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Biologia la Vida en La Tierra-comprimido-560

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528 Capítulo 26 CRECIMIENTO Y REGULACIÓN DE LAS POBLACIONES
En Costa de Marfil, un pequeño país de la costa occidental de
África, el gobierno libra una batalla para proteger parte de su
selva tropical cada vez más reducida, contra miles de cazado-
res, agricultores y leñadores ilegales. Los funcionarios prenden
fuego a las viviendas de los moradores ilegales, quienes de in-
mediato regresan y las reconstruyen. Un residente ilegal es Sep
Djekoule, quien explica: “Tengo diez hijos y necesitamos co-
mer. En la selva es donde puedo sostener a mi familia y todos
tenemos ese derecho”. Sus palabras ilustran el conflicto entre
el crecimiento demográfico y la protección ambiental, entre el
“derecho” a tener más hijos y la capacidad de mantenerlos
usando los recursos limitados de la Tierra. Una moderada pro-
yección de la Organización de las Naciones Unidas es que la
población humana llegará a 9000 millones para el año 2150 y
que todavía seguirá en aumento. ¿Cuántos habitantes puede
sostener nuestro planeta?
Los ecologistas coinciden en que el concepto de capacidad
de carga se vuelve confuso para la gente, porque las personas
utilizan tecnología para vencer la resistencia ambiental y así in-
crementar la disponibilidad de alimento, curar enfermedades y
prolongar la vida. Además, desde la época en que los seres hu-
manos vivían en cavernas, nuestras constantes y crecientes 
expectativas de comodidad y movilidad han reducido la capa-
cidad de la Tierra para sostenernos. Podemos y debemos em-
plear tecnología para reducir nuestra influencia destructora, por
ejemplo, mejorando las prácticas agrícolas, conservando la
energía y el agua, reduciendo los contaminantes, y reciclando
mucho más papel, plástico y metal. Sin embargo, nuestra capa-
cidad de reproducción excede con mucho nuestras posibilida-
des de incrementar la capacidad de la Tierra para sostenernos.
Un grupo de científicos grande de todas partes del mundo
está participando en un proyecto continuo para evaluar el im-
pacto de los seres humanos sobre los ecosistemas mundiales.
Están comparando la demanda de recursos de la población hu-
mana mundial con la capacidad de los ecosistemas del mundo
para abastecer tales recursos, que incluyen tierras agrícolas, pe-
ces y otros alimentos salvajes, madera, espacio y energía. Los
investigadores estiman la cantidad de espacio biológicamente
productivo o biocapacidad necesaria para absorber el dióxido
de carbono generado por el uso de fuentes de energía y para
satisfacer las demandas de recursos de una persona promedio
a los niveles actuales de tecnología. Denominan esta área hue-
lla ecológica. Su estimación más reciente (con base en datos de
2002) fue que la Tierra tenía 1.8 hectáreas disponibles por cada
uno de sus 6200 millones de seres humanos. No obstante, la
huella ecológica en promedio era de 2.2 hectáreas. Esto sugie-
re que incluso en 2002, cuando nuestro planeta soportaba más
de 300 millones de personas menos que las más de 6500 millo-
nes actuales, la huella colectiva de la humanidad excedía la bio-
capacidad en cerca de 20 por ciento. Inquietantemente tales
estimaciones suelen ser conservadoras: no toman en cuenta el
agotamiento de las reservas subterráneas de agua dulce ni la
necesidad de dejar porciones considerables de la biosfera in-
tactas para brindar un hábitat a las especies silvestres.
Una población que excede la capacidad de carga daña al
ecosistema y reduce su capacidad para sostenerla. En los si-
guientes párrafos, veremos cómo la humanidad está agotando
la fuente de recursos del planeta y reduciendo su capacidad pa-
ra mantenernos.
Cada año, el pastoreo excesivo y la deforestación reducen la
productividad de la tierra, especialmente en los países en desa-
rrollo. En un mundo donde, según estimaciones de Naciones
Unidas, más de 850 millones de personas padecen desnutrición
crónica, una porción significativa de las tierras agrícolas del
mundo sufren una erosión que reduce su fertilidad tanto para
los cultivos como para el pastoreo (FIGURA E26-3). La búsque-
da de más terrenos agrícolas origina deforestación e intentos
por cultivar tierras poco idóneas para la agricultura. La deman-
da de madera también ocasiona que cada año grandes áreas se
deforesten, fomentando la escorrentía de la tan preciada agua
¿Hemos excedido la capacidad de carga de la Tierra?GUARDIÁN DE LA TIERRA
dinámica poblacional en la que la población tiene un crecimien-
to rápido y luego regresa a la estabilidad (aunque mucho más
grande), se denomina transición demográfica (FIGURA 26-16).
Esta disminución en los índices de natalidad que concluye
con la transición demográfica es atribuible a muchos factores,
entre ellos una mejor educación, mayor disponibilidad de anti-
conceptivos, un cambio hacia una vida principalmente urbana
(donde procrear ofrece menos ventajas que en las zonas agríco-
las) y más opciones profesionales para la mujer. En la mayoría
de los países desarrollados ya se dio la transición demográfica
y las poblaciones son más o menos estables. Las poblaciones se
estabilizan cuando los adultos en edad reproductiva han tenido
suficientes descendientes para remplazarse a sí mismos, una si-
tuación que se conoce como fertilidad en el nivel de reposición
(RLF). Como no todos los niños sobreviven hasta la madurez,
la RLF es ligeramente mayor que 2 (2.1).
El crecimiento demográfico se distribuye de manera
desigual
En los países en desarrollo, como en gran parte de Centro y
Sudamérica, Asia (sin incluir a China ni a Japón) y África (ex-
cluyendo a aquellos devastados por la epidemia del SIDA), los
adelantos en medicina han reducido los índices de mortalidad
y alargado el tiempo de vida; no obstante, los índices de nata-
lidad continúan siendo altos. Estos países están en diferentes
etapas de la transición demográfica. Aunque China es un país
en desarrollo, su gobierno reconoció los impactos negativos
del crecimiento demográfico continuo e instauró reformas so-
ciales que han llevado a los índices de natalidad a niveles por
debajo de la RLF. En otras naciones en desarrollo, a veces los
hijos son el único sostén de los padres ancianos, son una fuente
importante de mano de obra (en especial en las granjas, aun-
que también en las fábricas) y pueden ser fuente de prestigio
social. En algunos países las creencias religiosas promueven
las familias numerosas y favorecen los altos índices de natali-
dad.Además, muchas mujeres que buscan limitar el tamaño de
su familia carecen de acceso a los anticonceptivos. En Nigeria,
el país más poblado de África, sólo el 8 por ciento de las mu-
jeres usan métodos anticonceptivos modernos y la mujer pro-
medio tiene seis hijos. Nigeria padece ya la pérdida de sus
bosques y vida silvestre, la erosión del suelo y la contamina-
ción del agua. De sus más de 134 millones de habitantes, el 43
por ciento son menores de los 15 años de edad, de manera que
es indudable que el crecimiento demográfico continuará.
El crecimiento demográfico es mayor en los países que
menos pueden solventarlo. Esto origina un tipo de círculo vi-
cioso: conforme más personas comparten los mismos recursos
limitados, se incrementa la pobreza, la cual desvía a los niños

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