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Libro Literatura Completo

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índice
Capítulo I
Literatura. Teoría Literaria. Géneros y Funciones de la Literatura JFiguras
literarias importantes. Literatura Griega. Épica. Los poemas Ho i 9 ‘
llíada y Odisea.
Capítulo II
Dramática. Tragedia. Esquilo: Orestíada. Sófocles: Edipo rey. Comedia.
Aristófanes: Las nubes. Literatura Latina. Virgilio: Eneida. La poesía 
Horacio. ' .
Capítulo III \ ■
Literatura Medieval. Dante Alighieri: Divina Comedia. Francesco Petrarca.
Cancionero. Literatura Moderna. Renacimiento. Barroco. Ilustración,
i William Shakespeare: Romeo y Julieta y Hamlet. El Clasicismo francés:
Corneille, Moliére, Racine. , . 3 2
Capítulo IV
Literatura del siglo XIX. El, Romanticismo: Goethe, Víctor Hugo 
y Poe. Poesía francesa del siglo XIX: Simbolismo y Parnasianismo.
El Realismo: Fedor Dostoievski: Crimen y castigo. Literatura del siglo 
XX Narrativa contemporánea. Franz Kafka: La metamorfosis. Ernest 
Hemingway: El viejo y el mar. 50 ^
Capítulo V
Literatura Española. Edad Media. Cantar de gesta anónimo: Poema de•
Mió Cid. Jorge Manrique: Coplas por la muerte de su padre. Siglo de 
Oro. Poesía del Renacimiento. Garcilaso de la Vega: "Égloga I”. 64
Capítulo VI '>
Siglo de Oro. Poesía del Renacimiento: Fray Luis de León. Narrativa 
Renacentista. Novela picaresca: La vida de Lazarillo de Tormes. Poesía 
Barroca. Luis de Góngora y Argote: Soledades. La poesía de Francisco 
de Quevedo. Q_
O í
Capítulo VII
Narrativa Barroca. Miguel de Cervantes Saavedra: El ingenioso hiddlgo 
don Quijote de La Mancha. Teatro del Siglo de Oro. Félix Lope de Vega: 
Fuenteovejuna. Pedro Calderón de la Barca: La vida es sueño. 102
Capítulo VIII
Siglos XVIII y XIX. El Neoclasicismo. Leandro Fernández de Moratín:
El sí de las nirias. Romanticismo. Gustavo Adolfo Bécquer: Rimas. 121
Capítulo IX
/
Siglo XX. Generación del 98: Miguel de Unamuno, Azorín, Antonio 
Machado, Pío Baroja y Ramón del Valle-lnclán. Juan Ramón 
Jiménez: Platero y yo. Generación del 27: Federico García Lorca: 
Romancero gitano y Bodas de sangre. La poesía de Pedro Salinas. 133
Capítulo Xé . 
Literatura Hispanoamericana. El Barroco Colonial: La poesía de Sor 
Juana Inés de la Cruz. El Romanticismo. Jorge Isaacs: María. El 
Modernismo. Rubén Darío: Azul y Prosas profanas. El Regionalismo. 
Rómulo Gallegos: Doña Bárbara. <155
Capítulo XI ! )
Nueva Narrativa Hispanoamericana. Miguel Ángel Asturias:
El señor Presidente. Jorge LUis Borges: Ficciones y El Aleph.
Gabriel García Márquez: El coronel no tiene quién le escriba y Cien 
años de soledad. 1 171
Capítulo XII
Poesía Contemporánea Hispanoamericana. Vicente Huidobro. Octavio 
Paz. Nicanor Parra. Ernesto Cardenal. Pablo Neruda-. Veinte poemas 
de amor y una canción desesperada. Residencia en la tierra. 183
Capítulo Xlíl
Literatura Peruana. Literatura Quechua: Ollantay. Literatura Colonial.
Los cronistas.lnca Garcilaso de la \/ega:Comentarios Reales de los 198 
Incas.
Capítulo XIV
Literatura de la Emancipación. Mariano Melgar: «Yaravíes». El 
Costumbrismo. Felipe Pardo y Aliaga: «Un viaje». Manuel Ascensio 219 
Segura: Ña Catita.
Capítulo XV
El Romanticismo Peruano. Carlos Augusto Salaverry: «¡Acuérdate 
de mí!» Ricardo Palma: Tradiciones peruanas. El Realismo. Manuel 
González Prada: Pájinas libres.
Capítulo XVI
El Modernismo. José Santos Chocano. Postmodernismo. José María 
Eguren. Abraham Valdelomar: «El Caballero Carmelo».
Capítulo XVII
El Vanguardismo. César Vallejo: Etapas de su poesía. El indigenismo. 
Ciro Alegría: El mundo es ancho y ajeno. José María Arguedas: Los 
ríos profundos.
Capítulo XVIII
Generación del 50, Narrativa. Julio Ramón Ribeyro: «Los gallinazos 
sin plumas». Poetas del 50. Narrativa Peruana Ultima. Mario Vargas 
Llosa: La ciudad y los perros. Alfredo Brycé Echenique: Un mundo 
para Julius.
Bibliografía , .
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252 .
234
264
282
* 298
CAPÍTULO I
L iteratura. T eoría L iteraria. G éneros y F unciones de la U teratu 
F iguras literarias importantes. L iteratura G riega. p»
Los poemas Homéricos: Ilíada y O disea.
LITERATURA
La palabra literatura es un derivado del término latino lítteratura, que s\g 
nificaba instrucción, saber relacionado con el arte de escribir y leer, o a 
gramática, alfabeto, instrucción, etc. Ésté, fue hasta el siglo XVIII, el con em 
y el concepto de lo que significaba literatura.
Después, el concepto de literatura se unificó y adquirió la forma que no­
sotros lo percibimos actualmente, ligado a las prácticas verbales. Sin embargo, 
es conveniente afirmar que los hechos que incluye este concepto, son hechos 
que cada sociedad en determinadas circunstancias reformula. La literatura, en­
tendida como un concepto abierto, incluye prácticas tan disímiles como el tes­
timonio o la crónica periodística, además de las novelas o poemas. Ejemplos: 
La Nueva crónica y buen gobierno de Felipe Guamán Poma de Ayala, los testi­
monios de Rigoberta Menchú, o la Autobiografía de Gregorio Condorí Mamani, 
las crónicas periodísticas de José Martí, Cíen años de soledad de Gabriel García 
Márquez, o Trílce de César Vallejo.
La literatura es gn hecho cultural, muy complejo, tan complejo como es
la misma comunicación humana. Funciona en el interior de un contexto
sociocultural. También se hace presente el proceso de la comunicación
notándose la coexistencia de autor, obra y receptor, que se relacionan entre sí
dentro de un sistema comunicativo. Incluye más elementos, como ouede oh«,r 
varse en el esquema: H cut} u°ser-
, 1) EMISOR (ES) 
(autores o creadores) 2) MENSAJE (significado de la obra)
5) CÓDIGO 
(lengua o idioma)
6) MEDIO O CANAL 
(escritura u oralidad)
3) RECEPTORES 
(oyentes o lectores)
1 0 C e n tr o P re u n iv e rs ita rio UNMSM
ESTUDIOS LITERARIOS
Para describir, explicar y valorar los textos literarios y los procesos cultu­
rales que los enmarcan, es necesario conocer la teoría, crítica e historia litera­
rias. . /• ’i
Teoría literaria
Nació en la Grecia antigua como parte de los sistemas filosóficos de 
Platón y Aristóteles. Este último escribió un tratado, denominado Poética, en el 
que elabora las primeras explicaciones sobre el fenómeno literario, aunque de­
bemos recordar que en esa época no existía el nombre de Literatura, ni el de 
Teoría literaria. Ambos nombres son de aparición muy posterior.
La teoría literaria, a través de un largo recorrido histórico, se ha convertido 
en la disciplina que estudia y trata de explicar los temas y problemas esencia­
les del arte literario. Por eso se dice que es la más filosófica y especulativa.
Pero, no busca decir cómo debe ser la. literatura (aunque en algunas 
etapas de su historia tuvo esa tentación), sino cómo es la literatura. También 
estudia las características de la creación artística, propone modelos explicati­
vos de la producción, recepción y circulación de la obra. Además, acude al 
auxilio de disciplinas que le ayuden a entender la Literatura en todas sus dimen­
siones (Estética, Filosofía, Psicología, Lingüística, Sociología, etc.).
Crítica literaria
Enjuicia y valora las obras literarias. Para realizar su labor de enjuicia­
miento, el crítico analiza las obras literarias utilizando métodos apropiados según 
la naturaleza artística de éstas.
Historia literaria
Da cuenta de la evolución, interrelación o eventual desaparición de las 
literaturas en el mundo, aunque puedan conservarse y apreciarse textos y obras 
de ellas, como ocurre con las antiguas literaturas griega y latina, que correspon­
den a sociedades y culturas ya extinguidas. La historia universal de la literatura 
está, pues, obligada a conocer la génesis y las relaciones entre todas las litera­
turas de todas las épocas y regiones del mundo. Pero ésta es más una aspira­
ción que una realidad. Además de esta historia de alcance universal, existen 
historias más específicas y concretas que estudian, por ejemplo, el proceso de 
la literatura española, de la literatura rusa, alemana, etc., desde sus orígenes 
hasta la actualidad, pasando por determinadas etapas. También puedenhacer­
se historias que sigan la evolución de movimientos,literarios específicos (por 
ejemplo: historia del Romanticismo europeo o historia del Modernismo hispano- 
n«r-nr'oan° i° i la hlstoria de un 9ér<ero o especie literarios (Historia de la novela
peruana o del cuento argentino, etc.).
L iteratura ' 11* %
LOS GÉNEROS LITERARIOS
Son formas institucionalizadas que agrupan a las obras por sus caracte­
res comunes. Son categorías que se emplean para sistematizar la multiplicidad 
de obras. Sus lineamientos fueron diseñados por los tratadistas Aristóteles y 
Horacio. Desde Aristóteles hasta el siglo XVIII, la clasificación de las obras 
literarias se hizo con criterio regulador y dogmático.
Tradicionalmente se distinguen tres géneros: épico, dramático y lírico.
a) Género Épico: Se caracteriza por ser esencialmente narrativo, por la 
alusión al tiempo pasado (cuenta algo que ya fue) y por la objetividad 
por la cual el autor crea la ilusión de la impersonalidad. En la épica las 
narraciones se alternan con descripciones de lugares y objetos, o 
también retratos de personajes. Ejemplos: llíada y Odisea, de Homero; 
Los Comentarios Reales de los Incas, del Inca Garcilaso de la Vega; 
El mundo es ancho y ajeno, de Ciro Alegría.
b) Género Dramático: Es la representación de acciones a través del 
diálogo y movimiento de los personajes. La obra dramática está con­
cebida y dispuesta para su representación teatral. Ejemplos: Edipo 
rey, de Sófocles; Otelo, de William Shakespeare; El fabricante de 
deudas, de Sebastián Salazar Bondy; Collacocha, de Enrique Solari 
Swayne.
