timpánica de la porción petrotimpánica, además de estudiar dos 
llamativos apéndices óseos; la apófisis cigomática y la apófisis estiloides. 
a. Porción escamosa es una lámina semicircular, de disposición vertical, con dos caras; una cara externa de interés 
para la norma lateral, y otra interna que se estudiará al describir la vista endocraneana de la base. Es la porción más 
amplia del hueso, pero también la más delgada y frágil. La escama del temporal se curva hacia adentro dando lugar a 
un segmento horizontal, el cual continua como la porción petrotimpánica y forma parte de la base del cráneo. La 
escama da alojamiento al músculo temporal y su fascia. 
b. Borde circunferencial: se refiere al borde superior de la porción escamosa, articula con la porción escamosa del 
hueso parietal por arriba, y con el ala mayor del esfenoides por delante, ayudando a conformar el antes mencionado 
pterion. Está tallado como el bisel de una aguja, para establecer así una articulación tipo sutura escamosa. 
c. Surco para la arteria temporal profunda: excavación a lo largo de la cara externa de la escama por la cual tramita 
la arteria del mismo nombre. 
d. Proceso cigomática: eminencia ósea que nace de la parte posterior de la escama, inmediatamente por encima del 
meato acústico externo, se prolonga hacia adelante en búsqueda de la apófisis temporal del cigomático, articulándose 
con ésta y formando así un verdadero arco, tal como el asa de una tetera. Algunos autores le han llamado “el asa de 
la calavera”, en nomenclatura moderna a ese conjunto se le denomina el arco cigomático. La apófisis cigomática, se 
usa como referencia para dividir la escama en dos partes; vertical y horizontal, ya que, justo a ese nivel, es donde la 
escama se curva hacia adentro para disponerse horizontalmente en la base del cráneo. 
e. Cresta supramastoidea: relieve óseo considerado la raíz de la apófisis cigomática. 
f. Fisura tímpanoescamosa: entre las porciones timpánica y escamosa, se proyecta desde las fisuras petrotimpánica y 
petroescamosa. Se estudia con detalle en la norma basal. 
g. Porción timpánica: es el área que corresponde con el meato acústico externo en la norma lateral, representa la base 
de una pirámide de cuatro caras denominada porción petrotimpánica del temporal. Internamente guarda relación con 
la cavidad timpánica, la cual fue descrita antes en el segmento de cavidad ótica. 
h. Meato acústico externo: orificio de apertura a la porción ósea del conducto auditivo externo, situado en la porción 
timpánica, entre la escama y la porción mastoidea. “En un sentido figurado, el sonido entra por el meato acústico 
interno, para luego emerger en el interior del cráneo a través del meato acústico interno”. 
i. Fisura timpanomastoidea: sutura entre la porción timpánica y la porción mastoidea. A través de esta fisura emerge 
la rama auricular del X par craneal. 
j. Porción mastoidea: es una gran eminencia ósea, su nombre se asocia al parecido con una glándula mamaria. Se sitúa 
por detrás y debajo de la escama, posterior al meato acústico externo. Por arriba su borde articula con el hueso parietal 
(sutura parietomastoidea). Por detrás su borde articula con la porción escamosa del hueso occipital (sutura 
occipitomastoidea). En la superficie mastoidea se observan algunos relieves por detrás del orificio del conducto 
auditivo externo y rugosidades de inserción muscular. 
k. Proceso mastoides: prolongación inferior de la porción mastoidea. Es robusta y fácil de palpar a través de la piel, 
justo por debajo del lóbulo de la oreja. 
l. Sutura escamomastoidea: vestigio embriológico de la separación de las porciones escamosa y mastoidea. 
m. Agujero mastoideo: se ubica cercano a la sutura occipitomastoidea, o coincidiendo con ella. Por este agujero atraviesa 
una emisaria procedente del seno venoso sigmoideo (intracraneal), análoga a la vena emisaria parietal. 
 
