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Ecologia Y Medio Ambiente en el Siglo XXI - Carabias-110

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Unidad I Bases biológicas de la ecología
cifras no es más que un reflejo de la enorme incertidumbre que todavía tenemos en nuestro cono-
cimiento; sin embargo, señala un hecho indudable: lo que conocemos es todavía una porción muy 
pequeña de la gran diversidad de especies que comparten el planeta con nosotros.
En el cuadro 5.2 se indican los números de especies conocidas en la actualidad de los principales 
grupos taxonómicos. Debe recordarse, además, que el número de especies que viven en el mundo 
actual no es más que una pequeña fracción de todas las que han existido en nuestro planeta a lo largo de 
miles de millones de años de evolución. Pero, ¿cómo sabemos que hubo tantas especies si actualmente 
están extintas? La respuesta está en el registro fósil, en el cual quedó grabado su paso por la Tierra. 
En la larga historia de nuestro planeta ha habido eventos de extinción en masa en repetidas ocasio-
nes. Uno de ellos ocurrió hace aproximadamente 260 millones de años, al final de la era Paleozoica, 
cuando desapareció cerca de 50% de las especies que existían en ese momento en la Tierra, la mayoría 
de las cuales eran invertebrados marinos. Otro evento de extinción en masa, el más reciente, ocurrió 
hace aproximadamente 65 millones de años (al final del Cretácico) e implicó la desaparición de todo 
el grupo de los dinosaurios, entre otros. Algunos científicos afirman que se avecina otra extinción en 
masa, de dimensiones similares a las anteriores, como consecuencia del cambio climático que el ser 
humano está provocando en el planeta (véase el capítulo 8). 
A pesar de que los datos relacionados con la variedad de especies en la Tierra son impresionan-
tes, no debemos olvidar que el número de especies es sólo uno de los aspectos de la biodiversidad. 
Otro aspecto muy importante es la variedad de ecosistemas que forman los diferentes grupos o 
especies en conjunto con el medio ambiente abiótico en el que habitan. Podemos intuir las diferen-
tes expresiones que adquiere este aspecto de la biodiversidad si pensamos en la gran diversidad de 
paisajes que podemos encontrar sobre la Tierra. Hay paisajes áridos, húmedos, boscosos, rocosos, 
helados, montañosos, planos, etcétera. A la vez, entre los paisajes húmedos, por ejemplo, encontra-
mos algunos caracterizados por su vegetación alta, o vegetación baja, o vegetación densa, o bien, 
más rala. En realidad, es imposible encontrar dos paisajes idénticos en este “planeta azul” en el que 
vivimos.
Los científicos han intentado clasificar la gran diversidad de comunidades y ecosistemas que 
existen en la Tierra tomando en cuenta sus características (como estructura, composición y funcio-
namiento). Existen clasificaciones muy diversas, y sin duda todas ellas simplifican la abrumadora 
variedad de la naturaleza; sin embargo, una clasificación ampliamente aceptada por su sencillez y apli-
cabilidad es la que se basa en el concepto de bioma (véase el capítulo 3, sección 3.7). Un bioma es un
tipo general de comunidad característico de una región climática del planeta. Como vimos en el capítu-
lo 3, los biomas terrestres más conocidos son la selva tropical húmeda y la sabana (en climas de tipo 
A); el desierto (en climas de tipo B); el bosque templado (en climas de tipo C); el bosque boreal o 
taiga (en climas de tipo D); y la tundra (en climas de tipo E). Otras clasificaciones más detalladas
distinguen entre los diferentes tipos de bosques dependiendo de si son tropicales (selvas) o templados, 
y de si están formados sólo por especies de hojas anchas (latifoliadas) o sólo por coníferas, o bien, por 
una combinación de latifoliadas y coníferas (bosques mixtos). Además, se distinguen diferentes tipos de 
vegetación arbustiva. Como se observa en el cuadro 5.3, los bosques en conjunto representan un poco 
más de la mitad de los ecosistemas terrestres, seguidos por los desiertos y los pastizales; por el contrario, 
el bioma que ocupa la menor proporción de la superficie emergida de la Tierra es la tundra, con menos 
de 5%. En la figura 5.5 se presenta una clasificación más detallada de los biomas y la superficie que 
ocupan en América Latina.
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