C) Género Lírico: Expresa la emoción personal. El autor se manifiesta 
desde su mundo interior, lo que hace a este género el más subjetivo y 
personal. Ejemplos: Coplas por la muerte de su padre, de Jorge 
Manrique; las Églogas, de Garcilaso de la Vega; Trilce, de César 
Vallejo; Reinos, de Jorge Eduardo Eielson.
FUNCIONES DE LA LITERATURA
Las funciones de la literatura han ido variando, dependiendo de los gustos 
de la época y de la sociedad. Pero siempre se ha mantenido como principal 
función de la literatura la estética (produce emoción y placer estético en el 
ejercicio de la lectura). También son funciones de la literatura la recreativa (re­
crea y divierte), la pedagógica (enseña y transmite valores), entre otras.
FIGURAS LITERARIAS IMPORTANTES
l* *
Son recursos estilísticos utilizados por el escritor para recrear e intensifi­
car el lenguaje, buscando un efecto figurado. Las principales son:
1) Metáfora - Es el más importante de los tropos. Consiste en cambiar el
sentido de una palabra por otra que aluden indirectamente a ella (sentido
figurado). Hay dos tipos de metáfora:
a) La metáfora que establece la relación donde “a está en vez de b , 
vale decir "a" sustituye a “b”. Ejemplos: -
- Las perlas de tu boca, ("perlas" sustituye a "dientes )
- El invierno de la vida, ("invierno" sustituye a vejez )
- El lamento de la paloma, .("paloma" sustituye a "mujer")
b) Metáfora cuya fórmula es “a" es "b“. Ejemplos:
- Las piedras son rosas.
- El sol es un tranvía.
Anáfora.-Consiste en repetir una o más palabras ál principio de cada 
verso u oración. Ejemplos:
- Cuán expresivo es el hombre. Cuán elevada su razón.
-Temprano levantó la muerte el vuelo, 
temprano madrugó la madrugada. (Miguel Hernández)
Epíteto.- Es el adjetivo o participio cuyo fin principal no es determinar o 
especificar, sino caracterizar. Usualmente se antepone al sustantivo. Ejem­
plos:
- Aquiles, el de los pies ligeros. (llíada)
- Odiseo, diestro en ardides. (Odisea)
-Atenea, la deidad de ojos de lechuza. (Odisea) <
Hipérbaton - Es la alteración del orden sintáctico normal en la oración. 
Ejemplos:
- Volverán las oscuras golondrinas
de tu balcón sus nidos a colgar. (Bécquer)
Por: Las golondrinas oscuras volverán a colgar sus nidos de tu balcón.
- Marchitará la rosa el viento helado: (Garcilaso de la Vega)
Por: El viento helado marchitará la rosa.
Hipérbole.- Es la exageración aumentando o disminuyendo excesiva­
mente aquello de lo que se habla. Ejemplos:
- Oh, más dura que mármol a mis quejas (Garcilaso)
- Érase un naricísimo infinito (Quevedo)
- Hace un siglo que no te veía
C e n tro P re u n iv e rs ita r io UNMSM
L iteratura 13
LITERATURA UNIVERSAL ' 
Literatura griega » -
La literatura griega de la Antigüedad ha ejercido una extraordinaria in­
fluencia en la literatura occidental. Su carácter formativo en la tradición literaria 
hace de ésta una suerte de derivado. La literatura griega antigua es la única 
literatura europea cuyas formas se han originado en sus propias instituciones 
sociales y culturales. La literatura latina y, a través de ella la literatura de Occi­
dente, no son más que literaturas derivadas de la literatura griega.
La épica, la lírica, la dramática, la prosa histórica y filosófica, la prosa 
retórica, etc., debido a su calidad formal y a su alto contenido problemático, 
acerca de temas fundamentales de la existencia humana individual y social, se 
han convertido en verdaderos modelos que han sido imitados, combatidos, 
retomados, refundidos. En cualquier caso, las discusiones acerca de la literatu­
ra, inevitablemente tienen que ver con lo que hicieron y discutieron los antiguos 
escritores y teóricos de Grecia.
Épica griega
Dentro de la amplia producción de esta literatura destacan dos textos 
primitivos, compuestos alrededor de los siglos IX y VIII a. C. y atribuidos a un 
solo poeta: Homero. Se trata de la llíada y la Odisea; ambas son epopeyas 
heroicas compuestas para oyentes, no para lectores. Su objetivo es elogiar una 
Edad Heroica (entre los siglos XIII y XI a. C.) correspondiente a las proezas 
bélicas de héroes ya desaparecidos y conservados en la memoria de la tradi­
ción épica. Tales hazañas se difunden a manera de modelo para los hombres de 
otras épocas. En la Grecia Antigua, los poetas orales -como Homero- invoca­
ban a la diosa de la Poesía Épica (Clíó), para iniciar el sagrado ritual de la 
recitación I
HOMERO
Poeta que pertenece a la época de formación de la literatura griega. 
Según la tradición, Homero vivió hacia el siglo VIII a. G, en una época en que 
la poesía se transmitía de manera oral. La llíada y la Od/seafueron compuestas 
recogiendo los relatos que antiguos poetas (aedos y rapsodas) recitaban por 
todo Grecia celebrando la época heroica de la guerra de Troya y otros mitos.
Las epopeyas homéricas
La llíada y la Odisea son las dos grandes epopeyas de la Antigüedad 
Clásica, y tienen como fondo común la guerra de Troya, pertenecen a un mundo ■ 
aristocrático y señorial que tiene! su ideal en el pasado.
14
C e n tr o P r e u n iv e r s it a r io UNMSM 
dan un cuadro ideal, pero fiel de la vida
morales de raza privilegiada.
Los dioses intervienen en la vida de los hombres y determinan el curso de 
la existencia. El hombre es prisionero de su destino y éste se encuentra some­
tido a la voluntad de los dioses.
ILÍADA " ■ ■ .%
El mito de la manzana de la discordia
Los mitos anteriores a la llíada referían que en el banquete celebrado 
para festejar las bodas de la nereida Tetis con Peleo, la Discordia arrojó una 
manzana con la siguiente inscripción: “Para la más hermosa”. Las principales 
diosas, Hera, Afrodita y Atenea se disputaron la primacía de belleza y eligieron < 
como juez a París, el más hermoso de los hombres, hijo de Príamo, rey de 
Troya.
Las diosas descendieron del Olimpo en busca de París. Hera, la casta y 
majestuosa esposa de Zeus, ofreció a Paris hacerlo el más poderoso entre los 
hombres. Atenea, diosa de la sabiduría, lo tentó con los dones de la inteligencia. 
Afrodita, la diosa del amor le prometió encender ía pasión de la más bella de las 
mujeres. Paris decidióentregar la manzana a Afrodita; luego, guiado por la diosa 
raptó a Helena, esposa de Menelao, rey de Esparta, y la condujo a Troya en una 
nave de velas rosáceas que impulsaba fa propia Afrodita. Agamenón, rey de 
Micenas y hermano de Menelao, llamó a sus huestes y decidiópartir en guerra 
contra Troya.-
Argumento: Se podría resumir en la cólera de Aquiles, protagonista cen­
tral de esta epopeya. Este héroe, de origen semidivino, riñe con su jefe Agamenón, 
quien dispone que la hermosa Briseida, prisionera de Aquiles, pase a su poder. 
La cólera de Aquiles por este hecho que considera injusto lo impulsa a abando­
nar el campo de batalla, lo cual genera terribles pérdidas. Estamos en el décimo 
año de una cruenta guerra contra Ilion (Troya). Pese a los.ruegos de los amigos, 
Aquiles persiste en su actitud excediéndose de lo razonable. Patroclo, amigo 
de Aquiles, le solicita autorización para ayudar a sus amigos griegos (aqueos) y 
sale a combatir con las armas de Aquiles. Héctor, héroe máximo de los troyanos 
(teucros), da muerte a Patroclo, hecho que hiere profundamente a Aquiles y lo 
motiva a volver a combatir con el único deseo de vengarse de Héctor. Pese a los 
consejos de sus padres, Príamo y Hécuba, Héctor se enfrenta a Aquiles y es 
derrotado. Aquiles arrastra el cuerpo de Héctor pretendiendo mutilarlo, con lo 
cual atenta contra las normas heroicas. El padre de Héctor suplica a Aquiles, 
quien se apiada, recordando a su propio padre, y entrega el cadáver para la 
ceremonia fúnebre. Dentro de las acciones hay una constante intervención de 
divinidades olímpicas, divididas según los bandos en pugna.
Tema principal: La cólera de Aquiles y sus funestas consecuéncias 
para el ejército aqueo.
Otros temas: La guerra y sus consecuencias nefastas para los pueblos.
La mortalidad del horiibre, instrumento de los dioses y el amor a la patria.
Género: Épico.
Especie: Epopeya.
Composición: Veinticuatro rapsodias, escritas en hexámetros. La figura 
literaria que destaca es el epíteto.
Personajes principales:
Griegos. Menelao, Aquiles, Agamenón, Néstor, Odiseo, Áyax, Patroclo, • 
Helena.
Troyanosr. Paris, Héctor, Príamo, Eneas, Sarpedón.
v ' - ;
. Dioses: Hera, Atenea, Poseidón y otros que Simpatizan con los griegos; 
Apolo, Arternis y Afrodita, con los troyanos.
Comentario: Homeró presenta el destino de Troya ligado al destino de 
Héctor, debido a esto, la muerte del héroe da por supuesta la destrucción de 
Troya, acontecimiento que no se narra, pues ya no es necesario hacerlo debido 
a la identificación de la ciudad con Héctor. A su vez, Troya y Aquiles aparecen 
signados con un destino trágico; Héctor, por su parte, también es arrastrado por 
el destino. Dentro de una atmósfera permanente de tono heroico, la llíada se 
concentra en las proezas humanas de seres envueltos en destinos inevitables.
Para Homero la vida humana es una lucha constante por medio de la cual 
el sujeto alcanza su mayor dignidad. Los horrores de la guerra son expuestos 
e involucrados en grandes acciones. La conciencia de la muerte próxima e 
inevitable contribuye al tono trágico de la obra.
ILÍADA
CANTO PRIMERO
La peste y la Cólera
Canta, ¡oh Diosa!, la cólera del Pélida Aquiles; cólera funesta que causó 
infinitos males a los aqueos y precipitó al Hades muchas almas valerosas de 
héroes, a quienes hizo presa de perros y pasto de aves -cumplíase la voluntad 
de Zeus- desde que se separaron disputando el Átrida, rey de hombres, y el 
divino Aquiles.
¿Cuál de los dioses promovió entre ellos la contienda para que pelearan? 
-El hijo de Zeus y de Leto. Airado con el rey, suscitó en el ejército maligna 
peste, y los hombres perecían por el ultraje que el Átrida infiriera al sacerdote 
Crises. Éste, deseando redimir a su hija, habíase presentado en las veleras
L iteratura • 1 5
naves aqueas con un inmenso rescate y las ínfulas del fle_c^ , d° r aaíieos! y 
hiere de lejos, que pendían de áureo cetro, en la mano, y e.,nijeaba‘ 
particularmente a los dos Átridas, caudillos de pueblos, asi
“¡Atridas y demás aqueos de hermosas grebasl Los dioses, que poseen 
Olímpicos palacios, Os permitan destruir la ciudad de Príamo y regresa 
mente a la patria. Poned en libertad a mi hija y recibid el rescate, veneran o 
hijo de Zeus, al flechador Apolo, el que hiere de lejos”.