5. Mandíbula: en una vista lateral la mandíbula es otro hueso que adopta una forma similar a la letra “L”, en donde el segmento 
vertical corresponde con la rama y el horizontal con el cuerpo. El punto en donde la rama se une al cuerpo se denomina ángulo 
de la mandíbula. Sin embargo, se describe como parte de la norma lateral, únicamente la cara externa de la rama, basado en 
Autor: Dr. Reinaldo J. Palma G 
 
que forma parte del límite lateral de la fosa infratemporal, dejando así, el cuerpo de la mandíbula con parte de la norma frontal. 
Las ramas son cuadrangulares, alargadas de arriba hacia abajo, presentas dos caras (externa e interna) y cuatro bordes. 
a. Proceso coronoides: es una eminencia que se ubica en el extremo anterior del borde superior de la rama. Tiene forma 
triangular, con vértice superior romo que se presta para la inserción de músculo temporal. Su borde anterior continúa 
con el borde anterior de la rama. 
b. Proceso condilar: es una eminencia que se ubica en el extremo posterior del borde superior de la rama, a la cual queda 
unida a través del cuello de la mandíbula. La apófisis condilar tiene una disposición transversa en relación a la rama. 
En cuanto al volumen, el eje dominante es también el transversal, muy semejante a una elipse. La cara superior articula 
con el hueso temporal, dando lugar a la única articulación móvil del cráneo (temporo-mandibular). 
c. Escotadura mandibular: depresión entre la apófisis coronoides y la apófisis condilar. Es ancha, profunda y cóncava, 
dando paso a los vasos y nervios maseterinos. 
d. Tuberosidad masetérica: eminencia que se ubica en la cara externa del ángulo de la mandíbula para la inserción del 
músculo masetero. 
 
 
 
NORMA OCCIPITAL: 
Ahora se imaginara al observador parado en el patio trasero de la casa, mirando la pared posterior. La silueta del cráneo vista desde atrás 
asemeja un arco convexo y ancho que es plano por debajo. El occipital es considerablemente el hueso más importante en esta norma, 
tanto por ocupar un porcentaje grande de ésta, como por sus detalles. Aun cuando los detalles óseos de la norma occipital no son tan 
floridos en comparación a las antes descritas, presenta tres interesantes articulaciones tipo suturas (lambdoidea, parietomastoidea y 
occipitomastoidea), las cuales confluyen en un punto único denominado asterion, convirtiéndose por definición en una articulación 
compleja. 
Sutura lambdoidea: ciertamente se evidencia en una vista superior del cráneo, sin embargo, esta sutura pertenece a la norma occipital 
donde se le observa en toda su extensión. Comprende la articulación entre la escama del occipital y ambos parietales, dejando un punto 
central de confluencia denominado lambda, ya antes descrito. 
1. Hueso occipital: es un hueso impar situado en la porción media, posterior e inferior del cráneo. Representa un buen porcentaje 
de la superficie de la base del cráneo. Gran parte de la escama corresponde a la norma occipital, sin embargo, este hueso posee 
otras tres porciones (lateral derecha, lateral izquierda y basilar) que se describen más adelante en la norma basal. 
a. Escama: lámina ancha, aplanada y con forma de rombo, cuyo vértice posterior coincide con el punto lambda. 
b. Línea nucal suprema: línea pronunciadamente arqueada, ubicada por arriba de la línea nucal superior, no siempre 
está presente. Parte del borde superior de la protuberancia occipital externa hacia lo lateral. 
 
