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¿CÓMO SE CONTROLA EL DESARROLLO? 843 gadores, quienes abrigan la esperanza de que las células de es- ta fuente abundante podría estimularse para formar una varie- dad de tejidos además de la sangre. Los tejidos que se derivan de las células madre de un indivi- duo conservan los marcadores genéticos que hacen que los re- chace el sistema inmunitario de un receptor diferente, si no se emplean fármacos inmunosupresores. Anticipándose a los nue- vos adelantos de la terapia con células madre, algunos padres han solicitado que una muestra de la placenta del recién naci- do se conserve por medio de la criogenia, de manera que se tengan disponibles células madre con la composición genética exacta del niño con el fin poder reparar cualquier tejido dañado a lo largo de su vida. En un futuro, los investigadores esperan emplear las técnicas de la ingeniería genética para modificar las proteínas superficiales celulares, de forma que las células madre cultivadas de un individuo puedan emplearse en otras personas sin que surjan problemas de rechazo. La clonación terapéutica —que implica insertar un núcleo ce- lular de un donador adulto, que necesita una reparación tisular, en un óvulo cuyo núcleo ha sido removido— permitiría crear células madre embrionarias que no se rechazarían. Como no se puede descartar que este proceso, si se desarrolla lo suficiente, pudiera utilizarse para producir un clon del donador, aún se encuentra en un estado de controversia. Un escenario ideal sería estimular las células madre quies- centes (inactivas) que residen en el tejido dañado para que se reproduzcan. Por ejemplo, las células madre del músculo car- diaco podrían estimularse para que remplazaran el tejido muer- to debido a un infarto del miocardio. De manera alternativa, los médicos podrían obtener células madre de una persona lesio- nada, tomándolas de un tejido como la médula ósea, donde abundan, y luego tratarlas con factores de diferenciación espe- cíficos e inyectarlas en la parte del cuerpo dañada. De forma ideal, ahí se reproduciría y remplazaría el tejido perdido. Además de su enorme potencial para restaurar el tejido da- ñado y combatir las enfermedades, las células madre algún día podrán cultivarse en grandes cantidades y emplearse para pro- bar nuevos fármacos. Los medicamentos que dañan a estas cé- lulas embrionarias posiblemente dañen también al embrión en desarrollo, por lo que no deberían administrarse a mujeres em- barazadas. Las células madre cultivadas podrían utilizarse tam- bién para investigar los procesos increíblemente complejos que controlan el desarrollo humano. La promesa de las células madreINVESTIGACIÓN CIENTÍFICA masa celular interna Las células de la masa celular interna se cultivan en una caja de Petri. Los factores de diferenciación producen distintos tipos de células. cigoto mórula blastocisto glóbulos rojos célula ósea célula nerviosa células musculares FIGURA E41-1 Cultivo de células madre de un blastocisto La capacidad de una sola célula para dar origen a los 200 o más tipos diferentes de células en un organismo adulto es una de las maravillas de la vida. Cada núcleo de una célula contiene toda la información genética para un organismo, y el hecho de que una célula llegue a ser muscular, ósea o cerebral está determi- nado por factores complejos en el ambiente celular que esta- blecen cuáles genes son activos. Estos factores causan la diferenciación de la célula, es decir, asumen una forma y una función especializada. Una célula madre o célula troncal aún no se ha diferenciado, de manera que continúa dividiéndose y tiene el potencial para dar origen a más de un tipo de célula. Existen muchas esperanzas en torno a las implicaciones médi- cas de la tecnología de las células madre. Las víctimas de infar- tos al miocardio, accidentes cerebrovasculares, lesiones de la columna vertebral y enfermedades degenerativas desde la artri- tis hasta la enfermedad de Parkinson resultarían beneficiadas si los tejidos dañados pudieran regenerase. Las células madre embrionarias (ESC, por las siglas de embryonic stem cells) se derivan de la masa celular interna del blastocisto (véase la figura 41-10), un cúmulo de aproximada- mente 100 células. En 1998, el doctor James Thompson y sus colaboradores de la Universidad de Winsconsin aislaron por pri- mera vez las ESC humanas, las cultivaron en cajas de Petri y lue- go las diferenciaron en una variedad de tejidos humanos, como se ilustra en la FIGURA E41-1. La ventaja de las ESC es que pueden producir cualquier tipo de célula del cuerpo. Sin em- bargo, como el blastocisto es un embrión humano en una eta- pa temprana, algunos legisladores de Estados Unidos están debatiendo en torno a los problemas éticos que implica la asig- nación de fondos para las investigaciones sobre las células ESC. Las investigaciones recientes han demostrado que la mayo- ría de los tejidos de un individuo adulto, incluidos los músculos, la piel, el hígado, el cerebro, el corazón y la sangre, contienen al menos pequeñas cantidades de células madre, llamadas cé- lulas madre adultas (ASC, por las siglas de adult stem cells). De hecho, las células madre de la médula ósea, la cual produce tanto glóbulos rojos como blancos, se han empleado durante décadas en trasplantes para tratar enfermedades como la leu- cemia. Aunque los científicos alguna vez pensaron que las célu- las ASC podían diferenciarse sólo en unos cuantos tipos de células, los investigadores han sido capaces de transformarlas en más variedades de las que inicialmente se creyó posible. El descubrimiento reciente de que la placenta es rica en células madre sanguíneas ha creado gran entusiasmo entre los investi-
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