Todos los aqueos aprobaron a voces que se respetase al sacerdote y se 
admitiera el espléndido rescate: mas el Átrida Agamenón, a quien no plugo al 
acuerdo, le mandó en horamala con amenazador lenguaje:
“Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya por­
que demores tu partida, ya porque vuelvas luego; pues quizá no te valgan el 
cetro y las ínfulas del dios. A aquella no la soltaré; antes le sobrevendrá la vejez 
, en mi casa, en Argos, lejos de su patria, trabajando en el telar y compartiendo 
mi lecho. Pero vete; no mejrrites, para que puedas irte sano y salvo”.
Así dijo. El anciano sintió temor y obedeció el mandato. Sin desplegar los 
labios, fuese por la orilla del estruendoso mar; y en tanto se alejaba, dirigía 
muchos ruegos al soberano Apolo, hijo de Leto, la de hermosa cabellera:
“¡Óyeme, tú que llevas arco de plata, proteges a Crisa y a la divina Cila, e 
imperas en Ténedo poderosamente! ¡Oh Esminteo! Si alguna vez adorné tu 
gracioso templo o quemó en tu honor pingües muslos de toros o de cabras, 
cúmpleme este voto: ¡Paguen los dáñaos mis lágrimas con tus flechas!”.
Tal fue su plegaria. Oyóla Febo Apolo, e irritado en su corazón, descendió 
de las cumbres del Olimpo con el arco y el cerrado carcaj en los hombros; las 
saetas resonaron sobre la espalda del enojado dios, cuando comenzó a mover­
se. Iba parecido a la ñoche. Sentóse lejos de las naves, tiró una flecha, y el arco 
de plata dio un terrible chasquido. Al principio el dios disparaba contra los mulos 
y los ágiles perros; mas luego dirigió sus mortíferas saetas a los hombres, y 
ardían piras de cadáveres, muchas continuas.
Durante nueve días volaron por el ejército las flechas del dios. En el déci­
mo, Aquiles convocó al pueblo a junta: se lo puso en el corazón Hera, la diosa 
de los brazos de nieve, que se interesaba por los dáñaos, a quienes veía morir 
Acudieron éstos y, una vez reunidos, Aquiles, el de los pies ligeros, se levantó y
“¡Átrida! Creo que tendremos que volver atrás, yendo otra vez errantes si 
escapamos de la muerte; pues si no, la guerra y la peste unidas acabarán con 
los aqueos. Mas. ea. consultemos aun adivino, sacerdote o intérprete de sue-
® SUen° 5'0cecle de Zeus“ Para due nos diga por qué se irritó 
quemando e n t u ^ S f qUe'° S° m0liv0 d6al9ún voto o hecatombe, y si
V S Z S X Z S Z S S F "de corderos y de “ b~ es~ « w *
C e n t r o P re u n iv e rs ita r io UNMSM
16
f\
*
r
ODISEA ' •
Argumento . , i
La epopeya gira en torno al regreso de Odlseo a Ítaca, su ciudad natal, al 
término de la guerra con Troya, con el propósito de reencontrarse con su familia.
En la isla de Ogigia, la hermosa diosa Calipso retiene a su bienamado 
Odiseo, rey de ítaca. Ya han pasado siete años desde que viven juntos, pero el 
griego siempre está pensando en ver a su esposa Penélope y a su hijo Telémaco, 
después de veinte años de ausencia. Telémaco ha salido de su patria en busca 
de noticias de su padre; visita primero a Néstor, luego a Menelao. Palas Atenea 
aconseja al muchacho regresar inmediatamente a ítaca. Lo que sucede es que 
Odiseo ya no está en Ogigia, pues Calipso no ha tenido más remedio que asu­
mir lo que aconsejó Atenea, enviada por Zeus, liberar al héroe.
Odiseo parte en un barco que le ha proporcionado la enamorada Calipso. 
Estando en dirección a ítaca, Poseidón hace que naufrague en la isla de los 
feacios. Es bien recibido por el rey Alcinoo y su hija Nausicaa que le ofrecen 
hospedaje. En el banquete que convidan, un ingenioso aeda relata el final de la 
guerra de Troya y el suceso con el caballo de madera. Odiseo se emociona al 
escuchar sus propias acciones y las lágrimas que derrama lo ponen en la nece­
sidad de descubrir su identidad, entonces Alcinoo le pide que le narre las aven­
turas que pasó antes de llegar a su reino.
Odiseo los tiene maravillados con sus narraciones: en el país de los 
lotófagos los que comen la flor del loto olvidan a su patria; el encuentro y engañoal cíclope, el feroz Pollfemo; la estadía con Circe, la hechicera que convertía en 
cerdos a sus hombres; los horribles monstruos marinos Escila y Caribdis; los 
engañosos cantos de las sirenas en que Odiseo hace un alarde de su astucia; 
la mansión de los muertos y el reencuentro con su madre. Con la ayuda del rey 
Alcinoo, Odiseo llega a Ítaca. Atenea lo transforma en un mendigo para que 
nadie sospeche de quién se trata y él pueda saber quiénes se mantienen fiel a 
su mandato. Con gran emoción se encuentra con su hijo Telémaco, ambos 
planean acabar con los pretendientes de Penélope quienes la solicitan constan­
temente. Ella no sabe cómo evadirlos pues descubrieron que destejía en las 
noches lo que avanzaba durante el día y entonces promete gue se casará con 
quien logre tensar con firmeza el arco y atraviese doce anillos.
En la prueba ninguno puede tirar la flecha siquiera y sólo el mendigo 
extranjero Odiseo logra hacerlo. Con ayuda de su hijo se enfrenta a los preten­
dientes, descubriéndoles su identidad. Penélope ha huido a sus aposentos, y 
ella a diferencia de la nodriza Euriclea y de Argos, el fiel perro, no reconoce a su 
esposo hasta que él le da una prueba irrefutable: conoce el tallado del lecho en 
que se acostaron al desposarse. Entonces hay un reencuentro feliz en el que 
Penélope sabe compensar las fatigas del héroe.
Género: Épico.
L iter a tu r a 17
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C e n tr o P re u n iv e rs ita r io UNMSM
Especio: Epopeya.
Temas: El retorno de Odlseo. El amor a la familia y a la patria.
Composición: Veinticuatro cantos o rapsodas, escritos en hexámetros.
Personajes principales: Odiseo, Telómaco, Penólope, ios 
tes, el ciclope Polifemo, la hechicera Circe y los dioses Atenea,
Poseidón.
Comentarlo: En esta epopeya homérica prevalece el mérito de la astu­
cia e ingenio del héroe. Su inteligencia aparece protegida por Atenea, losa 
orgullosa de sus atributos intelectuales. Odiseo triunfa en una edad en que a 
inteligencia superior es más útil que la fuerza para lograr sobrevivir. Para Homero, 
en esta obra, la vida es un viaje difícil cuyos peligros son necesarios afrontar 
para realizar el destino personal.
ODISEA
RAPSODIA I
Concilio de los dioses. Exhortación de Atenea a Telómaco I •
Háblame, Musa, de aquel varón de multiforme ingenio que, después des­
truir la sacra ciudad de Troya, anduvo peregrinando larguísimo tiempo, vio las 
poblaciones y conoció las costumbres de muchos hombres y padeció en su 
ánimo gran número de trabajos en su navegación por el ponto, en cuanto procu­
raba salvar su vida y la vuelta de sus compañeros a la patria. Más ni aún así 
pudo librarlo, como deseaba, y todos perecieron por sus propias locuras. ¡Insen­
satos! Comiéronse las vacas del Sol, hijo de Hiperión; el cual no permitió que les 
llegara el día del regreso. ¡Oh, Diosa, hija de Zeus!, cuéntanos aunque no sea 
más que una parte de tales cosas.
Ya en aquel tiempo los que habían podido escapar de una muerte horroro­
sa estaban en sus hogares, salvos de los peligros de la guerra y del mar; y 
solamente Odiseo, que tan gran necesidad sentía de restituirse a su patria y ver 
a su consorte, hallábase detenido en hueca gruta por Calipso, la ninfa veneranda, 
la divina entre las deidades, que anhelaba tomarlo por esposo. Con el transcur­
so de los años, llegó por fin la época en que los dioses habían decretado que 
volviese a su patria, a ítaca, aunque no por eso debía poner fin a sus trabajos, ni 
siquiera después de juntarse con los suyos. Y todos los dioses le compade­
cían, a excepción de Poseidón, que permaneció constantemente irritado contra
el divinal Odiseo hasta que el héroe no arribó a su tierra.
i
Mas entonces habíase ido aquel al lejano pueblo de los Etíopes -los 
cuales son los postreros de los hombres y forman dos grupos, que habitan 
respectivamente hacia el ocaso y hacia el orto de Hiperión- para asistir a una 
eca om o do toros y corderos. Mientras que aquél se deleitaba presenciando
fnJüi I con9re9áronse 'as otras deidades en el palacio de Zeus Olímpico. Y
primero en hablar el padre de los hombres y de los dioses, porque en su
III ::: lÜ Í!N««I:: ::::::::::::::: ;;; ::: :::...::: ... ::: ..LITFRATI IRA -4 Qk .1 I u u n i III ÍÍÍ::sr:::»s :=Í::::::Ü! I V?
ánimo tenía presente,al ilustre Egisto, a quien dio muerte el preclaro Orestes 
Agamenónida.
Acordándose de él, Zeus dijo a los inmotales estas palabras:
- ¡Oh, dioses! ¡De qué modo culpan los mortales a los númedes! Dicen 
que las cosas malas les vienen de nosotros, y son ellos quienes se atraen con 
sus locuras infortunios no decretados por el destino. Así ocurrió con Egisto que, 
oponiéndose a la voluntad del hado, casó con la mujer legítima del Átrida, y 
mató a éste cuando tornaba a su patria, no obstante que supo la terrible muerte 
que padecería lüégo. Nosotros mismos le habíamos enviado a Hermes, el vigi­
lante Argifontes, con el fin de advertirle que no matase a aquél, ni pretendiera su 
esposa; piies Orestes Átrida, tendría que tomar venganza no bien llegara a la 
juventud y sintióse el deseo de volver a su tierra. Así se lo declaró Hermes; mas 
no logró persuadirlo, con ser tan excelente el consejo, y ahora Egisto lo ha 
pagado todo junto.