NORMA BASAL: 
Para explicar esta norma resultaimposible valerse del ejemplo del observador y la casa, ya que, para poder hacer una analogía, tendría 
que ubicarse el observador debajo de la casa y mirar el piso desde allí, lo que resulta poco práctico. Sin embargo, debe entenderse que 
se usará una vista exocraneana e inferior de la base para describir la norma, y que además obligatoriamente se excluirá la mandíbula 
para exponer completamente la superficie que correspondiente a la norma en sí. 
La norma basal se extiende desde los dientes incisivos superiores hasta las líneas nucales superiores. Para crear sincretismo y 
conciliar el conocimiento, las líneas nucales inferiores y la cresta occipital, aun cuando, se observan en una vista posterior del 
cráneo, formarán parte de la norma basal. Con fines pedagógicos resulta conveniente dividir la norma basal en tres regiones; 
palatonasal (anterior), esfenopetromastoidea (media) y occipital (posterior). 
I) Región palatonasal: espacio circunscrito por el arco alveolar de ambos huesos maxilares en donde se implantan los órganos dentarios 
superiores. Debido a la proyección hacia debajo de los arcos alveolares esta región están arqueada en sentido antero-posterior y lateral, 
lo que da lugar a una apariencia escavada. La región incluye todo lo que se encuentra por dentro de los arcos alveolares, es decir, las 
apófisis palatinas de los maxilares y las láminas horizontales de los huesos palatinos. Su límite posterior es el borde posterior del paladar 
óseo. En el paladar óseo destaca la sutura cruciforme, constituida por la intercepción de tres articulaciones: inter-maxilar, palato-
maxilar e inter-palatina. 
Autor: Dr. Reinaldo J. Palma G 
 
A continuación se describen los detalles óseos de anterior a posterior según se muestran en la norma. 
1. Huesos maxilares: forman una parte destacable de la norma basal representada por el paladar óseo anterior y los procesos 
alveolares superiores. 
a. Arco alveolar: la porción más anterior de la norma basal, en ella se ubican 16 agujeros, llamados alvéolos, para alojar 
las raíces de los órganos dentarios. El tamaño y profundidad de estos alvéolos es muy variable, incluso, pueden ser 
únicos o estar subdivididos por tabiques según el número de raíces de los órganos dentarios que en ellos se alojan. 
 Fosa incisiva: se ubica anterior y en la línea media, justo detrás de los incisivos superiores. 
b. Orificios incisivos laterales: continúan con los conductos incisivos hasta el piso de la cavidad nasal. 
 
Entre los huesos maxilares y palatinos en la norma basal, puede describirse un detalle anatómico interesante, producto de las 
articulaciones entre dichos huesos en el paladar óseo, ese detalle se conoce como sutura cruciforme. Se forma por las articulaciones 
inter-maxilar e inter-palatina las cuales son interceptadas perpendicularmente por la articulación palato-maxilar que se dispone del 
segundo molar superior hasta su análogo contralateral. 
 
2. Huesos palatinos: son un par de huesos situados posterior al maxilar, en el espesor del viscerocráneo estructurando las paredes 
laterales y el piso de las fosas nasales. El palatino se compone de una porción horizontal y una vertical, que se unen en ángulo 
recto adoptando una forma muy semejante a la letra “L”. las láminas horizontales de ambos palatinos articulan por su borde 
medial (articulación inter-palatina) tal como si un hueso fuera reflejo del otro ante un espejo. La lámina horizontal forma la 
parte posterior del piso de las fosas nasales, la cual corresponde también al paladar óseo de la cavidad bucal. La articulación 
inter-palatina hacia las fosas nasales genera un relieve óseo denominado cresta nasal. 
a. Agujero palatino mayor: abertura inferior del canal del mismo nombre, se abre junto al borde lateral del paladar, 
justo detrás de la sutura palato-maxilar. 
b. Agujeros palatinos menores: normalmente dos a cada lado, se ubican detrás de los agujeros palatinos mayores. 
c. Rodete palatino: (torus palatino) relieve longitudinal inconstante que se observa en la línea media del paladar óseo 
d. Espina nasal posterior: se forma en el borde posterior libre del paladar óseo, que se proyecta hacia atrás en la línea 
media formada por la articulación inter-palatina. Sirve para inserción de del músculo ácigos de la úvula. 
 
