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618 Capítulo 30 CONSERVACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD DE LA TIERRA de los residentes en Estados Unidos, el promedio es de 24 acres (97,125 metros cuadrados). Este hallazgo sugiere que la humanidad ha excedido la capacidad de la Tierra para soste- nerla, sobre una base continua, en más del 20 por ciento (FI- GURA 30-7 países menos desarrollados como India y China (cada uno con una población de más de mil millones) elevan su nivel de vida, los recursos de la Tierra resultan muy afectados. Tal como se explicará en los siguientes apartados, las acti- vidades humanas están dañando la capacidad de los ecosiste- mas de todo el mundo para poder continuar sosteniendo la vida humana y otras formas de existencia. Las actividades humanas amenazan la biodiversidad en varias formas importantes El comercio de la carne producto de la cacería en África es un ejemplo primordial de cómo las amenazas a la biodiversidad in- teractúan y se amplifican. Históricamente, los campesinos afri- canos han complementado su dieta cazando una variedad de animales que, en conjunto, se conocen como carne de anima- les salvajes (o bushmeat). La cacería tradicional que realizan para subsistir las tribus pequeñas, utilizando armas rudimenta- rias, no constituye una amenaza seria para los animales. Pero actualmente, como los caminos que se abren para la tala de ár- boles penetran hasta el interior de las selvas tropicales, los ca- zadores utilizan escopetas y trampas para matar a cualquier animal que sea lo bastante grande como para comerlo. Las co- munidades que se asientan a lo largo de los caminos abiertos por la tala desarrollan una cultura de cazar para vender y llegan a depender de esta nueva y fructífera industria. Los camiones madereros a veces se utilizan para transportar la carne a los mercados urbanos. La Sociedad Mundial para la Conservación estima que la cacería furtiva en África ecuatorial produce más de un millón de toneladas de carne al año. Como muchos de los animales cazados desempeñan un papel importante en la dis- persión de las semillas de los árboles, la pérdida de estos anima- les reduce la capacidad de las selvas taladas para regenerarse. Pero también la pesca excesiva con fines comerciales en la costa occidental africana constituye una amenaza a la vida sal- vaje de esa región. Un estudio realizado en 2004 en Ghana do- cumentó un nexo significativo entre la disminución de la captura de peces, el aumento de la captura ilícita en las reser- vas naturales de Ghana y un incremento en las ventas de carne producto de la cacería furtiva en las aldeas asentadas en las costas. Esto sugiere que la carne de la cacería furtiva ahora es- tá sustituyendo a las proteínas que tradicionalmente se obte- nían a partir del consumo de pescado. Como a los cazadores furtivos no les importa el sexo, la edad, el tamaño o la escasez de los animales, muchas especies amenazadas están disminuyendo rápidamente. Por ejemplo, a pesar de las estimaciones de que sólo entre 2000 y 3000 hipo- pótamos pigmeos en peligro de extinción viven en estado sal- vaje, la carne de estos animales se encuentra en los mercados de esas regiones. La carne de elefantes africanos y rinocerontes también se puede encontrar a la venta en los mercados. Las ganancias que se obtienen a partir de la cacería han ayu- dado a superar los tabúes tradicionales africanos de no comer la carne de los primates. Aunque una tercera parte de todos los primates (monos, simios, lémures y otros) están en peligro de extinción, en algunos de los mercados que venden carne pro- ducto de la cacería furtiva, el 15 por ciento proviene de prima- tes. En Camerún, África, los gorilas en peligro de extinción son el blanco favorito de los cazadores furtivos por su gran tamaño. Aun los amenazados chimpancés y bonobos, nuestros parientes más cercanos, terminan su vida en una olla de cocinar (FIGURA E30-3). Las repercusiones que tiene la cacería de primates son difíciles de evaluar porque muchos son tasajeados de inmedia- to en el sitio donde los matan, y se los comen o los venden en cortes que no permiten identificar a qué animal pertenecen. Los expertos consideran que la cacería furtiva es ahora una amena- za aún mayor que la pérdida de hábitat para los grandes simios africanos; además, la combinación de las amenazas de la cace- ría furtiva y la pérdida de los hábitat hace que en las regiones salvajes exista una verdadera posibilidad de que se puedan ex- tinguir estas especies tan magníficas e inteligentes. Al reconocer las amenazas a la vida salvaje, varios países del África central están trabajando para reducir la tala ilegal, así como la cacería furtiva de los animales salvajes. Estos países han establecido un conjunto de áreas protegidas en las selvas tropicales africanas de la cuenca del río Congo. Aunque las enor- mes compañías madereras continúan establecidas a lo largo de los límites de estas reservas, protegerlas es un paso crucial ha- cia la preservación de parte de la rica herencia natural de África. Problemas intrincados: Tala, pesca y cacería furtivaGUARDIÁN DE LA TIERRA FIGURA E30-3 Cacería furtiva Los primates están amenazados por los cazadores furtivos que emplean rifles muy potentes.
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