Respondióle Atenea, la deidad de ojos de lechuza:
- ¡Padre Nuestro, Crónida, el más excelso de los que imperan! Aquél 
yace en la tumba por haber padecido una muerte muy justificada. ¡Así perezca 
quien obre de semejante modo! Pero se me parte el corazón a causa del pruden­
te y desgraciado Odiseo que, mucho tiempo ha, padece penas lejos de los 
suyos, en una isla azotada por las olas, en el centro del mar; isla poblada de 
árboles, en la cual tiene su mansión una diosa, la hija del terrible Atlante, de 
aquel que conoce todas las profundidades del ponto y sostiene las grandes 
columnas que separan la tierra y el cielo. La hija de este Dios retiene al infortu­
nado y afligido Odiseo, no cejando en su propósito de embelesarle con tiernas y 
seductoras palabras para que olvide ítaca; mas Odiseo, que está deseoso de 
ver el humo de su país natal, ya de morir siente anhelos. Y a ti, Zeus Olímpico,¿no 
se te conmueve el corazón? ¿No te era grato Odiseo cuando sacrificaba junto a 
las naves de los argivos? ¿Por qué así te has airado contra él, oh Zeus?
Contestóle Zeus, que amontona las nubes:
1
- ¡ Hija mía! ¡Qué palabras se te escaparon del cerco de los dientes! ¿Cómo 
quieres que ponga en olvido al divino Odiseo, que por su inteligencia se señala 
sobre los demás mortales y siempre ofreció muchos sacrificios a los inmortales 
dioses que' poseen el anchuroso cielo? Pero Poseidón, que ciñe la tierra, le 
guarda vivo y constante rencor porque cegó al cíclope, al diforme Pólifemo, que 
es el más fuerte de todos los cíclopes y nació de la ninfa Toosa, hija de Forcis, 
que impera en el mar estéril, después que ésta se unió con Poseidón en honda 
cueva. Desde entonces Poseidón, que sacude la tierra, si bien no intenta matar 
a Odiseo, hace que vaya errante lejos de su patria. Más, ¡ea!, tratemos todos 
nosotros de la vuelta del mismo y del modo como haya de llegar a su patria; y 
Poseidón depondrá la cólera, que no le fuera posible contender, solo y contra la 
voluntad de los dioses, con los inmortales todos.
CAPÍTULO»
Dramática. Tragedia. E squ ilo : Orestíada .
S ófoc les : Edipo rey. Comedia. A r is tó fa n e s . L a s nubes .
L ite ra tu ra Latina. V irg ilio : E neida. La poesía de H o ra c io .
' •
DRAMÁTICA «
LA TRAGEDIA GRIEGA
La tragedia surgió de los ditirambos, cantos corales para honrara Dionisos
o Baco constituidos, en cuanto a la forma, al modo de la antigua lírica cora . o 
se sabe cuándo empezó a destacarse del grupo coral un solista, director o 
corifeo, para contestaren forma épica o lírica; pero cuando esto ocurrió, apare­
ció por primera vez el actor, cuya designación griega significa precisamente «el 
que responde». Los componentes del coro que cantaban las odas rituales 
dionisíacas aparecían vestidos de sátiros.I #
Por mucho tiempo se creyóerróneamente que éstos eran algo así como 
unos machos cabríos. Las más antiguas imágenes que poseemos nos los pre­
sentan como unos seres híbridos, de largo y abundante pelo, con cola de caba­
llo; que pueden interpretarse como genios de la vegetación y, en sentido figura­
do, podían llamarse machos cabríos. El canto que los sátiros realizaban se 
llamaba tragedia, nombre que puede significar «canto de los machos cabríos» u 
«oda en torno a un macho cabrío», animal ofrecido como premio a la represen­
tación dionisíaca, la cual era de carácter agonal (agón - lucha).
Tiene importancia el uso del disfraz, que aparece en muchos pueblos 
primitivos como un escudo protector contra el poder de los demonios, represen­
tados en los ritos, o como máscara mágica para indicar la identidad de los 
participantes con los dioses.
El uso de la máscara persistió mientras hubo ditirambos trágicos en loor 
de Diomsos y se representaron tragedias. La función del coro no consistía en
partfci^o eniat̂ a m ^ ^ t e edton^iara>yM)laenfradon^SC» ra *>or(íue *1al3ía
ficación de un héroe. EI fenómeno dejó p r L o d e ^ í 5 E 5 2 2 Í
nes de Dionisos y de su séquito; a los actores y al coro se les abrió el inagota­
ble tesoro de todo el mundo mítico-heroico.
Los coreutas (integrantes del coro trágico), a su vez, se convertían en 
copartícipes o, al menos, en testigos de la suerte del héroe. Ello significa que 
del antiguo ditirambo dionisíaco, tronco del nuevo género literario, parten dos 
ramas: la tragedia propiamente dicha, con una leyenda heroica como téma, y el 
drama satírico, con la gozosa representación de un acontecimiento relacionado 
con los temas del crecimiento y de la vegetación.
En la ejecución de estas representaciones se alternaban partes recita­
das y partes cantadas. Las partes cantadas recaían en el coro, pero algunas 
veces, de acuerdo con la situación dramática, los actores y el coro juntaban las 
voces para cantar en común. En ocasiones, se señalaba al actor un área deter­
minada. Un flautista, adornado con una guirnalda, acompañaba al coro y al 
solista. El poeta trágico debía componer las melodías, el texto, la coreografía y 
dirigir el conjunto. En muchos casos entraba también en escena.
En el año 472 a. C. se inauguró en Atenas un teatro dedicado a Dionisos. 
Estaba adosado a la pendiente sudeste de'la Acrópolis. Sus gradas, en parte 
talladas en la roca, fueron dispuestas en forma semicircular en torno de la or­
questa, espacio limitado por un sencillo edificio del fondo (la escena) y por la 
primera grada. El culto de la tragedia excluía de la representación a las mujeres. 
Los papeles femeninos eran interpretados por hombres.
/ . ■ •
La catarsis (purificación) era el motivo que justificaba esta representación 
de lo trágico. Según Aristóteles (Poética), la catarsis es una purificación de, o 
mediante, la compasión y el miedo. Se entiende también como catarsis a la 
purificación de las pasiones humanas mediante la emoción estética.
Las representaciones tenían, aproxidamente, la siguiente apariencia: unos 
enmascarados, con disfraces estilizados y de colores chillones, sin la menor 
pretensión de realismo, gesticulan parca, pero enérgicamente al compás del 
ritmo del verso, y danzan ellos solos o justamente con el coro; se trata de una 
ceremonia litúrgica, de un variado y ondulante misterio, que a veces estalla en 
gritos de dolor, en ayes patéticos. Presidía la ceremonia el sacerdote de Dionisos, 
con pinturas de color rojo y ocupando el sitial de honor.
Las representaciones teatrales se celebraban dos veces al año: en las 
grandes dionisíacas, o urbanas, que se celebraban en Atenas durante la prima­
vera (marzo-abril), y en las dionisíacas rurales, o leneas, a principios de año. En 
las leneas se representaban sólo comedias; en las grandes dionisíacas se re­
presentaba tres tragedias en cada uno de jos tres.días que duraban, seguidas 
siempre de un drama satírico. Los grandes gastos que exigía la escenificación 
corrían a cargo dé ciudadanos ricos (coregas), y eran considerados como una 
prestación honorífica, una liturgia, pues tales ceremonias no podían ser objeto 
de negocio.
L ite r a tu r a * . . 21
2 2 C e n t r o P re u n iv e rs ita r io UNMSM
Progresivamente la tragedia fue incorporando la concepción fatalista de a 
vida, implícita en la religión griega. La noción de destino inevitable al que el 
héroe debe enfrentar sabiendo que habrá de sucumbir catastróficamente o que 
tiene muy pocas probabilidades de sobrevivir, es fundamental en la tragedia. La 
idea de destino supone que el héroe debe estar a la altura del conflicto que se 
plantea, portal razón el carácter del héroe adquiere singular importancia, pues 
es lo que lo impulsa a actuar y luchar. Es en esta lucha que el hombre adquiere 
dignidad y grandeza. El héroe de la tragedia griega siempre era un noble. Según 
Aristóteles, la tragedia griega es mimesis (copia, representación). En la trage­
dia griega el terror no se muestra, se sugiere.
Los tres grandes dramaturgos trágicos de la Grecia Clásica fueron Esqui­
lo (Orestíada), Sófocles (Edipo rey) y Eurípides (Las Bacantes, Medéa).' i ^
ESQUILO
525-456 a. C.
Dio configuración a los fundamentos de la tragedia: incrementó a dos el 
número de actores; redujo la dimensión del coro tradicional; disminuyó las partes 
cantadas y amplió las partes dialogadas. Su criterio de unidad artística se llevaba 
a cabo en un conjunto de tres tragedias o trilogía, lo cual le daba una proporción 
monumental a su obra. Es considerado el padre de la tragedi^ griega.
' De su abundante producción dramática han sobrevivido siete tragedias, 
entre las cuales se encuentra una trilogía íntegra: la Orestíada.
ORESTÍADA
'
Representada el año 458 a. C., es su última obra. Está conformada por 
tres secciones: Agamenón, Las Coéforas, y Las Euménides. Todo el conjunto 
está regido por la idea de la culpa hereditaria.
En Agamenón, el héroe del mismo nombre regresa a su patria después 
de la victoria de Troya y recibe la muerte a manos de su esposa Clitemnestra, 
quien está en amores con Egisto. Ella se venga del rey porque dice que éste 
sacrificó a su hija Ifigenia en Aulis, para obtener el favor de los dioses hacia la 
expedición a Troya. El tema primario es el de la destrucción continua, heredada 
de generación en generación, que odios sangrientos y crímenes traen a la casa.
En Las Coéforas (portadoras de libaciones) persiste el tema de la ven­
ganza. Esta vez, Orestes, hijo de Agarnenón, regresa a Argos y venga la muerte 
de su padre asesinando a su madre y a su amante Egisto. De acuerdo con las 
leyes de la violencia de sangre, esta venganza era una obligación para Orestes; 
pero también comprende una acción problemática e incompatible, que es la de 
asesinar a la madre. La obligación de Orestes es necesaria, pero terrible, y le 
traerá funestas consecuencias.
L iteratura 23
En Las Euménides (espíritus benevolentes) Orestes debe enfrentar su 
culpa por haber transgredido una ley humana elemental al dar muerte a su ma­
dre. Las Furias (divinidades), azuzadas por el espíritu de Clitemnestra, exigen la 
muerte de Orestes, quien confiado en la protección de Apolo se presenta ante el 
tribunal y es absuelto. Las Furias son transformadas en Espíritus benevolentes 
y protectoraside Atenas. Esta conversión simboliza el abandono de la ley del 
talión (ojo por ojo) y las sangrientas riñas privadas, en favor de un juicio público 
legal. Simboliza también la adopción de la justicia, la cual es equilibrada por la 
razón y la miseri-cordia.
Temas: La venganza, la justicia equilibrada y la reconciliación.
Comentario: Es la idea de la sangre que rescata a la sangre vertida. Los 
actos de los personajes están profundamente ligados a este problema. El tema 
de la venganza se complementa con el tema de la justicia racional y equilibrada. 
Háy que recordar que las dos primeras tragedias tienen como escenario Argos, 
y no Atenas, como sí ocurre en la tercera parte.Los atenienses orgullosamentese consideraban los productores de leyes y procesos legales en reemplazo de 
la violencia. Este orgullo se manifiesta en la trilogía junto a diversas connotacio­
nes patrióticas. Tema importante es el de la reconciliación de los poderes de la 
oscuridad con los poderes de la luz, representada por Zeus.
