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Biologia la Vida en La Tierra-comprimido-578

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Los movimientos irregulares de la mosca remedan los que eje-
cuta una araña saltadora cuando expulsa a otra araña de su te-
rritorio (FIGURA 27-11). La selección natural ha armonizado
con gran finura el comportamiento y la apariencia de la mosca
para evitar que ésta sea víctima de las arañas saltadoras.
Algunos depredadores utilizan el mimetismo 
para atacar a sus presas
Algunos depredadores han desarrollado un mimetismo agre-
sivo, una estrategia de “lobo con piel de oveja”, que les per-
mite incitar a su presa a acercarse. Por ejemplo, las luciérnagas
hembra emiten destellos con un cierto ritmo, que es único pa-
ra su especie, con el fin de atraer a los machos. Pero en una es-
pecie, las hembras en ocasiones imitan el patrón de destellos
de una especie diferente para atraer machos que matan y co-
men. El pez rana (véase la figura 27-6b) no sólo está camufla-
do, sino que exhibe un tipo de mimetismo agresivo al hacer
oscilar un poco arriba de su boca un señuelo que se retuerce
y que semeja un pez pequeño. El pez rana se traga de inme-
diato al pez curioso atraído por el señuelo.
Algunos depredadores y presas toman parte 
en contiendas químicas
Tanto depredadores como presas emplean una variedad de
sustancias químicas con fines de ataque y defensa. El veneno
de las arañas y las serpientes, como la coralillo (véase la figura
27-9), cumple la función de paralizar las presas y también de
disuadir a los depredadores. Muchas plantas producen toxinas
defensivas. Por ejemplo, los lupinos, cuyas flores adornan tan-
to los jardines como los prados de las montañas, producen sus-
tancias químicas, llamadas alcaloides,
espectacular de defensa química es el que ofrece el escaraba-
jo bombardero. Como respuesta a la mordedura de una hormi-
ga, el escarabajo deposita las secreciones de unas glándulas
especiales en una cámara abdominal, donde ciertas enzimas ca-
talizan una reacción química explosiva que lanza un chorro de
líquido hirviente y tóxico contra el atacante (FIGURA 27-12a).
Las plantas y los herbívoros tienen adaptaciones 
coevolutivas
Aunque los hemos clasificado como depredadores, los herbí-
voros (animales que comen plantas) no se ubican claramente
en alguna de las categorías que hemos utilizado. Cuando pas-
tan, los caballos y las vacas arrancan y exterminan algunas
hierbas, pero casi siempre actúan como una podadora de pas-
to que recorta, pero no mata las plantas. Como quiera que los
clasifiquemos, los herbívoros ejercen una fuerte presión selec-
tiva sobre las plantas para evitar ser devoradas. Las plantas
han perfeccionado diversas adaptaciones químicas que disua-
den a sus “depredadores” herbívoros. Muchas de ellas, como
el cardo lechoso, sintetizan sustancias tóxicas y de sabor desa-
gradable. A medida que las plantas perfeccionaban sustancias
tóxicas para su defensa, ciertos insectos encontraron formas
de eliminar la toxicidad de estas sustancias o incluso de utili-
zarlas. El resultado de todo esto es que prácticamente toda
planta tóxica sirve de alimento al menos a un tipo de insecto.
Por ejemplo, las mariposas monarca depositan sus huevecillos
en el cardo lechoso; cuando sus larvas eclosionan, consumen
la planta tóxica (FIGURA 27-12b). Las orugas no sólo toleran el
veneno del cardo lechoso, sino que además lo almacenan en
sus tejidos como defensa contra sus propios depredadores.
Después de la metamorfosis, la mariposa monarca conserva la
toxina almacenada (véase la figura 27-8).
Los pastos han incorporado sustancias silíceas (vítreas)
duras en sus hojas, lo que las hace difíciles de masticar, salvo
para los que cuentan con dientes grandes y fuertes. En una es-
cala de tiempo evolutiva, los pastos endurecieron sus hojas
para reducir el ataque de los depredadores, y los caballos ad-
quirieron dientes más largos con cubiertas de esmalte más
gruesas que resisten el desgaste.
546 Capítulo 27 INTERACCIONES DE LA COMUNIDAD
araña saltadora (depredador) mosca de la baya de nieve (presa)
FIGURA 27-11 Una presa imita a su depredador
Cuando se aproxima una araña saltadora (izquierda), la mosca de la baya de nieve extiende sus alas para exhibir
una figura que semeja patas de araña (derecha). La mosca intensifica el efecto ejecutando una danza de saltitos
laterales que remeda el movimiento de las patas de una araña saltadora que defiende su territorio.

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