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23.4.3 Células hospedadoras En la mayor parte de los casos, las células hospedadoras son bacterias seleccionadas para presentar las mejores propieda- des de captación, selección y multiplicación de ADN recom- binante. Entre los huéspedes eucarióticos, las levaduras ocu- pan un lugar importante por ser organismos unicelulares, y fáciles de manejar y multiplicar a gran escala en el laborato- rio. También se realizan clonaciones en células vegetales, pero las células animales son las de mayor interés en ciencias biomédicas. Existen diversos métodos de transfección de células ani- males en cultivo, como la coprecipitación del ADN recombi- nante con fosfato cálcico, la permeabilización de las células con impulsos eléctricos (electroporación), el uso de com- puestos orgánicos (p. ej. lipofectamina), la utilización de virus eucarióticos como vectores, y la microinyección de ADN en el núcleo celular. No obstante, la introducción de ADN es más delicada en células de eucariotas que en proca- riotas. Su cultivo es más complejo, pudiéndose manejar en número muy inferior al del caso de las bacterias. Además, la replicación del vector con independencia de los cromosomas de la célula hospedadora es problemática, por lo que suele ser necesario utilizar vectores que permitan la integración estable del ADN foráneo en los cromosomas del huésped. La integración al azar del ADN recombinante en el geno- ma de la célula hospedadora puede resultar perniciosa para dicha célula por alterar el funcionamiento normal de genes esenciales. A pesar de ello, la introducción y expresión de genes en células eucarióticas es cada vez más frecuente e, incluso, se han desarrollado vectores de expresión que pue- den multiplicarse transitoriamente con independencia de los cromosomas del huésped (replicación episomal), o integrar- se de forma estable en los mismos para dirigir la expresión permanente de la proteína codificada por el inserto. 23.5 SECUENCIACIÓN DE ADN La determinación de la secuencia de nucleótidos del ADN, o secuenciación, es una de las técnicas más importantes de análisis del genoma. La secuenciación permite, entre otras cosas: — Deducir la secuencia de aminoácidos de las proteínas codificadas por los genes y, en algunos casos, su posi- ble función por comparación con la secuencia de otras proteínas de función conocida. — Identificar mecanismos de regulación de los genes, por localización de secuencias diana para factores de transcripción. — Determinar la causa molecular de enfermedades hereditarias, al identificar mutaciones por compara- ción de la secuencia del gen implicado, procedente de pacientes, con la del gen normal. — Identificar mutaciones esporádicas en pacientes con enfermedades genéticas adquiridas, como la mayor parte de los cánceres. — Elaborar métodos para la detección rápida de indivi- duos portadores de un gen mutado, o de un virus. Existen dos técnicas de secuenciación que se han desarrolla- do en paralelo y simultáneamente. La técnica de Maxam- Gilbert se basa en la degradación química selectiva del ADN, y en la separación electroforética y el análisis del tamaño de los fragmentos obtenidos. Aunque igualmente eficaz, esta téc- nica se utiliza mucho menos que la técnica de Sanger, deno- minada de terminación de cadena, y basada en las propieda- des de la ADN polimerasa. Esta enzima copia un ADN monocatenario, a partir de un cebador, añadiendo el desoxi- rribonucleótido entrante al hidroxilo del anillo de desoxirri- bosa del extremo 3’ de la cadena creciente (véase el Cap. 19). La enzima reconoce como sustratos los derivados didesoxi de los nucleótidos, pero cuando incorpora uno de ellos a una cadena creciente, la elongación resulta imposible, porque el nucleótido en el extremo 3’ no posee el grupo hidroxilo para atacar a un nuevo nucleótido entrante. Así, se produce una terminación de la síntesis en la posición correspondiente a la entrada del derivado didesoxi (Fig. 23-8). En la técnica de Sanger, se producen cuatro reacciones independientes. Cada una incluye el ADN molde, el cebador, los cuatro desoxirribonucleótidos (uno de ellos marcado radiactivamente con 32P o 35S) y una determinada cantidad de uno de los derivados didesoxi. Este derivado compite con el nucleótido correspondiente, de forma que cuando debe ser añadido por la polimerasa, una proporción determinada de las cadenas crecientes incorpora el análogo didesoxi y termi- na su elongación. Se producen fragmentos cuyo tamaño corresponde a la distancia del sitio de comienzo de la sínte- sis hasta la posición de terminación, y que indican la presen- cia del nucleótido didesoxi utilizado en esa posición. Los fragmentos obtenidos se separan por electroforesis en fun- ción de su tamaño, en geles de poliacrilamida de alta resolu- ción, y se detectan por autorradiografía. La escalera de secuenciación resultante, leída en sentido ascendente (de menor a mayor tamaño), corresponde a la secuencia complementaria de la de la hebra inicial, en senti- do 5’→3’, a partir de la cual se deducen las de la hebra pro- blema y la proteína que codifica. La técnica de Sanger se ha automatizado, recurriendo a nucleótidos modificados que se detectan por su fluorescencia. Esta variante se ha aplicado a la secuenciación total del genoma humano (véase el Cap. 24). 410 | Genoma, patología molecular y terapia génica 23 Capitulo 23 8/4/05 11:43 Página 410 BIOQUÍMICA Y BIOLOGÍA MOLECULAR (...) CONTENIDO PARTE II: BIOLOGÍA Y PATOLOGÍA MOLECULAR SECCIÓN V GENOMA, PATOLOGÍA MOLECULAR Y TERAPIA GÉNICA 23 ANÁLISIS MOLECULAR DEL GENOMA 23.4 VECTORES Y GENOTECAS 23.4.3 Células hospedadoras 23.5 SECUENCIACIÓN DE ADN
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