SÓFOCLES
495-406 a. C.
Prefirió el drama aislado y no la trilogía; incrementó el número de actores 
y amplió el campo de la acción dramática. Profundizó en la personalidad de sus 
héroes y en las motivaciones de éstos.
Obras: Edipo rey, Electra, Edipo en Colona, Antígona, Áyax.
EDIPOREY
Es la historia trágica de un hombre noble y esencialmente bueno, perse­
guido por la fatalidad y atrapado por ésta. Edipo (hijo de Layo y Yocasta), había 
sido advertido por el oráculo de que habría de casarse con su madre y asesinar 
a su padre. Intenta huir de este destino, pero no hace más que acercarse a él. 
La historia comienza cuando los ciudadanos de Tebas acuden a Edipo, su rey, 
para pedirle ayuda por la peste que asóla la ciudad. Se supone que la causa es 
la presencia de un gran culpable entre los ciudadanos de Tebas y Edipo decide 
averiguar quién es el pecador y castigarlo para aplacar a los dioses, sin saber 
que él mismo es la persona que busca: ha asesinado a su padre, sin tener 
conocimiento de quién se trataba; se ha casado con su madre y ha engendrado 
hijos con ella. La investigación que emprende Edipo lo acerca cada vez más a la 
verdad; cada nuevo dato que recibe impulsa la acción hacia la catástrofe. Yocasta, 
su mujer, reconoce la terrible verdad y se suicida en el palacio y fuera de esce­
24 C e n tro P re u n iv e rs ita r io UNMSM
na. Edipo, enterado de todo, se arranca los ojos. Desposeído de sus hijas, debe 
afrontar el destierro. .
' Tema: La limitación humana en controlar su destino.
.Comentario: La obra muestra la calda de Edipo («el de los pies hincha­
dos») desde la posición más aita entre los suyos, hasta el extremo del dolor y el 
abandono, demostrando la incertidumbre acerca del destino del hombre: «Nin­
gún mortal puede darse por feliz hasta que no haya pasado el límite final de su 
vida libre de toda pena». El destino actúa como una fuerza superior, pero siem­
pre a través del ser humano. Adicionalmente, Edipo aparece como chivo expia­
torio al tomar las culpas de la ciudad sobre sí mismo propiciando con su castigo 
la salvación de los otros. Un motivo de interés radica en la oposición entre 
ceguera y visión. La visión auténtica es interior; la falsa es exterior. La ceguera 
física representa la adquisición de la sabiduría, la visión interior.
LA COMEDIA GRIEGA
La comedia es la contrapartida de la tragedia, aplicándose al campo del 
cinismo, la burla, el ridículo, la crítica. La comedia griega alcanzó su apogeo 
con Aristófanes, constituyendo un espectáculo satírico, rico en fantasías, donde 
la crítica directa a los vicios y defectos de políticos, intelectuales, funcionarios y 
ciudadanos comunes y corrientes era fundamental.
ARISTÓFANES
450-385 a. C.
Natural de Atenas. Aristocrático. Escenifica con éxito cuestiones socia­
les, políticas y religiosas, censurando toda innovación que considera demagógica 
y negativa. Las comedias de Aristófanes fusionan la sátira con la polémica polí­
tica.
Comedias: Las nubes, Los caballeros, Las ranas, Lisistrata, etc.
LAS NUBES
Estrepsiades se ha endeudado para mantener la afición de su hijo Fidípides 
por los caballos. Busca la solución a esta situación y decide que Sócrates, 
vecino suyo, se haga cargo de la educación de su hijo en su escuela particular. 
Los resultados son negativos.
• \
El joven sólo ha aprendido sofismas (argumentos aparentemente verda­
deros con los que se quiere defender falsedades) y llega a querer aplicarlos a su 
propio padre. Él mismo se ha sometido a las nuevas enseñanzas, pero los 
resultados son vanos.
Temas: Un vigorozo ataque en contra de Sócrates, oponiendo la educa­
ción tradicional a la moderna, representada por los sofistas.
L iter a tu r a iÜ ¡Ü I» IIF5n5Ih «*»% ....§P::: ::::::::::::::: ::: ::: ::: ::: 2:2::::::::: .::!•*::: ::: ::: 
::::::|M jf
Comentario: En la figura de Sócrates, el autor acumula vicios y defec­
tos: es un viejo impostor, sórdido y sucio, que todo el tiempo murmura cosas sin 
sentido o propone absurdos acertijos científicos. Los estudiantes de Sócrates 
son sucios, preocupados en meditaciones banales, capaces de probar todo con 
las mejores razones. Un tema adicional es la relación difícil entre un padre 
anticuado y un hijo a la moderna, trasladados a un debate entre la lógica correc­
ta y la lógica incorrecta. ' • >
Los sofistas estaban interesados en la retórica y en la argumentación, 
pero, a causa de su escepticismo acerca de los valores absolutos, aparecen 
ante Aristófanes como ansiosos de ganar a sus contrincantes que defender 
posiciones válidas. Aunque Sócrates no fue un sofista, Aristófanes lo utiliza para 
ejemplificar a un maestro sofista.
•*,.;• * ■ . * ' t • r * * 
LITERATURA LATINA
Los tres grandes poetas latinos de la época de Augusto fueron Virgilio, 
Horacio y Ovidio.
VIRGILIO
70-19 a. C.
Virgilio es el poeta latino más famoso de todos los tiempos. Nació en el 
pueblo Andes, cerca a Mantua.
Dejó un legado acerca del mundo romano. Bajo el amparo de Augusto, 
escribió su famosa obra la Eneida. Esta máxima expresión de Virgilio, le llevó 
doce años escribirla y a petición suya quiso que se destruyera, pero Augusto no 
lo permitió.
Obras:
a) Eneida: epopeya latina donde se relatan las peripecias del héroe Eneas 
y sus huestes. Se menciona que los descendientes de Eneas funda­
rían el pueblo de Roma. Virgilio tuvo como modelo las obras de Homero.
b) Bucólicas o Églogas: alude a una naturaleza idealizada y a la vida del 
pastor.
c) Geórgicas: poemas didáctico en defensa de la agricultura.
ENEIDA
Virgilio dedicó los últimos once años de su vida a componer la Eneida, 
una epopeya mitológica en doce libros que relata las peripecias del héroe Eneas 
durante siete años, desde la caída de Troya hasta su victoria militar en Italia 
contra los ejércitos de Turno. En esta obra, Virgilio se propuso prefigurar los 
acontecimientos de la historia romana. Eneas huye de Troya con su anciano
2 6
C e n t r o P re u n iv e rs ita r io UNMSM
padre, Anquises, sobre sus hombros, y su hijo Ascanio, de la mano. Consigue 
reunir una flota y zarpa con los supervivientes troyanos rumbo a Tracia, Creta, 
Epiro y Sicilia, antes de arribar a las costas de África. Allí, Dido, reina de Cartago, 
se enamora de Eneas y se suicida tras su partida. Finalmente Eneas llega a
Italia y disputa, en una guerra, a Turno la mano de la princesa Lavinia.
\ 1 #
El estilo de la Eneida y su tratamiento están inspirados en las antiguas
epopeyas griegas, la llíada y la Odisea, de Homero. Virgilio introdujo en la 
Eneida la musicalidad y la precisión técnica de su métrica de un modo tan sutil 
que su verso se ha considerado desde entonces como un modelo de perfección 
literaria.
La Eneida es un intento deliberado de glorificar a Roma, por encargo de 
Augusto, cantando el supuesto origen troyano de sus gentes y, en especial, los 
logros e ideales de Roma bajo su nuevo emperador. La Eneida puede conside­
rarse una obra universal, por su estructura ambiciosa, su belleza estilística y su 
preocupación por las tribulaciones del individuo. '
ENEIDA
(Fragmento: Libro II)
Enmudecieron todos, conteniendo 
el habla, ansiosos de escuchar. Eneas 
empieza entonces desde su alto estrado:
«Espantable dolor es el que mandas,
oh reina, renovar con esta historia 
del ocaso de llión, de cómo el reino, 
que es imposible recordar sin llanto, 
el Griego derribó: ruina misérrima 
que vi y en que arrostré parte tan grande.
¿Quién, Mirmidón o Dólope o soldado 
del implacable Ulises, referirla 
pudiera sin llorar? Y ya en la altura 
la húmeda noche avanza, y las estrellas 
lentas declinan convidando al sueño.'
Mas si tanto interés tu amor te inspira
por saber nuestras lástimas, y en suma
loque fue Troya en su hora postrimera, \
aunque el solo recuerdo me estremece,
y esquiva el alma su dolor, empiezo.
Del Hado rebatidos, tantos años, 
los caudillos de Grecia, hartos de lides, 
con arte digno de la excelsa Palas, 
un caballo edifican —los costados, 
vigas de abeto, un monte de madera—; 
y hacen correr la voz que era el exvoto 
por una vuelta venturosa. Astutos, 
sortean capitanes escogidos 
y en los oscuros flancos los ocultan, 
cueva ingente cargada de guerreros.
Hay a vista de llión una isla célebre 
bajo el troyano cetro rico emporio,
Ténedos, hoy anclaje mal seguro: 
vanse ha§ta allí y en su arenal se esconden. 
Los creemos en fuga hacia M¡cenas, 
y de su largo duelo toda Troya 
se siente libre al fin. Las puertas se abren
¡qué gozo ir por los dorios campamentos\
y ver vacía la llanura toda 
y desierta la orilla! «Aquí, los Dólopes, 
aquí, las tiendas del cruel Aquiles; 
cubrían las escuadras esta playa; 
las batallas, aquí...» Muchos admiran - 
la mole del caballo, don funesto 
a Palas virginal. Lanza Timetes 
la idea de acogerle por los muros 
hasta el alcázar—o traición dolosa, 
u obra tal vez del Hado que ya urgía—.
Mas Capis, y con él los más juiciosos, 
están porque en el mar se hunda al caballo, 
don insidioso de la astucia griega, 
tras entregarle al fuego, o se taladre 
a que descubra el monstruo su secreto. 
Incierto el vulgo entre los dos vacila.
De pronto, desde lo alto del alcázar, 
acorre al frente de crecida tropa
C e n tro P re u n iv e rs ita r io UNMSM
Laoconte enardecido, y desde lejos:
«¡Oh ciudadanos míseros! —les grita—
¿qué locura es la vuestra? ¿al enemigo 
imagináis en fuga? ¿o que una dádiva 
pueda, si es griega, carecer de dolo?
¿no conocéis a Ulises? O es manida 
de Argivos este leño, o es la máquina 
que,, salvando los muros, se dispone 
a dominar las casas, y de súbito 
dar sobre llión; en todo caso un fraude.
Mas del caballo no os fiéis, Troyanos: 
yo temo al Griego, aunque presente dones.» 
Dice, y en un alarde de pujanza, 
venablo enorme contra el vientre asesta 
del monstruo y sus igares acombados. 
