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Biologia la Vida en La Tierra-comprimido-749

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OTRO VISTAZO AL ESTUDIO DE CASO 717
colectores. Como cabe esperar, los animales que viven en cli-
mas muy secos o con altas concentraciones de sal tienen asas
de Henle más largas (como los mamíferos marinos, por ejem-
plo, las ballenas) y los que viven en ambientes húmedos tie-
nen asas relativamente cortas.
El castor, por ejemplo, sólo tiene nefronas de asa corta y
no puede concentrar su orina a más del doble de la osmolari-
dad de su sangre. Los riñones humanos tienen una combina-
ción de nefronas de asa corta y de asa larga y pueden
concentrar la orina a unas cuatro veces la osmolaridad de la
sangre. Los campeones de la concentración de orina son los
roedores del desierto como la rata canguro, que puede produ-
cir orina con una concentración 14 veces mayor que la osmo-
laridad de su sangre (FIGURA 35-9). Como es de esperar, estos
animales sólo tienen nefronas de asa muy larga. Gracias a su
extraordinaria capacidad para ahorrar agua, no necesitan be-
ber; dependen por completo del agua que ingieren junto con
su alimento y de las reacciones metabólicas que producen
agua.
O T R O V I S TA Z O A L E S T U D I O D E C A S O C O M PAT I B I L I D A D P E R F E C TA
Cuando Cherry, la hija de Kay
Burt, se enteró de que su madre
sería dependiente de la hemo-
diálisis por el resto de su vida, in-
mediatamente ofreció uno de sus
riñones. La extraordinaria suerte
de Kay continuó; pese a que los doctores
habían recomendado a Kay no tener des-
cendencia, su hija resultó ser compatible. El
segundo trasplante de Kay, 32 años después
del primero, fue otro éxito; hizo historia al
recibir riñones trasplantados de su padre y
de su hija.
En la actualidad son comunes los tras-
plantes de riñones tanto de donadores vivos
como fallecidos recientemente. Por fortuna,
el número de donadores vivos va en aumen-
to, y los estudios indican que los trasplantes
de donadores no emparentados, pero com-
patibles, tienen un elevado índice de éxito.
(Una compatibilidad ideal entre donador y
receptor se basa en tener el mismo tipo 
de sangre genéticamente determinado y de
proteínas tisulares). Los receptores de riño-
nes procedentes de donadores vivos tienen
mejores tasas de supervivencia a largo pla-
zo. Algunos centros de trasplante utilizan
ahora la cirugía endoscópica para extraer los
riñones de los donadores vivos. Esta técnica,
en la que el cirujano ve la operación a través
de una diminuta cámara insertada en el
cuerpo, permite extraer el riñón a través de
una incisión de unos 7.5 centímetros de lon-
gitud, en contraste con la incisión de 23 cen-
tímetros en los métodos tradicionales. La
cirugía endoscópica reduce drásticamente
el dolor, el tiempo de hospitalización y el
tiempo de recuperación del donador.
Piensa en esto Supongamos que leíste en
un periódico local que una familia está bus-
cando un donador de riñón para su hijo. No
conoces a la familia. ¿Estarías dispuesto a
hacerte una prueba de compatibilidad y, en
caso de resultar compatible, donarías un ri-
ñón?
FIGURA 35-9 Una adaptación a un entorno seco
La rata canguro de los desiertos del suroeste de Estados Unidos
rara vez toma agua, en parte gracias a que sus largas asas de Hen-
le le permiten producir orina muy concentrada.
Quienes consumen alcohol seguramente han observado que el
volumen de la orina que producen después de beber parece
exceder el volumen de líquidos que ingirieron. ¿Por qué? Uno
de los muchos efectos del alcohol es que se inhibe la liberación de
ADH, y sin esta hormona, la orina es muy diluida. Como el al-
cohol hace excretar más orina de la necesaria para recuperar el
equilibrio de agua, irónicamente, “beber demasiado líquido”
en realidad puede provocar una deshidratación.
Por otra parte, muchas personas beben más agua de la que
necesitan. Quizá hayas escuchado el consejo de que “Siempre
hay que beber agua antes de tener sed”, o “Toma dos litros de
agua cada día además de otros líquidos”. Para deleite de la in-
dustria del agua embotellada, muchos están tomando en serio
estos consejos. Para la gente saludable con dietas normales,
beber antes de sentir sed es completamente innecesario: la
evolución ha sincronizado nuestro deseo de beber con nuestras
necesidades de líquido. Por otra parte, en casos extremos, be-
ber demasiado líquido es peligroso. Si el cuerpo acumula agua
a un ritmo más rápido que el de los riñones para eliminarla, sa-
les importantes (particularmente el sodio) en el líquido intersti-
cial se diluyen y un exceso de agua entra en las células por
ósmosis. En el cerebro un exceso de agua provoca inflamación,
que puede ser mortal. Un estudio con participantes en la Mara-
tón de Boston en 2002 concluyó que el 13 por ciento de ellos
probablemente ingirieron cantidades peligrosas de líquido en
un intento equivocado por mantenerse hidratados; y trágica-
mente, un participante de 28 años murió como resultado de
ello. La conclusión: siempre hay que poner en práctica la mode-
ración.
¿Demasiado líquido para beber?ENLACES CON LA VIDA

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