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576 Capítulo 28 ¿CÓMO FUNCIONAN LOS ECOSISTEMAS? En los polos opuestos de la Tierra, el Ártico y el Antártico, el hielo se está derritiendo. La penín- sula Antártica es vulnerable de forma singular al calentamiento global porque su temperatura promedio a lo lar- go del año se acerca al punto de congelación del agua. En los últimos 50 años, la temperatura alrededor de la península se ha incrementado aproximadamente unos 2.5°C, mucho más rápi- do que el promedio global. Desde 1995, unos 5,180 kilómetros cuadrados de plataformas de hielo de la península Antártica se han desintegrado; de acuerdo con muestras de hielo, los cien- tíficos creen que estas plataformas habían existido durante mi- les de años. La pérdida de las plataformas flotantes de hielo tiene consecuencias de gran alcance. El hielo del mar crea con- diciones que favorecen el abundante crecimiento del fitoplanc- ton y las algas. Estos productores primarios proveen alimento a las larvas de krill, unos crustáceos semejantes a los camarones que son una especie clave en la red alimentaria del Antártico. El krill constituye una porción importante de la dieta de las fo- cas, los pingüinos y varias especies de ballenas. Pero durante los últimos 30 años, las poblaciones de krill en el suroeste del Atlántico han disminuido aproximadamente en un 80 por cien- to. Angus Atkinson, investigador del instituto British Antarctic Survey, considera que la disminución está vinculada con la pér- dida de hielo del mar. Un escenario probable es que conforme las plataformas de hielo se reducen, las algas que crecen deba- jo de ellas no lograrán sobrevivir, por lo que el krill que depen- de de esas algas morirá de inanición. Los investigadores están preocupados de que la desaparición del krill repercuta en la ca- dena alimentaria, provocando la muerte por inanición de balle- nas, focas y pingüinos. Los pingüinos de Adelia pasan sus inviernos en las plataformas de hielo del Antártico, alimentán- dose de krill. Aunque la mayor parte de las poblaciones de pin- güinos del Antártico permanecen saludables, el investigador William Fraser, quien ha estudiado a los pingüinos del Antárti- co durante 30 años, reporta que la población de los pingüinos de Adelia en la zona occidental de la península Antártica ha perdido unas 10,000 parejas en edad reproductiva desde 1975. En los confines de la Tierra, las temperaturas árticas se han elevado casi el doble de rápido que la temperatura promedio en el mundo, provocando una disminución del 20 al 30 por ciento del hielo del mar ártico de finales del verano durante los últimos 30 años. Se prevén mayores cambios para el próximo siglo, inclu- yendo aumentos de temperatura de 4 a 8°C. En un perturbador ejemplo de retroalimentación positiva, el hielo que se derrite acelerará el calentamiento, porque el hielo refleja entre el 80 y el 90 por ciento de la energía solar que choca contra él, pero el agua del océano expuesta cuando el hielo desaparece absor- be la mayor parte de la energía solar, convirtiéndola en calor. El hielo del mar Ártico es esencial para los osos polares y las focas anilladas, su principal fuente de alimento. La pérdida to- tal del hielo marino, que algunos científicos creen que ocurrirá durante el próximo siglo, significaría la extinción casi segura de los osos polares en vida silvestre. En la bahía de Hudson en Ca- nadá, el hielo del mar se está rompiendo tres semanas antes de lo que lo hacía hace 30 años, privando a los osos de la primera oportunidad de cazar focas anilladas sobre el hielo (FIGURA E28-2). Como resultado, los osos polares de la bahía de Hud- son ahora comienzan el verano con un 15 por ciento menos de su peso (lo que representa unos 70 kilos menos para un macho adulto). Hembras más delgadas producen menos crías con una menor tasa de supervivencia, por lo que la población local de osos ha disminuido en un 22 por ciento desde 1987. Los ham- brientos osos polares están invadiendo cada vez más las pobla- ciones del norte de Canadá y Alaska, donde con frecuencia se les recibe con disparos de escopeta. Los osos polares son ágiles nadadores; pero en los últimos tiempos se les ha visto na- dar a unos 100 kilómetros de las costas, una distancia mucho mayor de la que acostumbraban, puesto que los témpanos de hielo se derriten. Se han encontrado varios osos muertos flotan- do después de una tormenta; se cree que se ahogaron al en- contrarse demasiado lejos de la costa como para nadar hacia un lugar seguro. El Refugio Nacional de la Vida Silvestre del Ártico es el lugar donde se encuentra el mayor número de guaridas de osos en Alaska. Durante el último otoño, los osos polares se congregaron a lo largo de la línea costera del refugio. Más osos se están con- gregando ahí conforme el hielo se retira de la línea costera. Sin embargo, en Estados Unidos hay una continua presión política para abrir el refugio y dar paso a la extracción de petróleo. Iróni- camente, los osos polares están amenazados no sólo por el cam- bio climático, sino también por la extracción de petróleo para alimentar el voraz apetito del país por los combustibles fósiles, que contribuirán a incrementar aún más el calentamiento global. Los polos en peligroGUARDIÁN DE LA TIERRA FIGURA E28-2 Los osos polares sobre una delgada capa de hielo La pérdida del hielo en la zona del ártico amenaza la supervi- vencia de los osos polares.
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