Prendido el dardo retembló, y al golpe 
respondió en la caverna hondo gemido.
¡Y a no ser por los Hados, por la insania 
de ceguera fatal, la madriguera 
de esos Griegos hurgara él con la pica, 
y en pie estuvieras, Troya, y sin quebranto 
os irguierais, alcázares de Príamo!
En este trance unos pastores teucros 
con grande grita a un joven maniatado 
traían ante el rey. Ala captura 
no había resistido: empeño suyo 
era franquear llión a los Argivos; 
y resuelto venía a todo extremo,
o a consumar su engaño, o de la muerte 
a afrontar el rigor. Para mirarle, 
ansiosa en torno de él se arremolina 
la juventud troyana y le baldona.
Mas oye la perfidia..., y por un Dánao 
podrás sin falla conocer a todos.
Porque al verse indefenso entre el concurso, 
todo él turbado, en torno la mirada 
tiende por la dardánia muchedumbre,
y «¡Ay! —suspiró— ¿qué mar, qué tierra amiga 
me podrá recibir? ¿o qué me queda 
cuitado, sin asilo entre los Griegos, 
y reo cuya sangre airados piden 
los Dardanios a una?» Este gemido 
nos conmueve y abate nuestro encono.
Le alentamos a que háble, que nos diga 
de qué raza es nacido, qué le trae 
y en qué fundó, al rendirse, su esperanza. 
Depuesto el miedo al fin, «Oh rey—prosigue—, 
de cuanto ha sido, fuere lo que fuere, 
la verdad diré yo. Y antes que nada, • \ 
no niego ser argivo: la Fortuna 
pudo hacer a Sinón desventurado 
mas no hablador mendaz y antojadizo.
Tal vez haya llegado a tus oídos 
un nombre: Palamedes, el Belida, 
rey glorioso, que, al tiempo de una falsa 
alarma de traición, se vio acusado 
—atropello inmoral de un inocente 
sin más delito que objetar la guerra—.
Lo arrastraron los Griegos al suplicio; 
llóranle hoy, tarde ya. Como, aunque pobres, 
éramos de su sangre, yo desde Argos, 
mandado por mi padre, joven vine 
a iniciarme en las armas a su sombra; 
y mientras el mantuvo su fortuna 
e intacto su prestigio entre los reyes, 
también logró mi nombre algún decoro.
Mas cuando, al galope del falsario Ulises, 
partióse, como sabes, de esta vida, 
derrocado yo al par, triste y oscura 
arrastraba mi suerte, protestando 
a solas del malogro del amigo.
Y no callé, loco de mí: venganza ,
me atreví a prometer, si con victoria 
volvía yo a mi patria, y duros odios
L ite r a tu r a (
con esto concité. Tal fue el principio 
de mi infortunio y del afán de Ulises 
por aterrarme con achaques falsos 
y dichos que esparcía por el vulgo.
Consciente de su crímenrdase mañas, 
armas buscando contra mí, ni ceja
hasta lograr que Calcas, su ministro...
Mas ¿por qué revolver lo que a vosotros 
nada puede importar? ¿a qué alargarme?
Si ante vuestro rigor los Griegos todos 
son una cosa, y ser yo Griego basta 
para el castigo, tiempo es ya: matadme...
¿Qué más se quiere Ulises? ¡y a buen precio 
de seguro os lo pagan los Atridas!»
f
\
HORACIO
(QUINTO HORACIO FLACCO)
65 a. C.-08 a. C.
Nació en Venusia. Hijo de un esclavo liberto que recibió una educación 
esmerada.
Horacio completa la gran trilogía de grandes poetas latinos al lado de 
Virgilio y Ovidio. Apoyado también por Mecenas y Augusto, a quienes conoció 
a través de Virgilio, Horacio se hizo conocido por ser un poeta lírico y satírico.
Horacio es el poeta bucólico, el poeta que elogia el campo. En una de 
sus Odas muestra la temática del tiempo y el tópico del carpe diem (aprovecha 
el tiempo). Pocos poetas de la antigüedad, han ejercido tanta influencia como 
Horacio en la poesía europea del Renacimiento.
Horacio destaca también por su Epístola a los Pisones, conocida tam­
bién como Arte Poética.
Obras: Odas, Épodos, Sátiras, Epístola a los Pisones (o Arte Poética).
EPODOS II. Menosprecio de corte y alabanza de aldea: así pudiéramos 
calificar este texto. Fecha de su composición, desconocida; probablemente hacia 
el año 37 a. C.
ÉPODOS II
Elogio de la Vida Campestre.
Beatus ille qui procul negotiis
3 0 ' C e n tro P re u n iv e rs ita r io UNMSM
Dichoso aquel que, alejado de negocios cual la raza de los hombres 
primitivos, desasido de todo interés, labra con sus bueyes los paternos cam­
pos; ni, soldado, le despierta el clarín fiero, ni tiembla en la mar brava; y evita el 
foro y el soberbio umbral de los ciudadanos poderosos. Su gusto es bien ayun­
tar la vid adulta a los crecidos álamos, bien contemplar cuál pace desparcida, 
en el angosto valle, errante y mugidóra su vacada; ora poda el estéril ramo e 
ingiere el ramo fructuoso; ora coloca en orzas nuevas la miel que exprimió o bien 
trasquila las ovejas febles. Pues cuando el otoño levanta por los campos su 
cabeza engalanada de pomas en sazón, cómo se alegra disfrutando los perales 
que él injertó, cogiendo la uva que compite con la púrpura, para ofrecérsela. 
Príapo, a ti, 0 a ti, Silvano, custodio del ejido. Unas veces se le antoja recostar­
se a la sombra de una antigua encina; otras veces, sobre la hierba viciosa. 
Entre tanto, deslízanse las aguas de los altos riscos; y se quejan las aves en 
las selvas; las fuentes al murmullo que levantan despiertan leve sueño. Más ya 
que Júpiter en invierno truena y acopla, lluvias y nieves; él, o bien con muchos 
perros lanza los fieros jabalíes en las redes paradas, o bien en la pértiga sutil 
tiende dolosas mallas a los edaces tordos o prende en un lazo la medrosa liebre 
y la grulla, advenediza, gustoso premio de sus penas. ¿Quién, entretenido en 
estas cosas, no se olvida de las cuitas enojosas que el amor trae consigo? 
¿Pues qué, si la mujer honesta, por su parte, atiende la casa y los dulces hijos? 
Cual la mujer sabina, o tostada de andar al sol la esposa del ágil pullés, que ya 
que viene fatigado el amo, llena el sagrado hogar de seca leña; y ataja entre los 
zarzos el ganado lucio, y ordeña luego las tendidas ubres, y saca del tonel un 
dulce vino de aquel año y adereza manjares no comprados. No me serán más 
sabrosos los ostiones del Lucrino, ni el rombo ni el escaro ni todo cuanto la 
tronadora tempestad lleva del mar de Oriente haciael mar nuestro. No descen­
derá a mi vientre el ave africana ni el jónico francolín con mayor gusto que la oliva 
escogida en los ramos más fértiles, que la romaza enamorada del hierboso 
prado a las saludables malvas para el cuerpo enfermo o la cordera degollada en 
las fiestas terminales o el cabrito arrebatado al lobo. Y en comiendo estos 
manjares, ¡cómo deleita ver las ovejas repastadas volver de'prisa a casa ver los 
cansados bueyes trayendo la reja al revés, colgada de su cuello desmayado, y 
los esclavos, enjambre de riqueza, nacido en la casa, sentados en cerco de los' 
risueños Lares! Habiendo hablado así Alfio el usurero, ya labrador futuro, recogió 
por los idus todo su dinero, con el fin de colocarlo por las Calendas.
L it e r a t u r a 31
CAPÍTULO III *'
L ite ra tu ra Medieval. Dante A lig h ie r i: D ivina C omedia. 
Francesco P e tra rc a : Cancionero.
L ite ra tu ra Moderna. Renacimiento. B a rro c o . Ilu s tra c ió n . 
W illia m Shakespeare: R omeo y J ulieta y Ham let .
El C lasicismo francés: C orneille, M oliére, Rácine.
LA EDAD MEDIA
Este período de la historia occidental se inicia hacia mediados del siglo
V d. C., cuando el Imperio Romano de Occidente, ya entonces en decadencia, 
es destruido por las invasiones bárbaras. Se prolonga hasta finales del siglo 
XV, cuando cobra fuerza el fenómeno del Renacimiento, y cuando Europa 
occidental inicia su expansión mundial con el descubrimiento de América.
A lo largo del medioevo puede distinguirse dos grandes etapas: la Alta
Edad Media, hasta mediados del siglo XII, y la Baja Edad Media, desde entonces
hasta el final de la época. La Alta Edad Media se caracteriza por un fuerte
retroceso socioeconómico y cultural, consecuencia de las sucesivas oleadas
de iiivasores que golpearon al occidente europeo. La vida social se concentra
en el campo, configurándose el modo de producción que conocemos como
feudalismo: aristocracia terrateniente, campesinos siervos, debilidad del comercio
y de la economía monetaria. En la Baja Edad Media, en cambio, se va
produciendo un paulatino resurgimiento de las ciudades y del comercio. El
feudalismo comienza a-entrar en crisis y aparecen las primeras manifestaciones
del capitalismo. En todo el transcurso de la época medieval la Iglesia Católica
fue la única institución que realmente unificó al mundo occidental. La religión
jugó un papel fundamental en la vida cotidiana y en la cultura de los hombres 
del medioevo.
LITERATURA MEDIEVAL
A lo largo de la Edad Media, la lengua de la escritura que gozó de mayor 
prestigio, por ser la lengua del culto y del conocimiento, fue el latín En esa
q 8,0^ 38consideradas más relevantes: las de temática
S r ^ e l / ^ L 018 el si9l° IX’ y en esPecial e" I* Baja Edad
surgir creaciones literarias en las nuevas lenguas llamadas
vulgares, es decir en las modernas lenguas francesa, inglesa, alemana, italiana
o castellana. Muchas de estas obras en lenguas vulgares fueron compuestas y 
se difundieron de manera oral. Sólo en el siglo XII comienza a escribirse en las
llamadas lenguas vulgares o románicas.
Los Géneros Literarios
Épico: Constituido por los Cantares de gesta: obras de composición 
oral, recogidas por los juglares, que relataban las hazañas de algún héroe 
guerrero. Destaquemos el Cantar de Roldán (Francia, finales ,del siglo X, autor 
anónimo). En Cuento: mencionemos el Decamerón, conjunto de relatos de 
variada índole escritos por el italiano Giovanni Boccaccio hacia mediados del 
siglo XIV.
Lírico: Lo£ creadores de este género en la Edad Media fueron los 
trovadores del sur de Francia, poetas y músicos que desarrollaron la nueva 
lírica amorosa en los siglos XII y XIII. Ya en las postrimerías de la Edad Media 
es importante mencionar la figura del poeta italiano Francesco Petrarca (1304- 
1374), verdadero precursor del Renacimiento-
DANTE ALIGHIERI
(1265-1321)
El más importante escritor de la Edad Media nació en Florencia, Italia. 
