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Unidad II Recursos naturales y deterioro ambiental 106 Desde nuestro origen, los seres humanos hemos dependido, directa o indirectamente, de los ecosis- temas naturales, pues hacemos uso de ellos para resolver nuestras necesidades básicas y para nuestro desarrollo. De los ecosistemas obtenemos alimentos, agua, madera, fibras, tintes, combustibles, ener- gía y minerales, entre muchos otros productos que satisfacen nuestras necesidades. A estos bienes que se extraen de la naturaleza les hemos llamado históricamente recursos naturales y los revisaremos en detalle en la sección 6.3. Pero antes de entrar en ese tema, es importante tener conciencia de que la disponibilidad y la existencia misma de muchos de estos recursos naturales dependen de que los ecosistemas de los que provienen funcionen de manera sana y continua. En otras palabras, la dispo- nibilidad y la existencia de los recursos naturales dependen de que los procesos naturales que los pro- ducen, tales como los ciclos de nutrientes, la formación de suelo, el ciclo del agua y la polinización de las plantas, entre muchos otros, se lleven a cabo sin interrupción. Además de los recursos naturales, que generalmente podemos reconocer y apreciar fácilmente como miembros de la sociedad moderna, la presencia misma de los ecosistemas también brinda a la sociedad un conjunto de beneficios importantes que son menos tangibles. Entre ellos podemos men- cionar la purificación del aire y del agua, la regulación de los ciclos hidrológicos y el mantenimiento del equilibrio de gases en la atmósfera que determina el clima regional. De hecho, la humanidad no sólo ha obtenido de los ecosistemas naturales una gran cantidad de bienes materiales necesarios para su desarrollo y bienestar social, sino que también ha encontrado en la naturaleza los elementos necesarios para su bienestar espiritual y cultural. Los diferentes elementos que componen la naturaleza han estado siempre y en todas las culturas vinculados a las creencias, a nuestro placer de observar los paisajes naturales y los seres vivos y, más recientemente, al profundo respeto por el proceso que conocemos como evolución biológica, que durante un tiempo increíblemente largo ha permitido el surgimiento de millones de especies. Al conjunto de elementos que el ser humano obtiene de la naturaleza y a las múltiples funciones que desempeñan los ecosistemas naturales proveyendo estabilidad climática, belleza paisajística, equi- librio ecológico, espacios de recreación, ente otros, se les denomina servicios ambientales o servicios ecosistémicos, pues de ellos se benefician las sociedades humanas para lograr desarrollo y bienestar. En virtud de la complejidad y diversidad de los procesos y fenómenos reconocidos como servicios ambientales, éstos se han clasificado en cuatro grandes subconjuntos con la finalidad de comprender- los, estudiarlos y valorarlos mejor: 1) servicios de aprovisionamiento o suministro; 2) servicios de regulación; 3) servicios culturales, y 4) servicios de soporte. En el cuadro 6.1 se presentan definiciones y ejemplos de cada uno. Una característica importante de los servicios ambientales es que todos ellos interactúan entre sí y dependen unos de otros. Esto significa que si queremos contar con ellos de forma permanente, es fundamental mantener las funciones de los ecosistemas en armonía. Por ejemplo, la polinización de las plantas (un servicio de regulación) es esencial en la producción de alimentos y fibras (un servicio de soporte); los insectos herbívoros son esenciales para el control de las plagas (servicio de regulación); los arrecifes de coral ofrecen hábitat y alimento para los peces (servicio de aprovisionamiento) y al Servicios ambientales6.2 el petróleo, como algunos científicos aseguran que va a suceder? ¿O si la tierra se erosionara y perdiera su capacidad para producir maíz y trigo? En ese caso, ¡lo de menos será que dejemos de comer sopa de coditos!
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