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diéster une las posiciones 5’ y 3’, por lo que se denomina enlace fosfodiéster 5’→ 3’. Mientras que los polinucleótidos naturales están formados generalmente por cadenas polinu- cleotídicas de gran longitud (hasta millones de nucleótidos), en el laboratorio es posible sintetizar cadenas polinucleotídi- cas pequeñas, que se conocen con el nombre de oligonucleó- tidos u «oligos», y que tienen gran importancia dentro de las técnicas de análisis de los ácidos nucleicos (véase el Cap. 23 y el Recuadro 8-1). La estructura química básica de las moléculas de los áci- dos nucleicos es una cadena polinucleotídica formada por la repetición de unidades (nucleótidos), unidas por enlaces típi- cos: enlaces fosfodiéster entre la posición 5’ de un nucleóti- do y la 3’ del nucleótido adyacente (Fig. 8-5). Así pues, la cadena polinucleotídica está formada por un esqueleto de uniones pentosa-fosfato alternantes, comunes a cualquier molécula de ácido nucleico, y una sucesión de bases nitroge- nadas unidas a las pentosas por enlaces N-glicosídicos, que forman la denominada secuencia. El esqueleto de la cadena polinucleotídica tiene una determinada polaridad, marcada por la unión de los grupos fosfato a diferentes posiciones de la pentosa. Se toma como sentido normal de la cadena el de 5’ a 3’, por lo que la secuencia de bases a lo largo de la cadena se suele leer en el sentido 5’→ 3’. Las moléculas de ADN son relativamente estables, pero por hidrólisis dan lugar a cuatro bases nitrogenadas (A, G, C y T), 2-desoxirribosa y fosfato. La composición de bases nitrogenadas es característica de cada ADN en particular, existiendo en todos los ADN una proporción determinada entre las mismas: así, la concentración molar de A es igual a la de T, mientras que la de G es igual a la de C. Esto determina que conociendo el porcentaje G+C se pueda saber el contenido de cada una de las bases. El valor de G+C varía entre los ADN de especies diferentes, siendo constante para todas las células de un individuo de una especie determinada. Las moléculas de ARN son más inestables que las de ADN, y por hidrólisis producen bases nitrogenadas (cuatro bases, fundamentalmente: A, G, C y U, aunque algunos tipos 120 | Estructuras y funciones de las biomoléculas Figura 8-4. Estructura del esqueleto de una cadena polinu- cleotídica de ARN. P O OH O OH P O O CH2O _ O O OH O O O OH O O CH2 O O_ Base 3’ Base Base 5’ Base Secuencia de bases Esqueleto (azúcar-fosfato) O P O CH2 O O_ P O CH2 O O_ Recuadro 8-1. DETECCIÓN Y CUANTIFICACIÓN DE LOS ÁCIDOS NUCLEICOS Los ácidos nucleicos son moléculas incoloras, cuya detección y cuantifica- ción se puede llevar a cabo de diferentes maneras. En disoluciones de ácidos nucleicos purificados, éstos se pueden cuantificar mediante la medida de la absorbancia de luz ultravioleta (todas las bases nitrogenadas absorben radiación UV, especialmente la de 260 nm). Otros métodos incluyen la transformación en compuestos coloreados, que se pueden cuantificar. El ARN y el ADN se cuanti- fican así por medio de reactivos especí- ficos de ribosa (orcinol) o desoxirribosa (difenilamina). Los ácidos nucleicos (principalmente, el ADN) intercalan bromuro de etidio (y otras moléculas orgánicas planas) entre las bases nitro- genadas, exaltando la fluorescencia de dicho compuesto, por lo que los frag- mentos o moléculas de ADN de diferen- te tamaño, separados por electroforesis en geles de agarosa, se pueden detectar mediante incubación con bromuro de etidio y exposición a luz UV. Las molé- culas de ácidos nucleicos pueden mar- carse también con nucleótidos que con- tienen un isótopo radiactivo del fósforo (32P), lo que facilita su detección por medio de autorradiografías o radiolumi- niscencia. 08 Capitulo 08 8/4/05 10:00 Página 120
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