II) Región esfenotemporal (esfenopetromastoidea): inmediatamente por detrás de la región palatonasal, las coanas marcan el límite 
entre ambas. Está formada por la porción del hueso temporal y de las alas mayores del esfenoides que participan en la construcción de 
la base del cráneo. Un límite virtual lateral estaría representado por los arcos cigomáticos. Esta región se extiende, en resumen, desde 
el borde posterior y libre del paladar hasta una línea topográfica trazada arbitrariamente por el borde anterior del agujero magno 
del occipital (foramen magno) que sigue por detrás del agujero yugular y que deja por fuera al hueso temporal.(9) 
Por arriba y detrás de la región palato nasal se ubican las coanas. Las coanas son dos espacios enmarcados por detalles óseos y divididos 
por el vómer. Las coanas comunican las fosas nasales con la nasofaringe. Pueden compararse con un closet de dos puertas las cuales se 
encuentran abiertas. Cada puerta está sujeta con bisagras al marco del closet en su pared lateral, por lo que se abren del centro hacia 
afuera. Al final la imagen que queda es un marco de cuatro lados con un tabique divisorio en el centro y dos puertas rebatidas. Los 
límites siguiendo la idea comparativa serían los siguientes: 
Marco superior: cuerpo del esfenoides. 
Marco inferior: borde posterior de la lámina horizontal de ambos palatinos. 
Tabique divisorio: borde posterior del vómer. 
Marcos laterales: borde posterior de la lámina medial de los procesos pterigoides derecho e izquierdo. 
Puertas del closet: lámina lateral de los procesos pterigoides derecho e izquierdo. 
Puede decirse que, si la abertura piriforme es “el marco de entrada” a las fosas nasales, entonces, las coanas son el “marco de 
salida”. 
3. Hueso esfenoides: se ubica en la porción media de la base del cráneo, entre el frontal y el etmoides por delante, y el occipital 
y temporales por detrás. Se puede rastrear el origen de su nombre en el vocablo griego “sfecós” que quiere decir murciélago. 
Autor: Dr. Reinaldo J. Palma G 
 
Al esfenoides se le compara por su forma con un murciélago, en el que se puede distinguir, un cuerpo cúbico central, de que 
emergen hacia cada lado dos láminas óseas irregulares en forma de alas, y se les denomina respectivamente alas mayores y 
alas menores en función de su tamaño. Otro detalle es que del cuerpo penden otras dos estructuras a modo de patas 
denominadas procesos pterigoides, completando así una silueta comparable al ya citado murciélago. 
La base del cráneo está organizada alrededor de un centro de resistencia, el cuerpo del esfenoides, en el cual confluyen tres 
engrosamientos óseos denominados contrafuertes (uno anterior o esfeno-frontal y dos posteriores, petroso y occipital) que dan 
solidez a esa gran lámina conocida como base, y que fue descrita como una “placa única” que divide el cráneo en “dos pisos”, 
tal cual lo hace la placa en una casa. 
 
El área del esfenoides que corresponde a la norma basal incluye la cara inferior del cuerpo, los procesos pterigoides y 
la cara exocraneana de las alas mayores. 
 
a. Cara inferior del cuerpo: constituye la porción más posterior del techo de las cavidades nasales y por ende el margen 
superior de las coanas. Aquí se ubica la cresta esfenoidal inferior, a la cual se articula el vómer, formando así la 
única esquindilésis del cuerpo. 
 
