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y α2-β1). No obstante, a pesar de los cambios apreciables en la estructura primaria de esta familia de proteínas, la estruc- tura secundaria y terciaria se han mantenido inalteradas. Ello sucede porque en los cambios de la estructura primaria se han sustituido aminoácidos por otros de su misma naturale- za y sólo han perdurado las proteínas cuya estructura fisioló- gica funcional se ha mantenido (fundamentalmente, el plie- gue de la cadena que mantiene el hemo). 30.5.2 Alteraciones patológicas Hemoglobinopatías Tal como se señalaba en el Capítulo 25, se denominan así las enfermedades en las que existen moléculas de hemoglobina anormales por alteraciones en su estructura, derivadas de mutaciones en los genes estructurales que las codifican. En la actualidad, se han detectado unos 350 tipos diferentes. Se citan, a continuación, algunas de las más características. — Hemoglobina S (falciforme). Así denominada porque da lugar a eritrocitos característicos con forma de hoz (drepanocitosis), que son responsables de un tipo de anemia hemolítica grave que recibe el nombre de anemia falciforme. Es frecuente en individuos de origen africano. Su alta incidencia en algunas regio- nes de África ha llevado a proponer que el gen muta- do que codifica este tipo de hemoglobina puede, a su vez, servir de protección frente a las formas más leta- les de malaria (paludismo), debido a la destrucción Bioquímica de la sangre | 527 Recuadro 30-3. ORÍGENES DE LA HEMOGLOBINA La eficacia de la hemoglobina para cap- tar y transportar el oxígeno es excelente. Por ello, resulta intrigante que un gusa- no, el áscaris, que infecta el intestino de una de cada seis personas en el mundo y que sólo puede prosperar en un ambiente anaerobio, no sólo dispon- ga de moléculas de hemoglobina, sino que además esas moléculas puedan cap- tar oxígeno con una fuerza unas 20 000 veces mayor que la Hb humana. Para intentar explicar este hecho, algunos científicos piensan que la hemoglobina debió convertirse en cap- tadora de oxígeno hace relativamente —en términos evolutivos— poco tiem- po, unos 500 millones de años. La pri- mera función de esa proteína pudo ser, hace unos 2000 millones de años, la de contribuir a la destrucción de un gas, el NO (óxido nítrico), abundante en la atmósfera de esa época, gas que hacía imposible que prosperaran las bacterias primitivas. Una vez captado el NO, usando su hierro metabólico como cata- lizador, el óxido nítrico se convertía en unos productos que no sólo no eran venenos, sino que podían ser utilizados por las bacterias como nutrientes. Posteriormente, hace unos 1500 millones de años, cuando aparecen los organismos anaerobios pluricelulares —el áscaris sería un superviviente de esa época—, la atmósfera comienza a ser rica en oxígeno, debido a la actividad de plantas y algas clorofílicas primitivas. Como este nuevo gas es tóxico para estos organismos, la evolución de la hemoglo- bina ayuda a solucionar el problema: la Hb se hace capaz de captar el oxígeno de la forma que conocemos, aunque sigue teniendo afinidad por el NO. Cuando ambos gases están presentes en la molé- cula, cada uno unido a sus respectivos centros de captación, reaccionan entre sí; el resultado es la eliminación del vene- noso oxígeno y su conversión en nitratos y agua, nutrientes para esos organismos. Este mecanismo continúa funcionando en la actualidad en el intestino de los seres infectados por áscaris. Finalmente, hace unos 500 millones de años, cuando surgen los primeros mamíferos, precursores, entre otros, de los seres humanos, se produciría otro salto evolutivo de la hemoglobina, que quedó encerrada en los eritrocitos, dejando de funcionar como eliminadora del oxígeno, convirtiéndose en la mole- cula captadora y transportadora del gas que conocemos en la actualidad. Sin embargo, esa modificación se hizo sin que la hemoglobina perdiese su capaci- dad de captar NO: simplemente, ya no tenía lugar la reacción entre ambos gases. Al tiempo, aparece otra habilidad nueva: cuando se desoxigena, la Hb es capaz de captar el gas producto de la oxidación de los combustibles biológi- cos por el oxígeno, el CO2. Este gas, unido a esa desoxi-Hb, efectúa el cami- no hacia los pulmones donde, durante la respiración, es intercambiado por el oxígeno. ¿Qué papel tendría ese NO que sigue siendo captado por la hemoglobi- na moderna? La idea de los defensores de la hipótesis es la de que la Hb lo uti- liza como centinela. El NO sería un sensor de la pO2 de los tejidos por los que la sangre circula, y cuando detecta un nivel especialmente bajo, abandona la molécula de Hb, entra en los vasos sanguíneos que alimentan esos tejidos, los dilata y favorece la entrada de la sangre en ellos y la subsiguiente libera- ción de oxígeno. La Hb, entonces, se desoxigena, capta CO2, vuelve a los pulmones, libera ese gas, se llena de oxígeno y vuelta a empezar. De acuerdo con esta teoría, muchas enfermedades podrían tener su origen, al menos parcial, en la forma inadecua- da en la que el organismo enfermo trata al NO y al oxígeno; entre ellas, las enfermedades cardíacas, la hiperten- sión, la apoplejía, el asma, muchos tipos de cáncer, la tuberculosis o la artritis. De ahí, el interés en la elucidación de los mecanismos que regulan esas rela- ciones. 30 Capitulo 30 8/4/05 12:17 Página 527 BIOQUÍMICA Y BIOLOGÍA MOLECULAR (...) CONTENIDO PARTE III EL NIVEL MOLECULAR EN BIOMEDICINA 30 BIOQUÍMICA DE LA SANGRE 30.5 GENÉTICA Y METABOLISMO DE LA HEMOGLOBINA 30.5.2 Alteraciones patológicas
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