Perteneció a una familia de nobles. Ocupó diversos cargos políticos, y como 
consecuencia de luchas entre los distintos partidos, tuvo que salir al destierro 
en 1302. Vivió luego en diversas ciudades italianas, siempre activo en las luchas 
políticas. Murió en Ravena.
Obras: Escribió diversas obras en prosa y en latín. De éstas destacan 
La monarquía, donde desarrolla sus ideas políticas, y De la lengua vulgar, donde 
defiende la validez del italiano como lengua de creación literaria. En italiano 
escribió la Vida nueva, obra de juventud en la que presenta una versión idealizada 
de su amor no correspondido por Beatriz, combinando partes en prosa y en 
verso. Escribió también un conjunto de poesías que son las Rimas, y sobre 
todo la Divina Comedia. . ; .
Divina Comedia
Ésta es la obra de madurez de Dante escrita entre 1307 y 1319. Gracias 
a esta obra es considerado Dante una figura fundamental de la literatura mundial 
y verdadero poeta nacional italiano.
Argumento: El poeta se encuentra en la mitad de su vida (35 años) y 
se pierde en una selva oscura por el mal y los vicios. Para sacarlo de sus 
errores, viene a su encuentro el alma del poeta romano Virgilio, que ha sido 
enviado a rescatarlo por su amada Beatriz, por Santa Lucía y por la Virgen
L ite r a t u r a 3 3
María. Guiado por Virgilio, que representa simbólicamente a la razón, emprende 
un recorrido por los tres reinos de ultratumba: el Infierno, el Purgatorio y e 
Paraiso. En el Infierno es testigo de los castigos que sufren los distintos tipos 
de pecadores. En el Purgatorio contempla a los pecadores arrepentidos. Luego 
es guiado por el Paraíso por la propia Beatriz, ya que Virgilio no puede entrar 
por ser pagano. Ella representa a la gracia. En el paraíso el poeta ve la felicidad 
que gozan los elegidos.
Comentario: Se trata de una obra de tipo alegórico. En ella expone 
Dante sus ideas sobre la religión y la sociedad, utilizando una serie de símbolos 
para representar gráficamente sus ideas. El poeta se atribuye una misión 
profética y ,se propone mediante su obra contribuir a la reforma de un mundo 
corrupto y anárquico. Para este fin, prefiere escribir no una obra teórica, un 
tratado, sino una obra que sea capaz de impactar en el ánimo de sus lectores, 
mostrándoles las consecuencias de los errores o pecados descritos, y llamando 
a corregirlos. Por esta razón, muestra en el infierno los castigos que sufre una 
serie de personajes negativos, la mayoría de ellos italianos contemporáneos y 
con frecuencia enemigos del propio Dante; y en el Paraíso, la recompensa 
otorgada a los hombres justos. En esta obra, plantea Dante sus ideas sobre 
las formas más adecuadas de gobierno, al tiempo que presenta un cuadro muy 
rico de la sociedad de su época y sintetiza su visión de la estructura del 
universo. ;
Características formales del texto: La obra consta de tres partes, 
correspondientes al Infierno, el Purgatorio y el Paraíso, constando cada una de 
33 cantos, más uno introductorio al infierno, que dan un total de 100. El número 
3 tiene una connotación religiosa en la obra, pues se asocia a la Divina Trinidad. 
La obra fue escrita originalmente en verso endecasílabo, utilizando el terceto o 
serie de tres versos, aunque las traducciones más conocidas al castellano son 
generalmenteen prosa. •
Género: La obra tiene una estructura narrativa que posibilita adscribirla 
al género épico, aunque también es una obra de gran riqueza lírica. En realidad, 
se trata de una obra que trasciende en gran medida la barrera de los géneros! 
Puede considerársele, en. todo caso, un poema épico de tipo alegórico.
CANTO i 
SELVA OSCURA
A mitad del camino de la vida Nel mezzo del cammin di nostra vita
yo me encontraba en una selva oscura, mi ritrovai per una selva oscura 
con la senda derecha ya perdida. che la diritta via era smarrita.
¡Ah, pues decir cuál era es cosa dura Ah quanto a dir qual era é cosa dura 
esta selva salvaje, áspera y fuerte esta selva selvaggia e aspra e forte
3 4 C e n tro P reu n ive rs ita rio UNMSM
L it e r a t ur a 35
que en el pensar renueva la pavura!
Es tan amarga que algo más es muerte; 
mas por tratar del bien que allí encontré 
diré de cuanto allá me cupo en suerte. 
Repetir no sabría cómo entré, 
pues me vencía el sueño el mismo día 
en que el veraz camino abandoné.<•
[ • • • • • • • ............................... ............ ] •
Y, apenas el camino me hube abierto, 
un leopardo liviano allí surgía, 
de piel manchada todo recubierto;
parado frente a mí, frente me hacía 
cortando de ese modo mi camino, 
y yo, para volver, ya me volvía.
tiempo mejor y la dulce estación; 
mas no sin que temor me produjese 
la imagen, que vi entonces, de un león.
Me pareció que contra mí viniese,. 
alta la testa y con hambrientos ojos, 
que parecía que el aire le temiese.
Y una loba, que todos los antojos 
alojar semejaba en su magrura 
y a muchos procuró duelo y enojos, 
me llenó de inquietud con la bravura 
que veía lucir en su mirada 
y perdí la esperanza de la altura.
che nel pensier rinova la paural
Tant’e amara che poco é piú morte;
. 1 
ma per trattar del ben^h’ io vi trovai
diró dell’ altre cose ch’í’ v’ ho scortek 
lo non so ben ridír com’ io v’ éntrai, 
tant’era pieno di sonno a quel punto 
che la verace via abbandonai.
............. ...............
Ed ecco, quasi al cominciar dell’erta, 
una lonza leggíera e presta molto, 
che di peí maculato era coverta;
e non mi si partía d’ innanzi al volto, 
anzi ¡mpediva tanto il mió cammino, 
ch'i'fui per ritomar piú volte volto,
[ • • ....................................
I’ora del tempo e la dolce stagione; 
ma non sí che paura non mí desse 
la vista che m’apparve d’un léone.
Questi parea che contra me venesse 
con la test’alta e con rabbiosa fame, 
sí che parea che l’aere ne temesse.
Ed una lupa, che di tutte brame 
sembiava carca nella sua magrezza, 
e molte genti fe’ giá viver grame, 
questa mi porse tanto di gravezza 
con la paura ch'uscía di sua vista, 
ch'io perdei la speranza dell’altezza.
36
S Ü! ¡Ü !l! ¡¡¡•••••••¡|: :::s::::|¡5::: :{: ::: jjj .:sl*III ;Ü::::::Î lll:::::::H‘ !M::::::!I! hIIIÍ::::::
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C e n tr o P re u n iv e rs ita r io UNMSM
LA DIVINA COMEDIA 
CUADRO DEL INFIERNO
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L iteratura 3 9
FRANCESCO PETRARCA
(1304-1374)
Poeta italiano, considerado precursor del Humanismo y uño de los más 
importantes poetas líricos. Su perfeccionamiento del soneto influyó en • 
numerosos poetas posteriores (Garcilaso de la Vega, Quevedo, Shakespeare, 
etc.). Contribuyó a la instauración definitiva del italiano como lengua literaria.
Obra: Petrarca escribió en latín e italiano. Entre sus obras en latín destacan 
la epopeya África (1338-1342), un poema épico sobre el conquistador romano 
clásico Escipión el Africano.
La más famosa de sus obras es una colección de poemas en italiano 
titulada Rime in vita e morta di Madonna Laura (posterior a 1327), y que después 
fue ampliada a lo largo de su vida y se conoce como Cancionero.
t
CANCIONERO
Es una colección de sonetos y odas, inspirados casi todos ellos en su 
amor no correspondido por Laura, y reflejan a la perfección el carácter del poeta 
y de su pasión amorosa en un italiano vernáculo extremadamente melodioso y 
refinado. El Cancionero de Petrarca influyó en la literatura europea de la época 
y del Renacimiento.
• • r *
SONETO CCXCII
Los ojos de que hablé cálidamente,, 
y los brazos y pies, el rostro y manos 
que de mí mismo fuéronme apartando, 
y me hicieron extraño entre la gente;
/
el cabello de puro oro luciente 
y el relampaguear de su alba risa, 
que un paraíso en tierra alzar solían, 
escaso polvo son que nadie siente.
Y vivo yo y por ello me desdeño, 
sin la luz permanezco que amé tanto, 
en gran borrasca y desarmado leño.
Termine aquí mi enamorado canto: 
la vena se secó de exhausto ingenio 
y la cítara mía se hace llanto.
(Versión al español de Javier Sologuren)
4 0
»
C entro P r e u n iv e r s ita r io UNMSM
LITERATURA MODERNA /
El Renacimiento
El Renacimiento es él periodo histórico en el que se generaliza la 
del viejo orden feudal y cobran un mayor auge las fuerzas del mercado y de 
capital. La cultura occidental inicia su expansión mundial a partir del 
descubrimiento de América. En el plano espiritual se producen cambios de 
gran importancia: el factor religioso pierde preponderancia, el ser humano se 
constituye en la prioridad central (antropocentrismo). Simultáneamente, la Iglesia 
Católica sufre una grave disidencia con el desarrollo de la Reforma protestante. 
La religiosidad no deja de tener importancia, pero va pasando a ser un tema 
más vinculado a la esfera privada. Al entrar en crisis una sociedad tan jerarquizada 
como la feudal, cobra particular relieve el papel del individuo. La denominación 
Renacimiento proviene del nuevo florecimiento de la vida cultural y del renovado 
interés por la cultura de la Antigüedad. El Renacimiento surge inicialmente en 
Florencia. Sus primeros brotes se remontan a mediados del siglo XIV, cobran 
fuerza en Italia a mediados del XV, se extienden hacia toda Europa occidental 
hacia fines del mismo siglo y se prolongan hasta finales del siglo XVI.
' ' I . * ̂
Literatura del Renacimientot * * . .