b. Procesos pterigoides: son dos láminas óseas que penden de la cara inferior del esfenoides. Cada proceso consta de 
dos láminas, una medial y otra lateral. El proceso pterigoides es comparable con un libro parcialmente abierto a la 
mitad, cuyo lomo está orientadohacia adelante. Entre ambas láminas (medial y lateral) se forma un espacio 
denominado fosa pterigoidea. Estos procesos son comparables con las patas del murciélago. 
c. Conducto pterigoideo: atraviesa los procesos pterigoides arriba, en su zona de implantación. Antes llamado conducto 
vidiano. 
d. Fosa escafoidea: depresión ósea en la cara medial de la lámina lateral del proceso pterigoides. 
e. Gancho del tensor del velo del paladar: fina eminencia ósea en la porción antero-inferior de la lámina medial del 
proceso pterigoides. 
f. Alas mayores: corresponde a la porción horizontal y exocraneana de las alas mayores. Parte de éstas conforman el 
techo de la fosa infratemporal. Por detrás y a los lados articulan con el temporal. 
g. Agujero oval: labrado por fuera del proceso pterigoides en el extremo posterior del ala mayor. 
h. Agujero espinoso: se ubica lateral y por detrás del agujero oval. 
 
4. Huesos temporales: corresponde la porción horizontal exocraneana que conforma la base. Aquí se incluyen la cara inferior de 
las tres porciones del hueso. 
a. Tubérculo articular: elevación transversal redondeada que se ubica en la porción escamosa, anterior a la fosa 
mandibular. También se le denomina raíz transversa del proceso cigomático. 
b. Fosa mandibular: también llamada cavidad glenoidea para la mandíbula, se ubica justo por detrás del tubérculo 
articular, es profundamente cóncava de adelante hacia atrás. Cuando la boca está cerrada contiene al proceso condilar 
de la mandíbula. 
c. Fisura tímpanoescamosa: recorre transversalmente la fosa mandibular, dividiéndola en un segmento anterior 
(articular) y un segmento posterior (no articular). A la parte más posterior de la fisura se le denomina fisura 
petrotimpánica, y es por donde emerge un importante fascículo nervioso, la cuerda del tímpano. 
d. Proceso estiloides: prolongación ósea larga situada por delante y medial al proceso mastoides. Está soldada a la 
porción petrosa, sin embargo, tiene un origen embriológico distinto. 
e. Agujero estilomastoideo: orificio ubicad por detrás del proceso estiloides y anterior al proceso mastoides. 
f. Agujero carotideo externo: orificio labrado en la cara inferior de la porción petrosa que da entrada al conducto 
carotideo. 
g. Conductillo timpánico: fino orificio, ubicado también en la porción petrosa, detrás del agujero carotideo externo. 
h. Fosa yugular: excavación ubicada detrás del agujero carotideo externo, producto de la presencia del bulbo superior 
de la vena yugular interna. 
i. Conductillo mastoideo: fino orifico en la fosa yugular para el ramo auricular del nervio vago. 
j. Escotadura mastoidea: excavación ubicada en la porción mastoidea medial y por detrás del proceso mastoides, 
destinada a inserciones del músculo digástrico. 
 
5. Hueso Occipital: representado únicamente por la cara exocraneal de la porción basilar. Justo por delante de la línea topográfica 
que divide la región esfenotemporal de la occipital. 
a. Tubérculo faríngeo: eminencia ósea impar, en la línea media, ubicada en la porción basilar, donde se ancla la fascia 
faríngea. A los lados se le ubican dos crestas en las que se insertan algunos músculos pre-vertebrales. 
Autor: Dr. Reinaldo J. Palma G 
 
 
III) Región occipital: corresponde con la mayor parte de la cara exocraneal del occipital, exceptuando la porción basilar la cual fue 
descrita antes y pertenece a la región esfenotemporal. El agujero yugular que se labra justo entre ambas regiones representa una especie 
de “limbo”. El agujero yugular es un orificio ubicado en la profundidad de la fosa yugular, entre el occipital y la porción petrosa del 
temporal. Éste queda dividido en dos partes, gracias a una banda de tejido conectivo y una eminencia ósea llamada proceso yugular. 
 
