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Notas sobre el UNO en el seminario XVI

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Notas sobre el UNO en el seminario XVI
Identificación - Identidad
“Lo más difícil de pensar es el UNO”
“el abordaje moderno del UNO es escriturario”
El UNO y el a minúscula
Palabras clave: einziger Zug - Rasgo Unario - UNO - Identificación - Identidad - Repetición - a. _________________________________________________________________________
Notas
En Psicología de las masas y análisis del yo Freud define la identificación como la “más temprana exteriorización de una ligazón afectiva con otra persona”[footnoteRef:0], y desempeña un papel esencial en la formación neurótica del síntoma. [0: S. Freud - Psicología de las masas y análisis del yo [1921] - Pág. 99 Amorrortu.] 
A. Identificación como forma de exteriorización del lazo con un otro tenemos:
· El varoncito manifiesta interés hacia su padre, quiere ser como él [lo toma como su ideal]
· Al mismo tiempo emprende una cabal investidura de objeto de la madre según el tipo de apuntalamiento [anaclítico]. 
Estas son dos formas de lazos psicológicamente diferentes. Por un lado con la madre: una directa investidura de objeto; y por otro con el padre: una identificación que lo toma por modelo. 
Ambas formas coexisten un tiempo, sin influirse ni perturbarse, pero la unificación de la vida anímica avanza sin cesar y esas formas confluyen en el complejo de edipo normal. 
· El pequeño ve al padre como un estorbo junto a la madre.
· Su identificación con él toma una tonalidad hostil, la que pasa a ser idéntica al deseo de sustituirlo junto a la madre.
Se puede discernir que la identificación aspira a configurar al YO a semejanza del otro tomado como modelo. 
B. La identificación en relación a la formación neurótica de síntomas tenemos:
· Una niña pequeña posee el mismo síntoma que su madre [tos martirizadora] - Ello puede ocurrir por diversas vías: 
1. La identificación puede ser la misma que la del complejo de Edipo - voluntad hostil de sustituir a la madre, y el síntoma expresa el amor de objeto por el padre [sustituye a la madre bajo el influjo de la conciencia de culpa - “has querido ser tu madre, ahora lo eres en el sufrimiento”] Mecanismo de la formación de síntoma. 
2. El síntoma es el mismo que el de la persona amada [Dora imitaba la tos del padre]
“La identificación reemplaza a la elección de objeto”; “la elección de objeto ha regresado hasta la identificación”
En ambos casos vemos que la identificación es parcial, limitada, toma prestado un único rasgo de la persona amada.
3. Tercer caso de formación de síntoma en el que se prescinde por completo de la persona copiada. [Una muchacha recibe una carta de su amado secreto, despertando el celo de sus compañeras de pensión. Frente a esto ella reacciona con un ataque histérico y, algunas de sus amigas que saben de qué se trata, pescarán este ataque por vía de la infección psíquica] 
El mecanismo es el de la identificación sobre la base de ponerse en la misma situación. 
Las otras quisieran tener una relación secreta, y bajo el influjo del sentimiento de culpa aceptan también el sufrimiento aparejado. No se apropian del síntoma por empatía, al contrario, la empatía nace de la identificación… 
Uno de los YO ha percibido en el otro una importante analogía [mismo apronte afectivo] y crea una identificación en ese punto, identificación que se desplaza al síntoma que el primer yo había producido. 
La identificación por el síntoma pasa a ser el indicio de un punto de coincidencia entre los dos YO, que debe mantenerse reprimido. 
Síntesis
Hemos aprendido de estas tres fuentes lo siguiente:
1. Identificación como la forma más originaria de ligazón afectiva con un objeto; 
2. Identificación como sustituto de una ligazón libidinosa de objeto por la vía regresiva - introyección del objeto en el YO,
3. Identificación que puede nacer de cualquier comunidad que llegue a percibirse en una persona que no es objeto de las pulsiones sexuales. Cuanto más significativa sea esa comunidad, más exitosa será la identificación parcial y así corresponder a una nueva ligazón. 
La ligazón recíproca entre los individuos de la masa tiene la naturaleza de una identificación de esta clase [mediante una importante comunidad afectiva], y podemos conjeturar que esa comunidad reside en el modo de ligazón con el conductor. 