Los pensadores, los artistas y los escritores del Renacimiento tuvieron 
un gran interés por la cultura de la Antigüedad greco-latina. Los estudiosos que 
buscaban en el conocimiento de la Antigüedad y en el conocimiento de las 
lenguas clásicas (griego, latín) respuestas para los retos planteados por una 
sociedad en transformación, recibieron el nombre de humanistas. Veamos 
algunos escritores del Renacimiento que destacaron en los principales géneros 
literarios. Figura importante de esta época fue Desiderio Erasmo de Rotterdam 
(holandés que escribió su obra en latín), el más prestigioso de los humanistas, 
autor de Elogio de la locura; Michel de Montaigne, francés, autor de Ensayos,
obra que dio nombre al género.Í «✓
El Barroco
El Barroco como fenómeno cultural abarca la mayor parte del siglo 
XVII. Este siglo es una época de grandes conflictos políticos y de una
generalizada crisis socioeconómica. Los sectores aristocráticos se esfuerzan
por recuperar o mantener sus privilegios, enfrentando a las fuerzas de la burauesía
con éxito variado según los países. El arte en la época barroca suele
caracterizarse por una gran complejidad formal. Destacaron los escritores del
r ^ ' ^ a Sraf e o p S akeSPeare V JOh" Mil,° n' aU,W ^ POe™ éP¡C0-
jhsf
) La Ilustración
} Con la Ilustración llega a su fin el orden feudal y se impone el capitalismo
en los países más avanzados de Occidente. Como fecha simbólica se toma la 
I del inicio de la Revolución Francesa en 1789, expresión de los nuevos ideales 
, democráticos. Simultáneamente a estos cambios políticos, se desarrolla la 
denominada revolución industrial, que configura el moderno sistema de 
I producción en gran escala. El fenómeno cultural de la Ilustración se desarrolla 
 ̂ a lo largo del siglo XVIII, denominado también Siglo de las Luces. Esta época 
se caracteriza por una gran fe en el progreso y, en particular, en las posibilidades
I liberadora^ de la razón; de allí el gran aprecio por la ciencia y filosofía. Sobresalen 
los ensayistas franceses: Charles de Montesquieu, autor de El espíritu de las 
leyes', Jean-Jacques Rousseau, autor de El contrato social, Denis Diderot, 
director del gran proyecto para recopilar el saber de la época: La Enciclopedia', 
y Voltaire, autor de Cándido.
I WILLIAM SHAKESPEARE '
1564-1616
Este escritor, uno de los más importantes de la literatura mundial y el 
más prestigioso de la literatura de lengua inglesa, es una figura de transición 
entre el Renacimiento y el Barroco, aunque es posible afirmar que lo más 
importante de su obra se inclina al Barroco.
' Nació en Stratford-on-Avon, en una familia de la pequeña burguesíaacomodada. Se establece en Londres, donde se dedica al teatro como actor (al 
parecer no muy destacado), como autor y como empresario. Cuando consigue 
una situación económica desahogada, abandona el teatro.
Obras
• ‘ ' /
Lírica: Tiene varios poemas breves entre los que destaca Venus y Adonis. 
Pero su obra lírica más importante es, sin duda, la colección de sus Sonetos.
Dramática: En este género produjo sus obras más importantes. Su 
obra dramática suele agruparse en tres rubros: .
Dramas históricos: En estas obras presenta episodios relevantes de la 
historia inglesa, mediante la trayectoria de algunos de sus reyes. Destaca en 
este grupo Ricardo III.
Comedias: Sueño de una noche de verano, El mercader de Venecia y 
La tempestad.
Tragedias: a esta categoría pertenecen las obras más relevantes del 
teatro shakespeariano son: Romeo y Julieta, Hamlet, Otelo, Macbeth, El rey 
Lear.
^ L ite r a t u r a \ 41
42 C e n t r o P r e u n iv e r s it a r io UNMSM
» • 
ROMEO Y JULIETAI
Escrita hacia 1594, esta tragedia corresponde a la producción juvenil de 
Shakespeare.
Argumento: En la ciudad de Verona, en Italia, se disputan el poder dos 
familias enemigas, los Montesco y los Capuleto. Las luchas entre ambos bandos 
han dado lugar a numerosas muertes y a un odio enconado. Romeo, hijo del 
jefe de los Montesco, se enamora de Julieta, hija del jefe de los Capuleto. A 
pesar del odio existente entre las dos familias, ambos jóvenes se casan en 
secreto. Romeo es insultado por un Capuleto, Tebaldo, pero rehúsa batirse con 
él, lo que empuja a su amigo Mercucio a asumir el combate. Tebaldo mata a 
Mercucio y Romeo se ve forzado a batirse y mata a Tebaldo, por lo que debe 
salir al destierro. Mientras tanto, Julieta es obligada por su padre a casarse con 
el conde Paris. Para evitar el matrimonio, aconsejada por Fray Lorenzo, toma 
un narcótico que la hace parecer muerta. Romeo, que desconoce el truco 
empleado, regresa y, creyendo que Julieta ha muerto realmente, se suicida. Al 
despertar Julieta, encuentra a Romeo muerto y se mata a su vez. Los jefes de 
las dos familias enemigas, conmovidos por la desgracia que su enemistad ha 
provocado, se reconcilian finalmente.
V . .
Personajes: Los personajes centrales son Romeo Montesco y Julieta 
Capuleto.
Temas: El amor. En especial la pasión juvenil, que sobrepasa todos los 
obstáculos sociales.
Otros temas: Las rivalidades políticas y las luchas por el poder, cuyo
encono es fuente de desgracias para los ciudadanos comunes.
\
Rasgos formales: La obra consta de cinco actos. Está escrita en un 
lenguaje de gran riqueza poética con abundancia de metáforas. El original inglés 
combina el verso y la prosa, con claro predominio del verso, pero las traducciones 
castellanas generalmente la presentan en prosa.
ROMEO Y JULIETA
ACTO II, ESCENA II. El jardín de Capuleto
Entra Romeo
Romeo
¡Se burla de las llagas el que nunca recibió una herida!
(Julieta aparece arriba en una ventana)
Pero ¡silencio!, ¿qué resplandor se abre paso a través de aquella ventana? 
¡Es el Oriente,.y Julieta, el sol! ¡Surge, esplendente sol, y mata a la envidiosa
- Iuna’ lánguida y pálida de sentimiento porque tú, su doncella, la has aventajado 
en hermosura! ¡No la sirvas, que es envidiosa! Su tocado de vestal es enfermizo
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L iteratura 4 3
y amarillento, y no son sino bufones los que usan. Deséchalo! ¡Es mi,dueño! 
¡Oh, es mi amor! ¡Oh, si ella lo supiera!.. Habla... más nada se escucha; pero, 
¿qué importa? ¡Hablan sus ojos; les responderé!.. Soy demasiado atrevido. No 
es a mí a quien habla. Dos de las más resplandecientes estrellas de todo el 
cielo, teniendo algún quehacer ruegan a sus ojos que brillen en sus esferas 
hasta su retorno. ¿Y si los ojos de ella estuvieran en el firmamento y las 
estrellas en su rostro? ¡El fulgor de sus mejillas avergonzaría á esos astros, 
como, la luz del día a la de una lámpara! ¡Sus ojos lanzarían desde la bóveda 
celeste unos rayos tan claros a través de la región etérea, que cantarían las 
aves creyendo llegada la aurora!.. ¡Mirad cómo apoya en su mano la mejilla! 
¡Oh! ¡Quién fuera guante de esa mano para poder tocar esa mejilla!
Julieta:
¡Ay de mí!
* ;
Romeo:
Habla. ¡Oh! ¡Habla otra vez ángel resplandeciente! Porque esta noche 
apareces tan esplendorosa sobre mi cabeza como un alado mensajero celeste 
ante los ojos extáticos y maravillados de los mortales, que se inclinan hacia 
atrás para verle, cuando él cabalga sobre las tardes perezosas nubes y navega 
en el seno del aire.
Julieta:
¡Oh, Romeo, Romeo! ¿Por qué eres tú Romeo? Niega a tu padre y rehúsa 
tu nombre; o, si no quieres, júrame tan sólo que me amas, y dejaré yo de ser 
una Capuleto.
Romeo:
(Aparte) ¿Continuaré oyéndola, o le hablo ahora?I ,
Julieta:
¡Sólo tu nombre es mi enemigo! ¡Porque tú eres tu mismo, seas o no 
Montesco! ¿Qué es Montesco? No es ni mano, ni pie, ni brazo, ni rostro, ni 
parte alguna que pertenezca a un hombre. ¡Oh, sea otro tu nombre! ¿Qué hay 
en tu nombre? ¡Lo que llamamos rosa exhalaría el mismo grato perfume con 
cualquiera otra denominación! De igual modo Romeo, aunque Romeo no se 
llamara, conservaría sin este título las raras perfecciones que atesora. ¡Romeo, 
rechaza tu nombre; y , a cambio de este nombre, que no forma parte de ti, 
tómame a mí toda entera!
Romeo:
Te cojo tu palabra. Llámame sólo «amor mío», y seré nuevamente 
bautizado. ¡Desde ahora mismo dejaré de ser Romeo!'
Julieta:
¿Quién eres tú, que así, envuelto en la noche, sorprendes de tal modo 
mis secretos?
44
C entró P reuniversitario UNMSM
¡No sé cómo expresarte con un nombre quién soy! Mi nombre, santa 
adorada, me es odioso, por ser para ti un enemigo. De tenerla escrita, rasgaría 
esa palabra. '.
Julieta:
Todavía no han librado mis oídos cien palabras de esa lengua, y conozco 
ya el acento. ¿No eres tú Romeo y Montesco?
Romeo: .;
Ni uno ni otro, hermosa doncella, si los dos te desagradan.
Julieta: ^
Y dime: ¿cómo has llegado hasta aquí, y para qué? Las tapias del jardín 
son altas y difíciles de escalar, y el sitio, de muerte, considerando quién eres, 
si alguno de mis parientes te descubriera.
Romeo:
Con ligeras alas de amor franquee estos muros, pues no hay cerca de 
piedra capaz de atajar el amor; y lo que el amor puede hacer, aquello el amor se 
atreve a intentar. Por tanto, tus parientes no me importan.*
Julieta:
¡Te asesinarán si te encuentran!
Romeo:
¡Ay! ¡Más peligro halío en tus ojos que en veinte espadas de ellos! Mírame 
tan sólo con agrado, y quedo a prueba contra su enemistad.
Julieta:
¡Por cuanto vale el mundo, no quisiera que te viesen aquí!
Romeo:
El manto de la noche me oculta a sus miradas; pero, si no me quieres, 
déjalos que me hallen aquí. ¡Es mejor que termine mi vida víctima de su odio, 
que se retrase mi muerte falto de tu amor!
Julieta:
¿Quién fue tu guía para descubrir este sitio?.
Romeo:
Amor, que fue el primero que me incitó a indagar, él me prestó consejo y 
yo le presté mis ojos. No soy piloto; sin embargo aunque te hallaras tan lejos 
como la más extensa ribera que baña el más lejano mar, me aventuraría por 
mcía semeiante.mercancía semejante. 
Julieta:
Tu sabes que el velo de la noche cubre mi rostro; si así no fuera un ^
Ver¡aS teñír mis mejil,as P°r 10 <>ue me oíste pronunciar esta no¿he. 
stosa quisiera guardar las formas ygustosa negar cuanto he hablado; pero
V
O
L iteratura •45
¡adiós cumplimientos! ¿Me amas? Sé que dirás: sí, y yo te creeré bajo tu 
palabra. Con todo, si lo jurases, podría resultar fálso, y de los perjurios de los 
amantes dicen que se ríe Júpiter. ¡Oh gentil Romeo! Si de veras me quieres, 
decláralo con sinceridad; o, si piensas que soy demasiado ligera, me pondré 
desdeñosa y esquiva, y tanto mayor será tu empeño en galantearme; pero, de 
otro modo, ni portado el mundo. Es verdad, arrogante Montesco, soy demasiado 
apasionada, y por ello tal vez tildes de liviana mi conducta; pero, créeme,

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