1. Hueso occipital: el hueso occipital representa un amplio porcentaje de la base del cráneo, y las caras exocraneales de las 
porciones laterales y la escama constituyen la región occipital de la norma basal. 
a. Agujero magno: orificio más grande de la base del cráneo, ubicado detrás de la porción basilar y circunscripto por 
las porciones laterales del occipital. Establece una comunicación entre el interior del cráneo y el canal vertebral o 
conducto raquídeo. El orificio es ovalado, más ancho por detrás que adelante, su diámetro antero-posterior supera al 
diámetro transversal. 
 
b. Cóndilo occipital: Es una eminencia ósea que se proyecta hacia abajo, de contorno ovalado y disposición oblicua, por 
lo que su borde anterior está más cerca del plano medio sagital. Muestra una importante convexidad, destinada a 
articular con la carilla articular superior de la masa lateral de la primera vértebra cervical (Atlas). El cóndilo en su cara 
medial es rugoso para inserciones ligamentosas. Se le encuentra uno a cada lado del foramen magno. 
c. Fosita condílea anterior: pequeña depresión ósea que se ubica justo por delante del cóndilo occipital. 
d. Agujero hipogloso: orificio que se abre en el fondo de la fosita condílea anterior. 
e. Fosa condílea: depresión de mayor tamaño que se ubica justo por detrás del cóndilo occipital. 
f. Agujero condíleo: orificio relativamente inconstante que se abre en el fondo de la fosa condílea. 
g. Escama: lámina ancha, aplanada y con forma de rombo, cuyo vértice posterior coincide con el punto lambda. 
h. Línea nucal superior: línea curva que se extiende lateralmente desde la protuberancia occipital externa hasta la 
apófisis mastoides. 
i. Línea nucal inferior: se ubica entre la línea nucal superior y el agujero magno, de trayecto irregular, relativamente 
curvo, se dirige anterior y lateral hacia la apófisis yugular. 
j. Protuberancia occipital externa: eminencia ósea ubicada en el centro de la cara exocraneal de la escama, en la línea 
media sagital, a nivel de la línea nucal superior. Se palpa con gran facilidad a través de la piel. 
k. Inión: es el punto más saliente de la protuberancia occipital externa. Se considera una referencia antropométrica. 
l. Cresta occipital: relieve que parte de la protuberancia occipital externa hacia abajo hasta el borde posterior del agujero 
magno. 
Siguiendo la idea del observador y la casa, tomando en cuenta que el sujeto se ha dado a la tarea de mirar con detenimiento cada una de 
las caras posibles que ofrece el edificio, incluso, imaginando que éste dio una paseo en helicóptero para sobrevolar el techo, el siguiente 
paso, y más lógico, correspondería, a la valoración del interior de la estructura. Para el estudio del interior del neurocráneo, debe llevarse 
a cabo un corte estandarizado para separar la base de la bóveda. Dicho corte se realiza a partir de un límite imaginario entre ambas, 
como ya se explicó anteriormente, representado por un plano transversal que pasa por la eminencia frontal media, y por detrás de la 
protuberancia occipital externa. La dirección del plano es oblicua de cefálico a caudal y de anterior a posterior. Durante la disección en 
el cadáver se acostumbra usar este plano como referencia para cortar los huesos del neurocráneo y acceder al encéfalo. Si se 
correspondiera el corte aplicado en el cráneo con el ejemplo de la casa, estaría representado por una sección completa del techo, el cual 
al ser retirado, permitiría observar desde arriba el suelo del primer piso, cuya analogía es la vista endocraneana de la base del cráneo. 
 
Configuración interna de la base del cráneo 
Como se dijo antes, para poder valorar la configuración interna o endocraneana de la base, es obligatorio cortar el cráneo y separar la 
bóveda para poder mirar desde arriba. En la base del cráneo, se distinguen tres regiones caracterizadas por tener diferentes niveles de 
profundidad, tal como, el mar se hace más profundo desde la orilla hacia el horizonte, así se comporta la base del cráneo de anterior a 
posterior respectivamente. Tomando en cuenta lo mencionado, dichasregiones reciben el nombre de fosas craneales. Las tres fosas 
son; anterior, media y posterior. Cada una está bien delimitada de la otra. Incluso, también resulta útil comparar la base con tres 
escalones, en donde, el escalón más alto corresponde a la fosa craneal anterior, y el escalón más bajo corresponde con la fosa craneal 
posterior. Las numerosas irregularidades de la base del cráneo permiten crear puntos de referencia óseos para el trazado de límites 
topográficos, reconociéndose así líneas divisorias entre una fosa y otra. 
Autor: Dr. Reinaldo J. Palma G 
 
