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31.1 INTRODUCCIÓN Es algo conocido, desde la Grecia antigua por escritos de Herodoto, que los individuos que sobrevivían al contacto con enfermedades infecciosas adquirían resistencia frente a pos- teriores infecciones por el mismo agente. Dicha resistencia, o inmunidad, es consecuencia de la activación de células especializadas en el reconocimiento de lo extraño, denomi- nadas linfocitos, y de la producción de anticuerpos, un grupo de γ-globulinas séricas que reaccionan con componentes quí- micos de los agentes infecciosos, los antígenos, mediante una serie de complejos mecanismos inmunológicos, celula- res y humorales, que se conocen, genéricamente, como res- puesta inmunitaria. A finales del siglo XIX, von Boehring sentó las bases para la comprensión de la respuesta inmunitaria, al estudiar la reac- ción química de neutralización de toxinas bacterianas por anti- toxinas de caballo, mientras Paul Ehrlich estudiaba las reac- ciones de precipitación toxina-antitoxina. Fue el fisicoquímico Arrhenius quien, en 1907, definió el término inmunoquímica, que surgió del estudio de estas reacciones de precipitación inmunitaria, como «el estudio de la reacción química que ori- ginan compuestos producidos por la inyección de sustancias extrañas en la sangre de los animales (...) debiendo deducirse que las sustancias con las que esos productos reaccionan, también deben considerarse desde sus propiedades químicas». En términos más actuales, la inmunoquímica estaría dedi- cada al estudio de las moléculas que participan en la respues- ta inmunitaria. En este capítulo, de acuerdo con esta defini- ción, se exponen las características químicas de los antígenos, de los anticuerpos, del complemento y de los receptores de membrana que participan de una manera más directa en la respuesta inmunitaria, de la que se dará una visión muy sim- ple y somera. 31.2 ANTÍGENOS Antígeno es un término que, aún hoy, se utiliza inadecuada- mente, unas veces para describir la sustancia que, inyectada a un organismo apropiado, induce la producción de anticuer- pos circulantes o cambios en la reactividad celular, y otras veces, para definir la sustancia capaz de reaccionar con anti- cuerpos ya existentes. Ambas definiciones no son equivalen- tes: hay sustancias que poseen especificidad antigénica, es decir, que son capaces de reaccionar con anticuerpos ya for- mados, pero no tienen capacidad de inducir la síntesis de éstos, lo que significa que no son inmunógenas. En la Tabla 31-1 puede observarse una somera clasificación de los antígenos: naturales, artificiales y sintéticos; los dos últi- mos grupos han ayudado extraordinariamente a comprender la base química de la antigenicidad, dada la gran complejidad de los naturales, que incluyen macromoléculas e, incluso, células enteras. Con ellos se ha podido determinar que la región de un antígeno que ostenta la antigenicidad, denominada determi- nante antigénico o epítopo, no suele ser muy grande. Por ello, LA RESPUESTA INMUNITARIA 31 Tabla 31-1. Clases de antígenos Clase Origen Ejemplos Naturales Microbiano, vegetal y animal Bacterias, virus, toxinas solubles, proteínas, hidratos de carbono, glicoproteínas, lipoproteínas, etcétera. Artificiales Antígenos naturales modificados químicamente Proteínas yodadas, conjugados proteína-hapteno (ej.: azoproteínas). Sintéticos Moléculas sintetizadas químicamente Polipéptidos, poliaminoácidos, copolímeros multicadena. 31 Capitulo 31 8/4/05 15:10 Página 541 BIOQUÍMICA Y BIOLOGÍA MOLECULAR (...) CONTENIDO PARTE III EL NIVEL MOLECULAR EN BIOMEDICINA 31 LA RESPUESTA INMUNITARIA 31.1 INTRODUCCIÓN 31.2 ANTÍGENOS
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