Rasgo Unario
Según Lacan el rasgo unario es la forma elemental del significante como pura diferencia que sustenta la identificación simbólica. Reconoce este rasgo único como un significante, único y aislado, que no forma parte de una cadena significante. Es primero un signo, una insignia del Otro. Esta insignia del Otro constituye el núcleo del ideal del YO. 
Como ya vimos en el texto Psicología de las masas y análisis del yo, Freud describe en la segunda de las formas de identificación [hay tres formas] que el sujeto se identifica regresivamente con el objeto de amor o rival adoptando un rasgo único de la otra persona [einziger Zug] La Tos de Dora es el ejemplo que toma - imitación de la tos de su padre.
Lacan en su seminario sobre la Identificación (1961 - 1962) utiliza la lingüística de Saussure para comparar el einziger Zug con el significante como elemento diferenciado. Así tradujo como rasgo unario para enfatizar su sentido matemático, comparándolo con un número binario. 
Saussure definió al significante en su negatividad - es diferente de los otros significantes en una estructura dada. Esto implica que también es diferente de sí mismo. Esta pura diferencia caracteriza al rasgo unario. [Lacan toma como ejemplo - Un cazador prehistórico que tallaba muescas en un trozo de hueso. Una muesca significa cada muerte, sin hacer referencias a los diferentes tipos de presas alcanzadas o a los eventos singulares asociados a cada caza. Cada animal muerto cuenta como uno, y ese es el único aspecto de la caza marcado por el rasgo]
Los rasgos de una serie no necesitan parecerse entre sí. No necesitan ser idénticos para que sean iguales. Dado que ningún rasgo simple es reconocible como una cosa en sí misma, una vez convertido en parte de una serie, no se puede saber cuál fué la primera marca. 
Cuando la cosa se borra, el rasgo unario permanece como símbolo de su ausencia. Así, el rasgo transforma la cosa ausente en objeto de deseo. Una segunda marca, indistinguible de la primera, crea un agujero en el que se pierde este objeto. Así, el rasgo unario se fusiona con la marca fálica y la amenaza de castración, en la medida en que prohibe para siempre el acceso a la cosa incestuosa. 
Lacan plantea que en este rasgo unario reside lo esencial de lo que se llama repetición, la que se liga a lo que Freud designa como el objeto perdido. Así, el goce se busca en un esfuerzo de reencuentro, y que solo se lo podría reencontrar cuando se lo reconoce por el efecto de la marca. 
La marca introduce en el goce la huella de la que resulta su pérdida. 
Huella borrada - Allí comienza la repetición del 1 como marca, repetición como recuperación y pérdida.
En este punto Lacan plantea confrontar el mecanismo de la repetición con la reminiscencia de Platón. Este desembocaba en la IDEA, en la preexistencia de toda forma, y para ello recurre a la reminiscencia. Platón da una explicación mitológica - la que está en la doctrina de la pre - existencia del alma. En ella el alma ha contemplado en el más allá el saber que ha olvidado al encarnar en un cuerpo…, de allí que debe recordar por reminiscencia.
Lacan advierte cierta relación entre la “repetición” y “la apuesta de Pascal”.
I
Contexto Pascal
Ubica a Pascal en el contexto del jansenismo a quienes define como rigoristas, personas que impedían vivir a gusto de cada… Era un movimiento puritano que ponía su énfasis en el pecado original, la depravación humana, la necesidad de la Gracia Divina [la que salvaría solos a aquellos a quienes se la había concebido desde su nacimiento, la creencia en la predestinación…]
El cristianismo centra su papel en la Gracia, entendida como favor, don gratuito concedido por Dios para ayudar al hombre a cumplir los mandamientos, salvarse o ser santo - tambiénentendida como el acto de amor unilateral por el que Dios llama continuamente a las almas hacia sí. 
Así la Gracia mantiene estrecha relación con el deseo del Otro. 
El deseo se juega en el campo del Otro articulado como el lugar de la palabra. 
¿Quién habla a nivel del sujeto?