Características generales de las paredes endocraneales 
La cavidad craneal contiene el encéfalo, las meninges craneales y los vasos sanguíneos del encéfalo. Las paredes están revestidas por 
una membrana fibrosa, que forma parte de la meninge más superficial denominada duramadre. Esta membrana pasa a través de 
numerosos orificios que se abren al exterior y se continúa con el periostio de la superficie externa del cráneo. Ambas membranas fibrosas 
se continúan con los ligamentos de las suturas del cráneo que ocupan los espacios inter-óseos. 
 
Límites de las fosas craneales 
 Limite anterior de la fosa craneal anterior: cara posterior de la porción vertical del hueso frontal. 
 Limite posterior de la fosa craneal anterior: línea topográfica que recorre casi transversalmente la base de lado a lado, 
pasando por el surco prequiasmático y el borde posterior de las alas menores del esfenoides incluyendo los procesos clinoides 
anteriores. 
 
 
 Limite anterior de la fosa craneal media: corresponde exactamente al límite posterior de la fosa craneal anterior. 
 Límite posterior de la fosa craneal media: línea topográfica que recorre casi transversalmente la base de lado a lado, pasando 
por el dorso de la silla turca, el borde superior de la porción petrosa del hueso temporal y el surco del seno transverso. 
 
 Límite anterior de la fosa craneal posterior: corresponde exactamente al límite posterior de la fosa craneal media. 
 Límite posterior de la fosa craneal posterior: porción inferior de la escama del occipital. 
 
A continuación, se describe la configuración interna de la base del cráneo, reseñando los huesos propios a cada una de las fosas, haciendo 
énfasis en la porción ósea específica que le pertenece; seguidamente se enumeran los distintos detalles que le conciernen a cada hueso 
y finalmente se arma el conjunto de partes que le conforman. Se insiste nuevamente en que un abordaje más pragmático para el estudio 
del cráneo debe excluir la descripción por separado o individual de cada hueso 
 
FOSA CRANEAL ANTERIOR: 
La fosa craneal anterior es la más cefálica de todas, se ubica por encima de las cavidades orbitarias y nasales. Está integrada por partes 
de los huesos; frontal, etmoides y esfenoides. 
1. Hueso frontal: ayuda a constituir el piso de la fosa y simultáneamente a la formación del techo de las cavidades orbitarias. 
También estructura la región anterior y lateral de la fosa. 
a. Cresta frontal: eminencia ósea en forma de arista aguda en el plano medio sagital que se alza desde el agujero ciego 
en la cara interna para que ahí se inserte la hoz del cerebro. Se continúa en la bóveda con el surco para el seno sagital 
superior. 
b. Agujero ciego: orificio ubicado entre la escotadura etmoidal y la cresta frontal que se abre a un conducto que termina 
ciego en un saco óseo. 
c. Escotadura etmoidal: se ubica en la línea media en el borde posterior de la lámina horizontal para que ahí articule 
recíprocamente el hueso etmoides. 
d. Eminencias orbitarias: son dos superficies convexas y mamelonadas, que se corresponden con el techo de la órbita, 
ubicadas a cada lado de la escotadura etmoidal. Están cubiertas por impresiones digitales, producto de las 
circunvoluciones del lóbulo frontal del cerebro. 
 
