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Las ranas y los sapos han habitado los estanques y pantanos de la Tierra durante cerca de 150 millones de años y, de algún mo- do, sobrevivieron a la catástrofe del cretácico que provocó la extinción de los dinosaurios y de tantas otras especies hace al- rededor de 65 millones de años. Sin embargo, su longevidad evolutiva no parece ofrecer una defensa adecuada contra los cambios ambientales generados por las actividades humanas. A lo largo de la última década, los herpetólogos (los biólogos que estudian los reptiles y anfibios) de todo el mundo documenta- ron una alarmante reducción de las poblaciones de anfibios. Miles de especies de ranas, sapos y salamandras están experi- mentando una impresionante disminución y, al parecer, muchas se han extinguido. Este fenómeno no es de carácter local; se ha informado de fuertes descensos en las poblaciones de todas partes del mun- do. Los sapos de Yosemite y las ranas de patas amarillas están desapareciendo de las montañas de California; las salamandras tigre prácticamente se han exterminado en las Montañas Roca- llosas de Colorado; las ranas leopardo, perseguidas con entu- siasmo por los niños, se están convirtiendo en una rareza en Estados Unidos. La tala de árboles destruye los hábitat de los anfibios desde el noroeste del Pacífico hasta el trópico (FIGU- RA E24-1), pero incluso los anfibios de las zonas protegidas están muriendo. En la Reserva del Bosque Nuboso de Monte- verde, en Costa Rica, el sapo dorado era común a principios de la década de 1980, pero no se le ha vuelto a ver desde 1989. La rana de incubación gástrica de Australia fascinaba a los bió- logos porque se tragaba sus huevos, los incubaba en el estóma- go y más tarde regurgitaba las crías totalmente formadas. Esta especie era abundante y parecía estar a salvo en un parque na- cional. De improviso, en 1980, la rana de incubación gástrica desapareció y no se le ha visto desde entonces. Las causas de la disminución mundial de la diversidad de los anfibios no se conocen con certeza, pero los investigadores han descubierto recientemente que las ranas y los sapos de muchos lugares están sucumbiendo ante una infección por un hongo pa- tógeno. Se ha encontrado el hongo en la piel de ranas muertas y moribundas en localidades muy distantes unas de otras, como Australia, América Central y el oeste de Estados Unidos. En esos lugares el descubrimiento del hongo ha coincidido con la mor- tandad masiva de ranas y sapos, y casi todos los herpetólogos están de acuerdo en que el hongo está provocando las muertes. Sin embargo, parece poco probable que el hongo por sí so- lo sea la causa de la disminución mundial de los anfibios. Para empezar, se ha registrado mortandad en lugares en donde no se ha encontrado el hongo. Además, muchos herpetólogos piensan que la epidemia micótica no habría surgido si las ranas y sapos no hubieran estado debilitados previamente por otras causas. Así que, si no es el hongo por sí solo la causa de todo el daño, ¿cuáles son las otras causas posibles de la disminución de los anfibios? Todas las causas más probables tienen que ver con la modificación de la biosfera —la parte de la Tierra en la que hay vida— provocada por los seres humanos. La destrucción de los hábitat, en especial el drenado de los pantanos, que son idóneos para la vida de los anfibios, es una de las causas principales de la disminución. Los anfibios tam- bién son muy vulnerables a las sustancias tóxicas del ambiente. Por ejemplo, los investigadores encontraron que las ranas expuestas a cantidades traza de atrazine (un herbicida que se utiliza comúnmente y que se encuentra en casi todos los cuer- pos de agua dulce de Estados Unidos) sufrieron severos daños en sus tejidos reproductores. La biología singular de los anfibios los hace especialmente vulnerables a los tóxicos en el ambien- te. El cuerpo de los anfibios en todas sus etapas vitales está protegido sólo por una capa delgada y permeable de piel que los contaminantes pueden penetrar con facilidad. Para empeo- rar las cosas, la doble vida de muchos anfibios expone su piel permeable a una amplia gama de hábitat acuáticos y terrestres y, por consiguiente, a una gran diversidad de toxinas ambientales. Los huevos de los anfibios también pueden resultar dañados por la luz ultravioleta (UV), de acuerdo con las investigaciones rea- lizadas por Andrew Blaustein, un ecólogo de la Universidad Esta- Ranas en peligroGUARDIÁN DE LA TIERRA a) b) c) FIGURA 24-8 “Anfibio” significa “doble vida” Una ilustración de la doble vida de los anfibios es la transición a) del rena- cuajo larvario totalmente acuático a b) la rana adulta que lleva una vida se- miterrestre. c) La salamandra roja vive exclusivamente en hábitat húmedos de la parte oriental de Estados Unidos. Al nacer, las salamandras tienen una forma que se asemeja mucho a la de los individuos adultos. PREGUNTA: ¿Qué ventajas obtienen los anfibios a partir de su “doble vida”?
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