 II
La apuesta de Pascal
A nivel de la apuesta encontramos la forma singular del Nombre del Padre en el enunciado que encabeza el papelito - Cara o cruz = Cara o seca. [Allí está lo que Lacan llama real absoluto en la medida en que es un tope = es esto o no es esto] 
 La apuesta contiene en su comienzo lo real absoluto - se trata de algo de lo que no podemos saber ni si es, ni lo que es. Se trata entonces de saber si el partenaire existe o no. 
En la apuesta también encontramos la postura. Pascal modificó el abordaje del yo del jugador el día en que descubrió las reglas de las partidas. 
Se pregunta ¿cómo repartir de manera justa cuando se interrumpe una partida en curso cuyas reglas ya están dadas?
resuelve el planteo por la simple observación de que lo que apuesta al comienzo está perdido.
Esta es la esencia del juego, logificable porque está reglado. Allí donde el afán de lucro confundía, esta purificación inicial permite enunciar correctamente cómo operar para hacer el justo reparto de lo que está en el centro como postura - postura perdida. 
En la práctica analítica nos confrontamos con un efecto de pérdida. En principio atribuido a algún daño imaginario, una herida narcisista imputada a la relación con el semejante… [todo intento de reparación está condenado a prolongar la aberración] La herida de la que se trata depende de un efecto simbólico.
Este efecto simbólico se inscribe en el hiato producido entre el cuerpo y su goce - en la medida en que la incidencia del significante, la marca [lo que llamé rasgo unario] la determina o la agrava. 
Como no podemos sondear lo que había de hiato en el organismo, y solo nos importa el agravamiento, decimos que la incidencia del rasgo unario le da su consistencia. 
Se dibuja una relación entre el efecto de la pérdida [objeto perdido - que designamos “a”] y ese lugar llamado el Otro 
III
Por un lado está: 
1. “a” = función de la pérdida.
Por otro está: 
2. UNO = rasgo unario [ el determinante]
1
–
a
Un segunda serie engendraría por: 
1. lo que se llama Spaltung [divisiòn original del sujeto]
2. por el esfuerzo de unir dos unidades distintas.
a					1
 	 
 1 - a 				 1 + a
 Serie decreciente Serie creciente
“El sí o no refutable abre más campos que el puro y simple demostrable”. 
Pascal permite sondear, respecto al cara o cruz, lo racional de arriesgar una postura, contra una infinidad de vidas [infinitamente felices]
No siempre sabemos el valor de a del que nos adueñamos. Solo vemos la serie que engendra en su relación con el 1.
a - 1 = 
1. elementos neutros.
2. el 1 de esta serie no es el 1 de la multiplicación
3. necesita acciones suplementarias para hacerlos útiles.
4. lo mismo ocurre con a.
El interés por estos términos es que a partir de ellos escribimos. No se ubican en ningún real. 
El punto de partida de Pascal es Infinito nada. Punto funcional desde donde se determina toda la sucesión - es algo que tenemos que ponerlo en la apuesta. 
En el campo del Otro se enuncia una revelación [nos promete una infinidad de vidas infinitamente felices]
Desde que elegimos estamos privados de un semiinfinito [incluso cuando lo que perdemos es nada]
¿Qué ocurre con la génesis de este Otro?
Lo distinguimos de este UNO que está antes del 1 [el GOCE]
1 / 1 a 
________________________________________
Goce / Campo del Otro
1. a, y su relación con UNO es la medida de referencia.
2. dicha medida sirve para medir, análogamente, lo que ocurre con el UNO del GOCE.
Este GOCE se llama goce masoquista - se verifica en los análisis. El sujeto asume la posición de pérdida, de desecho, representada por a en el nivel del plus-de-gozar. 
En su esfuerzo por constituir al Otro como un campo, el sujeto saca partido de la proporción que se escabulle al acercarse al goce por la vía del plus-de-gozar. 
El a condiciona la distinción entre: 
1. el YO que sustenta al campo del Otro [campo del saber]
2. el YO del goce.
Al totalizarse, 
1. el YO del saber no alcanzará nunca su suficiencia
2. en la medida de su perfección, el YO del goce permanece enteramente excluido.

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