2. Hueso etmoides: el etmoides ya antes mencionado en la descripción de las fosas nasales y la norma frontal, es un hueso que 
se articula con el frontal y el esfenoides. Se ubica en la porción anterior en la línea media de la base. Es un hueso plano 
neumático como el resto de los del cráneo, sin embargo, al igual que el esfenoides es sumamente irregular. Ahora bien, su 
morfología se puede resumir en cuatro partes fundamentales: 
Lámina perpendicular: es una delgada tabla ósea vertical, en el plano medio sagital, la cual corresponde con el tabique nasal. 
Posee además un segmento intra-craneal denominado crista galli. 
Lámina horizontal: se le denomina lámina cribosa, debido a los numerosos orificios que la perforan. Forma parte del techo 
de las fosas nasales y permite comunicación entre estas y el interior del cráneo. La lámina cribosa se dispone horizontalmente 
Autor: Dr. Reinaldo J. Palma G 
 
y forma una estructura a manera de cruz en relación a la lámina perpendicular, la cual posee un segmento intracraneal (crista 
galli) y otro inferior (para el tabique nasal). 
Masas laterales: también llamados laberintos etmoidales son dos estructuras (una derecha y otra izquierda) suspendidas de 
los bordes laterales de la lámina cribosa. Forman parte de las paredes laterales de las fosas nasales. Cada masa lateral puede 
compararse con un paralelepípedo alargado en sentido antero-posterior, por lo que se le describen seis caras. Los laberintos 
etmoidales verdaderamente se interponen entre la cavidad orbitaria y la cavidad nasal. 
 
Conchas nasales superior y media: también llamados cornetes, son láminas óseas curvas que se proyectan como “toldos” 
que caen desde las masas laterales hacia la cavidad nasal. Entre los cornetes ambos nasales se limita un espacio denominado 
meato superior. 
Los siguientes detalles del etmoides pueden ser observados en la vista endocraneana de la base: 
a. Crista galli: elevación media en forma de cresta que se proyecta hacia arriba entre los dos hemisferios cerebrales. 
b. Lamina cribosa: a cada lado de la crista galli, forma parte del techo de las fosas nasales y esta perforada por 
numerosos y pequeños orificios. 
c. Borde posterior: para la articulación esfeno-etmoidal. 
 
3. Hueso esfenoides: completa el suelo de la fosa craneal anterior. En la vista endocraneana, se le pueden describir los siguientes 
detalles: 
a. Eminencia esfenoidal: ubicada en la cara superior del cuerpo. Es el techo de un espacio neumático; el seno esfenoidal. 
b. Surco prequiasmático: depresión situada entre los dos conductos ópticos. 
c. Cara endocraneal de las alas menores: lateralmente al cuerpo forman para del suelo de la fosa craneal anterior. Su 
borde posterior delimita dicha fosa. 
d. Proceso clinoides anterior: prolongación en la extremidad medial del ala menor, orientado hacia atrás. Uno derecho 
y otro izquierdo proporción lugar de inserción para la tienda del cerebelo. 
 
FOSA CRANEAL MEDIA 
Inmediatamente por detrás de la fosa craneal anterior, representa el centro de la base del cráneo. Es más profunda y extensa lateralmente 
que la fosa anterior. Pasar de una fosa a otra puede explicarse con un ejemplo muy simple; encogerse y caminar en la base del cráneo 
de anterior a posterior implica bajar dos escalones; el primero desde la fosa anterior a la media; y el segundo de la fosa media a la 
posterior. 
1. Hueso esfenoides: aquí el esfenoides sigue formando parte del suelo, solo que esta vez son otros los detalles óseos los que 
conforman dicho piso. Desde la cara superior del cuerpo hasta las alas mayores. 
a. Tubérculo de la silla: (tubérculo pituitario) pequeño tubérculo situado delante de la fosa hipofisaria. 
b. Fosa hipofisaria: (silla turca) depresión para el alojamiento de la hipófisis. El suelo de esta fosa también forma 
parte del seno esfenoidal. 
c. Dorso de la silla: borde superior de la pared posterior de la fosa hipofisaria. 
d. Conducto óptico: derecho e izquierdo, laterales al surco prequiasmático y el cuerpo. Comunican la fosa craneal 
media

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